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Viviré en tu memoria por NDTaurus

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Notas del capitulo:

Hola hola! 

Vengo con una nueva actualización. 

***

El tercer ciclo de quimio duraría también 4 semanas, pero sería más intensivo que el segundo. Tendría una semana de descanso y volverían a aplicar el mismo método, y, si todo salía bien, el tratamiento podría avanzar a la siguiente etapa.

Al terminar la segunda semana se sentía igual de mal, o peor, que al final el ciclo anterior. A pesar de los cuidados paliativos, la fatiga, el dolor de cabeza y muscular ya se habían convertido en algo habitual de su día a día.

El simple hecho de levantar un libro para leer se había convertido en un suplicio, así que, su mayor distractor durante el encierro, ahora estaba limitado al aguante que tuvieran los músculos de sus brazos, o bien, hasta que el dolor de cabeza regresara obligándole a cerrar los ojos.

Y, precisamente, así se encontraba cuando Kid llegó esa tarde durante la visita, con los brazos algo entumecidos y un dolor de cabeza leve. Abrió los ojos al escuchar la puerta y a pesar del cansancio le regaló una sonrisa. Kid se acercó y acarició con cuidado su mejilla.

—¿Mucho dolor?

—No tanto —dijo sin poder evitar hacer una mueca al sentir un espasmo—. Auch… —Kid suspiró y quitó el libro que tenía sobre el estómago.

—Gracias, quería dejarlo sobre la mesa…

—¿Pero?

—Posiblemente terminaría en el piso —Kid le sonrió detrás de la mascarilla y abrió el cajón de la mesa de noche para sacar un gel analgésico tópico—, ¿me harás un masaje?

—Si, ¿por dónde comienzo, piernas o brazos? —Law lo pensó un segundo antes de responder.

—Brazos, definitivamente los brazos me duelen más —concluyó levantándolos levemente y dejándolos caer con pereza sobre la camilla.

—¿Por qué será? —preguntó Kid entornando los ojos.

—No lo sé, me declaro inocente —Kid no pudo evitar reír ante sus ocurrencias y puso un poco de gel en sus brazos—. Está frío.

—Debí calentarlo un poco, lo siento —se disculpó para comenzar a masajear con suavidad.

—No lo dije como algo malo, que esté frío se siente bien, gracias —Kid le dio una sonrisa y continuó recorriendo suavemente sus brazos con el gel.

—Le consientes demasiado —soltó Marco entrando a la habitación. Kid se detuvo un momento para saludarle como corresponde y luego prosiguió con su labor.

—¿Vienes a drogarme otra vez? —preguntó Law con algo de fastidio.

—Prácticamente te la pasas drogado todo el día, pero sí, a eso vengo —Marco revisó que el suero estuviera pasando como corresponde a través de la vía y agregó los medicamentos que correspondían según horario para aliviar los síntomas desagradables—. Te he puesto un analgésico un poco más fuerte —Law asintió—. Y en un rato más traerán tu comida. Por favor, come.

—No te preocupes, se comerá todo —advirtió Kid. Porque siempre tenían el mismo problema, su falta de apetito. Y no es que no le gustara la comida, era que, además de las náuseas que sentía después de comer, y el dolor de estómago constante, llevaba unos cuantos días con la garganta irritada.

—Abre la boca —ordenó Marco y él hizo caso, usó un bajalenguas y una pequeña linterna para echar un vistazo—, por lo menos no sé ve peor que ayer, pedí que te trajeran comida fácil de digerir.

—Espero que sea sopa y no papilla — sacó la lengua en señal de asco y después soltó un suspiro—. A todo esto, ¿por qué viniste tú a hacer el trabajo de la enfermera?

—Créeme que no lo haría si tuviera elección, pero no me queda de otra —Kid le miró ladeando la cabeza en son de pregunta—. Amedrenta a los demás.

—Sólo a los que no me caen bien.

—Pues parece que nadie le cae bien —Kid le miró con reproche—, los únicos que podemos con él somos, Chopper, Kureha y yo.

—¿Chopper? —preguntó Kid con sorpresa.

—Oh sí, no sabes lo severo que puede llegar a ser, sobre todo, con aquellos que no siguen sus órdenes al pie de la letra, y él será el que tome el turno de noche hoy, así que puedo retirarme tranquilo —finalizó con una sonrisa.

Se despidieron y Marco se retiró tan rápido como llegó. Kid le llamó la atención a Law por hacer más dificultoso el trabajo de sus amigos —Sé que te divierte sacarles de quicio, pero busca otra cosa con la que entretenerte y deja de ser un mal paciente, tú mismo reclamas cuando tienes pacientes complicados —Law le miró frunciendo el ceño.

—Bueno, ahora entiendo por qué van de amargados, y tú me quieres quitar lo único divertido que me queda en este lugar —Kid negó ante su cabezonería.

—Promete que te portarás bien el tiempo que te queda aquí —se sostuvieron la mirada unos segundos y Law fue el primero en desviarla.

—Está bien, tú ganas. Dejaré de “amedrentar” a la gente.

Minutos después la auxiliar de turno entró con su cena, un tanto cohibida, Law suspiró para luego darle una sonrisa y ella sonrió de vuelta, le acercó la bandeja y él agradeció que fuera sopa de pollo con arroz.

Kid sonrió al ver que por lo menos lo estaba intentando y se aseguró de que comiera toda su comida antes de retirarse a descansar.

***

Al día siguiente, entendiendo que cada vez sería más difícil para Law sostener esos pesados libros entre sus manos, le regaló un e-Reader. El médico lo miró con algo de reticencia, pero le alegró ver que Kid había escogido uno de tinta electrónica a color que no emitía luz.

—Es…, es grandioso, gracias —dijo mirándole con cariño—. Escogiste uno perfecto.

—Bueno, en realidad me ayudaron a escogerlo…

—¿En serio?

—Si, hoy salí en el horario de almuerzo a dar una vuelta por el centro comercial y me encontré con tu ex —Law le miró con suspicacia y Kid le ignoró para continuar con su relato—, se me ocurrió invitarle a almorzar porque aún me siento en deuda con él. Me dijo que no aceptaría que pagara por su comida, pero que sí le parecía buena idea que fuéramos a comer juntos para platicar. Durante la comida le comenté que te costaba levantar tus libros debido a la fatiga muscular y me recomendó una de estas cosas, yo no tenía idea de cuál comprar, así que me acompañó a la tienda y me ayudó a elegirlo. Es un sujeto agradable.

—Supongo que eso es bueno…, por lo menos se están llevando bien.

—Te lo dije, soy un hombre encantador —dijo con su típica autosuficiencia.

—Sí, sólo no seas “demasiado” encantador ¿quieres?

—¿Celoso? —preguntó sin poder evitar sonreír con satisfacción.

—¿De que salieran a comer y después se fueran de compras como dos viejos amigos? No ¿Cómo se te ocurre? —soltó con sarcasmo y Kid se carcajeó. Law no pudo evitar sonreír al oírle—. Pero bueno, hablando en serio, de verdad me alegra mucho saber que se están llevando bien.

—¿Eso quiere decir que si pensarás en mi propuesta?

—¿Cuál propuesta? —preguntó algo confundido.

—El trío —Law le analizó con la mirada.

—No sé si bromeas o no.

—Claro que sí —soltó aún divertido al ver su expresión—, no soportaría ver a alguien más tocándote como yo lo hago. 

—Oh rayos, ya me estaba haciendo ilusiones —dijo con pesar y Kid frunció el ceño.

—No hablas en serio —aseguró sin estar completamente seguro.

—¿Por qué no? Me sonaba a una experiencia… ¿interesante?, creo que esa es la palabra que busco —el pánico que reflejaba Kid logró sacarle de su papel y comenzó a reír—. Por todos los cielos, deberías mirarte a un espejo.

—Ja, ja, ja. Muy gracioso.

—Tú empezaste.

—Sí, supongo que me lo merezco —aceptó tomando asiento en el sofá, se recargó, soltó un suspiro y cerró sus ojos unos segundos.

Estaba cansado, el trabajo en el taller había aumentado debido a los nuevos contratos y estaba en búsqueda de más personal, así que además de su trabajo diario tenía que hacer las entrevistas para los nuevos integrantes del equipo. Eso, sumado a la preocupación constante por su novio y las visitas al hospital, le estaba pasando la cuenta.

Law lo sabía, podía notar el cansancio en sus ojos, así que no dijo nada cuando el pelirrojo se quedó dormido, y cuando la auxiliar de turno entró a la habitación con su cena, le pidió que no le despertara. Ella, comprendiendo que el pobre chico debía estar exhausto, y considerando que quien le pedía el favor era un superior, no objetó, pero si le informó a su jefatura directa.

Una hora más tarde, Kid abrió los ojos sintiéndose algo desorientado.

—¿Dormiste bien? —preguntó Law con una sonrisa.

—Lo siento —dijo mientras se restregaba los ojos con las manos y soltaba un bostezo—, no sé en qué momento me quedé dormido.

—No importa, estás cansado, es normal que te duermas si te relajas un rato —le ofreció una botella con agua.

—Gracias —dijo tomando la botella—, ¿de dónde la sacaste? —“Penguin” respondió alzando los hombros—, ¿Cómo es que no los escuché? —preguntó más para sí mismo que para Law.

—¿Has tenido mucho trabajo en el taller?

—Si, ¿recuerdas que Ace nos comentó que la empresa para la que trabaja abriría una licitación para mantenimiento? —Law asintió— pues, la ganamos, igual que la anterior. Nos lo notificaron hace unos días, así que abrimos un par de vacantes más y he estado entrevistando gente.

—Oye, esa es una excelente noticia, ¿por qué no me lo dijiste antes?

Kid alzó los hombros quitándole importancia —creo que solo se me pasó, además, lo último que quiero es venir y hablar de mi trabajo. Más que nunca necesito vacaciones, unas largas vacaciones.

—Bueno, me alegra saber que las cosas van bien en el taller y, por otro lado, solo piensa en lo maravilloso que será embarcarnos en ese crucero cuando todo esto termine.

—No sabes cuánto lo ansío.

—Oh, créeme que si lo sé.

Conversaron un rato más y Kid se retiró sin muchas ganas, llegar al departamento solo le resultaba deprimente, pero trataba de mantener su actitud positiva repitiéndose que ese trago amargo solo era momentáneo.

***

La semana de descanso llegó y al fin pudo regresar a su departamento, se sorprendió al ver todos los cuadros que Kid había pintado en su ausencia —Te vas superando con esto de la pintura. Me encantan —dijo después de echarles un vistazo a todas las pinturas.

—Me alegra que sean de tu agrado, los que más te gusten serán para ti —Law le sonrió y besó su mejilla en forma de agradecimiento—. Ahora vamos, a la cama.

—¿De verdad? acabo de llegar del hospital ¿y ya quieres que me meta a la cama de nuevo? —Kid asintió con una sonrisa que decía “no acepto quejas” y le tomó de los hombros para encaminarle a la habitación—. No es justo.

—La vida no lo es, cariño, la vida no lo es —Law resopló y comenzó a quitarse la ropa. Sus movimientos eran lentos y pausados. Kid le preguntó si necesitaba ayuda, pero le dijo que no era necesario, que podía hacerlo solo. Así que se limitó a sacar uno de sus pijamas del armario y acercárselo.

Hace mucho que no le veía sin ropa, así que se sorprendió al ver lo delgado y pálido que estaba en realidad —te hace falta un poco de sol.

—Además de glóbulos rojos en la sangre —dijo riendo.

A pesar de todo, el hecho de que Law estuviera de buen humor le traía algo de paz, y gracias a eso no terminaba por caer en una crisis nerviosa, a pesar de que estaba a un paso de pedir también una hora con un psicólogo.

—Me llevaré algunos de esos cuadros al hospital para ponerlos en mi oficina cuando vuelva a trabajar, porque ya tengo 3 en mi estudio y en la sala no queda espacio para colgar más —dijo Law al terminar de ponerse su pijama. Kid le sonrió desde la puerta—, ¿harás más?

—Sí, pero debo ir a comprar pintura. Ya se me acabó.

—¿Qué harás con ellos después?

—Ni idea, ¿regalarlos para navidad?, podría ser una opción, aunque no es como que los brutos de mis amigos sepan mucho de arte —dijo pensativo para luego sacudir su cabeza—, como sea, tendremos tiempo para decidir eso después. ¿Qué quieres hacer ahora?

—No puedo hacer lo que realmente me gustaría hacer ahora, así que... ¿vemos una película?

—Ok, escógela mientras preparo algo de comer.

—¿Y si mejor te quedas a escogerla conmigo y pedimos algo a domicilio? —Kid lo pensó unos segundos y terminó por acceder, cambió rápido su ropa por algo más rejalado y se acomodó a su lado en la cama.

***

El fin de semana pasó sin inconvenientes, y el lunes en la mañana Zoro le escribió a Law para preguntarle si podía pasar a verle más tarde, Law le dijo que no había ningún problema y le informó a Kid que Zoro iría de visita.

—Oh, Genial —dijo con cara de alivio y Law le miró sin entender—. Killer me llamó porque necesita que vaya a ver unos temas que quedaron pendientes, soy el único que maneja bien la información que necesita y el muy idiota no entiende mis indicaciones por teléfono. Maggi fue a visitar a Lily y no volverá hasta el viernes, así que estaba calentándome la cabeza pensando que tendría que dejarte solo, pero si viene Zoro no estarás solo y yo podré salir más tranquilo.

—Hombre, respira —dijo riendo—. Tendrías que haberme dicho que estabas preocupado por eso —Kid le miró con cara de disculpa—. No tienes que guardarte las cosas, no es bueno.

—Está bien, no lo volveré a hacer —prometió—. ¿A qué hora va a llegar?

—No le pregunté, dame un minuto —Marcó el teléfono y esperó unos segundos para que Zoro respondiera—. Hola, Zoro-ya.

—Hola Law, no esperaba que me llamaras.

—Sí, no pensaba hacerlo, pero Kid quiere saber a qué hora llegarás.

—¿Por qué, tienen planes? Si es así puedo ir otro día.

—No, no es eso. Kid tiene que salir y no quiere que me quede solo, así que esperará a que llegues para irse.

Zoro sonrió y miró la hora —Vale, termino lo que estoy haciendo y me voy para allá, llegaré en unos 40 minutos, más o menos.

—Ok. Te esperamos entonces —se despidieron y cortaron la llamada—. Llegará en unos 40 minutos más o menos —le informó a Kid.

Pasado el tiempo indicado sonó el timbre y Kid abrió la puerta. Saludo a ambos y el pelirrojo le dio las gracias por llegar tan rápido. Le dijo que el almuerzo ya estaba listo en la cocina y que él trataría de llegar lo más rápido posible.

—Tranquilo, no tengo nada que hacer durante la tarde, así que ve con calma que no me moveré de aquí —Kid volvió a agradecer, se despidió de Law y se marchó—, y ¿Cómo te has sentido? —preguntó cuando por fin se quedaron a solas.

—Ratos bien, ratos mal, va fluctuando durante el día, lo peor es en las mañanas, al despertar y en las noches antes de dormir.

—Por lo menos se nota que estás durmiendo mejor —Law sonrió, era verdad, hace ya varias semanas que no tenía problemas para dormir. En parte porque los medicamentos le tenían medio atontado y, por otro lado, la terapia psicológica si estaba funcionando.

—Pensé mucho en lo que dijiste la última vez que viniste.

—¿Hablaste con Kid?

—No, o sea, si y no, le dije que necesitaba terapia psicológica porque el encierro en el hospital me sobrepasó, pero no le dije lo de las pesadillas y eso…, realmente ya tiene suficiente con mi enfermedad.

—Bueno, eso es verdad —Zoro miró a su alrededor—. ¿Por qué tienen tantos cuadros? —preguntó con extrañeza y Law comenzó a reír.

—Es el hobby de Kid —Zoro se puso de pie y se acercó al rincón donde estaban apilados los telares. “¿Puedo?” preguntó—. Adelante.

Así pasaron un buen rato, viendo los cuadros y conversando de la vida. Zoro le contó que ya había ido a hacer el proceso de extracción de células, Law le reclamó por no haberle contado antes y él le restó importancia. Un par de horas más tarde almorzaron lo que Kid preparó y Zoro se sorprendió por el buen sabor de la comida.

—Te sacaste la lotería con él ¿lo sabes verdad?

—Sí, lo sé —dijo sonriendo y Zoro notó el amor reflejado en su mirada. En definitiva, Kid era mejor que él en todo, o por lo menos así se veía en su cabeza, y aunque le dolía aceptarlo, también le traía calma y le alegraba saber que Law estaba con alguien que le amaba, alguien que prácticamente se desvivía por verle feliz.

Terminaron de comer y tomó las cosas que ensuciaron para lavarlas, Law quería ayudar, pero le dijo que no era necesario —Estoy aquí para cuidarte, así que ve y has algo que no requiera de mucho esfuerzo.

—Bueno, por lo menos tú no me mandas de plano a “descasar” —Zoro no pudo evitar reír al imaginar que eso era lo que Kid le enviaba a hacer cuando estaba en casa—, es lo único que hago últimamente —se lamentó—. Estaré en el balcón —le avisó—, quiero tomar un poco de aire.

—Vale, luego te alcanzo, prepararé un poco de té helado —“ok” dijo Law como respuesta.

Minutos más tarde le alcanzó en el balcón llevando consigo dos vasos de té. Law estaba sentado dándole la espalda al balcón, su cabeza estaba apoyada en la baranda de vidrio mientras sentía la brisa fría contra su piel.

—¿Te sientes bien? —le preguntó al ver sus mejillas un tanto sonrojadas.

—Sólo me siento un poco sofocado —cerró los ojos y Zoro tocó su mejilla, bajó la misma mano hacia el cuello y después la llevó hasta su frente—, tienes las manos frías…, se siente bien.

Zoro frunció el ceño, sus manos de por sí eran heladas y acababa de lavar los platos con agua fría porque estaban en pleno verano y hacía un calor de los mil demonios, bufó y decidió posar sus labios en la frente de Law —Law, tu piel se siente muy caliente ¿El termómetro está en el botiquín del baño?

Abrió sus ojos con algo de dificultad y notó la mirada preocupada de Zoro, volvió a cerrar sus ojos y sacudió un poco su cabeza. Zoro se agachó para quedar a su altura, le afirmó la cabeza con ambas manos y Law se tomó de sus muñecas —Ey, Law—, le llamó sin recibir respuesta— Law, por favor, espabila.

Law se inclinó un poco hacia adelante, se apoyó en el hombro de Zoro y respiró de forma pausada —Lo siento, Zoro-ya, creo que tendrás que llevarme al hospital.

***

Había olvidado su portafolios en casa y tuvo que regresar por él de una carrera. Se detuvo en uno de los estacionamientos que estaban frente al edificio, bajó del vehículo y por inercia miró hacia su departamento.

Sintió que el corazón se le apretaba en el pecho y un nudo se formaba en su garganta, definitivamente sus ojos tenían que estarle jugando una mala pasada.

 

Continuará…>>

Notas finales:

Gracias por leer :D 

Y ya saben, siempre es bueno leer algún comentario ;D 


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