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Caótica adolescencia por minima

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¿Recuerdan ustedes cuando dejaron de ser niños y se dieron cuenta que eran mayores?

Tal vez piensan que es cuando las hormonas atacan, cuando te salió el primer bello facial; cuando fue tu primera menstruación o tu primera erección ataco en la hora menos pensada; la primera ropa interior manchada de sangre o semen que tratas de lavar o esconder con vergüenza o miedo.

O quizás creen que fue algo menos traumático, como cuando te diste cuenta que las caricaturas y programas de tu temprana infancia dejaron de ser tan geniales; cuando conseguiste tu primer trabajo de medio tiempo ganando tu propio dinero; no descartemos el primer amor o flechazo que bien pudo ser tu vecino de asiento en la escuela o aquel sexy artista que adornaban tus paredes o las revistas que escondías bajo la cama, quizás junto a alguna prenda manchada precozmente.

Realmente aunque todas esas cosas parecen que quedan marcadas a fuego en la memoria, no siempre indican que ya eres “un adulto”, solo son uno más de esos pasos tortuosos en ese limbo infernal conocido como ADOLECENCIA.

Ni niño ni adulto, un ente muy joven o muy viejo para ciertas cosas.

Una etapa que muchas veces sin darnos cuenta pisamos y en el torbellino de hormonas, sentimientos y autodescubrimientos salimos tambaleantes como jóvenes adultos.

Y dentro de esta etapa caótica, claro, no puede faltar el “despertar”, como popularmente es conocido el momento en que tu cuerpo es bombardeado por un grupo específico de hormonas para revelar el segundo género al que estaremos atados el resto de nuestras vidas.

Y eso es lo que Johnny experimentara dentro de poco.

Primero son las seis de la tarde, lo que significa que es hora de la cena en la casa de la familia Test.

-¡Niños a comer!- el patriarca de los Test gritaba desde la cocina mientras sacaba su amado pastel de carne del horno.

Ese hombre realmente tenía una obsesión casi enfermiza con dicho platillo, pero la familia ya había aprendido a vivir con eso, y a tener siente en el botiquín del baño los antiácidos y anti digestivos si el platillo les causaba males estomacales por alguna experimentación nueva en la receta.

Hugh tenía el leve recuerdo de que más temprano en la tarde mientras regresaba del centro comercial ver a las gemelas entrar a la casa con pucheros de enojo, sus ropas con mancha de lodo y murmurando promesas de venganza contra de Bumpers pasar con su bicicleta a propósito sobre un charco frente a ellas.

Les advirtió no hacer nada extremo como rayos capaces de convertir al niño problemático en animal o algo por el estilo, y conociendo a sus hijas eran capaces de eso y más, suponía que era el precio de tener hijas súper genio.

-Hola cariño, ¿Qué hiciste de cenar hoy?- Lilian Test es la primera en llegar a la cocina

-Pastel de carne- respondió con orgullo mientras colocaba el platillo principal en el centro de la mesa de la cocina.

Lilian tensa un poco su sonrisa, sabe que su marido ama ese platillo, pero no es el mejor o más delicioso, al menos han podido llegar al acuerdo de que solo lo haga una vez a la semana como máximo, espera convencerlo en hacerlo por lo menos una vez al mes en su próximo aniversario. No puede criticarlo, ya que de los dos es el que mejor sabe cocinar, si ella se encargara de la cocina tal vez intoxicaría a su amada familia.

Lilian ayuda a terminar de acomodar la mesa junto a su esposo y ambos padres ya empiezan a escuchar las pisadas de sus hijos sonar por la escalera junto a las patas de su perro mascota.

Sus hijos rápidamente se sientan en sus lugares a la mesa, incluso Dukey, y empieza ya la escena tan familiar de la hora de la cena en su hogar.

Unas gemelas genio, un perro que es la mascota y mejor amigo de su hijo, un esposo que se encarga de las labores domésticas, un hijo travieso e intrépido que se mete en varias aventuras que está segura apenas conoce y la mitad de ellas, y ella, una adicta al trabajo. No cambiaría nada de esta amada familia por nada.

-¿Qué tal su día?- pregunto casualmente la matriarca de la familia comenzando asi la conversación sobre la mesa.

-Mi maestro sustituto es una pesadilla-

-El pobre hombre está haciendo su trabajo Johnny, tal vez solo este nervioso por ser un nuevo maestro- Hugh hablo empezando a repartir lo pedazos de pastel de carne a su familia.

-A mí me parece más bien que disfruta torturarnos-

-¿Y ustedes niñas?- desvió el tema del nuevo maestro de su hijo a las gemelas de la familia, a veces su hijo podía exagerar en algunas de sus anécdotas especialmente a lo que de escuela se trataba, mientras el nuevo maestro cumpliera su trabajo no creía que hubiera realmente un problema aun.

-Estábamos muy entusiasmadas con un nuevo experimento sobre la moda-

-Sin embargo no tomamos en cuenta algunos factores externos-

-Estamos planteando crear ropa que no se mancha o arruga como próximo proyecto entre otros-

-Nada mortal como dijo papá-

Lilian miro a su esposo quien explico que hubo cierto incidente con el brabucón del barrio, el pequeño Bumpers había ensuciado sus ropas, y conociéndolo seguramente fue un acto a propósito, lo cual las gemelas no dejarían pasar tan fácilmente.

Lo bueno de que sus hijos tuvieran caracteres tan fuertes es que no se dejaban aplastar por nada o nadie, sus padres estaban seguros que esto les llevaría lejos en la vida, lo malo es que podía ser muy problemático si los dejaban sin supervisión por este mismo carácter en esta etapa temprana de sus vidas. Con sus hijos uno nunca sabia en lo que podía desarrollar una simple situación.

Un factor constante indudablemente en la familia Test era la imprevisibilidad de sus acciones o consecuencias de estas.

Sumándole a esto agrégale la casi ilimitada inteligencia de las niñas y el imán de rarezas que era la ciudad y su propia familia (quizás una más grande que la otra, aunque en este punto no sabe cuál es más grande) y bien, los resultados podían ser volátiles más del 90% de las veces.

-Queridas, sé que les enoja lo que hizo el muchacho…-

-No solo es que arruino nuestros atuendos, eran científicamente perfectos para atraer la atención de Gil-

-Justo en el momento en que estaba pasando delante de donde estábamos paradas-

-No hagan nada, su padre ira a hablar con los padres del chico-

-¡¿Yo?!-

-Sí, ya han sido varias veces las travesuras de este estilo, hablar con sus padres sobre ello es lo más… seguro-

Amaba a sus niñas, pero así como eran unos genios las cosas se podían salir fácilmente de control incluso si era una pequeña “broma” de regreso, especialmente si directa o indirectamente Gil el vecino estuvo involucrado.

-De acuerdo querida- respondió con voz nerviosa el señor Test, Bumpers era intimidante y sus padres lo eran aún más, era por eso que pocos padres de la calle se atrevían a ir a quejarse por las travesuras de su hijo.

Tal vez debería pedirle a sus hijas algún invento para protegerlo si las cosas se ponían feas cuando cumpliera su rol como padre para hablar con los señores Randalls.

Con sus hijos aplacados un poco la cena continuo amenamente.

Una vez acabada la cena se recoge la mesa, se colocan las sobras en el refrigerador y se meten los platos sucios en el fregadero; el lava platos sufrió un percance con la última experimentación de sus hijas y aun no había sido arreglado, las chicas se habían ofrecido incluyendo hacerle unas mejores pero Hugh prefería esperar a comprar uno nuevo, su cocina era su santuario y no dejaría que cualquier cosa entrara a ella, lo último que quería era que sus electrodomésticos adquirieran conciencia propia y decidieran dominar sobre su cocina.

Avancemos un poco más a la hora en que todo el mundo ya debe estar dormido, Johnny esta acostado en la cama, después aun es entre semana y mañana hay clases, realmente no le animaba mucho la idea especialmente siendo consciente de que tendría que volverle a ver la cara a su detestable maestro sustituto, pero era una de esas cosas inevitables al parecer que los estudiantes deben de soportar, al menos por el momento.

Es cuando por fin ha logrado dormir profundamente cuando pasa, tal vez en algún momento del día el cerebro mando la señal y las hormonas se soltaron poco a poco por el cuerpo, para cada individuo es un poco diferente, en el caso de Johnny los efectos de esas hormonas se presentaran esta noche como un dolor de estómago que poco a poco se volverá insoportable haciéndole despertar.

-¡Ughrr!- despierta con un gruñido, una queja que hace mientras agarra su vientre.

-¡¿He?! ¿Qué? ¿Ya es de día?- Dukey que siempre duerme en su habitación despierta por el ruido algo desorientado, mira el reloj, es media noche, casi la una de la mañana “Johnny, ¿Qué pasa? Estoy tratando de dormir-

-Me duele el estómago, creo que me cayó mal nuevamente el pastel de carne- se sienta y se inclina sobre sí mismo, cree conocer este dolor que le parece tan familiar a cuando algo le ha caído mal.

-Ire por algo de medicina del botiquín entonces-

-Sí, te lo agradecería mucho amigo solo ¡HAI!-

-¡Johnny! ¿Te duele mucho?-

-Fue como si me golpearan las entrañas-

-Tal vez sea más grave que solo dolor de estómago. ¿No tomaste nada que las gemelas te hayan dado últimamente?-

-Lo último fue hace una semana, su fórmula para cambiar de color las uñas-

-Entonces no podría ser eso ¿o sí?, sus efectos secundarios normalmente son instantáneos o reaccionan en poco tiempo, además que nunca son tan duraderos-

-Te digo que fue el pastel de carne Dukey-

-Pero todos comimos, incluido yo, si te cayó a ti mal ya estaríamos escuchando a las gemelas o tus padres quejándose- las paredes de la casa no era exactamente delgadas pero ya escucharían las quejas de otro miembro de la familia si el pastel de carne era el culpable.

-¡Auch! ¿Entonces qué es?-

Dukey salto de la cama y prendió las luces del cuarto.

-¡Estas muy rojo! ¡Tienes fiebre!- el can miro a su mejor amigo con las mejillas sonrojadas y al colocar su peluda pata sintió como la frente del chico cabeza de llama ardía bajo esta “Debemos despertar a tus padres, a las gemelas para que te analicen, a una ambulancia- Dukey ya estaba corriendo a un lado a otro de la habitación decidiendo que hacer primero.

-Relájate, solo es dolor de estom… ¡HAAA..!... eso se sintió peor, si, mejor despierta a mis padres-

Tal vez lo que sentía no era un simple dolor de estómago después de todo.

Una vez que terminara de hablar Dukey ya se encontraba corriendo por la casa, primero fue al cuarto más cercano azotando la puerta, el que fue el de las gemelas que saltaron de sus camas espantadas por el ruido, aunque pensando que no era nada tan grave ya si fuera una verdadera amenaza su sistema de seguridad hubiera reaccionado.

-¿Qué pasa?-

-Más vale que sea importante Dukey, estaba soñando con Gil-

Las gemelas abrieron la puerta con caras aun adormiladas y algo enojadas, a nadie le gustaba que los despertaran en medio de la noche de manera tan escandalosa.

-¡Es Johnny! Algo le pasa, parece enfermo, le duele el estómago y tiene fiebre-

-Espera, ¿Qué?-

-Dilo más lento, apenas te pudimos comprender-

-Johnny, enfermo, le duele, a su cuarto ¡ahora!-

Las gemelas intercambiaron miradas y rápidamente fueron al cuarto de su hermano menor, cierto era que la mayoría de las veces lo veían mas como un sujeto de prueba (conejillo de indias) para sus experimentos, pero querían mucho a Johnny.

Mientras las gemelas iban al cuarto del menor de los Test fue a la recamara de los padres de esta familia y de igual manera azoto salvajemente la puerta de estos para que la abrieran.

-¿Qué pasa Dukey? ¿Johnny no te saco para que hicieras tus necesidades antes de dormir? Ya le había dicho a ese muchacho… ¡Hey! No muerdas mi piyama- Hugh fue sacudido y empujado por el gran perro de su familia, tratando este a que lo siguiera.

Era uno de esos momentos en que Dukey lamentaba que poca gente conociera el secreto de que sabía hablar, si los señores Test lo supieran podría gritarles en la cara lo que estaba pasando como hizo con las gemelas.

Pero como no podía tenía que actuar como el perro que era y tratar de convencerlos como fuera a que lo siguieran.

-¿Qué pasa cariño?- la señora Test no pudo seguir durmiendo por el escándalo y miro que era lo que pasaba, al ver al perro de la familia tan alterado se empezó a preocupar.

Alzando la vista al pasillo del segundo piso de la casa vio que las luces de los cuarto de sus hijos estaban encendidas.

-¡Los niños!- Lilian al percatarse de que posiblemente sus hijos estaban en problemas salio de su cuarto para revisar el de ellos, encontrándolos en el de su hijo menor -¿Qué pasa?-

-Es Johnny, dice que le duele mucho el estómago y tiene fiebre- respondió Mary empezando a revisar los signos vitales de su hermano.

-Voy a ir por el escáner para ver si tiene apendicitis o algo por el estilo- Susan ya se encontraba saliendo de la habitación del menor para ir a su laboratorio.

Ambas genios se especializaban en muchas cosas: ingeniería, electromecánica, programación, biología, química etc. Pero entre tantas cosas no eran medicas certificadas, sabían lo esencial, pero no para diagnosticar a 100% seguras que es por lo que pasaba su hermanito, al menos sabían primero auxilios y tenían suficiente tecnología en su casa para ayudarlas como en este momento.

-Oh mi bebé, ¿Qué paso?- Lilian se acercó a la cama donde su hijo abrazaba su estómago con un claro rictus de dolor en el rostro.

-No sé, me desperté por el dolor de estómago, creía que era por el pastel de carne-

-¿Mi pastel? Claro que no, pero… hijo, te vez muy pálido y rojo a la vez- Hugh ignoro completamente defender su pastel de carne luego de ver la expresión de su hijo, incluso pudo notar gotas de sudor formarse en la frente de su muchacho.

-Tal vez debamos llamar a un doctor-

-¡Ya regrese con el escáner!-

Pasan un par de minutos mientras las gemelas comienzan a analizar el cuerpo de su hermano esperando encontrar la fuente de su malestar pero no es tan sencillo.

-Ya descartamos apendicitis, gastritis, ulceras o paracitos-

-No estamos seguras de que puede causar estos síntomas, pueden ser muchas cosas-

-Gracias niñas, al menos podemos descartar esos que suenan tan graves-

-Toma Johnny, un poco de agua, tratare de llamar al hospital- Hugh le paso un poco de agua a su hijo y tenía en la otra el teléfono de la casa, las cosas estaban pasando tan rápido pero igualmente muy lentas para todos los Test en esos momentos de incertidumbre.

Era tal el nerviosismo por la situación que quizás por eso no notaron el ligero aroma que estaba empezando a desprender Johnny, un aroma dulce.

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