— ¡Llegue señor vampiro!—gritó Naruto entrando a la casa con una bolsa, fue hacia la sala donde se encontró con Kakashi sentado en su sillón viendo hacia el fuego —. Nos sobraron algunos postres en el trabajo y quise traerle unos, el chico nuevo los preparó y le quedaron más dulce de lo habitual pero igual están buenos —decía Naruto mientras le estiraba un panquecito, sin embargo Kakashi mantenía su mirada en las llamas de la chimenea, era como si su mente estuviera en otro lado — ¿Señor vampiro?
— ¿Eh? Naruto, ¿cuándo llegaste? —dijo Kakashi girándose a verlo
—Hace un momento, ¿le pasa algo? —preguntó Naruto
—No, no sé a qué te refieres
—Vamos, usted tiene algo, ¿qué ocurre?
—Nada, ¿qué tal tu día?
—No evada mi pregunta, yo le tengo total confianza a usted, ahora le toca corresponder, si algo le pasa puede contármelo —Naruto puso los postres a un lado y jalo el otro sillón para ponerlo al lado del de Kakashi
—Naruto, ¿tú crees en la reencarnación?
El rubio cerro los ojos y cruzo sus brazos para ponerse pensativo —Realmente no se mucho del tema, así que no sé qué opinar al respecto, ¿y usted?
—Yo si
—Bueno, usted es más viejo, así que imagino que si lo dice es porque lo ha visto
—Algo así
— ¿Y cómo sabe que alguien reencarno?
—Hay distintas creencias sobre eso, pero la que más me llamo la atención hace tiempo fue una que mencionaba la mirada de las personas —el tono de voz de Kakashi era más serio de lo habitual
— ¿La mirada?
—Los ojos son la ventana al alma, así que viéndolos directamente podrías darte cuenta si reconoces la mirada
—Vaya, tiene sentido, creo, ¿alguna vez ha conocido a alguien que haya reencarnado?
—No lo había hecho, hasta ayer
— ¿Ayer? ¿Cómo? —cuestiono Naruto confundido, se supone que Kakashi no salía de su mansión, ¿cómo había visto a alguien?
—Después de que te lleve a casa, cruce miradas con alguien y fue como si hubiera visto a otra persona
— ¿Y a quién vio? —Naruto se acercó más a Kakashi quien en todo el rato no había despegado su vista del fuego — ¿acaso un amor pasado? ¿Eh? —el vampiro negó con la cabeza—, ¿entonces?
—Madara —Kakashi se giró a ver a Naruto, su voz seria pareció temblar por un momento
— ¿Madara? —ese no era un nombre que el vampiro hubiera mencionado antes
—El Conde Madara, él fue la persona que me mordió
Naruto trago grueso al enterarse de aquello—El vampiro que… lo mordió
Kakashi asintió—No entiendo cómo, creía que un vampiro no podía reencarnar…menos uno como él
— ¿Cómo él?
—Ese monstruo era la representación del mal en persona
—Vaya, suena como alguien aterrador, y si esa persona está en el pueblo entonces no significa nada bueno —decía Naruto preocupado
—Aunque al reencarnar, todos los recuerdos de tu vida pasada son borrados, eres una nueva persona pagando un Karma del pasado, sea bueno o malo
—Si usted sabe eso, ¿por qué no buscar a alguien de su pasado para iniciar una vida de nuevo con esa persona? Digo, incluso si esa persona no quiere ser mordida, al menos así podrán estar juntos de nuevo —Naruto veía hacia el techo pensativo
—Porque eso significaría ir por todo el mundo mirando a los ojos a la gente con la esperanza de que sea la persona que busco, y no creo tener tanta suerte de encontrarlo
—Pues encontró a quien lo mordió, ¿quién dice que no puede encontrar a alguien más?
—No necesito buscar a nadie más Naruto…porque te encontré a ti, mejor dicho, tú me encontraste a mí
— ¿Yo? ¿Soy la reencarnación de alguien? —preguntó el rubio confundido
Kakashi se acercó a Naruto quedando frente a frente para verlo fijamente a los ojos.
—Mmm no, no recuerdo a ver visto esta mirada antes, y eso me gusta más
— ¿Le… gusto? —preguntó el rubio sonrojado
—Me gusta conocer a alguien nuevo, no dije que tú me gustes —contestó Kakashi volviendo su mirada al frente
—Ah, sí, solo escuche mal, jaja— Naruto soltó una risita nerviosa para ver hacia otro lado
—Pero bueno, no tienes nada de qué preocuparte —Kakashi tomo uno de los postres que había llevado Naruto —, mientras yo esté cerca no dejare que te haga daño
—Y usted tampoco tiene de que preocuparse, mientras yo esté aquí tampoco dejare que ese tal conde Madara lo moleste —Kakashi iba a darle una mordida al panquecito pero se detuvo al escuchar aquello, entonces sintió su mano cálida, se giró a verla, la mano de Naruto estaba sobre la suya, levanto su mirada para ver al rubio quien le sonreía, esa sonrisa era más dulce que el postre que sostenía.
Al ir a dejarlo a casa, esta vez fue de nuevo más allá del bosque, usando unas gafas negras y un cubre bocas, acompaño a Naruto hasta su casa.
—Muchas, muchas gracias señor vampiro, es genial que enfrente su temor solo por traerme hasta aquí —dijo Naruto parado en la puerta de su hogar
—No es nada, que tengas una linda noche —Kakashi estaba notablemente nervioso y solo esperaba a que el chico entrara para salir corriendo de ahí
—Igualmente señor vampiro —Naruto abrió la puerta de su casa y fue la orden de Kakashi para girarse e irse—. Espere
— ¿Qué pasa? —se giró de nuevo para recibir un abrazo del rubio el cual duro un par de segundos, pero cada uno se sintió incluso más largos que los años que había pasado solo
—Ahora si —Naruto lo soltó—, gracias de nuevo —dijo antes de entrar a su casa para cerrar la puerta
Kakashi se quedó parado, si estuviera vivo sus mejillas estarían rojas, pero como no, solo estaba sorprendido por la acción del joven.
—Fue extraño Pakkun, mi corazón dejo de latir hace mucho, pero cuando él me abrazo, fue como si lo sintiera palpitar de nuevo —decía Kakashi mientras se preparaba para dormir
—Usted ya se ha encariñado mucho con ese chico, ¿no?
—Solo un poco —contestó Kakashi a lo que Pakkun lo vio arqueando una ceja—, está bien, si, me encariñe mucho con él
—Me alegra verlo feliz, pero recuerde amo, debe dejarlo ir —dijo el sirviente antes de salir
Kakashi soltó un suspiro —Dejarlo ir… no puedo dejarlo ir
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—Ya está todo listo, hora de irnos —dijo Naruto guardando sus cosas cuando Sai se acercó a él
—El jefe te llama
—Oh, vaya ¿me esperas afuera? Por favor
—Está bien —Sai salió del local
Camino temeroso a la oficina de Sasuke, la última vez que el jefe lo llamo no resulto nada bien.
Asomo su cabeza por la puerta — ¿Pasa algo Sasuke?
—Entra —ordeno el Uchiha
Naruto entró poco a poco temeroso.
—El otro día escuche que tú y Sai charlaban de algo que me llamo la atención —Sasuke se levantó de su asiento y se acercó a Naruto quien se quedó inmóvil
— ¿Ah, sí? ¿Sobre qué era eso?
—Sobre tus deseos de irte de este lugar —la voz fría de Sasuke lo asustaba—. Naruto, te preguntaras porque me atraes tanto al punto que de cualquier forma quiero tenerte, ¿no?
—Si... me lo he preguntado por muchos años —respondió con sinceridad Naruto, aquello era algo que durante mucho tiempo no pudo entender
—Nací en una familia de la clase alta Naruto, desde pequeño lo he tenido todo, eso era hasta que te conocí. Tú me tratabas diferente a los demás niños, ellos querían acercarse a mí ya que de alguna forma era popular, las niñas buscaban hacerlo de una forma tan desesperada que me daba asco, pero tú eras diferente al resto. Para ti, siempre fui como cualquier otro niño, recuerdo el día que te quite ese estúpido peluche que siempre cargabas contigo
—Kurama —lo nombro Naruto recordando su peluche de zorro
—Cuando quería algo siempre lo tomaba, los demás niños me dejaban sus cosas como si nada, pero tú peleaste conmigo para quitármelo, fue la primera vez que no pude tener algo que tenía, entonces llamaste mi atención. Recuerdo que intente acercarme a ti tras eso, pero me evitabas siempre
—Estaba molesto contigo —menciono Naruto mientras recordaba aquellos años
—Eso solo provoco que me atrajeras más y más, eras como tu peluche, algo que no podía tener… y hasta la fecha lo eres
—Yo no soy un objeto Sasuke, y ya muchas veces te he dicho que tú no me gustas —habló Naruto con firmeza, debía aprovechar aquel momento para dejar en claro lo que sentía
— ¿Y si te ofreciera irte de aquí? —Sasuke ya no le hablaba de forma dura, lo hacía de una manera diferente, como si fuera más comprensivo—Yo tengo el dinero suficiente para que los dos nos vayamos a dónde tú quieras, aunque claro, con una condición
— ¿Qué condición? —preguntó con interés el rubio
—Estarás a mi lado, siempre…Puedes irte a casa a pensarlo
Naruto salió del lugar con un rostro diferente al que siempre tenía, Sai lo veía con curiosidad, normalmente el rubio siempre le iba platicando cualquier cosa, pero ese día no dijo ni una palabra, ni siquiera cuando se despidió, simplemente siguió camino.
Llego a casa para recostarse, su lado estaba Kurama, un zorro naranja que sus padres le habían regalado cuando niño.
¿Qué era siempre? ¿Era un precio justo para tener lo que tanto deseaba? ¿Valía la pena pasar el resto de su vida a su lado de alguien a quien no amaba?
Estúpido Sasuke, siempre obtenía lo que quería.
Se levantó de la cama, ya era noche, pero necesitaba platicar eso con alguien.
—Pensé que ya no vendrías hoy —Dijo Kakashi al abrirle la puerta
—Vine para una pijamada sorpresa, la sorpresa es para usted
—Nunca he hecho una pijamada antes
—Entonces yo me encargo, Guruko —Naruto fue hacia la cocina
— ¿Qué necesitas?
—Quiero algunos postres y café, el señor vampiro y yo nos vamos a dormir tarde
—Mmm, ¿seguro qué esto se hace en las pijamadas? —preguntó Kakashi inseguro de lo que ocurría
—Si, lo vi hace tiempo en una revista de chicas —Naruto tenía su cabello sujetado en dos colitas diminutas, mientras que Kakashi tenía una parada al frente
—Bueno, entonces te creo
Ambos estaban sentados en la cama del vampiro, de un lado tenían varias galletas que Guruko les había preparado y del otro dos vasos con café.
—Señor vampiro, hoy alguien me dijo que me podría ayudar a salir de aquí, pero con una condición que no me gusto
— ¿Qué condición? —preguntó Kakashi mientras comía una galleta
—La de estar siempre a su lado
— ¿Es alguien que te gusta?
—No, de hecho…es alguien que me ha insistido mucho que salga con él, pero no me gusta, de hecho es alguien molesto…
—Entonces mándalo al demonio
—Pero ¿y si no se me vuelve a presentar otra oportunidad así?
—Naruto, lo que tú quieres es algo difícil, pero no imposible, solo espera un poco más, cuando menos te des cuenta ya tendrás el dinero y podrás salir de este lugar, no dejes que alguien te trate como si fueras un objeto que puede comprar
Naruto se recostó en la cama, incluso Kakashi se daba cuenta de la forma en la que Sasuke lo veía, como si fuera un objeto.
Kakashi puso la comida a un lado y se recostó al costado de Naruto.
—Sabes Naruto, yo… —Solo debía decirlo, debía decirle que él le podía dar el dinero para irse, ¿pero por qué le resultaba tan difícil? —Yo siempre estaré aquí para ti
—Eso es muy amable de su parte señor vampiro, jamás me arrepentiré de haber llegado a este lugar —dijo Naruto recostando su cabeza sobre el brazo de Kakashi
Ahí estaba esa extraña sensación de nuevo, era como si su corazón latiera, de seguro era provocado por aquella aura especial que poseía Naruto, no quería separarse de su lado nunca, quería estar así siempre.
—Es muy cómodo señor vampiro —decía Naruto mientras se iba quedando dormido, pero no obtuvo respuesta, el vampiro ya había caído rendido también.
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Corría por un bosque, sujetado a la mano de un pelinegro.
—Date prisa Obito, estamos cerca de casa
—Se está acercando Kakashi —contesto el pelinegro viendo hacia atrás
Estaban tan cerca su casa estaba tan solo unos metros enfrente, pero una imponente persona se puso al frente suyo provocando que se frenara de golpe. Levanto la mirada y se topó con aquellos penetrantes ojos rojos y una sonrisa aterradora.
—Te atrape lindo corderito —dijo aquel vampiro antes de lanzarse a morderlo
Kakashi despertó de golpe mientras jadeaba, de nuevo había tenido una pesadilla. Naruto aún dormía a su lado.
Si aquella persona que era la reencarnación de Madara, Naruto corría peligro en aquel lugar.
Se recostó de nuevo para aferrarse al brazo de Naruto. Las cosas se estaban poniendo peligrosas y era mejor dejarlo ir antes de que ocurriera lo mismo que ocurrió con Minato.