Las festividades anuales de otoño se acercaban rápidamente y parecía que ese día Teuchi le dio a Naruto la tarea de decorar el restaurante apropiadamente. Dada la carga de trabajo del anciano, debe haberse olvidado de advertir al rubio con anticipación, lo que lo dejó cortando papel brillante y colocando guirnaldas hechas por él mismo mucho después del horario de cierre. Sasuke lo observó durante todo el proceso hasta que una camarera se le acercó con cautela y le dijo que la tienda de té también estaba cerrando. Al principio, el moreno era reacio a irse, Naruto aún no había terminado y casi nunca se iba antes que el rubio. Pero cuando Sasuke miró por las ventanas del restaurante y vio que las luces se apagaban y una sombra perfectamente reconocible se movía hacia la puerta trasera, rápidamente tomó su pesada mochila gris del piso y cruzó la calle en un repentino ataque de determinación.
Cuando llegó a la boca del callejón, sus piernas le temblaban lo suficiente como para hacerlo tropezar torpemente en una pequeña grieta en el pavimento. Afortunadamente, Sasuke logró recuperar el equilibrio y no caer de bruces al suelo, lo que le habría costado los últimos pedazos de su coraje que se desvanecía rápidamente. El moreno se enderezó y trató de calmar los fuertes latidos de su corazón con un par de respiraciones profundas. Entonces oyó el ruido metálico de la tapa del contenedor de basura, y el crujir de las bolsas de plástico y el resoplido irritado del callejón. Sasuke entró en el oscuro pasadizo, sus pasos resonaban en las sucias paredes de ladrillo, lo que debe haber sorprendido a Naruto, quien giró bruscamente en su dirección con un fuerte jadeo, y la bolsa que estaba tratando de meter en el contenedor casi se le escapó de las manos.
"¡Jesús, hombre! ¡Me asustaste muchísimo, dattebayo!" el rubio prácticamente le gritó y luego soltó una risa nerviosa. Dios, Sasuke ya lo estaba incomodando. Fue realmente despreciable. Aun así, el moreno no tenía tiempo para odiarse a sí mismo en este momento, ya que vio que su ángel estaba esperando algún tipo de explicación. Simplemente no podía permitirse el lujo de verse aún más espeluznante ante esos ojos azules curiosos. Eran tan hermosos que Sasuke sintió que se estaba ahogando en las profundidades azules, y esos labios regordetes, que parecían los pétalos de rosa más suaves, polvorientos y acogedores.
"Uh ... ¿estás bien?" La melodiosa voz que ahora sonaba más tensa hizo que el moreno volviera de su estado paralizado.
"Yo ... solo estaba-", Sasuke tragó saliva en un intento de hacer que su garganta terriblemente seca funcionara. "Quería asegurarme de que todo esté bien aquí", señaló torpemente el estrecho espacio húmedo a su alrededor.
"Um ... ¿lo esta?" Naruto parecía perplejo, pero más relajado, la tensión en sus hombros disminuyó un poco. Bueno, incluso si Sasuke estuviera a dos pies de distancia de él, era bastante obvio que se elevaría sobre el rubio si se paraban más cerca. A pesar de su apariencia inofensiva en general, gafas delgadas y grandes que se asomaban un poco torcidas sobre la nariz recta del moreno y las manos que sujetaban sin descanso la correa de la mochila de mensajero gris que colgaba de su hombro izquierdo, Sasuke era jodidamente enorme en comparación con el rubio. Por supuesto, su precioso y pequeño sol se sentía incómodo, y estaba haciendo un mal trabajo para mejorarlo.
"Podría ayudarte con eso", Sasuke tuvo la impresión de que ponía en juego el significado de su vida con esa oferta, ahora era todo o nada.
"¿Supongo? Si quieres", Naruto parecía más perplejo que cualquier otra cosa, pero no dijo nada más, cuando Sasuke se le acercó tentativamente y fácilmente echó hacia atrás la pesada tapa con la que el rubio estaba luchando hace un minuto.
"Wow, hombre gracias", Naruto rápidamente eliminó la basura y se sacudió las manos. "Soy Naruto por cierto". La respuesta llegó antes de que Sasuke pudiera detenerse.
"Lo sé."
"¿Eh?" los ojos del rubio se abrieron cómicamente, y el moreno sintió una fuerte necesidad de golpearse la cabeza, pero luego sus ojos se posaron en la chaqueta naranja de Naruto que estaba abierta y le dio a Sasuke un vistazo de su atuendo de trabajo. Naruto siguió la mirada del hombre más alto y vio la etiqueta con su nombre en negrita con letras verdes y una pequeña rana a un lado. Soltó una leve risita y le sonrió a Sasuke, que estaba atónito por un momento, era un sueño hecho realidad (está bien, tal vez su sueño no incluía un callejón sucio con poca luz y un gran contenedor de basura al lado de ellos, pero todavía era mejor que nada).
"¿Cuál es tu nombre?" preguntó el rubio cuando Sasuke permaneció en silencio por mucho tiempo. Salieron del callejón a la tranquila calle desierta.
"Sasuke", dijo el moreno sin tartamudear. Estaba fuera de sí, con alegría e incredulidad porque todo era así de simple.
"Encantado de conocerte, ttebayo", y con una sonrisa cegadora, que derritió el corazón de Sasuke y lo hizo sentir feliz y mareado por dentro, Naruto fue a darle un apretón de manos.
Sasuke pensó "que debía haber muerto y se fue directo al cielo" porque cuando tomó la mano pequeña y fina de Naruto, estaba en la nube nueve. Algunas de las farolas proyectaban una luz tenue, casi íntima, sobre el rubio y lo hacía parecer etéreo. Sasuke se deleitó con la sensación de su palma lisa completamente envuelta por la suya tanto que no notó una sonrisa de complicidad que iluminó las facciones de Naruto por un momento, haciéndolo parecer un zorro astuto. El moreno también parecía haber perdido la noción del tiempo, ya que lo siguiente que supo fue que Naruto rompió el maravilloso contacto entre ellos y dio un paso atrás.
"Adiós, y gracias por la ayuda", Naruto metió las manos en los bolsillos de sus pantalones oscuros. Sasuke sabía que era el principio del fin. Ahora tenía que separarse de su ángel, dejarlo ir, así como así. Su corazón se apretó dolorosamente, cuando el moreno dejó escapar un suspiro de resignación.
"Sí, yo ... mmm", no tuvo el descaro de preguntarle al rubio si volverían a encontrarse. Sasuke ya estaba llorando la pérdida, cuando Naruto de repente sacó algo de un bolsillo y se lo tendió para que lo tomara.
"Toma, y tómalo como un gracias," Sasuke miró con curiosidad las dos cartas arrugadas que el rubio le presentó. "Esos son mis cupones para ramen gratis".
"Tu- pero que hay de ti?" Sasuke no podía creer que el rubio fuera tan generoso que estaba dispuesto a renunciar a sus comidas gratis por un completo desconocido.
"Oh, no te preocupes, el viejo me da un montón de esas cada semana, simplemente no puedo vivir sin ramen, es tan bueno", explicó Naruto con entusiasmo, sacando los sonidos y agitando las manos para enfatizar. Entonces el rubio miró a Sasuke directamente a los ojos, haciéndolo sonrojarse ligeramente bajo la mirada escrutadora de color azul. "Deberías probarlo también" Sabes, pensé que te había visto antes y ahora lo tengo. Eres el chico que se sienta en la casa del té todo el tiempo, pero nunca viene a Ichiraku. Debes cambiar tus preferencias por completo, "En eso Naruto le sonrió descaradamente y le dio un codazo en las costillas (su codo realmente lo golpeó en el costado) como si ya fueran amigos cercanos.
"Lo haré", en ese momento Sasuke estaba listo para prometer cualquier cosa solo para que su ángel siguiera hablando con él.
"Nos vemos entonces", Naruto se despidió con la mano y comenzó a caminar calle arriba, dejando al moreno de pie frente al restaurante cerrado en silencio por un par de minutos hasta que finalmente recuperó el sentido. Pero ya era demasiado tarde, Naruto ya estaba demasiado lejos para escuchar el débil murmullo de un 'nos vemos' de Sasuke en respuesta. Con una pequeña sonrisa feliz que nunca salió de su rostro esa noche, se quedó dormido mirando los cupones arrugados sostenidos firmemente en su mano: era una promesa de su futura reunión con Naruto, sus boletos para el cielo del que ahora podía echar un vistazo.