Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Boku no Drabbles por Dra-chan

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Soñaba con poder escribir de esta pareja, se siente muy bonito al fin poder hacerlo aunque sea algo chiquito.

1


Para Todoroki, Iida es una persona muy extraña en general. Habla y se expresa de una forma muy peculiar. Parece demasiado entusiasta para la imagen tan recta que quiere mostrar. En un principio no se le ocurrió ni por un segundo involucrarse con él. Con nadie, en realidad. Sin embargo, después del incidente de Hosu… No, desde un poco antes en realidad, le puso un poco más de atención. Primero preocupado por su comportamiento por el incidente con su hermano. Después por descubrir todos los lados que tenía por mostrar. Iida es honesto, parece no ser capaz de mentir y eso le agrada porque Shoto no se ve capaz tampoco de mentir. Quizás es por eso que aprecia tanto la amistad que pudo formar con Midoriya e Iida. Los dos son demasiado honestos y bien intencionados. Midoriya esconde muchas cosas, eso cualquiera con medio cerebro lo puede notar, pero no es lo mismo que mentir. Pero hay una afinidad diferente que puede sentir con Iida que le llama a ponerle más atención, a apreciar los pequeños detalles.


Por eso nota de inmediato el cambio de actitud que tiene de un día para otro. Parece evitar el contacto visual y los toques casuales, tartamudea un poco si debe hablar directamente con Todoroki y en las raras ocasiones que sus manos se llegan a tocar por casualidad, las siente frías como témpanos de hielos, y Shoto sabe de cosas frías, pero a pesar de notar su raro comportamiento no puede identificar a qué se debe, Todoroki no ha pasado el suficiente tiempo con otra gente como para poder identificar sus intenciones a menos que sean muy claras, como la clara hostilidad de Bakugo.


—¿Crees que Iida me detesta? —le pregunta a Midoriya un día que van caminando al comedor, donde les esperan Iida y Uraraka.


—¿Por qué piensas eso? —pregunta de vuelta el pecoso, deteniendo su andar ante pregunta tan rara.


—Se porta raro conmigo —admite al fin, un poco cabizbajo.


Midoriya arquea un poco sus cejas y parece querer decir que Iida, en general, es raro, pero lo piensa mejor antes de hablar.


—¿Raro en qué sentido? —es la pregunta que hace antes de emitir cualquier juicio.


—Pues… tartamudea al hablar conmigo, siempre parece nervioso o con prisa de no estar solo conmigo. Sus manos siempre están frías cuando me toca por casualidad —añade lo último como si eso fuera lo más extraño.


—Cuando uno está nervioso las manos se ponen frías —aclara Izuku, aunque quiere retractarse cuando Todoroki ve intensamente su mano derecha—. De todas formas —agrega rápidamente—, lo que dices suena más a que le…


Midoriya detiene su cháchara cuando piensa con detenimiento la barbaridad que está a punto de soltar.


Muy tarde, por desgracia, Todoroki está muy interesado en cómo va a terminar esa frase.


—¿Que él me…? —apura Shoto, temiendo lo peor.


Izuku considera por dos segundos mentirle, pero sabe que es inútil, toda la gente nota cuando dice una mentira. Soltar el pensamiento real no puede ser tan grave, la idea es tan absurda que posiblemente hasta haga reír a Todoroki.


—Suena a que le gustas —admite al fin su pensamiento y está tan listo para comenzar a reír con nerviosismo cuando Shoto se burle que casi se atraganta con su saliva al ver que, contrario a todo pronóstico, Todoroki está sonrojado—. Ay, qué hice —piensa Izuku reprimiendo el impulso de querer estampar su cabeza contra una pared.


2


Los días siguientes a eso fueron muy incómodos de ver para todos, pero más para Midoriya que era el que sabía qué estaba sucediendo. Más o menos.


Entre el nerviosismo de Iida al interactuar con Todoroki y los sonrojos espontáneos de éste, era imposible no sentirse raro al verlos intentar actuar normal y fallar estrepitosamente.


—Creo que Todoroki-kun me odia —suelta un día Iida de la nada. No hay nadie alrededor en su camino al elevador que los llevará a su dormitorio.


Midoriya reprime a duras penas las ganas de darse una palmada en la frente. Para ser tan inteligentes considera que sus amigos son idiotas.


—¿Por qué lo piensas? —se ve preguntando porque no quiere meter la pata de nuevo.


—Se porta raro conmigo —admite con un tono de voz tan lastimero que casi, CASI, conmueve a Izuku.


—¿No es porque tú has estado raro con él?


Iida lo piensa por unos segundos y suelta un suspiro cansado.


—Tienes razón —admite deteniendo su caminar.


Ninguno ha llamado al elevador. Todo está en silencio, los pocos compañeros que quedan despiertos ven una película en la sala, algo alejados de ellos por lo que Tenya se siente en confianza de admitir las cosas en voz alta.


—Creo que me gusta Todoroki —susurra como no queriendo.


Por desgracia Midoriya escuchó perfectamente. Y Todoroki, quien iba camino a su dormitorio ahora que al fin pudo escapar de los demás chicos, también escuchó perfectamente.


—¿Te gusto? —pregunta por si de pura casualidad confundió palabras.


Iida se puso rojo como un tomate y consideró todas sus posibilidades de salir corriendo muy, muy lejos. Cavar un hoyo, por qué no, y enterrarse en él para siempre. Izuku está aplastando como loco el botón del elevador para poder huir de esa incómoda escena donde su presencia no es requerida.


Escuchan el ronquido de alguien dormido en la sala, Kirishima o Kaminari seguramente, que los distrae lo suficiente por lo inesperado del ruido así que antes que se den cuenta Midoriya ha salido corriendo por las escaleras. Y aunque Iida muere por seguirlo, sabe que debe enfrentar con valentía esta situación.


—Sí — responde. Suena simple, pero Tenya sabe que si abre de nuevo la boca le saldrá una larga letanía de por qué le gusta, de todas las razones que ha pensado en las últimas semanas y sabe que cuando se emociona de más tiende a elevar mucho la voz y es lo último que necesita, hacer mucho ruido, llamar la atención de los chicos en la sala y tener público. Así que… sí.


El rostro de Todoroki muestra ligera sorpresa por unos largos segundos donde ninguno dice nada. Iida está muy preparado para el rechazo. Quería evitarlo para no arruinar su relación, pero cree firmemente que lo superarán con el tiempo, aunque no está muy seguro de cuánto tarda en sanar un corazón roto.


Sin embargo, puede ver el cambio de expresión en el rostro de Shoto tan claro como el agua. Hay un brillo diferente en sus ojos que se han suavizado y las comisuras de sus labios están a punto de formar una sonrisa. Lo sabe, ha pasado el tiempo suficiente observando como para notar hasta el menor cambio en sus expresiones usualmente estoicas.


Por desgracia, se comienza a escuchar bullicio desde la sala de los chicos que van de regreso a sus habitaciones. Todoroki está a punto de borrar esa feliz expresión de su rostro e Iida no lo va a permitir.


En un abrir y cerrar de ojos tiene a Shoto entre sus brazos y sube a toda prisa por las escaleras hasta llegar al tercer piso, donde está su habitación. Entra con las mismas prisas que con las que subió las escaleras, maniobrando como le es posible para abrir la puerta sin dejar caer a Todoroki.


Iida odia usar su quirk sino hay razón y más en un espacio cerrado, pero a momentos desesperados, medidas desesperadas.


Baja con mucho cuidado a Todoroki, ambos cerca de la puerta porque quiere que sepa que no lo está secuestrando ni nada y que siempre tiene la opción de irse si así lo desea. No quiere hacer nada que le incomode. Pero sí le gustaría tener una respuesta en ese momento.


—Quisiera saber tu respuesta, si es posible —dice en cuando hacen contacto visual. Todoroki se ve algo sorprendido, pero no molesto, lo cual debe ser buena señal, cree—. Claro que, si necesitas tiempo para pensar, lo entiendo totalmente. Entiendo también si es una negativa. Todo esto es repentino y no quiero hacer las cosas incómodas entre notros, pero…


—Iida —interrumpe de forma calmada Todoroki, atrapando las manos del nombrado quien nuevamente las movía sin parar.


Es ahí cuando Shoto parece maravillado con las manos de Tenya. Están realmente frías, como si la sangre hubiera escapado totalmente de esa zona. Seguro que se fue a su rostro, piensa al ver el sonrojo en la cara de Iida.


—Tienes las manos frías, ¿estás nervioso? —pregunta como si necesitara confirmación de ese hecho. Como si las manos frías y el nerviosismo fueran una confirmación de las palabras de Iida.


—Por supuesto que estoy nervioso —responde Iida en voz baja y moviendo las manos, aunque aún siguen atrapadas entre las manos de Todoroki—. No sé cuánto dure un corazón roto o si nuestra amistad seguirá intacta después de tu rechazo, pero…


—¿Rechazo? —se intriga Todoroki, ladeando el rostro a manera de confusión—. ¿Crees que te voy a rechazar?


—Emmm…. ¿sí? —es ahora Iida quien parece confundido.


Shoto baja el rostro hasta sus manos unidas y lentamente retira la mano derecha, dejando que Iida cubra con sus dos manos la mano izquierda de Todoroki.


—No se supone que esta mano esté así de fría —dice como si eso significara realmente algo.


Sin embargo, y aunque Midoriya opine lo contrario, Iida no es tan tonto como a veces parece y rápidamente une los puntos. La mano izquierda de Todoroki es la que controla el fuego, no debería estar fría. Y, sin embargo, está fría como si hubiera pasado tiempo dentro del hielo, lo cual le recuerda las palabras de Todoroki.


—Tener las manos frías significa que estás nervioso, ¿por qué estás nervioso? —pregunta aún sin terminar de unir todos los puntos.


—Porque me estás tocando —ante eso, Iida retira sus manos como si de pronto la mano de Todoroki quemara.


—¡Perdón, perdón! ¡No te quería incomodar!


Eso provoca que la mueca en el rostro de Shoto sea cabizbaja, casi decepcionada por la pérdida de su toque y sus palabras.


—No me incomoda —susurra Todoroki.


Ambos se quedan en un incómodo silencio, Shoto se lamenta muchísimo no tener la elocuencia de Midoriya en ese momento para poderse dar a entender mejor. No sabe cómo poner en palabras lo que siente, lo que Iida le hace sentir. Creyó que todos esos días consideró bien lo que haría y cómo lo diría, pero está fallando miserablemente.


En un arranque de lucidez, aunque Iida no quiere engañarse con falsas esperanzas, cree que comprende lo que Shoto le quiere dar a entender.


—¿Te pone nervioso que te toque, pero no te desagrada? —pregunta tomando de nuevo la mano de Todoroki.


Éste asiente, apretando un poco su mano con las de Iida.


—¿Estoy equivocado si pienso que me vas a rechazar? —hay un nuevo asentimiento y Todoroki se maravilla cuando las manos de Tenya, antes frías, comienzan a calentarse.


Es un calor reconfortante que contagia sus propias manos. Levanta el rostro para ver la sonrisa tranquila en la cara de Iida y en algún lugar encuentra las palabras que tanto ha querido decir.


—También me gustas —admite por fin, sintiendo que un peso se levanta de sus hombros.


Todoroki nunca se ha considerado pequeño y cree que tiene un buen físico, pero Iida es bastante más alto y robusto que él, por lo cual de pronto se pierde entre sus músculos cuando le da un abrazo algo apretado. No se queja, sin embargo. El calor que antes sentía sólo en sus manos le traspasa todo el cuerpo, confortándolo como nunca creyó que lo haría el contacto humano.


Se separan de golpe cuando escuchan una puerta azotarse a lo lejos. Es tarde y al día siguiente tienen entrenamiento temprano, por lo cual el lado de presidente de la clase de Iida sale a flote.


—Te acompaño a tu habitación —se ofrece, aunque Shoto sólo debe caminar al elevador y de ahí a su habitación, pero no se opone.


Antes que Iida abra la puerta, sin embargo, logra reunir el valor suficiente para ponerse de puntitas mientras se apoya en sus hombros y depositar un ligero beso en los labios del más alto. Es hasta gracioso ver cómo de tan rojo que se pone Tenya casi le sale humo por las orejas. Fue un roce fugas, como el aleteo de una mariposa, pero incluso Todoroki siente las mejillas enrojecer.


Los pasillos están vacíos ya, ni un alma ronda por ahí así que tienen el valor de caminar de la mano. A Todoroki le gustaba pensar en las manos frías de Iida porque significaba que su presencia le causaba nervios, revelando sus sentimientos reprimidos. Pero ahora que conoce su calor, lo confortante que puede ser le parece mil veces mejor.


Y no cree que vaya a ser capaz de dejarlo ir.

Notas finales:

¿Reviews?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).