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Amores cruzados por tagma

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Notas del fanfic:

Adaptacion de la pelicula barbie, la princesa y la plebeya

one shot

fandoom: Banana fish

Parejas: Ash x Eiji- Yut Lung x Shorter Wong.

En un mismo día ambos nacieron, eran diferentes, no tenían parentesco, sus vidas eran totalmente distintas pero jamás pensaron que sus destinos se cruzarían para cambiar por siempre.


Yut Lung Lee se crío en la riqueza, tenia todo al alcance de sus manos, la vida perfecta que todos anhelaban.


Eiji Okumura desde pequeño conoció el dolor ya que sus padres fallecieron, dejándole una deuda muy grande, obligándolo a trabajar en el taller de costura del sastre mas renombrado: Dino Golzine, quien prometía sueños realizados con sus elegantes ropas, las cuales eran el merito del azabache, que con mucho esmero y dedicación confeccionaba día y noche hermosas ropas que los nobles utilizaban.


Nunca se quejo de ello, nunca levanto la voz ni se revelo, sin embargo aquella vida comenzaba a cansarlo. El soñaba con recorrer el mundo, con hacer lo que quisiera, con encontrar el amor verdadero, pero esos sueños se veían tan lejanos.


- Eiji, aun tienes tres trajes que realizar y sigues soñando despierto. Cae en la realidad, tus padres debieron pensar bien antes de pedirme dinero- a veces odiaba a sus padres por ello, sin embargo en sus recuerdos se hallaban dos amorosos progenitores que le daban lo que podían a pesar de su pobreza.


-Como ordene- nadie podría quitarle sus sueños, nadie podría arrebatarle la esperanza, el seguiría a su corazón pasara lo que pasara.


En el medio del caos el príncipe Yut estaba indignado. El no ansiaba ir a aquel reino asqueroso y moribundo, el no quería casarse, el simplemente anhelaba ser normal por un tiempo, recorrer el pueblo, comprar cacharros, pasear sin ser escoltado. Simplemente quería vivir.


-Yut, tu responsabilidad como futuro rey es asegurar el bienestar del pueblo. La alianza con el rey Aslan nos garantizara la subsistencia. ¿Me entiendes cielo?- su madre era amorosa, el no podía contradecirla pero ansiaba hacerlo. Todo era culpa del Rey Lee quien al morir dejo en su testamento que el reino estaba en quiebra. No había dinero y eso pronto traería una guerra.


-Lo se. Prometo que lo pensare- sin mas se dirigió a su cuarto en donde su fiel ayudante lo esperaba con un té relajante.


-aghhh no puedo con esto. Matare a mi padre y al rey que me pretende. De seguro es un viejo asqueroso que esta loco por mi- Shorter lo escuchaba atentamente mientras peinaba su cabello y alistaba su ropa.


- Es necesario que seas responsable. Sabes que el pueblo depende de ti. Aunque te prometí que hallaría otra manera de conseguir dinero. Sigo sin rendirme en la mina- En el reino existía una vieja mina abandonada, de la cual el rey extrajo todos los recursos para sus negocios. Aquel lugar había quedado escaso de oro y joyas pero el mayor no se rendiría, el simplemente ansiaba ganar el corazón del príncipe pero sabia que era imposible. Quizás si fuera rico las cosas cambiarían.


-ya deja eso. Sabes que ese lugar esta totalmente desierto. No encontraras nada más que polvo y ratones- lo que no sabia Shorter era que los sentimientos eran mutuos. Para Yut no había nadie igual a el.


-Quizás no estamos revisando bien. En fin, para quitarte el estrés propongo un paseo por la ciudad. Debo ir a recoger unos trajes que encargue para ti. El sirviente que realiza esa tarea esta enfermo- ¿Qué podría pasar? Se pregunto el azabache, no le haría mal.


- Esta bien. Si estoy contigo no creo que mi madre diga nada- sin mas ambos salieron de aquel gran palacio, esperando encontrar la solución a sus problemas.


Cuando llegaron Shorter se encargo de ir a la tienda, mientras que Yut, oculto por una capa, se dedico a observar aquel lugar. No era de su agrado pero tampoco era feo, la gente parecía feliz, solo que aquello no duraría mucho.


-¡Disculpa!- alguien se había chocado contra el, que torpe sujeto.


- No fue...- ambos se quitaron sus capas, ambos se quedaron sorprendidos, ambos eran muy parecidos.


-esto es un maldito chiste- el destino era irónico, frente a el se encontraba un clon, un candidato perfecto para reemplazarlo mientras el buscaba otra solución a su deuda, algo que no implique casarse.


-no entiendo. Llegare tarde- Eiji quería irse, Dino solo le había dado unos minutos para ir a comprar comida, si pasaba el limite no seria agradable.


-¡Que tu eres mi salvación!- el chico lo tomo del brazo. No podía dejarlo ir, no cuando el plan perfecto se había diseñado en su cabeza.


-No se que deseas, pero no tengo mucho tiempo. Si vas a decir algo tiene que ser ahora- sin mas Yut Lung Lee revelo quien era.


-Soy el príncipe. Tú...debes reemplazarme por un tiempo. Eso es todo- ¿Qué acababa de decir? Era la mejor broma que había escuchado.


-¿Por qué tengo que creerte? El príncipe no estaría hablando conmigo. Escuche que es arrogante, egoísta y que no le interesa su gente- auch, eso había dolido, pensó la víbora.


-pues no es así. Simplemente quiero descubrir otra manera de salvarnos. No confío en el rey Aslan-¿Acaso aquello le importaba? Nada podría ser peor que la vida que llevaba.


-No es mi asunto. Ya apártate de mi camino- cuando se dio vuelta nuevamente se choco con otra persona quien había arrojado al suelo la bebida que tenia en su mano.


-¿Yut? ¿Por que tienes el cabello corto?- Shorter se encontraba súper confundido hasta que detrás de el observo a su verdadero príncipe.


-Idiota tenías que ser. Aquí estoy, el es...mmm no se su nombre pero no lo dejes escapar- sin mas el mayor tomo de los brazos a Okumura quien no tenia mas remedio que escuchar lo que el otro tenia para proponerle.


-solo serán unos días. Te entrenare en el palacio para que actúes como alguien de la realeza y luego iras al Reino Callenreese. Allí tendrás que lidiar con el rey y luego volverás. Si mi plan fracasa yo me casare con el- no parecía mala idea...ser alguien diferente por unos días...


-¿Y mi trabajo? ¿Tu me reemplazaras?- pero aun tenia deudas que pagar, aun le debía dinero a Dino Golzine.


-si esa es tu condición aceptare-el jamás había trabajado en su vida, pero lo intentaría.


- Si no tengo otra opción...- Shorter y Yut se miraron con alegría. Ganaban tiempo, ganaban una oportunidad.


-por cierto...Mi nombre es Yut Lung Lee, heredero del trono Lee y el es Shorter Wong, mi asistente personal- "vaya asistente" Pensó Eiji ya que el nombrado tenia el cabello colorido y no parecía que trabajara con la realeza.


-El mío es Eiji Okumura. Trabajo en el emporio de Dino Golzine. Por cierto, yo hice esos trajes que llevas allí- ambos chicos estaban sorprendidos, aquellas finas prendas eran muy hermosas y delicadas.


- pues...deberás enseñarme algo...o estoy frito- luego de una amena charla los tres acordaron encontrarse en el palacio a la medianoche para comenzar las lecciones del chico lo antes posible. No podían perder tiempo ya que en tan solo una semana Eiji tendría que partir a conocer al soberano del reino vecino.


-¿Qué tal lo hice?- el azabache caminaba en línea recta en el cuarto del príncipe mientras el otro lo veía con cara de disconformidad.


-eres un mono sin clase. No, hasta los animales reales tienen mas clase- Shorter quería reír pero era de mala educación. "Pobre muchacho" pensó.


-pues no soy de la realeza, no se si te diste cuenta- los dos se miraban desafiante mientras el mas alto tuvo que interponerse.


-ya, dejemos eso, tenemos poco tiempo. Bien, empecemos: Mirada al frente y no caer, el protocolo mantener, esa postura siempre deberás tener. Gesto muy firme al mirar, nunca los labios aflojaras, firme la espalda y guantes deberás usar- Yut no podía creer que su asistente supiera mas de la realeza que el, pero al parecer su estupido poema estaba resultando ya que Eiji lograba seguir cada instrucción que el otro le daba.


-eres mejor profesor que el propio príncipe- no sabia si sentirse orgulloso de Shorter o maldecirlo. Además no le gustaba para nada la mirada que ambos compartieron .obviamente no lo demostraría.


- lo se. Es que siempre debo memorizar todas las reglas y protocolos del palacio. Supongo que ya están en mi interior- odiaba esa risa deslumbrante y sus ojos soñadores. Quería estar a su lado, debía haber otra forma.


- ya veo. Bien, luego de mi clase de etiquetas... ¿Sabes algo de costura?- el heredero al trono no tenia ni idea de que hacer. Jamás había echo nada por el mismo. Tenía sirvientes para eso.


-pues claro que no. Un príncipe no trabaja- Eiji debía tener paciencia y enseñarle lo básico, no había tiempo para enseñarle mucho mas.


-comienzas marcando las prendas en la tela que usaras...- así ambos cada noche intercambiaban información, ambos se volvían mas unidos, ambos se conocieron mejor.


-vaya...te ves como todo un príncipe- cuando llego el día Eiji debía subir en aquella carroza que lo llevaría con el rey Aslan por lo que tuvo que usar una peluca, por la cabellera larga que distinguía al príncipe Lee, un traje muy fino ajustado a su cuerpo y una corona que representaba su realeza.


-Estoy nervioso... ¿y si me reconoce? ¿Y si me encierran?- eso podía ser una opción pero confiaba en el.


-no lo hará. Tranquilo. Solo actúa natural y ten en cuenta que ya no eres un simple plebeyo, ahora eres el príncipe Yut Lung Lee- sin mas luego de saludar a su madre ellos hicieron el intercambio. Ahora era Okumura quien estaba arriba de la carroza, sin saber que en ese reino encontraría al amor de su vida.


-Ten cuidado Eiji- Shorter lo miraba mientras el chico se encontraba aterrado


-lo tendré- sin mas aquel carruaje partió, el plan había iniciado


Yut tuvo que empacar algunas cosas e irse al emporio de Dino Golzine quien se hallaba furioso ya que su empleado no aparecía hace varias horas


-Eiji, no te di permiso para que andes así como así. Eres mi empleado y me debes mucho dinero. Además ¿Qué haces con esa peluca ridícula?-¿Acaso aquel viejo estaba llamando a su hermosa cabellera "peluca ridícula"? Ohhh se iba a enterar


-por lo menos soy joven y hermoso, no como usted que ya es anciano. Además la boca le apesta- sin mas el se encontraba acorralado contra la pared. El viejo tenia fuerza


-Niñato desagradecido. Te enseñare a respetarme- Tomándolo del cabello lo encerró en un cuarto que estaba lleno de telas. Se estaba asfixiando.


-te quedaras aquí hasta que termines tres hermosos trajes para hoy. Sin comida y sin agua- ¿Qué había echo Eiji para merecer esto? ¿Por qué seguía allí? Al menos por unos días no estaría encerrado en aquella prisión.


-si señor- pero se lo debía. Tenia que actuar acorde. Aunque tenia muchas ganas de clavarle una de sus agujas en el corazón.


Al siguiente día Eiji llego al palacio, era inmenso, los jardines estaban bien cuidados, las fuentes de agua eran impresionantes y el lujo y la riqueza adornaban cada lugar. Cuando las rejas se abrieron sintió que su corazón se detuvo. ¿Podría fingir bien? ¿Lo descubrirían?¿iría a la cárcel? ¿Lo matarían? Aun no lo sabía. Estaba aterrado y a punto de huir cuando la puerta del carruaje se abrió, revelando así a un hermoso joven, de ojos tan verdes como esmeraldas y un cabello tan rubio como el sol. Podría describirlo como un perfecto amanecer.


-Bienvenido Príncipe Yut. Lo he estado esperando. Quise recibirlo yo mismo ya que al tener pocos días quisiera conocer bien a la persona que desposare- Eiji estaba impactado, fue la primera vez que no tuvo nada para decir, no podía articular palabra.


-es...un placer...soy Eij...digo Yut Lung Lee. Es un placer- debía calmarse o sus nervios lo traicionarían, pero no ayudaba que el joven le besara la mano tan gentilmente.


-lo se- una pequeña risa fue lo que escucho- Por si lo olvidaste yo soy el rey Aslan Callenreese y el placer es todo mío-luego de la presentación formal ambos decidieron dar un paseo por el gran jardín del rey ya que Eiji se sentía sofocado luego de haber viajado tanto.


-y dime ¿Qué es lo que te gusta? ¿Cuales son tus pasiones?- diseñar prendas, coser vestidos, desvelarse, no eran pasatiempos muy agradables.


-Me gusta ver estos paisajes. Me hacen sentir libre- las palabras habían salido solas pero ya no podía revertirlo. Si lo arruinaba Yut lo asesinaría.


-pues a mi igual. El palacio a veces se siente tan pesado...no tengo a nadie con quien compartirlo- aquello lo había tomado por sorpresa. En sus verdes ojos se acumulaba una gran tristeza.


-Pues pronto me tendrás a mí. Aunque te advierto que deberás comer lo que te prepare- Ash estaba tan sorprendido. El chico parecía alguien simple, amable, bondadoso, todo lo contrario a lo que se imagino.


-Tengo sirvientes para eso. Aunque si me intoxicas será tu responsabilidad- aquello fue una conexión instantánea. Los sirvientes del palacio veían a su señor sonriente, feliz, relajado, algo que no pasaba desde que su padre murió, dejándolo solo.


-Pues tendré que cuidarte. No tengo otra opción- Eiji nunca había entablado una conversación tan agradable. Aquel rey era muy amable. Todo lo contrario de lo que Yut le había mencionado.


-No me quejaré- sus manos se entrelazaron con tanta naturalidad, luego de un par de horas, ambos parecían una pareja recién casada. El reino estaba lleno de alegría.


Cuando llego la hora de la cena ambos se encontraban degustando los ricos platillos del palacio. Eiji cuidaba cada acción, cada protocolo, recordaba el absurdo poema que Shorter le había recitado "seria una buena canción" pensó.


-¿En que piensas?- Aslan lo miraba como hipnotizado. No podía apartar la mirada de tan dulce chico.


- ¿Sabes tocar piano?- aquel gran instrumento se encontraba en medio de la sala. Eiji jamás había escuchado música, sin embargo le encantaría.


-Claro que si. Soy el mejor- sin mas el rey se levanto y tomando la mano de su acompañante lo guío hasta aquel armatoste en donde ambos se sentaron.


-¿Sabes algo de música?- Eiji no lo sabia, tenia ganas de ser honesto.


-la verdad es que no. Pero me gustaría aprender- Ash sonrío. Podría lucirse como un buen profesor


-Bien. Lección uno, las manos en las teclas- así pasaron la noche, entre risas, enojos. Todo el mundo había desaparecido. Solo eran ellos dos.


-Gracias por este día. De verdad fue uno de los mejores que tuve desde hace mucho tiempo- el rubio beso la mano del contrario haciendo que este se sonrojara. Estaba tan metido en su fantasía de cuento de hadas que por un momento olvido que hacia allí.


-Gracias a ti Aslan- y bajo la luz de la luna, en aquel gran salón, ambos compartieron un tímido beso, el cual llevarían grabado para siempre en sus memorias. Ash jamás había sentido eso, aquella sensación de querer proteger a alguien, de querer amarlo, de que nunca se vaya. Era la primera vez que una persona le importaba tanto.


Y Eiji sabia que el rubio no lo amaba a el, sino a quien estaba interpretando. Su corazón dolió, porque a pesar de amarlo, tendría que volver a ser el costurero que siempre fue, dejando aquella fantasía de lado. Aunque estaba muy agradecido con el príncipe que le dio aquella oportunidad,


Mientras tanto Yut Lung Lee se encontraba fascinado con su traje. Era la primera vez que hacia algo por el mismo y se sentía orgulloso. Obviamente el seria mejor que Eiji, aunque aquello le costase un par de uñas rotas y algunos cabellos arrancados por el.


-pssss, oye- Aunque se asusto cuando una voz susurrante provenía de la ventana. Con miedo se acerco comprobando luego que era Shorter.


-idiota casi me muero del susto- Sin mas el chico entro. Se encontraba todo polvoriento


- Estuve analizando mucho la mina y hay un mineral extraño. Si entro un poco más profundo hallaré mucho mas de el. Es nuestra salvación. - era un riesgo, la mina podría derrumbarse con el adentro. No lo permitiría, ya encontraría otra forma.


-no lo harás. Si te pierdo yo...- ¿Qué estaba a punto de decir?


-¿Tu?-el acercamiento era peligroso, pero lo estaba disfrutando. Su corazón palpitaba muy rápido.


-yo...- cuando estaba a punto de hacer algo Dino golpeo la puerta, trayéndolos a la realidad


-debo irme al palacio. Prometo que estaré bien Yut, volveré por ti- sin más en medio de la noche el desapareció.


-vaya...los trajes están bien, aunque podrían ser mejores, tu calidad ha bajado Eiji. Puedes salir de aquí- sin mas el chico corrió a beber agua, aquel sustento que le había negado ese viejo calvo. Lo detestaba, ahora se arrepentía de no haber ido el mismo al palacio del rey Aslan.


Los días se transformaron en semanas y cada vez se acercaba mas el día en el que tendría que volver. Eiji no quería aquello. El anhelaba ser feliz junto a Aslan quien en ese momento se encontraba jugando alegremente con un cachorro.


-Ven Eiji. El cachorro y yo requerimos de tu atención- su rubio estaba todo despeinado mientras que el pequeño animal Jugueteaba sobre el.


-de acuerdo- sin mas se sentó al lado de ellos y observo todo el paisaje. Fue un hermoso sueño pero al día siguiente el tenia que regresar.


-¿Qué te tiene tan pensativo? Hace unos días que estas así. Cuéntame, soy todo oídos- ¿Podría quitarse sus dudas fácilmente?


-Ash... ¿Me seguirías amando si descubrieras que soy otra persona?- las lagrimas querían salir, sin embargo no lo permitiría. Era la primera vez que su corazón dolía tanto.


- Que pregunta tonta. Claro que si, vamos a casarnos, vamos a pasar el resto de nuestra vida juntos- sus labios volvieron a sellarse en la frescura del césped mientras el cachorro exigía atención


-yaa buddy, detente- los dos rieron a carcajadas, pero Eiji no noto que Aslan lo estaba mirando con un cariño con el que no miraría a nadie mas. Era su alma gemela.


-Te quiero...te quiero mucho- no pudo evitarlo y se desmorono. Yut Lung Lee tomaría su lugar, lo besaría, lo abrazaría cuando tuviese pesadillas, seria su todo mientras que el seguiría cosiendo telas, confeccionando trajes, con un corazón absolutamente roto.


-oye...ven aquí...- sin mas el rey lo abrazo protectoramente. Siempre lo protegería, siempre estaría a su lado. No podía pedir un esposo mejor que el- yo también te quiero mucho. Te amo futuro esposo mío- aquel cuento de hadas tenia fecha de caducidad.


Yut estaba muy preocupado, paranoico en realidad, ya que desde hace una semana que Shorter no aparecía. ¿Le habría sucedido algo? Claro que si, el jamás lo abandonaría, jamás lo dejaría solo. Su plan había fallado y estaba consciente de eso. Tenia que casarse con aquel Rey.


-Shorter...por favor...solo vuelve...no quiero nada mas...- no podía saber nada, Dino Golzine lo mantenía cautivo, no lo dejaba salir ya que sus trajes no eran lo que el deseaba. Necesitaba tener información de la mina.


Para su suerte, cerca de su ventana, escucho a una pareja hablando, sin embargo aquello solo lo termino de destrozar.


-es increíble que la vieja mina haya colapsado. Si alguien se encontraba allí es imposible que sobreviva. Que lastima, ya nadie podrá encontrar valiosos minerales- no...no...no... no podía estar pasando...su idiota...no quería creer que estuviese muerto.


-vuelve...vuelve por favor...- no pudo contener mas el llanto. Ellos estuvieron juntos desde niños, desde aquel día en el que el lo salvo de la miseria. El chico le había prometido que siempre lo protegería, que lo cuidaría, aquello no podía ser verdad. Se negaba a creerlo.


Al siguiente día Eiji ya tenia sus cosas preparadas, era hora, su cuento de hadas acabo, la realidad volvía a hacerse presente. Tendría que volver.


-Adiós rey Aslan. Supongo que nos veremos en la boda- quería sonreír sin embargo no lo lograba. Solo lágrimas saldrían.


-Adiós príncipe Yut. Su compañía fue hermosa. Y si...nos veremos en nuestra hermosa boda- sin más el tomo su mano y en ella coloco un fino anillo. Era la joya más bonita que había visto.


-nunca te lo quites. Hasta que nos veamos. Es una promesa- un beso sello aquel pacto, una mirada lo fijo, y una farsa la rompió.


-Hasta pronto Ash. Nunca me lo quitare. Lo tendré por siempre- sin mas el carruaje partió, dejando el corazón del rubio vacío. Estaba seguro de su boda y de pasar el resto de su vida con el.


Cuando Eiji regreso pudo escabullirse perfectamente hasta su hogar, en donde se encontraba un depresivo Yut quien cosía como si no tuviera nada mas que hacer.


-oye... ya estoy aquí. Debes irte antes de que noten mi ausencia- a pesar de todo el azabache se encontraba feliz. Conservaría ese anillo por siempre y guardaría en sus memorias los hermosos momentos vividos con el rey.


-¡Eiji! Lo siento...te fallé...no encontré una manera de solucionar esto y....Shorter esta muerto- no podía lo, aquel chico alegre, de cabello colorido ¿Muerto?


-pero...el estaba contigo...como...-sin mas Yut tomó la ropa de Eiji y viceversa.


-la mina se derrumbo. Es imposible que ese idiota haya sobrevivido. Ahora es mi deber como soberano pensar en las necesidades del reino. Gracias por darme un poco de tiempo Eiji...-sin mas en medio de la noche el volvió a su palacio, a su cárcel, con la diferencia de que el amor de su vida no estaría a su lado. Ya no podía estarlo.


-por fin te quitaste esa peluca ridícula. Ahora...mejoraste mucho es verdad, pero ¡Aun siguen habiendo fallas! Concéntrate o tendrás que estar aquí ¡Por el resto de tu vida!- de verdad no había extrañado para nada a ese sujeto, pero al menos tenia algo que hacer para distraer a su corazón que anhelaba seguir entre los brazos calidos del rubio.


El día de la boda llego, el evento se realizaría en el castillo real. Todos estaban muy atareados, sin embargo Yut jamás volvió a ser el mismo príncipe que era.


-cariño ¿Que ocurre? Te ves tan infeliz....se que la partida de Shorter fue temprana pero...debes poner una gran sonrisa y salir allí. El reino te necesita, todos confiamos en ti- su madre eran tan gentil pero a la vez tan ciega. ¿Cómo no veía su dolor?


-lo se... solo...déjame prepararme mentalmente para lo que estoy a punto de hacer- cuando se vio en el espejo el no se reconoció. Aquel chico... ¿Quién era?


-por cierto...el rey Aslan dijo que quiere hablar contigo. Lo haré pasar- a la habitación entro un chico joven de cabello rubio y ojos verdes. Le hubiese parecido atractivo en un comienzo, sin embargo su corazón aun lloraba a Shorter.


-¿Estas listo? Porque yo si. No pude dormir pensando en esto- que cursi era. No le agradaba, sin embargo si seria el tipo perfecto para Eiji. Tenia que liberarlo de aquella prisión, con el dinero lo haría, le daría una vida mejor.


-Estoy listo. Hagámoslo- a Ash le pareció muy extraño no encontrar esa mirada dulce que había visto en aquellas semanas. Otra cosa que le pareció extraña fue no sentirse nervioso a su lado ni ver el anillo que el le había regalado. Quizás lo había perdido, quizás lo guardo, pero sentía que algo que no encajaba en aquella historia. Tal vez solo era su imaginación se dijo a si mismo.


La música sonó, los invitados se pararon, frente a el se encontraba el esposo ideal, todo como un cuento de hadas, simplemente que no era su cuento de hadas.


El camino hasta el altar fue largo, sentía las miradas de todos, la de su madre, la del rey, pero solo había una mirada que lo hacia sentir seguro, una mirada que lo hacia sentirse mejor, sin embargo nunca mas la tendría.


-Príncipe Yut, estas muy hermoso- seguiría fingiendo, seguiría aparentando.


-usted igual rey Aslan- su actuación era digna de admirar. Todos prestaban atención a las palabras de la autoridad que los unía. Todos excepto los novios quienes parecían no estar conectados para nada. El rubio seguía sin sentir lo mismo que el le provoco aquellos días hermosos. ¿Qué era lo que le ocurría?


-si alguien no desea que esta boda se realice, que hable ahora o calle para siempre- aquella frase no lo salvaría, nadie se opondría a esa unión que luego seria una tortura.


-YO ME OPONGO- ¿Estaba viendo bien? ¿Su vista no le jugaba una mala pasada? Aquel era Shorter, su Shorter.


Sus pies no lo pensaron, su cerebro dio la orden, su corazón exploto de alegría. Sin poder contenerse el corrió hasta aquel chico y lo beso apasionadamente, dejando a todos sorprendidos.


-¿Te ibas a casar y no conmigo?- sus ojos se llenaron de lagrimas. El si que era un idiota


- ¿Dónde mierda estuviste? La mina se derrumbo... ¡Creí que estabas muerto! ¡Idiota!- nadie podía acercarse a ellos, nadie lo deseaba. Sentían que si lo hacían la víbora los destrozaría.


-pues...si se derrumbo y yo quede atrapado .Sin embargo al estar tantos días allí encontré muchas piedras preciosas que podemos utilizar. Ya no debes casarte, el reino esta salvado- Por primera vez en la vida Yut no supo que decir. Estaba feliz, muy feliz, pero al mismo tiempo detestaba a aquel sujeto por hacerlo sufrir tanto.


-¿Es cierto eso Shorter? ¿Estamos a salvo?-la reina sonreía de par en par. Aquel chico era como un hijo adoptivo para ella y que este vivo le alegraba el corazón, pero más por su hijo.


-si Reina mía. Esta boda no debe realizarse porque...yo quiero casarme con el- Aslan no podía entender nada...el le había dicho que lo amaba, el paso sus mejores días con el príncipe...y ahora...se enteraba que este amaba a alguien mas. Que idiota se sintió.


- y yo quiero casarme con este idiota que tiene una cresta de gallina y huele a lavandas- no iba a despegarse de el, no lo haría.


-pues...de acuerdo. Esta unión se realizara...pero antes...debes disculparte con el rey- Yut tenia que decirle la verdad. Si el amaba a Eiji y Eiji a el ambos tenían que estar juntos.


-Rey Aslan...-le daba vergüenza contarle su plan, sin embargo era necesario


-no te entiendo Yut. Primero dices que me amas, llorabas porque nos íbamos a separar, pasamos días increíbles, nos contamos cosas que no le diríamos a nadie y ahora...es que no logro comprenderte.¿Donde esta en anillo que prometiste nunca quitarte?- que confundido estaba.


-digamos...que la persona que fue a tu palacio no era yo. Debía ganar tiempo por lo que en mi visita al pueblo halle a una persona que era igual a mí. Es el a quien buscas. Su nombre es Eiji Okumura y trabaja en el emporio de Dino Golzine. Tienes que rescatarlo de allí. Si ves su mano...encontraras el anillo que buscas- ahora las cosas cobraban sentido. Eiji....su nombre era igual de dulce que el. Debía ir a comprobar lo que el príncipe le decía. No sonaba tan descabellado después de todo.


-si me disculpan...debo irme- y sin mas el rubio partió hacia el lugar que le habían dicho. El pueblo estaba anonadado al ver semejante belleza caminar por las calles.


-bienvenido al paraíso de los trajes de diseñador. ¿Qué esta buscando precisamente?- aquel hombre tenia dinero. Lo sabía por su ropa tan fina.


-busco a...Eiji Okumura- ¿Qué quería con su empleado?


-el...lamentablemente no se encuentra aquí. Vuelva mas tarde- nadie le arrebataría a su fuente de dinero, aunque no contaba con que Eiji estuviese cerca de allí.


- ¿Aslan?- no podía creerlo... ¿Qué hacia el rey allí?¿No debería estar casándose?


-Eiji...-instantáneamente el vio su mano y confirmo que el anillo que le había dado seguía allí. Jamás se lo quito y eso lo hizo inmensamente feliz.


-¿Qué hace un rey como usted aquí?- no quería hacerse ilusiones.


-pues...alguien me dijo que tu habías ido a mi palacio y...aun sigo queriéndome casar con esa persona- las lagrimas que salieron del rostro de Eiji reflejaban el amor puro que el azabache sentía por el contrario.


-si me amas como soy...un simple costurero que te ama...entonces creo que no habrá problema- Ash se sentía muy feliz. El si era la persona a la que buscaba, su corazón y mente estaban en un solo lugar: en Eiji.


-pues vámonos de aquí. Recorramos el mundo, seamos felices- sin mas tomo su delicada mano y poso un beso sobre ella


-no tan rápido ¡Aun me debes mucho dinero Eiji!- luego de decir aquello el rey dejo en sus manos un colgante de oro que en el medio tenia una esmeralda.


-considere eso su paga. El a partir de ahora ya no le pertenece- sin mas tomo a Eiji en sus brazos y ambos se marcharon de allí, desde ahora, harían su camino juntos, nunca mas se separarían.


-Te amo Ash...- la sonrisa que compartieron fue única


-y yo a ti...Eiji...tengo que reconocer que ese nombre te queda mejor. Es dulce...igual que tu- el beso que compartieron fue mágico


-lo se, Ahora que vivirás conmigo comerás mejor. Te haré comida saludable- las charlas que compartieron eran agradables.


- mejor le dejo eso a los sirvientes. Tu me mataras- una bella historia de amor que inicio con un engaño termino con un final feliz.


El reino de Yut Lung Lee prospero rápidamente. La mina se reactivo por lo que muchas personas volvieron a tener empleos. La economía se encontraba estable, todo iba perfectamente en marcha.


El emporio de Dino Golzine fue clausurado ya que luego de la partida de Eiji Dino contrato más empleados y los mantenía como esclavos, cosa que no paso desapercibida por el rey quien mando a cerrar aquel lugar y a encarcelar a su dueño.


Shorter como rey era un gran líder. Gobernaba a todos con sabiduría y justicia ya que el sabia lo que era tener necesidades. También fue un buen esposo ya que siempre consentía a su preciado Yut quien también aprendió a gobernar con sabiduría. Ellos hacían la pareja perfecta y todos lo sabían.


Por otro lado Eiji y Ash luego de viajar volvieron al reino. Ambos gobernantes eran amables y bondadosos, Eiji le enseño a Ash a escuchar mejor a sus súbditos y todos amaban al azabache ya que gracias a el, el terco y testarudo rubio ahora era mejor.


Aquel encuentro en el pueblo definitivamente había cambiado la vida de ambos chicos, quienes por fin habían hallado su libertad. 


 


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