They will remember you
Prove yourself and RISE
Pick up your weapon and face it,
It's deep in your blood, go and take it.
Higher and higher you chase it.
¡RISE!
Eran dias de guerra y caos.
Mientras la guerra se propagaba por todo el país, el mapa del poder sufría cambios muy rápidos y drásticos.
Durante la batalla de Nagashino, el señor de la oscuridad Oda Nobunaga movió sus tropas hacia el extremo sur de Hino-Moto para comenzar su invasión a Kyuushuu, se vio amenazado cuando frente a él se presento un joven general vestido de azul celeste liderando una poderosa caballería de las provincias del Norte.
Los jóvenes se estaban interponiendo en su misión de una utopía estando él en la cima.
Las provincias se vieron en desventaja, los daimyos de cada clan se enfrentaban por la supremacía absoluta y eso termino afectando el trato tácito en contra de Oda, los soldados se enfrentaban a él con gran fervor dejando la vida en ello, el poder del señor de la oscuridad fue en aumento, logrando tomar el control del Sur de Kyuushuu, teniendo en la mira el único lugar al que, durante todo ese tiempo, no pudo controlar. Las provincias del Norte.
°°
El sol se erguia desde lo alto y el silencio que en ese momento reinaba fue roto por el movimiento veloz de una espada. Tras estar en un descanso forzado, Masamune retomaba su practica diaria con ferocidad, estaba malditamente cabreado, por un estúpido descuido fue herido, provocando que Kojuro diera la orden de retroceder, mientras al frente se quedaba la tropa del Tigre de Kai cubriendolo.
—Parece que la herida que le hicieron en Nagashino ha sanado— el estratega se acerco para comprobar el estado del jefe del Clan y amainar su posible mal humor.
—Sí. Puedo partir a tomar la cabeza del Señor Oscuro en cualquier momento— dijo convencido.
—Es un alivio para mí ver que se ha recuperado.
—Mira quien habla— bufo sarcásticamente mientras observaba su reflejo en la hoja de la espada— ¿Quieres tener un duelo contra mi de nuevo, Kojuro?- Efectivamente, seguia molesto.
El contrario se vio un tanto sorprendido y asintió —Estoy disponible siempre que necesite un compañero de entrenamiento, Masamune sama. Y tambien. . .—hizo una pausa y la sonrisa que dibujaba su rostro se volvio una linea recta, su cuerpo erguido puso en alerta al de un ojo que movia de un lado a otro el arma en sus manos. —Yo, Kojuro, estoy preparado para recibir mi castigo, una vez que derrotemos al Señor Oscuro y conquistemos esta tierra.— obtuvo la atención del contrario al instante —No importa cual sea la razón, debo ser castigado por haber levantado mi espada contra usted y...— callo de golpe, el filo de la espada estaba peligrosamente cerca a su garganta amenazando su integridad.
—Te partire a la mitad ahora si sigues hablando estupideces— su voz ronca sonó segura, la diestra que poseía la katana era firme tal que una palabra mal dicha seria una muerte segura. Odiaba que su ojo derecho fuera condescendiente y pidiera disculpas por un acto que, aunque odie admitir, le hubo salvado la vida.
—Masamune sama...— su disculpa se vio interrumpida por el grito de uno de los soldados. A las afueras del recinto principal del Clan Date se encontraba el mono, aquel sirviente del Clan Takeda.
Por primera vez, Masamune vio en el rostro de Sasuke el dolor, éste último al visualizarle hizo una reverencia, venia a pedirle un favor, uno que, aunque le doliera admitir, solo el dragón de un ojo era capaz de realizar.
El Tigre de Kai había sido asesinado al igual que Uesugi. Los grandes comandante fueron exterminados uno por uno, quedando a la cabeza el único general, El Dragón de un solo ojo.
—Yukimura dana, él. . .—se acerco al de un solo ojo y le tomo de ambos brazos —Salvelo. . .se lo suplico.
Se safo del agarre, arrugando la nariz con cierta molestia, dando media vuelta. Su mirada se poso en su estratega el cual asintió al entender la situación.
—Esto no se quedará así.
Corrio al dojo, se arrodilló frente a su armadura y levanto una plegaria. La ovación prolongada, por el honor al Clan Date, juró que la muerte del Tigre de Kai no quedaría impune. El único que gobernaria Oshu sería él.
A esta altura la única amenaza para Oda era representada por él, a lo cual Date tomo la decisión de dividir su ejército, protegió a su gente, protegería a la provincia de Kai y cortaría la cabeza de Nobunaga.
Las provincias vencidas estaban intimidades por posibles saqueadores buscando tomar el puesto como jefes. Incluso él, sabía que necesitaba toda la ayuda de la que pudiera disponer. Y su único intermediario era el vagabundo Maeda.
°°
Despues de un tiempo cabalgando, llego a Kai siendo escoltado por Sasuke. Un clima extremadamente diferente al de su provincia los golpeo de lleno, lo que empezo como una ligera llovizna se volvio una lluvia torrencial, todos estaban de luto, pero solo existia una persona por la cual Date estaba realmente preocupado. Bajo de su caballo y entro a la casa principal, siguió el camino de piedra caliza que lo dirigía al jardín principal y alli, de rodillas frente a una tumba estaba el cachorro; se acerco y dirigió su diestra al hombro del contrario, un espasmo fue la respuesta mas no se molesto en saber quien era hasta que el dragón se acuclillo a su lado paso su brazo por el hombro del chico y noto que las lágrimas caían a raudales, su cuerpo estaba frio y temblaba.
—Yuki. . .? —llamo varias veces, tratando de despertar de su estupor al castaño. —Veme, Yukimura— tomo su rostro para buscar que ambos se vieran.
—Ma-masamune dono? —susurro con voz rota, su mirada habia perdido el brillo que tanto le gustaba al dragón, el cachorro no era más que un cascarón vacío, sin alma. Con la muerte de Kai, parte de Yukimura se había esfumado. Masamune lo atrajo a su cuerpo en un protector abrazo, procuro que un poco de su calor corporal fuera transmitido y temió cuando el pequeño se desvaneció en sus brazos. Yukimura ardía en fiebre.
Tardaron al rededor de tres días para estabilizar al cachorro, la nula alimentación y descanso arraigaba la fiebre con mayor fuerza, la espera habia sido tortuosa para Date.
Sasuke fiel sirviente de Yukimura, realizaba las guardias cuando el dragón se retiraba por algunos minutos. Él no entendia, como ambos se juraban odio/admiración, pero el Jefe del Clan Date, dejo a su gente por estar aqui, cuidando a su dana. La preocupación en su rostro reflejaba el aprecio que le tenia y a pesar de que pudo tomar con facilidad Kai, éste solo procuraba el bienestar de su gente esperando que el cachorro retomará el puesto y peleara con honor.
—Masamune sama, ¿Esta realmente bien que permanezcamos aqui?— indagó su ojo derecho al percatarse de lo ausente que el del parche estaba.
Ignoro aquella pregunta y contestó por inercia, tenía miles de cosas en mente que llevarlas una por una lo estresaba —Junta a los chicos y preparalos, partiremos una vez que Yukimura se recupere.
°°
El castaño despertaba con un dolor punzante en su sien, su boca seca pedía por agua con desesperación, busco a tientas mientras se acostumbraba a la tenue luz de una vela alumbrar su habitación hasta que una figura semi borrosa tapaba su campo de visión violando su espacio personal al sentir el tacto frio de una gran mano.
—¿Yukimura? ¿Como te sientes?
Le costo un par de minutos procesar la información y el golpe de recuerdos que llegaban con bravura a su cabeza de lo acontecido escosia en sus ojos al recordar la muerte de su maestro y una pequeña chispita gritaba por venganza. Oda pagaría muy caro por la muerte del Tigre de Kai. Aún tenía mucho que llorar pero eso no lo traeria de vuelta, tenía que ser fuerte, por todo el clan.
—Masamune dono...— se incorporo quedando sentado en el futon —¿Qu-e hace aqui?
Lo abrazo con premura —Yuki...yo, lamento lo de Takeda— acaricio los cabellos castaños del contrario de forma conciliadora y se separo en el momento en que escucho deslizarse la puerta de la habitación. Sasuke y Kojuro ingresaron cuando oyeron ruidos.
Los tres sintieron la gran tristeza que el cachorro desprendía y Date suspiro profundamente, se levanto y con solo un gesto Kojuro entendió que era hora de irse, se detuvo al filo de la puerta y sin mirar atrás soltó con seriedad.
—Yukimura, por ti. Vengare la muerte de Takeda— salio seguido de su ojo derecho.
Tanto Sasuke como Yukimura quedaron perplejos ante esa frase. Pero esto no se quedaría asi, el tigre de Kai no soportaría que alguien mas peleará por él, el heredero del Clan Date incluso podía morir! Junto fuerzas y salio en busca del dragón encontrandole con unos soldados de Kai. Ser jefe se le daba tan natural, que por un momento creyó que estaría dispuesto a ceder Kai si era el ojiazul el que estuviera al mando.
—¡MASAMUNE DONO!— grito a lo que el aludido viro el rostro y fue al encuentro del castaño. —Yo-o, debo ir con usted. Por Oyakata sama, permítame pelear— sus mejillas aun sonrosadas por la fiebre anterior alertó a Masamune que con gran maestría se deshizo de su saco para colocarlo encima de los hombros del contrario, abrigandolo. La noche habia caído y con ella el ambiente húmedo de la lluvia previa amenazaba con volverse nieve.
—No puedes pelear en ese estado, no seas irracional Yukimura.
—¡Necesito ir! Peleare con o sin su consentimiento.
Necio, ese crío era un necio y estaba determinado en ir aun si lo amarraba a uno de los pilares de la mansión. Malditos sentimentalismos. Maldita fiebre. Maldito Yukimura que no lograba comprender que lo único que deseaba era su bienestar y maldita sea el mismo por no poder decirle que No.
—De acuerdo.
Accedió. Teniendo dos pares de ojos encima de su ser. Kojuro y Sasuke no comprendían como podía ser que el Jefe del Clan, no pudiera ser firme ante el cachorro de Kai. Par de tontos.
°°
Masamune, Kojuro, Yukimura y Sasuke se encerraron gran parte de la noche realizando las diversas estrategias que usarían en cualquiera de los casos que se presentaran al momento de entrar en los dominios de Oda. Yukimura agradecía infinitamente que Masamune se encontrara en esos momentos de su lado, de no ser por él, seguiría sumido en el sufrimiento de haber perdido a su maestro.
Sus sirvientes notaron que entre aquellos dos jóvenes maestros, existía la química, lo que a ellos les llevó años de entrenamiento, a la pareja se les daba de manera natural, volviendolos mas fuertes. Sus emociones se sincronizaban, peleaban por un objetivo en común, la cabeza de Nobunaga.
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Partieron al alba como fue predicho, el ansiado encuentro entre su destino ya estaba marcado, la ferocidad de todos los participantes prendia su instinto de lucha y en el tortuoso camino a los aposentos del Señor de la Oscuridad más aliados se unieron a su lucha, las provincias que rodeaban Oshu, llegaron al llamado. Todos eran enemigos, pero por el bien común, por esta ocasión la tregua que algunos ayeres estuviera vigente se levantaría para blandir armas y derrocar al tirano que se proclamaba Rey.
Encabezando la guerra, el dragón tuerto se erguia como el jefe del movimiento. Al pie de la gran montaña donde resplandecía el castillo mortal de la oscuridad, empuñaba sus seis espadas, a su derecha el cachorro de Kai agitaba sus yari y generando un escudo humano los Clanes abrían pasó para el general.
Ambos espiritus se elevaron mezclandose en un gran dragón que se alzaba con majestuosidad al cielo. En lo alto de la montaña, los esperaba su última batalla como equipo.
-¡¡Let's party!! YA-HA. -