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Hope por Akatsuki3333

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Luffy lloró desconsoladamente hasta que se quedó dormido. Sin embargo ni siquiera su subconsciente pensaba darle tregua así que en sus sueños rememoró el momento en que encontró y perdió el amor.

Acababan de mudarse a la ciudad, estaba muy triste por dejar atrás a sus amigos. Siempre había sido un niño extrovertido y sabía que no tardaría en hacerse de una nueva pandilla pero no podía evitar extrañar a aquellos que se habían ganado el título de nakamas. Lo único que lo consolaba era saber que sus hermanos estaban con él. Ace era el mayor, ya que aunque tenía la misma edad que Sabo su cumpleaños era unos meses antes. Es cierto que estos dos no compartían un vínculo de sangre ya que Ace era hijo de su mamá y Sabo de su papá pero aún así se querían mucho y Luffy era como el pegamento que los unía.

Bajó a desayunar pero pese a sus esfuerzos por parecer normal era un libro abierto a sus hermanos.

- tranquilo Lu ya verás cómo te gusta la nueva escuela- lo tranquilizaba el rubio

- y si alguien te molesta no dudes en venir a buscarnos, ya verás cómo acabo con todo el que se pase que listo con mi lindo hermanito- decía Ace mientras lo abrazaba.

Todos rieron en la cocina, ya que por muy protector que fuera Sabo, nada superaba el complejo de hermano de Ace.

Los tres se dirigieron a la escuela los mayores estaban en último año mientras Luffy cursaba el primero. Eso no era justo, él era el único que tenía que empezar solo. Entraron a la escuela donde los esperaba su abuelo que daba clases en el lugar y además era el subdirector. Este los recibió como siempre con un puño de amor y los condujo a sus respectivos salones. Luffy entró al salón y se presentó con una gran sonrisa. Solo de sentarse ya varios le preguntaban cosas en voz baja o le sonreían, no es que le molestara pero en esos momentos tanta amabilidad le resultó tan falsa y nauseabunda que quizás fue eso lo que lo hizo quedarse prendado de aquella mirada desafiante y fiera que le lanzó un peliverde que entraba al salón notablemente sofocado. A quien quería engañar, no fue solo eso, ya que todo en ese muchacho le resultó fascinante desde su hermoso rostro, su peculiar cabello o su increíble excusa de llegar tarde porque las calles se movían. Por su mente pasó el pensamiento de que quizás no era tan malo haberse mudado.

Sin embargo la idea desapareció en cuanto llegó el recreo y una montaña de gente se apiló a su alrededor todos se presentaban y trataban de sacarle información.

- Basta ya, dejen al pobre chico o lo van a asfixiar- dijo una hermosa pelinaranja que se acercó a él. Sorprendentemente todos se alejaron dejando lugar a la chica que venía acompañada de una peliazul de tez blanca. - Hola, yo soy Nami y soy la delegada de la clase así que cuenta conmigo si tienes cualquier problema. Ella es mi amiga Vivi. - la aludida lo saludó tímidamente.

- Mucho gusto, yo soy Luffy.

- como ya vez todos quieren estar cerca de ti pero creo que es importante que conozcas la escuela y las reglas, así que te invito a comer con nosotras y de paso te explico cómo funciona todo por aquí.

Luffy accedió y salió del aula con las chicas no sin antes dedicarle una mirada a cierto peliverde que dormía en la última mesa. En el patio conoció a otros de sus compañeros Sanji un rubio alto con una ceja rara y Usopp un moreno con una nariz extremadamente larga. Todos fueron muy amables y le explicaron que la gente mayormente se juntaba según sus aficiones y salían al patio a comer. Al echar un vistazo se percató de que era cierto todas las caras que vio en el salón se agrupaban en varios grupos a su alrededor. Sin embargo faltaba alguien.

- oye Nami, que hay con ese chico de cabellera verde, con quien se junta él? - notó inmediatamente como las expresiones de sus compañeros se tornaban duras, incluso el tal Ussop comenzó a temblar.

- Roronoa Zoro, no debes de juntarte con él, ese tipo es peligroso. El almuerza o se la pasa durmiendo.

No podía creer su mala suerte la única persona que le resultó interesante y resulta que era un delincuente. Bueno que se le iba a hacer.

Los días pasaron y seguía extrañando su hogar. Se había juntado con Nami y sus amigos. Le agradaban mucho, Sanji cocinaba deliciosamente y Usopp lo hacía reír con sus historias, pero algo faltaba o mejor dicho alguien.

El día no podía ir peor, su padre le había amenazado con prohibirle visitar a sus amigos si le iba mal en la escuela. Había logrado notas medianamente decentes en todas las asignaturas menos matemáticas, el profesor Rayleigh estaba dando las notas del primer parcial y como siempre su nombre estaba en el grupo de los suspensos.

- bueno chicos, no entiendo como a la mayoría le fue tan mal en el examen.

- Rayleigh sensei, es que era imposible de hacer si hasta Vivi aprobó por los pelos- se quejaba Nami.

- nada es imposible, y para demostrárselos está mi alumno favorito que sacó una calificación perfecta, no es así Zoro?....Zoro?..... ZOROOO!

Solo entonces el aludido despertó de la siesta que tomaba en su asiento. Levantó la cabeza y bostezó mirando a Rayleigh con curiosidad.

Algunos tuvieron el valor de reírse bajito, otros solo cuchicheaban, sin embargo luego del gruñido de molestia del peliverde el aula quedó en completo silencio.

- bueno como les decía, los resultados fueron tan malos que repetiré el examen, por supuesto que los que aprobaron no tendrán que hacerlo a menos que deseen mejorar su calificación.

- Rayleigh sensei, pude quedarse después de clases y ayudarnos por favor es que hay varias cosas que no entiendo y tengo que aprobar o mi padre me mata.- suplicó Luffy

- lo siento joven Monkey pero estoy muy ocupado. Pero estoy seguro que Zoro tiene tiempo así que él se quedará y ayudará a todos los que lo necesiten. Verdad Zoro?

El aludido chasqueo la lengua y se cruzó de brazos molesto, pero la mirada de Rayleigh lo hizo asentir de mala gana.- está bien- dijo entre dientes.

Por supuesto que a la hora de salida nadie pensaba quedarse, bueno casi nadie.

- no me digas que te quedarás a estudiar con ese salvaje.- se quejaba Nami.

- tengo que aprobar, esta es mi única oportunidad.

- pero es muy peligroso, quien sabe lo que podría hacerte- temblaba Usopp.

- solo quiero que me enseñe.

- bueno, si él quiere no hay nada que hacer, además así sabremos si el Marimo de verdad es tan inteligente o los rumores son ciertos.- dijo Sanji mientras exhortaba a los otros a marcharse

Luffy quería preguntar de qué rumores hablaban, pero ya todos se habían ido, ya tendría tiempo después. Miró hacia la última mesa y ahí estaba el peliverde dormido para variar. Se acercó sigilosamente y se quedó mirando su cara. En serio que era hermoso, parecía un ángel durmiendo no entendía por qué todos le tenían miedo.

- piensas quedarte como idiota mirándome toda la tarde, o me dirás que rayos quieres?- preguntó Zoro sin abrir los ojos

- este yo..., Rayleigh sensei dijo que podrías ayudarme para el examen.

Solo entonces levantó la cabeza de la mesa y bostezó mientras le daba una detallada mirada a su compañero, Luffy se estremeció.- entonces no te molesta que te enseñe- preguntó seriamente.

- para nada, necesito aprobar a cualquier precio.- Zoro esbozó una media sonrisa sin dudas ese chico o era muy valiente o nadie le había contado nada. Por un momento se sintió feliz de no ser mirado con desprecio o miedo.

Comenzaron a estudiar y pese a que Luffy se distraía por momentos con cualquier tontería, su nuevo tutor a veces con paciencia, otros regañándolo a gritos logró que entendiera más en unas horas de lo que había aprendido en el mes que llevaba ahí.

- bueno creo que por hoy es suficiente, mañana podemos seguir,..si quieres.- dijo dudoso el peliverde.

- claro que si, por primera vez en mi vida entendí algo de matemáticas, eres genial- le sonrió ampliamente pero no pudo evitar sorprenderse cuando su compañero se sonrojó hasta las orejas. Como rayos todos le tenían miedo a un chico tan tierno.- por cierto soy Monkey D Luffy mucho gusto.

- idiota no crees que debiste empezar por ahí- Zoro suspiró- Roronoa Zoro el gusto es mío.

Ese día llegó a su casa que irradiaba felicidad. Bajó a cenar y todos trataban de sacarle información sobre la razón de su felicidad, bueno todos menos Ace que por alguna razón no había llegado.

Al otro día despertó temprano, tenía unas ganas enormes de llegar a la escuela y ver a su nuevo amigo. Por lo visto la suerte estaba de su lado pues a medio camino para su sorpresa se encontró con su tutor que por algún motivo iba en sentido contrario.

- buenos días Zoro, no vas a la escuela?

El joven se sorprendió, ese chico lo llamaba por su nombre como si nada.- buenos días, a donde crees que vos si no.

- pues no lo sé la escuela es por el otro camino, vamos juntos así no te pierdes

- YO NO ME PIERDO!

Caminaron animadamente conversando de tonterías. Luffy le contó sobre lo mucho que extrañaba a sus amigos y la amenaza de su padre, pero cuando faltaban unos metros para llegar Zoro se paró. Luffy lo miró extrañado.

- deberíamos entrar separados, no quiero causarte problemas

- de que hablas somos amigos no. Que tiene de malo que entremos juntos?

- tiene que a tus otros amigos no les gustará, créeme es lo mejor, y tampoco me hables hasta que todos se marchen.

La mirada confundida de Luffy lo hizo sonreír levemente.

- no te preocupes es mejor así.

Aún le daban ganas de golpearse a sí mismo por no haber insistido, por no haberlo tomado del brazo y entrar a su lado. Si tan solo se hubiera percatado de la expresión de tristeza y soledad en la cara ajena, pero no lo hizo y eso es algo de lo que se arrepentiría por siempre.

Al entrar en el aula todos le preguntaban por lo ocurrido con el peliverde. Usopp incluso lo revisaba en busca de heridas. Sin embargo el aula cayó el absoluto silencio con la entrada del peliverde.

A la hora del almuerzo el interrogatorio fue más profundo.

- pues va ser mentira lo de los rumores de sus notas- decía Usopp.

- bueno a lo mejor tiene clases privadas con Rayleigh sensei- dijo Nami y todos rieron.

- de que rumores hablan.- preguntó Luffy.

- cierto tu no lo sabes. Resulta que tiene muy buenas notas en todo a pesar de pasarse las clases durmiendo, pero sobre todo en matemáticas siempre saca el máximo, además Rayleigh sensei siempre dice que es su alumno favorito y dicen que lo han visto saliendo de su casa en la mañana- explicó Nami.

- pero eso es imposible, Zoro no haría algo como eso. Además ambos son hombres.- dijo Luffy alterado.

- y eso que, todo el mundo sabe que Rayleigh sensei es bisexual, y hay que admitir que el idiota cabeza de musgo es bastante atractivo, además Luffy, tú no sabes de lo que ese tipo es capaz- le replicó Nami

- y ustedes si- el pequeño moreno estaba molesto.

Nami lo miró furiosa- tú no sabes nada así que te lo diré para que veas que tan bueno es tu nuevo amigo. El primer día de clases mandó a uno de los chicos de último año al hospital solo porque tropezó con él. Mi amiga Connis se enamoró de él y se le confesó a la salida del colegio. Sabes que hizo con los chocolates que le dio, los pisoteo sin siquiera probarlos. Y eso sin contar todos los rumores que hay sobre él.

- eso no puede ser Zoro no….

- haz lo que quieras yo solo te advierto el tipo de persona que es. Ya tu decidirás si prefieres andar con él o con nosotros- y dicho esto la pelinaranja se levantó y tras ella el resto de sus amigos.

Por qué no había tenido el valor de ir a preguntarle, esa duda siempre rondaba su cabeza. Por el contrario había huido, ni siquiera tuvo el valor de decirle que no iría a las tutorías, había salido junto con los demás dejando al dormido peliverde solo en clase.

Al otro día por poco y llega tarde, se sentó en su silla pero algo llamó su atención. Sobre su mesa había un cuaderno. Lo abrió y leyó lo que parecía un mensaje en la primera página.

“Supongo que ya escuchaste sobre mí y no vendrás a las tutorías así que me tomé la libertad de hacerte unos apuntes con lo que creo que irá al examen. Ojalá te sea útil, puedas aprobar y tu padre te deje visitar a tus amigos. Tomaste la decisión correcta".

Sus ojos se llenaron de lágrimas, miró discretamente atrás y como siempre el peliverde dormía. Al carajo con todos, él no se creía que fuera una mala persona y lo demostraría. Trató de hablar con él todo el día pero Zoro siempre desaparecía. Incluso a la hora de la salida lo perdió de vista entre la multitud y pese a los gritos de Nami corrió con todas sus fuerzas en dirección a donde se había ido el otro chico.

Cuando pensó que lo había perdido escuchó un grito proveniente de una de las calles, corrió a toda velocidad pero paró en seco al ver como su querido tutor golpeaba sin piedad a un sujeto, mientras otro tipo le asestaba un golpe al peliverde en la cabeza con una barra de metal. Sin embargo Zoro no pareció ni inmutarse por el golpe, soltó al que había golpeado hasta la inconciencia y repitió la operación con el nuevo agresor.

Luffy quería salir corriendo, pero esta vez le preguntaría. Se acercó al otro que al parecer ya había quedado satisfecho con la golpiza propinada a sus víctimas pero un grito lo hizo pararse.

- Zoro nichan cuidado.- gritó un niño mientras corría y se sostenía de las piernas del de cabello verde

El aludido se giró hacia él con la sed de sangre de una bestia. Sin embargo al percatarse de que no era una amenaza suavizó su expresión y se agachó para tomar en brazos al pequeño niño.

- tranquilo Chopper, es un compañero de la escuela, él no te hará daño.

El pequeñín miró a Luffy quien le sonrió ampliamente y solo entonces dejó de temblar.

- soy Chopper, mucho gusto. Eres amigo de Zoro nichan.

- si así es, vine hasta aquí para agradecerle un favor que me hizo.

- verdad que Zoro nichan es el mejor, él nos protege a todos en el orfanato e incluso nos trae regalos. Quieres venir a conocer a los otros- preguntó el niño emocionado.

- no seas así Chopper, de seguro Luffy tiene más cosas que hacer.

Por primera vez oyó su nombre salir de sus labios y la sensación que sintió fue inexplicable. Quería saber más, quería oír más - me encantaría ir con ustedes.

Los acompañó hasta un edificio destartalado que servía de refugio a un grupo de huérfanos al cuidado de una vieja parecida a una bruja. Según ellos era la mejor doctora del mundo y respondía al nombre de Kureha. Se pasaron horas jugando con los niños hasta que se hizo de noche y Luffy tuvo que regresar a casa. Sin embargo Zoro insistió en acompañarlo ya que el barrio era peligroso.

- entonces vives ahí- preguntó tímidamente.- el de pelo negro.

- no, mi casa es unas cuadras a la derecha, vivo con mi madre, pero ella casi siempre está ocupada así que la doctora cuidaba de mí y ahora yo le devuelvo el favor.

- ya veo. Oye crees que puedas volver a enseñarme después de clases.

- claro, no hay problema.

Luffy sonrió - ya llegamos. Esta es mi casa.

Zoro miró la vivienda y Luffy pudo ver algo raro, tal vez añoranza, en su mirada.- quieres entrar?

- no, no te preocupes no quiero molestar.

- no es ninguna molestia, a mis padres les gustará conocerte.

- no lo creo, no soy lo que se dice la imagen del amigo que los padres quieren para sus hijos.

Luffy lo miró, era cierto que el peliverde no iba lo que se dice bien vestido. Tenía el uniforme desordenado, sucio y algo manchado de sangre.- no te preocupes, además eres mi tutor lo mínimo que puedo hacer es invitarte a cenar.- y dicho esto lo tomó del brazo y lo metió a su casa.

- Tadaima- dijo alegremente sin soltar aún a Zoro.

- Okaeri- dijeron su madre y su hermano Sabo.

- valla Luffy trajiste a un amigo.

- Si. Él es Roronoa Zoro va a mi clase y me está ayudando con las matemáticas.

- mucho gusto- dijo Zoro haciendo una reverencia.

- hola querido, mi nombre es Rouge y soy la madre de este diablillo. Estoy segura de que te ha causado problemas y lo seguirá haciendo en el futuro así que me disculpo de antemano y te agradezco por ayudarlo. Y este es mi otro hijo Sabo.

El rubio que hasta ese momento había permanecido callado lo miró detenidamente- es un placer, gracias por cuidar de mi hermanito. Por cierto creo que estás sangrando.

Zoro se llevó la mano a la cabeza y se percató que incluso había manchado el piso.- lo siento tanto, permítame lo limpiaré y me retiraré. Disculpen las molestias.

- de que hablas pequeño. Ven conmigo voy a atenderte eso, no soy doctora pero tengo tres hijos problemáticos así que algo he aprendido. Luffy se encargará del suelo.

Minutos después su madre regresó a la cocina.

- donde está Zoro- preguntó el pequeño.

- lo obligué a que tomara un baño y se pusiera algo de ropa tuya, el pobre estaba hecho un desastre. Luffy que fue lo que pasó para que terminara así?

- si Lu, he oído rumores sobre ese chico en la escuela y me preocupa.

- no es lo que piensan. Esos rumores son mentira. Zoro es muy inteligente y además él estaba herido porque se peleó con unos hombres que querían abusar de Chopper.

- quien es Chopper.

Luffy les contó todo sobre el orfanato y los niños. Su madre casi llora del coraje que le dio saber que esas criaturitas vivían de esa forma y Sabo suavizó instantáneamente su expresión. En ese momento entró Zoro. Si en su uniforme se veía guapo con ropa casual era perfecto, llevaba unos pantalones cortos de Luffy y una camiseta de Sabo. Rouge no pudo evitarlo y abrazó al chico fuertemente. Ante la mirada confundida y el profundo rubor de Zoro los dos hermanos comenzaron a reír.

Subieron a su habitación a estudiar sin embargo su madre entrando cada cinco minutos a traer algún refrigerio o la presencia de Sabo que también quería "ayudar" le estaban colmando la paciencia.

- pues valla que eres listo, recuerdo que ese contenido me costó mucho trabajo en su tiempo. De hecho la geometría aún me da problemas- se quejaba Sabo.

- si quieres te puedo ayudar, Ray sensei me da contenido de tercer año para cuando estoy aburrido y la geometría se me da bien.

- en serio, eres mi salvador.

- Sabo deja de tratar de robarme a Zoro él es mi tutor- se quejaba Luffy.

Rouge solo reía divertida- solo espero que cierta persona no se ponga muy celoso de tu nuevo amigo- dijo entre risas.

-es cierto- secundó Sabo- si Ace se entera que hay un chico en tu habitación llevando nuestra ropa y nos peleamos por su atención, se pondrá como fiera.

- quien se pondrá como fiera?- preguntó un recién llegado pecoso

La madre y los otros dos hijos se tensaron al instante, habría que detener a Ace o montaría una de sus escenas y lo que menos querían era hacer sentir incómodo a su invitado. Sin embargo el pecoso se quedó estático mirando al peliverde- tú- fue lo único que salió de su boca.

- se conocen?- preguntó Sabo rezando porque su hermano no hubiera escuchado los mismos rumores que él.

- más o menos, aún no sé su nombre- dijo el pecoso algo nervioso.

Sabo agradeció mentalmente el despiste de su hermano mayor, sin embargo no contó con el de su hermano menor.

- él es Roronoa Zoro, es mi amigo y mi tutor de matemáticas.

A Zoro parecía que le habían dado una bofetada, bajó la vista y no dijo una palabra. Solo el pecoso entendió su reacción.- así que Zoro- dijo mientras se acercaba y con su mano levantaba su mentón para que lo mirara a la cara- es un nombre muy bonito, yo soy Ace, aunque  eso ya lo sabes, y me alegro mucho de poder conocerte finalmente- terminó mientras le regalaba una hermosa sonrisa. Que fue correspondida por el otro.

Luffy no entendía nada, como el resto de los presentes, solo supo que su pecho se llenó al ver la bella sonrisa de su amigo. Sin embargo le dolió no ser el causante de ella.

En la cena Zoro le fue presentado a su padre, quien no daba crédito al ver como sus hijos estaban tan fascinados con ese chico que ni siquiera se celaban, principalmente Ace, que siempre había tenido ese complejo de hermano parecía curado.

Zoro miraba a todos lados se sentía completamente fuera de lugar, así que esto es lo que hacían las familias normales todas las noches. No pudo evitar que la amargura se reflejara en su mirada. Odió su vida más que nunca.

- Zoro pequeño, estás bien.

- eh.. si yo es solo que la comida está deliciosa. La doctora no es muy buena cocinera así que mayormente soy yo el que prepara las comidas, pero la suya es muchísimo mejor.

- que hay de tu mamá, ella no cocina?- preguntó Luffy inocentemente.

- Ella..no tiene tiempo.

- y tu papá?- insistió Luffy, que se ganó un regaño de parte de su madre por indiscreto.

- no está bien, no es un secreto, mi padre murió cuando yo era pequeño Luffy.

El silencio en la mesa fue instantáneo. Sin embargo fue roto con la llegada de un invitado inesperado. La cara de Zoro era un poema, que hacía el subdirector ahí. Garp también se sorprendió pero saludó despreocupadamente a su familia y se sentó a la mesa.

- Valla, veo que tenemos un invitado interesante, buenas noche Zoro.

- Buenas noches, Garp sensei.

Dragon le explicó que Garp era su padre y que gracias a él los chicos iban al colegio " One Piece"

- bueno ha sido un placer, muchas gracias por invitarme pero de o de marcharme ya es muy tarde- se despidió el peliverde

- de que hablas, tienes que quedarte, tú mismo lo dijiste es muy tarde y ese barrio es peligroso- se quejaba Luffy.

- es cierto, además me prometiste que me ayudarías con la geometría. Es más deberías de quedarte el fin de semana completo- intervino Sabo

- claro que no, solo sería una molestia, tengo que regresar a casa.- insistió el de verde cabello.

- tu madre está ahí?- la pregunta provino de Garp

Zoro empalideció- no lo sé, pero si no iré con la doctora y los niños.

- No seas así, quédate con nosotros, no eres ninguna molestia, por favor- dijo Ace mientras le tomaba la mano.

Zoro se ruborizó pero no pudo negarse, así que los jóvenes subieron a sus habitaciones peleando por quien compartiría habitación con el invitado. Al final lo dejaron a suertes tocándole a Luffy el viernes, a Sabo el sábado y a Ace el domingo. Los chicos se fueron a dormir, Zoro para variar no más tocó la almohada cayó en los brazos de Morfeo. Luffy sin embargo se dedicó a mirarlo pero unas voces en el pasillo lo hicieron salir encontrándose con sus hermanos.

- Que están haciendo- preguntó inocentemente.

- calla idiota que queremos saber que traman los adultos en la cocina- le reprendió Sabo, así que como buen camarada se unió a la misión y silenciosamente comenzaron a espiar.

- entonces el chico es un delincuente?- preguntaba su padre.

- claro que no, es un buen niño Luffy me contó que cuida a unos pequeños de un orfanato- defendía su madre.

- Rouge tiene razón es un buen niño, pero su vida es muy complicada. Según sé su padre murió y su madre decía que no lo podía mantener así que lo dejaba en la puerta del orfanato y se marchaba. Sin embargo a la hora de cobrar la pensión ella lo buscaba nuevamente. Hasta que Kureha la amenazó con denunciarla y eso hizo que no lo volviera a abandonar. Sin embargo cuando sus clientes venían ella lo sacaba de la casa y el volvía al orfanato, ya que era el único sitio que conocía.

- sus clientes?- preguntó Rouge asqueada.

- sí, es una prostituta. Según se el chico comenzó a pelear para defender a su madre de algunos clientes que la maltrataban e incluso se unió a algunas pandillas para garantizar su protección y la del orfanato. Sin embargo al entrar al colegio, el director Shirohige lo amenazó con expulsarlo si seguía en ese mundo por lo que lo dejó todo y se buscó un trabajo a medio tiempo en las noches con él que paga sus gastos escolares.

- valla que tiene una vida difícil, pero no veo cómo podría eso afectar a los muchachos. - preguntó Dragon mientras trataba de calmar a Rouge que era un mar de lágrimas.

- pues sucede que no tiene muy buena reputación en la escuela. Se ha peleado con varios chicos que han ofendido a su madre, e incluso rechazó y humilló a una chica en San Valentín, la pobre no sabía que de no ser así se habría convertido en el objetivo de sus anteriores compañeros de pandilla que buscaban darle una lección. Además uno de los profesores le ha tomado cariño, ya que además de todo es un estudiante brillante, pero como siempre se duerme en clase los chicos piensan que se gana sus calificaciones de otro modo. Mi miedo es que de relacionarse con él los chicos también sean marginados.

Luffy se mordía el labio inferior mientras aguantaba las lágrimas, que idiota había sido, se sentía la peor persona del mundo. Sabo mantenía la vista fija en el suelo como avergonzado de sí mismo.

- pues, prefiero tenerlo a él de amigo que al resto de la escuela. - dijo Ace sobresaltando a todos los presentes.

- mocoso, que rayos haces, no deberías espiar a los mayores.

- y tú no deberías de siquiera pensar eso. Es que acaso ustedes no nos criaron como personas de bien. Madre, padre no sentirían vergüenza de sus hijos por darle la espalda a una persona tan maravillosa solo por el que dirán. No sé lo que piensen mis hermanos pero he decidido estar junto a él y no me importa si la escuela me ignora, las pandillas me buscan o tu no me hablas viejo.

Sabo y Luffy salieron de su escondite y apoyaron la decisión de su hermano. Sus padres los miraban orgullosos y su abuelo se rascaba la cabeza.

- no me malinterpretes Ace, no puedes culparme por preocuparme por sus seguridad. Pero sinceramente te digo que nunca me he sentido tan feliz de ser tu abuelo.- dijo Garp mientras abrazaba a su nieto. Luffy no podía evitar también alegrarse de tener un hermano así, ya recordaba por que siempre corría tras Ace, por qué quería ser como él.

El resto del fin de semana pasó tranquilamente en la casa de los Monkey, el domingo se podía decir que Zoro formaba parte de la familia desde siempre. El lunes los cuatro chicos salieron rumbo a la escuela conversando tranquilamente pero una vez más a los pocos metros de la entrada del colegio, el peliverde paró de caminar.

- que pasa Zoro, no te quedes atrás que te pierdes- bromeó Sabo.

- YO NO ME PIERDO IDIOTA,- dijo alterado- adelántense ustedes, yo voy en un segundo.

- no te preocupes, te esperamos- dijo calmadamente Ace.

Zoro suspiró- vamos chicos, es por su propio bien, no se preocupen por mi yo estoy acostumbrado.

- no te preocupes Zoro, somos amigos eso no tiene nada de malo.- le decía Luffy.

- precisamente por eso, ustedes son mis primeros amigos y son muy importantes para mí, no quiero que los rechacen por mi culpa.

- pues que me rechacen si quieren. Mientras tú me quieras a tu lado no me importan los demás, respóndeme me quieres a tu lado? - preguntó el pecoso mientras extendía su mano hacia el peliverde.

- yo...si- dijo notablemente sonrojado y con lágrimas en sus ojos, mientras tomaba la mano del pelinegro.

Ace sonrió y sin soltar su mano entró al colegio ante la atónita mirada de todos. En ese momento con solo ver la manera en que Zoro miraba a su hermano Luffy comprendió que había perdido al amor de su vida.

 

 


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