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119. El Precio de Wheesung (09) por dayanstyle

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Notas del fanfic:

SI SEÑOOOOORRRR LLEGÓ LA PARCA

—Ni hablar—Ung Jae dijo al auricular del Bluetooth en su oído, mientras intentaba decidir qué ponerse. —Es guapo, pero Phoenyx también es un Demonio Guerrero. Vienen con demasiado equipaje.

—¡Pero vas a una cita doble conmigo y con Chanyeol! — Byun Baekhyun sonaba como si el mundo terminaría, si él aparecía solo en el restaurante. —¿Cómo es una cita doble si sólo vas tú? Eso no es una cita doble, Ung Jae. Eso es una cita con un chico extra en el costado.

Se rió de la histeria de Baekhyun. —Cálmate, mi pequeño cachorrito. Tengo acompañante para llevar conmigo.

—¡Oh! —Baekhyun soltó una risita. —¿Quién es?

Nadie del otro mundo, eso era seguro. Había conocido al humano en la tienda de comestibles y el tipo había sido agradable, pero dudaba que la cita fuera más allá de una cena. Estaba desesperado por salir. Cualquiera habría servido.

Pero  no  un  chico  malo.  Los  hombres  peligrosos   generalmente  querían comérselo en lugar de follarlo. Y ese era su dilema, en resumidas cuentas. A la tierna edad de ciento veintidós años, seguía siendo virgen. No por falta de intentos, sino porque cada tipo con que había salido había sido demasiado aburrido, demasiado loco, o demasiado peligroso. Simplemente parecía que no lograba acertar. Así que, por ahora, eran solo él y su mano en una relación comprometida.

—Nadie que conozcas—Prácticamente podía escuchar a Baekhyun salivar. El humano no era nada si no un chismoso, y probablemente estaba buscando algo jugoso para compartir con su mejor amigo Jong Hoon.

Ojalá tuviera algo jugoso que compartir.

Finalmente se decidió por unos pantalones caqui y una camisa de vestir. Si realmente hubiera estado emocionado con su cita, habría ido al centro comercial y buscado algo provocativo para usar. Como no quería dar a su cita una idea equivocada, se decidió por un atuendo simple.

El aire se alteró cerca de él. Miró a su alrededor, pero no había nadie allí. Sin embargo, sentía una presencia. Algo acarició su brazo. Su cuerpo se estremeció y su estómago se contrajo. Se había estado sintiendo raro desde que la madre de Lee Dawon  había aparecido en la clínica, donde trabajaba.

 

 

Ella había tenido un ataque al corazón, y según el Dr. Jaejoong le había dicho, que la anciana humana, no debió haber salido adelante. El doctor le había tomado una resonancia magnética de su corazón, y mostró que las paredes de las cámaras eran demasiado frágiles para permitirla vivir mucho más tiempo. Pero la mujer se había recuperado milagrosamente, su corazón estaba fuerte y sano, y se había ido a casa a los pocos días.

Eso había sido hace más de cuatro meses, y él no había dejado de sentir una presencia a su alrededor desde entonces.

—¿Sigues ahí? —Preguntó Baekhyun. Oyó el crujido de un envoltorio y luego le escuchó hacer pequeños ruidos con los labios. Cómo era que Baekhyun estaba tan delgado iba más allá de su comprensión. Por otra parte, él también lo era. Pero no picoteaba a todas horas como Baekhyun lo hacía. El chico debería pesar ciento treinta kilos y tener mil caries. Cada vez que veía a Baekhyun, estaba comiendo algún dulce.

—Sí, estoy tratando de encontrar algo que ponerme. —Miró la ropa que había escogido y se sintió menos que entusiasmado con su cita.

—Solo vamos  a The Lucky Clover. Voy  a llevar unos  pantalones rosa, una camisa naranja, y mis botas de Hello Kitty. Nada especial.

—Entonces, creo que podrías decir, que mi ropa es insulsa. Pantalón caqui y una camisa.

—Wow, eso es aburrido. ¿Quieres que te preste algo de mi armario?

Prefería que le sacaran todas las muelas, antes que usar cualquier cosa del armario de Baekhyun. El hombre amaba las cosas brillantes, rosadas y naranja, y si tenía Hello Kitty en ellas, mucho mejor. —Um, no, gracias.

—Está bien, pero al menos puedes venir conmigo a casa de la abuela de Jae Min, después de la cena. La abuela Irene me preparó galletas, y la dije que las recogería más tarde, esta noche.

—Creo que tienes un enamoramiento por la abuelita. —Se rió.

Cada vez que lo veía, Baekhyun tenía galletas de Irene. No era la abuela de Baekhyun, sino de Jae Min –un residente de Villa Kim acoplado con un shifter lobo llamado Do Yeon.

—Me hornea galletas. ¿Cómo no voy a amar eso? —Soltó una risita. —Pero no la amo, de amarla. Simplemente la amo.

—Eso tiene tanto sentido, como un gato de tres cabezas. —Se sentó en su cama y puso su pie en el borde, asegurándose de que el esmalte de las uñas de los pies, seguía intacto. —Voy a decirle a Chanyeol, que la amas.

—Él ya lo sabe. Y también la ama, pero no la ama, de amarla. Simplemente la ama.

—Ser tu amigo, nunca es aburrido.—Inspeccionó su otro pie. —Es por eso que te amo, pero no te amo, de amarte. Simplemente te amo. —Sonrió. A veces era divertido soltarse la melena y seguirle la corriente a Baekhyun.

—Aw, solo por eso, te daré algunas de mis galletas. Sabes que no las comparto con nadie.

—Bueno, mete tu culo en la ducha. Se supone que debemos encontrarnos en una hora, y sé que es todo un evento, cuando te preparas para una cita con Chanyeol.

Realmente envidiaba la relación de Baekhyun y Chanyeol. Baekhyun estaba acoplado con un rudo lobo timber, pero Chanyeol era un blandengue con su compañero. Ver cómo Baekhyun tenía a Chanyeol envuelto en su dedo meñique, era divertido.

Algo rozó la parte posterior de su cuello. Sobresaltado, saltó de la cama y se giró, pero no vio a nadie. Pero alguien estaba allí. Lo sentía en sus entrañas.

—Voy a terminar de prepararme, Baekhyun. Te veo pronto.

—De acuerdo, adiós.

Después de presionar el botón Bluetooth en su oído, lanzó el dispositivo a la cama. Pensó en gritarle a quien fuera que le estaba acechando que se mostrara, pero tenía demasiado miedo de lanzar el desafío. En su lugar, se vistió rápidamente, listo para salir de su apartamento.

Pero eso no ayudaría. También había sentido la presencia en el trabajo. Tenía miedo de decirle a alguien, por miedo a parecer loco. ¿Y si lo estaba? ¿Y si había heredado la maldición de su familia? Su madre fue ingresada después de sufrir un ataque de nervios. Su abuela también había enloquecido. A pesar de lo mal que sonaba, vivía con la esperanza de que la locura sólo afectara a las mujeres de su familia, pero últimamente había comenzado a preguntárselo.

Había ido a ver a su madre algunas veces, pero no podía manejar cómo se había deteriorado aún más, a lo largo de los años. No quedaba nada de su amorosa madre. Destiny Grammar ahora no era más que el cascarón balbuceante de una persona. Literalmente hería su corazón verla así, por lo que había ido a la institución cada vez menos con los años.

 

 

Su crisis había sucedido cuando él era sólo un niño, por lo que su tío lo había criado. Eso no había ido muy bien, considerando que el tío Ted era un cristiano tradicionalista y le dijo, más de una vez, que iría al infierno por ser gay.

Le había dicho a su tío, más de una vez que iría al infierno por ser un idiota, pero Ted no le había visto la gracia. Tampoco él. Había hablado en serio. Así que había sufrido los intentos de su tío de tratar de "curarlo" de su homosexualidad, así como su propia angustia porque su tío hiciera eso.

Había sentido como si la puerta de su celda se hubiera abierto, cuando se mudó a su propia casa, y no había hablado con su tío demente desde entonces.

Echando un vistazo al reloj, suspiró mientras agarraba el abrigo, las llaves, la billetera y luego se dirigió a la puerta. Llegaría al restaurante temprano, dándole bastante tiempo para estar relajado sin tener que soportar a su cita, además de olvidar que estaba siendo acosado por Casper, el Fantasma Amistoso.

 

¿Ung Jae había pensado que su cita sería aburrida? Ojalá hubiera sido tan emocionante. Aburrido ni siquiera se le acercaba. Si tuviera que escuchar a Chuck contar una historia más sobre su perro, podría clavarse el tenedor en el ojo.

O en el de Chuck.

Lástima que estuviera en contra de la violencia. Así que sólo se sentó allí, con una sonrisa falsa, mientras Chuck seguía y seguía hablando sobre su perro muerde tobillos. En realidad, el chico estaba tan enamorado de su perro que pensó en sugerirle que se casaran los dos. Pero entre gente educada, no se decían tales cosas. Una lástima. Parecía como si Chuck y Daisy fueran perfectos el uno para el otro.

Apoyó la barbilla en su mano, a segundos de bostezar. Sus ojos se dirigieron a Baekhyun, quien estaba sacando todas las cebollas de sus espaguetis. Chanyeol hizo señas a un camarero y pidió otro Red Spanking. Parecía como si necesitara algunos tragos fuertes, para tratar con Chuck.

—Deberías haber traído a Phoenyx —dijo Baekhyun con una voz cantarina, cuando el camarero le trajo a Chanyeol su bebida.

—¿Tienes un fénix? —Las cejas oscuras de Chuck se alzaron. —¿No es genial? ¿Puedo ir a verlo después de la cena?

 

 

Baekhyun se echó a reír a carcajadas, cuando Chanyeol miró a Chuck con los ojos muy abiertos. Él se limpió la boca con su servilleta, aunque estaba realmente escondiendo su sonrisa. Pero no pudo ocultarlo por mucho tiempo, no cuando Baekhyun estaba riendo tan fuerte que las lágrimas se deslizaban por sus mejillas. Su sonrisa se convirtió en una fuerte carcajada.

Si Chuck sólo supiera que Phoenyx era un demonio, no un pájaro, probablemente agarraría a Daisy y arrastraría su trasero lejos de Villa Kim.

—¿Qué es tan gracioso? —Chuck parecía confundido. Chanyeol levantó la mano. —La cuenta.

—Tonterías—Chuck desestimó lo que dijo Chanyeol, con la mano. —Yo pagaré la cena.

—¡No! —Se cubrió la boca ante su arrebato. Si Chuck pagaba, pensaría que recibiría algo por haberle pagado las chuletas de cerdo. Estaba desesperado por perder su virginidad, pero no con este tipo. Preferiría masturbarse con un guante lleno de pinchos.

Tacaño. —Tosió la palabra en su mano. Baekhyun simplemente siguió allí, 9

Sentado, apartando las cebollas de sus espaguetis. Esta no era la primera vez de

Baekhyun en The Lucky Clover. ¿Por qué no había ordenado la pasta sin las cebollas?

Tacaño—Ung Jae tosió de nuevo, pero Baekhyun no levantó la vista.

—¿Estás bien? —Chuck le dio unas palmaditas en la espalda. Quería saltar sobre la mesa y golpear a Baekhyun en la cabeza. Baekhyun no se daba por enterado de la palabra clave que habían acordado, si quería que lo sacaran de esta cita. Lo aterrorizaba que Chuck intentara besarlo cuando terminara la cena. Afortunadamente, había sido lo bastante inteligente para conducir su propio coche para así no tener que sufrir que su cita lo llevara a casa.

—¡Ow! —Chuck tiró de su brazo y acunó la mano contra su pecho. —Parece que me has torcido la muñeca, con tu espalda.

—¿Cómo es eso posible? —Preguntó Chanyeol con voz aburrida, mientras el camarero le traía la libreta negra que contenía la cuenta. Chanyeol entregó su tarjeta de crédito, mientras se levantaba, tomando su bebida de la mesa. —Fue un placer conocerte, Chad.

—Es Chuck —dijo Chuck.

—Lo que sea —murmuró Chanyeol, lo suficientemente bajo como para que su cita no pudiera escucharlo.

Chuck se levantó y estrechó la mano de Chanyeol. —Espero que podamos hacer esto de nuevo, alguna vez.

Chanyeol tenía una mirada, que decía que eso nunca iba a suceder. Al menos había sido educado toda la noche. Incluso había mantenido una conversación con Chuck, que había dado inicio a las largas e incesantes historias sobre Daisy. Chanyeol probablemente, quería patearse por haber abierto la boca.

—¿Vamos al bar? —Le preguntó Baekhyun a su pareja, mientras se ponía de pie.

—Necesito hablar contigo, un segundo —dijo Ung Jae, mientras tiraba de Baekhyun a un lado.

—¿Qué? —Preguntó Baekhyun. —Quiero emborracharme con Chanyeol, así que haz esto rápido.

Lo miró boquiabierto. —¿No me oíste usar la palabra clave?

Baekhyun parpadeó. —Pensé que sólo estabas tosiendo. Iba a darte uno de mis Halls, pero te detuviste.

Bajó la cabeza y suspiró. Pasar el rato con Baekhyun era definitivamente una experiencia. —Sólo quédate a mi lado, hasta que Chuck se vaya. No quiero que intente besarme.

—¿Qué? —Baekhyun arrugó la nariz. —¿Quieres que yo te bese en su lugar?

—Negó con la cabeza. —No, gracias. Eres lindo, pero no tanto.

Emitió un pequeño gruñido. —No, no quiero que me beses. Sólo quiero que te quedes a mi lado y que interrumpas, si te parece que Chuck va a besarme.

—Puedo hacer eso. —Baekhyun se rió. —Por un segundo, pensé que querías que Chanyeol te hiciera papilla.

Se estremeció ante la idea de que Chanyeol se acercara a él con esos fuertes puños. Era alérgico a que le partan la cara.

—Chuck, probablemente no lo intentará, ya que le torciste la muñeca. Baekhyun chasqueó la lengua. —No deberías lastimar a un hombre con el que estás saliendo. Nunca obtendrás una segunda cita haciendo eso.

Ni siquiera se molestó en tratar de explicar que no había herido a Chuck. No valía la pena el dolor de cabeza. —No va a haber una segunda cita.

 

—Entonces ven a tomar una copa conmigo.

—Tengo que despedirme de Chuck. —Agarró el brazo de Baekhyun y lo arrastró hacia su cita. Esperaba que la presencia de su amigo hiciera las cosas demasiado incómodas, para cualquier intento de besuqueo.

—Lo pasé muy bien —mintió.

Chuck sonrió y se le acercó aún más. ¡May Day! ¡May Day! Cuando este intentó agarrarle la mano, le dio un fuerte abrazo, impidiendo que sus labios se tocaran. —Vuelve a casa sano y salvo, amigo.

—Uh, está bien— Chuck frunció el ceño, cuando él se alejó. Le agarró la mano de Baekhyun y salió directo hacia la barra, mientras Chanyeol se reía profundamente detrás de él.

Durante las dos semanas siguientes, esquivó las llamadas y mensajes de texto  de Chuck. El tipo era implacable e incluso le había enviado toneladas de  fotos de su perro. Se veían felices juntos. Deseaba que simplemente lo dejaran en paz.

El Dr. Sexy –que era como llamaba al Dr. Kim Alexander –le entregó la ficha de un paciente. —¿Muy ajetreado?

Se sonrojó y odió ser tan pálido. —Siempre.

El Dr. Alex era un shifter lobo y era el erotismo en estado puro. Su cerebro se iba de vacaciones, cada vez que el hombre estaba cerca de él. Era una lástima que el Dr. Alex se hubiera ido a trabajar a la clínica en Desire, aunque aún ayudaba al Dr. Jaejoong de vez en cuando, y viceversa.

Cada vez que el Dr. Jaejoong iba a Desire a ayudar, siempre iba con él. Iban en el mismo paquete.

Además, el Dr. Alex aún seguía estudiando bajo la guía del Dr. Jaejoong. Los médicos de las ciudades pequeñas, no estaban constantemente ocupados como los que estaban en las grandes ciudades. Algunos días, simplemente se sentaba detrás de su escritorio, comiendo zanahorias y navegando por Internet. Le gustaba el tiempo de inactividad, pero también el estar ocupado.

—Bien. —El Dr. Alex sonrió y su polla sonrió en respuesta.

—¿Necesitas que haga algo? —¿Como que me deje caer de rodillas y te chupe? La sola idea hizo que se sonrojara aún más. Nunca había estado más agradecido de que el Dr. Alex no pudiera leer las mentes.

—No, sólo estoy tomando un pequeño descanso. —El Dr. Alex se estiró y él alcanzó a ver sus duros abdominales. Ese trozo de piel lo tenía listo para masturbarse allí mismo, en su escritorio.

—No trabajes demasiado —dijo el Dr. Alex, mientras se dirigía pasillo abajo. Soltó un largo suspiro, mientras se asomaba por la esquina para admirar su muy bien esculpido trasero. Una imagen del uniforme del doctor cayendo al suelo, revelando su cuerpo cincelado, apareció en su mente.

Ojalá. Si eso realmente sucediera, querría al Dr. Sexy caminando hacia él, no alejándose. Quería ver qué tan bien dotado estaba el shifter lobo.

—¿Disfrutando de la vista?

Giró tan rápido, que dejó caer su taza de té. El caliente líquido salpicó su recipiente de plástico, con zanahorias. —Maldita sea—Saltó y agarró el rollo de toallitas de papel que tenía debajo de su escritorio, y luego limpió el desastre.                  

—No deberías acercarte tan sigilosamente.

El Dr. Jaejoong sonrió. Era tan sexy como el Dr. Alex, pero Jaejoong tenía pareja, y él no invadía el terreno de otros. Además, tenía una regla. No salir con los hombres para los que trabajaba. Si las cosas terminaban mal, no quería tener que buscar otro trabajo.

Recogió el bote de basura debajo de su escritorio y arrojó las toallitas empapadas, antes de tirar las zanahorias. —Ahora tengo que hacerme otra taza de té y me he quedado sin merienda.

—Si dejaras de comerte con los ojos el culo de Alex, no tendrías ese problema. —Los ojos del Dr. Jaejoong brillaban con diversión.

—Sabes que no salgo con nadie, con quien trabaje.

—Pensé que la expresión era que no jod...

—No lo digas —le advirtió. —Esa expresión es repugnante. Me gusta la mía mucho más.

—Mojigato—El Dr. Jaejoong le guiñó un ojo, antes de irse. La clínica estaba afortunadamente vacía, así que tomó su taza, listo para dirigirse a la sala de descanso, cuando algo rozó su espalda.

 

 

Chilló y dio un salto, dando vueltas sólo para descubrir que estaba solo. Sintió unas extrañas ondas de energía fluían a través de su cuerpo. Fue como si hubiera sido acariciado desde el interior. Se estremeció, mientras su respiración se volvía rápida y superficial, deslizando las manos arriba y abajo por sus brazos.

Cerró los ojos con la cada vez más firme idea de que iba por el mismo camino que su madre y abuela. No había otra explicación, porque acababa de escuchar el susurro de su nombre en la vacía habitación.

 

 

Continuará...

 

 

Notas finales:

sin rws no hay actualización mis nenes


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