- Estoy muerto, ser profesor es tan exhausto. — Decía Severus mientras él y Remus se recostaban sobre el pecho de Sirius.
- Ni que lo digas, hoy tuve que detener una pelea entre Daniel y Tom, tenia miedo que acabara en mordidas. — Remus tenia los ojos cerrados mientras le platicaba su día a sus esposos.
- ¿Tom es el vampiro nuevo? — Preguntó Sirius.
- Si.— Severus y Remus contestaron al unísono con mucha pesadez, ambos estaban cayendo rápidamente en los brazos de Morfeo.
Sirius observaba a sus esposos durmiendo, él aún no tenía sueño y le encantaba verlos así de relajados.
Hace mucho que Remus había decidido abrir un colegio, desde que salieron de Hogwarts y él estudio para ser profesor, su meta se transformó drásticamente, sabía que sería difícil que haya una bacante en el colegio de magia y hechicería, hay maestros que nunca se retiran y ser profesor personal le sería casi imposible si alguien se enteraba de su condición.
Es por eso que la idea de tener su propio colegio llegó un día que Severus le contó sobre un amigo que tenían él y Lily cuando eran niños, ese chico era un squib y ambos vieron la tristeza y decepción en su rostro al saber que él no podía asistir a Hogwarts con ellos dos.
Remus siempre pensó que él pudo ser uno de esos niños, un chico que pertenecía a la comunidad magia, pero que no lo dejaban ser parte de ella al 100%, si no hubiese sido por el profesor Dumbledore nunca habría ido a Hogwarts y tal vez ni a una escuela muggle.
Hécate School, fue su mayor logró, era una escuela para chicos squibs, hombres lobo y vampiros, todos catalogados como seres inferiores por no poseer magia o por ser diferentes a pesar de que pertenecían a su mundo.
El sueño de tener un colegio inició con Remus pero no se quedo ahí, sus amigos y maravillosos esposos ayudaron demasiado a que todo fuera posible, Sirius y James habían hecho donaciones para poder abrir la escuela, Severus comenzó a dar clases de pociones ahí, Regulus de astronomía y Lily de runas antiguas, también se impartía herbología, adivinación y vuelo, ¿quién dice que hay que ser un mago para aprender todas esas cosas fundamentales?
También había una psicóloga para quien lo necesitara, que de hecho eran la mayoría de los alumnos muchos habían sufrido de niños al ser mordidos y convertidos en hombres lobo o vampiros y los squibs vivían con esa idea de ser inferiores a sus familiares magos.
La luz del día golpeaba su rostro y no pudo evitar despertarse, Severus estaba pegado a él aun descansando, Sirius no estaba en la cama, se oía ruido en la cocina, pero estaba muy cansado para levantarse, era sábado y podía permitirse quedarse ahí un poco más.
- Buenos días bellos durmientes.— Sirius había entrado a la habitación con una bandeja llena de chocolate caliente y unos deliciosos croissants. — Los vi tan cansados ayer, que mejor decidí consentirlos un poquito.
- Que rico gracias Siri, Sevi despierta.— Remus movió un poco a su esposo, éste se despertó refunfuñando sin abrir los ojos. — Tal vez debamos despertarlo con un beso.
- No es mala idea. —Sirius muy sonriente dejó la bandeja en su mesa de noche y junto con Remus se acercaron para comenzar a besar a su esposo.
- Sevi, te preparé tu desayuno favorito, ya despierta dormilón.— Severus sonreía mientras Remus seguía llenándolo de besos y caricias y Sirius le hablaba al oído.
Severus ya estaba más que despierto pero no era el único, las caricias y los besos de sus esposos estaban comenzando a excitarlo, Remus estaba frente a él besándolo, mientras Sirius lo tenia masajeándole el trasero y dejando marcas en su cuello, ese día ninguno desayunaría temprano.
El lunes había llegado tan rápido y Remus tenía una reunión con los padres de Tom y Daniel, ese día sería muy difícil, Tom acababa de llegar hace unos meses a Hécate School y ya había peleado con un compañero y lo peor es que Daniel era un hombre lobo, Remus no tenía ni idea de lo que dirían los padres.
- ¿Sev ya estas listo? quiero irme más temprano y repasar lo que diré con los padres de los chicos.
- Sí ya estoy listo, tranquilo amor, no es la primera vez que hablas con algunos padres.— Severus se acercó a darle un pequeño beso y tratar de calmarlo.
- Si Moony, todos los padres te tienen mucha confianza, eres la primer persona que les abrió las puertas a sus hijos, además Sev esta ahí por si necesitas apoyo. — Severus asintió sonriendo y Sirius se acerco para darse un beso de tres con sus esposos.
Tom había sido mordido cuando era niño por un vampiro y a pesar de haber heredado la magia de sus padres, Dumbledore esta vez no pudo hacer nada, tener a un vampiro en Hogwarts sería mucho más complejo que a un hombre lobo, es por eso que cuando sus padres se habían enterado de Hécate School habían inscrito a su hijo sin pensarlo dos veces, por otro lado, Daniel pertenecía a una manada, había heredado la maldición por que sus padres eran hombres lobo al igual que él y ahí estaba Remus Lupin en su oficina, con una pareja de magos, una pareja de hombres lobo y sus dos alumnos.
La reunión había sido compleja, Remus les calmó a los padres diciendo que la pelea en ningun momento llego a las mordida, un tema preocupante para todo el mundo, nadie sabía realmente que pasaría si un hombre lobo mordía a un vampiro o viceversa, Remus se moría de miedo de no llegar a un acuerdo pacifico, mucha gente del ministerio quería tirar su proyecto, solo buscaban un mínimo malentendido para “demostrar” que no era bueno educar a seres como lo eran sus alumnos, al final todo salió bien y ambas parejas estaban de acuerdo con el castigo para sus hijos, tenían que limpiar los pizarrones de todas las aulas al finalizar el día, era verdad que todos los padres de familia siempre lo apoyarían, cada vez que alguno hablaba con él le agradecían por lo que hacia por su hijos, los chicos prometieron no volver a pelear y su oficina quedó solo para él.
- Adelante.— Remus revisaba unos papeles cuando escuchó que alguien llamaba a su puerta.
- Profesor Lupin, ¿puedo hablar con usted?
- Por supuesto Tom, toma asiento. — El chico se sentó en una silla frente a su escritorio, se veía bastante nervioso.
- No sé con quien hablar, me da miedo contarle esto a mis padres y usted es tan amable y bueno siempre…
- Sabes que puedes decirme lo que quieres, seré una tumba si así lo deseas.—Remus había tomado la palabra después de notar que el chico comenzaba a cohibirse.
- Es sobre Daniel.
- ¿Pasó algo malo?
- No, bueno, es sobre la pelea, él y yo discutimos pero no fue por diferencias como les dijimos a todos, él y yo ya sabe estamos…
- Oh, vaya si que saben mantenerlo en secreto.— Remus le regalo una sonrisa amable a pesar de que estaba bastante sorprendido, nunca imaginó que esos dos tendrían algo. — ¿Y entoncesfue una pelea de pareja?
- Terminó conmigo de hecho, dijo que no iba funcionar por lo que somos que no era posible seguir y me gustaría que hablara con él, usted es un hombre lobo también y esta casado, tal vez si usted le explica que si se puede, él tiene miedo de perder el control alguna luna llena, pero yo tengo miedo de perderlo cada día de mi vida y no estoy lamentándome y tratando de evadir mi felicidad, por favor profesor Lupin hable con él y si no me quiere más en su vida lo entenderé, pero el tiene que saber lo que vale a pesar de ser lo que es.
Remus le prometio que hablaría con Daniel sobre el tema y también le haría una cita con la doctora Smith, la psicología del colegio.
Remus entendía a la perfección como se sentían ambos chicos, el era un hombre lobo como Daniel y también era hijo de magos siendo diferente, como Tom, sentir que puedes perder el control de lo que eres era algo horrible y no se lo deseaba a nadie, es por eso que junto con la doctora Smith se esforzaban tanto por ayudar a todos sus alumnos.
Pensar en como se había permitido amar y ser amado le traía mucha satisfacción, recuerda a la perfección el día en que Sirius se le declaró, llegó con una caja de bombones y unas flores para decirle que lo amaba con todo el corazón y que lo haría el hombre mas feliz del mundo si aceptaba ser su novio, Remus no pudo negarse, estaba loco por Sirius desde que lo conocio.
Recuerda como ambos notaron que tenían sentimientos por Severus, en ese entonces solo era el amigo de Lily y Regulus, pero él y Sirius empezaron a hablarse con Severus más seguido, siempre salía con ellos ya que James estaba de novio con Lily y Regulus al mismo tiempo, los tres llevaban una relación polyamorosa y eso solo les dio paso a entender que era normal que ambos tuvieran sentimientos por otra persona ademas de ellos, siempre sonreía como bobo al recordar la cara de Severus cuando le declararon su amor incondicional, al parecer el chico también gustaba de ambos pero jamás lo diría en voz alta, Sirius y Remus se veían perfectos juntos y obviamente el tenía miedo de meterse entre ellos.
Cuando los tres hablaron de lo bien que podía resultar todo, lo intentaron, con Severus era ir lento, Sirius y él se morían de ganas por estar con él pero siempre respetaron las decisiones de Severus de ir a su tiempo, su primera vez juntos los tres fue todo un caos de risas y nerviosismo, ninguno había estado con más de una persona a la vez, de hecho Remus solo había estado con Sirius y Severus con un ex novio, claro que Sirius si había tenido más aventuras casuales pero en ese momento estaba desnudo frente a dos hombres que lo volvían loco y al parecer no sabía ni que hacer.
Después de unos meses Remus se enteró que Severus estaba trabajando en mejorar la poción matalobos, su novio había llegado el día de luna llena con una mucho mejor y según éste más efectiva, Remus sintió tanto amor por él, se acercó muy feliz a besarlo y agradecerle por eso, Sirius también mostraba mucha alegría por la nueva poción para Moony y de igual forma se acercó para besar a Severus, ese día Severus les dijo por primera vez lo mucho que los amaba y Remus supo que era verdad.
Él había logrado enamorar a dos hombres maravillosos y ahora tenia como meta hacer que uno de sus alumnos supiera que era posible ser feliz, no por ser hombres lobo o vampiros no merecían enamorarse y tener una vida digna; aún no sabia como lo haría pero estaba seguro que sus amigos y sus esposos podían ayudar en mucho, además a Sirius y a James les encantaba ser cupidos.