I. Levi el superficial
Se podía decir que Levi Ackerman, era el típico tipo superficial, que sólo se preocupaba por las apariencias a la hora de las relaciones. Tampoco era que le interesara mucho el tema del romance, jamás se había sentido enamorado y sinceramente; dudaba que una cosa como el amor realmente pudiese existir. Siendo así, a él simplemente le importaban una cara bella y un cuerpo escultural; para satisfacer sus necesidades físicas y sexuales.
Llevó esa vida despreocupada hasta entrados sus treinta años. Cuando era más joven, para él eso era más que suficiente: encontrar a algún hombre apuesto a quien conquistar, ya fuese para una noche o una temporada de sexo salvaje; y desecharlo como si se tratara de un objeto cuando se aburriera de él. Pero ya habiendo madurado, comenzó a sentir realmente la molestia de esa vida tan vacía.
Levi supo reconocer que ya no era suficiente con eso y realmente comenzó a desear tener a alguien a su lado. A pesar de que nunca fue sentimental, o de mostrar sus emociones abiertamente. Al hacerse un poco más viejo, comenzó a sentirse solo. Y por primera vez en su vida, quiso tener una pareja con quien entablar una relación seria. Pensó que sería bueno tener a alguien quien le acompañase a dormir por las noches, con quien pudiese ir de paseo, alguien que le cocinara y le apoyara con sus proyectos de vida.
Así fue como, después de mucho darle vueltas al asunto en su cabeza, tomó la seria decisión de comenzar la búsqueda a de una pareja, con la intención de establecerse en una verdadera relación. Pero Levi no se imaginaba que fuese tan difícil, ya que nunca había tenido problema alguno, en conseguir hombres para acostarse, siempre que quiso.
Primero intentó en los bares, donde era frecuente encontrar solteros dispuestos a lo que fuera. Lamentablemente, el plan no le salió para nada como esperaba, ya que todos los hombres a quienes se acercó, resultaron ser unos patanes, aprovechados o que únicamente estaban interesados en tener relaciones sexuales. Ninguno de ellos estaba interesado en algo formal.
Luego de un tiempo de intentar y fallar en repetidas ocasiones, decidió probar suerte en su lugar de trabajo. Levi era oficinista en una empresa grande, que poseía miles de empleados. Aunque su misión se tornaba mucho más difícil allí, ya que tenía que tener cuidado de no insinuársele a alguien y que resultara ser heterosexual. El riesgo de equivocarse y hasta ganarse una denuncia por acoso laboral era grande. Además, estaba el tema del aspecto físico. Levi era tan exigente, que agregarle tantos filtros a su búsqueda, lo hacía una tarea casi imposible.
Por suerte Levi era lo suficientemente inteligente, como para averiguar sobre los potenciales hombres a quien pudiese acercarse, antes de intentar hablarles. O más bien, poseía un arma secreta bastante poderosa: su mejor amiga y compañera de trabajo, Hanji. Esa excéntrica mujer, además de ingeniosa e inteligente; era muy útil para conseguir información. Además, desde que Levi le confesó que ya quería dejar la vida de libertinaje, Hanji lo felicitó y estaba muy anuente a ayudarle en su búsqueda.
—¡Qué emoción, Levi! Ya era hora de que sentaras cabeza, me preocupaba que te quedaras viejo y solo— Le dijo la mujer con entusiasmo, cuando durante la hora del almuerzo, Levi le comentó de su decisión.
—Te agradecería que no hagas un gran alboroto de esto cuatro-ojos. Y ya sé, admito que hace años te negué que iba a querer tener pareja alguna vez, pero los tiempos cambian y las personas maduran. Creo que hasta yo tengo derecho a eso.
— Claro, claro. No me tomes a mal, Levi. Solo hay algo que me preocupa: esta lista de requisitos que tienes. Es muy difícil encontrar hombres que cumplan todas tus exigencias, que además estén solteros a esta edad y que también estén dispuestos a salir con otro hombre. Pero además de eso, ¿por qué no dijiste nada sobre la personalidad?
—Nunca he tenido problemas para encontrar hombres a mi gusto, no es tan difícil. Y realmente no me interesa mucho su personalidad, mientras me atraiga físicamente. ¿No crees que lo que importa es eso?
—¡Qué va! Ya sé que no eres experto en el tema, pero la apariencia es lo último en lo que deberías fijarte Levi. ¿De qué te sirve conocer a un Adonis, si te va a matar de aburrimiento o va a ser un patán que podría jugar con tu corazón? Debes entender que ya no es lo mismo que buscar hombres solo para acostarte. Enamorarse requiere más que eso.
—¿Y tú sí eres una experta?
—Bueno, sé que únicamente he tenido una pareja en toda mi vida, pero… —Hanji levantó su mano frente a la cara de Levi, para mostrarle el anillo de matrimonio en su dedo— he sido muy feliz todos estos años.
Levi chasqueó la lengua con enojo y resignación. No podía negar que Hanji tenía un matrimonio feliz y que de seguro iba a ser duradero. Ya llevaba más de cinco años casada con Moblit, un tipo que conoció en la universidad, quien siempre estuvo al pendiente de ella, hasta que, un día; Hanji se dio cuenta de que poco a poco se había enamorado de él y terminó declarándosele. Los dos eran hechos el uno para el otro, se complementaban muy bien y Levi no podía refutarlo de ninguna manera.
Así que decidió por una vez en su vida tomar el consejo de su amiga, aunque eso no le resultó demasiado bien tampoco. Hanji, a quien realmente no le daba vergüenza mostrarse como la “chismosa” de la oficina, se encargó de averiguar quiénes podrían ser potenciales candidatos para encontrarle pareja a su amigo y cuando reunió unas cuantas opciones interesantes, se las presentó:
—¿Qué te parece Gunther, el de contabilidad?
—Ni loco, tiene cabeza de cebolla.
—Pero es muy inteligente y serio, apuesto a que sería un buen novio. Además, me dijeron que tiene mucho tiempo de estar soltero, ha de estar preparado para una nueva relación.
—Siguiente…
—También está Gelgar, en recursos humanos…
—¿Por qué todos los que me sugieres tienen peinados ridículos? Además, el tipo es un ebrio, siempre se emborracha en las fiestas de la empresa.
—Pero es muy comprometido y responsable. Además, a ti también te gusta beber, solo que aún no me explico por qué jamás te embriagas. Gelgar no es apuesto, pero he hablado con él muchas veces y me parece agradable.
—Paso…
—Eres demasiado difícil. —Se quejó la mujer, suspirando resignada— El siguiente en la lista es, Gustav el asistente de gerencia. No me puedes negar que es alto y apuesto, además, es muy confiable; podría cuidarte muy bien si se llegara a dar algo entre los dos.
—¿Acaso ibas por orden alfabético, empezando con la “G”? ¿No tienes a nadie más?
—Es el último en la lista por ahora. ¡¿Pero qué tiene de malo Gustav?! Ni siquiera me dijiste por qué no te gusta.
—No lo sé, es demasiado común.
—Creo que no puedo ayudarte con esto Levi, vas a tener que buscar por tus propios medios. Aunque si no les das la oportunidad a las personas, dudo mucho que vayas a encontrar a alguien. No te digo que aceptes a una persona que no te parezca atractiva, la parte física sigue siendo igual de importante; pero a veces solo tenemos que conocer a las personas, para comenzar a verlas por lo que realmente son, y cuando eso pasa, nuestros ojos descubren su belleza.
—Si ya terminaste con tu discurso de cuento de hadas, te agradezco la ayuda, pero tienes razón; continuaré solo.
Así que, después del fallido intento de Hanji por ayudarle, Levi decidió que buscar pareja dentro de la empresa, no era buena idea después de todo. Ya conocía a esos tipos, y no eran ni cercano a lo que él buscaba. Pero ahora, se le acababan las opciones. ¿Cómo era que el resto de la gente conocía a sus parejas? Ya era tarde para conocer un amor de universidad como el de Hanji, y la oficina estaba descartada. No tenía muchos amigos aparte de ella, quienes pudiesen presentarle potenciales parejas. De modo que, aunque no quería y se sentía bastante tonto por hacerlo, decidió recurrir a su último recurso: aplicaciones de citas.
En la noche, muerto de vergüenza consigo mismo, instaló aquella famosa aplicación de citas en su celular, y comenzó a configurar su perfil. Se aseguró de poner las fotos que más le favorecían, describir sus pasatiempos y especificar que estaba en búsqueda de algo serio y no solo sexo. Se sentía muy ridículo, como si fuese un solterón desesperado. Pero cuando comenzó a utilizar la aplicación, viendo tantos perfiles de distintas personas, se sintió más cómodo al ver que no era el único.
—Tal vez esta es la normalidad de la nueva era y soy yo el anticuado… —Dijo para sí, convenciéndose poco a poco de que, en realidad, esa era la mejor opción.
Pero tampoco iba a ser tan fácil. Todos los perfiles que le gustaban, pertenecían a hombres que solo buscaban sexo casual, o que no lo especificaban, y cuando comenzaban a hablar, inmediatamente traían el tema del sexo o incluso le enviaban fotos de sus miembros, sin que Levi las solicitara.
Otros perfiles, simplemente se notaba que eran falsos, con fotografías de modelos, actores o estrellas porno famosos. Levi no iba a caer en esas trampas, pero comenzaba a preocuparse, porque todos los días desperdiciaba preciadas horas de su tiempo, pasando velozmente decenas de perfiles, de hombres que no le llamaban la atención, sin siquiera detenerse a leer su información o ver más fotos.
Además, los pocos con los que logró tener una cita, resultaron ser en su mayoría unos idiotas. Levi se aseguraba de salir con ellos rápidamente, y no se daba el tiempo para conocerlos un poco, antes de verlos en persona. Con decepción comprobó que, si no tenían la cabeza hueca, eran sumamente aburridos o no tenían nada en común. Levi tampoco era tan sociable, así que sacar temas de conversación no era lo suyo y estuvo en más de una cita incómoda, en donde se daban prolongados silencios.
Harto y desilusionado, siguió navegando entre los innumerables perfiles, con menos esperanza cada vez.
—¿Por qué hay tantos adefesios en el mundo? —Se quejó justo antes de dar con un perfil que le interesó inmediatamente.
—Este no está nada mal… —Murmuró, observando la fotografía de un rubio con prominentes cejas, marcados rasgos faciales, increíbles ojos azules y un escultural cuerpo; su nombre era Erwin.
Levi procedió a abrir la información que rezaba: “Soy oficial de policía, me gustan las actividades al aire libre y ver películas. ¡La lectura es mi pasión! amo aprender nuevas cosas y mis amigos suelen decir que soy muy curioso. Hace varios años de mi última relación, ahora busco algo real, alguien a quien pueda llegar a amar.”
—Un poco cursi, pero nada mal…
El hombre comenzó a revisar las otras fotografías, y mientras más lo veía, más le gustaba. En una incluso aparecía con su uniforme de policía y se veía extremadamente apuesto. A Levi le gustaban los hombres con uniforme y al tal Erwin le quedaba muy bien, apretando justo en los lugares necesarios para hacer resaltar su musculatura, fuertes piernas y grandes pectorales.
No le quedó duda de que era cien por ciento su tipo e inmediatamente le dio el “like”. Solo para llevarse la sorpresa de que el tal Erwin también estaba interesado en él y el chat para comunicarse se abrió. Levi lo estuvo dudando antes de hablarle, pero no le dio tiempo de decidir si se veía muy desesperado hacerlo tan pronto, ya que un “Hola, buenas noches” había aparecido en su pantalla.
Levi se tomó unos cinco minutos antes de contestar, pero una vez lo hubo hecho, se embarcó en una aventura y lección de vida, que jamás se hubiese esperado…
Continuará...