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Criminal - [Ereri] por L_inverse

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Notas del capitulo:

¡Hola, nuevamente! Me disculpo de antemano por la tardanza en actualizar. Pero aquí vamos con la continuación.

¡Disfruten!

Levi se sentó en el piso jadeante y bañado en sudor. Esa mañana había aumentado el número de repeticiones en las series de ejercicios que llevaba haciendo desde hace al menos cinco años para mantenerse en forma y, con vergüenza, debía admitir que en el último tiempo se había vuelto levemente conformista al mantener sus rutinas sin alteraciones, pese a que ya no le tomaba mucho esfuerzo realizar esos ejercicios.

Se concedió unos segundos para recuperar completamente el aliento y luego se puso de pie para chequear su teléfono, corroborando que todavía tenía tiempo para darse una ducha tranquilamente y después marcharse a trabajar.

Hacer ejercicios por la mañana le daba cierta energía para comenzar su día y, muchas veces, le ayudaba a calmar la ansiedad de no saber qué le deparaba esa jornada laboral, considerando que el índice de violencia en la ciudad había vuelto a aumentar casi en un dos por ciento durante el último mes.

Bueno, siendo sincero, tenía que admitir que recientemente su ansiedad no tenía que ver de manera exclusiva con su trabajo, sino que tenía asuntos que, pese a ligarse con este, se enredaban complicadamente con su vida personal.

Sí, ya no podía mentirse con respecto a la situación de Eren y el Espectro, junto con todo lo que implicaba la relación que mantenía con ambas personalidades del moreno; se sabía completamente irresponsable de haberse encariñado con el mocoso detrás de la identidad del famoso ladrón de Stohess, pero ya no podía hacer nada para cambiarlo. Eren era parte de su vida ahora y, con toda la sinceridad del mundo, Levi no quería que se marchara.

Estar con el moreno le hacía bien, le gustaba su compañía y la manera tan particular que tenía de ponerle atención, de tener detalles con él como descubrir sus gustos en comida o películas, incluso se había percatado de cuál era el sabor de té que más le gustaba de los que le ofrecía cuando iba hasta el departamento del mocoso. Era increíble porque jamás le comentaba esas cosas, Eren simplemente las había descubierto tras observarlo en los constantes encuentros que tenían, en las caminatas por las calles o conversaciones telefónicas.

Sin embargo, esta manera en que se había acostumbrado a su presencia constante, a sus conversaciones y a la cálida familiaridad con la que ya se estaban tratando, lo hacía olvidar más recurrentemente que Eren era el Espectro; razón por la cual hace unos días había cometido el terrible error de usar una de las conversaciones que tuvo con el moreno para seguir una pista de las víctimas del ladrón.

Esa tarde, cuando el teléfono de su oficina sonó y el oficial del mesón de atención había anunciado la visita de Eren en el cuartel, sintió como si le hubiera caído un balde de agua fría sobre su cabeza, llevándolo a entrar en razón respecto a la investigación que estuvo llevando a cabo arduamente durante todo ese día; al caer en cuenta de su error, no pudo evitar sentirse horriblemente frustrado y preocupado de lo que diría el mocoso, de cómo se sentiría y de si era correcto comentarlo o no.

Para cuando el chico había llegado a su oficina y se mostró tan inseguro y preocupado, Levi tomó la determinación de que no quería mentirle, no quería que pensara que lo estaba traicionando porque eso no era cierto; de hecho, los sentimientos que estaba desarrollando por el universitario lo habían llevado a disociar nuevamente la personalidad de Eren con su identidad como el Espectro y, por lo mismo, no se había detenido a pensar de que, realmente, la persona que le había revelado la información era el ladrón y no el universitario.

Para su tranquilidad, el mocoso había terminado perdonándolo, pero él no podía perdonarse a sí mismo todavía. Eren había conocido a sus amigos en la fiesta de Hange y se había comportado de manera excelente; también lo había llevado consigo al viaje a Mitras y el chico en ningún momento husmeó en su trabajo, así como tampoco quiso saber, inicialmente, sobre la pista que estaba investigando hace unos días, pese a que tenía que ver con el Espectro.

Al parecer, para el mocoso era un poco más sencillo mantener separada la identidad del detective y de Levi, procurando no intervenir en su trabajo ni en la investigación; aunque en más de una ocasión el moreno le había comentado que había tenido discusiones con sus cómplices por estarse involucrando con un policía…

La verdad es que se sentía en un callejón sin salida, porque todos los días temía que lo llamaran para reportar otro robo del Espectro y, en cada ocasión, deseaba de manera simultánea que encontraran una pista para encontrar al culpable y frenar los robos, de la misma forma en que no quería que el mocoso dejara evidencia que lo llevara a capturarlo.

Con pesar, tenía que admitir que cada día parecía más tentador dejar el caso y dedicarse a dirigir otras investigaciones… pero no quería hacerlo. De hecho, infantilmente comenzaba a sentir que la manera más segura de adelantarse a todo lo que tuviera que ver con el Espectro – ya sea para atraparlo o para proteger a Eren – era siguiendo como líder del equipo que buscaba su captura.

Suspiró agotado cuando terminó de vestirse para marcharse al cuartel. Estaban casi a finales de marzo y el calor comenzaba a sentirse con más fuerza, así que ya no necesitaba de abrigos y bufandas para ir a trabajar, sólo le bastaba con la usual chaqueta del traje sobre las camisas blancas que le parecían más cómodas y los pantalones que combinaban con su uniforme.

Al darse un corto vistazo en el espejo, tuvo un repentino pensamiento sobre sí mismo respecto a su apariencia al percatarse de que se sentía más viejo. No había particularmente ningún signo que lo demostrara – ni arrugas, ni canas o algo por el estilo – pero pensar en Eren siempre le hacía sentir que estaban en mundos muy diferentes, no sólo socialmente sino que también en cuanto a edad. Había más de diez años de diferencia entre ambos, el mocoso todavía estudiaba en la universidad y también parecía estar en los mejores años de su vida, lleno de energía y entusiasmo.

Estos pensamientos lo llevaban inevitablemente a sentirse inseguro respecto a su relación actual, porque tal vez era demasiado aburrido para alguien como el mocoso, que tenía mucho más tiempo libre que él e ideas extravagantes para realizar; muchas veces podía notar que el chico quería pedirle más tiempo juntos – usualmente esto se reflejaba cuando le ofrecía quedarse en el departamento del mocoso – y, honestamente, Levi siempre estaba tentado de decirle que sí; porque, demonios, cuánto le costaba darle una negativa al jodido universitario.

Sin embargo, su trabajo hacía que tuviera tiempos bastante limitados, en algunas ocasiones también había tenido que acudir a algún llamado y se había visto forzado en cancelar las visitas al mocoso o marcharse de su departamento imprevistamente. Por otro lado, el hecho de quedarse en la casa de Eren le parecía todavía un poco osado e incorrecto. Se suponía que sólo eran amigos, que se estaban conociendo todavía, que el padre del mocoso odiaba esa extraña relación que mantenían, que el moreno todavía estaba públicamente comprometido con Historia Reiss; en fin, un montón de malas excusas que, a final de cuentas, trataban de ocultar el hecho de que le ponía ligeramente nervioso pasar la noche bajo el mismo techo que el universitario, sobre todo tras haber asumido que comenzaba a desarrollar… otro tipo de sentimientos por él.

Se aclaró la garganta al darse cuenta de que nuevamente se había perdido en sus pensamientos sobre Eren, que, evidentemente, se habían vuelto recurrentes en él y, a veces, se desconcentraba lo suficiente como para perder al menos cinco minutos en debates mentales sobre lo mucho que le gustaba su compañía y lo frustrante que era la situación entre ambos, como para querer alejarse de él. Pero Levi no era de las personas que huían, por lo mismo, sabía que no tenía el valor suficiente y tampoco el orgullo para alejarse de Eren por voluntad propia.

Tomó su placa y el revolver para acomodarlo entre sus ropas y, cuando fue a tomar las llaves del departamento y su celular, se fijó en que tenía una notificación nueva.

La verdad es que no le extrañó que fuera un mensaje del mocoso de mierda deseándole un buen día; así como tampoco fue extraño que él sonriera apenas ver el nombre del remitente del mensaje y se emocionara sutilmente, como todas las mañanas desde hace algún tiempo, comenzando su día con esa estúpida sonrisa cual adolescente enamorado.

 

~*~~~*~~~*~

 

– Eres simplemente patético. – le recriminó su pequeña amiga, mientras ponía las manos en su delgada cintura con actitud reprochadora. Eren soltó un exasperado suspiro, al tiempo que ponía los ojos en blanco y continuaba con su labor de ordenar su mochila para las clases que tenía ese día.

– La idea de levantarse temprano es empezar bien el día y no estar gruñendo antes del desayuno, Historia. –

Se había sorprendido bastante en el momento en que el timbre de su departamento sonó cuando recién había terminado de vestirse. Con vergüenza, tenía que admitir que esperaba que fuera Levi, sorprendiéndolo para ir a tomar desayuno juntos o algo así – curiosamente, cada vez que llamaban a su departamento, tenía la utópica ilusión de que fuera el detective –, pero los ojos azules y el cabello rubio de su amiga habían matado su ilusión de ver un cabello azabache pulcramente peinado y unos ojos marcados por un ceño fruncido; bueno, lo del ceño fruncido se le cumplió, porque Historia había llegado un poco molesta hasta su hogar.

Se suponía que el día de ayer había quedado de llamarla para coordinar verse ese día, pero estuvo ocupado a lo largo de la jornada y, para la noche, había recibido una llamada de Levi con quién estuvo hablando casi una hora por teléfono, distrayéndolo de cualquier otra cosa que tuviese que hacer, incluso después de cortar.

Ahora que le había pedido disculpas a la chica por no haberla llamado y explicado los motivos para eso, su amiga le estaba recriminando el hecho de que todavía no le confesaba sus sentimientos al detective.

– Todavía no comprendo qué estás esperando, Eren. – soltó la rubia siguiéndolo en dirección al dormitorio.

– Estoy esperando que te calmes para poder tener una conversación como personas civilizadas. – bromeó él con tranquilidad, recibiendo un jalón de cabello por parte de la chica.

– No me vengas con tus chistecitos, Eren Jaeger. – exclamó, robándole un quejido al más alto, que se soltó rápidamente del ataque de su amiga. – Hablo en serio. –

– No lo sé, Historia. Hay muchas cosas entre nosotros como para tomarme a la ligera el asunto de mis sentimientos. Es más, es muy probable que Levi no sienta lo mismo por mí. Quedaría como un completo idiota avergonzado. – señaló tomando la chaqueta de su armario para volver a dirigirse hacia la sala donde estaban sus cosas.

– Eren. – la chica se acercó rápidamente hasta él y tomó su brazo con delicadeza para hacer que la mirara. Su rostro tenía el semblante entristecido y claramente preocupado. – ¿Es por el tema del compromiso que no le dices al detective lo que sientes? – el moreno se incomodó un poco con la pregunta, porque no quería herir a su amiga con todo eso. Pero, francamente, si por algún milagro de la vida Levi le correspondiera, el tema de su eventual matrimonio con Historia era un asunto delicado tanto personal como familiarmente.

– No es lo más importante… pero es un problema, claramente. – comentó, tratando de restarle importancia al asunto. – Ya le dije a Levi que no somos pareja y que el compromiso es sólo un arreglo de nuestros padres. Pero, si quisiera tener algo con él… supongo que no le gustaría que todo el mundo comentara sobre el compromiso que tenemos tu y yo y esas cosas. –

– Es que… –

– Lo sé, lo sé. – interrumpió a su amiga, adivinando todo lo que le diría, porque no era la primera vez que discutían sobre finalizar oficialmente este tema del matrimonio. – Tranquila. No hay nada que me apure en mi plan de conquistar a Levi. Si tengo que tomarme mi tiempo, lo haré. En el proceso iré arreglando cada problema que se interponga entre ambos, siempre y cuando él lo quiera. – estableció con seguridad y una sonrisa para su pequeña amiga.

Si debía ser sincero, le encontraba bastante razón a su amiga cuando decía que no comprendía el motivo de la espera. Él sabía que estaba enamorado de Levi, lo tenía muy claro y, sin ánimos de parecer engreído, a veces tenía la impresión de que el azabache sentía algo similar por él; pero con todo lo que pasaba a su alrededor, el último tiempo se habían estado topando con un montón de problemas entre ellos que parecían amenazar con romper su relación de amistad.

Habían conversado las cosas a su tiempo y también mejorando en el tema de la comunicación, pero todavía sentía que Levi dudaba mucho sobre la relación con el universitario y esa duda parecía opacar cualquier tipo de sentimiento de índole romántica que podía tener el detective con él.

Sin embargo, cada día sentía más deseos de confesárselo. Estar junto al detective últimamente le revolvía mucho el estómago, en un buen sentido, sobre todo porque cada vez se percataba de a que al otro no le incomodaba sus intentos por tener más proximidad; de hecho, en ocasiones tenía la impresión de que era el mismo azabache quien se acercaba hacia él de manera natural y buscaba su cercanía.

– Eren. – la llamada de Historia lo sacó de su pensamiento, notando que estaba sonriendo de la nada. – Quería hablarte de la cena de mañana. – comentó la chica, incómoda con el tema de conversación.

– Ya lo sé. – señaló él terminando de cerrar su mochila y colgándosela al hombro. – Sabes que ahí estaré. –

– Es tu cumpleaños, tonto. Disfrutémoslo juntos, al menos. – dijo ella forzando una sonrisa. – Podemos reírnos de las conversaciones superficiales de la gente. – sugirió.

– Es una estupidez. – mencionó él, agotado de tener que luchar todos los años contra ese evento obligado al que tenía que asistir.

– Invita a Levi y seguramente será más divertido. – mencionó ella sonriéndole ladinamente mientras alzaba una ceja

– Qué chistosa. – le recriminó él poniendo su mano contra la cara de la chica y apartándola para comenzar a caminar a la salida de su departamento. – No obligaría a Levi a ir a una fiesta a la que ni yo quiero ir. –

– Podría tratar de convencer a tu padre de que pida a la policía resguardar el lugar, así él iría “casualmente”. – la rubia soltó un par de risitas que terminó por contagiar al moreno.

– Claro, porque a mi padre le encantaría ver a Levi en mi fiesta de cumpleaños. – comentó él con sarcasmo, tratando a quitarse el malhumor de pensar en el tedioso día que le esperaba mañana.

– De acuerdo, no más bromas sobre esto. Pasemos a lo serio. – dijo entonces la rubia cuando ya salieron del departamento y se encaminaban a tomar el ascensor. – Qué quieres de regalo este año, aparte de al detective, por supuesto. –

– Una nueva mejor amiga. Un poco más alta y menos chismosa. – sentenció él con sorna cuando se adentraron al elevador.

– ¿Chismosa, yo? – exclamó ella fingiendo estar ofendida.

– Le contaste a Annie lo del balcón con Levi. – recordó él, mirándola con los ojos entrecerrados de manera acusatoria.

– Prácticamente me torturó. – se defendió la chica cruzándose de brazos.

– Oh, es bueno saber que un poco de tortura hará que reveles mucha información sobre mí. – siguió burlándose el más alto.

– Dramático. – soltó ella con un bufido. – La edad te pone sensible. – ambos rieron mientras salían del edificio, encontrándose con el ruido de los vehículos en las calles y el sol que comenzaba a entibiar la mañana. – Vamos, Eren. Hablando en serio, no sé qué regalarte. – la rubia se puso un poco más seria y dirigió su azulina mirada hacia él cuando el chico se paró junto a la vereda para llamar a un taxi. – Había pensado en un juego de té de distintos sabores o quizá una nueva saga de libros. –

– ¿No se supone que el regalo es sorpresa? – se burló el moreno, secretamente complacido de que algo tan insignificante como un regalo para él produjera ese estrés en su mejor amiga.

– No quiero darte algo que esté guardado en tu departamento, juntando polvo. Últimamente ya no sé qué te gusta o qué te hace falta. – cuando finalmente un taxi se detuvo frente a ellos, Eren abrió la puerta del asiento trasero para dejar pasar a Historia e inmediatamente se subió a él para sentarse junto a ella. Saludó al chofer e indicó la dirección de una cafetería que quedaba más al centro, a calles de la universidad. – Eren. – siguió llamando a ella, pidiéndole de esta forma que la mirara.

– Muchas gracias por tu preocupación, Historia. – dijo el moreno tomando la mano de su prometida, notando lo inquieta que se estaba poniendo por su forma de rehuir del tema. – Pero no necesito nada en este momento. – miró a su mejor amiga con una sonrisa cargada del cariño que le tenía y ella se mostró reacia a sus palabras.

– Bien, entonces prepararé algo para la fiesta del sábado donde Armin y Annie. – respondió finalmente, un poco molesta porque claramente no le gustaba quedarse de manos cruzadas y no regalarle nada. Eren soltó una carcajada y se acomodó mejor en el vehículo. – Por cierto… ¿no quieres invitar a Levi? –

El moreno se puso bastante nervioso ante la mención del detective y su presencia en la fiesta del sábado; honestamente, le encantaría que fuera, porque siempre le gustaba pasar tiempo con el azabache. Además, considerando sus pensamientos de hace unos días cuando estaba con Annie y Armin, le llamaba mucho la atención saber qué opinaba el resto de su interacción. Tal vez porque aún les daba vueltas a las palabras de Annie acerca de sus sentimientos por Levi y de cómo estos nublaban su juicio.

Sin embargo, sabía que no era tan simple. Nada era simple entre él y Levi. En primer lugar, ni siquiera le había mencionado al detective que estaría de cumpleaños mañana, por lo que no había motivos para que él estuviera al tanto de la situación; en segundo lugar, en el caso de que finalmente decidiera comentárselo o, por alguna extraña razón, se enterara por su cuenta, no sabía si el azabache se sentiría cómodo entre todos sus amigos y amigas – mayoritariamente amigas, de hecho – porque era una persona mayor, llena de responsabilidades y una madurez que a veces le impresionaba; quizá encontraría que sus conversaciones eran aburridas y un montón de excusas ridículas que estaba seguro no eran verdad.

Levi se había sacado esos miedos de encima cuando decidió invitarlo a la fiesta de Hange. Seguramente el detective también había pensado que él se aburriría o que el resto de sus amigos no lo tratarían bien y que pensarían que únicamente era un mocoso que andaba detrás del azabache; así que, si ese fuese el caso, Eren también estaba dispuesto a correr ese riesgo, sabiendo que la mayoría de las personas que asistirían a esa fiesta eran bastante amables – no decía en su totalidad, porque estaba seguro de que Annie se comportaría como siempre y Mikasa probablemente lo odiaría al ser tan sobreprotectora –.

Pero el tema más importante de todo era que a esa reunión irían tres miembros pertenecientes al grupo que conformaban al Espectro y, evidentemente, a ninguno de ellos le parecería grato tener al famoso detective Levi Ackerman tan cerca, con su mente tan perspicaz y agudo instinto.

Ante este pensamiento, consideraba que lo mejor era no invitar a Levi y evitarle tanto a él como a sus amigos, un momento incómodo.

– Llevar a Levi a una fiesta de veinteañeros podría ser una tortura para él. – mencionó con una carcajada, tratando de disimular sus nervios y la ligera tristeza que le daba pensar que el azabache no estaría ahí.

– ¿Qué tan malhumorado es? – preguntó la rubia con curiosidad.

– Muy parecido a Annie. – mencionó el moreno con una mueca de culpabilidad.

– Tienes un gusto extraño, Jaeger. Sólo te comprendo porque el hombre es realmente atractivo y, por supuesto, inteligente. –

Eren no pudo evitar sonreír. Sólo pensar en Levi muchas veces lo hacía soltar una estúpida sonrisa sin motivo alguno; esto era algo que le pasaba recientemente, porque, pese a las múltiples discusiones y problemas que habían estado enfrentando las últimas veces, de alguna u otra forma ambos habían estado buscando soluciones que les permitiera seguir viéndose.

El chico tenía que admitir que esto sólo avivaba la esperanza en su interior de que el hombre correspondiera sus sentimientos y, por eso mismo, comenzaba a pensar con mayor frecuencia lo que Historia le había comentado, esto de confesarle finalmente a Levi que lo quería… bueno, si es que realmente era necesario, porque, de alguna u otra forma, tenía la impresión de haber sido bastante directo con el azabache sobre el asunto en reiteradas ocasiones; sin embargo, también podía darle entender a Levi que estaba bromeando o cualquier excusa que el avergonzado detective podría dar para evitar seguir con esos temas.

“¿Quién sabe? Quizá este cumpleaños podría ser… diferente.”

 

~*~~~*~~~*~

 

Levi estaba saliendo del cuartel de policía en dirección a la casa de Farlan. Se había prometido ir más seguido a verlo junto a los chicos de la casa de acogida, pero a veces le faltaba el tiempo para hacer todo lo que quería hacer; si no fuese porque Erwin y Hange trabajaban junto a él, suponía que jamás los vería.

Últimamente se sentía más dispuesto a dejar un poco su trabajo de lado y darse espacios para disfrutar de la compañía de sus más cercanos, sobre todo con Isabel y los chicos de la casa de acogida; con la pelirroja, tenía la convicción de que no dejaría que la chica se sintiera sola en ese lugar, por lo que acudía más seguido a visitarla o, al menos, la llamaba con frecuencia para conversar con ella.

También le servía para hablar mucho más con Farlan, a quién sentía que, de un momento a otro, había dejado de lado con todo esto de su trabajo y se había desligado mucho del hogar, salvo por el dinero que se había comprometido – por cuenta propia – a enviar a su hermano para ayudarle con los gastos.

Todo esto, sumado a los momentos que también le dedicaba a Eren a diario, le hacían tener la impresión de que sus días no tenían las suficientes horas para hacer la cantidad de actividades que le gustaría y, de inmediato, notó que pronto necesitaría establecer horarios nuevamente para evitar que el trabajo se le acumulara y no pudiera cumplir con sus responsabilidades. Las cuales, por cierto, a veces tenían que cubrir sus amigos, porque el hecho de que Levi se tomara más tiempos libres, no significaba que el trabajo también lo hiciera.

Estaba terminando de enviarle un mensaje a su hermano avisando que recién estaba en camino para el almuerzo cuando escucha que alguien lo llama a una corta distancia.

– Detective Ackerman. – el recién nombrado levantó la vista de su teléfono y se detuvo al encontrarse con un alto muchacho veinteañero de cabellos rubios y unos ojos azules que, por alguna extraña razón, le recordaron mucho a Erwin.

– ¿Puedo ayudarte en algo? – preguntó el policía extrañado al chico frente a él, quién asintió con una sonrisa cordial.

– Disculpe que lo intercepte de esta forma. Mi nombre es Armin Arlet, soy amigo de Eren. – se presentó mientras extendía su mano en dirección al azabache, quien quedó totalmente asombrado por este encuentro. El moreno le había hablado en más de una ocasión sobre su mejor amigo y actualmente compañero de universidad, pero nunca esperó encontrárselo en la calle, ni mucho menos que este lo saludara. 

Sin perder tiempo, el detective le estrechó cortamente la mano al menor y se quedó mirándolo confundido.

– Si estás buscando a Eren, pierdes tu tiempo. No he sabido de él hoy. – comentó con tono serio, ya que la situación le parecía un poco incómoda, aunque debía esperarse que el moreno le comentara sobre él a sus amigos, después de todo, pasaban bastante tiempo juntos.

El problema era qué les contaba a sus amigos sobre ellos; porque, evidentemente, no podía decirles lo del Espectro y ese intento de relación que funcionaba con el objetivo de que Levi convenciera al ladrón de dejar los robos; entonces, ¿cómo se supone que explicaba su amistad? No parecía muy usual que un chico como Eren conociera a un detective, salvo que estuviese metido en algún asunto de criminalística.

– No, no vengo a buscar a Eren. – dijo el rubio con una carcajada. – En realidad, quería hablar con usted, detective, si me lo permite. – expuso con entusiasmo. Levi tuvo lo impresión de que había algunos gestos que eran muy parecidos al moreno, seguramente porque pasaba mucho tiempo con el joven que ahora estaba frente a él. No obstante, a diferencia del mocoso que tenía su mundo de cabeza últimamente, el ojiazul era mucho más formal en su trato, incluso en su forma de vestir. Parecía tener una personalidad más seria y madura que Eren.

– Está bien. – accedió todavía sutilmente desconfiado, pero no por ello menos intrigado por este encuentro. – ¿Necesitas que vayamos a mi oficina o algo así? – preguntó apuntando hacia su espalda con el pulgar, señalando el cuartel.

– No se preocupe, seré breve. – indicó, todavía con un nivel de determinación muy alto. – Mañana es el cumpleaños de Eren. – informó de improviso, haciendo que Levi no pudiese disimular la sorpresa en su rostro. 

Nunca se había puesto a pensar en el cumpleaños del mocoso y averiguarlo de una manera tan abrupta – y tan encima de la fecha – le hizo sentir algo parecido a la culpa por no preocuparse de esos detalles. Más aún, que tuviera que ser un amigo del mocoso quien se encargara de comentárselo, parecía sumamente extraño... ¿por qué Eren no lo había mencionado anteriormente? 

– Por su reacción asumo que él no le ha comentado nada. – notó que el joven rubio quería reírse por sorpresa y confusión, sin embargo, de inmediato este adoptó una actitud sutilmente asustada; seguramente Levi le había dedicado una mirada de advertencia que logró espantarlo. – No se ofenda, Eren odia su cumpleaños y prefiere que pase desapercibido. – trató de explicase Armin.

– Gracias por avisarme. – dijo Levi, volviendo a centrar sus emociones y encontrándose más aliviado de haberse enterado antes; pero esto lo llevaba al siguiente punto y es que todo el asunto del cumpleaños significaba que tenía que pensar en algún regalo para el mocoso. Supuso que podría pedirle ayuda a Farlan, incluso a los chicos de la casa de acogida.

No obstante, pese a que el chico frente a él le había mencionado que Eren odiaba su cumpleaños y era este el motivo por el cual no había tocado el tema con el detective, ¿significaba eso que no esperaba nada de él? ¿que quería dejarlo pasar?

¿Era correcto admitir que le había molestado un poco que el mocoso lo ocultara?

– Espere, necesito decirle dos cosas más. – lo detuvo el chico apresuradamente, como adivinando que estaba formulando un caótico nudo de pensamientos respecto a la revelación que acababa de hacer el rubio. – Lo primero, es que todos los años el padre de Eren organiza una fiesta en honor a su cumpleaños y Eren detesta asistir, así que probablemente esté más deprimido de lo usual… – le advirtió y Levi no pudo evitar soltar un gruñido bajo ante la molestia que se le formaba en el pecho al escuchar el nombre de Grisha Jaeger.

Cada vez que el nombre del jodido doctor salía en una conversación, tenía que ver con algo que lastimaba a Eren o lo agobiaba de alguna forma. Por supuesto que todo este asunto de odiar su cumpleaños tendría que ver con su familia y Levi comprendía que el chiquillo prefiriera olvidarse de la celebración y pretender que esa fecha no existía, incluso cuando el detective todavía no comprendía del todo el verdadero motivo para mostrarse reacio ante este evento.

Se sintió un poco mal por el chico, ya que nadie debería esconderse de una celebración así; aunque Levi tampoco le daba gran importancia a su propio cumpleaños, sobre todo porque este caía justo en navidad. Y, sobre todo, intuía que el hecho de no mencionárselo tenía que ver con esta fiesta de la que Armin le hablaba y que le impediría llevar a cabo una fiesta como él quisiera, lejos del idiota de Grisha Jaeger y sus amigos de la élite.

– Lo tendré en mente. – afirmó, para darle tranquilidad al rubio. No sabía que más decir en una situación así, porque estas palabras le insinuaban que el moreno había descrito su relación como una más cercana, tanto así como para que él se tuviera que preocupar cuando notara el desánimo del universitario. En serio, le estaba dando demasiada curiosidad saber qué decía el mocoso sobre ellos. – ¿Qué es lo segundo que querías decirme? – se apresuró a preguntar, antes de dar rienda suelta al infructuoso análisis que tendría sobre esta situación.

– Decidimos, con unas amigas, hacerle una pequeña reunión para celebrar su cumpleaños el sábado. Algo más pequeño y que, seguramente, disfrutará más que la fiesta de mañana en la mansión Jaeger. – comentó un poco inseguro, parecía que ni él mismo se sentía en confianza con esto. – Quería preguntarle si nos acompañaba ese día. –

– ¿Me estás invitando a la fiesta de Eren? – nuevamente, el azabache había quedado totalmente sorprendido por lo que pasaba. 

Ir a una fiesta con veinteañeros no estaba dentro de sus planes, ni remotamente. Peor aun, es que ni siquiera conocía a los amigos de Eren y no sabía si el mocoso querría mantener la situación de esa forma, entendiendo todos los problemas que habían estado surgiendo entre ellos y la confusa relación que mantenían, la cual estaba estrechamente ligada al hecho de que Eren era el ladrón de Stohess.

¿Cómo se explicaría su relación? ¿si quiera la manera en que se habían conocido? Sus mundos eran muy distintos como para que surgiera una amistad mágicamente entre ellos y, por supuesto, no podría preguntarle derechamente a Eren sobre esto, si ni siquiera tenía claro si es que el mocoso quería que fuera parte de su celebración de cumpleaños o no, considerando que no se lo había mencionado.

– No creo que sea tan buena idea, Armin. Eren disfrutará más estar con sus amigos tranquilamente. – se excuso. Su mente estaba hecha un lío y no podía dejar de pensar en qué era lo mejor para no lastimar al chiquillo, sin hacerle pensar que estas cosas no le eran importante.

– Se supone que usted es… un muy buen amigo de Eren, ¿no? – el tono más agudo que usó al decir la palabra «amigo» le hizo sentir muchos nervios, como si él supiera algo sobre la relación extraña que tenía con el mocoso. – Además, lo conozco lo suficiente para saber que no estará completa su felicidad si es que no está usted para celebrarlo. –

– No lo sé… –

Hasta ese momento, nunca se había percatado de que su relación con Eren era bastante secreta y un tanto egoísta, en el sentido de que, además de la ocasión en que lo invitó a la fiesta de Hange, jamás habían estado con otras personas cuando se veían. Levi no conocía a su familia, ni a sus amigos, de la misma manera en que el detective lo había invitado a la casa de acogida.

Esto era entendible por los cortos tiempos que tenían para estar juntos, así como también el tipo de relación que mantenían que ni siquiera él podía describir con claridad. Pero tampoco le preguntó nunca a Eren si eso estaba bien para él, porque, evidentemente, el moreno le había hablado de él a sus amigos... y al parecer había hablado mucho sobre ellos para que Armin considerara adecuado invitarlo a la fiesta de Eren. 

Definitivamente, tenía mucho que pensar sobre el asunto.

– Bueno, honestamente, este es algo así como mi regalo sorpresa para Eren. Así que me gustaría mucho que lo pensara, detective. Estoy absolutamente seguro de que a él le encantará tenerlo el sábado celebrando con nosotros. – la manera tan sincera que tenía el rubio de decir esas palabras le hizo sentir más nervios que antes; porque, de alguna manera, estaba considerando asistir a esa reunión. 

Es decir, él le había prometido al chiquillo darle una oportunidad de conocerse, de pasar tiempo juntos, ahora también como Eren y Levi y no únicamente con el detective que intenta que el ladrón deje sus robos. Por supuesto que quería ser parte de estos días importantes como lo eran los cumpleaños, ya que eran esos detalles que podían hacerle disipar la constante inseguridad que sentía el mocoso por su sentir.

– Lo pensaré. – respondió finalmente, para no darle una rotunda negativa al joven que estaba frente a él. Así como tampoco cerrarse a sí mismo la posibilidad de también ser parte de la vida del chico, sólo si así él lo quería.

– ¡Fantástico! – tras esa exclamación de júbilo, el rubio sacó un trozo de papel doblado del bolsillo de su chaqueta y se lo acercó. – Aquí tiene mi número y mi dirección, que es donde haremos la fiesta. Puede llamarme ante cualquier duda que tenga. –

- Gracias, chico. – aceptó el papel y lo guardó en su propio bolsillo.

- Bueno, no le quito más tiempo, detective. Espero que nos veamos el sábado. –

Tras un corto asentimiento de cabeza, el rubio se marchó en el sentido contrario al que tenía que ir Levi, dejando en el mayor un revoltijo de emociones que no sabía por dónde comenzar a abordar. Las cuales, por ahora, quería que sólo se centraran en el evento que se celebraría mañana.

Enterarse de manera tan repentina sobre el cumpleaños del mocoso le había hecho perder un poco los nervios, le daba poco tiempo para preparar algún regalo para él o simplemente analizar los hechos y saber cómo actuar; no entendía bien qué tipo de relación tenían entre ambos y si, efectivamente, el moreno estaría esperando que Levi se pronunciara de alguna forma por esta fecha tan importante.

El comentario de Armin había calado un poco profundo en sus pensamientos respecto a los sentimientos que tenía Eren sobre su propio cumpleaños, llevándolo a pensar que, probablemente, el universitario ni siquiera planeaba contarle sobre esta celebración, esperando que pasara desapercibido y no tuviera que dar explicaciones al respecto; bueno, si esa era la decisión del moreno, entonces el policía no podía hacer nada en el asunto más que respetar su decisión y, pese a eso, tenía la impresión de que no podía simplemente ignorar el hecho de que mañana aquel chiquillo que estaba cobrando mucho protagonismo en su vida, cumpliría veintidós años.

Soltó un par de maldiciones mientras hacía parar a un taxi que lo llevaría hasta la casa de Farlan. En el trayecto, no pudo dejar de debatirse mentalmente en qué debería hacer ese día; pretender que no sabía sobre esta celebración y evitarle la incomodidad al chico de recordarle sobre la fecha podía tener sus consecuencias, como el hecho de que el moreno pensara que no le importaba lo suficiente para estar al tanto de su cumpleaños; por otro lado, decidirse a saludar al chico y proponerle algún tipo de salida o llevarle un regalo para celebrar, suponía que él estaba dispuesto a, efectivamente, celebrar su cumpleaños. Pero si esto no era así, lo más seguro es que terminara deprimiendo al mocoso y era lo último que quería hacer.

Para cuando llegó a la casa de su hermano, se sentía con un humor de mierda, el cual fue inmediatamente identificado por el rubio quien lo miró con preocupación y se lo llevó hasta la cocina antes de que llegaran los chicos a almorzar.

Se sentía un poco mal de estarle dando tantas vueltas a algo tan insignificante como un cumpleaños. Es decir, Levi nunca se había complicado tanto cuando se trataba del cumpleaños de Erwin o el del mismo Farlan, lo único que tenía presente era en comunicarse con ellos en esas fechas y mostrarle que – al menos – lo recordaba, cosa que parecía bastar para el resto de su círculo cercano.

Particularmente, a los únicos que solía comprarles algo era a los mocosos – que aún no llegaban de la escuela – y a Isabel; a los primeros porque, bueno, eran adolescentes y cualquier estupidez les hacía ilusión, y a Isabel porque siempre fue una consentida y le gustaba ser mimada tanto por Farlan como por él.

– Suéltalo. – le dijo mientras se sentaban en los taburetes que había en la isleta. 

Levi suspiró pesadamente, sintiéndose cada vez más ajeno a su propio comportamiento y, también, un poco avergonzado de estarle quitando el tiempo a su hermano con aquellas pequeñeces cuando él tenía cosas bastante más importantes en la cabeza. 

Pese a eso, Farlan siempre había sido su confidente y con quién podía destapar hasta sus más vergonzosos pensamientos, pues nunca lo había juzgado. Nunca se habían juzgado ni criticado entre ellos.

– Eren está de cumpleaños mañana y me acabo de enterar. – se apresuró en decir, completamente sacado de lugar con la situación y a punto de mandar todo a la mierda y desaparecer completamente el día siguiente para evitar hablar con el mocoso. – No sé si sea correcto saludarlo porque también acabo de enterarme que no le gusta celebrar su cumpleaños. Pero no dejo de pensar en las consecuencias en caso de no darle importancia a la fecha y, en caso de hacerlo, no sé cuál sería el protocolo según la relación que tenemos. Ni siquiera sé qué mierda regalarle. – sabía que estaba vomitando todas las incoherentes frases que habían atormentado su mente desde que el maldito amigo del moreno lo había interceptado en la calle.

– Dios, Levi, nunca pensé que te vería así por un simple cumpleaños. – las palabras de Farlan lo sorprendieron demasiado debido al exceso de tranquilidad que mostraban. – Se nota que te gusta mucho ese chiquillo. – expresó con una carcajada burlesca.

– Demonios, Farlan, no es momento para que vengas con esas estupideces. – se sabía totalmente sonrojado mientras disimulaba su vergüenza, tomando el puente de su nariz.

– Tranquilo, Levi. – dijo el hombre manteniendo su sonrisa. – Estoy absolutamente seguro de que Eren no espera que sepas sobre su cumpleaños y no le molestará que no lo saludes si decides no hacerlo; sin embargo, también creo que se sentiría feliz si tomaras la iniciativa de hacerle algún regalo o invitarlo a salir para celebrar. – expuso con calma.

– No quiero que piense que no me importa. – manifestó con total sinceridad. Sabiendo toda la inseguridad que aún tenía Eren respecto a la postura del azabache sobre su relación y todos los errores que Levi había cometido para acentuar su falta de confianza, no quería que este fuese otro más de esos errores; quería hacerle ver a Eren que, pese a todos los problemas que los rodeaban y que todavía no eran capaces de manejar totalmente, él quería seguir siendo cercanos. – Tch. Soy patético, Farlan. –

– No eres patético… sólo estás enamorado. – señaló con calidez su hermano, llevándolo a mirarlo con impresión.

– No lo estoy. – desmintió con rapidez y vergüenza. – No es correcto. –

– No tiene que ser correcto para que sea cierto. – argumentó con aires de sabiduría. – Y si no estás preparado para admitirlo, está bien. –

– Entonces, ¿qué sugieres? – se apresuró a decir, centrando el tema en esto del regalo de Eren.

En eso, sienten que la puerta de la casa se abre y las exclamaciones entusiasmadas de los adolescentes se hacen presentes con rapidez mientras se acercaban hasta la cocina.

Al llegar y ver al detective, los tres chicos ensancharon sus sonrisas y se aproximaron hasta él para saludarlo, manifestando su entusiasmo por esa visita. Levi sintió esa calidez en su pecho que siempre buscaba cuando iba hasta ese hogar y no pudo evitar sonreír sutilmente mientras los muchachos comenzaban a comentar su día, hasta que el azabache le dedica una mirada a su hermano quién tenía un semblante particular, como si estuviese planeando algo.

– Chicos, cancelen todos sus planes para la tarde. – habló de pronto el jefe del hogar, recibiendo la mirada de todos los presentes sobre él. – Acompañaremos a Levi a buscarle un regalo a un amigo. –

 

~*~~~*~~~*~

 

No había lugar que Levi odiara más que el centro comercial. Ciertamente, estar rodeado de un montón de personas que caminaban sin un patrón fijo de movimientos, deteniéndose de improviso en alguna tienda o hablando y riendo como si no hubiese nadie a su alrededor, colmaba sus nervios que, por lo demás, estaban casi al límite.

Tras comer con su familia, había llamado al cuartel para avisar que se tomaría la tarde libre para hacer trámites personales; Erwin no había protestado y ni siquiera le preguntó qué tenía que hacer, simplemente le concedió el permiso y luego le colgó, mostrando lo ocupado que su amigo se encontraba.

Se sentía un poco culpable porque, con todo esto de estarse tomando más ratos libres y posponiendo varios trabajos con tal de reducir sus horarios laborales, sabía que era Erwin quién asumía esos problemas y se encargaba de ellos. Supuso que era algo que debían discutir pronto para evitar que su compañero colapsara con toda la carga laboral.

Por ahora, lo único que se había limitado a hacer era seguir a los mocosos por los pasillos del gran edificio, curioseando por varias tiendas y mostrándose emocionados por encontrarle el regalo perfecto a Eren; lo cual, honestamente, se había vuelto prácticamente una tortura para el azabache, quien no tenía ni idea de qué podía regalarle, ya que, hasta ahora, sentía que el moreno tenía todo lo que necesitaba y, en cuanto a sus gustos, Levi no se sentía tan seguro sobre qué podía decirse que sería un buen regalo.

“Veinteañero, universitario, estudiante de medicina, le gustan las películas…”. Levi había intentado describir a Eren frente a los chicos que ahora conversaban entre risas unos pasos más adelante de lo que estaban Farlan y él, pero no había podido decir más que esas características superficiales.

– Podemos estar aquí horas y probablemente nada te guste. – comenzó a decir Farlan, mostrándose también un poco agotado de estar recorriendo nuevamente ese piso. – Podrías invitarlo a salir, tal vez a un viaje corto por el fin de semana. Estoy seguro de que le gustaría algo así… – mencionó mirándolo de reojo.

– Está en época de exámenes de nuevo y yo tengo más trabajo que nunca. No tengo tanto tiempo libre para sacarlo un fin de semana completo. –

– Bueno, esto es un poco mi culpa por malacostumbrarte. – el comentario de su hermano llamó su atención, obligándolo a levantar la vista para enfrentarlo.

– ¿Malacostumbrarme? – cuestionó confundido.

– Ya sabes, siempre que hay un cumpleaños o navidad, me dejas a mí la labor de encontrar el regalo para los chicos, Isabel, Erwin, Moblit, Hange… Incluso mis propios regalos. – señaló al mirarlo con una ceja enarcada.

– Siempre te acompaño a comprar regalos. – se defendió el detective.

– Exacto. Sólo me acompañas, cargas las bolsas o cosas sin ningún tipo de esfuerzo mental. Soy yo el que tiene que elegir, me dejas esa ridícula responsabilidad. – se quejó finalmente Farlan.

– Tch. ¿y ahora me lo dices? Pensé que era más fácil de ese modo, idiota. – la carcajada de su hermano llamó su atención.

- Bueno, en este momento te sería útil saber qué regalarle a tu enamorado. – mencionó a modo de burla, logrando que a Levi se le crisparan los nervios al oírlo hablar de sus sentimientos por Eren con tanta libertad.

– Enamorado y una mierda. El problema con Eren es que tiene todo lo que puede necesitar… –

– Hay cosas que son regalos fantásticos que no necesariamente necesitas, sino que tienen un significado especial, sobre todo si te lo regala alguien especial. Además, recuerda que la intención es lo que cuenta. –

Se sentía un poco frustrado de no encontrar en su mente algún presente que podría gustarle y, lo peor, es que le avergonzaba estarle dando tanta importancia a algo tan insignificante como un cumpleaños. Sin embargo, también sentía una ferviente necesidad de mostrarle a Eren que, incluso aunque fuese algo insignificante, a él le importaba.

De pronto, el sonido de su celular llama su atención y se aparta un poco de su hermano para comprobar que no tuviese que ver con su trabajo. Cuando mira la pantalla, el nombre del mocoso de ojos verdes aparece en la notificación de llamada entrante y suelta un par de maldiciones antes de decidirse a contestar.

“Es como si me estuviera asechando su fantasma… “

Se molestó por la ironía de sus palabras y procedió a responder.

– Mocoso. – soltó de mala gana. No es que no le gustara ser llamado por el chico, pero justo en esa situación no estaba del mejor humor y temía decir alguna ridiculez que pudiera hacerlo sentir mal.

– Detective. – dijo el otro, imitando su tono de voz para luego estallar con una risita que, increíblemente, calmó un poco la tempestad de pensamientos que estaba teniendo. – Siempre tan cariñoso con tus saludos. – comentó todavía con un tono divertido.

– Lo siento. – se apresuró a decir, arrepintiéndose de inmediato.

– ¿Estás ocupado? – preguntó el moreno con sorpresa.

– Me encantaría decir que no. – respondió con un suspiro agotado. – ¿Cómo estás tú, mocoso? – lo olvidaba frecuentemente, pero, a veces, sólo hablar con Eren podía aliviar su malhumor y hasta calmarse lo suficiente para encontrar claridad en su mente. Bueno, sólo a veces, porque, en otras ocasiones, el mismo mocoso se encargaba de crispar sus nervios y hacerle perder todo su raciocinio... sobre todo cuando le coqueteaba con descaro. 

– Saliendo de la universidad. – fue su turno de contestar. – ¿Quieres hacer algo hoy? –

– Lo siento, Eren. Estoy ocupado y no sé a qué hora terminaré con esta tortura. – expuso al ver que Sasha arrastraba a Jean y Connie hacia otra tienda.

– No te preocupes. Podrás compensarme otro día. – trató de tranquilizar el menor, haciendo que, por primera vez en un par de horas, el azabache soltara una carcajada y se permitiera dibujar una sonrisa que liberaba las tensiones de su cuerpo.

– Te llamo en la noche, ¿te parece? – justo cuando levantó la vista, una tienda llamó su atención y encendió una idea en su cabeza.

– Me encanta la idea. – mencionó el moreno. – No te quito más tiempo, sólo quería escuchar tu dulce voz. – Levi puso los ojos en blanco, porque ya sabía que Eren hacía esos comentarios únicamente con el propósito de avergonzarlo.

– Mejor ve a estudiar, mocoso. Sé que tienes exámenes que rendir durante estas semanas. – le recordó mientras comenzaba a acercarse a la tienda que había despertado su interés.

– Bueno, tengo que estudiar anatomía… ¿no quieres venir a ser mi sujeto de pruebas? – Levi no pudo evitar sonrojarse un poco ante esas palabras con ese jodido tono sugerente que el moreno usaba, dándole validez a su argumento anterior sobre que Eren podía apaciguar sus emociones, como también alborotarlas. 

– Voy a colgar. Siempre tienes que cagarla. – dijo totalmente avergonzando. La risa de Eren estalló al otro lado de la línea y le hizo soltar un suspiro.

– Esperaré tu llamada, Levi. Que tengas una buena tarde. –

– Igual tú. – tras esto, el detective simplemente cortó y, tras quedarse mirando unos pocos segundos la vitrina de exhibición de la tienda que había llamado su atención, se decidió finalmente a entrar.

Lo supo en cuanto lo vio, quizá porque justo se había encontrado escuchando la risa del mocoso y su pecho se había sentido cálido por esto, sabiendo que todo este asunto se trataba de hacerle ver que le importaba, independiente si él decidía no celebrar algo tan banal como su cumpleaños.

Con esta idea tan certera en su mente, adornada por las emociones que había despertado en él la voz y la risa del chico y también los sentimientos que germinaban en esos momentos en su corazón,  supo que darle sentido a las palabras de su hermano sobre las intensiones detrás de un regalo. 

 

Pues él había encontrado el suyo.

Notas finales:

¡Hasta aquí llega este capítulo! Uf, espero que les haya gustado... porque, honestamente, me costó mucho redactarlo.  Así que, lo primero, es pedirles disculpas si no fue muy interesante y también si encuentran algún error.

Creo que ya lo había mencionado con anterioridad, pero soy malísima para poner nombres a los capítulos, incluso a mis historias :( Así que, en esta ocasión, el título de esta entrega tiene dos significados. El primero está estrechamente relacionado con el capítulo en sí y de las intensiones que tiene Levi por querer mostrarle a Eren lo mucho que le importa, sobre todo tras lo ocurrido en el capítulo anterior. Además, también está sutilmente mencionado el hecho de que Eren también parece albergar intensiones de querer profesar su sentir hacia el detective... 

Por otro lado, el segundo significado de este capítulo tiene que ver más con algo personal y es que, últimamente, me he visto bastante falta de inspiración para redactar. De hecho, pese a que el capítulo estaba redactado hace días, no había tenido ganas de publicarlo porque sentía que no podía editarlo bien y no quería que quedara mal. Y es que, desde el próximo capítulo, las cosas comenzarán a ponerse intensas en muchos sentidos.

Sabiendo esto, me dije a mí misma que tenía que intentarlo. Que no podía quedarme por tanto tiempo sin actualizar porque, como lectora, es un poco decepcionante cuando no encuentro actualizaciones de las historias que me gustan; y, como escritora, también es una responsabilidad ser fiel a la publicación y no pegarme un hiatus jajaja. No se preocupen, no tengo intenciones de que eso pase, así que estoy esforzándome por traerles la historia de la mejor forma que puedo. No sólo por ustedes, sino también por mí, ya que deben tener claro a estas alturas que me encanta escribir esta historia.

Ok, me fui en la profunda esta vez, lamento quitarles tiempo si es que leyeron hasta aquí y les agradezco de hacerlo

Que tengan una excelente semana, cuídense mucho y esperen la próxima actualización (:

¡Nos vemos!

 


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