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Miraculous Dorados por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Hola mis terrones de azucar, feliz año nuevo 2021.

Lean, difruten, comenten y nos vemos abajo. 

 

-Entonces eres un tonto, nunca te amara por andar de atrevido- Este pequeño Kwami, decidió seguir comiendo ignorando al joven de cabellos morados.

---Casa de Afrodita---

-Ya llegue- Entro por la parte delantera de una pequeña florería, que lleva de nombre piscis.

-Me alegra que llegaras Afrodita- Un joven hombre de cabellos celestes, largos y lacios, recibió al menor con una brazo y dándole un beso en la frente –Me preocupe, alguien fue akumatizado y creí… Tardaste tanto y…-

-Tranquilo papá, estoy bien… Solo que debí quedarme en la escuela un poco antes de regresar- Sonrió nervioso, pues le está mintiendo de alguna forma a su progenitor.

En ese momento una campanilla indicando que la puerta de aquel local se acaba de abrir.

-Lo siento… Yo…- Un hombre de cabellos largos, lacios y blancos, portando un traje de un color gris, con una corbata negra, se nota en su semblante, preocupado y bastante avergonzado.

-¡¡¡MINOS!!!- El de cabellos celestes, corrió directo a aquel hombre, rodeándolo por el cuello, dejando escapar algunas lágrimas de alivio, por ver su hijo y a él con bien.

-Albafica…- Aquel hombre correspondió el abrazo de ese joven, estrechándolo con fuerza, necesitaba sentirlo, su aroma y sobre todo volver a casa.

-Padre- Afrodita, sonrió tranquilo, acercándose a sus padres, sabía que fue akumatizado por algún problema en el buffet de abogados en el que trabaja, y causo mucho daño, sintiéndose bastante mal consigo mismo.

-Afrodita, ¿Estas bien?- Deshizo el abrazo con su esposo, para ver a su joven hijo, si por algún motivo fue capaz de lastimar a varias personas, temía haber herido a su propio retoño.

-Sí, padre… ¿Qué fue lo que paso?- Le preguntó de manera inmediata, pues se quedó con la duda al terminar de derrotarlo.

Suspiro resignado, tocando su cabeza, y sonriendo por su pequeña familia –El buffet se volvió un caos, y estaba muy estresado por un caso muy difícil, después me desespere y…-

-Ya no pienses en eso mi amor- Beso los rudos labios del peliblanco, para que olvidara cualquier situación, ya eso sería para mañana, hoy debían estar los tres en familia –Vamos a cenar algo, preparare tu favorito- Sonrió demostrando de nueva cuenta, esa calidez que siempre lograba calmar a su marido en momentos difíciles y que ayuda a su hijo a sentirse mejor en algún momento de tristeza.

-Te amo Albafica- Decidió darle un nuevo beso a su amada flor.

Sonrió enternecido, su corazón latió por esa escena que sus padres daban, a muchos les podría parecer demasiado cursi o asqueroso las demostraciones de amor de sus progenitores, pero para Afrodita eso es algo de todos los días y le parece algo muy tierno.

Un amor que ha superado tantas barreras, que al principio comenzaron con disputas de odiarse por diversos motivos y ahora no pueden vivir uno sin el otro.

En fin, la cena de esa pequeña y dulce familia, siguió con alegría, sonrisas y mucho amor.

Ver a su padre akumatizado, sí que le provoco mucho más enojo y sobre todo ganas de acabar con ese villano, cueste lo que cueste.

Ya acostado, esperando a que el sueño llegara a su sistema, pensando en l que ha pasado en ese día.

Dejo escapara un suspiro, el pequeño Kwami, descansaba a su lado, sonrió, pero volvió a su rostro serio, ensombrecido.

-Nadie se mete con mi familia- Apretó sus labios, frunciendo el ceño, acomodando su cabello –Vamos a detenerte Diastasi, cueste lo que cueste, lo haremos-

Con estas palabras, sigue pensando que de a poco el sueño lo fue venciendo, pero en su mente aún seguía imaginando nuevas ideas de como derrotarlo, que hacer, un plan debía acúrresele rápido.

Pero algo calmo su corazón pronto y sabía que al día siguiente iría a ver al viejo maestro junto con Kathonios, informar que los nuevos villanos no dejan de estar akumatizados como antes al romper el objeto, esto solo representa graves problemas.

Cada vez la situación se complica, tantas cosas que sucedían en tan pocos meses y si se salía de control debían tener un plan B.

---A la mañana siguiente (Academia Atena)---

(Aquí aclaro, que obvio me baso en la academia de Atena moderna para lo que es la escuela, pero aunque es de investigación en la vida real, en la historia solo es una academia estudiantil normal)

-Oye Mu, ¿Iras a la fiesta de Aldebarán?- Un joven de cabellos peliaguamarino, estando de pie acompañando a un pelilila, que se nota bastante sereno, arreglando sus útiles escolares.

-No, no creo que pueda… Tengo que cuidar de mi hermano, mi papá tiene que trabajar doble turno y…- Sonrió nervioso, mirando a los ojos a su amigo.

-Entiendo- Cruzado de brazos, suspirando, mirando hacia la ventana, contemplando la presencia de la primavera –Entonces, no creo ir-

-¿Por qué no?- Sonrió, mientras ponía su mochila en la espalda, listo para salir de aquel salón escolar para regresar a sus casas, o más bien pasar por su pequeño hermano –Sera divertido, deberías ir, aunque yo no asista-

-No, sabes que no soy muy bueno hablando con otras personas, eres el único que me agrada y si voy solo…- Haciendo una mueca de desagrado y hasta sintiendo cierto miedo –Ese sujeto de seguro querrá acercarse a mi… Y eso no me agrada-

Rio, cerrando sus ojos, arrugando un poco su nariz de la gracia que le causo esa reacción del otro –Camus, Milo no es un mal chico, es bastante bueno, solo que… Es algo efusivo y sabemos que le gustas y…-

-Mu, guarda silencio, que no quiero recordar cuando ese idiota, dijo enfrente de toda la escuela que le gusto- Sus mejillas se sonrojaron, y desvía la cabeza, por volver a tener en su mente aquella situación en donde todos conocieron los sentimientos del peli cerúleo.

-Me pareció muy lindo- Sonrió, dándole una palmada en el hombro, para animarlo.

-Eso no es lindo, es vergonzoso- Cubrió su rostro con las manos, cabizbajo y rojo hasta las orejas -¿Qué sentirías tu si alguien se te declarara así? Que gritara a los cuatro vientos que te ama- Lo miro fijamente, pero aun apenado por lo hablado antes -¿Te gustaría?-

El pelilila, se sorprendió por la pregunta repentina, más porque en su corazón jamás se había hecho esa cuestión, y sus mejillas se tiñeron de un color carmesí, porque existía alguien que tomo su corazón desde hace algún tiempo, pero no se lo había confiado a nadie, solo a sus propios pensamientos.

-Yo… Creo que reaccionaria como tú- Cerro sus ojos, poniendo ambos manos delante de su pecho, pues acaba de mentir, si bien se avergonzaría, posiblemente actuaria de otra forma, en vez de salir corriendo y evitar estar cerca de quien tuviera el coraje de hacer aquella confesión.

-Entiendes como me siento- Frunció el ceño, llevando un maletín en su mano libre.

-Sí, si…- Seguía dedicando sonrisa nerviosa, pero de pronto su semblante cambio al ver a un joven de un grado superior, bastante atractivo, pero lo conocía de antemano –Creo que tu primo viene por ti-

Suspiro resignado, girándose para ver al recién llegado.

-Perdón por tardar Camus, estuve muy ocupado haciendo los preparativos del festival- Sonrió triunfante, poniendo la mano en su mentón y el ambiente parecía que pétalos de rosas caían alrededor –Sabes que de todo mi curso, soy el que tiene mejores gustos, elegancia y creatividad, necesitan de mi dirección estos mortales-

Ambos chicos de dos grados menores, solo lo miraron, uno sonriendo con algo de nervios por la actitud tan narcisista del peli celeste y el otro mirándolo con cierto fastidio.

-Bueno, vamos a casa primo, que hoy toca comer con el tío Degel- Sonríe emocionado, pues segundo en palabras de Afrodita el hombre de lentes y cabello verde, papá del joven peliaguamarino, es un excelente cocinero.

-Hasta mañana Mu- Despidiéndose de su compañero y único amigo en toda la escuela.

-Hasta mañana Camus, adiós Afrodita- Sonrió, levantando la mano, moviéndola de izquierda a derecha.

Se quedó en ese lugar, mirando como aquellos parientes de sangre, se iban molestándose, aunque era el mayor quien fastidiaba al menor tocándole el cabello y de seguro, diciéndole que si sonreía más, lograría encajar en su salón.

Y conociendo a Camus, este solo lo ignoraría o apartaría las manos del peli celeste para que dejar su cabellera.

Esta escena le parecía muy conmovedora, un claro ejemplo de familiares que se aprecian a su manera.

No podía negar que a veces... Sentía algo de envidia de su mejor amigo, pues tenía una familia muy unida… No es que renegara de la propia, pero… Existían dificultades que deseaba cambiar  a veces.

No seguiría pensando en esto, suspiro, dio media vuelta y de paso contrario, se dirigió a ir por su hermano menor, y después al dulce hogar.

En ningún momento el joven de cabellos lilas se dio cuenta que en la entrada de su academia, un par de ojos zafiros se quedaron observando cada movimiento desde que salió y converso con el peliaguamarino, hasta que se fue y perdió de vista.

Un suspiro cansado, se dejó escuchar, un tono rojizo apareció en sus mejillas, su corazón latiendo a mil por horas.

Ese joven rubio se había dedicado a mirar cada que pudiera a ese pelilila tan despistado que no parecía notar su presencia.

No es capaz de hablarle, las únicas veces que logro estar a su lado, fue en un pequeño evento que se realizó hace poco y fue porque los salones de ambos se unieron para lograrlo.

Ni aun así pudo hacer que su orgullo fuera dejado de lado, para hablarle.

-Sabes, lograrías acercare a él, si le hablaras- Un joven de cabellos peli cerúleos, ojos azulados, de una piel clara, sonriéndole de manera burlesca al rubio, que sin duda se asustado por aquella intromisión tan repentina a su espalda.

Pero lejos de lanzar un grito de susto, solo se sorprendió, frunció el ceño de inmediato, quedando de perfil, para ignorar cualquier cosa que fuera capaz de decir.

-Vamos Shaka, solo anímate, ve a hablarle a Mu y con el tiempo logres ganarte su corazón- Le dio un codazo en las costillas, demostrando una cierta camarería entra ambos.

-No sé de qué estás hablando Skorpion- Contestando tan seco, cerrando sus ojos y dirigiendo sus pasos a la salida del recinto estudiantil.

Giro sus ojos, sin duda sabía perfectamente que su amigo está fingiendo, pues según él a leguas de distancia se nota el interés.

Se dirigió a seguirlo, para molestarlo y de paso animar al rubio.

-Cada que puedes sigues con la mirada a Mu, si tienes oportunidad sales antes y te quedas en un punto estratégico para observarlo a distancia, sin que se dé cuenta- Se detuvo delante del Hindú, provocando que su paso se frenara.

-Eso es mentira- Negó de nueva cuenta y siguió su camino rodeándolo.

-Ja, me he dado cuenta perfectamente de eso, desde que ingresamos a la academia, lo cuidas entre las sombras y sabes…- Puso una cara de miedo, fingiendo que tiembla –Eso es acoso amigo-

-Tu acosas a Camus todos los días, incluso te declaraste tus sentimientos hacia él, de manera pública- Frunció el ceño, girándose para enfrentarlo, apretando los puños, pues odia que le molesten con situaciones privadas.

-Soy honesto con lo que siento, quiero demostrarle mi afecto a ese hermoso doncel, que ha robado mi corazón, desde el momento en que lo vi en el taller de música- Suspiro, mirando hacia el cielo, tocando su pecho, sintiendo como late.

-Pues hazlo, pero no funcionara, ya te rechazo más de tres veces, resígnate y olvídalo- El rubio, volvió a reanudar su camino, con dirección a su casa, solo negó con su cabeza, sabiendo que ese joven compañero suyo, lo seguiría, pues viven cerca el uno del otro.

-No importa cuántas veces me rechace, no pudo amar a nadie más, Camus tiene mi corazón en la palma de su mano, puede destrozarlo si así lo quiere, pero no podré dejar de quererlo nunca- Su ensoñamiento seguía, provocando cierta molestia al otro.

Puede que los verdaderos sentimientos que el rubio presenta, sientan envidia… Pues puede que tenga coraje y orgullo para enfrentar cualquier situación, pero en lo que representa el amor, es un fracaso, sobre todo porque no es capaz de confesar sus sentimientos aunque estos estén desde hace un tiempo.

---Casa de la familia Akvarij---

-Ese idiota de Death, de nuevo molestando en todo lo que hago- Afrodita, se quejaba bastante molesto en la sala de su primo, mientras este realiza su tarea, ignorándolo.

-¿Sabes lo que es, el hecho de que un imbécil, fastidie o haciendo de tus ideas una burla, para todos?- Apretó su mandíbula, ceño fruncido y sus brazos cruzados, mientras su pierna cruzada, se movía de manera fastidiada.

-Escucho a uno quejándose todo el tiempo, ahora mismo- Contesto tan serio y frio como es su costumbre.

-Hablo enserio, solo está molestando porque él no es tan elegante, hermoso y popular como lo soy yo- Recuerdo la pequeña pelea que tuvo antes de salir dela academia.

---Flash Back---

-Vamos florecita, no creo que sea buena idea, hacer que los mocosos de primero usen esos trajes ridículos- El de cabellos morados y desordenados, sentando en su asiento, con las piernas estiradas y brazos cruzados por detrás de la cabeza, una sonrisa burlona se dibujó en él.

-¡¡¡¿CÓMO TE ATREVES?!!!- Reacciono molesto, apretando sus puños y poniendo su rostro rojo por la cólera -¡¡¡ES UNA EXCELENTE IDEA, NO VEO QUE TU ESTES DANDO ALGUNA!!!-

-Ja, ¿Para qué darlas? Si tus ideas son tan “Perfectas” como tu mi querida florecita- Cada palabra era un insulto tras otro, camuflajeado de ironía y sarcasmo.

-¡¡¡CÁLLATE!!!- Ya estaba colmando su paciencia, después de todo, era quien daba ideas al próximo festival de la academia y los demás aceptaban sin rechistar sus sugerencias, pero solo ese sujeto se atrevía a ponerlas en tela de duda.

Después de todo, no le gusta ser tratado de esa manera, orgulloso, atractivo, algo narcisista, y vanidoso, pero que alguien se atreva a cuestionar sus ideas, sí que logran alterar.

Y obviamente el cometido de ese joven, es hacerlo enojar cada que pueda.

---Fin Flash back---

-Enserio que quisiera darle un buen golpe a ese idiota- Apretó de nuevo sus puños, ignorando que sus uñas arregladas, se lograran arruinar un poco.

-Pues vez a darle ese golpe y déjame en paz- Camus ya no sabía qué hacer, pues su primo no lo dejaba hacer su tarea y solo se quejaba y es algo que sin duda no puede soportar, sin querer arrancarse las orejas.

-Vamos Camus, debes escuchar a los demás y darles concejos de vez en cuando, así se hace amigos- Sonrió de repente, olvidando un momento su enojo contra el sujeto de su salón.

-Ya tengo un amigo, y es más que suficiente- Contesto en automático.

-Cierto, tu compañero de clases de cabellos lilas- Sonrió, imaginando que su plan para el festival podría trascurrir de una muy buena forma, con la ayuda de ellos dos -¿Qué talla de vestido es?- Una pregunta que dejó escapar sin más.

Aquel peliaguamarino, dejo caer su lápiz, abriendo sus ojos morados de par en par, y su boca de igual forma, pues la pregunta lo sorprendió tanto.

Pasado un rato, después de comer, terminar la tarea y convivir con su familia de lado de su papá, se retiró con la excusa de que debía volver para ayudar en la florería, pero realmente tenía otros planes, basándonos en su otra vida que debía mantenerse oculta siempre.

Se despidió de su tío Degel y de Camus, que si bien tuvo que pasar toda la tarde soportando quejidos de alguien mayor por dos años, pero aprecia tanto a ese peli celeste.

Cuando estuvo lo suficientemente lejos de aquel hogar que siempre lo recibían con alegría, y antes de reunirse con su compañero, se transformó en el hermoso Trianfyla, en el portador del miraculous de piscis, aunque prefería mantenerse de bajo perfil por el simpe, hecho de tener que ver un superhéroe, podía provocar que se alteraran, creyendo que algún villano volvió.

-Ya se está tardando mi Fyla- Suspirando sosteniendo una rosa negra en sus manos –Espero que le guste este pequeño regalo- Sonrió de manera picara –Tal vez así me dé un beso y acepte… Salir conmigo…

-Hala Cangrejito- Aprecio aquel hermosos superhéroe, saludando a su compañero -¿A quién crees que invitaras a salir?- Sonrió de lado, habiendo escuchado parte de la conversación.

-Pues a ti mi hermoso Fyla- Le ofreció aquella rosa negra, bastante coqueto, guiñándole un ojo.

-Acepto la rosa, pero sabes que no quiero estar con nadie en este momento- Sostenido aquella flor suave, jugando con sus delicados dedos.

-Entonces… ¿me aceptarías cuando te sientas con ganas de estar con alguien?- Volvió acercarse, para sujetarlo por la cintura.

Mas el peli celeste con mascara, lo esquivó, quitando aquella mano de su cintura, para apretar su muñeca, y provocarle dolor.

-Lo siento cangrejito, pero creo que no eres de mi tipo- Sonrió, cruzándose de brazos y soltándole la mano.

-Bueno, lo intentare la próxima vez- Lo miro fijamente, comportándose de nueva cuenta de una manera heroica -¿Iremos de una vez?-

-Sí, es mejor que nos dirijamos a verlo- Miro hacia el suelo, dando pequeños empujones a una pequeña roca que había en aquella torre.

-¿Qué pasa? Te noto muy ausente hoy- Ladeo su cabeza, analizando su comportamiento.

-Estuve pensando sobre todo esto, Kathonios… Y si… Diastasi… ¿Encontró alguna forma de aumentar sus poderes, y no solo controla por medio del artefacto que encanta a los usuarios, si no mantenerlos con una lealtad, hasta que logramos purificarlos?- Lanzo aquella cuestión, que más parecía un enorme temor en su ser, pues sus ojos demuestran angustia.

-Si eso pasa, estaremos preparados- Sonrió a medias, mirando hacia el firmemente que el sol dentro de unas horas se ocultaría, para volver al día siguiente, con una suave brisa que provoca que sus cabellos se muevan.

-Temo que no seamos suficientes, para detenerlo- Apretó sus puños –Pero sé que debemos tener fe- Volvió su sonrisa de repente, en ocasiones que se siente abrumado o angustiado, logra calmarse obligándose a pensar positivamente y dejando que su personalidad narcisista reluzca.

Ambos se pusieron en marcha en cuanto pudieron, dirigiendo s caminar a una casa, que se podía perder fácilmente entre todas, pues se encuentra en una zona bastante tranquila y con hogares muy similares.

Pero obviamente debían, ser discretos, cuando por fin lograron entrar, ya los están esperando.

-¿Qué les está preocupando muchachos?- Un pequeño anciano de una piel de tonalidad morada, una barba blanca no muy larga, con un bigote y cejas grandes, portando un sombrero de origen oriental.

-Buenas tardes viejo maestro- El peli celeste saludo de manera cortes.

-¿Cómo esta anciano?- Sonrió, cruzando sus brazos y poniendo una cara de burla.

-¡¡¡KATHONIOS, SE MAS CORTES!!!- El enfado de Trianfyla, se notó por estar siendo grosero con quien les había dado aquella misión de proteger su ciudad.

-Je, je, no te preocupes Trianfyla, sabemos que este joven es así de irrespetuoso- Sonrió el anciano, pero teniendo un as bajo la manga.

-¿Lo ves mi Fyla? El viejo sabe perfectamente, como aceptar las bromas y…- No logro completar la oración, cuando su pie fue jalado al frente por un bastón, provocando que cayera al suelo abierto de piernas y el dolor le comenzara a aniquilar -¡¡¡AAAAAAAH!!!-

-Ja, ja, ja, ja- El superhéroe de piscis, ríe casia carcajadas, por el castigo que ha recibido su compañero y bien merecido se lo tiene.

-Se aceptar una buena broma, pero los jóvenes de hoy en día, deben aprender a respetar a sus mayores- Sonrió, demostrando la serenidad en su rostro, sirviendo un poco de té a sus invitados.

Después de aquel pequeño incidente, los tres tomaron asiento respectivamente y la hora de conversar se dio.

-Lo que ha estado ocurriendo, que después de quitar el objetó encantado que los Akumatizo, siguen estando igual- Pensó un momento, bebiendo un poco de aquel líquido caliente –Salvo hasta que lo destruyen por completo y purifica, me hace recordar el poder de un miraculous, que se perdió hace mucho tiempo- Suspiro cansado, sin duda recordar un pequeño error que cometió con anterioridad, le ha causado muchos problemas ahora y más a estos jóvenes héroes.

-¿A que miraculous se refiere?- Trianfyla mira con atención las expresiones del mayor, intentando desinflar lo que significa.

-En este punto, tal vez sea tonto hablar de esto, pero si es que Diastasi, tiene en su poder el miraculous que he mencionado, aparte de tener a Géminis, traerá un gran caos a la ciudad de Atena- Abrió sus ojos, fijándose en ambos jovencitos, que incluso el peli morado lo mira atento y con cierta preocupación.

-¿Qué podemos hacer?- De nuevo las cuestiones siempre presentadas por el peli celeste, el cual teme más por no ser capaz de cumplir su papel.

-Lo único que hemos hecho mi Fyla, lucha y derrotara cada nuevo villano que se le ocurra a ese idiota mandarnos- Sonrió confiado, casi posando su mano sobre la del contrario.

-Me gusta su confianza muchachos, pero eso no será suficiente esta ocasión- La voz del anciano parecía más sombría de costumbre.

-¿A qué se refiere anciano?- Olvido de nuevo su lección de educación, pero en este momento aquello podría pasar a segundo plano por el peso del tema.

-Si es lo que creo, esto solo ira aumentando gradualmente, aquellos nuevos villanos sus poderes incrementaran, logrando alcanzar niveles que podrían superarlos- Cerro sus ojos, negando la cruda realidad que acaba de dar a conocer.

-¿Superarnos?- Aquello salió en un hilo de voz del peli celeste, impactado por la noticia, que enserio necesita que le confirma lo que ha dicho el mayor.

-Pero es imposible… Nadie pude superar el poder de piscis y cáncer si están unidos- Para este punto el portador del cangrejo se encentra bastante alterado –Tu lo dijiste cuando nos revelaste que existían más miraculous y que no debíamos abusar de su poder y todas esas idioteces-

-Se lo que dije muchacho, pero en esta ocasión, solo se puede lograr todo ese caos en la sagrada ciudad de Atena es un miraculous deñado en manos equivocadas, solo traerá más daño- Se giró a ver al peli celeste, que se había quedado callado, mirando al suelo con su rostro descompuesto, imaginando posiblemente escenarios muy aterradores –Los principales miraculous son los de piscis y cáncer, pero como saben existen doce en total- Trato de confortar a ambos chicos.

Uno con la rabia y enojo plasmado, teniendo unas ganas inmensas de destruir todo a su paso y mandarlo al mismo inframundo.

Otro pensando en que podrían hacer, para evitar los finales desgarradores que por esa razón acepto ser un superhéroe, para defender y proteger, pero ahora con esta información y que las posibilidades pueden llegar a cero, solo contempla que el futuro es sombrío y va a ponerse peor.

-Y aunque dos estén extraviados- Suspiro, cabizbajo –No, sabemos dónde se encuentran… En manos equivocadas, aun así quedan ocho en nuestro poder que sin duda nos será de mucha ayuda- Sonrió, dirigiendo su mirada hacia una esquina del lugar –Zygos, ¿Despertaste?- Llamo levemente.

Un pequeño ser, similar a los otros Kwamis, con la diferencia es que su cuerpo es amarillo con rayas cafés, unos ojos grandes, verdes y felinos, unas orejas redondas, con una cola, mientras se dirigía a lado del anciano.

-Lo siento maestro- Se disculpó el Kwami tigre, representando que al igual que los dos jóvenes, este hombre porta también un miraculous.

-Entonces, debes escuchar con mucha atención mi plan, al igual que ellos- Sin duda el ambiente se podía sentir bastante denso, pues de repente el viejo maestro, tenía que revelar algo importante que se ocurría, como un método de defensa contra el nuevo desafío.

-¿Qué está planeando?- Piscis rápido pregunto, sintiendo como su cuerpo tiembla por que las cosas no pintan nada bien.

-Tendremos que encontrar a nuevos portadores, que logren ayudar en esta batalla que estamos por emprender- Declaró lo que se supone está prohibido desde un principio.

-¡¡¡¿QUÉ?!!!- Los tres presentes, hicieron aquella pregunta a un grito al unísono.

-Pero, maestro… Sabe que no es bueno que muchos miraculous estén en circulación- El pequeño cerca revolotea por el rostro del hombre de piel morada –Sabe lo peligroso que puede ser, más si Diastasi, tiene otro miraculous en su poder… Esto se podría salir de control-

-Zygos, ¿Tienes otra idea?- Sonrió muy tranquilo, sabiendo que su propuesta fue lo que siempre se ha prohibido desde tiempos inmemorables, pero no existe otra forma por el momento.

-No, pero… Si los miraculous nuevos se llegan a perder... ¿Qué podría pasar?- Este pequeño Kwami, se asustaba con cada idea que su mente atormenta, incluso se ponía a rezarle a la Diosa.

-Debemos confiar que esto no pasara y para eso, necesitaremos toda la ayuda posible- Miro a los actualmente únicos portadores, que se encuentran igual de estupefactos con el tema –Confiare en ustedes en decidir quiénes pueden ser dignos para esta misión-

-Pero… Anciano… ¿Esta loco?, si lo primero que los dijo es… No tener más miraculous en circulación, salvo los nuestros porque somos geniales, pero ¿Mas portadores?- Cruzo sus brazos y recargo su espalda en una pared –Estas ya senil-

-Puede que mi mente ya no sea lo que era antes, pero no veo otra posibilidad- Las palabras acidas del peli morado, solo provocaron cierta gracia al mayor.

-Viejo maestro… ¿Cree que sea lo más conveniente?- Hablo aun con la mirada abajo.

Provocando que los otros tres ahora le prestaran atención.

-Sé que estamos en una situación muy complicada, pero… ¿Confiar en nosotros para encontrar a nuevos aliados?- Apretó sus labios, dudando en sus propias capacidades y en los ideales del portador de Libra.

-Con esto me contradigo en muchas veces que les hable de ese tema, pero… Si es lo que creo, esto solo es el comienzo y cada nuevo rival, será peor que el anterior- Suspiro, mirando por la ventana que dejaba entrar unos pequeños pétalos de color lila, posiblemente recordándole una vida mejor –Solo queda confiar en nosotros mismos y en las nuevas instrucciones que les doy-

El ambiente se quedó en silencio durante un tiempo, no se podía agregar o decir más, si se tenían que romper las reglas para detener a esta nueva tempestad, significa que la tormenta se volverá cada vez peor, hasta que llega la posibilidad que no exista marcha aras y solo una batalla final será la decisiva.

-¿Confían en mis palabras?- Lanzo aquella última pregunta, para los tres en esa habitación, esperando sus respuestas.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quién me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar? Aquí vengo dándoles lo prometido es deuda. 

Dije que les actualizare algunos fic, ya antes publicados, y ahora pues estamos aquí, habrá otra actualización como en la noche, así que esperenlos con ansias. 

Como se dan cuenta este es un crossover, Saint Seiya X Miraculous, así que tendrá el ambiente de ambos, los tratare de combinar lo mejor posible. 

Sera un reto, pero adoro hacer los crossover, jajajaja me siento muy feliz, por que antes lo hacia y deje, pero con este fic, tengo la oportunidad de nuevamente hacerlo y soy mega feliz. 

Por favor disfruten mucho este fic, que fue el regalo de cumpleaños de un terrón de azúcar, jajajajajaja que es fan de ambos y yo diré que también me gusta mucho Miraculous LadyBug.

En fin, la pregunta de este día sera ¿Como están? ¿Que esperan para este año nuevo?

Yo esto bien, con ganas de comer pozole, jajajajaja 

Espero que este año, logremos superar muchas cosas, seguir con mis seres queridos, mi madre, padre, mi novio y todos mis amigos y terrones de azúcar, obtener un buen trabajo, seguir aquí escribiendo, leyendo, dibujando, y haciendo que la familia terrón de azúcar crezca y seamos unidos.

Siempre con amor y respeto que es lo principal. 

Muchas gracias por seguir leyendo mis terrones de azúcar, gracias por dejar sus hermosos comentarios y seguir enemigo, en verdad se los agradezco mucho.

Son los mejores de mundo mundial, disfruten mucho la lectura, que viene mas adelante otras dos cositas. 

Nos veremos al ratón, pero ahora debo ir a comer. 

Los quiero, cuídense mucho, proteganse mucho, sigan las medidas de higiene, manténganse a salvo. 

Ammu se va. 


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