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Acepta el pasado, vive el presente por LeanaB

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Notas del fanfic:

Este pequeño Oneshot es lo primero que escribo en mucho, mucho tiempo. Aún no recupero el ritmo, así que me hago responsable por los posibles errores en el texto o la personalidad de los personajes.

Este trabajo va completamente dedicado a Dra-chan. Fue escrito por y para ella.

Nena, con todo lo que estuvimos fangirleando en la maratón de Boku no Hero que nos dimos, ya no puedo sacarme a estos dos de la cabeza y el corazón. ¡Los amo! Y más a ti por ser tan genialosa, es que me impresiona nuestra coordinación al fangirlear. Eres la mejor~

Así que como es lo primero que escribo de ellos, obvio te va dedicado con todo mi amorsh. Sé que es cortito, pero es que no podía quedarme quieta con tu cumpleaños y menos después de shippear KatsuDeku tan intensamente. Lamento la tardanza, el plan era dártelo como regalo de cumpleaños, pero sigue siendo todo para ti.

¡Feliz cumpleaños, bella!

Acepta el pasado, vive el presente

.

 

Esa noche era especialmente calurosa, Bakugou sentía la humedad del sudor cubrir su piel mientras deslizaba las manos por el torso de Midoriya, que soltó un jadeo suave ante el tacto.

No se habían visto desde hacía tres días y realmente el rubio estaba en su límite. Así que sus ansiosos dedos pronto quitaron ese holgado pantalón y lo lanzó a un lado, para apoyarse con una mano sobre el colchón y con la otra sentir la dureza que comenzaba a formarse bajo el bóxer de Izuku.

Alzó los ojos y notó que Midoriya miraba hacia arriba, pero cuando se sintió observado, devolvió la mirada sonriendo tímido, alzando las manos para alzarse y besarlo. Bakugou sólo le permitió el toque de labios, antes de alzar la barbilla para que el otro se alejara dejándose caer sobre el colchón.

—De verdad que eres un maldito nerd, en toda la extensión de la palabra —dijo conteniendo un suspiro—. ¿Cómo es posible que estés pensando en otra cosa en una situación como ésta? Yo soy todo lo que debería estar ocupando tu mente en estos momentos —ladró antes de subir la mano por su abdomen, sintiendo esos músculos firmes vibrar bajo su palma.

—Kacchan…

—Dime qué mierda te molesta, para que pueda follarte de una jodida vez.

Midoriya bajó la mirada, su semblante se ensombreció levemente y Bakugou chasqueó la lengua. A veces pensaba que quizás Midoriya nunca dejaría de temer a decirle lo que sentía, ya eran pareja, no encontraba motivo para que siguiera comportándose como antes. Esos días de escuela habían quedado en el pasado.

Tomó la mano del pecoso y lo alzó, quedando él de rodillas en la cama y Midoriya sentado. No dijo nada más, esperando a que el chico por fin hablara.

—Es que… saliste por tercer año consecutivo el primero en el ranking de “Héroes que parecen villanos” —explicó Midoriya, desviando la mirada y llevándose la mano a la boca—. Bueno, no me sorprende, la verdad es que tu expresión es agresiva y gritas todo el tiempo, sin mencionar lo vulgar de tu vocabulario.

—¡¿Acaso quieres morir?! —lo interrumpió Bakugou con una sonrisa tensa mientras pequeñas explosiones chirriaban en sus palmas.

—¡Espera, voy al punto! Lo siento —respondió alzando las manos en son de paz, sabiendo que se había dejado llevar por sus divagaciones—. No pude evitar pensar que la gente a veces juzga sin conocer, como La Liga de Villanos en ese entonces.

La voz de Midoriya fue disminuyendo y Bakugou realmente estaba perdido de hacia dónde quería llegar con el tema. Ya habían hablado de ese asunto un día que Midoriya le preguntó si estar en ese ranking le molestaba, pero la verdad era que no. Que la gente se sintiera libre de opinar sobre él, era algo que conllevaba ser un héroe. Además, él estaba orgulloso de que a pesar de su actitud del pasado y su carácter explosivo, había logrado llegar a la cima.

Junto a Midoriya, sí. Los habían apodado como el Wonder Dúo.

—Mi mente comenzó a divagar…

—Como siempre —lo interrumpió Bakugou.

—Y no pude evitar recordar el día en que te secuestraron —continuó hablando, su voz temblaba levemente, como siempre que tocaba ese tema—. No quisiste que te siguiera, a pesar de que estabas a solo unos centímetros de mí, ¿de verdad era tan terrible la idea de que yo te salvara?

Bakugou abrió los ojos muy grandes, estaba sorprendido por esa pregunta. Cuando comenzaron a salir, él sabía que debía trabajar bastante para remediar la actitud de mierda que tuvo en el pasado. No era por disculparse, finalmente, él era muy joven en ese entonces y todos sus sentimientos lo asustaban, era lógico que fuese agresivo. Pero tampoco se sentía orgulloso de su comportamiento.

Después de su pelea en UA y que le contaran el secreto de All Might, se dio cuenta de lo que significaban sus sentimientos hacia Midoriya y todo había avanzado con naturalidad. Lo apoyó en su entrenamiento y se fueron a vivir juntos cuando se graduaron, no tardaron en formalizar su relación después de eso.

Siempre estaba cuidado de él, porque lo amaba y porque no podría disfrutar volverse el Número Uno si Midoriya no estaba ahí para derrotarlo, algún día. Creyó que Izuku ya había entendido que el pasado, era eso, pasado, y su presente era muy diferente. Que todo en Katsuki había evolucionado, había cambiado. No quería que se siguiera aferrando a sus días de secundaria.

—Así era, Deku, para mí era imposible concebir la idea de que tú, un sin quirk, quién no tenía nada especial, salvara a alguien fuerte como yo —dijo Bakugou soltando una risa nasal, era tan ingenuo en ese entonces, que hasta le hacía gracia—. Pero en ese momento precisamente, no fue eso lo que sentí.

Midoriya frunció el ceño y lo miró con intriga, algo confundido. Pero ya estaba hecho, Bakugou iba a sincerarse.

—Tenías ambos brazos destrozados, ¡esas miserables vendas improvisadas te hacían ver peor! —Exclamó peinándose el cabello, recordando lo herido que estaba el pecoso en aquel momento—. Yo no quería que te arriesgaras, sólo podía pensar en lo destrozado que estabas y que si me seguías, no ibas a sobrevivir.

Bakugou se inclinó para juntar su frente con la del más bajo, fijando sus ojos en esas enormes orbes de color verde. Le encantaban.

—Esa fue la primera vez que sentí esa preocupación, que fui consciente de que era real el hecho de que pudiera perderte y, Deku, yo nunca pierdo.

Entonces lo besó. Lento pero profundo, tomándose con calma cada succión de esos labios. Midoriya soltó un suspiro complacido y el rubio lo aprovechó para meter su lengua y enroscarla en la punta de la contraria, luego siguió entrando, frotando su paladar y sintiendo sus dientes. Quería tocar toda su boca a conciencia.

Bakugou se alejó dándole un mordisco juguetón a su labio inferior, alzando el brazo derecho de Midoriya y deslizando sus labios por la cicatriz que cubría la parte superior de este. Sentía los relieves bajo sus labios por la acelerada cicatrización que Recovery Girl había forzado en esa herida.

Lo hizo con apremio, porque sabía que esa cicatriz había sido el precio que había pagado Midoriya por salvar a Kota.

—Escúchame, maldito nerd. No quiero que te vayas a ningún lugar al que no pueda seguirte.

—Ésa es mi línea, Kacchan.

El rubio no pudo evitar sonreír de medio lado, complacido. Era muy consciente de que para Midoriya, él era lo más importante. Claro, después de su sueño de ser el mejor héroe. Pero esa meta era mutua, así que no podía sentirse desplazado.

Pasó la lengua entre esos dedos cuando su recorrido llegó hasta la palma y el pecoso jadeó ante las cosquillas.

—Sé que compartimos un pasado, pero ya no te aferres a él —medio ordenó. Porque de verdad le frustraba que Midoriya siguiera dándole vueltas a cosas que, se suponía, habían dejado atrás—. Sólo entorpeces el futuro que estamos construyendo, idiota.

Midoriya no pudo contener el sonrojo que abatió su rostro. Sintió como su corazón se saltó un latido ante las palabras de Bakugou. Él era muy consciente y aceptaba que el rubio no fuese muy elocuente al expresarse, en realidad siempre tenía que orillarlo a hablar, porque sabía que Katsuki prefería expresarlo todo con sus acciones, con el cuerpo, pero a veces necesitaba escucharlo.

Alzó las manos y tomó el rostro de Bakugou para besarlo con delicadeza, toque que pronto el rubio transformó en un beso demandante.

Pocas veces Midoriya era el que tomaba la iniciativa, pero las palabras de Katsuki habían encendido las ansias en él. Así que se sentó a horcajadas sobre él y le quitó la playera de color negro.

—Entonces vamos a hacerlo correctamente, Kacchan —dijo lanzando la prenda al suelo, deleitándose con esa mirada de sorpresa y la sonrisa complacida que le siguió, avivando su deseo por ser él quién lo hiciera sentir bien—. Te amo.

Bakugou lo abrazó por la cintura y con un gruñido acudió su boca, mordiendo para desquitarse, porque Midoriya se había visto demasiado tranquilo mientras soltaba una frase como esa. Aún no se acostumbraba del todo a escuchar esa declaración.

De todos modos se dejó hacer, con las manos de Midoriya empujándolo hacia abajo para que se recostara mientras movía sus caderas suavemente, sentado sobre sus caderas.

Si se iba a ganar un Deku tan atrevido, bien valía la pena ser más comunicativo de ahora en adelante.  

Notas finales:

Obviamente la inspiración salió de nuestra conversación sobre las teorías del porqué Kacchan había detenido a Deku en aquel momento. Me dejaste muy intrigada cuando me hablaste sobre aquello, así que debía sacarlo de mi sistema. SEAMAN.

Nena, mis mejores deseos. Espero que sigamos fangirleando muchos años más y que llenemos el mundo de KatsuDeku y todas nuestras shipps. Feliz cumpleaños.

Besos de gato~


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