Ahógame con tus besos, antes de que el oxígeno se acabe, antes de que la luz centelleante se haga más intensa. Antes de que el fatal destino llegue a nosotros, déjame sentirme tuyo por última vez y antes de que hallemos nuestra propia destrucción. Quiero sentirte cerca, aún cuando el mundo se acabe a nuestro alrededor. Quiero perderme en tus galaxias, esperando no despertar nunca, jamás me sentí tan vivo como ahora, estando a sólo un par de pasos del abismo. Ahora es nada...
— El fin se acerca. No tengas miedo, ahora sólo necesito que me mires a mí y sólo a mí.
— Te amo.
La primera catástrofe.
Jamás pasó.
Fui un sobreviviente, más ahora ya ni sé quién soy. Desperté en una pequeña habitación que apestaba a químicos y como un robot, conectado a máquinas. Desperté en un mundo nuevo, un mundo en reconstrucción, donde los de más arriba te lavan el cerebro y te mienten en la cara, obligándote a crearte una imagen utópica del mundo perfecto, sí, todo era perfecto ¿Es posible vivir en un lugar así? Ya no recuerdo cómo es que terminé aquí ni cómo es que llegué a tragarme todas sus mentiras. Aquí nunca pasó nada, estaré a salvo mientras permanezca aquí y sólo aquí.
...
Parpadeo y en un instante todo parece desvanecerse. Ahora corro aferrándome a tu mano, no sé quién eres, jamás te había visto, sólo sé que ahora ambos nos aferramos a la vida.
No sueltes mi mano, te llevaré a un lugar seguro.
Cuando miro tus ojos, un par de pupilas marrones que calan en lo más profundo de mi pecho, estás asustado y yo sólo sé que debo protegerte ¿Por qué?
Esa sensación de perderse en el vacío un momento, de sumergirse en lo profundo del océano, un océano brillante en el que se reflejan las estrellas del cielo nocturno, un bello par de galaxias. Conozco este sentimiento, pero, ¿de dónde?
Siento como el corazón parece querer salírseme del pecho, es una sensación de agobio, un dolor intenso y el calambre en las piernas, siento que en cualquier momento he de quedarme sin aliento, pero todo ahora es correr o morir.
Nos refugiamos dentro de una construcción vieja, tal vez estos sean mis últimos segundos de vida. Miro tu rostro, tan joven y de aspecto dulce, pareces un niño. Dime ya ¿Quién diablos eres?
Noto que te tiemblan los labios al igual que tu cuerpo, tembloroso e indefenso. Tal vez no te conozca, pero estamos juntos en esto ahora.
Cuando noté como aquella extraña luz se acercaba, las siluetas afuera, distorsionadas por el cristal de la puerta. No sé si es la adrenalina o el miedo, los que me impulsaron a acercarme a ti, cuando te atraje hacia mi cuerpo en busca de un último estímulo de vida, estaba desesperado. Cuando una imagen llegó tan clara a mi cabeza.
Esto ya lo vi antes, puedo sentirlo. La proximidad de tu cuerpo se me hace tan familiar. Tal vez seas menor, pero eres más alto, eres tan lindo.
Mi corazón late con fuerza, estoy aterrado y sé que tú también lo estás. Ninguno sabe lo que pasará después.
"Te amo"
Un profundo eco se queda estancado en mi cabeza, cuando te miro a los ojos, tal vez sea la última vez que lo haga. Por un segundo creo que te conozco, siento que te había visto antes. Ya no pareces asustado, ¿o soy sólo yo?
Necesito hacer algo.
Mis brazos rodean tu cuello y tu te aproximas a mi cuerpo, tu rostro es tan bello, siento que te he visto antes ¿No piensas apartarme?
En estas circunstancias y a sabiendas de que tal vez seas tú, el último ser al que vea, el último ser al que me aferre, no hay necesidad de si quiera pensarlo.
No sé quién seas, pero agradezco no pasar mis últimos segundos de vida solo.
Tu expresión lo dice todo, es como si lograras entenderme, como si nos comunicáramos con sólo el pensamiento y el uso de nuestras miradas, la tuya me dice lo mismo. Gracias por estar aquí.
La palma de mi mano acunando tu rostro, cuando una amarga lágrima rueda por tu mejilla.
"No sé porqué, pero se siente como si te conociera desde siempre..."
Y es entonces que nuestros labios se encuentran sin más, esa cálida sensación y el temor casi desvanecido, la adrenalina, la confusión, es un torbellino de emociones, pero mi mente sólo puede concentrarse en la idea de que esto ya pasó, que tuvimos un antes. Tu dulce boca, el adictivo sabor de tus labios, un tenue aroma a limón y caoba, la calidez de tu cuerpo y el sentimiento latente, todo me es tan familiar.
Cuando la luz enceguecedora se vuelve cada vez más intensa, un pequeño recuerdo llega como un destello a mi cabeza. Jungkook...
— Yo también te amo.