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Corazón Valiente por Alejandra018PK

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Camus terminaba de poner la mesa procurando añadir un lugar a su derecha para Afrodita, estaba colocando los cubiertos cuando las pisadas de su pequeñito le dieron aviso de que habían llegado finalmente. 
 
Por la puerta apareció su pequeño Samuel quien sin dudarlo corrió a sus brazos llenándolo de besos, enseguida entró Degel sujetando la manita de Ian. 
 
-¡Hola Camie!, qué comeremos hoy, realmente estamos hambrientos. 
 
-Bueno hice pato en salsa de mango, está en el horno, ¿podrias ponerlo sobre la mesa mientras cambio a mi bebé?, seguro que Milo y Kardia no tardan en llegar. 
 
-Seguro, tu no te preocupes. 
 
-Gracias. 
 
Subió a la habitación de su pequeño y rebuscó en el armario para sacar un conjunto más  cómodo y fresco para su hijo, lo cambió y le untó un poco de crema humectante en las rodillas y los codos, lo sujetó en brazos y ambos fueron al sanitario para lavarse las manos. 
 
Cuando bajaron de nuevo al comedor se encontraron con que Milo y Kardia ya habían llegado a casa, cuando los vieron Milo sin pensarselo dos veces se acercó a su familia y se fundió en un cálido abrazo con ellos mientras dejaba un beso en la frente de su hijo y otro en los labios de Camus provocando un puchero en el pequeño Sam quien apenas vio que sus padres se separaban le dio un sonoro beso a Camus y se aferró a su cuello causando sorpresa en Milo y sacándole una sonrisa a todos. 
 
-Tal parece que Sam no planea compartir a su mami ni siquiera contigo Milo - dijo Kardia partiendose de risa por el comportamiento de su sobrino, cuando paró de reír tomó en brazos a su hijo y lo acomodó en el asiento en medio de él y Degel - ¿bueno podemos empezar a comer?
 
-Claro, amor, ¿si fuiste hoy por tu primo? 
 
-Es verdad, lo siento enseguida  voy por él. 
 
Lo que no sabían era que Afrodita llevaba bastante rato al pie de las escaleras escuchando atentamente la conmovedora interacción de la familia sintiendo la envidia y el sentimiento de soledad atacar su corazón, sentimiento que fue reemplazado por la ira al escuchar que practicamente se habia olvidado de él mientras disfrutaba del cariño de su familia, pero realmente no lo culpaba a fin de cuentas eso mismo le ocurría con su padre mientras convivía con su amante. 
 
Comenzó a caminar para aparentar que apenas estaba bajando cuando escucho que Camus se acercaba. 
 
-Afrodita, justo estaba por llamarte, ven, acompáñanos a la mesa. 
 
-Claro primo, te sigo. 
 
Todos en la mesa esperaban la entrada del nuevo invitado perl cuando Degel lo vio inmediatamente se puso de pie, caminó hasta él y le propinó tremenda cachetada que lo hizo caer ante la horrorizada mirada de todos los presentes, Milo enseguida se puso de pie y le ayudó a levantarse, Afrodita solo lloraba y se aferraba a su pecho. 
 
-Camus, no te quedes así y separa a éste ofrecido de tu marido. 
 
-Degel, ¿pero de que diablos estás hablando? 
 
-Éste niño fue al que descubrí con mi marido cuando fui por él al aeropuerto, es un vil arrastrado. 
 
-¡DEGEL YA BASTA! - reprendió Kardia mientras lo sujetaba de los hombros. 
 
-¿¿Y ENCIMA LO DEFIENDES??, ¡ERES UN DESGRACIADO KARDIA! 
 
-Le aseguro que no tengo nada que ver con el señor, si nos encontramos en el aeropuerto pero solo me ayudó con mi maleta porque había enredado en la cinta, lo juro, no tengo nada que ver con él. 
 
Degel se quedó asimilando sus palabras y miró a Kardia quien tenía los ojos cerrados mientras se masajeaba el puente de la nariz. 
 
-¿Es verdad lo qué dijo? 
 
-Si
 
-... Perdón supongo… 
 
-¿Solo supones?, Degel realmente acabas de provocar una terrible primera impresión de nuestra familia - dijo Camus mientras abrazaba a Afrodita. 
 
-Quien debería pedir disculpas soy yo primo, sólo se causar problemas allá donde vaya, por eso apenas tuvo la oportunidad y mi padre me corrió de la casa. 
 
Todos lo miraron con lástima por todo lo que debió haber pasado a excepción de una persona y es que Degel no se convencía para nada de las palabras de ese chico que a su parecer sólo se hacía el mártir, pero ya tendría tiempo para vigilarlo. 
 
-Olvidemos este incidente y mejor vamos a comer - Milo sujetó la mano de Camus y se acomodaron alrededor de la mesa en silencio
 
Camus tomó el plato de Milo y sirvió una porción de pasta para después proceder a esparcir un poco de queso sobre esta, Milo agradeció con su acostumbrado gesto de besar la mano de Camus, cada movimiento era observado atentamente por Afrodita, todos disfrutaron de la comida y una vez que terminaron Milo propuso a los pequeños salir a dar un paseo. 
 
-¡SIII YO TAMBIEN VOY! - gritó Afrodita, poniéndose de pie y emocionandose igual que los niños. 
 
-¡Vámonos entonces! - secundó Kardia a la emoción. 
 
-¿Pero de qué hablas?, ¿piensas ir a dar un paseo mientras el pobre  Camus levanta todo esto solo?, ya que estas en casa ajena se más servicial y ayúdale un poco, ó qué ¿acaso también tienes tres años? - reprendió Degel dándole un tirón de orejas a Kardia pero más que nada había formulado este mordaz comentario para que Afrodita no tomara demasiada confianza en esa casa. 
 
La indirecta llegó directo a Afrodita quien ocultando su molestia se puso de pie y comenzó a levantar los platos de la mesa. 
 
-No, no, no, Afrodita, deja esto y ve a caminar con ellos, yo recogeré esto. 
 
-No es necesario primo, deberías ir tú con tu familia, además te prometí ayudarte a cambio de que me permitieran quedarme aquí así que no digas más y ve a caminar mientras yo lavo esto - tomó todos los platos restantes y salió con rumbo a la cocina. 
 
Todos miraron en la dirección en que se había ido por un rato pero el tirón insistente en la mano de Camus por parte de su hijo guiandolos a la salida los hizo ignorar la situación. 
 
En cuanto Afrodita escuchó la puerta principal cerrándose dejó lo que estaba haciendo y se asomó a una de las ventanas que daban a la calle para contemplarlos marchándose, la mirada le desbordaba de odio y envidia, esa familia era perfecta en especial el hombre de la casa, cuando conoció a Milo la atracción que le provocó fue notoria y se percató de que tampoco fue indiferente a él pues la mirada fija que le dedicó le hizo saber que también a él le agradó lo que veía. 
 
Desde siempre su meta en la vida a sido tener una familia perfecta y no veía el motivo por el cual no podía pedir prestada la de su primo por unos días, mientras regresaba a Estados Unidos desde luego, ya vería la manera de hacer caer a Milo en sus redes definitivamente algún punto débil debía tener y una vez que él lo descubriera se aseguraría de aprovecharlo al máximo. 
 
Regresó a la cocina y se dispuso a fregar los trastes, cuando recorrió un poco la vista por toda la cocina admirando lo ordenado e impecable que todo se veía dio con un artefacto que lo dejó boquiabierto. 
 
Se acercó un poco para comprobar que se trataba de lo que sospechaba y en efecto así era, se trataba de un lavavajillas, frustrado empezó a meter todo dentro de la máquina para después activarla y retrancarse de la mesada para esperar a que terminara de trabajar. 
 
-Usando esto no hubiera tardado más de 20 minutos en tenerlo todo listo y no me hubieran frustrado la salida, esta casa está perfectamente equipada para vivir cómodamente, en definitiva mi primito necesita unas cuantas vacaciones de tanto lujo y es mi responsabilidad dárselas. 
 
 

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