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Viviré en tu memoria por NDTaurus

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Notas del capitulo:

Actualiazación :D 

***

La alarma de Kid sonó como siempre, a las 6:30 de la mañana. Con desgano la apagó y contó mentalmente hasta tres para ponerse de pie. Se calzó las pantuflas, caminó al baño y se dio una ducha rápida. Luego, regresó a la habitación para despertar a Law.

—Amor, es hora de despertar… —le habló con suavidad cerca del oído.

Al abrir los ojos, sintió como si a las mantas de su cama le hubieran sumado unos cuantos kilos.

—Buenos días —respondió con la voz adormecida y respiró profundo al sentir que le faltaba el aire—. Ahh, demonios —se quejó.

—¿Qué pasa?

—Siento como si hubiera ido al gimnasio contigo —Kid comprendió a lo que se refería, y a pesar de que entendía que ahora el dolor era por algo completamente diferente no puedo evitar sonreír al recordar lo mucho que se queja siempre que decide acompañarle a hacer ejercicio.

—Si me acompañaras más seguido no te dolerían tanto los músculos al día siguiente.

—Si claro —bostezó, se estiró y se puso de pie mientras Kid terminaba de vestirse con sus jeans celestes y su camisa roja.

El agua caliente sobre sus hombros se sintió realmente bien, le hubiera gustado llenar la tina para sumergirse, pero tenía que estar en el hospital antes de las 8, así que se apresuró.

Al salir de la habitación no sintió el típico aroma a café de las mañanas, en su lugar tenía servido un té de hierbas. Pasó su vista de la taza a Kid y de regreso a la taza.

—Antes de que reclames… —se adelantó Kid—, no puedes tomar café.

—Claro que puedo, él examen no tiene restricciones alimenticias, sólo se recomienda ir en ayunas por precaución ante algún posible mareo, tomar una taza de café no me hará nada —corrió una silla y se sentó para beber el bendito te de hierbas.

—No, pero si vas a someterte a tratamientos inmunológicos debes tener una alimentación saludable y balanceada, y todas las dietas que consulté prohíben el café —dijo Kid sonriente desde el otro lado del comedor diario.

—¿Qué tú hiciste qué? —preguntó con la taza a medio camino entre la mesa y su boca.

—Me puse a investigar y encontré muchas cosas que podrían ser de utilidad…

—No quiero cambiar mi dieta.

—Y yo no quiero discutir.

—No puedes obligarme.

—Claro que sí, yo soy quien cocina. Además, lo más probable es que te envíe con un nutricionista, y a él si tendrás que hacerle caso —abrió su boca para replicar, pero ¿qué podía decir ante esa afirmación?, sintió como uno de sus pómulos tiritaba y Kid sonrió triunfante—. Ya admítelo, te he ganado esta.

Dio vuelta la cabeza en una señal de desprecio y bebió de su té.

—Law… —le habló Kid con suavidad, suspiró y le miró de regreso—, no sabes lo feliz que soy cuando te dejo sin palabras en una discusión. Es…, placer instantáneo.

—Creí que no querías discutir —dijo alzando una ceja.

Kid alzó los hombros —no pensé que ganaría con tanta facilidad.

—Bueno, quizá comience a cocinar más seguido. El otro día me entretuve haciéndolo con las chicas.

—Oh no, no te acercarás a mi cocina —Law sonrió nuevamente, la idea de mejorar sus artes culinarias realmente estaba tomando forma en su cabeza. 

—Estaré solo en casa por una semana, así que, no podrás impedírmelo —Kid le miró con suspicacia—. Por cierto… ¿No comerás nada?

—No, si tú no comes yo tampoco.

—Idiota, no tienes por qué hacer eso.

—Lo haré de todas formas, ya comeremos al regreso.

Resignado, continuó bebiendo su té. A fin de cuentas, cuando a Kid se le metía algo en la cabeza era mucho más obstinado que él.

Terminaron de beber sus respectivas tazas y tomaron las cosas necesarias para salir en dirección al hospital.

***

Estacionaron en el sitio de Law y entraron al hospital. Faltaban 20 minutos para las 8, y el cambio de turno era, como siempre, una locura.

—¡Buenos días chicos! —pronunció Chopper con alegría cuando los divisó.

—Toni-ya, buenos días —saludó de vuelta con amabilidad mientras que Kid sólo se limitó a decir “hola”—. ¿Te tocó cubrir urgencias durante la noche?

—¡Así es! —respondió lleno de energía—, fue una noche movida, pero lo más interesante fue sacar un disco de sierra eléctrica incrustado en el flanco izquierdo de un muchacho —contó con entusiasmo.

—Me hubiera gustado ver eso —dijo Kid.

—¡Estas de suerte!, nos dio su consentimiento para grabar el procedimiento, cuando terminen el examen de Law podría mostrarte el vídeo.

—Genial.

Frunció el ceño y sacó su teléfono, ¿por qué Chopper sabía de sus exámenes? Él no estaba presente cuando tocaron el tema después de la fiesta. Y efectivamente, como temía, en el grupo de WhatsApp había más mensajes de los que normalmente podía encontrar un lunes por la mañana.

“¡Chicos! ¡tenemos que desearle lo mejor a Torao en sus exámenes de hoy!” —envió Luffy a las 7:00 de la mañana.

Roronoa Zoro:

¿Exámenes?, ¿Law está enfermo?, ¿Qué es lo que tiene?

Portgas D. Ace:

Luffy, no todos lo saben.

Nico Robin:

Espero que no sea nada grave.

Franky:

 Sería SUUUPEEER que mejoremos nuestra comunicación.

Sabo:

Bueno, Law no quería preocuparnos, por eso no había contado nada.

Penguin:

Preocuparnos es nuestro deber, ¡Somos sus amigos!

Roronoa Zoro:

Como sea, ¿Qué es lo que tiene?

Kuroashi:

Lo que dice el marimo.

Marco:

Para eso son los exámenes de hoy

Mugiwara:

¡Tiene Cáncer!

 

—Voy a matarlo…

—¿Qué ocurre? —preguntó Kid al notar su mirada enfadada.

—No es nada, solo tengo muchos mensajes sin leer… —<Perdón por esto… No tengo un diagnostico confirmado, por eso no quería decirles nada aún. Cuando tenga certeza les contaré todo. Muchas gracias por sus buenos deseos>. Envió como respuesta. Suspiró, bloqueó la pantalla y guardó nuevamente su teléfono.

—Oh sí, he tenido que silenciar mi teléfono debido a los mensajes de los chicos —dijo Chopper con una enorme sonrisa y presionó el botón del elevador—, todos esperan que tus exámenes salgan bien.

—Espero lo mismo… —sonrió por lo bajo, se sentía feliz al saber que sus amigos realmente se preocupaban por él, pero admitirlo en voz alta era algo que no haría, por lo menos no aún.

Subieron hasta el quinto piso. Al llegar a destino, Chopper tocó la puerta —adelante— se escuchó del otro lado.

—¡Doctorine!

—Chopper —saludó de vuelta la doctora y observó a sus acompañantes—, Law, buenos días.

—Él es Kid, mi pareja —presentó—. Kid, ella es la doctora Kureha.

—Un gusto chico —Kid tomó la mano que la Dra. Le ofrecía.

—Igualmente.

—Bien —dijo la doctora poniéndose de pie—, te quedarás a acompañar a Law ¿verdad?

—¿Puedo?

—Claro que puedes —sonrió ella con algo de maldad en su dirección para luego volver a mirar a Kid—, es mucho mejor cuando el paciente tiene compañía.

—Ya veo—dijo Kid mirándole con suspicacia—, estaba mal informado al respecto.

Desvió la mirada con fastidio y bufó cruzándose de brazos al verse descubierto.

—Tonterías —agregó Kureha haciendo un ademan con su mano—. Bien, Law, siéntate ahí, tengo que hacerte unas preguntas antes de comenzar. Ustedes dos pueden quedarse por allá mientras tanto.

Chopper se excusó, diciendo que debía retirarse pero que regresaría más tarde. Kid se sentó en silencio a esperar. Law, por su parte, escuchó con atención todas las indicaciones que le hacía Kureha, rellenó un formulario y firmó los permisos correspondientes. A los pocos minutos entraron la anestesista y el enfermero que se encargarían de ayudar en el procedimiento.

Se quitó los zapatos y la chaqueta antes de subir a la camilla. Desabotonó su pantalón y se recostó boca abajo. La anestesista le inyectó una dosis de anestesia local a la altura de la cresta iliaca, hueso de donde sacarían la muestra, posteriormente le hizo respirar un gas anestésico mientras el enfermero ponía una vía en su brazo.

—¿Prefieres estar recostado boca abajo o de costado?  —le preguntó Kureha con una aterradora sonrisa mientras se ponía los guantes.

Miró a Kid, quien se sentó en una silla al lado de la camilla y hasta el momento le acariciaba el cabello —de costado.

—Bien, entonces. Chico —agregó dirigiéndose a Kid—, te recomiendo que tomes su mano, necesitará apretar algo.

—¿Le dolerá? ¿No le han puesto anestesia?

—Si, y no sentirá nada hasta que llegue al hueso, los huesos no pueden anestesiarse —agregó la anestesista.

—Está bien, Kid, yo ya lo sabía.

—Por eso no querías que estuviera presente —alzó como pudo los hombros y tomó la mano que Kid le ofrecía.

—Bueno, ya sabes —habló Kureha—, sentirás un dolor punzante y no debes moverte por nada del mundo, o será peor —asintió y le indicó que estaba listo.

Kureha hizo una pequeña incisión por donde, poco a poco, introdujo la aguja a través de su piel hasta llegar al hueso. Sintió el dolor que le describió la doctora y apretó con fuerza la mano de Kid al tiempo que cerraba los ojos.

—¿Estás bien? —Preguntó ella.

—Sí…, sí, estoy bien —respondió manteniendo el fuerte agarre en la mano de Kid. Quien comenzó a acariciar su cabello al no saber qué más hacer.

***

El examen tardó aproximadamente 30 minutos. Al terminar, Kureha le dijo que debía quedarse para monitorear su estado debido a la anestesia, así que fue trasladado a una sala de reposo.

—Señor Eustass —habló el enfermero—, el Dr. Trafalgar deberá descansar aquí unos 20-30 minutos, después de eso vendré a revisar como sigue. Si todo está bien podrá retirarse a su hogar. Es importante que tenga a alguien pendiente de él en caso de que presente cualquier tipo de complicación. La compresa que hemos puesto en el lugar de la incisión debe permanecer limpia y seca durante al menos 24 horas. Después de eso podrá quitársela, pero es recomendable que espere 48 horas antes de darse una ducha, por nada del mundo puede sumergirse en agua, dulce o salada, durante al menos una semana. Si por algún motivo llega a tener alguna hemorragia, debe ser trasladado de forma inmediata a urgencias, donde le darán la atención correspondiente. Lo mismo debe hacer en caso de que presente temperatura por sobre los 38°. Lo más probable es que él tenga recuerdos vagos del día de hoy, pero descuide, eso es normal debido a la anestesia. El dolor de la incisión deberá disminuir con el paso de los días. Los resultados pueden tardar de una a tres semanas a partir de hoy. ¿Tiene alguna duda?

—Ninguna hasta el momento, gracias.

—Entonces me retiro. Nos vemos en un rato más.

El enfermero se retiró y Kid se sentó nuevamente a su lado. Se había quedado dormido hace unos minutos y su respiración acompasada era lo único que se oía en la habitación. Kid acarició su mejilla con el canto de la mano y besó su frente.

Un toque suave en la puerta llamó la atención de Kid. Chopper asomaba su cabeza —¿Podemos pasar?

—Claro —respondió poniéndose de pie. A la habitación entraron Chopper, Marco, Penguin, Shachi y Bepo 

—¿Cómo está? —preguntó Bepo con preocupación.

—Está bien, descansando, dijeron que tenía que quedarse unos minutos para asegurarse de que no hubiera nada mal antes de ir a casa.

—Se ve tan dulce cuando duerme… —dijo Shachi al verle dormir.

—Quién diría que es un ogro en realidad… —agregó Penguin apoyándose en el hombro de Shachi, haciendo reír a los demás.

—Verdad. Kid —habló Chopper—, traje el vídeo, ¿quieres verlo?

—¡Claro! —respondió Kid con emoción.

—¿Qué vídeo? —preguntó Marco con curiosidad.

—El del chico que llegó con el disco de sierra incrustado.

—¡Ey! Yo también quiero verlo —se sumó Penguin con entusiasmo, seguido de un “y yo” de Shachi y Bepo.

Y así, los 6 se acomodaron alrededor de Chopper para ver el vídeo. Realmente era grotesco. Kid no podía creer la calma con la que, el amoroso Toni Toni Chopper, realizaba el procedimiento, era algo impresionante de ver.

No faltaron las exclamaciones de asombro por parte de ninguno y, en algún punto, olvidaron que estaban ahí porque Law descansaba en la camilla.

—¿Qué hacen todos aquí y por qué están gritando? —preguntó con cara de pocos amigos.

—¡Law! ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo? ¿Podemos hacer algo por ti? —Arremetió Bepo acercándose a la camilla. Parpadeó un par de veces sin dejar de mirar a su amigo y sonrió.

—Estoy bien, Bepo, gracias.

—Estaba preocupado.

—Lo sé, lo sé… perdón.

—No es justo, ¿por qué siempre es tan amable con él? —reclamó Shachi.

—Lo adoptó antes que a nosotros —respondió Penguin con las manos detrás de la cabeza—, es puro favoritismo.

—Lo que ustedes tienen se llama envidia —aseveró Bepo con superioridad.

La interacción de sus amigos le causó gracia, y tan pronto como comenzó a reír se arrepintió. El efecto de la anestesia casi se había desvanecido y empezaba a sentir el dolor del examen a un costado de su cadera.

—Ah, maldición, esto duele.

—Bien, creo que es hora de retirarnos, no está bien que le hagamos reír en su condición —habló Marco, siendo como siempre, la voz de la razón—. Por favor, avísanos en caso de cualquier cosa —le dijo a Kid.

Uno a uno los chicos se fueron despidiendo, diciéndole que le visitarían durante la semana. Kid les dio las gracias por estar pendientes y Law se lamentó al saber que tendría visitas.

***

Llegaron a casa cerca de las 10 de la mañana, Kid le ayudó a llegar a la cama para recostarse. Detestaba quedarse en cama, le parecía una pérdida de tiempo enorme, pero no tenía de otra, así que tomó uno de los libros que aún tenía sin terminar para entretenerse.

—¿Hambre?

—La verdad no mucha, tengo el estómago revuelto, pero puede deberse a que no he comido nada, así que algo liviano estaría bien.

—Está bien, entonces iré a MI cocina a preparar el desayuno.

Alzó una ceja con incredulidad —¿En serio?

—¿Qué cosa?

—¿“TÚ” cocina? ¿seguirás?

—Por supuesto, es MI cocina —aseguró Kid con una gran sonrisa—, ¿tostadas con quesillo y aceite de oliva? —frunció el ceño y arrugó la nariz al oír la propuesta de desayuno— ¿Bollos con mermelada?

—Asco.

—Ok, ok, no tostadas, no bollos…

—No pan.

—No pan… pensaré en algo. —Kid besó su frente y salió de la habitación. Para entrar tan solo un minuto después—. A todo esto. El enfermero dijo que mañana casi no recordarás el día de hoy debido a la anestesia, ¿crees que será recomendable que te pongas a leer ahora?

Miró el libro con fastidio, lo cerró y tomó el control remoto para poner las noticias. Kid sonrió y volvió a perderse por el pasillo.

Al rato, regresó a la habitación con una bandeja y encontró a Law dormido con el control remoto aún en su mano. Sonrió al verle y dejó la bandeja sobre la mesa de noche.

—Law, cariño, despierta. El desayuno está listo —despertó, se frotó los ojos con las manos y soltó un bostezo.

—Lo siento, aún tengo sueño —volvió a bostezar.

—Después de comer podrás dormir todo lo que quieras —le dijo Kid mientas acomodaba las mantas de la cama para poder dejar la bandeja equilibrada.

Sonrió al ver cereales con leche descremada y una ensalada de frutas. Kid, en cambio, se había preparado un sándwich de queso fundido y un té de frutos rojos. 

—Esto se ve rico, aun así, extraño mi café.

—Ya no hay —dijo Kid con seriedad y él le miró extrañado, en ese departamento jamás hacía falta café. Kid puso un banquillo al lado de la cama y se sentó—, de hecho… —Kid le miró con pesar— el café está en peligro de extinción, han prohibido su comercialización —alzó una ceja—, es en serio, lo han dicho en el noticiero de la mañana mientras dormías en el hospital.

Se sostuvieron la mirada, Kid seguía con su semblante serio, y él no pudo evitar comenzar a reír. Lamentablemente, al reír aumentaba el dolor de su cadera.

—Kid, maldita sea, ¿por qué me tienes que hacer reír ahora? —su risa se mezclaba con los alaridos de dolor. Era como si, a más dolor, más risa, y lo peor de todo es que no podía detenerse.

—Lo siento, lo siento, no lo volveré a hacer.

Comenzó a respirar por la boca para calmarse, pero veía la cara de preocupación de Kid y volvía a reír. Era una auto tortura algo divertida, pero tenía que parar pronto o volvería al hospital antes de lo planeado. Soltó el aire de sus pulmones y se echó hacia atrás, dejando caer su peso en los mullidos almohadones.

—¿Pasó?

—Sí..., si, ya pasó. —Respiró profundo y volvió a incorporarse, pero al hacerlo le atacó otro ataque de risa.

***

Unos minutos más tarde al fin logró calmarse para tomar su desayuno y de paso los analgésicos que le recetaron para el dolor. Como siempre, el desayuno que le preparó Kid sabía delicioso. Le agradeció una vez más por la comida al terminar y le pidió ayuda para levantarse e ir al baño.

Se cepilló los dientes y regresó a la cama. Kid por otro lado, tomó la loza sucia y se la llevó a la cocina para lavarla.

Miró su libro y suspiró recordando la recomendación de Kid, por lo que optó por mirar un rato las redes en su teléfono. Quizá preguntar a sus compañeros como van los casos que tomaron en su lugar en el hospital —Law…—, llamó Kid desde la puerta —necesito ir a la tienda, ¿está bien si te dejo solo unos minutos?

—Claro que sí, ve tranquilo.

—Está bien…, pero llámame en caso de cualquier cosa ¿ok?

—De acuerdo —escuchó la puerta cerrarse y volvió a su teléfono. Tenía, como de costumbre, mensajes sin leer. Así que se puso a ello, miró la pantalla con sorpresa y entró a la primera conversación.

Roronoa Zoro

Hola…, sé que llevamos algún tiempo sin hablar, pero quiero saber cómo estás…

Respecto a lo que dijo Luffy hace un rato ¿es verdad? ¿es posible que tengas cáncer?

Espero no incomodarte.

Tragó saliva, tocó el recuadro para ingresar una respuesta y su mente quedó en blanco por unos segundos. No solía tener dificultades para hablar con Zoro en el grupo, pero hacerlo de forma personal no dejaba de parecerle extraño, a pesar del tiempo que había pasado. Porque, aunque se negaba a admitirlo, aún quedaba en él algo de desazón por la forma en que terminaron las cosas entre ellos.

<Hola, Zoro-ya. Perdón por no responder antes. Sí es una posibilidad, pero también hay otros posibles pronósticos que podremos descartar o confirmar con los exámenes que me hicieron hoy. Los resultados tardan como mínimo una semana, así que debo esperar. ¿Cómo estás tú?> —respondió finalmente y continuó revisando otros mensajes hasta que la ventana de notificación se abrió con la respuesta.

Roronoa Zoro

Espero que los resultados sean alentadores.

Yo he estado bien. Con bastante trabajo, pero bien. Ahora estoy en el sur y en un par de días regresaré a la ciudad…  estaba pensando en pasar a verte. Claro, sólo si no te molesta.

 

<no, no me molesta> —envió para después pensar que tal vez, solo tal vez, a Kid no le haría mucha gracia la idea de recibir una visita de su ex.

Roronoa Zoro

Genial. Será bueno verte.

Ahora debo regresar a trabajar. Law, cuídate mucho, un abrazo.

 

<Igualmente, hasta pronto, Zoro-ya.> —Se tomó un segundo antes de volver y terminar de leer, y responder, el resto de sus mensajes.

Al terminar dejó el celular sobre la mesa de noche y se acomodó para cerrar sus ojos, el sueño volvía a hacerse presente y él no tenía ganas de pelear.

 

Continuará… >>

Notas finales:

Gracias por leer :)


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