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Dónde Está Madara por Silvia_Riffie

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Capítulo Dos … La pequeña granja en la gran Ciudad.


Madara llamó a Sasuke para informarle que se encontraba bien y que por favor no hablara con nadie de su paradero a excepción de Itachi. Después de su conversación volvió al salón, sus anfitriones estaban todos sumergidos en su mundo, el más pequeño jugaba algo en su computador y hablaba a mil por minuto con unos grandes audífonos sobre la cabeza. Jiraiya también estaba en un computador escribiendo furiosamente. Sus ojos buscaron al rubio mayor, lo vio de espaldas a él en el fregadero lavando la loza, como si supiese que estaba siendo observado Minato se giró.


- Quiere ir a descansar – El rubio le sonrió apaciblemente, Madara no pudo evitar que una sonrisa se escapara de las comisuras de sus labios, al ver al menor con un delantal con volantes en tono rosa pastel y estampado de ranitas. Minato se dio cuenta de lo que el Uchiha estaba mirando – Es bonito ¿Verdad? -   


- Tierno – Musito el moreno mirando no tan solo al delantal sino a quien lo portaba.


Las mejillas de Minato se sonrojaron ante la profunda mirada que le daba Madara, tuvo que bajar la mirada al piso y caminar – Acompañé a la habitación en donde dormirá – Le pidió.


Madara siguió a Minato por las escaleras, se quedó pensando en porque había encontrado primero que nada tierno al rubio con ese delantal, y porque había pensando que era hermoso al verlo todo rojito, incluso sintió su corazón acelerarse, cuándo había sucedido eso por última vez.


Sumergido en sus pensamientos que no se fijo en la bonita escalera, el segundo piso que tenía otra sala de estar con Chimenea, parecía conectada con la del primer piso, tampoco en los cuadros o plantas de interiores que estaban en el pasillo que llevaba a las habitaciones.


Entraron a una de las habitaciones, ésta estaba pintada  en tonos crudos, decorada con  un hermoso estilo Boho, con una pulcra cama en medio de la habitación en tono hueso.


- Es una de las habitaciones de visita, todo aquí está limpio, desde el cubre cama al cubre colchón todo está limpio, no se preocupe –


- Cómo es qué … -


- La madre de Naruto tiene un trastorno obsesivo compulsivo por la limpieza, y le traspasó esto a Naruto, y Nagato también es bien tiquismiquis con la limpieza, y esos dos juntos son peligrosos, así que por eso todo está de esa manera en esta casa –Explicó el rubio – Creo que alguien allá arriba le ama, cayó justo en un lugar en donde aprecian tanto o más la limpieza que usted –


- Muchas gracias por todo –


- No hay problema – Miró a Madara que parecía muy cansando – En la sala de estar hay una nevera con agua embotellada si lo desea, y también un hervidor, tazas limpias y té por si quiero algo a media noche. Aquí son medios holgazanes para bajar las escaleras – Informó.


Madara observó lo bonito del lugar lo que más le llamó la atención fue una de las paredes que tenía una enredadera, la tocó esperando ver que eran sintética, pero grata fue su sorpresa al descubrir que era de hecho natural.


- Es Bruce Willies – Sonrió tontamente – O eso dice Naruto, es la hierba dura de matar, cuando comenzamos a reconstruir esta casa, esta hiedra cubría toda la pared, la eliminamos y rehicimos el muro todo, pero volvió a crecer, intentamos quitarla unas tres veces más, pero al no ser capaces terminamos dejándola vivir, la podamos y cuidamos que no altere la estructura de la casa –


- Es un detalle dejarla, además ayuda a purificar el ambiente al absorbe el Co2 – Siguió tocando las hojas – También hiciste todo esto tú –


- Sí, mi padre trabajaba en la construcción me enseñó todo, y comencé a trabajar de noche en construcciones para poder mantener a mi hijo, al tiempo que estudiaba, me titulé como diseñador de ambiente, he hice un técnico en construcción y dibujo arquitectónico y obras civiles, tomé cursos de paisajismo también –


- Eres todo un pack completo –


- Sí, algo así, además soy muy autodidacta, me gusta aprender cada día algo nuevo –


- También me gusta aprender cada día – Comentó Madara mirando hacia la nada – Pero lo había olvidado, mi vida se ha vuelto tan monótona que simplemente perdí la noción del tiempo y el espacio – Suspiró pesadamente caminado para sentarse en la orilla de la cama.


- ¿Puedo preguntar el porqué lo encontré en la noche a tan altas horas de la noche? – Minato dijo tímidamente, la curiosidad estaba en todo su ser en el momento que vio su rostro.


- Me has dado hospitalidad y gentileza, por supuesto que puedes saber – El Uchiha jugó con sus manos – Las cosas en los últimos meses no ha sido buenas para mi matrimonio, en algún momento las cosas ya no estaban funcionando – Dejó de mirar los azules de Minato por vergüenza – Siento culpa, dejé que Hashirama hiciera lo que quisiera, porque una gran parte de mí lo necesitaba para vivir, pensé que lo mejor era aislarme y tener todo mi tiempo sin distracción en crear, pero pronto ya no pude crear, me encontré peleando por todo, tratando de salir del mismo hoyo que yo cabe, pero nunca pensé que mi propio esposo, mi mejor amigo iba a taparme la salida – Se calló, tratando de encontrar las palabras – Sé que siempre he sido una persona difícil, excéntrica, con mis fobias y locuras de la nada. También sé que soy peor persona que cualquiera, egoísta hasta más no poder – Levantó la mirada para ver a Minato, le parecía tan pacifico, inspiraba tanta paz – Nunca has sentido que no sabes por qué razón te levantas cada mañana, por qué comes cada alimento, por qué duermes con esa persona al lado, por qué debes seguir adelante –


- Bueno… - Ahora fue el turno de Minato de bajar la mirada – Claro, fui padre con casi dieciséis años, Kushina y yo no podíamos lidiar con las demandas de un bebé, menos con la intromisión de nuestros padres. Cuando Naruto lloraba queríamos llorar con él – Guardó silencio, para luego volver hablar – Fueron tiempos difíciles, hubo un momento que quise simplemente mandar todo a la misma mierda, recuerdo perfectamente el día que mi esposa me engañó, la encontré en la cama con otro. Salí de ahí sin decir nada, camine por muchas partes de Tokio, hasta llegar mi trabajo en la construcción, estaba en lo más alto del edificio que estábamos construyendo, y pensé qué sentido tiene mi vida, por qué me levanto cada mañana. – Se sincero como nunca lo hizo con nadie, quizás porque ese hombre era un completo desconocido – Me dije un paso y todo será historia… -


Madara sintió palpable aquel dolor de un pasado sufrible del rubio, bien era sabido que ninguna persona la tenía fácil en el mundo. – Pero no lo hiciste, qué te detuvo –


- Podría decirte que fue por Naruto, sería sencillo y poético, pero la verdad es que tuve tanto miedo de acabar con mi vida, de pisar al vació – Dijo con cruel honestidad – Fue ese momento que me dije las cosas no pueden ser como antes, no merezco ser infeliz, no merezco tener una vida que no quiero, si están fácil acabar con ella, así de fácil debería cambiar –


- Qué hiciste –


- Me separé de mi esposa, corté los lazos con mis padres, pedí una expensa sin goze de sueldo de mi trabajo y descansé por una semana, los primeros tres días lloré y dormí, los otros cuatros me levanté, salí con mi hijo de siete años, y terminé por aceptar la loca propuesta de mi maestro, de mi padre Jiraiya – Sonrió – Ahora recuerdo el pasado, como un capítulo gris de mi vida, pero uno necesario para ser quien soy. No soy feliz todo el tiempo pero la gran mayoría, tengo una buena vida con Naruto y mis otros niños. Hago lo que me gusta y lo mejor es ver a mi hijo crecer como un niño sano y lleno de energía –


- Mucha energía – Acotó Madara haciendo reír a Minato, era una risa suave y dulce. Ese chico que tenía frente de sí era simplemente hermoso.


- Estás seguro de estar lejos de tu esposo –


- Sí – Respondió saliendo de sus pensamientos por el rubio – Hoy me hizo una maldita intervención, con su insoportable asistente que detesto con todo mi ser, trayendo a sus amistades, como si yo tuviera un problema de drogas o alcohol. Sí reconozco que un día después de no poder dormir en días me tomé un Clonazepam y luego bebí unos cuantos vodkas, mi error, pero fue solo eso, tenía la cabeza en cualquier parte.  La realidad es que odia que me relacione con mi familia, menos con mis sobrinos y cuando cambié el testamento no fue nada agradable para él –


- Lamento eso, pero debe estar muy aterrado sin saber qué pasa contigo – Abogó por un hombre que ni siquiera le caía bien. Habían discutido tantas veces por el terreno, el lo quería para crear un hotel spa para gente adinerada, y Jiraiya estaba decidido en decir no  y eso tenía a Hashirama furioso.


- Qué lo esté y piense en sus acciones. Si sabe dónde estoy, cuánto crees que se demorará en llegar y vendrá con fuerza policial y quizás hasta con enfermeros y un loquero para encerrarme en un psiquiátrico –


Recordando a Hashirama, Minato pensé que podría ser verdad, ese hombre era espeluznante, pasivo agresivo, de elegantes modales, voz suave y alegre, parecía muy cariñoso y afable, pero en el momento que decías algo que no le gustase sus negros ojos te congelaban. – Eres su esposo, lo conoce – Se levantó – No lo molesto más para que descanse, este cuarto tiene un baño privado, y si necesita cualquier cosa la habitación de enfrente es la mía –


- Muchas gracias por todo –


- No es nada, solo trate de descansar y dormir – Le sonrió una última vez y lo dejó en intimidad.


Madara soltó un suspiro, hace cuánto tiempo no tenía una conversación sin discusión, una simple y sincera plática, sin miedo  o retenciones por miedo a pisar una bomba. Tres de los seis que vivían en esa casa eran amables. Naruto era un niño vivaz para trece años, Sasuke de la misma edad no lo era tanto, sonrió al recordar a su sobrino, seguramente esos dos se llevarían como el perro y el gato, sería divertido verlos.


No supo cuando se quedó dormido, al despertar no supo al principio donde estaba, aunque amó despertar por el sol que se colaba por una alta ventaba rectangular que estaba entre el techo y la pared en forma de esquinero, toda una ingeniería de la cual no se había percatado el día anterior.


En algún momento de la noche o la mañana alguien, seguramente Minato, le había dejado una muda de ropa, unos jeans negros gastados, una polo negra y unas zapatillas converses de lona negras también y un par de bóxer, todo se notaba nuevo, y un detalle es que la ropa estaba previamente lavada. Se sintió tocado por la preocupación de Minato para con él.


Al bajar se escuchó el sonido de la música de Bjork, Army of Me, esa la conocía bien, y voces sobre la música de varias personas.


Naruto estaba jugando con algo sobre su cabeza y unos controles en su mano y los movía al ritmo de la música, no tenía idea de qué se trataba pero parecía entretenido, habían además tres chicos a su lado mucho mayores con él, uno recostado en el sofá con un bajo en la mano, tenía el cabello cobrizo, muchos piercing y un tatuaje en el cuello de ojos marrones, más allá un joven de cabello largo estilo melena en tono pelirrojo y ojos grises de aspecto andrógeno. La única chica era hermosa de cabello azul y hermosos ojos ámbar y dulces curvas, no era una mujer delgada pero tampoco gorda, era rellenita en los lugares correcto, seguramente rompía corazones a su paso.


- Hola, buenas tardes – Saludó Minato a sus espaldas.


Madara quedó sin aliento al ver a Minato con una solera blanca extra grande, se veía parte de su hombro la clavícula, bajó su mirada y se quiso dar un tiro porque el chico estaba con short corto de jeans y unas zapatillas Vanz de lona negro, se veía como una delicia que necesitaba tocar. Parecía un poco agitado, en sus manos sostenía unos guantes, tenía un poco de sudor en su rostro y cuello y olía a sol y viento ¿existía ese tipo de aroma? Pero como a naturaleza.


- ¿Tardes? – Dijo después de procesar las palabras del guapo rubio.


- Si, son más de la tres de la tarde – No pudo reprimir su sonrisa – No quise despertarle, parecía disfrutar de su sueño, además hoy es sábado –


- Muchas gracias, muy considerado –


- Quiere comer – Minato caminó hacia la cocina dejando los guantes en un armario, fue al fregadero y lavó sus manos.


Los chicos tomaron atención al nuevo huésped, si bien Minato les había pedido que compraran ropa para él hombre, no sabían que era Madara Uchiha. Konan y Nagato quisieron reírse por Minato, pero no lo hicieron o un plato volaría hacia sus cabezas.


Naruto seguía destruyendo cubos en su juego, amaba destruirlos y grabar los vídeos, Yahiko seguía tocando su bajo, pero curioso de Madara Uchiha, mal que mal era el ídolo de Minato. La música terminó y Yahiko aprovechó de darle una patadita en la pierna a Naruto para que no pusiera más música. El menor se quitó el cintillo de realidad virtual.


- Hola señor Madara – Naruto corrió hacia el hombre – Cómo estuvo el sueño –


- Hola Naruto, estuvo muy bien, gracias – Sonrió al menor, sin saber la razón llevo su mano hacia la cabeza del menor y revolvió los cabellos de éste, el niño se sonrojo un poco pero solo le regaló una radiante sonrisa.


Minato le sirvió un mix de ensalada, con arroz blanco y pescado a la plancha que hizo rápidamente para que viera que cocinaba todo con la mayor higiene posible.


Los jóvenes se presentaron como los hijos de Minato, el más alto de cabello cobrizo se llamaba Yahiko, la chica Konan y el pelirrojo Nagato. Eran de la edad de Itachi, se veían bastante responsables.


Konan le preguntó cómo se había podido perder, haciendo reír a Naruto quién se ganó un coscorrón de su padre por molestar a Madara, aún así siguió riéndose inocentemente al no entender cómo un adulto se había perdido.


Madara explicó que se había peleado con su marido y había terminado caminando por cualquier parte.


- Su marido es todo un personaje ¿no? – Dijo pausadamente Nagato – Ha venido aquí, a presionar al abuelo para que le venda estás tierras para su porquería de hotel spa para gente millonaria –


- El señor Jiraiya me lo dijo ayer, y él dónde está –


- Trabajando – Informó Konan – Aunque sea sábado debe reunirse con su editor, es escritor, usa miles de seudónimos para escribir distintos géneros, pero lo que más le gusta es lo erótico, en el ático esta la biblioteca, podrá encontrar todos los libros del abuelo pervertido –


- Me gustaría conocer el lugar primero, luego iré a la biblioteca –


- Creo que debe llamar a su abogado y a un psiquiatra – Yahiko dijo de pronto haciendo que todos lo miraran – Su esposo no se quedará tranquilo, si pelearon por un testamento, por querer manejar su dinero y por la cercanía con sus sobrinos, qué cree que hará al no saber de usted. Lo dijo le hizo una intervención, si yo fuera él y estuviera todo obsesionado haría de todo para controlarlo y mantenerlo a mi lado, por tanto haría que lo desacreditaran primero que no puede manejar sus bienes, que tiene ciertos problemas mentales para tomar las mejores decisiones y además no puede protegerse a sí mismo, así podrá tenerlo controlado y lejos de todo –


- No le haga caso ve demasiados doramas –


- ¡¡Naruto!! – Chilló avergonzado Yahiko con las mejillas de ardiente carmín – Bueno puede ser verdad – Reconoció al ver las miradas divertidas de sus hermanos – Pero eso no quita que tenga razón, si quiere evitar problemas es hora que llame a un abogado, a un psiquiatra y haga todo legalmente para evitar que él se apodere de su vida, es joven aún apenas tiene treinta y cinco años –


Madara guardó silencio, recordando las palabras de Minato la noche pasada, sobre cómo se vive una vez y no merecía estar viviendo una vida que no le gustaba.


- Creo que necesito un teléfono – Dijo luego de meditarlo.


- Claro – Minato fue con el teléfono inalámbrico en la mano – Chicos, recuerden en ordenar sus cosas para el lunes y … -


- Hola, hola – Se escuchó la voz de Jiraiya en la entrada de la casa – Os traigo un cachorro que encontré abandonado – Informo caminado hacia el salón – Miren – Jaló a un joven de cabellos grises y ojos negros que llevaba en sus brazos un pug,


- Kakashi-Ni – Naruto corrió para abrazar al recién llegado. Escuchó el gemido de Kakashi, haciendo que el menor lo mirara traía una mascarilla en el rostro – De nuevo se emborrachó – Dijo con pena.


- Naru no invadas a Kakashi con preguntas – Minato fue junto al chico de casi veinte años, tomó al perrito – Hola Pakkun – Acarició su pancita pachoncita para luego dejarlo libre en el suelo, el perrito de pelaje marón corrió para subirse a uno de los sofá dio algunas vueltas en círculo y escarbó uno de los cojines con sus papitas para luego dejarse caer y hacerse bolita en él y cerrar los ojos.


- Kakashi, empezaran la clases el lunes, simplemente deberías venir a vivir con nosotros, tu padre no cambiara – Yahiko se levantó de su asiento mientras hablaba – Vamos arriba para que descanses –


El chico llamado Kakashi solo asintió con la cabeza, Minato le regaló una caricia antes de que éste siguiese a Yahiko a su habitación.


- Preparé té para Kaka-Ni – Naruto fue la cocina para hacerle té de jazmín a su querido Kakashi.


- Haga sus llamadas Madara, si necesita algo pídaselos a los chicos – Dijo a tropezones – si me disculpa – Corrió escalera arriba para ver a Kakashi.


- Cómo lo encontraste –


- El viejo Oska me llamó me dijo que Sakumo había hecho de las suyas – Respondió el mayor a Konan – Encontré escondido a Kakashi en el terreno baldío abrazado a Pakkún, Sakumo llevo a sus amigos otra vez a la casa –


- Mierda –


- Nagato cuida tu lenguaje – Jiraiya regañó – Creo que es hora que hablemos con él para que dejé la casa y venga a vivir con nosotros, esto es cada vez más insostenible –


- Papá lo va a persuadir – Naruto habló – Al fin y al cabo no hay persona que admiré y respete más que a papá –


- ¿Seguro no hay que llamar un médico? – Konan se mordió una uña – Le pegó duro esta vez –


Madara comprendía la situación con la conversación, el chico parecía magullado con la ropa sucia y el rostro hinchado debajo de esa mascarilla, ser golpeado por quién debería protegerte debía ser doloroso.


Miró el teléfono que tenía en la mano, y ya llamó a la única persona en la que podía confiar en esos momentos – Hola Fugaku –


*


Minato revisó los nuevos moretones en el torso de Kakashi quien apenas y hablaba, en silencio se dejaba tratar todas las heridas que tenía.


- Dime la verdad, nadie de sus amigos se atrevió a tocarte o sí – Cuestionó el rubio.


- … N…No – Respondió pero al ver la ceja levantada de Minato – Uno de ellos trató pero no me dejé por eso terminé golpeado, Pakkun trató de defenderme y terminaron golpeándolo, no sé si le pasó algo –


- Lo revisaré, una vez terminé contigo –


- Gracias –


- No tienes nada que agradecer – Besó los cabellos de Kakashi – Pero me harás caso, ya no volverás a casa de tu padre, te emanciparás a cómo de a lugar, y vivirás aquí, está fuera de discusión hijo –


- No quiero volver a esa casa nunca más – Aceptó con dolor Kakashi.


Hatake Kakashi de diecinueve años, pronto entraría a segundo año de su carrera de literatura y comunicación, su sueño era ser editor como lo había sido su madre, ella murió cuando él tenía diez años, en choque, su padre que hasta ese entonces era un buen hombre, encargado de un banco, cayó en depresión y el alcoholismo ante la pérdida de su mujer.


Su vida se convirtió en un completo infierno, sus únicos momentos de paz eran cuando su padre desaparecía por días y él podía descansar de los gritos, los golpes y el abuso en general.


Aún no recordaba como Jiraiya llegó a su vida junto a Minato, encontró un refugio, pero siempre terminaba volviendo a su casa con la promesa de “Hijo te prometo que cambiaré”


Obviamente eso nunca pasó, y mientras más crecía más violento se ponía, cuando el dinero escaseaba incluso trato de pagar sus deudas con el cuerpo de su hijo, por obra y gracias al cielo, Minato junto a Jiraiya y Kurama, el ex cuñado de Minato, habían llegado a rescatarlo, de alguna manera se habían enterado.


Su padre había entrado a rehabilitación había durado mucho tiempo al menos cuatro meses, y llevaba algunos meses más sobrio, pero desde hace unas semanas había vuelto a recaer y hacer de su vida un infierno. Simplemente ya no podía creer en él, tenía que dejar de ser un maldito masoquista y abandonar a su horrible padre.


Naruto entró con una bandeja en la mano y la dejó en la mesita de noche – Traje té de jazmín y sopa de miso –


- Gracias –


- Descansa Kakashi-Ni, mañana debes estar bien para jugar en la play –


Kakashi le sonrió con cariño – Esta bien –


- Llamé a Kiba, vendrá con Hana a ver a Pakkun –


- Muchas gracias – Kakashi se sorprendía de esa madurez que algunas veces demostraba Naruto, y al siguiente minuto era un enérgico niño.


- Ahí que cuidar a ese bribón – Dicho eso Naruto volvió a desaparecer del lugar.


- Vamos también Yahiko, dejemos a Kakashi descansar – Minato se incorporó para salir – Si necesitas algo solo nos llama –


- Gracias por todo –


- Nada que agradecer, eres mi cuarto hijo – Dijo en tono liviano, pero sincero.


*


Fugaku manejó según las instrucciones que su hermano le había dado, estaba molesto tendría que echar a la sirvienta. Ni siquiera sabía cómo decirle a su hermano que su maldito esposo había hecho de la sirvienta de sus padres  una espía, menos mal que Tobirama era decente y se lo hizo saber a Izuna.


Obito iba a su lado, el único hijo de su difunta hermana, había terminado siendo criado por Mikoto y él, en el asiento de atrás iba Itachi y Sasuke, querían ver a su tío, saber cómo se encontraba ya que su tío tenía tantas manías.


Madara paseaba por el lugar acompañado de Minato quién le mostraba la huerta, los diferentes invernaderos, el gallinero, los corrales, era una granja bastante grande. El Namikaze le hablaba de todo lo que tenían plantado, desde varios tipos de patatas, mazorcas, hierbas, vegetales y frutos. Le mostró la parte donde estaban los árboles frutales, y los arboles de cerezo en flor muy cerca al lago que había en el sector en donde habían truchas de agua dulce. Minato también le comentó que no había visto el sector de las aguas termales aún y que  estaban anexados en una construcción separada de la casa.


Comprendía la razón detrás de tal desespero de Hashirama por comprar esas tierras, un bosque de árboles autóctonos, un lago, con un sendero de cerezos en flor y aguas termales, por supuesto que todo eso quería que fuese de él para construir su hotel spa, del cual siempre parloteaba pero nunca entendía por qué tanta manía con el lugar. Aún así encontraba que sería una tristeza arruinar ese lugar con un hotel.


La casa era una obra de arte, mezcla de materiales y texturas, se notaba que se había hecho con amor y visión de tener una casa para toda la vida. El jardín, los huertos, el patio trasero, todo estaba bellamente construido para que todo coexistiera. Además de esa casa había otra más a unos cuantos metros, era pequeña como una cabaña, tenía un cobertizo pero no había vehículo estacionado.


- Es la casa de mi ex cuñado – Minato habló al ver su mirada – Kurama Uzumaki, es el hermano mayor de Kushina mi ex esposa –


- ¿Uzumaki? – El apellido le sonó pero de dónde, pensó un poco y luego recordó - ¿Mito Uzumaki es familia de tu ex esposa? –


- ¿Mito? – Minato hace mucho no escuchaba ese nombre – Sí, es la prima de Kurama y Kushina, pero no tienen mucha comunicación, creo que la familia de Mito tenía mejores condiciones económicas y miraba en menos a la familia de Kurama –


- Ni que me lo digas, es una mujer insufrible – Se quejó.


- Cómo la conoce –


- Es la asistente personal de Hashirama, ¿Nunca ha venido con ella? –


- No, no lo ha hecho – Apretó los puños molesto, ahora entendía la razón de que Hashirama encontrara el lugar, había sido Mito – Supongo que ella le dijo de este lugar a su esposo y por lo mismo no ha venido aquí para evitar que la matemos –


- Tu cuñado qué hace –


- Somos socios – Minato dijo alegre de cambiar la conversación – Tenemos un local comercial, donde vendemos muebles y artículos de decoración, lo hacemos entre todos. ¿Quiere ver el taller? –


- Me encantaría –


Fascinado era poco, Madara estaba sin palabras al ver el taller de Minato, había una cantidad de materiales diferentes ahí, entre madera, hierro, cerámicas, cemento. Todo tipo de herramientas y artículos que ayudaban al  proceso de construir muebles.


- Esto es hermoso –


- Gracias – Minato no pudo reprimir su sonrojo – He trabajado mucho en esto, pasó mucho tiempo aquí, igual los niños, no tienen que hacerlo, pero les encanta – Fue hasta donde había una serie de repisas triangulares – Estás las hizo Naruto –


Madara las tomó, estaban muy bien hechas, vio en entonces el pequeño logo estampado en la repisa “Kiiroi inazuma” – Así que ustedes son relámpago Amarillo – Madara soltó una risotada – Sabes cuánta envidia he tenido de esta marca, con su pequeño local comercial, donde todo se agota de inmediato. Tengo varias cerámicas de origami, son espectacular –


- ¡¡Dios!! Es un gran alago – Minato se sonrojó más – Las cerámicas de Origami las hacemos con Konan, ella se especializa en esto y un día se nos ocurrió hacer cerámicas y pequeños maceteros –


- Son una sensación, ¿Quién hace los talares? –


- Naruto y Nagato, son lo que mejor los hacen, aunque todos los hacemos, pero si te das cuenta todos tienen un tipo de marca, Yahiko ama trabajar con madera, cemento y tuberías. Konan con greda, porcelana y cerámica. Nagato  usa texturas, y Naruto la madera –


- A ti que te gusta – Madara lo miró a los ojos.


- Trabajar en todo, me gusta crear lo que sea, aunque acepto que me encanta darle vida a las cosas otros desechan, mosaicos, restauración de muebles, darle segunda vida es bonito –


- Puedo sentir el amor por tu trabajo –


- Lo amo – Acepto sin quitar su mirada de la de Madara – Usted me inspiró, desde que era joven sigo su carrera, extrañaba saber de usted –


- Para mí es un alago saber que detrás de estas maravillas este alguien que admire mi trabajo – Sonrió, sin tener claro por qué llevó su mano al despeinado cabello de Minato – Tu trabajo es tan hermoso como tú –


- … - No supo que decir, ante el alago inesperado que recibió. – Gracias – Susurró aún con la mano de Madara peinando sus cabellos.


*


Naruto limpió la vajilla usada por Madara, y ordenando un poco, luego de haber jugado Beat Saber. Sus hermanos habían ido hacer sus cosas y Jiraiya se había encerrado en su estudio a escribir su nueva novela.


El timbre sonó y salió disparado abrir, el señor Madara le dijo, antes de salir a conocer con el lugar con su padre, que vendría su hermano mayor.


Al abrir observó un grupo de personas de cabellos negros, no había que ser muy inteligentes para saber que eran familia del señor Madara.


- ¿Usuratonkachi? –


Naruto abrió los ojos a más no poder al escuchar la voz de su eterno enemigo, su desperante y perfecto compañero de clases – Bastardo de mierda – Exclamó para él que para todos.


Con solo decirlo se arrepintió al ver la cara de los dos adultos, la suave ricita casi contenida de los dos más jóvenes.


Obito el mayor de los jóvenes de ojos negros y cabello corto de tono ébano, trató de atorar su risas, jamás había escuchado a alguien insultar al perfecto Sasuke. Miró por el rabillo del ojo a Itachi un poco más bajo que él, de cabello y ojos de mismo tono que él, solo con la diferencia que Itachi tenía el cabello largo y sus facciones más suaves.


- A quién le dices bastardo de mierda, Maldito Dobe –


- A ti, a quién más, ves a otro estreñido con la nariz arrugada como si oliera a mierda en todas partes – Chilló furioso, Naruto solo odiaba a una sola persona en toda su vida y ese era al insufrible y perfecto Uchiha Sasuke.


- Naruto tu vocabulario – Minato gritó detrás de los Uchiha, pasó entre medio de ellos, para darle un coscorrón – No te he ensañado para qué hables así –


- Si conocieras a ese teme insufrible, me entenderías – Apuntó con su dedito acusador a Sasuke.


- No importa eso, discúlpate en este momento –


Naruto dejó de tocarse dónde su papá le había dado el zape, para mirarlo serio – ¡Oh no! ¡Por supuesto que no lo hare! – Exclamó muy seguro – Padre te amo con todo mi corazón, pero disculparme con el maldito teme es lo mismo que retroceder en mi camino ninja, y eso jamás pasará –


- Pero de qué diablos hablas hijo – Minato algunas veces no podía entender a su hijo, sintió su sien saltar y su ceja tiritar ante lo dicho por Naruto. Las risas de Obito e Itachi estallaron en el lugar sin poder contenerlas.


- Cuánto tiempo tendrán a los invitados en la entrada par de rubios – Jiraiya bajó al escuchar los griteríos de Naruto, con él venían los otros ocupantes de la casa.


- Oh sí, con todo esto, disculpen, por favor entren – Minato dijo avergonzado, pegándole una mirada a Naruto, que decía claramente que iban a tener que  


Luego del episodio, ya todos sentados en la sala de estar, con té negro frío y limón en las manos, y en la mesa pequeños emparados y galletas, hecho rápidamente por Minato, Nagato, Konan y Naruto quién seguía molesto de tener la bastardo en su santuario.


Sasuke sintió la pesada mirada de Madara sobre él, y no quiso mirarlo de vuelta porque sino terminaría sonrojado. Al final Madara Uchiha sabía quién era el adorable Dobe su sobrino, pero parecía que Naruto no quería mucho a Sasuke, y es que su sobrino era muy Tsundere para mostrar su amor, seguramente qué bestialidad le dijo e hizo para que el rubio tuviera tanta aversión.


- Entonces Madara, tú dirás qué necesitas – Fugaku dijo cuando todos estaban calmados.


- Necesito tu ayuda – Dijo después de un largo tiempo en donde todos lo miraban.


- Niños porqué no van al segundo piso y dejan hablar a los adultos – Jiraiya entendió que era un tema delicado.


- No, tranquilo – Madara sonrió al mayor – De igual modo se van enterar todos – Calló un momento antes de volver hablar – Necesito tu ayuda, porque he decidido divorciarme…


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