[Len x Lui]
Había pasado un año desde aquella Navidad en la que ambos se habían quedado en la cafetería a trabajar el turno nocturno.
Un año desde aquel regalo pendiente que había tenido Lui cuando Len le regaló uno cuando apenas estaban en jardín de niños.
Un año desde que prácticamente se confesó.
Cuando llegó año nuevo, ambos fueron a sus respectivas familias a celebrar, pero al regresar comenzaron una evidente relación.
Durante aquel año Len había concluido sus estudios universitarios y ahora comenzaba a trabajar en una mediana empresa que le permitía vivir cómodamente.
Lui por su parte aún le faltaba por concluir un año más, sin embargo ya comenzaba a hacer sus propios proyectos para cuando finalice.
Después de varios meses, ambos habían decidido vivir en un mismo apartamento, en octubre más concretamente.
Llevaban dos meses y medio de convivencia, hubo sus momentos de choque, pero lograron sobrellevarlo.
Durante esa Navidad, ambos fueron a pasar un rato con cada familia, para presentarlos a los tíos, abuelos y primos.
Aunque decidieron que en Año Nuevo lo iban a pasar solos los dos.
Querían sentirse al lado del otro, sin nadie más alrededor, sintiendo la energía de sus deseos y anhelos de que todo irá bien con ellos en ese primer año que estaban por cumplir.
Faltaban unos cuantos minutos para que dieran las 12 de la noche y el primero de Enero comenzara el nuevo calendario, por lo que ambos se levantaron tomando sus copas con vino para hacer el brindis.
Sin decir nada, y como si se leyeran las mentes, rodearon la mesa para tenerse frente a frente, sin nada que se interpusiera entre ellos.
—Yo... —dijo suavemente Len, después de un largo silencio—. Solo quiero agradecerte por todo lo que me has dado, tanto los buenos como los pocos malos momentos que hemos tenido, porque me saca de una rutina y son recuerdos que me hacen ver que estoy vivo —Miró su copa, ordenando sus ideas—. Deseo que este año que viene vivamos muchos otros momentos más, que este solo sea el primer ciclo a tu lado de los que me faltan por recorrer, que espero que sea hasta al final de mis días.
—Espero no te arrepientas, porque con eso dicho ya no te pienso dejar ir —respondió Lui, ambos rieron—. Te agradezco haberme aceptado, y también quiero agradecerle a Dios por darme la valentía de haber hecho lo que hice la Navidad del año pasado —De nuero rio—. Agradezco tu apoyo siempre, incluso en mis proyectos que ni siquiera terminas de comprender.
—La moda es un poco rara para mi.
—Supongo que no es un lenguaje que todos pueden entender —Una nueva risa—. Te amo, y espero que este año que viene podamos seguir creciendo juntos como lo hicimos en este.
Len sonrió y depositó un beso en la frente de su pareja.
—También te amo, no lo olvides.
El ruido de los fuegos artificiales les dio el aviso de que el año nuevo había llegado, por lo que ambos sonrieron y chocaron sus copas.
—Feliz Año Nuevo, Len.
—Feliz Año Nuevo, Lui.
Y ambos bebieron de las copas sus deseos.