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Terceto por Marbius

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Notas del fanfic:

Y una madrugada Yess me cuenta cosas y me hace sufrir, pero salió este fic así que... ¿Ok?
(Ya en serio, #celos, celos~ AMO LOS CELOS~)

Terceto

 

·If you really love to be loved·

 

Las risas provienen del otro lado de la puerta, y el tono es inconfundible. ¿Cómo no serlo si así ha sido desde el principio? Jungkook supone que es así porque... Tenía que ser así. Y ya está. Agua bajo el puente, o algún otro refrán que le vaya a tono, aunque no por eso es más agradable a los sentimientos.

Con las manos en los bolsillos y el corazón más cerca de la boca que del pecho, Jungkook cuenta hasta 3 y escucha... Porque voces y risas no son nada. O lo son, pero no implican nada que no pueda tolerar o que haya aprendido a tolerar en años recientes.

Al otro lado de esa puerta, de su puerta, se encuentran Jimin y Taehyung, y para cualquiera que no sea él, el que ese par actúe como colegialas en plena fiesta de pijamas es una buena señal.

Jungkook escucha con mayor atención que antes, intentando captar cualquier palabra que le permita formar una oración, intuir al menos de qué versa su conversación, porque ese es un mundo que le está vedado y al que muere por accesar.

La diferencia de edad tiene la culpa.

Se supone que por ser los 3 más pequeños de la agrupación deberían ser inseparables, o al menos estaría justificado que así lo fuera, pero no hay un «nosotros» en la ecuación, sino un «ellos», que excluye a Jungkook sin importar cuánto le fastidie.

No en balde, muy en sus inicios, Jimin y Taehyung declararon a cualquiera que quisiera escucharlos que eran almas gemelas, y aunque sus palabras y sus intenciones no dieron pie para que hubiera entre el resto de los integrantes de BTS un motivo de peso para intervenir, a veces la duda carcome a Jungkook... La incógnita de qué exactamente entrañaba para ellos ese término.

Porque Jungkook sabe más de lo que deja ver, y esa es la razón por la que se detiene afuera de la puerta de Jimin en lugar de entrar sin más como en cualquier otra ocasión. A solas, el rostro de Jimin no haría más que iluminarse de verlo, y es esa intrínseca adoración de su parte la que vuelve el primer beso desde su retorno el más dulce de todos.

Al menos hasta la siguiente vez.

Excepto claro está, cuando es Taehyung el que se encuentra de por medio. Porque hay beso, pero Jungkook puede jurar que los ojos de Jimin no resplandecen por él del mismo modo en que lo hacen por Taehyung cuando éste le cuenta una broma que para él no tiene sentido y que para ellos 2 es lo más de lo más.

Jungkook nunca imaginó ser un hombre de celos, pero ahora que los ha confirmado... No le gustan.

 

·For those who love us·

 

La máxima es, que aquellos que no quieren enterarse de lo que no les conviene no deberían espiar tras puertas cerradas, pero Jungkook ya aprendió hace tiempo que la ignorancia es incluso peor que afrontar la verdad.

Años atrás, cuando la idea de un debut en grande todavía era una fantasía casi demasiado vergonzosa como para albergar escondida en el corazón, Jungkook ya tenía por costumbre deslizarse a horas intempestivas de la noche al baño en búsqueda de una ducha. La timidez crónica y casi paralizante que por aquel entonces le atacaba hacía de él una víctima de sus propias circunstancias y le aislaba. Ponía un espacio entre él y Jimin, a quien ya desde entonces encontraba fascinante pero no sabía cómo abordar, y favorecía a que los mayores lo cobijaran bajo sus alas como un gorrioncillo herido que hubiera caído antes del nido.

Así que Jin lo tomó a medias bajo su cargo, y Jungkook maldijo entre dientes su incapacidad para actuar.

Taehyung la había tenido fácil desde un comienzo. La diferencia de edad entre él y Jimin era mínima, y ellos dos además eran compañeros de escuela. El que se entendieran de maravilla era el tercer impedimento que jugaba en su contra, y el peor, pero Jungkook descubrió un cuarto elemento una noche en que se dirigió descalzo al baño y de camino presenció de manera dual el momento más alto y también más bajo en el redescubrimiento de su propia identidad y deseos.

La puerta no había cerrado bien, quizá por prisa, quizá por descuido, pero el resultado había sido el mismo. A través de ese resquicio presenció Jungkook la visión en espejo de Jimin y Taehyung masturbándose mutuamente sobre la cama, sentados con los muslos pegados, la cremallera apenas abierta y los movimientos frenéticos. El uno apoyaba en el otro el rostro sobre su hombro, y Jungkook tuvo oportunidad por lo que le pareció una eternidad de contemplar aquella escena y sacar sus propias conclusiones antes de reaccionar a tiempo al aumento de sus jadeos y con movimientos sigilosos retirarse sin que lo sorprendieran ahí, mudo en asombro pero con el frente de su pantalón deportivo abultado por la excitación.

Aquella fue la primera noche en la que Jungkook abiertamente se masturbó pensando en Jimin, pero no la última. En su imaginación suplantó con imagen de Taehyung con la suya, y como accionado por un interruptor, su determinación se volvió una: Hacer de esa fantasía una realidad.

 

·In vain·

 

Con fans como las suyas, no era una cuestión de ‘si se enteraban’ sino de ‘cuándo iban a hacerlo’, porque una vez que Jungkook se lanzó de lleno en pos de Jimin con un instinto casi depredador en el que no se detuvo hasta obtener lo que anhelaba, la presencia constante de Taehyung a su lado se volvió una especie de incordio que no tuvo problema alguno en manifestar por medio de miradas, silencios y el ocasional suspiro de hastío.

Jimin era demasiado intuitivo para pasarlo por alto, del mismo modo en que Taehyung lo suficientemente educado para apartarse, y hasta cierto punto Jungkook obtuvo lo que quería, minus la parte en que su novio y amante ya por un par de años no lo llamaba su alma gemela y echaba de menos a la que consideraba como tal.

Así que Jungkook cedió, puso a rayas sus celos y... El jodido dúo de mejores amigos tuvo la oportunidad para lanzar incluso una canción en la que proclamaban su unión a los 4 vientos.

Detestable.

Inevitable también.

Jungkook tenía claro cuáles batallas valía la pena afrontar de cara a cara y cuáles no, y el vínculo que unía a su Jimin con Taehyung entraba en esa última categoría. Por descontado que podía confiar en su novio, Jimin jamás se atrevería a cruzar cualquier línea que pusiera en entredicho lo que tenían, pero... El pasado es el pasado, y da lo mismo si ninguno de ellos busca una repetición. Es el pecado y no la ausencia de penitencia la que alienta a Jungkook a mantener la guardia en alto.

A la cuenta de 3, Jungkook plasma en su rostro una sonrisa ligera, y con un par de golpecitos superficiales a la puerta de Jimin, entra en su habitación y actúa levemente sorprendido por encontrarlo con Taehyung, ambos absortos hasta entonces en su propio mundo, la burbuja a la que él no tiene acceso y que como pompa de jabón estalla si intenta acercarse demasiado y hacer algo más que contemplar su deformado (el verdadero) reflejo.

—Oh, ¿ya son las 5? —Consulta Jimin la hora en su móvil al verlo, y Jungkook asiente.

Es la hora en la que quedaron, pero claro, con Taehyung en las cercanías es de esperarse que su noción del tiempo sea irrelevante.

—En ese caso —dice Taehyung, abandonando su sitio al pie de la cama de Jimin—, yo debería de irme. Prometí llamar a casa, y mamá me matará si no cumplo mi promesa.

Jungkook les da la espalda a ambos mientras hojea unos papeles sobre el escritorio de Jimin y en los que se pueden leer ideas para una próxima canción. Mezclada con su letra se encuentra la de Taehyung, así que aprieta la mandíbula y dirige la vista en otra dirección.

—... envíamelo por mensaje entonces —dice Jimin por último al despedir a Taehyung, y al cerrar la puerta de su habitación y con un sonoro clic marcar que su privacidad es absoluta, Jungkook vuelve a respirar con calma.

Jimin se posiciona detrás de él, y a pesar de la diferencia de estaturas, no duda en rodear a Jungkook con sus brazos y apoyar la mejilla entre sus omóplatos.

—Hey —respira contra su cuerpo, y Jungkook no puede evitar el alivio que le recorre.

—Hey —responde de vuelta.

Y al menos de momento, eso es todo. No es el comienzo ni es el final de nada, pero al menos Jimin es suyo.

En el aquí y el ahora, totalmente suyo.

 

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Notas finales:

Los 3 títulos de cada sección vienen de una entrevista que vi donde Taehyung dice esas frases y Jungkook otras. Dejo a criterio quién dijo cuál.
Y... creo que de momento es mi último fic de BTS. Graxie por el paseo, fue divertido.
Cualquier comentario es siempre bien recibido :)


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