Su vida en la escuela había dado un giro radical, ahora amaba estar en el colegio One Piece. Incluso Usopp que siempre le había tenido miedo ahora le pedía que le ayudara a estudiar. Le encantaba su club, de hecho, se había vuelto un total devoto del kendo, era la manera perfecta de canalizar su ira, cuando tenía algún problema en casa solo con tomar un bouken sentía que podía enfrentar cualquier cosa, aunque algunos días tenía que coger tres, esto hizo que desarrollara un estilo único de pelea que lo hizo aún más fuerte.
Salió del aula rumbo al gimnasio cuando un par de brazos lo apresaron, se giró sorprendido para encontrarse con la sonrisa más hermosa del mundo.
- Hasta que al fin logro atraparte.
- Ace que haces aquí, no deberías estar en la práctica de fútbol.
- te extrañaba, así que decidí saltarme la práctica y secuestrar a mi esposa.
- pues lo siento esposo, pero yo no puedo saltarme las actividades del club.
- vamos solo será está vez, por favor- puso cara de perrito.
- ya te dije que no puedo, las nacionales están a la vuelta de la esquina.
- por un día no pasa nada.
- claro que pasa los chicos confían en mí, no puedo decepcionarlos, otro día...- paró de hablar al ver la cara triste del moreno.
- ok entiendo, otro día será- dijo con una sonrisa forzada.
El interior de Zoro se removió, no pudo soportar ser el culpable de aquella mueca disfrazada de sonrisa. - bueno supongo que por un día no pasa nada, le diré a Vista que mañana entrenaré doble.
- De verdad!!!- éxito rotundo, la sonrisa de Ace había vuelto.
Salieron de la escuela directo al cine donde el pecoso se durmió no más comenzar la película, luego comieron una hamburguesa y finalmente terminaron sentados en un parque donde Ace se antojó de un helado. El apetito del moreno era enorme, normalmente pasaba desapercibido al ser opacado por el pozo sin fondo que era Luffy pero cuándo estaban solos era imposible no verlo.
Mientras el mayor esperaba en la fila Zoro se sentó en una banca del parque.
- pero mira lo que tenemos aquí. Si es mi alumno favorito.
- Ray sensei que hace aquí?
- me encontré con unos viejos amigos para pasar el rato.
- y que hacían jugar bingo?
- mocoso insolente- le dijo mientras lo abrazaba y revolvía su cabello- que edad piensas que tengo?
- como 120
- ahora sí que te mato, este anciano de 120 años aún puede patear tú trasero.
De lejos se veía como una linda escena de padre e hijo jugando, sin embargo para cierto pecoso no se vio tan tierna .- Zoro aquí está tu helado.
- buenas tardes para ti también Ace-kun. No me digas que estoy interrumpiendo su cita.- dijo Rayleigh sin soltar a Zoro.
- No- dijo Zoro sonrojado
- Si- respondió el pecoso mientras deshacía el agarre de los otros dos.
- Ace- lo regaño el peliverde muy apenado.
- Que?- soltó con un puchero el pecoso.
- Jajaja ya veo, entonces cuida bien de mi pequeño Ace-kun.
- Lo haré.
- Dejen de hablar como si estuvieran negociando mi mano en matrimonio! - dijo Zoro que ya parecía un tomate.
- entonces los dejo tortolitos.
- no se ni para que me esfuerzo, estoy rodeado de locos.- se quejó el de cabello verde
- Zoro, estás seguro de que no le gustas al sensei?
- Eh? A qué viene eso ahora?
- Pues bueno él siempre te abraza y está pendiente a ti, sé que me dijiste que nunca ha pasado nada entre ustedes. Pero eso no quita que tal vez le gustes pero se esté conteniendo.
- Na, una vez le ofrecí dormir con él pero no quiso.
- QUE TÚ QUÉ?!!! Por qué? Acaso él te gusta.- la cara de Ace era un poema.
- no, fue solo un impulso. Todos creían que lo hacíamos, y no estoy acostumbrado a que las personas me ayuden sin esperar algo a cambio, así que se lo ofrecí, pero él se negó. Dijo que me quiere como a un hijo- esto último salió de su boca con una felicidad y un orgullo que Ace antes no había visto.
- Que alivio, ya es bastante duro compartirte con la escuela completa, tener a ese hombre de rival iba a ser un problema.
- no seas dramático.
- Zoro ya casi no te veo.
- Serás exagerado, comemos juntos todos los días.
- si, pero nunca solos, extraño cuando nos encontrábamos solo tú y yo en las gradas.
- es más divertido con más gente.
- para mí no- tomó la mano del otro- sé que suena egoísta, pero odio cuando le prestas más atención a otros que a mí.
- Ace gracias a ti, es que puedo estar con otros, tú me ayudaste a tener amigos.
- lo sé, y estoy muy feliz por ti, pero me pongo celoso, no puedo evitarlo. Tal vez si los demás supieran..
Zoro se tensó- los demás supieran que?- dijo mientras apartaba su mano de la contraria.
- que nos gustamos.
- Qué?!
- Me gustas Zoro y yo te gusto a tí.- acarició su cara lentamente.
- Que rayos te pasa? Ambos somos hombres.
Ace se rió- me acabas de decir que le ofreciste tu cuerpo a Ray sensei, acaso él no es un hombre.
- si pero no es lo mismo, eso solo era físico, tú...tú estás hablando de sentimientos.
- así es, quiero que seas mi novio.
- eso es imposible.
- por qué? Tú me gustas, me gustas desde el día en el que te conocí. Al principio solo creí que era curiosidad, pero mientras más conocía de ti más me gustabas. Y tú, la forma en que me miras como te sonrojas. También te gusto verdad?
- cállate
- no seas tímido, tú y yo..
- CÁLLATE!- Ace no dijo nada más- no te confundas te tengo cariño si, eres mi primer amigo de verdad pero no me gustas de esa manera, lo siento.
- estás mintiendo.
- no lo estoy, aclara tu mente y no vuelvas a hablar de esto conmigo o por mucho que me duela no podremos seguir siendo amigos.
Después de ese día las cosas volvieron a la normalidad excepto por un detalle, Ace ya casi nunca se juntaba a almorzar con ellos. A pesar de que cuando si lo hacía parecía que nada hubiese pasado Zoro sentía cada sonrisa del pecoso como una daga en el corazón.
- Se puede saber a qué vienen tantos suspiros.- le pregunto Rayleigh mientras le servía la cena.
- no estoy suspirando.
- es la décima vez que lo haces. Que pasa acaso peleaste con tu novio.
- yo no tengo novio.
- Entonces Ace-kun solo está jugando contigo? Acaso te rechazó? Deja que atrape a ese mocoso nadie hace llorar a mi pequeño.
- en primera no estoy llorando y en segunda yo lo rechacé a él.
- pero por qué? Si estás completamente enamorado.
Zoro enrojeció, no tuvo valor para negarlo- tanto se me nota.
- no, pero yo te conozco y he visto la forma en la que lo miras.
- soy imbécil.
- no creo que imbécil, pero si un poco tonto por rechazar a la persona que te gusta. Por qué lo hiciste?
- Ray sensei, Ace no solo fue la primera persona a la que le conté todo de mí y aun así me aceptó, sino que hizo que los demás me aceptaran. Qué tal si comenzamos que salir y termina odiándome.
- por qué haría eso?
- somos hombres, que tal si su familia se molesta. O si en la escuela lo ignoran o peor aún le hacen daño.
Rayleigh pensó un poco- Zoro te asusta que esas personas rechacen a Ace o que te rechazen a ti.
El chico lo miró triste- Las dos.
El mayor suspiró- te entiendo, por primera vez tienes amigos, así que tienes miedo de perderlos. Pero tienes que pensar una cosa, no crees que esas personas te aceptarían sin importar que? No es igual que antes ahora te conocen y no creo que quieran perderte, así que no te escondas, se feliz.
- no lo sé.
- bueno es tu decisión, pero Ace-kun es un chico muy guapo y popular. No te arrepientas luego al verlo con alguien más
Odiaba que Rayleigh tuviese razón. Los rumores sobre que el quarterback y la capitana de las porristas estaban saliendo era el chisme más difundido en la escuela.
- Ace no está contigo hoy Sabo?- preguntó alegre Luffy.
- No, el equipo de porristas lo secuestró cuando salíamos del salón. Están creando algo especial para el show de medio tiempo del partido del viernes y Rebeca logró convencer a Ace de participar.
Escuchar sus nombres en una misma oración hizo que su pecho se oprimiera. Estaba celoso, y como no estarlo esa chica era realmente hermosa, con un cabello rosa pálido y un cuerpo atlético, además de la cara de un ángel. Sin dudas esos dos hacían una pareja perfecta.
Un golpe en su cabeza lo hizo salir de sus pensamientos- como me vuelvas a ignorar te castro- gritaba Nami.
- Que quieres ahora bruja?
-que me acompañes a la sala de profesores a buscar los cuadernos.
- llévate a la rubia.
- Sanji-kun no vino hoy, que te pasa que estás más tonto de lo normal.
- Solo vamos.
Mientras el timbre sonaba caminaron por el pasillo, pero ambos se quedaron parados ante la escena que presenciaron, ya que la parejita del momento iba caminando toda risueña por el pasillo agarrada de la mano.
- Oye Ace-kun ya no saludas a los amigos.- le dijo Nami.
- Ah? Nami, Zoro no los había visto. Disculpen iba un poco distraído.
- Si ya nos dimos cuenta
El resto de la conversación pasó inadvertida para él que solo podía mirar la hermosa sonrisa en la cara del pecoso mientras esa chica seguía pegada a su brazo. Si ese día su cara desinteresada era digna de alabanza por su gran actuación el resto de la semana lo había hecho merecedor de un Oscar. Sobre todo, el día que mientras estudiaba con Luffy los vio a ambos entrar a la habitación de Ace.
Pensó que era inmune hasta que llegó el viernes en la noche. Por qué había ido a ver el juego? Pues por masoquista, Ace brillaba como siempre, el estadio entero aplaudía y entonces comenzó en show de medio tiempo donde Ace se puso un uniforme de porrista y realizó la rutina como una chica más. Zoro sonrió, le encantaba esa luz que tenía el pecoso, aún rodeado de hermosas chicas él era el que más destacaba.
El partido siguió, no fue una sorpresa para nadie cuando cierto pecoso anoto el touchdown de la victoria. Toda la escuela se lanzó al campo, incluso Zoro que fue arrastrado por Luffy, sin embargo unos pasos antes de llegar a la estrella del partido algo para lo que no estaba listo sucedió. Rebeca se colgó del cuello de Ace y lo besó.
- Buacala Ace, consíguete un cuarto.- dijo Luffy haciendo que el moreno reparará en ellos. Se quedó estático mirando la cara de Zoro que por una vez no pudo evitar reflejar toda la tristeza que sentía su corazón.
Sintiéndose descubierto corrió hacia la salida, no oyó los gritos de Luffy que lo llamaban ni siquiera la voz de Ace, solo corrió hasta que se quedó sin aliento. Su vista comenzó a nublarse debido a las lágrimas que se acumulaban en sus ojos. Su carrera hubiese continuado de no ser por un fuerte agarre que lo hizo girarse. - Joder Zoro acabo de jugar un partido no tengo fuerzas para seguir corrien...- no pudo seguir hablando, los ojos llenos de lágrimas del otro dieron un duro golpe a su corazón- idiota te dije que te gustaba, no podías simplemente haberme hecho caso en ese momento.- dijo mientras lo abrazaba.
- mentiroso, nadie se declara un día y al siguiente se busca otra novia.
- Rebeca no es mi novia.
Zoro levantó la cabeza. - pero la besaste.
- ella me besó a mí, me cogió con la guardia baja, las chicas son aterradoras cuando se lo proponen.
- Pe...pero en tu habitación ella y tú- enrojeció por lo que trataba de decir
- solo estudiábamos, que pensabas que hacíamos pervertido.
Enrojeció aún más - yo creí que estaban saliendo.
- no seas tonto, ella solo me consoló un poco después de que el chico que amo me rechazara. Él fue muy cruel me dijo que me odiaba y que si volvía a intentar declararme dejarían de hablarme.
- yo no dije que te odiaba.
- dijiste que no te gustaba.
- yo... mentí.
Ace lo miró enternecido. - entonces, te gusto.
- si, me...me gustas mucho.
- quieres ser mi novio?
- me encantaría.
El pecoso se acercó pero Zoro tapó su boca con su mano.- que pasa? No puedo besar a mi novio.
- primero te lavas la boca, no pienso besarte luego de que lo hiciera esa tipa.
- espérame aquí.- dijo mientras salió corriendo.- Oye Jozu dame tu botella de agua.
- busca la tuya yo aún tengo sed.
- que me la des te digo.
Zoro miró sin comprender como Ace se puso a pelear con uno de sus compañeros de equipo hasta que logró quitarle una botella de agua. De más está decir que no se esperaba para nada tener que volver a lanzarse a la carrera para huir del defensa de dos metros.
Necesitaron correr tres cuadras hasta esconderse en un callejón y finalmente perder al otro.
- Tú estás loco. Jozu te va a matar mañana. Si tenías sed hubiésemos ido a tomar algo
Sin embargo, el pecoso no le respondió. Abrió el embace y comenzó a enjuagar su boca y a hacer gárgaras. Una vez hubo terminado tomó a un confundido Zoro de la nuca y unió sus labios en un profundo beso.
...........
Fue el primer beso de mi vida estaba tan apenado que ni siquiera pude mover los labios. Ace decía que fue como besar una pared, pero que de todos nuestros besos ese fue su favorito.
- es normal que esté un poco celoso de no ser tu primer beso?
- me gusta que lo estés.
- que bien porque planeo ser el último.- dijo Mihawk mientras lo besaba tiernamente.
Ambos rieron.- comenzamos a salir entonces. Cómo te podrás imaginar por lo que te he contado a Ace no se le ocurrió mejor idea para decírselo a nuestros amigos que estamparme un beso en medio del salón y en su casa no lo hizo porque lo golpeé. Al final resulta que Rouge se lo imaginaba y Luffy se lo dijo a Dragon para que regañara a Ace, el pobre aún creía que su hermano me estaba obligando a salir con él. Ese año fue genial, me encantaba estar en la misma escuela, de hecho me preocupe mucho cuando entró a la universidad.
- quedaba muy lejos.
- no, a diferencia de Sabo que fue a estudiar al extranjero Ace se quedó en la ciudad pero se mudó de casa de sus padres a un pequeño apartamento. Así que no lo veía ni en el colegio ni en casa de Luffy, además tenía trabajo a medio tiempo para pagar la renta. La verdad es que estaba bastante molesto.
- oye Zoro vienes con nosotros al karaoke.- pregunto Luffy
- lo siento chicos pero tengo planes.
- Acaso tienes una cita con tu novio.- lo pico Sanji.
- si, algún problema con eso.
- ya sabía yo que tanta alegría desde ayer no era por gusto.- se burlo Usopp.
- saluda a Ace de parte nuestra.- dijo Vivi
- usen condón- se burlo el rubio.
- váyanse a la mierda.
La verdad era que estaba súper emocionado, hacía dos semanas que solo hablaban por teléfono porque el pecoso estaba muy ocupado. No veía la hora de verlo, sin embargo, luego de 20 minutos esperando en el parque recibió un mensaje de su novio diciendo que no podrían verse porque estaba haciendo un proyecto de grupo.
Desanimado, así se sentía, se dirigió a casa pero al llegar lo que presenciaron sus ojos hizo que su sangre hirviera, uno de los clientes frecuentes de su madre la golpeaba, no se lo pensó dos veces y se lanzó sobre el tipo, recibió varios golpes pero al final el otro salió huyendo y gritando maldiciones. Sin siquiera limpiar la sangre de su labio se dirigió a su madre para ayudarla a levantarse del suelo, pero en lugar de agradecimiento recibió una bofetada.
- Tú eres imbécil o qué? Que vas a hacer si Morgan no regresa, dime. Acaso tú vas a sostener esta casa? Tu me vas a mantener!?
- si lo hago dejarás de hacer esto?
- que?
- Si lo hago? Si te doy dinero, ya no pasarás el tiempo con esos hombres? Si me convierto en un hombre tu serás una madre como todas las demás?
- Solo eres un mocoso. Desaparece de mi vista. VETE!!!
Su corazón dolía, dolía mucho más que su cara a pesar de los golpes. Pensó en ir para el orfanato o incluso para casa de Rayleigh, pero quería ver a Ace, era el único que podía consolarlo en ese momento.
Tocó la puerta pero no hubo respuesta así que se sentó en la escalera dispuesto a esperar a su novio. No sabía que cantidad de tiempo había pasado solo que cuando levantó su cabeza de sus rodillas ya era de noche. Su vista se fijó en una pareja que caminaba conversando animadamente por la calle. Reconoció a su novio pero lo que lo sorprendió fue reconocer a la persona que venía junto a él.
- Zoro? Que haces aquí tan tarde.
- quería verte, pero parece que te estás divirtiendo bastante sin mi.
- No seas ridículo Rebeca es parte de mi equipo para el trabajo del que te hablé, los demás.... Eso es sangre en tu cara? Que te pasó?
- Nada, disculpa por molestarte ya me voy.
- Que? No, déjame curarte eso y explícame que pasa.- dijo Ace mientras lo agarraba del brazo.
- ya te dije que estoy bien suéltame. Hablemos mañana.
- no estás bien, si no no estuvieras aquí.
Zoro pareció dudar pero la llegada del resto de los amigos de Ace terminó de alterarlo. - Solo déjame en paz, quiero estar solo.- se sacudió de su agarre y comenzó a bajar las escaleras.
Ace lo alcanzó fuera del edificio- a ti que te pasa hoy? Vienes, me preocupas y ahora te quieres ir como si nada. Dame un respiro.
- disculpa, no vendré nunca más sin avisar.
- no es eso y lo sabes. Qué te pasa, si no hablas conmigo esto no va a funcionar.
- pasa que estoy harto de que nunca tengas tiempo, de que me canceles a última hora los planes y que te la pases de amiguito con esa tipa a pesar de saber que le gustas.
- estás actuando como un niño, sabes que trato de hacerlo lo mejor que puedo, ahora está complicado pero pronto tendré más tiempo, solo tienes que ser paciente y Rebeca es mi amiga yo...
- olvídalo, me largo.
- a dónde vas.
- eso no te importa.
El pecoso enfureció - no te atrevas! Me prometiste que ya no dormirías ahí.
- y tú prometiste que nunca más me dejarías solo. Supongo que ambos somos unos mentirosos.
El pecoso se quedó parado como una estatua asimilando sus palabras, cuando volvió en si ya no había señales de Zoro. Sacó su teléfono rápidamente ignorando a sus amigos que lo llamaban. - Hola abuelo....... No todo está bien, pero necesito un favor dime la dirección del profesor Rayleigh.