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El Reino De un Dios por Natsy

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A pesar de estar en el bosque, el día era caluroso, una joven rubia caminaba entre los árboles, sus pasos eran algo torpes debido al balde de madera que le estorbaba el paso. tenía que llenarlo con el agua del río, para después depositarlo en un contenedor mucho más grande y volver ha repetir la tarea.

Era un trabajo muy pesado que tomaba varias horas realizar, sin mencionar que ineficiente, ya habían sido varias veces las que le obligaban a hacer ese trabajo a mitad de la noche para asegurarse que sus clientes contarán con agua. Pero Gabriel nunca pagaría por un sistema de suministro de agua, sin importar cuánto ganara el negocio. Aun así, prefería ese trabajo que atender a los bárbaros que tenían de clientes.

Una vez que la joven llegó al río colocar el balde en este, todo parecía normal, hasta que se percató de un tono rojizo en vital líquido, al mirar más arriba se sorprendió al encontrándose con un cuerpo estático, asustada retrocedió, no sería la primera vez que encontraba un cadáver y mucho menos el ultimo, pero aun así, su estómago no estaba hecho para eso.

Miró el cuerpo un rato, preguntándose ¿cómo había terminado de esa forma?, no importaba realmente la razón, tal vez aquel hombre prefería la muerte antes de soportar todas las atrocidades que se vivían en ese lugar. Por otra parte, ella no podía dejarlo asi. Después de todo era humano y tenía derecho a ser enterrado.

Con paso lento se acercó al cuerpo. Su piel acanelada estaba pálida y enmarcada por su cabello dorado como los rayos del sol, su ropa sucia y oscura ceñida a su cuerpo masculino, tenía una gran herida en el pecho. la joven abrió grande los ojos cuando se percató de su respiración, apenas era perceptible, pero respiraba. Miró en todas direcciones en señal de alguien.

Nada

La joven miró el cuerpo de aquella persona, sin estar segura de que hacer.

/////

Abrió los ojos abruptamente, encontrándose con un techo que no conocía, un punzante dolor en el pecho fue la señal que necesitaba para saber que seguía vivo. se llevó la mano al zona afectada percatandose de la venda que tenía. los recuerdos confusos en su mente revoloteaban sin llegar a algo claro, despacio fue incorporándose. tratando de regularizar su respiración.

Era una habitación de madera apenas suficiente para una persona. En él contaba con el futón y un par de prendas colgadas en una de las paredes.

-¿enserio estas loca? - escucho y miro hacia la única puerta corrediza del cuarto, de donde dedujo que venía el olor a quemado.

-entiéndeme - dijo una segunda voz, ambas como un susurro apenas perceptibles -el hubiera muerto si lo dejaba ahí - poco a poco fui acercándome a la puerta.

-lo se, pero han pasado 3 días y no despierta, además que este en mi cuarto es algo - respondió.

- nadie se atrevería a molestarte o entrar, es el lugar mas seguro después del cuarto de Gabriel - se justificó - Además, no podemos echarlo -

-lo se pero... - respondió la segunda, había una pequeña abertura donde podía ver dos sombras y el diminuto fuego en el centro - pero si Gabriel nos descubre.... - la figura se movió rápido y abrió la puerta, encontrándose con unos ojos aquas que la miraban fijamente, con el ceño fruncido, su rostro era tan pálido como la leche y su cabello rojo estaba sujeto en una trenza. no aparentaba tener más de 15. Tenía una camiseta pegada al cuerpo con un pantalón de cuero viejo.

- despertaste - sus ojos están clavados en mí, - no es correcto espiar - dijo firme. La actitud de la joven pelirroja le sorprendió, ninguna mujer le había hablado de esa forma en toda su vida, y bueno tampoco es que haya visto a muchas mujeres vistiendo tan varonil.

-yo... -

-Kushina - una chica un poco más baja que ella de piel lechosa y cabello rubio la sujetó del brazo - discúlpala ¿Cómo te encuentras? - los ojos del rubio se quedaron perplejos al mirarla, sus facciones eran delicadas y finas, su ropa era vieja y estaba sucia, pero aun así, la joven era hermosa - no solemos tener visitas .... -

el sonido de una cerradura los distrajo, la pelirroja gruño y de un empujón lo metió de vuelta al cuarto, antes de protestar la rubia entró también y le cubrió la boca mientras la pelirroja cerraba la puerta. por el rabillo del ojo el rubio se dio cuenta del nerviosismo de la joven y lo tenso de su cuerpo.

-Es hora - escucho la voz rasposa al otro lado del cuarto. la joven accedió, camino con un paso firme - sorprendelos - se escuchó un golpe y un gruñido desde el otro lado. El rubio se percató que esa acción era inapropiada y se sorprendió al ver que la pelirroja no dijo nada. Luego la puerta se cerró., el cuerpo tenso de la joven se relajó y bajo su mano.

-estuvo cerca - el rubio la miro cuestionando

-¿qué está pasando? - la mirada cobre se encontró

- disculpa, - dijo con una sonrisa triste - pero si Gabriel se da cuenta que estás aquí no será bueno - ella le ayudó a moverse.

-ese tipo - dijo moviendo su cabeza, la joven asintió. para después ayudarlo a volver a donde estaba recostado. (aunque no había mucha distancia)

-no estás del todo seguro, pero por el momento pues descansar - dijo mientras le ayudaba a acomodarse, - puedes irte cuando tus heridas estén un poco mejor -

-gracias - dijo con sinceridad, sin terminar de entender los actos de las jóvenes, ella sonrió.

-es lo minimo que puedo hacer por otros - el no termino de entender a lo que se refería - tengo que irme, pero volveré más tarde - dijo levantándose dispuesta a salir - soy Karura por cierto -

-yo soy Minato -

/////

Minato.

Apenas esa joven rubia se fue me puse a explorar lo que era la habitación (lo cual no era mucho) Una cama apenas suficiente para una persona y un mueble de madera era todo, era separada por la puerta corrediza que llevaba a la única salida del cuarto. El baño estaba al costado de la entrada, era pequeño, pero muy bien acomodado y organizado, también tenía botiquín con algunas medicinas. Nada de lujos solo lo esencial.

Pero nada que había aquí me daba una pista de mi ubicación. Bueno por el momento parecía que estaba a salvo. Revisé mi herida, la curación estaba muy bien hecha por lo que decidí no manipularla.

No sé en qué momento me quedé dormido, pero me despertó las cientos de maldiciones de Kushina (según había dicho Karura) exclamaba.

-¿quédate quieta? - la voz de la rubia sergio.

kus - Maldición, esos tipos eran unos salvajes -

kar - Bueno aun así los derrotaste - Abrí la puerta corrediza. La pelirroja estaba sentada en el suelo mientras que Karura trataba su brazo. la sangre corría por la manga de su camisa. La rubia abrió grande los ojos - disculpa, ¿te despertamos? -

Mi - eh ... - No lo entendía, ella estaba herida y se preocupaba por despertarme - no - respondió, Kushina me miro desafiante.

Kus - ¿entonces qué haces aquí? - afilo su mirada - deberías concentrarte en descansar.

Mi - Bueno, pensé que no te gustaban los espías - me pase la mano por el cabello. Ella chasqueó la lengua desaprobatoriamente - por otra parte - mire fijamente el brazo de la joven, parecía una cortada algo profunda - ¿que te ha ocurrido? - ella miró su brazo antes de mirarme nuevamente.

Kus - no es nada serio - dijo y cerró los ojos - solo un gaje del oficio - me sorprendió su respuesta, era definitivamente una herida provocada por algún objeto punzante.

Mi - ¿como puede ser solo.... -

Kus - de cualquier manera - me dedico una mirada fría - deberías preocuparte mas por ti, tomando en cuenta en donde estamos -

kar - shhh - Karura se pego un poco mas a la pelirroja, dedicándole una mirada desaprobatorio, ella se encogió de hombros quitándole importancia.

kus - de todas formas se enterara tarde o temprano -

Mi - ¿Qué quieres decir? - la chica de dorados cabellos me miró un poco preocupada.

Kar - no queremos ocultarlo, es solo... - desvió la mirada y se puso un poco nerviosa- no queríamos que te preocuparas .... después de todo estás herido así que... -

kus - en pocas palabras - la interrumpió - estás en el valle del fin -

Ahora Sasuke

Me dolía la cabeza, esa fue la primera sensación que tuve cuando desperté. Maldije por lo bajo, no sabía qué le pasaba a ese tipo de la máscara. Lo último que recordaba fue una explocion. Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Naruto.

Mire de nuevo y me encontré con el rubio recostado contra la pared de la cueva, sentí un gran alivio al verlo hay. Me acerque, pero tan pronto lo hice me sobresalte. La temperatura de su cuerpo, era terriblemente alta, casi como si cuerpo estuviera envuelto en llamas. Sentí que mi corazón se detuvo un segundo.

Sas - Maldición - mire el rostro del rubio - Ni creas que te dejará escapar tan fácilmente - tenía que bajarle la temperatura rápido, o si no.. 

 

Notas finales:

Hasta aqui el cap de hoy, espero que les haya gustado. Se que me tardo mucho en actualizar, pero realmente los tiempos que tengo no me alcanzan para poder escribir mas, aun asi espero que les haya gustado el cap. 

espero poder leernos proto. 


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