• Pareja: Regulus x James•
- No creí que algún día me invitarías a cenar.- decía el menor de los Black mientras le sonreía con coquetería.
- Bueno, siempre hay una primera vez para todo, además sé que te gusta mucho este sitio.- la voz ronca de James Potter le erizó la piel.
Hace ya 3 años que ambos habían iniciado un juego de coqueteo, Regulus se había cambiado de bando al enterarse de lo que Voldemort le había hecho a su elfo, tenía la información de los horrocruxes a su favor y Dumbledore no dudo en darle una oportunidad para contribuir en la orden del fénix, la cual tenía su sede en la casa de James Potter.
Regulus nunca imaginó que volvería a ver a su hermano y a los amigos de éste, no estaba seguro de que había sentido al reencontrarse con su primer amor de niño, de lo que si estaba seguro (porque era muy bueno oyendo tras las puertas sin ser descubierto) es que Evans ya no estaba en la órbita del de gafas y eso solo le dio pie a comenzar a conquistar al hombre que siempre quiso para él.
Desde entonces él y James siempre han estado en constantes juegos de galantería, coqueteo y por qué no, un poco de toqueteo, eso no quería decir que Regulus se conformara con eso, él quería más, no le molestaba lo que tenían por el momento, pero se mentiría si dijera que no quería exclusividad con James, por eso se emocionó como niño en dulcería cundo James lo invitó a una cita forma, la cual lo llevó a tener que cambiarse más de diez veces frente al espejo, cosa que jamas admitirá en voz alta.
La cena había ido de maravilla, la conversación había sido increíble, eso era algo que a Regulus le encantaba de James, podía hablar con él de lo que sea, la conversación siempre era interesante, no se estancaba y si habían silencios nunca se sentían incomodos, los platos y las copas se habían retirado de la mesa y ya solo les quedaba el postre.
- ¿Y puedo preguntar a que se debe esta primera vez?- Regulus seguía con el tono suave y meloso que sabía a James le encantaba, el de gafas había picado el anzuelo, porque el sonrojo no tardo en llegar a su rostro.
- Bueno yo, pensaba en todo esto que tenemos y...
- ¿Y que tenemos James? —no pudo evitar interrumpirlo, no estaba seguro si el Gryffindor iba hacia donde el quería que fueran.
- Todo esto de... ya sabes, el que te metas a mi ducha, que yo vaya en la noche a tu recamara, yo... solo quiero dejar en claro, que me encanta, pero me gustaría ir más lejos, creo.
El silencio de Regulus empezó a poner nervioso a James y ninguno dijo nada mientras les servían el crème brûlée.
Regulus no sabía que decir, eso era lo que quería, pero al escuchar a James hablar así, el pánico entró adueñándose de su cuerpo, le gustaba mucho, por Merlin le gustó desde los 14, pero ahora había un sentimiento más fuerte y era obvio que sufría de miedo al abandono, tantas preguntas pasaron por su cabeza, ¿y si se aburre de mi? ¿si no me quiere lo suficiente? ¿si deja de quererme? sacudío sus pensamientos, esas preguntas no tenían importancia ahora porque él sabía que solo quería responder una hecha por James.
- Solo haz la pregunta.- Dijo en un tono tan bajo que solo James pudo escuchar.
- ¿Quieres... quieres ser mi novio?
Las sonrisas que ambos pusieron al escuchar el "Sí" de Regulus hizo que la luna brillara aun más, dejaron el postre y pagaron, Regulus le sugirió mejor ir a la casa de sus padres, ahí Sirius no estaría de chismoso.
Hacía años que ninguno entraba al 12 de Grimmauld Place, pero valía la pena evitar las preguntas de su hermano sobre su cita, los besos habían comenzado desde que Regulus abrió la puerta de enfrente, iban avanzando hasta que James chocó contra el sofá cayendo sentado, Regulus aprovechó el momento para sentarse a horcajadas de su novio, que bien sonaba decir eso, su novio, los besos comenzaron a subir de intensidad, James tenia las manos masajeando el trasero del menor, mientras Regulus comenzaba a desabotonar la camisa del Gryffindor, todo iba tan perfecto, la noche era joven y ellos iniciaban algo nuevo.
- ¡¿Qué hace este traidor amigo de sangre sucias en mi casa?!- el fantasma de Walburga Black salir del retrato, gritando y berreando contra James y Regulus.
Ambos se espantaron y cortaron todo contacto entre ellos, pero inmediatamente empezaron a colocar hechizos al retrato de la señora Black, Regulus no esperaba que el cuadro de su madre siguiera proyectando su fantasma, vaya noche.
- Esa bruja nunca va a dejar de molestar, ni siquiera estando muerta, lamento mucho esto.- Regulus se disulpó, había sido su idea ir a ese lugar y por querer evitar a Sirius se encontraron con algo peor.
- Tal vez era mejor responderle todas la preguntas a Sirius que ver a la bruja de tu madre, al menos no nos vio desnudos.
Las risas comenzaron a resonar por todo el salón y Regulus decidido tomó la mano de James para guiarlo a su vieja habitación, pondría hechizos para evitar que el fantasma de su madre los vuelva a interrumpir o mejor aún, que los vea desnudos y amándose para que se retuerza en su tumba porque su hijo es novio de un "traidor a la sangre".