CAP 1
La primera vez que paso fue tan leve que casi lo pasa por alto.
Se encontraba caminando por los pasillos luego de asistir a la clase de Trelawney (la cual le pareció ridícula) cuando lo sintio.
En seguida miro alrededor para buscar la fuente de este sentimiento. Varias alumnas de Hufflepuff pasaban muy juntas, murmurando sobre algo, dos Gryffindor y la profesora Trelawney, ninguno parecía prestarle atención en absoluto. Cerró los ojos un momento y se concentro, pero la sensación se fue tan rápido como había llegado.
Sacudiéndose, le restó importancia y siguio su camino.
Se estaba quedando en Hogwarts bajo la recomendación de Dumbledore. Luego del incidente con Greyback, Albus lo había abordado con esta “maravillosa idea” como la había llamado, panteandolo de forma que no tuviese muchas opciones. No es que le importara mucho, sabía que el viejo tenía sus razones para hacer las cosas que hacia y no se molestó en ponerle reparos.
Estaba bajo el nombre de “Archer Green”, supuesto regulador de educación mágica (puesto completamente inexistente y que sólo recordaba a la desagradable intromisión de Dolores Umbridge el año anterior) Dumbledore habia dado a entender a los residentes de Hogwarts que había sido enviado por el ministerio para observar y aconsejar a alumnos y maestros sobre enseñanza y aprendizaje, esto requería que asistiera a varias clases por día, algunas que le resultaban interminables, aunque… tenía sus lados buenos, pensó ingresando de improviso al aula de pociones. Ya había asistido a las clases que se suponía por ese día, pero nunca estaba de más molestar un poco a Snape, y era aún más gratificante ahora que el pocionista no podía hacer nada para evitarlo. Le encantaba ver su exasperación, era uno de los pocos que podían ver a través de su encantamiento y sabían que él estaba en el castillo, solo eran él, McGonagall, Hagrid y por supuesto Remus. Todo el resto (tanto profesores como alumnos) lo veían como un hombrecillo bajito, rubio y ligeramente rollizo, apariencia tan lejos de su propio aspecto como fuese posible.
Buenas tardes – dijo, buscando una silla y sentándose en el lugar habitual junto al escritorio.
No sabía que contaríamos con su presencia hoy, señor Gren – dijo Snape mirándolo con una mueca de exasperación en el rostro.
Nunca está de más asistir a una de sus clases, profesor Snape – dirigiéndole la mejor sonrisa altanera para luego desviar la mirada y evaluar a los alumnos que comenzaban a llenar el salón, algunos lo miraban con curiosidad, después de todo, había asistido a estas clases más que a cualquier otra y esto ya era más notorio.
Ya un poco cansado por lo interminable que le había resultado la clase de adivinación, decidió que simplemente observar era suficientemente molesto y cumplía su cometido, este pensamiento era reafirmado por las miradas de soslayo que le dirigía el profesor, siempre consciente de su presencia.
Sabía que se comportaba un poco diferente con el allí, lo notaba en el alivio de sus alumnos al verlo y se preguntaba que tan brusco sería si aún con el ahí era implacable.
Se retiró antes de terminar la clase y fue al encuentro de Remus para su paseo, cosa que ya se estaba convirtiendo en su pequeña rutina.
Cada par de días recorrían los alrededores del castillo y más que nada hablaban. De todo lo que había cambiado desde su época de estudiantes y lo que pensaba Sirius de las clases, cosas demasiado tranquilas que contrastaban con las reuniones de la orden y los informes de avance que le hacían a Dumbledore cada semana.
Esta vez hablaron de la necesidad de la clase de adivinación y por qué rayos seguía siendo impartida.
-Bueno deberías pensar en los que tienen afinidad para esas cosas – dijo Remus, luego de escucharlo despotricar largamente sobre lo innecesario de estas clases y como eran una tortura para buena parte de los estudiantes.
-Si, lo se, pero deberían pensar en todos los que no lo son, que son la mayoría de hecho
Y como sabrían cuales lo son, si no se la dieran a todos?
-Podrían usar el tiempo que gastan en clases innecesarias para crear algún tipo de test para ese fin o algo por el estilo, que sé yo moony, todos somos magos aquí, alguien podría pensar algo, o simplemente hacerla optativa.
-¿Crees seriamente que alguien se presentaría si fuese optativa?
-¡¡Ese es exactamente mi punto!! Nadie lo haría por qué es una perdida de tiempo
Remus suspiro, sabiendo que no había caso en seguir discutiendo cuando algo así se te metia en la cabeza y decidiendo cambiar de tema.
-He oído que asistes mucho a las clases de Severus.
-Tranquilo, no lo fastidio tanto, solo me divierto un poco.
-Si, conozco lo que llamas diversión Canuto, solo ten cuidado. Severus se ha vuelto mi amigo en este último tiempo y no quiero que tú presencia en el castillo cambie eso. - ¿Qué? Pensó Sirius ¿Desde cuándo esos dos se habían vuelto amigos? ¿Y cómo podía haberlo pasado por alto? Si bien los había visto conversar en varias ocaciones, no parecía más que la clase de charla trivial que mantenía con el resto del profesorado. Miró a Remus frunciendo ligeramente el ceño antes de preguntar.
-¿Y como funciona esta amistad? Desde que estoy aquí no los he visto juntos ni una vez fuera de las comidas.
-Es… complicado – respondió viéndose un poco nervioso, midiendo sus palabras – ambos perdimos cosas importantes y.. no lo sé Sirius, ninguno de los dos tuvo a nadie más por mucho tiempo… Sólo no lo fastidies mucho ¿Si?
Bien – dijiste sin dejar de mirarlo, debatiéndote entre seguir preguntando o dejarlo estar por ahora y finalmente decidiéndote por la segunda. – Pero recuerda Remus, qué ahora también me tienes a mí. – terminaste volviendo a entrar al castillo, después de todo ya era hora de almorzar.
Durante el almuerzo no dejo de darle vueltas a la idea de amistad entre su amigo y Severus Snape. Se permitió paladear el nombre despacio, recordando como lo había dicho Remus con tanta facilidad. Severus, no recordaba ni una vez que se hubiese dirigido a él por su primer nombre. No sabía por qué le molestaba tanto la idea de esta amistad, en momentos como aquel añoraba aún más a James. Su mejor amigo lo conocía mejor que el mismo y sabría de inmediato lo que le pasaba, muchas veces había sido él quien le había hecho notar cuando se estaba comportando como un imbécil o cuando sentía algo que no podía poner en palabras.
James siempre había sido como un hermano para el, mucho más en sintonía de lo que Reglus podría haber estado nunca. No había día desde su muerte que Sirius no lamentará su perdida.
También lamentaba la de Reglus por supuesto, aunque se había enterado de esta estando en Azkaban y no se había detenido a pensar mucho al respecto.
Aunque sabía de alguien que si habría sentido mucho está perdida – Pensó detendiendo su mirada en Snape por unos minutos – sabía que él y Reglus se habían vuelto muy unidos en sus últimos años en Hogwarts, y aún seguían frecuentandose cuando Sirius se marchó de Grimmauld Place.
Sus pensamientos fueron bruscamente detenidos por una mirada penetrante, al parecer se había demorado más tiempo del que creía en observar a Snape y este lo estaba inquiriendo con una ceja levantada. Desvío la mirada solo para encontrarse con Remus, quien lo miraba con curiosidad, a lo que solo se encogió de hombros y continuó con su comida. Ignorando el nudo de nervios en su estómago que no sabía de donde venía.