Academia Huang, base IMPETU en China.
Wong Yukhei abrió de golpe las puertas de la oficina de Huang Zitao y se encontró con su líder acomodándose un brillante y lujoso reloj en su muñeca izquierda.
—Ya está aquí, Tao.
El hombre le asintió a su subordinado y se acomodó en su asiento detrás de un largo escritorio de color negro. Hace unas horas su equipo de rastreo ubicó a Park Chanhun en el país, y después del incidente ocurrido en Canadá todas las bases del mundo estaban atentas a sus movimientos. En la base solo estaba su equipo de elite, a todos los otros artificium los enviaron a casa de inmediato ante la sospecha de que el hombre llegara a venir a la academia.
—Tal como habíamos planeado quiero que lo dejen entrar, bajen todas las defensas y tráiganlo hasta aquí.
El joven en el umbral asintió dándole una inclinación de noventa grados para luego salir corriendo. Atravesó los pasillos de la base hasta encontrarse con otro compañero que lo esperaba deteniendo el cierre del ascensor. Se montó junto a su colega y comenzaron a subir, después de unos minutos llegaron hasta la primera planta donde estaba la fachada de la academia Huang donde regularmente se impartían clases de artes marciales. Salieron al frontis de la academia y ahí se encontraron a Park Chanhun vistiendo un impecable traje, quien al verlos se quitó unas gafas oscuras y las acomodó en su bolsillo.
—Veo que me esperaban, supongo que habrá pastel o algo para la bienvenida ¿O no?
El hombre parecía divertido y muy relajado mientras que los chinos estaban atentos y preparados para tener que actuar en cualquier momento. Vieron como Park Chanhun se les acercó y les dio una palmada en la espalda a ambos.
—Vamos, invítenme a entrar antes de que Tao se coma todo el pastel.
Mientras ambos chicos se tragaban sus palabras, se inclinaron frente al hombre para después indicarle que los siguiera. Se devolvieron sobre sus pasos y guiaron al hombre hasta la oficina de su líder quien se encontraba también muy relajado sentado en su oficina tal como lo había visto anteriormente Wong Yukhei.
—Park Chanhun.
—Tanto tiempo Tao y tú aún luces como hace diez años, pareciera que el tiempo no pasa por ti—dijo burlón el hombre.
—No puedo decir lo mismo, al parecer los años no te han caído muy bien.
Ambos se dedicaron una sonrisa suspicaz la cual mantenían como si se tratara de una competencia. El primero en rendirse fue Park quien se dejó caer en un asiento frente al chino.
—Hace años que no practico mi chino pero espero ser claro. Quiero que te unas a mí, dejemos de lado todas esas mierdas de vivir en la sombra de la humanidad y busquemos el árbol de la vida para hacer nuestro el mundo.
Si bien el acento del hombre era raro, todo lo que decía era entendible lamentablemente. Ya había oído sobre la muerte sobre la esposa de Park y sobre el ataque a la base de Canadá, era obvio qué fue lo que desencadenó todo.
— ¿Si me niego nos prenderás fuego como a la Academia Wu?
—No, en este caso sé que enfrentarme a un artificium singular como tú sería bastante difícil, pero no solo es eso. En el caso de los Wu fue porque ellos guardaban información importante que no quisieron compartir con mi hijo, es una pena que Chanyeol se enoje tanto últimamente cuando las cosas no salen como desea.
El hombre se reía de lo que hablaba como si fueran chistes inocentes, nadie pensaría que se estaba refiriendo a una rabieta de su hijo que terminó con la muerte de varias personas incluido uno de sus mejores amigos.
—Tu propuesta suena interesante, va en contra de todas las normas que IMPETU impuso desde que se creó. Era obvio que este momento llegaría tarde o temprano, el de cuestionarnos el vivir a la sombra de la gente normal.
— ¿Debo tomar eso como un acepto?
—Tómalo como un cooperaré contigo todo lo que quieras mientras tu fuego esté alejado de mi base y mis artificium.
Park Chanhun comenzó a carcajearse mientras su risa hacía eco en la oficina, se paró y estrechó su mano con Zitao mientras seguía riendo. No importaba si estaba de acuerdo o no con el hombre, la seguridad de su gente era más importante en este momento, aunque significara unirse al mismo diablo. Le estaba fallando a Zhang Layxing, pero quizás desde adentro podría ayudar más que estando en contra de Park.
—Por el momento espera ordenes solamente, me voy retirando.
El hombre se puso de pie despreocupadamente y sacudió su mano en el aire, estaba por abrir la puerta cuando se volteó nuevamente hacia Tao.
—Verdad, estoy buscando a Zhang Layxing y a su hijo. Ambos son imposibles de localizar, ni mis artificium de rastreo logran dar con ellos, si sabes algo infórmalo de inmediato.
Luego de eso y un portazo, Huang Zitao quedó en un profundo silencio en su oficina. Acaba de vender su base y a su gente con tal de no poner en peligro a nadie, se mantenía relajado y tranquilo, sabía que había hecho lo correcto. Seguramente Park comenzaría a reclutar a más bases para unirse a su plan, era tentador y existía el factor miedo considerando que el hombre era bastante fuerte. Debía confiar en Zhang Layxing, al igual que hace diez años estaba seguro que él resolvería todo, así que por el momento solo le quedaba seguirle la corriente a Park Chanhun.
—Nos vemos, chicos rudos.
El líder de la base de Corea pasó por el lado de los guardias que lo habían guiado hasta Zitao riendo como si nada, salió de la Academia Huang y un deportivo rojo lo esperaba afuera.
—Tenemos a la base China, el artificium del tiempo ya es nuestro ¿Hay noticias sobre Zhang padre o hijo?
Park se acomodó en el asiento de copiloto mientras esperaba respuesta de su chofer designado quien resultaba ser uno de sus subordinados del grupo elite, Kim Dongyoung un joven artificium de tele transportación.
—Nada, señor. Aunque ya tenemos gente de punto fijo en Boseong por si Zhang Yixing vuelve con Lee Changmin.
—Está bien, mientras tanto seguiré buscando aliados o en su defecto, rostizando una que otra academia de IMPETU. Solo tenía un poco de temor de Zitao, por lo que ahora todas las otras bases que quedan son pan comido.
EL hombre soltó una carcajada mientras su chofer aceleraba el deportivo, el cual comenzó a cubrirse con el humo de tele transportación y de un momento a otro desapareció sin dejar rastro en la carretera.