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¿Quién eres? por Bloomx

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Notas del capitulo:

YU-GI-OH no me pertenece, yo solo utilizo sus personajes para crear nuevas historias.

Me di cuenta que no había avisado que actualizaría en dos semanas, perdón por eso, pero ya hay capítulo! Tengo que decir que este fue uno de esos capítulos que me encantó escribir, supongo que es porque hacía tiempo que esperaba por algo, así que espero que lo disfruten ustedes también. Nos leemos!

Capítulo 20:

Yugi amaneció en una cama suave y con un cuerpo caliente a su lado. Solo una sábana los cubría por el calor y estaban completamente desnudos. Volteó en brazos de Atem para verlo dormir, se le hacía placentero ver cuán tranquilo estaba durante el sueño y le era raro no verlo con una sonrisa en la cara, conocía la manía de Atem por sonreírle todo el tiempo, aunque él decía que era porque no podía evitarlo al estar junto a él.

-¿Por qué siento como si alguien me observara dormir? –Atem murmuró con los ojos aún cerrados. Apretó los brazos alrededor de la cintura de Yugi y lo acercó a sí mientras reía.

-Porque te ves lindo cuando duermes –Yugi le acarició el pelo quitando los mechones rubios que caían sobre su rostro.

-¿Lindo? Yo no soy lindo, tú eres lindo. Yo soy guapo o atractivo o sexy, no lindo. ¿Y qué con eso de que solo cuando duermo? Deberías de decirme que siempre me veo bien. Eres un novio terrible…

Yugi se carcajeó. Atem al fin abrió los ojos y lo empujó para estar encima y esconder el rostro en la curva su cuello y depositar un beso allí, sentía el pecho de Yugi subir y bajar por la risa.

-De verdad voy a extrañarte cuando te vayas –Yugi tomó su rostro para que lo mirase directamente a los ojos.

Los ojos de Atem brillaron como un par de rubíes y su sonrisa decayó junto a un suspiro. Se estiró y besó la frente de Yugi sin apuro. Habían estado tratando de evitar el tema, ni siquiera lo mencionaban porque solo era una forma de ahogarse en lo profundo. Dentro de un par de horas regresaría a Egipto y no tenía ni idea de cuándo podría volver. Lo más probable era el próximo evento a finales de Setiembre, y si tenían suerte, quizá podría extenderse hasta el cumpleaños de Seto a principios de Octubre. En fin, todo apuntaba a que estarían mucho tiempo sin verse en persona.

-Yo también lo haré, cariño.

Atem se levantó de la cama y se puso su ropa interior, encontró la de Yugi y se la lanzó. De esa forma no se distraerían. Fue al escritorio en su habitación donde tenía las últimas cosas para guardar en su valija, tomó la caja de oro con jeroglíficos y volvió a la cama.

-¡Está casi totalmente armado! -Yugi tomó con emoción la pirámide de piezas de oro.

Atem se acostó junto a él en la cama y volcó sobre ella las pocas piezas que faltaban colocar. -Pensé que podríamos terminarlo juntos y compartir el deseo.

Yugi lo miró curioso mientras tomaba una de las piezas y volteaba la pirámide para ver dónde podría ir. -¿Realmente crees en el deseo?

-Por supuesto, ¿tú no? –Atem contempló como Yugi encajaba la pieza perfectamente. Él mismo tomó la próxima pieza.

-Sí, claro. Por eso mismo me había obsesionado con armarlo. Es más, creo que una vez que tuve claro cuál era mi deseo pude avanzar más rápido –Yugi reflexionó-. Recuerdo que casi ni tenía que pensarlo, solo sabía dónde iban las piezas. Una vez traté de volver a armarlo, fue después de conocer a los chicos, y me fue prácticamente imposible, ni siquiera pude colocar una pieza. No había ningún motivo en mí para armarlo.

Atem pensó en lo que Yugi dijo. Ahora que lo escuchaba de alguien más se daba cuenta de que a él también le había sucedido, había momentos en los que las piezas solo parecían encajar. La primera semana después de su cumpleaños lo había intentado muchas veces y apenas pudo con un par de piezas, por eso mismo lo trajo consigo a Japón. Durante esta última semana había vuelto a intentarlo y su mente estaba inundada del pensamiento de encontrar una forma de estar junto a Yugi por el resto de su vida. Ese era su deseo.

-Creo que tu teoría es cierta. Alguien que lo tiene todo jamás sería capaz de armarlo. Desde que sé lo que quiero, también se me ha hecho más fácil –en la cama solo quedaban tres piezas, colocó una más.

Yugi colocó otra pieza dejando para el final la pieza central con el ojo de Horus en él.

-¿Y qué es lo que deseas? –Yugi lo miró curioso.

Tomó la última pieza y le pidió a Yugi que también lo hiciera. Ambos habían armado el rompecabezas y por lo tanto el deseo era para los dos.

-Estar siempre contigo, tenerte a mi lado por el resto de mi vida. Aunque tenga que irme quiero que al menos el deseo encuentre el modo de que nuestros caminos se junten, de volvernos a unir.

Condujo sus manos unidas a la pirámide y así colocaron juntos la última pieza faltante. El deseo de estar juntos para siempre inundaba sus mentes mientras tanto. Ambos juraban para sí que el valioso objeto había brillado fugazmente por un instante y el calor que irradiaba recorrió su piel.

Yugi lo miró y sonrió antes de saltarle encima y besarlo profundamente. Quedaron recostados en la cama por un largo rato, uno sobre el otro.

-¿Crees que el deseo se cumplirá? –murmuró Yugi mirando fijamente la pirámide.

-No lo sé –Atem suspiró acariciando la espalda de Yugi-. Pero te prometo que si esa cosa no lo cumple, yo me encargaré de que siempre estemos juntos.

Una hora más tarde bajaban las escaleras de la mansión Kaiba con maletas. Malik y Marik ya estaban allí con las suyas y discutían por alguna de sus tonterías de siempre. Roland apareció para informarles que la limusina ya estaba pronta para emprender el viaje.

-¿Y tus maletas? -Atem le preguntó a Akefia que bajaba tranquilamente las escaleras.

-No volveré a Egipto con ustedes –mencionó y evitó mirarlos directamente-. Decidí que será mejor quedarme por un tiempo más, hay demasiado trabajo que hacer en la empresa y más ahora que todos ustedes vuelven a estudiar.

-Deja de tratar de hacerte el chico grande, todos sabemos por qué quieres quedarte… -Malik volteó los ojos soltando un bufido de burla.

-Soy el mayor y el único que ya se ha graduado, solo pienso que debería de ser quien más trabaje en Kaiba Corp.

-Sí, claro… sigue repitiéndote eso hasta que te lo creas de verdad -Malik volvió a bufar sarcásticamente y tomó su maleta para ir a la puerta.

Tomo el camino a la limusina Akefia fue jurando que ese era el único motivo para quedarse en Japón. Malik no hacía más que burlarse de él. Akefia no los acompañaría al aeropuerto, por lo que se quedó en el camino, Malik subió último y aprovechó para dirigirle unas últimas palabras.

-Me alegro que al fin consiguieras a alguien con quien gastar tu tiempo libre. Ahora Marik es todo mío. Me aseguraré de que no conteste tus llamadas durante la noche, así que calcula bien la diferencia horaria.

Triunfalmente se subió al vehículo, ya se coronaba como el ganador de la guerra de los últimos dos años. Al fin Akefia se había conseguido a alguien y Atem también, Marik era solo para él…

En el camino dejaron a Yugi en su casa, quien estuvo a punto de ponerse a llorar cuando se abrazó por última vez a Atem. Se limpió los ojos y lo vieron saludar por última vez a través de los virios oscuros.

+ - + - + - + - + -      

Otra vez se encontraba tendido en su cama lamentando su existencia, ya se estaba empezando a preguntar si esto se le iba a ser costumbre. ¿Acaso era algo de la edad? Quizá, como decía su padre, todos los chicos de 17 o 18 años sufrían de confusiones de amor.  Ahora tendría que seguir su consejo y elegir a la persona correcta.

Nuevamente, el consejo era un asco y completamente inútil. 

Ya era Domingo y había pasado todo el día de esa forma, estaba esperando a que sea la hora en la que el Sacerdote se conectaba y mientras tanto forzaba a su cerebro a pensar en problemas que claramente no podría resolver. Suspiró rodando y miró el techo. Jamás le había gustado a un chico, ¿era posible que le gustara a Seto? Era una locura, lo viese desde donde lo viese. Seto seguro que no tenía ningún problema con dos chicos saliendo, eso era obvio, pero de ahí a que a él también le gustasen…

¿Debía de tomar el beso como una confesión amorosa o solo como un beso y ya? Eran jóvenes, los chicos y chicas de su edad hacen eso todo el tiempo… aunque él mismo no lo hacía, ¿Seto increíblemente sería de quienes sí lo hacen?

Miró su celular. Ya era hora.

Se paró con decisión y fue a sentarse frente a la computadora. Abrió sesión en “Magic & Wizards”, apenas apareció en el mapa del bosque fue hacia el portal que lo llevaba a Egipto y tomó el camino al palacio de Tebas. No demoró ni un minuto en ubicarlo. Cliqueó en el avatar para empezar un chat privado.

“Hola”.

Vio como el avatar del Sacerdote se detenía de golpe y demoró en obtener respuesta, hasta pensó que no le respondería.

“Buenas noches, Senshi. Me alegro de que decidieras volver a hablarme”.

“Sí, bueno, yo también, así que no lo desperdicies. Y llámame Joey, no tiene sentido que me llames por un apodo ahora que sabes mi nombre”.

Vio como el Sacerdote empezaba a escribir algo y paraba, demoró en decidirse. “Justo a la yugular como lo esperaba. Supongo que me lo merezco. Sé que es una costumbre tuya estar a la defensiva, Joey, pero no es necesario que estés así conmigo”.

Joey se dio cuenta de que el Sacerdote como siempre tenía razón, se notaba que estaba frente a grandes barreras de acero frente a él y que no estaba dispuesto a bajarlas. “Digamos que no te tengo mucha confianza ahora mismo, pero no quiero estar mal alguien, no es lo mío. Así que esta es tu oportunidad para explicarte y conseguir mi perdón o no”.  

“Agradezco de verdad que me des la oportunidad, Joey. He querido hablar contigo estas tres semanas, pero sabía que no aceptarías de ninguna forma que el Sacerdote se acercara a ti, por lo que solo me quedaba esperar”.

“Buena decisión, porque hasta ayer seguro que te mandaba a la mierda si me hablabas. Di de una vez lo que quieras decir”. Estaba siendo muy borde, no sabía por qué, solo sentía su sangre arder ligeramente bajo la piel.

“Primero, Joey quiero que sepas que nada de esto tiene que ver con tu físico, ni de buena o mala forma. Eres increíblemente hermoso, si me lo permites decir, pero si no lo fueras mi decisión de vernos finalmente no hubiera cambiado. Es igual al hecho de que somos diferentes, sabes que soy un nerd egocéntrico y yo sé que eres un tonto distraído y ocurrente. Estamos destinados a ser contrarios, pero aun así me gustas. ¿Puedes entender eso?”.

Tuvo que apartar la vista de la pantalla y tomar una gran bocanada de aire. ¿Quería una confesión de amor? Porque el Sacerdote parecía dispuesto a darle una ahora mismo.

“Lo entiendo y gracias por decírmelo”. En ese momento una de sus dudas de las últimas semanas había cerrado sus puertas. No sabía que necesitaba tanto una aclaración a sobre eso.

“Tengo que confesar que saber que eras tú sí me hizo cambiar de opinión sobre conocerte, solo que no es una cuestión de físico. Digamos que sabía algunas cosas sobre ti, y admito que también tenía ideas que, ahora que te reconozco, se que resultaron ser erróneas. Lo poco que sabía de Joey Wheeler y lo que sé de Senshi me hicieron confirmar a mí mismo que eres alguien de confianza, definitivamente confío en ti”.

“¿Entonces no querías verme en el evento porque no confiabas en mí?”

“No lo hacía, lo siento. Fue una duda que apareció de repente y se unió al hecho de que tampoco confío en mí mismo”.

Joey frunció el ceño con desconfianza. “Eres un egocéntrico que cree que nunca se equivoca y que tiene la razón en todo. No estoy muy seguro de creer que eres alguien inseguro”.

“Admito que no lo demuestro, pero no creo que sea capaz de hacer cualquier cosa. Supongo que me auto-convenzo de que sí soy capaz para ignorar el pensamiento de que nunca voy a lograr nada de lo que me propongo”.

Eso era lo más sincero que el Sacerdote había dicho sobre él mismo hasta entonces. Había notado múltiples veces que no se encontraba cómodo, y hasta a veces parecía esquivo, cuando la etiqueta de ‘nerd’ o ‘prodigio’ se ponía sobre su cabeza. Sabía que no era bueno haciendo nuevas amistades y que no era propenso a juntarse con personas de su edad. Y por supuesto, sabía que desconfiaba de las personas que demostraban interés en su persona por una mala experiencia del pasado, aunque no sabía nada de esta.     

Quizá una persona nacida para ser un líder, que no se equivoca con frecuencia y que se muestra confiado en sí mismo, en el fondo también duda de sus propios límites y capacidades.

Pensó en Seto en la noche que se encontraron en su cocina. Recordó su rostro lleno de preocupación profunda y resguardada hacia su hermano. Nunca se habría imaginado que Mokuba ocupase tanto la cabeza de Seto, pero así era. A veces las personas guardan de sí cosas que no quieren que el resto vea y salen a la calle fingiendo que simplemente no existe.

El Sacerdote agregó: “No era algo personal, no confío casi en nadie, ni siquiera en mí”.

Joey quiso darle una patada a su propia empatía, él no era de las personas que dan la espalda cuando alguien les muestra su corazón y se abre a ellos compartiendo su debilidad. “Sé que no le contarías esto a cualquiera, así que asumo que confías en mi ahora”.

“Cuento con los dedos de una mano a las personas en las confío más que en ti”.

“¿Cómo sabes que soy de confiar? ¿Cómo sabes cosas de mí?” Esa pregunta le llevaba  ocupando gran parte de sus pensamientos, porque el Sacerdote había admitido buscar información sobre él y no sabía qué cosas podía haber encontrado. “¿Qué más sabes de mí?”

El Sacerdote volvió a demorar en empezar a escribir. “Joey, te prometo que no te investigué más allá de la dirección IP. Lo que sé de ti es porque te he observado y escuchado, no más que eso. Es difícil de explicar sin conocernos en persona”.

Se alivió de leer eso, no sabía hasta qué punto llegaban las capacidades del Sacerdote para obtener información personal y habían cosas que no quería que las encontrara. No le importaba que lo supiera, solo no quería que lo encontrara en informes policiales: su estadía en la pandilla, la vez que terminó en la cárcel durante horas por la pandilla, la adicción al alcohol de su padre y su tendencia violenta al estar ebrio, y por supuesto el informe del hospital cuando su padre lo golpeó y se pegó contra el borde de la mesa. No quería que ninguna de esas cosas llegara a oídos del Sacerdote sino era por su propia boca y voluntad.   

Más allá de eso, releyó el mensaje y trató de entenderle. No entendía cómo el Sacerdote podía asumir que era alguien de confianza en el mundo real si no lo conocía.

“Entonces ya nos hemos visto y hasta hablado supongo. ¿Coincidimos y hablamos de casualidad en algún evento?”

“Sí, nos vimos y hablamos en el primer evento”.

Joey lamentó tener tan mala memoria. Era increíble que se hubieran hablado por suma casualidad y era obvio que no lo recordaría, ese día había hablado con casi todos los duelistas VIP. Tratar de reconocerlo entre las caras que vio hace meses era como buscar una aguja en un  pajar.

“Pus obviamente yo me sigo encontrando en desventaja porque no tengo ni la más pálida idea de quién eres. Sospeché una vez de tu identidad, pero sé que fue un error”.

“Si quieres, y porque realmente quiero hacerlo, me encantaría poder decirte todo esto en persona, Joey. La oferta de vernos aún sigue en pie y no voy a arrepentirme esta vez, es lo que más he querido durante estas últimas tres semanas”.

Joey escondió el rostro entre sus manos y pensó en la propuesta. Quería conocer al Sacerdote y al mismo tiempo no; lo perdonaba, pero eso no quería decir que volvía a confiar en él.

“Mejor volvamos al poco a poco, necesito mi dosis de largas horas charlando y jugando contigo en la noche antes de siquiera pensar en verte”.

“¿No quieres conocerme?”

Más que nada…

“Eventualmente nos conoceremos, y espero que pronto. Pero lo mejor ahora es que nos pongamos al día, necesito volver a confiar en ti. Además, tienes mi dragón, te puedo asegurar que eso ya es motivo para vernos”.

“Pensé que no querías usar la carta como excusa para vernos”.

“Eso solo cuenta para ti, yo puedo usarla de excusa siempre que quiera. Es mi carta, fin”.

De nuevo volvió a demorar en responder. “Demonios, necesitaba de nuestras charlas nocturnas tanto como respirar. De verdad me encantas, Joey”.

Sabía que el color rojo debía de inundar su rostro entero. El retorcijón placentero apareció en su estómago de inmediato, ese que le confirmaba cuan enamorado estaba del hombre al otro lado de la pantalla. Y no por primera vez llegó a sentir un tirón en su entrepierna al leer lo que el Sacerdote le escribía.

Era un tonto si alguna vez pensó que podía finalizar esto cuando quisiera o que podría llegar a enamorarse de otra persona. Siempre era y sería el Sacerdote el que le moviera de verdad el piso.    

“Extrañaba tus halagos hacia mi persona, puedes seguir todo lo que quieras. Te daré algunos puntos por eso. Mientras tanto, ¿por qué no probamos la nueva misión en el Pantano?

+ - + - + - + - + 

Habían pasado semanas y volver a la escuela se le había hecho de lo más extraño en un comienzo. Ahora que los chicos habían vuelto a Egipto, no había realmente un motivo por el cual debiera de cruzarse con Kaiba excepto por la escuela. Por un lado eso era bueno, pero por el otro la escuela era de lunes a viernes, en otras palabras: era imposible ignorarle.

El primer día de regreso a clases Seto ya estaba allí cuando llegó. Pensó que también tendría planeado ignorarle, quizá fingiría que nada había pasado entre ellos y que nunca volvería a pasar algo así de nuevo. Pero no. Seto clavó su fría, ya no tan fría, mirada en él apenas apareció por la puerta y lo persiguió hasta que tomó asiento en su lugar.

Decir que se sintió cohibido era poco. ¿Quizá era solo cosa de una vez? Pero de nuevo se equivocó. Kaiba lo observaba, todo el tiempo, y él había terminado imitándolo por el simple hecho de saber si lo estaba mirando o no.

-Seto te está mirando otra vez –murmuró Yugi un día que estaban almorzando-. ¿En serio no pasó nada entre ustedes? Ambos están actuando muy raro.

-Kaiba me besó –confesó finalmente mientras miraba de reojo cómo Kaiba lo miraba de reojo.

Tristán escupió su agua al escucharlo y a Ryou se le cayó la comida de sus palillos. Yugi asintió suavemente, poco sorprendido y Tea clocó una mano en su hombro en forma de apoyo, ella ya lo sabía, lo había visto todo.

-¿Cuándo sucedió eso? –exigió saber Tristán.

-Hace semanas, en el Matsuri -Tristán abrió la boca para quejarse por no habérselo contado-. No significó nada, por eso no se los dije. En realidad no sé por qué lo hizo.

-¿Cómo sabes que no significó nada si no sabes por qué lo hizo? –Ryou frunció el ceño mientras masticaba-. ¿Qué no hablaron sobre ello después? No parece la clase de persona que besa a alguien solo porque sí.

-No he hablado con él desde entonces. No he tenido un motivo para verme obligado a hacerlo y no quiero pedirle para hablar justo de eso. Pensé que todo pasaría como agua bajo un puente.

-Creo que deberías de hablar con él. No creo que para Seto no significara nada, después de todo, te mira todo el tiempo –aconsejó Tea.

Joey se dio cuenta de que quizá si debiera de hacer algo. Hasta Tea y Yugi notaron  las miradas furtivas entre los dos, estaban siendo muy obvios. De verdad algo estaba pasando, ¿pero qué?

No pudo seguir el consejo. El solo pensar en acercarse a Kaiba y pedirle para hablar le causaba escalofríos. Ni sabía que le diría, quizá preguntar el por qué lo había besado era un buen comienzo, pero no sabía qué hacer ante una posible respuesta. ¿Y si Kaiba decía que le gustaba? Joey no quería gustarle a Kaiba, no ahora que ya tenía a alguien más. Le daba vergüenza el solo pensar en rechazarlo porque estaba enamorado de alguien a quien ni siquiera conocía.

Además Kaiba ya lo sabía, debería usar ese cerebro suyo y entender que no había futuro entre ellos.

Solo existía para el Sacerdote, con quien había vuelto a hablar casi todas las noches. Y hasta estaba consiguiendo más atención de su parte que antes; se conectaba antes y se iba después, nunca hacía trabajo de vigilancia al estar con él y hasta se conectaba por la tarde de los fines de semana.

Lo malo era que no hacía más que jugar a “Magic & Wizards”. Ahora le faltaban motivos para irse.

+ - + - +

A mediados de Setiembre, durante la noche, se encontraba trepando árboles inmensos en el mapa de la selva junto a un avatar femenino perteneciente a Malik. Se habían vuelto grandes amigos y jugaban juntos todo el tiempo. Finalmente tenía a alguien que perteneciera al mapa del ‘Guardián’  y que le pudiese pasar información de este.

-¿Te gustó el regalo que te enviamos?

-¡Estuvo increíble! Gracias por eso. Ahora mismo me estoy comiendo una caja de Pockys.

La semana pasada Yugi y él se habían organizado para comprar un montón de chucherías japonesas y enviárselas a Malik de regalo por su cumpleaños, el cual era mañana. Marik había cumplido hace una semana.

-¡No me digas eso que me da hambre! –escuchó a su quisquilloso estómago hacer ruido.

Marik se rio. El avatar femenino de especie elfo desató una balsa a la orilla del río y ambos se subieron, era la forma más rápida de llegar a la parte más profunda de la selva africana y en donde se encontraban las misiones más difíciles de ese mapa; habían criaturas antinaturales y feroces que resguardaban todo tipo de recompensas.   

-Falta poco para el próximo evento. ¿Se quedarán después?

Hacía una semana que se había anunciado el próximo evento, aunque este era diferente al resto porque no tenía el objetivo de presentar una nueva expansión o producto. Se trataba de la primera competición oficial de Duelo de Monstruos para encontrar al mejor jugador de “Magic & Wizards”. Poco faltaba decir que nuevamente se armó un alboroto por aquellos que no habían sido elegidos, porque esta vez no habían misiones u opiniones de los administradores de por medio, solo aquellos jugadores con buenas estadísticas de juego eran invitados.

Y por supuesto, era eliminatorio. No bastaba con tener una buena racha, se trataba de tener mejor racha que la mayoría. Por cada buen jugador que obtenía una invitación, otro buen jugador quedaba fuera. Al final fueron seleccionados unos 120 jugadores, treinta por cada mapa.   

Joey estaba orgulloso de su gran cantidad de misiones cumplidas y duelos ganados, tanto de monstruos como de dados del calabozo. Con todo lo que jugaba últimamente hubiera sido una sorpresa no haber obtenido una invitación.       

-Pensábamos quedarnos hasta el cumpleaños de Seto y Akefia, pero con los estudios no creo que podamos. Atem estudia en casa, pero Marik y yo no podemos faltar una semana a la escuela solo porque sí. Nos expulsarían y mis hermanos me asesinarían.

La voz animada de Malik viajó a sus oídos a través de los auriculares. Hacían tantas bromas entre ellos que desde un principio fue imposible comunicarse escribiendo.  

-Cierto que Akefia y el engreído cumplen el mismo día.

Joey sacó de su baúl un arco que el Sacerdote le había regalado, apuntó hacia la orilla y lanzó flechas a los animales salvajes que trataban de treparse a las lianas para alcanzarlos. Por cada muerte obtenía puntos de experiencia, en la esquina izquierda vio cómo la barrita se llenaba, estaba a punto de subir a nivel Platino. Le disparó a un animal grande varias veces, cuando al fin cayó y se evaporó, una carta de duelo voló hacia él como recompensa, no era fuerte.

-Pensé que Seto y tú se estaban llevando mejor.

-Yo también, pero al final creo que no. No nos odiamos y me cae bien, solo que no hay motivo para volver a hablarnos –y si la hubiera trataría de evitarla.

-Me imaginé que volvería a encerrarse en su burbuja a penas no fuéramos. Hay que tenerle paciencia… -Malik hizo una pausa y suspiró-, no es fácil para él dejar entrar a alguien. Más después de lo que pasó entre ustedes en el Matsuri.

Joey sintió su piel calentarse. -¡¿Nos viste?!

-No, pero me enteré –Joey se dio cuenta que era obvio que sucedería-. Probablemente estés confundido y es entendible. Tratar con Seto, románticamente, es difícil después de lo que pasó.

-¿Pasó? ¿Qué pasó? ¿Tiene que ver con Gozaburo? –Joey pensó sobre la cercanía entre Malik y Seto, quizá él podría entenderlo mejor-. Me sentí confuso cuando me besó y lo sigo estando. Yo lo rechacé, pero él no dijo nada después. Se rindió enseguida. Pensé que lo dejaría así, pero siento su mirada sobre mí todo el tiempo en la escuela.

 -Yo no sé mucho, no sé si tiene que ver con Gozaburo y creo que no es más que una teoría mía… -Malik suspiró antes de agregar-. Sé que prometí no meterme, pero quizá pueda ayudar. Aunque no por aquí, es complicado. ¿Hacemos videollamada?

Joey se preguntó sobre la importancia de lo que le diría. Después de todo, para hacer una videollamada debían de salir del juego y después de lo que les había costado llegar hasta allí, uno no se iría solo porque sí.

Ambos salieron del juego. Joey entró a Skype, no era la primera vez que hablaba con Malik por videollamada y pronto su rostro apreció en la pantalla. Vio su enorme cuarto igual de desordenado que siempre, nunca parecía importarle lo suficiente para limpiarlo. Malik estaba en su silla de escritorio con uno de sus típicos tops y un moño desordenado en la cabeza.

-Primero quiero aclarar que si alguien pregunta yo no te conté nada. No debería contártelo, pero creo que debes saberlo y ninguno de esos tontos te lo contará.

-Está bien, no le diré a nadie lo que me cuentes. Entonces, ¿qué es lo que pasa con Kaiba?

-Realmente no se mucho y puede que todo sean ideas mías –aclaró Malik, tenía cara de no estar seguro de seguir adelante-. Mira, comencé a salir con Marik hace dos años en esta fecha exactamente y la primera semana estuvimos pegados por la cadera así que iba todos los días a su casa después de la escuela. El resto de los chicos estaban ahí, lo usual, pero también había alguien más, una chica que siempre estaba junto a Seto. Antes de salir con Marik la había visto con ellos un par de veces.

Sabía que Atem vivía en un barrio de ricos y que él y Malik eran vecinos de cuadra, por eso se conocían desde siempre, para suerte de Marik.

-¿Seto tuvo una novia?

Joey se sorprendió y al mismo tiempo no. Seto era muy antisocial para tener novia, pero a la vez era agradable y atractivo, ¿quién no querría salir con él? Negó con la cabeza al ver por donde agarraba su mente.

-No lo sé –Malik se elevó de hombros y Joey lo miró sospechoso, era difícil creer que no supiera con lo que le gustaban los chismes-. Es en serio. En ese entonces hacía tres meses que Gozaburo se había muerto y Mokuba y Seto vivían en Egipto desde entonces, pero era hora de que Seto tomara el control de la empresa, así que a finales de setiembre se marchó para Japón.

-¿Qué pasó con la chica? –algo en sí no le gustaba saber que hubo una chica importante en la vida de Seto, no quería pensar en eso, pero…-. ¿Cómo era ella?

-Se llamaba Kisara y era muy hermosa, del tipo de chicas que esperas ver junto a alguien como Seto Kaiba –Joey sintió su corazón retorcerse y hacerse chiquito de la humillación-. Ella resaltaba mucho, no parecía egipcia para nada, pero lo era. Recuerdo haber tratado de hablar con ella durante esa semana que la conocí, pero era muy tímida, no hablaba mucho. La cuestión es que ella viajó a Japón para el cumpleaños de Seto con los chicos una semana después de que Seto se fuera con Mokuba. Después de que regresaron, nunca volví a verla.

-¿Pero qué pasó? ¿Rompieron? ¿Seto se dio cuenta de que no valía la pena y la desechó? –por alguna razón ese pensamiento le gustaba.

-Eso es lo que no sé, le he preguntado a Marik cientos de veces pero él no quiere contarme –Malik se cruzó de brazos farfullando enojado-. Además no es solo que no me cuenta lo que ocurrió, es que Kisara se volvió más innombrable que Voldemort. Una vez la mencioné frente a Seto a ver si obtenía algo y te juro que pensé que moriría. Desde ese día Seto ha estado un poco desdeñado a tener alguna clase de relación amorosa y desconfía de toda persona que se acerca mucho a él.    

-¿Crees que sea posible que ella buscara otra cosa en Seto? Como todas esas personas que están detrás de él porque están interesadas en su dinero o empresa. Seto es un poco adusto con esa clase de persona.

-No lo creo. Ella vivía a un par de calles, seguro se conocieron en una de las escapadas de los chicos, así que su familia debía de ser acomodada. Aunque se mudaron hace mucho tiempo ya, no he sabido nada de ella desde entonces –Malik se llevó un dedo a la barbilla-. Realmente no sé si tiene que ver, pero una decepción amorosa en un momento duro de la vida, supongo que trauma hasta las grandes mentes como Seto.

-¿Crees que tiene un trauma por lo que pasó con Kisara? –el simple hecho de decir el nombre de la chica lo hacía querer vomitar.

-¿Quizá? Digo, él parecía ir en serio, ella no tanto a mi parecer y de repente todo termina y se va por el caño.

-Espera un segundo, ¿dices que ellos no estaban juntos? –eso le gustaba más que pensar en Seto besando una chica linda.

-Nunca llegaron a nada por lo que Marik me contó –Malik golpeó el escritorio con el puño mientras fruncía el ceño-. Es increíble que ese tonto no me quiera contar nada más. Lo cual es aún peor. Para que hasta Marik considere el tema como prohibido, debe de ser algo bastante serio e importante para Seto.

Joey se quedó reflexionando al respecto, no se consideraba un fan de los chismes, pero uno entre CEO más importante de la ciudad y una chica misteriosa atraería a cualquiera. ¿Podía ser ese el motivo por el cual Seto se rindió a penas lo besó? O quizá era como lo pensó en un principio y el beso no era más que un beso por el momento, Seto no quería ninguna relación después de todo.

¿Qué pudo haber pasado entre Seto y Kisara?

-¿Crees que la culpa la tuvo Kaiba? Después de todo el suele ser un poco aterrador con las chicas que se le acercan.

-Pues yo recuerdo que él era bastante encantador con ella durante esa semana que la conocí. Si él es así con las personas que le interesan, no dudaría ni un segundo en la posibilidad de que sea un casanova. Ya lo sexy lo tiene de nacimiento, ¿verdad? –Malik suspiró románticamente.   

Joey aceptó que era verdad lo que decía. No solo lo de que era sexy, también el hecho de que Seto se comportaba diferente con las personas que quería cerca de él. Joey mismo había estado en el extremo receptor de la parte encantadora de Seto y a pesar de las semanas seguía un poco coladito por su sonrisa, su actitud y sus ojos azules. Se preguntó cómo sería Seto coqueteando, apostaba a que cualquiera caería en segundos a sus pies.

Malik miró hacia atrás, la puerta de su cuarto se había abierto y una mujer pelinegra entró. Ya la había visto otras veces, era Ishizu, la hermana mayor de Malik.

-Marik ya está abajo esperándote. Dijo que te llamó por teléfono y no contestaste, así que está haciendo todo un drama.

-Dejé mi celular cargando, desde aquí no lo escuché –Malik rodó los ojos pero se rió de las locuras de su novio-. Dile que ya bajo.

-¿Tienen una cita por su aniversario? -Joey se sorprendió al ver como Malik se sonrojaba un poco mientras asentía-. Bueno, te dejaré y espero que pases un buen cumpleaños mañana.

-Gracias, Joey. Y ten en cuenta lo de Seto. Puede que aun siga arreglando su corazón y levantando su orgullo del suelo. Tenle paciencia.

-Entiendo, pero Malik, solo fue un beso. No hay nada entre nosotros y no creo que lo haya porque ya estoy enamorado de alguien más.

-¿A sí? –Malik lo miró sorprendido, confuso y extrañado, luego su cara cambió a una de entendimiento-. ¡Ah, cierto! Digo… nada… adiós. Ten una buena noche.

Malik se fue de inmediato. No entendió qué había pasado con Malik tan de repente. Él parecía hablar de Seto como si estuviese tratando de darle un consejo amoroso y no el chisme que había venido a buscar. De todas formas, le gustaba poder saber algo más de Seto.

Ahora se sentía un poco mal, no quería ser la segunda decepción amorosa de Seto. Quizá debería de hablar con él, explicarle sus motivos por lo cual lo rechazó y preguntarle si estaba bien con eso. Quizá podrían mantener una amistad, le había gustado pasar tiempo con él y admitía que se sentía decepcionado de ya no poder tener ese día de videojuegos con él y Mokuba como habían comentado aquella vez en su habitación.

Quizá podrían ser amigos.      

 

Notas finales:

¿Les gustó?

Tengo que admitir que la idea de que Yugi y Atem armaran juntos el rompecabezas era para capítulos anteriores, pero por algún motivo me lo olvidaba en el proceso. Igual me gustó más dejarlo en este capítulo.

Para quienes deseaban que Akefia se quedara en Japón, deseo concedido! Aun volverá a Egipto, pero vendrá más seguido a "trabajar", por supuesto.

¿Se dieron cuenta de cuántos capítulos pasaron hasta que el Sacerdote y Joey volvieran a hablarse correctametne? Sentía que no podía esperar ni un segundo más y Seto tampoco, aunque ahora él solito se ha enredado en su telaraña. Ahora solo puede acercarse a Joey por medio del Sacerdote, que drama...

Se que lo digo mucho, pero me encanta el personaje de Malik que salió de mi cabeza y me encanta también que quiera ayudar a Seto a pesar de que este no quiera. Y es que Seto se olvida que para Malik él es uno de sus mejores amigos y a los amigos se les ayuda. Quizá Malik no conozca todo el chisme, pero al menos pudo advertirle a Joey sobre lo difícil que es el amor para Seto, aunque casi mete la pata al final. 

Aviso: actualizaré en lunes de noche dentro de dos semanas y al fin va a suceder lo que tanto estamos esperando. 

Gracias por leer!!

Nos vemos en el próximo capítulo!!


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