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Distrust por candy11

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Notas del fanfic:

*Uso de lenguaje obceno

Caliente, tembloroso, ansioso. Si hubiera una forma con la que se tuviera que describir en aquellas circunstancias, bien podría ser con aquellas tres palabras. Y no sabía si estar orgulloso de ello.
Sus rodillas se sentían adoloridas pero había dejado de darle importancia en el momento en que el vibrador en su interior demandaba toda su atención. Su cuerpo entero se retorcía en espasmos a medida en que éste ganaba velocidad y, de no haber sido por la borla que traía metida entre los labios, muy probablemente se encontraría gimiendo como una perra en celo.
Trastabilló sobre la alfombra, escuchando las risitas de su "amo" en tanto él se acercó a sus rodillas. No podía ver nada, pero sentía perfectamente la mano del contrario acariciando su mejilla, así como la tela del pantalón a centímetros de su barbilla. Aquella mano que le sostenía pasó a su nuca, desabrochándole la mordaza de sus labios.   Dean agachó la cabeza, consciente como estaba que un hilo de saliva había descendido de su boca junto con la borla. Y era asqueroso, y humillante su situación, pero aún le quedaba algo de dignidad.
O bueno, eso le gustaba pensar. En el momento en que la mano del contrario tomó su barbilla, haciendo que levantara la cabeza. - ¿Tienes algo qué decir? - Le preguntó con desinterés.

Y él había abierto los labios, habría dicho algo de no ser por el vibrador que de pronto hacía movimientos más bruscos, haciéndole encogerse y soltar un quejido, que en el otro provocó otra carcajada.
-¿Quieres quitarlo? - Asintió, buscando bajar la cabeza de nuevo. Sus rodillas chocaban la una con la otra gracias a esos espasmos. Sabía que si abría la boca la orda de gemidos que estaba reprimiendo saldría a borbotones.
Sintió un tirón de cabello, con la suficiente fuerza para hacerlo avanzar más. Sintiendo su barbilla chocar con algo que, no veía, pero no necesitaba más allá de la imaginación para saber de qué se trataba. - P-por favor... - Su voz era más un jadeo que otra cosa. Un poco más y se vendría, y no, no quería hacerlo así, no de esa manera. -¿No aguantas más? - Negó con la cabeza, casi compulsivamente. Pero podía sentir cómo el contrario le introducía su miembro en la boca. - Vas a tener que hacer méritos para eso...   Como pudo se acomodó mejor, dirigiendo su mano a aquella extensión, manipulándola antes de continuar. Era grande, pasó su lengua ávidamente desde el glande hasta el largo del pene, una y otra vez, metiéndola por momentos en su boca para no asfixiarse. Más la mano que sostenía su cabello era impaciente, así como su dolorida entrada a medida en que los minutos pasaban.

El chico en el sofá había suspirado, dando por finalizado el juego previo con el pitido del control que manejaba aquel vibrador, haciendole subir a sus piernas. Todo su cuerpo se sintió desfallecer en el momento en que, de un tirón, el grueso vibrador salía de su interior, haciéndole gritar por lo brusco del tirón.
Un quejido había salido de sus labios, la posición anterior y lo prolongado que estuvo de esa manera, estaban cobrándole factura en ese momento. - Hazlo tú - Le ordenó, a lo que asintió, buscando a ciegas el miembro ahora erecto del contrario para alinearlo con su entrada. Dolía, pero era menos que lo que había experimentado cuando el vibrador había invadido su interior. Esta vez era más... llevadero.
De haber sido por él, esperaría aún así a acostumbrarse a la nueva intromisión, pero el otro era demandante, impaciente, y Dean era constiente que si no cumplía con sus expectativas aquel encuentro sería peor. Por lo que empezó a subir y bajar, dejando que su mente se desconectara en las sensaciones de su cuerpo y sus labios dejaran salir un largo jadea a medida en que sentía propio organismo encogerse, envolviendo el miembro del chico. Entraba y salía, una y otra vez.

En una de esas, pudo escuchar al otro jadear también, mientras sus manos atrapaban las caderas de Dean para controlar sus movimientos, apretándole de paso. Gimió, en el momento en que el miembro del otro salió casi por completo de él, para, con una sola estocada, volviera de una asestada. - ¿Así es como te gusta, perra? - Era el apodo menos agresivo que tenía para él, siguió escuchando sus comentarios, como era costumbre, estos aparecían con más frecuencia cuando el otro estaba en su punto. Y Dean gemía, aunque eran escasas las atenciones, su interior, constantemente asediado, estaba ya por explotar.

Un gritito salió de sí junto con el chorro de semen, más el contrario siguió manipulándole hasta que, de igual forma, sintió que su cuerpo se inundaba de aquel cálido líquido.

Respiraciones aceleradas, sudor, y una maldita pulsación que, estaba seguro, no iba a abandonarle en lo que iba de la semana era todo lo que podía percibir en aquella habitación. Le habría gustado que Hunter le besara, que algo de atención fuese brindada después de las increíbles rondas de sexo que acababan de tener. Pero eso nunca pasaba. Un "ya puedes quitarte la venda" fue apenas pronunciado por aquella voz, a la vez que de un movimiento se lo sacaba de encima.
-¿Ya te vas? - Parpadeó un par de veces para ir asimilando la luz de nuevo, viéndole acomodándose de nueva cuenta el pantalón, para después hacer lo propio con su camisa.   Hunter se encogió de hombros, sonriendo con un deje de sarcasmo. - ¿Qué? ¿Tenía que quedarme a cenar? - Se sintió algo incómodo. Mientras él se acomodaba como si nada su ropa, Dean tenía que plantearse muy bien la posibilidad de levantarse para vestirse de nuevo. Estaba desnudo, empapado en semen y sudor, Hunter apenas y parecía estar agitado. Tragó saliva - No, claro que no - respondió.   -Bien - Se puso a jugar con sus manos para ya no mirarle, escuchó sus pasos ir al recibidor por sus cosas, cambiarse de zapatos, y más tarde, salir por la puerta así como así.   Hunter se había ido.
Como cada vez que esos encuentros terminaban.
Ya debería estar acostumbrado. Pero entonces, ¿por qué aun cuando siempre se encontraba ansioso por otro encuentro, terminaba sintiéndose tan roto?

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