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La Propuesta por Aranel Poli

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Notas del capitulo:

Nueva adaptación mis amores, espero les guste...

Todas las mañanas era lo mismo, yoga, un poco de cardio y las noticias matutinas, la vida de un anciano en un joven de veinticinco años.

Ordenó su costosa ropa, se dio un baño rápido, peino su largo y rubio pelo para después preparar su desayuno y dirigirse a la oficina, oficina de una empresa en la cual era el editor en jefe.

Mientras conducía hablaba con Aldebarán Oliveira, uno de los escritores de moda más talentosos y jóvenes de la década, aunque un tanto arisco y tímido, pero para Shaka Khatri eso no era obstáculo. Como editor en jefe se encargaría de que Aldebarán diera por fin una conferencia sobre su nuevo libro.

Aparcó el auto y tomó su agenda electrónica revisando cada junta que tendría ese día, subió al ascensor hasta el piso 20 en donde estaba su oficina.

Jamás entendía porque todos se comportaban tan extraños cuando llegaba, gente frente a su computadora tecleando cómo si no hubiese un mañana, otras más corriendo de un lado a otro y mirándolo como si del mismo diablo se tratase.

Quizá todo era porque cada semana despedía a alguien, sí, eso era.

Llegó hasta la puerta de su oficina en donde su -algo- eficiente asistente lo esperaba con un café en su mano y ese era Aioria Kolassi, un hombre griego de treinta y dos años que trabaja con él desde hacía un par de años.

-Buen día jefe, tiene una conferencia en 30 minutos.

-Sí, sobre los libros de primavera, lo sé- decía el rubio tomando el café de la mano de su asistente yendo hasta su escritorio para comenzar a hojear todos los manuscritos que había dejado el día anterior.

-También hay reunión de empleados a las nueve.

-Sí, y ¿Llamaste a… al chico extraño que le gustan los marionetas?- dijo frunciendo el ceño.

-¿Minos? sí, y le dije que si no tenía su manuscrito a tiempo no había publicación, pero, oye llamó tu abogado de inmigración y dijo que es imperativo que…

-Sí, sí, sí, cancela la conferencia, pásala para mañana y que espere mi abogado, ah, y llama a relaciones públicas para que hagan un comunicado, Aldebarán Oliveira dará una conferencia.

-Vaya, excelente- exclamó Aioria algo sorprendido y Shaka lo miró extrañado.

-Si quiero que me alabes, te lo pediré- el castaño asintió frunciendo los labios y dispuesto a salir de la oficina de su jefe, pero la voz del rubio se lo impidió -Amm, ¿Quién es Minho y por qué quiere que la llame?- musitó con el envase de café en su mano en donde se leía justamente el nombre de Moira y un número telefónico.

Aioria había olvidado eso, el despertarse tarde, correr por la ciudad para comprar el café de Shaka y claro, coquetear con la mujer que atendía el lugar para tener su pedido mucho más rápido, correr hacia el edificio, subir al elevador y chocar contra el chico que se encargaba de la correspondencia… vaciando todo el contenido del café del rubio sobre su camisa.

-Lo cierto es que ese era mi café- dijo cerrando los ojos con fuerza para después girarse y encarar al rubio.

-¿Y voy a tomar el tuyo porqué…?

-Porque derramé tu café- Shaka asintió lentamente llevándose el envase a los labios para saber qué tipo de café tomaba su asistente siendo observado nerviosamente por este.

-¿Bebes café con leche light, con canela sin azúcar?

-Sí, claro, es la navidad en un vaso- sonrió Aioria con cierto nerviosismo.

-¿Es una coincidencia?

-Increíblemente lo es- Shaja alzó una de sus rubias cejas -Si comprara uno igual por si se derrama el tuyo, sería patético- sonreía Aioria mientras el rubio le daba otro sorbo, en ese instante, el teléfono de la oficina se escuchó, el castaño enseguida fue hasta el escritorio para alzar la bocina.

-Bueno días, oficina de Khatri… ah, hola DeathMask- en ese instante Shaka hizo una señal con la mano la cual supo Aioria perfectamente lo que significaba por lo que siguió al teléfono -Sí, Death, de hecho vamos a tu oficina en este momento- cortó la llamada frunciendo el ceño -¿Para qué vamos a su oficina?- preguntó confundido, el rubio sólo sonrió y se levantó de su silla.

Aioria frunció los labios saliendo de la oficina del jefe y en cuanto tuvo un pie fuera se dirigió a su pequeño escritorio tecleando rápidamente un mensaje para sus compañeros “El tigre sacó las garras” poniendo en alerta a los demás de que Khatri estaba molesto.

Dos segundos después, Shaka salía de su oficina con un aire algo tenebroso, Aioria corrió colocándose a su lado y hablándole casi en un susurro.

-¿Terminase el manuscrito que te envié?

-Leí unas páginas, no quedé impresionado- dijo sin demasiada importancia.

-¿Quieres escucharme?

-No.

-He visto toneladas de manuscritos y este es el único que me ha convencido, hay una increíble novela ahí, la clase de novelas que publicabas cuando esto comenzó.

Y mientras Aioria hablaba, Shaka caminaba sin inmutarse en su voz prefiriendo ver a su alrededor, de hecho vio a uno de los chicos con una camisa manchada de café, vaya que el castaño era audaz.

-Ah, no, no me interesa lo que digas y sí creo que ordenas el mismo café que yo por si se derrama lo cual es patético.

-Impresionante- resopló Aioria sabiendo que era imposible hablar con Shaka o mentirle.

-Lo sería si no lo derramaras, y por favor no digas nada, sólo vienes de apoyo.

-No diré nada- asintió el castaño cediéndole el paso al rubio en cuanto llegaron a la oficina del vicepresidente de la empresa.

-Vaya, nuestro audaz líder y su aliado, pasen- dijo el hombre de piel bronceada con una sonrisa burlona.

-Gracias por la presentación, DeathMask- dijo Shaka con una sonrisa -Estoy aquí porque voy a dejarte ir.

-¿Disculpa?- la sonrisa del peliazul se esfumó mientras que la del rubio se ensanchaba.

-Te pedí mil veces que Aldebarán Oliveira diera una conferencia sobre su nuevo libro y no lo hiciste. Estás despedido.

-Ya te dije que es imposible, Aldebarán jamás da conferencias, ni siquiera entrevistas.

-Sí, y yo acabo de hablar con él y lo hará.

-¿Qué?

-Ni siquiera lo llamaste ¿Cierto?- DeathMask comenzó a boquear buscando una excusa -Sé que Aldebarán puede ser aterrador, pero olvidemos eso, te daré dos meses para que busques otro empleo y le dirás a todos que renunciaste.

Finalizó Shaka sonriéndole amistosamente para después salir de ese lugar seguido por Aioria, y sabía perfectamente lo que sucedería a continuación porque conocía a ese tipo.

-¡Tú! Venenosa serpiente ¡No puedes despedirme!- gritaba DeathMask saliendo de su oficina haciendo ese escándalo frente a todos los demás mientras Shaka lo miraba con una ceja levantada.

-Ya lo hice, DeathMask.

-¿Crees que no sé lo que estás haciendo? Me dices lo de Aldebarán para quedar bien ante el consejo porque te sientes amenazado por mí, eres un monstruo. Sólo porque no tienes nada parecido a una vida fuera de aquí crees que puedes tratarnos como a tus esclavos, pero ¿Sabes qué? siento pena por ti porque- Shaka rodó los ojos -¿Sabes qué habrá en tu lecho de muerte? Nada ni nadie, he trabajado en esta empresa más tiempo que tú, niño, temes ante mi ascenso.

-Quiero que pongas atención, Death- dijo una vez que el otro se calló -No te despedí por sentirme amenazado, te despedí por holgazán, arrogante, incompetente y pasar más tiempo obsesionado con tu asistente, Afrodita, de una manera enfermiza que en esta oficina y si dices otra cosa, Aioria te pondrá en tu lugar y saldrás escoltado por guardias y créeme, me encargaré que ninguna otra editorial te contrate.

Dijo de manera tajante dándose la vuelta dejando a un DeathMask con el rostro enrojecido del coraje.

-Necesito que lleves ese mueble que tenía en su oficina a mi sala de conferencias y necesito que este fin de semana revises todos sus archivos.

-¿Este fin?- rezongó Aioria caminando a su lado aún un poco ofuscado por la reciente discusión.

-Sí, ¿Algún problema?

-No… amm, es que es el cumpleaños de mi abuelo, así que quería ir a mi casa y…- Shaka lo miró unos segundos para después caminar hacia su oficina. Ese era un rotundo no -Está bien, lo cancelaré, me estás salvando de padecer esos días, ¡Linda charla!- gritaba Aioria afuera de la oficina del rubio, quien enseguida cerró la puerta ¿Cómo podía ese chico actuar tan frío y ruin? Era como un soldado o un robot.

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-Lo sé, lo sé, dile al abuelo que lo lamento, no puedo hacer nada, mamá, trabajaré el fin de semana… no, he luchado para subir de puesto y no lo pienso arruinar… sí, oye, adiós.

El castaño colgó la bocina rápidamente en cuanto Shaka se acercó a su escritorio. Aioria comenzó a teclear como si estuviese haciendo algo importante, pero fue demasiado tarde.

-¿Era tu familia?

-Sí.

-¿Te piden que renuncies?

-Sí, como todos los días- dijo sonriéndole, en verdad le gustaba jugarle los cuernos al diablo -Por cierto, Saori me dijo que subas en cuanto puedas.

-Bien, ve por mí en diez minutos, tengo trabajo- dijo el rubio saliendo de ahí como siempre lo hacía, con un aire arrogante y despectivo.

Subió a la oficina de Saori Kido, jefa de la empresa y amiga del padre de Shaka.

Hacía años le habían pedido que Shaka la dirigiera, pero había decidido que la mejor en eso era Saori mientras él se dedicaría a su verdadera pasión, leer.

-Hola, Saori, no hablaremos de mi aumento ¿O sí?- bromeaba el rubio haciendo que la joven le sonriera.

-Shaka, ya te había mencionado de la feria del libro en Japón, pero no podías salir del país en lo que se procesaban tus papeles, pero sí fuiste ¿Cierto?

-Sí, tenía que hacerlo- soltó alzándose de hombros y sentándose frente al jefe -Estaban los mejores escritores en ese lugar, nuestra empresa debe tener un mayor aumento.

-Bien, hablamos con tu abogado de inmigración.

-¿Y? ¿Qué sucedió?

-La nacionalidad griega te fue negada- dijo la joven pelilila en un suspiro.

-¿Qué?

Notas finales:

Gracias por continuar leyendo mis historias.

Besos inmensos!


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