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Amor Secreto por Angie404

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Notas del capitulo:

Estoy contra reloj en estos momentos :") deséenme suerte 

Capítulo 26


Las marcas en su cuerpo ya no estaban, y la mordida en su cuello había desaparecido por completo, y nadie había hablado mucho más de aquello, ni en que fue lo qué pasó una vez perdió el conocimiento en los brazos de su compañero, pero ahí estaba de nuevo, en una camioneta negra usando un corsé negro y una pieza de ropa interior demasiado incómoda, pero no se iba a quejar de eso en voz alta. A su lado Kisa era el más emocionado de todos, detrás Yanase y Yoshino se sentían fuera de lugar, y delante An y Saeki parecían divertidas con la situación. Hatori era quien conducía, con Yukina de copiloto.

⁃ No entiendo por qué tengo que estar yo aquí ...

Yoshino no había dejado de quejarse, pues nunca había sido orillado a una situación tan, vergonzosa, y menos frente a Hatori.

⁃ Ya deja de quejarte y disfruta de la noche Chiaki, que una oportunidad como esta nunca se repetirá

Y esperaban que lo que Kisa decía fuera verdad. La camioneta dio vuelta desviándose de una avenida de la cuidad nocturna hacia un callejón olvidado y oscuro, y siguieron por el no tan angosto pasaje hasta la entrada trasera de un edificio. Hatori bajó la ventana del auto para hablar con los sujetos trajeados y armados que custodiaban la puerta.

⁃ Traje mercancía nueva

Dijo Tori siguiendo con la forma tan seria de hablar que lo caracterizaba. Los sujetos rieron de lado con malicia, y abrieron la puerta corrediza para dar paso a la dichosa “nueva mercancía”. Las primeras en bajar fueron An y Saeki, quienes entraron al lugar atrayendo las miradas de los guardias, la perfecta distracción para que Kisa y Onodera les dispararan directo en la cabeza, cayendo al suelo al instante.

⁃ Dos basuras de la humanidad menos

⁃ Hm, ni siquiera pudieron admirar mi belleza~

⁃ Ay calla Kisa

Bromeaban ambos mientras esperaban que el resto de los chicos bajaran del auto, mientras Yukina le avisaba al otro equipo que todo estaba despejado. De forma veloz la camioneta que Hatori manejaba se movió dejando el paso a otra camioneta de la cual bajaron Usami, Haitani, Nao y Takano portando trajes negros. A su vez otra camioneta resguardada por Mino esperaba con paciencia. En la puerta de guardias se quedaron Haitani y Usami, mientras el resto se aventuraba en aquel enorme prostíbulo ilegal disfrazado de discoteca, los datos robados habían arrojado esa ubicación, junto con una lista de las personas cautivadas ahí, a las cuales pretendían salvar. Todos corrieron juntos hasta llegar a un pasillo que se dividía en dos, uno indicaba la salida al salón principal y el otro a los “camerinos” así que el grupo se dividió entre los que resguardarían y los que rescatarían. Las chicas corrieron hacia los camerinos como si de una dulcería se tratara, siendo seguidas por Yuu pateando a Chiaki para así obligarlo a caminar. Del otro lado Nao corrió hacia su puesto sin más, Yukina se despedía lanzándole besos a Kisa, quien los recibía y regresaba gustoso para después correr al lado contrario. Al final, solo quedaban Takano y Onodera en ese pasillo.

⁃ Bueno ... buena suerte, si alguien intenta irse a la cama contigo mátalo

Bromeó Takano, y Onodera respondió con una risita que ocultaba lo ofendido que se sentía.

⁃ Con gusto lo haré, buena suerte también

Y corrieron en direcciones contrarias, no sin que antes Takano regresara su vista hacia su compañero y lo examinara de pies a cabeza. Maldito sea Dios que no mandó a su compañero al mundo como una mujer.

⁃ ... Demonios

Y siguió corriendo hacia el salón. En los camerinos el grupo de infiltrados buscaba la cámara más urgente en desalojar, la de los chicos que “actuarían” esa noche. Algunos gritos insultando los pusieron en alerta, provenían de una habitación con la etiqueta “vestidores”, y anticipándose a lo que viniera abrieron la puerta.

⁃ ¡Ey! ¡¿Quien demonios los dejó salir de!?

No dejaron terminar a los sujetos con sus frases, pues enseguida Chiaki y Yuu les dispararon a ambos en la cabeza de forma certera. En la habitación, dos chicos los miraban con terror aferrados en el otro, estaban demasiado delgados y estaban repletos de marcas que intentaban cubrir con maquillaje, pues los trajes de dos piezas que usaban para su presentación no ayudaba a cubrirlas en absoluta.

⁃ ¡Tranquilos! Somos de los buenos, volverán a casa hoy

Se asomó enseguida An, sonriéndoles cálidamente para tranquilizarlos, ambos chicos se miraron entre ellos y se abrazaron, fue inevitable que comenzaran a llorar. Rápido An y Saeki los tomaron por los hombros y los sacaron de la habitación, siendo seguidas por Chiaki y Yuu, quien regresó un momento en sus pasos para hablarle a los otros dos.

⁃ Háganlo bien, nos vemos pronto

Y salieron de la habitación corriendo hacia la salida.

⁃ Bien, escondamos primero los cuerpos y esperemos

Kisa corrió rápido a buscar telas que pudieran ayudar, mientras Onodera intentaba meterlos apilados debajo de una mesa, cuando alguien tocó la puerta.

⁃ Es su turno, salgan rápido

Desesperados arrojaron encima todo lo que pudieran encontrar, siendo su última opción la cortina que separaba los tocadores del vestidos, y ambos salieron de la habitación de la forma más natural del mundo. Los dos guardias que habían ido por ellos los miraron extrañados, no era para menos, después de todo nunca los habían visto.

⁃ Somos nuevos, es nuestro primer día

Respondió Kisa rápido. Los dos hombres se vieron entre ellos sonriendo, sabían perfecto que significaba “pobres idiotas”.

⁃ Bueno, háganlo bien o el jefe se va a molestar, hay buena clientela hoy, muévanse

Y caminaron frente a ellos sin entrar a la habitación. Aliviados siguieron a ambos hasta la parte de atrás del escenario, justo como lo habían planeado. Los sujetos se fueron dejándolos solos. Kisa miró a Onodera con una sonrisa pícara, este solo rodó los ojos divertido. Cada uno se colocó en su posición y el telón fue abierto. Los gritos de la gente en el lugar comenzaron sin siquiera encenderse las luces, y cuando estas lo hicieron y los apuntaron el lugar se volvió loco. Kisa y Onodera estaban parados a un lado de un tubo de metal a los costados del escenario, cuando la música comenzó ambos tomaron el tubo con una de sus manos y caminaron alrededor de él, al llegar al frente sorpresivamente flexionaron sus rodillas hasta casi tocar el suelo abriendo las piernas mientras se sostenían del tubo a sus espaldas, los silbidos y gritos no paraban, todos estaban encantados con esos dos jovenes con los cuales podrían divertirse en un rato a través de una subasta.

Y no eran los únicos, Yukina en una esquina no podía contener los suspiros que le provocaba ver a su novio de esa manera, a pesar de los movimientos sensuales del chico, el lo seguía viendo como una cosa adorable, con ese corsé blanco con lazos rosas, le hacía recordar a un gatito juguetón. Takano por su parte no sabía cómo sentirse, resguardando una de las salidas veía la actuación de su compañero, lo veía colgándose del tubo y dando vueltas como si llevara toda su vida haciéndolo, lo veía tocarse a sí mismo en cada parte visible de su cuerpo, lo veía llevar su pie a la altura de su cabeza cuál bailarina, luciendo las habilidades de acróbata que todos sabían que tenía, y lo estaba disfrutando, y lo detestaba. Su garganta se secaba y sus labios temblaban, era horrible ser cada vez más consciente de los evidentes sentimientos que comenzaba a sentir por su pareja de trabajo. Por alguna razón volteó hacia su derecha, donde lo acompañaba Nao, y lo vio pasar saliva. En su rostro se veía el deseo, y le dio asco pensar que seguramente, él se veía igual. Siguió su vista hasta lo que Nao estaba viendo, y lo que sintió fue cólera al descrubir que él también estaba viendo a Onodera, quien en ese momento se encontraba a la mitad de la pasarela haciéndole segundas a Kisa.

⁃ Parece que te estás divirtiendo

Soltó Takano de repente, Nao no se molestó en mirarlo.

⁃ Algo como esto no se ve todos los días

Contestó sin despegar su vista de Onodera. El castaño seguía en lo suyo, se deslizaba hacia arriba y hacia abajo contra el tubo principal de la pasarela, mientras Kisa remarcaba las curvas de su trasero expuesto por aquella ropa. Si, sin duda algo que no se veía todos los días.

⁃ Lo miras como si te gustara realmente

⁃ Bueno, ¿habría algún problema si lo hiciera?

Esta vez Nao si lo miró, sonriendo desafiante ante el comentario de Takano, y ante la respuesta este no supo cómo reaccionar, ¿acaso significaba que ...? La música seguía, y los chicos seguían en el desfile en sus botas altas de plataforma, que parecían no les cansaba en lo absoluto, lanzaban besos y se comportaban como si realmente lo disfrutaran. De repente Onodera comenzó a arrastrarse por el suelo de forma sugerente, mientras las personas cercanas el escenario lo tocaban como podían alcanzarlo, sus piernas, sus brazos, su trasero. Luego se enderezó un poco, manteniéndose inclinado con las piernas abiertas, mientras subía y bajaba su cadera acariciando sus entrepiernas, y entonces sus miradas se conectaron, él ya no podía soportarlo por más tiempo. Salió del salón a uno de los pasillos laterales, y alejado de la música le fue posible percibir algunos disparos a la distancia, y casi enseguida el comunicador de su oído se activó.

⁃ ¡Chicos! ¡Nos descubrieron!

La voz de Saeki rebotó en los oídos de todos los del equipo, y de repente algunos gritos comenzaron a escucharse dentro del salón principal, al cual regresó de inmediato. La gente corría con desesperación a la salida, pero al parecer no había ocurrido nada, hasta que hombres trajeados ingresaron al lugar.

⁃ ¡¡Ustedes dos!! ¡Salgan de inmediato del escenario! ¡Chicos llévenselos!

Gritó uno de ellos para continuar por el pasillo, y el resto fue hacia donde estaban Kisa y Onodera fingiendo “no entender nada”. Nao, Yukina y Takano se escabulleron por las pasillos en busca de sus compañeros, ellos podían arreglársela solos.

⁃ pero ... ¿que está pasando?

Preguntó Kisa de forma inocente mientras los bajaban de la pasarela.

⁃ Todos sus amiguitos desaparecieron y hay dos muertos en los vestidores, tenemos que sacarlos de aquí antes de que ...

El que custodiaba a Onodera de repente entendió todo, pero antes de hacer algo, y anticipándose, Onodera sacó una pequeña arma oculta en su bota disparándole a los dos.

⁃ ¡Tenemos que ayudarlos rápido!

⁃ Oh, no creo que lleguen vivos con ellos, malditas zorras

Entrando al salón principal venía otro grupo de hombres trajeados, cerca de diez, y todos estaban apuntándolos, esto se estaba poniendo interesante.

En los camerinos todas las personas habían sido rescatadas y ya habían salido en la camioneta que manejaba Mino, pero en el último instante uno de los trabajadores había puesto una alerta antes de caer muerto en uno de los pasillos, y cuando el resto del personal llegó se encontraron con una completa masacre en todo el edificio, y con su mercancía desaparecida. Era una guerrilla entre los pasillos llenos de habitaciones, disparos y golpes eran lo único que se escuchaba. An cubría las espaldas de Saeki y viceversa, disparándoles a quienes les apuntaran sin darles oportunidad a más. Chiaki y Yuu peleaban al lado del otro a puño limpio, pues si el contrincante no traía un arma consigo no iban a convertir la batalla en algo injusto. Los cuatro fueron los primeros en llegar a la salida, donde subieron rápido a una de las camionetas que llevaba a los últimos chicos en ser recatados, Haitani llegó detrás de ellos, y al ver el vehículo lleno no lo pensó dos veces para escapar y ponerlos a salvo.

Dentro las cosas no parecían mejorar, los chicos se habían dispersado y perdido dentro del laberinto de pasillos, sabían que no estaban muy lejos por los disparos, pero no sabían quienes eran o donde estaban con exactitud. Yukina corría desesperado por los pasillos buscando a la persona que más le importaba en aquel lugar, disparando sin consideración a todo aquel que se le acercaba. Nao estaba preocupado por su mejor amigo, a quien no había visto ni escuchado desde que los dejaron solos en el salón, y ahora se procuraba en si había hecho lo correcto, sin darse cuenta llegó al pasillo que daba a la salida con Usami resguardándolo.

⁃ ¡¡Sal de aquí rápido!!

⁃ ¡Pero Ritsu está!

⁃ ¡El estará bien! ¡Ahora muévete tenemos que salir de aquí rápido!

Y sin poderse negar a una orden de su superior, corrió molesto hasta la última camioneta, colocándose en el volante listo para escapar en cuanto todos estuvieran ahí. Kisa reía divertido de lo lindo patentado, golpeando y disparando a quien se le cruzara, el también había tenido entrenamiento en la acrobacia, y el saltar entre sus oponentes le daba la ventaja, pues aveces se disparaban entre ellos en medio de la confusión. Hubiera seguido todo el día si no hubiera sido por una mano que lo tomó del brazo y lo arrastró por un pasillo, estuvo a punto de dispararle, pero pudo distinguir a Yukina a tiempo. Bueno, si él estaba bien, entonces no era mala idea salir de ahí, y corrieron hacia la salida tomados de la manos.
Takano se había involucrado en una riña con al parecer el mismo gerente del lugar, el cual solo daba órdenes para atacarlos, al ver que estaba perdiendo en su propio territorio decidió tomar él mismo un arma y enfrentarse al pelinegro junto con otros diez hombres. Al principio había podido con ellos fácilmente, tanto que solo quedaban el mismo gerente y otros dos sujetos, pero ya no tenía balas y se encontraba acorralado al fondo de un pasillo que se dividía en dos, uno no tenía salida, y en el otro, había un grupo peleando con probablemente otro de sus compañeros, ya no tenía a donde ir.

⁃ Bueno ... se llevaron mi mercancía, mataron a mi gente y destituyeron la mitad de mi edificio ... al menos tendré la recompensa de matar a uno de ustedes malditos bastardos

El hombre estaba completamente despeinado, con el traje roto y cortadas en la cara, estaba ardiendo en cólera, y más al pensar en lo que su jefe le haría una vez llegara al lugar, que no faltaba mucho para eso, así que aquello era lo mínimo que podía hacer. Le dio la orden a sus hombres de levantar las armas y apuntarle, no había forma de escapar. Takano cerró los ojos esperando sentir los impactos, pero estos nunca llegaron, en su lugar, sintió una calidez rodeándolo, un peso desconocido obligándolo a caer, y un aroma que se había convertido raramente en algo familiar, y aquello lo hizo entrar en pánico. Calló al suelo de espaldas, temeroso de abrir los ojos, pues una vez lo hiciera no sabía cómo iba a afrontar la situación, pero tenía que hacerlo. Al abrir los ojos su ahora peor pesadilla se estaba haciendo realidad, con delicadeza unos mechones castaños caían sobre su propia frente, unos hermosos ojos verdes vidriosos lo veían con todo el dolor del mundo, y una sonrisa forzada delataba lo que realidad estaba sintiendo. Sintió su sangre helar, no sabía que hacer o cómo reaccionar, quizo tocar su rostro, o acariciar sus labios, pero su cuerpo no le respondía.

⁃ Vaya, no se que hiciste para que una de nuestras rameras se enamorara de ti, pero no importa, los dos morirán juntos si eso desean.

No podía verlos, pero podía oír sus armas recargándose, y entonces sorpresivamente Ritsu rodó en su mismo hacia su lado derecho, quedando de frente a sus enemigos. Levantó ambos brazos, en cada mano portaba un arma, y sin dar oportunidad de nada las descargó completamente en aquellos tres hombres, los cuales cayeron al suelo antes de que incluso la última bala saliera. Cuando todo terminó Onodera se dejó caer suspirando, había sido de verdad agotador, y aún después de todo miró a su compañero sonriendo.

⁃ ¿Estas bien?

Fue lo único que preguntó, pero no obtuvo respuesta. Sorprendido, Takano se levantó del suelo y llegó hasta donde estaba su pareja, lo examinaba de arriba a abajo intentando encontrar algo, pero no había nada.

⁃ ... ¿como tú? ...

⁃ ¿Que? Ah eso, corsé antibalas

Contestó Onodera mientras se daba ligeros golpes en el pecho, y luego se levantó del suelo estirándose un poco.

⁃ Escuché a gente acercarse, debemos salir ya

Y comenzó a correr en la dirección en la que estaban los cuerpos impidiendo su avance, los cuales saltó sin importarle menos. Takano fue detrás de él aún en shock, su compañero, aquel al que había tratado mal en un inicio y en el que no había confiado había arriesgado su vida por él, a pesar de que, por milagro, las balas solo habían dado en aquella parte del corsé que podía protegerlo, en la parte baja de su espalda, el resto estaba descubierto, accesible para todo aquel que quisiera dañarlo. Onodera pudo haber muerto en ese momento, y no podía comprender por qué había hecho aquel acto tan imprudente, y más pensando que, él también traía chaleco antibalas, todos lo traían, y Onodera lo sabía, ¿que había pasado ahí?

Onodera dio vuelta en una esquina en un pasillo, y al intentar seguirlo pudo despertar del transe, habían llegado al pasillo de la salida y Justo en la puerta la camioneta en la que habían llegado los esperaba con las puertas abiertas, corrieron aún más rápido y saltaron al interior. Antes de que el vehículo se pusiera en marca a Onodera se le ocurrió una idea, como en cada misión en la que participaba era costumbre arrojar mínimo una granada, esta no sería la excepción. Por el quemacocos del auto arrojó una bomba que había escondido entre los adornos de su traje, y cuando el fuego comenzó en el edificio todos comenzaron a celebrarlo. Habían logrado con éxito una nueva misión. Cansado Onodera entró de nuevo al auto, buscando con la mirada a su compañero, al cual encontró solo en el último asiento, así que fue hasta él. Se sentó a su lado cruzando los brazos sin decir nada, solo sonriendo, feliz por lo que habían logrado, pero Takano no se sentía de esa manera, aún estaba algo inquieto.

⁃ Tu ... ¿por qué hiciste eso hace rato? Pudiste haber muerto

Onodera sintió sus mejillas arder casi de inmediato, y desvió la mirada intentando ocultarlo.

⁃ Solo sentí que debía protegerte y lo hice ... ¿Que no se supone que eso hacen las parejas?

Takano estaba algo sorprendido, y más porque, parecía que aquellas palabras llevaban un mensaje implícito, quizá doble sentido, pero descartó rápido la idea, se estaba tomando demasiada importancia. Ya más relajado llevó uno de sus brazos hasta los hombros del castaño y lo atrajo más a él.

⁃ Te debo una entonces

⁃ Tú me salvaste en el mercado negro, estamos a mano ahora

Sintió a su compañero temblar debajo suyo, y sin seguir con el tema decidió quitarse el saco y colocárselo en los hombros, cubriendo al menos un poco más su cuerpo semi desnudo. Ambos se sonrieron tímidamente, y siguieron el camino hacia la frontera más cercana así, juntos, con una cabellera pelinegra recargana en una castaña.


[...]

 

Los bomberos habían llegado e intentaban controlar el incendio, la policía había acordonado la cuadra para mantener alejados a los curiosos, aún así mucha gente estaba en los alrededor dispuesta a ver lo que fuera que había ocurrido en una de las discotecas más populares de todo Seúl. Frente al edificio en llamas estaba Asami, apretando su dentadura tan fuerte que parecía como si en cualquier momento fuera a trozar alguno de sus dientes. Afortunadamente la evidencia de algo ilícito se había perdido con el incendio, pero también las pistas para encontrar a los culpables se habían hecho cenizas. Con algo de miedo, uno se sus guardaespaldas se acercó acercando hasta él un teléfono celular.

⁃ Ryūchi-sama... uno de los sobrevivientes identificó a este chico como uno de los que atacaron, se infiltró primero en el número de striptease

Le acercó el aparato electrónico y sin pensarlo mucho el mayor lo tomó, y sintió como si su corazón se detuviera. Aquella foto algo desenfocada capturó claramente a un bello chico de tés clara y rosadas mejillas, brillante cabello castaño e inigualables ojos verdes. Pudo reconocer su barbilla y labios, eran exactamente las mismas que aprecian en la captura de la cámara de seguridad, y podía reconocerlas porque algunas semanas antes había besado incontables veces esos mismos labios, era el chico con que se había divertido en Halloween, la fascinación que sintió por él había sido tante que, no se dio cuenta de aquello en el momento, había sido un completo idiota.

⁃ Te atraparé...

Notas finales:

Esto iba a ser más largo ;-; pero por falta de tiempo tuve que acortarlo. Igual espero que lo hayan disfrutado y nos vemos muy pronto :3


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