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Viviré en tu memoria por NDTaurus

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Notas del capitulo:

Perdón por el atraso! 

Entre el regreso a mi trabajo presencial y las remodelaciones de mi casa me he tardado un montón en escribir, así que espero sacar más rápido el siguiente capítulo. ;)

 

***

Aturdido, así se sintió cuando recuperó la conciencia. Abrió sus ojos con algo de dificultad y miró hacia la ventana, “¿por qué están cerradas las persianas?”, se preguntó, “Porque es de noche”, miró hacia la puerta de vidrio difuminado, el cuarto estaría a oscuras si no fuera por los tenues rayos de luz que entraban por ella.

Volvió a mirar hacia la ventana, ¿Qué era ese sonido?, “es lluvia…”, pensó, recordó la lluvia de la semana anterior y sonrió, “¿sabrá que está lloviendo?”, se preguntó pensando en lo mucho que le gustaban esas lluvias al pelirrojo, “quiero abrir las persianas, quiero ver la lluvia, quiero… quiero ver a Kid…”

Cerró nuevamente sus ojos, respiró con lentitud por la nariz y soltó el aire por la boca con un ligero temblor en sus labios. En sus manos podía sentir un leve y desagradable hormigueo, estiró y contrajo sus dedos, intentando quitarse esa sensación.

Solía tener pesadillas, unas más vividas que otras, y ésta había sido, por lejos, la peor de todas. Tanto así que aún persistía la sensación de temor en su pecho.

Juntó ambas manos a la altura de su estómago y jugó nerviosamente con su anillo, abrió los ojos y alzó su mano con lentitud, observó el anillo unos segundos y las lágrimas comenzaron a caer copiosamente por sus mejillas, “necesito escuchar su voz”, susurró con algo de amargura y sintió como se formaba un nudo en su garganta. Buscó su teléfono a un costado de la cabecera, pero no estaba ahí.

Se afirmó de la baranda de la camilla y trató de incorporarse, pero la fuerza de sus brazos nuevamente le fallaba, golpeó la camilla con rabia y lo intentó nuevamente. Necesitaba encontrar su teléfono o se volvería loco por la ansiedad.

—Law… —Escuchó decir a Bepo con suavidad desde la puerta de la habitación. Se sostuvieron la mirada por unos segundos y Law fue el primero en ceder a la tensión. Su amigo le observaba con una expresión que no terminaba de agradarle. Se dejó caer hacia atrás y trató de regular un poco su respiración.

—Hola —saludó mientras se secaba las lágrimas y le dio una tenue sonrisa. Bepo intentó devolverle la sonrisa sin mucho éxito, entró a la habitación y cerró la puerta tras él. Law resopló con algo de cansancio e intentó levantarse nuevamente.

—No, no te levantes —le atajó Bepo acercándose hasta llegar a su lado— ¿Quieres que te acomode la camilla?

—No, la camilla está bien, pero necesito mi teléfono, ¿podrías…? —Bepo respiró profundo y negó con su cabeza.

—No creo que sea una buena idea, debes descansar…

—¡No, no quiero descansar! —respondió con un tono algo brusco y Bepo bajó la cabeza. Law, sintió algo de culpa al notar la reacción que causó en su amigo y suspiró—. Ey, yo… lo siento, solo… solo necesito hablar con Kid. Por favor…

La situación para Bepo era realmente muy difícil, ver a su amigo sufrir de esa forma era horrible y tener que regresarle a la realidad, a esa demoledora realidad donde lo más valioso de su vida ya no estaba era algo espantoso y, lamentablemente, necesario. Apretó los puños y cerró los ojos con fuerza —Law…

—Tuve una horrible pesadilla… y solo quiero oír su voz… por favor, necesito mi teléfono —rogó con sus ojos nuevamente humedecidos—, por favor… —pidió con súplica mientras sentía como ese temor que se había instalado en su pecho comenzaba a incrementar de forma exponencial.

Bepo secó las lágrimas de Law con suavidad y acortó la distancia que les separaba para rodearle cuidadosamente con sus brazos.

—No fue…, no fue una pesadilla, Law —Law negó fervientemente con su cabeza sin apartar a Bepo.

—No, no… no es…, no.

—Law…

—Kid está en casa —aseguró—, está dormido, descansando porque estos días ha tenido mucho trabajo en el taller, y mañana no será la excepción…, así que está descansando porque después del trabajo vendrá aquí para el horario de visitas… —terminó diciendo con la voz titubeante—, él estará aquí…, tiene que estar aquí porque lo prometió, él prometió que iba a estar conmigo —su intento por apartar a Bepo fue infructuoso, así que terminó se apoyándose en su hombro y aferrándose a él como si su vida misma dependiera de ello—, él lo prometió… —logró repetir antes de que los sollozos ahogaran sus palabras.

—Estoy seguro de que él lo lamenta —dijo Bepo llorando junto a él sin romper su abrazo—, Law, yo sé que Kid lo lamenta, lamenta no poder cumplir su promesa. Pero fue un accidente.

—No, esto está mal, esto no puede ser cierto. ¡No lo acepto! —volvió a negar Law, intentando una vez más, de forma desesperada, zafarse de los brazos de Bepo—, suéltame —exigió—, ¡suéltame, Bepo! 

—No lo haré, necesitas calmarte —pidió Bepo, tratando de mantener la compostura.

—¡No quiero calmarme, quiero salir de aquí! —Bepo le había oído gritar antes, generalmente alzaba la voz cuando sus amigos le sacaban de quicio con alguna estupidez, pero esas ocasiones no se parecían en nada a esta, nunca antes le había oído gritar con tanta amargura, con tanta desesperación.   

—¡Te calmarás! —gritó Bepo de vuelta y Law se congeló entre sus brazos—, te calmarás —repitió en un tono más suave—, lo harás, porque de lo contrario volveremos a sedarte, y no quiero hacerlo… Law. Por favor.

Law le miró atónito por unos instantes y volvió a negar. Bepo apretó con fuerza sus ojos y mantuvo el agarre con firmeza mientras presionaba el botón para llamar a la enfermera.

***

Volvió a abrir sus ojos, esta vez había mucha más luz en la habitación, las persianas estaban abiertas y podía distinguir a los pájaros ir y venir desde el árbol que se podía ver desde la ventana.

—Hola... —saludó Marco cuando entró a la habitación. Law le miró unos segundos y volvió a desviar su vista hacia la ventana— Te portaste muy mal con Bepo anoche —Law arrugó levemente su frente al recordar el episodio, definitivamente le debía una disculpa a su amigo, pero ahora no tenía ganas de hablar de eso.

—¿Cómo está Ace? —preguntó en voz baja.

—Dormido. Han debido dejarle en un coma inducido para ayudar con la recuperación.

—¿Quién atendió a Kid? —preguntó con el mismo tono y Marco bajó la mirada.

—Chopper y yo.

 

—¿Puedes explicarme qué fue lo que pasó? —Marco se sentó en el sillón a un lado de la camilla y comenzó a contarle todo lo que había ocurrido desde que había llegado a urgencias, le contó como se sintió cuando vio a Ace sobre la camilla y que al segundo siguiente Chopper le estaba pidiendo ayuda para tratar a Kid. Le explicó todo el procedimiento, todas las decisiones que tomaron y la forma en que llevaron las llevaron a cabo.

 

Procuró no perder ningún detalle. Terminó de hablar y guardaron silencio unos minutos hasta que Law le pidió que repitiera su relato una vez más, y él accedió, le relató nuevamente todo lo ocurrido desde que entró a la habitación donde perdieron a Kid. La verdad es que se lo repetiría las veces que fueran necesarias si así Law lograba comprender que realmente habían hecho todo lo que estaba en sus manos para intentar salvar al pelirrojo.

—Gracias…

—Law… de verdad lo dimos todo en esa sala de reanimación.

—Lo sé… —respondió Law en voz baja mientras jugueteaba con sus manos—. Hicieron todo lo que yo hubiera hecho —dijo mientras procesaba nuevamente la información que Marco le había entregado—. ¿Podrías llamar a Kureha?

—¿Para qué quieres que la llame?

—Necesito que me autorice a salir —miró a Marco y le dio una sonrisa—. Debo encargarme de los tramites de la funeraria…

—Deberías, pero no puedes —Law abrió la boca para replicar, pero Marco se le adelantó—, hablamos con los muchachos, Bonnie se está haciendo cargo del papeleo. Después de ti, ella es la persona más cercana a Kid.

Law negó —No, no es así. El más cercano a Kid después de mi es Killer… —Marco frunció el ceño y Law recordó que, el día anterior, Killer estaba con Kid—, ¿Cómo está Killer? —preguntó nuevamente con el corazón en la mano.

—Está bajo observación en cuidados intensivos —Law se mordió el labio inferior mientras sentía sus ojos se humedecían una vez más.

Law tragó saliva, se echó hacia atrás en la camilla y se cubrió los ojos con las manos —Sé que no debo, sé que está mal pensar como lo estoy haciendo, pero no puedo evitarlo —dijo entre jadeos— ¿Por qué? ¿Por qué tuvo que ser Kid? —Marco le miró con pesar—, él no quería ir a terreno, no quería… Y sé que Killer no tiene la culpa, sé que fue un accidente, pero no sabes cuánto odio siento en este momento al saber que él si está vivo.

—Law…

—Lo siento, lo siento tanto, pero no puedo evitarlo. Y me detesto al desear que hubiera sido al revés —Marco se puso de pie y se acercó a la camilla, bajó la baranda y se sentó al lado de Law, quien se aferró a él en un abrazo mientras lloraba desconsoladamente una vez más—. Quiero verlo. Cuando Bonnie termine con el papeleo se lo llevarán a la funeraria, y una vez que esté dentro de ese maldito cajón no podré volver a tomar sus manos…, quiero tomar sus manos entre las mías una vez más...

—Perdón, Law, pero no puedo llevarte a la Morgue, por órdenes de Kureha, no tienes autorización para salir —dijo Marco con pesar—, de hecho, si por ella fuera no saldrías dentro de mucho de esta habitación —Law se separó de él y le miró con incredulidad. Kureha sí había prohibido su salida del hospital, y recomendado que no dejara tampoco la habitación, pero el motivo principal por el que no accedía a su petición, era la mala condición en la que quedó el cuerpo del pelirrojo, no sería bueno para Law presenciar esa imagen.

—No, no puede prohibirme salir —Marco le sostuvo la mirada.

—En realidad si puede —suspiró—, no estás en condiciones de tomar decisiones en este minuto, así que, en lo que se decide si se te debe asignar un tutor, es ella quien toma las decisiones. Y su instrucción fue no dejarte salir del hospital.         —En realidad si puede —suspiró—, no estás en condiciones de tomar decisiones en este minuto. Y su instrucción fue no dejarte salir del hospital.

Law guardó silencio unos segundos mientras pensaba en las palabras de su amigo y respiró tratando de serenarse —Marco, esa... esa prohibición —carraspeó para aclarar su garganta—, esa prohibición no incluye el velorio y el funeral... ¿verdad?

—Depende —dijo Marco tomando sus manos—. Logré negociar con ella, y conseguí que considerara la posibilidad de que asistieras, con resguardos —Law asintió indicándole que continuara—. Accederá siempre y cuando cumplas con sus condiciones.

—¿Cuáles condiciones?

—Primero, debes comer, tu desayuno sigue intacto sobre la mesa, así que vas fallando el primer punto. Segundo, hemograma y prueba de marcha, si el hemograma está cerca de los parámetros normales y no tiene problemas en la prueba de marcha entonces podrás salir bajo los resguardos correspondientes, pero si no… —Marco soltó el aire de sus pulmones con algo de cansancio—. Sería una irresponsabilidad de su parte dejarte salir, y no va a correr ese riesgo —Marco le ofreció un pañuelo y Law lo tomó—. ¿Aceptas?

—Lo haré —respondió decidido mientras se limpiaba los ojos y la nariz—, tengo que hacerlo…

—Se lo diré entonces —se puso de pie—. Por cierto, Luffy quiere pasar a verte, pero le dije que te preguntaría primero.

—¿Luffy?

—Ayer en la tarde él y Zoro estuvieron haciéndote compañía —Law meditó las posibilidades—, ¿Qué le digo?

—En 15 minutos, dile que pase dentro de 15 minutos —Marco ladeó la cabeza a modo de pregunta—. Suficiente tengo con que tú, Chopper y Bepo me hayan visto llorar. Además, debo tomar mi desayuno.

Marco sonrió al notar la actitud de Law y le acercó un poco más la mesa con el desayuno —de acuerdo. Te veré más tarde. Sé amable con quien venga a tomarte la muestra de sangre —advirtió y salió de la habitación.

***

Sentía el estómago algo revuelto, así que tomó su desayuno con calma. Un par de minutos más tarde, tal como se lo pidió Marco, y recordando también la petición que le había hecho Kid en su momento, fue amable con el enfermero que entró a tomar la muestra de sangre para el hemograma.

Al rato escuchó un golpe en la puerta y vio a Luffy asomando su cabeza “¿puedo pasar?”, preguntó con una suavidad que no era nada común en él y Law asintió.

—¿Será muy tonto preguntar cómo te sientes? —dijo Luffy cuando llegó a su lado.

—Sí, pero no esperaría menos viniendo de ti —respondió con una suave sonrisa.

—Quiero abrazarte, ¿puedo? —Law asintió y Luffy lo rodeó, sin mucha delicadeza, con sus brazos—, esto apesta.

—Puede ser, no me he dado una ducha desde antes de ayer —Luffy soltó una risa suave y ejerció un poco más de fuerza en su abrazo—, me hace feliz que estés aquí, pero tu abrazo me duele.

—Pues saca ese dolor, no me importa si mojas mi camisa.

—Hablo literalmente —dijo al tiempo que entornaba los ojos—, me estás aplastando los brazos, y duele. 

Luffy le soltó al instante y se disculpó con una sonrisa un poco más apagada a las que siempre le daba.

—¿Viniste solo?

—No, vine con Sabo. Boa quería acompañarme, pero no es bueno para el bebé —Law asintió—, ayer también pasé a verte, pero estabas dormido.

—Marco me lo dijo hace un rato.

—Zoro también estuvo aquí, se quedó conmigo toda la noche y hoy en la mañana se fue a trabajar, pero dijo que volvería para hacerme compañía en la tarde. Ojalá no tenga problemas para entrar.

—¿Por qué iba a tener problemas para entrar? —preguntó con curiosidad.

—Ayer, cuando nos dijeron lo de Kid y Ace, golpeó tan fuerte la pared que le hizo un agujero. La gente alrededor se asustó un poco y el guardia le dijo que tenía que irse o llamaría a la policía, pero Chopper lo impidió.

—Es un idiota…

—Yo también quería golpear algo. Así que lo golpee a él por romper la pared —Luffy frunció el ceño—, los dos terminamos llorando en la sala de espera —Law sonrió al imaginar la escena—. Después, Sabo nos trajo un té a cada uno y nos quedamos sentados ahí un par de horas. Hasta que Marco salió a decirnos que aún no terminaba la operación de Ace. Zoro le preguntó si podíamos verte y nos dijo que estabas dormido, así que debíamos guardar silencio si queríamos pasar. Y nos quedamos contigo hasta que nos echaron de la habitación.

—¿Y lograste mantenerte en silencio?

—Traté de despertarte, pero Zoro me golpeó de vuelta y me regañó diciendo que llamaría a la enfermera para que me sacara si lo volvía a hacer, así que sí, guardé silencio —Law volvió a sonreír. Luffy era una persona que, a pesar de lo dura que fuera la situación, siempre lograba sacarle una sonrisa.

—Mugiwara-ya… necesito pedirte un favor —Luffy le miró con atención y asintió—, hoy me harán una prueba para saber si podré ir al velorio y al funeral, quiero pensar que lo lograré y no tendré problemas para ir… pero si no…

—Lo lograrás —Aseguró Luffy y Law le dio una sonrisa algo melancólica, porque esas serían las mismas palabras que le hubiera dicho Kid.

—Tengo que ponerme en todos los escenarios posibles… —Luffy asintió—, así que, si no lo logro. ¿Podrías asegurarte de que el cortejo, si es que lo hacen, pase por aquí?

—Lo haré —aseguró Luffy tomándole las manos—, lo prometo.

—Gracias.

***

Con algo de pesar y sin muchas ganas, comió el almuerzo ligero que le llevaron al mediodía.

El reloj marcaba las cuatro de la tarde cuando Kureha entró a la habitación seguida de un interno, y Luffy tuvo que retirarse para darles privacidad.

Kureha se acercó a él y le dijo que lamentaba su pérdida, pero que lo primero para ella era su salud —Hace un tiempo atrás tu novio me pidió que fuera la mejor mecánica para ti, no entendí completamente su metáfora, pero le prometí que haría todo lo que estuviera en mis manos para hacer que mejoraras, y ahora más que nunca deseo cumplir esa promesa —Law asintió—. Llegó el resultado del hemograma.

—¿Cómo salió? —preguntó con un deje de ansiedad en la voz.

—Aún te falta mucho para llegar a los parámetros normales. Pero si logras pasar la segunda prueba podría hacer una excepción —Law asintió— ¿estás listo?

—Lo estoy.

—Bien —bajó las barandas de la camilla, le entregó un par de calcetas y sus zapatillas— póntelas y bájate de la camilla. Organizamos este mismo pasillo para hacer la prueba —Law asintió mientras seguía sus indicaciones—. Tomaré tus signos vitales antes de comenzar y al terminar. Cuando te lo indique comenzarás a caminar de ida y vuelta por el pasillo, lo harás lo más lo más rápido que puedas por 6 minutos, si te cansas puedes bajar la velocidad, pero no detenerte, si te detienes se detiene la prueba. ¿Entendido?

—Entendido.

—Yo estaré aquí en caso de cualquier cosa —agregó el interno con una sonrisa. Law asintió y Kureha comenzó a tomar sus signos vitales, los anotó en su plantilla y le sonrió.

—Muy bien —tomó el cronómetro y miró a Law—, Comienza.

Law comenzó a caminar a una velocidad aceptable, al llegar a los 3 minutos bajó un poco la velocidad y Kureha frunció el ceño —vamos chico, ya llegaste a la mitad—, susurró con algo de súplica, muchos podían decir que era una persona un tanto cruel, pero ella realmente se esforzaba por sacar adelante a sus pacientes y, en algunas ocasiones, les tomaba cariño, como era el caso de Law. Que además de ser su paciente era su colega. De verdad esperaba que el chico pudiera completar la prueba con éxito, porque le partiría el alma negar su solicitud.

Se regañó mentalmente por bajar la velocidad, pero las piernas le dolían horriblemente y le costaba respirar, no sabía cuánto tiempo llevaba caminando y la seriedad que mostraban sus colegas no le daba ni una pista de si lo estaba haciendo bien o mal, vio a Kureha mirar el cronómetro y devolverle la mirada con severidad, había vuelto a bajar la velocidad. “No, no puedo detenerme”, se dijo, “no puedo detenerme”, respiró profundo y aceleró un poco el paso, pero al hacerlo sintió que todo a su alrededor comenzaba a dar vueltas, se afirmó de la pared y comenzó a toser.

Kureha paró el cronómetro con tristeza y le pidió a su ayudante que se quedara en su lugar. Soltó un pesado suspiro y se acercó a Law, que estaba de rodillas en el piso tratando de acompasar su respiración.

—Cuatro minutos con cincuenta segundos —le informó al llegar a su lado—. ¿Puedes ponerte de pie?

Law intentó ponerse de pie con todas sus fuerzas, pero no pudo hacerlo. Kureha le hizo una seña al interno para que se acercara. —Trae la silla de ruedas y ayúdale a sentarse en ella para ir a su habitación.

El interno siguió las ordenes de la doctora. Cuando entraron a la habitación, Kureha volvió a tomar sus signos vitales para anotarlos en la planilla y dar por terminada la prueba.

—Imagino que ya lo sabes —dijo Kureha mientras terminaba de anotar los resultados y Law asintió—. Lo lamento. No puedo autorizar que salgas del hospital —Law iba a hablar y antes de que pudiera hacerlo Kureha le interrumpió—, esa es mi última palabra. No tienes autorización, ni siquiera bajo tu propia responsabilidad porque no estás en condiciones de tomar esa decisión —puso una mano en su hombro y ejerció un poco de presión—. De verdad, lo lamento mucho. Pero no puedes.

Kureha le dio un par de indicaciones al interno y salió de la habitación, se encontró con Marco en el pasillo, se miraron por unos segundos y ella negó con su cabeza para luego pasar por su lado sin mediar palabra.

Marco entró a la habitación cuando su colega estaba abriendo el paso del suero con los medicamentos correspondientes —Lo siento Dr. Trafalgar—, dijo el muchacho con una mueca y Law asintió en silencio —con su permiso—, se despidió y saludó a Marco con un movimiento de cabeza. Marco le vio cerrar la puerta tras de si y se acercó a Law.

—Lo arruiné —dijo Law en un susurró y Marco suspiró.

—¿Hay algo que pueda hacer para que te sientas mejor?

—Sí.

—¿Qué cosa?

—Devuélveme mi teléfono y mis audífonos —Marco asintió y se acercó a uno de los muebles de la habitación, abrió uno de los cajones, sacó el aparato y se lo entregó.

—¿Algo más?

—Déjame solo.

—De acuerdo —Marco entendía que Law necesitaba algo de privacidad, aún así estaba algo reacio a dejarle solo, porque no sabía que tan bien estaba el estado mental de su amigo.

—Marco —el aludido se giró al oír su nombre y miró a Law con una ligera sonrisa “¿sí?”, preguntó—, gracias.

—Vendré en un rato más —Law asintió—, no hagas nada estúpido, por favor.

Vio a Marco cerrar la puerta, encendió su teléfono y conectó los audífonos. Abrió el chat de Kid y comenzó a escuchar, uno por uno, todos los audios que tenía guardados.

—Eres un idiota Kid —se mordió el labio inferior para reprimir un sollozo—, espero que Corazón te esté dando una paliza por hacerme llorar de esta forma —logró decir antes de soltarse a llorar, tal como lo había hecho cuando perdió a Corazón años atrás. 

 

Continuara…>>

Notas finales:

Gracias por leer! 


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