Afrodita caminaba por la calle atento a los anuncios de ofertas de trabajo que eran expuestos en los aparadores de las tiendas, esa tarde hacia una semana que había dejado el apartamento que compartía con Milo, mentiría si dijera que le parecía demasiado extraño el hecho de que aún no se comunicara con él pero se daba consuelo recordándose la situación que él mismo le explicó cuando se fue, además aunque quisiera, ni en broma iría a casa de Camus para buscarlo, menos luego de las amenazas de Degel.
Al cabo de un rato por fin encontró lo que buscaba, una linda cafetería con aire acogedor solicitaba personal, con optimismo decidió entrar y probar suerte.
En el interior pudo observar a una cantidad considerable de clientes, todos vestidos de manera formal, no hacía falta preguntar para saber que eran empleados de los enormes edificios que abundaban por ese rumbo.
Un chico de cabello largo dorado recogido en una linda trenza se movía de un lado a otro despachando los pedidos de los clientes, a pesar de había suficientes meseros el problema estaba en armar los pedidos, justo por esto ni siquiera se dio cuenta de la presencia de Afrodita.
-Hola, buenos días-
-Buenos días, ¿qué te puedo ofrecer? – Shaka respondió al llamado mientras preparaba un latte.
-En realidad venía por el anuncio de la entrada…
Shaka pauso por un momento su trabajo y le puso atención
-¿Enserio?, eso es genial, como veras aquí el trabajo sobra, dime ¿sabes preparar las bebidas?
-Ese es el problema… En realidad no se nada sobre lo que se prepara aquí…
Afrodita recibió la mirada atónita de Shaka, ya se había hecho a la idea de que esto era muy posible cuando externara su poca experiencia en el trabajo así que ya se esperaba que en cualquier momento lo echara del lugar.
-OK… Mira, eso es un problema… Pero como en verdad urge el personal te propongo algo, tu dirás si aceptas o no…
-De acuerdo, cuéntame
-Entre semana se cierra a las 7 así que te propongo que a esa hora vengas y te enseño a preparar las bebidas.
-¿Hablas en serio?
-Claro, bueno, si tu quieres…
-Desde luego que quiero, muchas gracias, ¡te veo a las 7!
Estaba por salir cuando la voz de Shaka lo detuvo.
-¡Espera!, antes de que te vayas dime tu nombre.
-Oh es verdad, perdóname, me llamo Afrodita – se acercó de nuevo al mostrador y estrechó su mano con la del chico.
-Mucho gusto Afrodita yo soy Shaka, te esperaré mas tarde entonces.
Muy animado salió del lugar, tenía que aprovechar el tiempo e investigar por su cuenta la preparación de esas bebidas con tal de no ser demasiado molesto para Shaka.
En realidad hizo su mejor esfuerzo para obtener ese trabajo, presto atención a todas y cada una de las indicaciones de Shaka logrando que le diera su visto bueno y lo contratara formalmente, Afrodita no cabía de emoción, era la primera vez que lograba obtener un empleo por mérito propio y tenía deseos de compartir ese logro con Milo aún que eso tendría que esperar un poco hasta que las cosas se calmen.
Al día siguiente comenzó por fin a trabajar, por ser principiante Shaka le delegaba los pedidos más sencillos, la elaboración de bebidas que no requerían de tanta habilidad, continuaría dándole asesorías por la tarde a fin de que acumule experiencia suficiente.
Era temprano aún, las 7 de la mañana, un chico alto bien parecido entró a la cafetería, Shaka estaba encargándose de otras cosas en la cocina así que Afrodita se dedicaba a atender en el mostrador, la imponente presencia de ese hombre logró llamar su atención enseguida, sin quitarle la vista de encima permaneció atento a cada uno de sus movimientos hasta que se detuvo frente a él.
-Buenos días, un americano por favor.
-Buenos días, si, enseguida lo despacho, ¿gusta algo más para acompañar su bebida?
-Solo el café, gracias.
Luego de hacer su pedido se retiró para ir a tomar asiento en una mesa cerca al gran ventanal que daba a la calle.
Afrodita se apresuró a preparar el café y se lo llevó al apuesto hombre junto con una rebanada de pastel de vainilla, caminó hasta el con cuidado de no tirar el café y con el mismo cuidado lo colocó frente al cliente.
-Disculpe, yo solo pedí el café.
-Lo sé, pero a decir verdad se nota que le hace falta algo de dulce a su mañana.
-¿Eso crees?, ¿Qué te hizo pensar eso?
-Bueno, entró a la cafetería demasiado serio, está mañana hace muy buen clima y ni siquiera hay tanto tráfico, no veo motivo alguno por el cual deba tener ese gesto tan serio.
-Puede ser que simplemente no me apetezca sonreír en este momento, ¿acaso eso tiene algo de malo?
-Claro que no, pero ahora yo le pregunto ¿acaso tiene algo de malo que yo quiera regalarle una rebanada de pastel para endulzar su mañana?
El caballero no pudo reprimir una ligera carcajada por la insistencia de ese chico, además admitía que tenía cierto carisma y un ánimo contagioso.
-De acuerdo, aceptaré el gesto, me llamo Saga-ofreció su mano derecha al muchacho frente a él para presentarse.
-Yo soy Afrodita, mucho gusto – estrechó la mano contraria animadamente mientras correspondía a la presentación con una sonrisa.
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español