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Nothing to You por Saory_Moon

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Notas del capitulo:

∞?∞?∞?∞


Espero les guste


∞?∞?∞?∞

"Algún dia colocare para ti"

Como un eco resonando en un pasillo interminable la frase siguió repitiéndose en su cabeza incluso después de haber abierto los ojos y comenzar sus preparaciones de cada mañana. ¿Qué había sido aquello? ¿Un sueño o un recuerdo? Habían sido años desde entonces, tantos que tenia meses sin pensar en ello ¿Por qué volvía a él justo en aquel momento en que todo parecía estarse derrumbando a sus espaldas? Los últimos días habían sido todo un desastre en el club, no solo su busqueda por mejorar su saque se había vuelto un bucle sin sentido del que no sabía como escapar, sino que además había terminado afectando su ritmo haciéndole incapaz de hacer un saque decente o una colocación digna de los monstruos que tenía por compañeros, hasta el momento ninguno había dicho nada seriamente pero era consciente de que había cometido suficientes errores para ser degradado al segundo equipo y su frustración ante su propia incompetencia no hacía más que empeorar la situación en forma de una tensión que no desaparecía de sus hombros.

El entrenador había sido comprensivo y con aire paciente había intentado una y otra vez convencerlo de detenerse en sus intentos de modificar el saque para concentrarse en recuperar su ritmo de nuevo. Era facil decirlo, pero no podía obedecerlo, no cuando el equipo estaba lleno de esos monstruos que cada dia se superaban a sí mismo. El ultimo par de meses incluso cuando había hecho todo por evitarlo, aquel sentimiento de estar siendo dejando atrás se había anidado en su interior y comenzado una expansión lenta pero constante, devorándole desde adentro silenciosamente.

¡Maldita sea! Miya Atsumo era un As, un armador genio con un futuro prometedor por delante, el armador de los MBSY Black Jackals y promesa de la temporada. ¿Dónde había quedado su confianza? ¿Qué diría su yo del pasado de sí mismo si se viera ahora? El chico de sus sueños que se había parado frente al enano del Karasuno declarando que colocaría para él con completa seguridad. ¿Por qué había dicho tales palabras? Aquel mocoso ni siquiera estaba en Japón. Lo admitía, cuando comenzó a jugar en las ligas profesionales de vez en cuando les daba un vistazo a las listas de nuevos, buscando el nombre del mocoso, esperando ansiosamente que su profecía se hiciera realidad, queriendo probar de alguna forma que su yo de la preparatoria no había estado equivocado. Aunque obviamente a pesar de los meses aquello no pasaba y desde un principio había entendido porque, el niño peli naranja la tendría dificil para entrar al mundo de los profesionales aun sí tenia el talento para ello, incluso si por algún milagro lo hacía estaría obligado a dar grandes zancadas si quería mantenerse a la par del grupo de monstruos que se agrupaban en la cacha.

Bufo ante la ironía de sus pensamientos. Quien había acabado intimidado y dudando de pertenecer, no fue otro que el mismo y ahora se hundía en sus pensamientos autocompasivos, forzándose a encontrar a alguien más miserable que él.

Era peor que Bokuto y la idea le deprimida aún más.

Ahora que recordaba había sido Bokuto quien le había informado del paradero del pequeño del Karasuno, durante las practicas con frecuencia comenzaba a presumir de los regalos que su discípulo le enviaba desde Brasil y aun con toda la palabrería tardo casi 6 meses en darse cuenta de que el querido discípulo de Bokuto era nada más y nada menos que Hinata Shoyo. Desde entonces le había seguido en redes sociales, rara vez el chico subía alguna foto de si mismo, pero con frecuencia podría ver la red sobre la playa o fotos del mar o paisajes que solo le recordaban lo lejana y vacía que había sido aquella declaración hace años.

"Kageyama Tobio"

Detuvo su carrera para mirar la enorme pantalla sobre el edificio, donde una periodista hacia su mejor esfuerzo para entrevistar al inexpresivo pelinegro. Soltó una carcajada. Aquel era un buen ejemplo de cómo algunos podían mantenerse sin cambios desde la preparatoria, pues con una cara de desinterés el chico se mantenía en silencio o solo a asentía a las poco profesionales preguntas que la chica hacia sobre la vida del jugador.

A diferencia de la chica, él sabía lo que había en la mente de aquel chico: Volleyball.

-Deberíamos salir a tomar algo – Susurro para sí mismo, pero cuando la toma se alejo se la cara de Tobio mostrando al resto del equipo, tuvo que borrar su sonrisa ¿Qué no había cambiado? ¿A quien engañaba? Rodeado de todas esas bestias, Kageyama no lucia fuera de lugar, sostenía las cuerdas invisibles sin esfuerzo con la seguridad de que podía complacerlas con sus colocaciones. Aun sin el pequeño había avanzado por si solo, dando enormes pasos sin mirar atrás y por otro lado estaba él...con la necesidad de llamar a su hermano cada semana para soltarle su rollo depresivo.

Continuo su carrera bufando al cielo y poniéndose los audífonos.

Estúpido sueño, solo le hizo deprimirse más.

∞∙∞∙∞∙∞

-¡Hey! ¡Hey ¡Hey! – Bokuto entraba por la puerta de la cancha principal con los brazos en alto y se vio tentado a dar media vuelta para huir de su desbordante energía – ¡Tsumu! ¡¿También vienes en tu dia libre?! ¡Que dedicado! – con una enorme sonrisa que no fue capaz de comprender, su enérgico amigo le paso una toalla para que se limpiara el sudor y tomo asiento en la banca justo enfrente con la misma naturalidad con la que hacia todo.

¡Como lo envidiada!

-No puedo permitir que mi cuerpo se enfríe, lo que pasara si me pongo a holgazanear como tú – Se contuvo de preguntar al chico sobre su presencia, por la expresión de Bokuto sabía que fuera lo que fuera no quería involucrarse.

-Sabes, he estado pensando y ¿no te has vuelto muy serio estos días? -Directo como siempre.

-¿Eso es malo? -Dio vueltas a sus hombros, intentando que la presencia de su amigo no le distrajera de sus ejercicios.

-Akashi dice que ser tan tenso nunca es bueno, además... - Le miro de reojo con un dedo en la barbilla, Bokuto buscaba las palabras para continuar.

-¿Que?

-Digamos que prefiero tu estilo normal.

-Mm ¿y cual se supone que era ese?

-¡¡Oh!! ¡Ya sabes, la reina sádica que hace lo que quiere en un partido! ¡solías ser más divertido!

-¿!Reina sádica!? – Encaro ofendido al peligris.

-No sé -La inocente sonrisa de Bokuto le irrito aún mas - es la palabra que uso Saku ¿Te queda no? – Ese maldito, la próxima le arrancaría ese cubrebocas para que lo repitiera.

Con el ceño fruncido arrojo la toalla lejos, mejor volvía a la práctica.

-¡Ah! ¡como sea! ¿No te reunirías con un kohai o algo asi? ¿Qué haces aquí? ¡Ya vete!

Como si aquello fuese lo que esperaba, la sonrisa de Bokuto se ensancho en una clara mueca de victoria. Conocía bien esa expresión por el tiempo que habían pasado juntos y en un reflejo hecho una mirada a la salida más cercana fuese lo que fuese no se iba involucrar con alguno de sus caprichos.

-De hecho ¿sabes que dia es hoy?

-Saba...

-¡¡El dia de evaluación a nuevos reclutas!! -Le interrumpió Bokuto con un grito al tiempo que saltaba de la banca tomándole del brazo quitándole cualquier oportunidad de oponerse.

-¿Y? – Seguía a sin comprender nada, pero ya era jalado por un eufórico Bokuto fuera del gimnasio. - ¡Hey! ¿A donde vamos? Aun no termino mi...

-¡Fui a buscarte a tu casa, pero no estabas! – No le estaba escuchando y le jalaba sin dejar de hablar – Me alegra que ya estuvieras aquí, tenia el presentimiento de que debía traerte conmigo, también es para que te relajes, me preguntaste antes de ello ¿Recuerdas? ¿o no? Da igual, supuse que quería conocerle ¿acaso no soy genial? ¡Siempre pienso en todos! A pesar de eso Akashi dice que soy egoísta ¿puedes creerlo?

-¡Hey! ¡Espera! No entiendo...

-Ah! pero enserio crei que saldría con él hoy, resulto que confundí las fechas, hoy tenía otros planes por eso vine a verlo....

-¡Tu! ¿Me estas escuchando?

-¡Shh! – Bokuto se detuvo llevando un dedo a sus labios. Ya era demasiado tarde, ya estaban entrando a las gradas del segundo gimnasio y descendiendo con prisa las escaleras hasta la cancha.

-En conclusión, el está aplicando para nuestro equipo – Fue solo por un segundo, pero pudo ver los ojos a su lado arder de emoción.

-¿De quién...?- La mirada de decepción que recibió le hizo callar. ¿Enserio creía que había podido seguir el ritmo de toda su palabrería sin sentido? Solo le había hecho una pregunta y había comenzado ese desastre. Aun asi hizo un esfuerzo por ordenar un poco todo en su cabeza. - ¡Ah! -Tardo algunos segundos en comprender a los que se refería. - ¿Tu kohai?

Bokuto asintió mirando a la cancha, los reclutas estaban alrededor viendo el juego junto a los jueces y entrenadores, era imposible ver del todo bien pero no paso mucho hasta que, con un firme golpe de las suelas, declarando su presencia en el lugar, aquel chico se levantó en el aire sacando una exhalación de varios en la sala.

-Mi discípulo -Escucho declarar a un obviamente orgulloso Bokuto pero ya no pudo ver su expresión, los ojos de ambos estaban fijos en el dueño de la mata de cabellos naranjas que se había elevado del suelo tanto que creyó haber visto su figura suspendida en el aire durante segundos antes de que rematara el balón con un fuerte ruido.

El silbato sonó marcando el final del partido y aun entre la multitud pudo vislumbrar la sonrisa en el pequeño rostro del menor, siendo aplastado en abrazos por sus compañeros de equipo.

-¿Hinata...Shoyo?

∞∙∞∙∞∙∞

Quizá fue la sorpresa por aquel bello remate o el alboroto del gimnasio con tanta gente moviéndose de un lado a otro, pensándolo bien también podía ser el Shock por haber tenido al mocoso en sus pensamientos toda la mañana y repentinamente encontrárselo en la vida real. ¿Cuántas probabilidades había para aquello? ¿No estaba en Brasil? ¿Lo había sabido en la mañana cuando soñó con él? Era el nuevo Nostradamus ¿o qué? ¿Si se esforzaba podría predecir la lotería?

Fue hasta que el mismo Bokuto volvió a tirarle por el cuello que pudo hacer un lado el desastre que había en sus pensamientos y moverse hasta el otro lado de la cancha donde los jugadores recogían sus cosas después de finalizada la prueba.

-¡¡HINATA!!! -Aquel grito de Bokuto le hizo dar un salto y una mata naranja paso a su lado directo a su compañero hasta unirse en un loco abrazo, que honestamente era más similar a dos carpas retorciéndose juntas.

-¡Bokuto-San! – La voz de chico salió clara, mucho más gruesa de lo que recordaba, pero aun con ese toque risueño tan característico. – ¡Ha pasado mucho! - Teniéndole tan cerca podía notar lo mucho que había crecido, no solo en altura, sino en músculos, el cuerpo ahora bien proporcionado del menor se había bronceado un par de tonos y tenía curvas bien definidas donde antes no había más que huesos.

Con aire ausente noto que aún había algunas gotas de sudor deslizándose por su cuello en un lento recorrido por la piel tostada. Trago saliva y cuando los ojos castaños se clavaron en él, se perdió un momento en ellos aun sumido en sus pensamientos.

Grave error.

-Miya...Atsumu - Con un leve movimiento de cabeza aquellos ojos brillaron reconociéndole, fue tan solo un instante pero la sorpresa le hizo retroceder cuando aquella suave e ingenua mirada cambio a una mucho más feroz y hambrienta que le causo escalofríos. ¿Qué demonios?

-Te lo dije ¿cierto Hinata? -Orgulloso Bokuto paso un brazo por los hombros del menor mirando pausadamente a ambos, esperando que alguno de los dos le entregara su bien merecido premio.

-Si -Una enorme sonrisa adorno el rostro de Hinata dejando que su emoción se desbordara – Hice bien en venir aquí.

∞∙∞∙∞∙∞

Continuara

 


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