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Criminal - [Ereri] por L_inverse

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Notas del capitulo:

¡Hola! Espero que se encuentren muy bien (: Planeaba actualizar ayer, pero me sentía un poco enferma así que decidí darme un respiro y hacerlo con más calma hoy . Ojalá haya quedado bien xd

¡Disfruten!

Por muy ridículo que fuese, Levi se sentía absurdamente nervioso. No es como que fuese a presentarse formalmente ante los padres del mocoso o a pedir la mano del chiquillo, ni siquiera a un interrogatorio ni nada por el estilo; pero sentía su nuca húmeda por el sudor que le provocaba ese nerviosismo al estar parado afuera del departamento del mejor amigo de Eren.

Ese sábado había pasado por la oficina para luego salir a almorzar junto a Hange, Erwin y Moblit a un pequeño local que quedaba cerca del cuartel. Todavía estaban tratando el caso del hijo del juez que lo había mantenido ocupado durante el miércoles recién pasado, así que la mayoría de los casos vigentes quedaron pospuestos hasta tener completa la información referente a este suceso de una de las más peligrosas bandas de narcotráfico en Stohess.

Durante la comida había querido pedirles consejos a sus amigos respecto a la fiesta de cumpleaños que le organizaron los amigos de Eren, supuestamente porque el mocoso tendría una muy mala velada el 30 de marzo en la mansión Jaeger; sin embargo, había encontrado muchas más razones para callarse este hecho en vez de verbalizar sus pensamientos; incluso, tampoco le había hablado sobre esto a Farlan, sopesando el encuentro en su oficina con Rod Reiss al día siguiente del cumpleaños de Eren y su amenazaba/soborno con los chicos de la casa de acogida.

Si antes de confesarle sus sentimientos a Eren había tenido la cabeza hecha un lío, ahora era un completo caos. Honestamente, se sentía más tenso sabiendo que ambos compartían un interés amoroso entre ellos, porque era demasiado tentador dejarse llevar por esta alegría y formar una relación, ignorando que todavía seguían teniendo los mismos problemas de siempre; eso, sumado al hecho de que Rod Reiss y Grisha Jaeger se estaban tomando muy en serio este asunto de separarlos.

Ya no sabía por dónde empezar a solucionar cada problema en su vida personal, queriendo compartir con Eren de la misma forma en que quería que el tema del Espectro dejara de existir, así como también que él se viese libre de las influencias de su progenitor y del mercader.

Soltó un suspiro, sujetando con más fuerza la bolsa con las cervezas que había traído para compartir con los amigos del mocoso. La noche anterior había llamado a Armin para confirmar que asistiría a la reunión, tragándose su vergüenza y, por qué no, el miedo que le producía compartir con jóvenes al menos diez años menor que él; sobre todo porque, en estricto rigor, la relación con Eren todavía no tenía nombre y ni siquiera sabía qué le decía el mocoso a sus amigos respecto a esta supuesta amistad.

Ahora, llamó al timbre del departamento, preguntándose si el mocoso ya estaría ahí o tendría que quedarse con sus amigos por un rato mientras él llegaba… ¿Cuánto era el tiempo prudente para decidir marcharse?, se preguntaba el famoso detective en lo que esperaba a que le abrieran.

En medio de un nuevo debate mental, la puerta de color hueso se abre, dejando ver a una chica ligeramente más baja que él, con el cabello muy rubio tapando uno de sus ojos claros, que, por cierto, lo miraban con un resentimiento nada disimulado. La rubia se cruzó de brazos sobre su pecho, tapando el diseño de su sudadera color crema, todavía frunciendo el ceño en dirección al mayor.

– Detective. – dijo, seguramente, a modo de saludo. Levi tuvo una mala espina de inmediato. – Qué puntual. – comentó, todavía dirigiendo esa amenazante mirada hacia él.

– Si es muy temprano, puedo volver después. – soltó de forma abrupta, sutilmente dominado por los nervios. En eso, el rubio amigo de Eren aparece detrás de la chica con aspecto asustado y tratando de mostrar una sonrisa amable hacia el azabache.

– Detective Ackerman, qué bueno que llega. – dijo apresuradamente, pasando junto a ella y estrechando su mano con la del policía. – Por favor, pase. – añadió, haciendo un gesto con su mano señalando el interior del hogar.

– Con permiso. – el detective pasó junto a la rubia y accedió a la sala de estar del humilde departamento. Estaba pintado de un color verde claro y amueblado con varios sillones de colores, dispuestos alrededor de una mesa de centro de madera que ahora soportaba un buen número de bandejas con comida y vasos para la celebración. El ventanal de la sala daba hacia el centro de la ciudad, revelando la puesta sol anaranjada de aquella tarde de principios de abril. Además, a la izquierda, había una pequeña mesa que servía de comedor, también mostrando la variedad de comida que disponían para esa ocasión.

– Lamento haberlo hecho esperar afuera. – comenzó a disculparse el rubio y Levi notó que observó de reojo a la rubia antes de volver a hablarle con más calma. – Ella es mi novia, Annie. – presentó a la chica, mirándola ahora con mucho cariño. – Bienvenido a nuestro pequeño hogar. –

– Gracias por la invitación. – dijo el detective, sintiéndose totalmente torpe al no tener conocimiento sobre los protocolos sociales en ese tipo de situación.

Recordó la vez que llevó a Eren a la inauguración del departamento de Hange. El chico realmente había actuado con un desplante sensacional, mostrando cordialidad y esa sonrisa encantadora que hacía muy fácil la tarea de conversar con él. Levi sabía que, por su parte, no tenía esas habilidades sociales.

Trató de relajar los hombros y, en eso, recordó el pequeño aporte que se le había ocurrido llevar para la fiesta.

– No sabía qué traer y recordé que al mocoso, digo, a Eren. – corrigió aclarándose la garganta. – Le gustan estas cervezas. – comentó, acercándole la bolsa al dueño de casa y, nuevamente, se regañó mentalmente por ese comentario, sobre todo porque la rubia, Annie, inmediatamente lo miró con sospecha.

– No tenía que molestarse. – dijo amablemente Armin, tomando la bolsa que le ofrecía y mirando su contenido. – Bueno, fue una decisión acertada, detective. A nosotros también nos gustan estas, así que iré a ponerlas a enfriar. Tome asiento, por favor. – el azabache soltó un suspiro disimulado al ver al joven marcharse hacia la habitación junto al comedor, que seguramente era la cocina; y, cuando la chica le hizo un gesto con la cabeza indicándole la sala, él caminó tranquilamente y se sentó en el sillón de tres cuerpos de tela aterciopelada, de un color vino muy bonito.

– ¿No te incomoda estar entre puros veinteañeros, Ackerman? – soltó Annie cuando se sentó en uno de los sillones frente a él. Levi se sorprendió brevemente y trató de relajar su postura.

– Más de lo que crees. – respondió con sinceridad.

– Entonces, ¿por qué viniste? – le espetó ella, casi desafiante. El policía la miró entrecerrando los ojos.

– Tch, por el mocoso, claro está. – respondió sin un ápice de amabilidad. Por alguna razón, sabía que pretender cordialidad y todas esas mierdas de las que carecía, no servirían con la pequeña rubia que tenía frente a él; así que, simplemente, optó por mostrarse como realmente era.

– ¿Y se puede saber qué intensiones tienes con Eren? Un viejo policía amargado como tú no parece del tipo que busca a jóvenes universitarios para pasar el rato. – de alguna forma, que ella le hablara con tanta soltura le permitía relajarse un poco ante los protocolos formales que debería estar teniendo, pero no por ello dejaba de sentir los nervios a flor de piel, temiendo por cagarla como nunca había temido con otras personas.

Levi jamás había sido del tipo de gente que trataba de complacer al resto, así como tampoco contaba con una cordialidad natural en su personalidad. Él era tosco y bastante directo, no por ello irrespetuoso; sin embargo, a muchas personas ese tipo de actitud les parecía amenazante y casi actuaba como un repelente para que le hablaran. Por eso mismo no tenía tantos amigos.

Distinto era en su trabajo, que con el paso del tiempo los oficiales y sus colegas se acostumbraban a su malhumor innato y ese tono áspero que tenía para decir las cosas como si nada. De esa forma, entendían que no era personal, sino que, sencillamente, era su forma de ser.

Sin embargo, ahora estaba en una situación totalmente nueva para él. Jamás había conocido al círculo cercano de sus parejas, porque nunca tuvo una relación estrictamente seria. Debido a eso, enfrentarse a este acontecimiento, al escrutinio minucioso de los amigos del mocoso y todas las variables que ello conllevaba, lo sacaba de su zona de confort y alteraba sus nervios de una manera, hasta ahora, desconocida para él.

– Mi relación con Eren es un problema entre él y yo, mocosa. – soltó. Demonios, se dijo, debería estar intentado llevarse bien con los amigos del chico, no generando discusiones sobre su relación.

– No me jodas, Ackerman. – maldijo la chica, todavía con firmeza, pero evidenciando la molestia que todo su lenguaje corporal expresaba a gritos apenas le abrió la puerta. – No creas que pasaremos por alto si llegas a lastimar a Eren. –

Por alguna extraña razón, el comentario de la chica se le antojó… ¿adorable? No supo realmente por qué, pero las palabras de la rubia que estaba frente a él – con una actitud defensiva mientras mantenía su mirada clara clavada en él – venían cargadas de un montón de cariño y preocupación. Esto le hizo saber de inmediato que los amigos del mocoso estaban al tanto de lo que fuera que fuese esa relación y, evidentemente, estaban preocupados de que el azabache pudiese dañar a su querido amigo, por las mismas razones que seguramente él también se cuestionaba ese lazo que estaban formando e intentaban llevar: la diferencia de edad, sus personalidades, el trabajo de Levi y los estudios de Eren, la presencia dominante del padre del mocoso y el compromiso de este con la hija de Rod Reiss...

Los mismos motivos que tenía el detective para cuestionarse si hacía bien en permitirle a Eren – y permitirse a sí mismo – verse como algo más que simples amigos eran los que sus amigos cuestionaban en busca de la protección de los sentimientos del moreno. También considerando las carencias afectivas que debió haber pasado el chico durante su vida como un Jaeger y si Levi no supondría otro dolor más en su corazón, tal como Grisha o Zeke, incluso Rod.

Curiosamente, esto lo llevó a pensar que, tal vez, así de amenazador debió haberse visto cuando Isabel le presentó uno de sus supuestos novios mientras iba en la secundaria. Bueno, eso y que Levi era un policía que no temía mostrar el revolver que cargaba en su cintura todos los días, pero seguramente el muchacho había sentido el miedo recorrer sus venas apenas lo había observado de pies a cabeza; incluso debió haberse visto así cuando debía defender a los chicos de la casa de acogida, cuando los molestaban por ser huérfanos.

Levi entendía esa actitud, entendía esa sobreprotección disfrazada de molestia por querer cuidar tanto los sentimientos como la salud física de alguien a quien se quería mucho. Además, como el detective sabía sobre la delicada relación que mantenía el mocoso con su familia, podía entender también que habían sido sus amigos quienes fueron su pilar en los peores momentos durante su crecimiento.

Sin poder disimular, el detective lanzó una corta carcajada que seguramente la rubia interpretó como una burla hacia su comentario, mostrándose más molesta que antes. Pero no era por tomarse el tema a la ligera, sino todo lo contrario. Porque se sentía feliz de saber que los amigos del mocoso lo querían tanto como para permitirle estar ahí ese día, pese a no conocerlo; también se sentía feliz de saber que alguien más apreciaba el maravilloso joven que era Eran y buscaba protegerlo tanto como él lo deseaba.

También feliz – y atemorizado – de que, si llegaba a hacerle daño,... alguien se encargaría de hacerle entender su grave error.

– Si llego a lastimar a Eren, con gusto dejaré que me golpees. – admitió, sabiéndose completamente sincero ante esa confesión.

Si quisiera lastimar al mocoso, habría revelado su identidad como el Espectro tanto a Erwin como Hange, les hubiese pedido apoyo para detener los crímenes en vez de estar teniendo encuentros secretamente públicos con el chiquillo.

No, él no quería lastimar a Eren. Por esta razón su vida era un completo caos de pensamientos errantes, tratando de equilibrar su trabajo con la relación que mantenía con la identidad secreta del ladrón de Stohess. Pensamientos que daban vueltas en círculos en su mente sin converger a una solución, sin hallar la salida a ese laberinto que parecía prometerle la dicha de estar con Eren sin obstáculos entre medio.

Ante él, la rubia se sorprendió brevemente, para luego calmar su semblante molesto y cambiarlo por uno menos serio, casi aliviado. Justo entonces, su pareja hace presencia nuevamente en la sala, trayendo consigo unas botellas de vino.

– ¿Está todo bien, detective? – preguntó apenas le dio un vistazo tanto al azabache como a su novia. Ante esta pregunta, el policía miró de reojo a la chica que estaba sentada frente a él, quién sólo hizo un gesto de indiferencia, dándole a entender que, al menos, había pasado la primera prueba con ella.

– Eso parece. – el rubio sonrió cálidamente en su dirección, acción que le recordó inmediatamente al moreno. – Y sólo «Levi» está bien, no hace falta tanto formalismo. – señaló, comenzando a sentirse más viejo cada vez que el rubio lo trataba con tanto respeto.

– Claro, Levi. – al parecer, el dueño de casa se sentía más tranquilo ahora. El detective supuso que había permitido que la rubia lo interrogara un poco para ver si era posible siquiera convivir en la misma habitación y no perjudicar la celebración de esa noche; especialmente porque esto se trataba de Eren y era evidente que ninguno de los presentes quería arruinar esa celebración más íntima de cumpleaños.

Sabía que algo así pasaría y, pese a no estar preparado para ello, de pronto se sintió menos nervioso, entendiendo que las personas que serían partícipes de esa celebración sólo querían lo mejor para ese apuesto moreno de ojos verdes que tenía su mundo de cabeza.

 

~*~~~*~~~*~

 

Días antes del miércoles había estado intentando poner su mejor ánimo para la celebración de ese sábado, asumiendo que su cumpleaños sería igual o peor que los años anteriores; bueno, eso había sido hasta que su preciado detective de ojos color tormenta había llegado esa noche del 30 de marzo a cambiar su día.

Curiosamente, desde ese momento – e ignorando el percance ocurrido con su padre y con Rod –, había tenido un humor estupendo, incluso para estudiar; así que mientras iban de camino a la casa de Armin junto a Mikasa – quien había llegado esa mañana a su departamento para almorzar juntos y pasar la tarde hasta juntarse con el resto de sus amigos –, el moreno no había borrado la sonrisa de felicidad, agradecido también de que sus amigos se esforzaran por elaborar esta celebración privada y darle un pequeño regalo de cumpleaños.

Cuando llegó a la casa de sus amigos, tocó el timbre y esperó pacientemente para que les abrieran. Había notado que Mikasa lo miraba con curiosidad todo el trayecto, no sabiendo interpretar si esa mirada buscaba dar con algún indicio que explicara su radiante buen humor o escondía un propio secreto, porque incluso la azabache parecía más misteriosa de lo usual.

Y, al momento en que los dueños de casa le dieron la bienvenida, notó que tanto Armin como Annie – quienes lo habían salido a recibir a la entrada – lo miraban con una complicidad extraña con sus ojos igualmente azules.

Su mejor amigo no podía dejar de sonreír, casi a carcajadas, mientras que Annie tenía una ceja enarcada junto a un gesto lascivo que lo ponía ridículamente nervioso.

– Feliz cumpleaños, Eren. – le dijo la rubia finalmente, haciendo un gesto con su cabeza para que se asomara a la sala. Eren le dio un vistazo rápido a Mikasa que parecía saber lo que tramaban el par de rubios y luego, ante la atenta mirada de sus amigos, entró y dio un vistazo a la sala.

Su corazón latió con fuerza bajo su pecho, teniendo que contener el aliento por un momento debido a la impresión. La escena pareció congelarse bajo sus ojos y todo lo que había a su alrededor sufrió un desenfoque que le permitía únicamente observar a la persona que allí lo aguardaba.

Levi estaba ahí, de pie junto al sillón grande de Armin y Annie. Estaba vestido de manera más casual, con unos jeans oscuros y un sweater de hilo azulado que se ajustaba exquisitamente a su cuerpo; sus ojos lucían brillantes y, casi imperceptiblemente, tenía las mejillas teñidas de un rosado pálido. Su postura quería pretender ser relajada, pero Eren lo conocía lo suficiente para notar lo nervioso que estaba.

No lo podía creer. Antes de decir cualquier cosa, volteó rápidamente a ver a sus amigos con incredulidad, quienes le devolvieron la mirada con cariño y comprensión, cada uno a su manera. Armin irradiaba felicidad en su sonrisa ancha; Annie, por su parte, se había cruzado de brazos y parecía resignada a la situación, que era casi la misma actitud que tenía Mikasa, sólo que la azabache estaba mirando de reojo al detective que estaba en la sala.

Como si sus amigos le hubiesen concedido el permiso, Eren soltó una carcajada para proceder a acercarse al policía y estrecharlo entre sus brazos, embriagado de la alegría que le daba esta situación. Sabía que tanto Armin, Annie y Mikasa eran miembros del grupo del Espectro, que no aprobaban que él, como el ladrón de Stohess, se relacionara con el mejor detective de la ciudad y que además – siendo sólo Eren – les incomodaba que estuviese con un hombre tan mayor que él, que tenía un trabajo tan peligroso como ser policía.

Y, pese a todos esos inconvenientes y opiniones diferidas con sus amigos, ellos le estaban regalando la oportunidad de que el detective se mezclara también en sus vidas; bueno, claramente, no como el detective, sino como Levi.

– ¿Qué sucio trato hiciste para acceder a venir hoy, Levi? – le preguntó el moreno al notar la vergüenza que manifestaba el mayor, intentando separarlo apenas lo abrazó.

– Tch. Tu amigo y tú tienen esa misma mirada de cachorro abandonado cuando quieren pedir algo. Mocosos de mierda. – confesó el azabache, dándole una mirada de reojo a Armin, quien rio todavía junto a la entrada.

– ¿Fuiste a hablar con Levi? – preguntó el moreno, ahora dirigiendo su atención hacia el rubio, pero todavía sosteniendo disimuladamente la mano del detective.

– Fue él quien me informó sobre tu cumpleaños y me invitó a venir hoy. – comentó el policía, dándole un último apretón a sus manos juntas antes de soltarlo, cuando el resto de los presentes comenzó a acercarse.

– No queríamos escucharte suspirar toda la noche porque tu detective no estaba aquí. – comentó la rubia. Eren dejó pasar su comentario y fue a abrazarlos uno a uno para agradecerles por esa celebración y por haber accedido a que Levi participara de ella.

– Nada de lo que digas esta noche arruinará mis ánimos, Annie. – dijo el chico cuando abrazó a la rubia, dedicándole una sonrisa ladina.

– ¿Y esos buenos ánimos de dónde los sacaste, Jaeger? – quiso saber ella con tono inquisitivo.

– Vino así de feliz todo el camino. – mencionó la otra chica, sentándose en uno de los sillones individuales. – Por cierto, soy Mikasa. Eren está tan emocionado que olvidó presentarnos. – dijo la azabache en dirección a Levi.

– Un gusto. – respondió el otro con asentimiento de cabeza y el moreno se encogió de hombros con culpabilidad por olvidar presentarlos.

– ¿Por qué estás tan feliz? – siguió preguntando Annie, llamando nuevamente su atención. Eren le sacó la lengua a modo de burla y fue a sentarse junto al azabache en el sillón de tres cuerpos. Le dedicó una mirada, todavía sin poder borrar la sonrisa del rostro, pero también notó que el mismo detective curvaba débilmente las comisuras de sus labios para corresponderle el gesto.

– Pasó su cumpleaños con Levi. – respondió Armin, en esta ocasión. A su lado, notó el instante exacto en que el cuerpo del azabache se tensaba un poco, logrando sacarle una carcajada cuando su mirada asesina se dirigió hasta él. Le parecía increíble que Levi estuviera en ese lugar, junto a sus amigos, como si fuese algo completamente natural.

– Chismoso. – susurró el detective, alargando la risa de Eren por la situación.

– Historia estaba entre histérica y emocionada. – siguió comentando el rubio, llevándose las miradas de las dos mujeres sobre él con claras intenciones de golpearlo por no haberlo mencionado antes, y, con esto, permitiendo que el detective le diera un pequeño golpe en las costillas disimuladamente, el cual venía con el mensaje: "qué tanto les contaste, mocoso de mierda". Eren prefirió no responder, simplemente alzó sus cejas repetidas veces, dejando la pregunta al aire y obteniendo como resultado el sonrojo cabreado de Levi.

– Hablando de Historia, ¿por qué todavía no llega? – cuestionó Armin mirando el reloj que estaba en la pared junto al comedor, mostrando un aparente nerviosismo por la mirada acusatoria que le estaba dedicando Annie en esos momentos ante la revelación de lo ocurrido el recién pasado miércoles. Pero la mención de Historia provocó que el detective se tensara junto a él.

Comprendía completamente la situación, porque hace apenas dos días atrás habían discutido un poco sobre el asunto de su compromiso debido a las amenazas que habían recibido ambos por parte de Grisha y Rod; así que podía entender que Levi se sintiera incómodo ante la presencia de Historia, sabiendo que no había secretos en Stohess y que era muy probable que llegara hasta oídos de los Reiss el hecho de que compartiera espacio tanto con su prometida como con su supuesto amante.

Quiso tomar la mano de Levi para transmitirle calma, cuando el llamado a la puerta los alerta a todos. Armin se puso de pie con una sonrisa y fue hasta la entrada para darle la bienvenida a sus invitados.

En ese momento, el semblante del rubio cambió de la alegría a la sorpresa, seguido de la voz de Historia saludando al joven futuro doctor y entrando a la sala; pero la chica no venía sola. Detrás de ella, otra chica – alta y delgada, de tez morena, cabello corto atado en una pequeña coleta baja y ojos rasgados – entra también en la casa, dibujando una sonrisa de confianza.

Eren se sorprendió al reconocer a la acompañante de su mejor amiga, poniéndose de pie ante la impresión.

– ¡Eren! – su prometida lo distrajo y alcanzó a ver el momento exacto en el que ella nota la presencia de Levi y su sonrisa se enanchó tanto que achicó ligeramente sus ojos azules. En seguida, la pequeña rubia se sentó junto al detective, completamente emocionada. – ¡Levi Ackerman! Qué gusto verte aquí, no sabía que vendrías. – el moreno miró la situación, confundido, mientras Armin, Annie y Mikasa, dirigían su atención a la chica que había entrado junto a Historia.

– Eh… ¿Historia? – la voz de Armin salvó a Levi de la mirada inquisitiva de su pequeña amiga, quien pareció recordar algo abruptamente y se puso de pie, caminando hasta llegar junto a su invitada.

– Lo siento. – se disculpó Historia con una carcajada culpable. – Ella es Ymir… mi novia. – presentó, sonrojándose hasta las orejas. Todos pusieron su mejor cara de sorpresa ante la noticia, incomodando a las recién llegadas.

El moreno ya lo sabía. Historia le había presentado a Ymir hace varios años atrás, porque, de hecho, llevaban al menos tres años juntas. Era este el verdadero motivo para que Historia mantuviera el compromiso con Eren, pues todavía no había encontrado la forma ni el momento de confesarle a su padre que le gustaban las chicas y que tenía una pareja estable de años; con la cual, por cierto, tenían planes bastantes serios a futuro.

Sus amigos, pese a la impresión de la noticia, cambiaron inmediatamente a una actitud mucho más acogedora e, incluso, Armin le sonrió a la castaña, dándole la bienvenida a su hogar.

Mientras eso pasaba, Eren se dio unos segundos para apreciar a Levi quien permanecía sentado en el sillón, mirándolo de reojo con un montón de preguntas formuladas que no iba a verbalizar, al menos, no todavía.

– Feliz cumpleaños, Eren. – le saludó Ymir, llamando su atención y él le correspondió con una ancha sonrisa.

Le agradaba mucho Ymir, porque tenía una personalidad bastante fuerte y, sobre todo, no se andaba con rodeos para decir las cosas. Además, el cariño que manifestaba por Historia era prácticamente palpable, sólo bastaba con observar la manera en que tenía de mirar a la rubia cuando conversaba o sonreía y parecía que Ymir irradiaba felicidad instantáneamente.

Por otro lado, Eren también era consciente de lo mucho que su mejor amiga amaba a su novia. Se tenían mucha confianza y respeto, por lo mismo Ymir jamás había presionado a Historia para hablar del tema con Rod y tampoco le molestaba que Eren estuviera públicamente comprometido con su novia.

En eso que iba a agradecerle por venir, la chica también dirige su atención hacia el azabache, mirándolo con un poco de confusión.

– ¿Qué hace un policía aquí? No me digas que viene de stripper. –

La pregunta descarada de la castaña le sacó risas burlescas a Annie y a Historia, mientras que Mikasa y Armin intentaron disimular la risa que les provocó la situación; sin embargo, fue el gruñido de Levi lo que se escuchó con más fuerza en la sala, aumentando con ello las carcajadas de sus amigos y el sonrojo que estaba seguro no pasaría desapercibido en sus mejillas morenas.

– Ymir, no avergüences a la gente. – le reclamó Historia, todavía intentando contener la risa.

– Oh, es que no sabía que Eren estaba saliendo con un detective. – se intentó justificar ella.

– Te has perdido muchos rumores de la ciudad, entonces. – mencionó Mikasa, dándole un vistazo tanto a Levi como a Eren; el policía les dedicaba su mirada afilada a los presentes, conteniendo las ganas de soltar maldiciones a viva voz.

– Tch, sólo a mí se me ocurre venir a una fiesta de puros mocosos. – murmuró el azabache malhumorado, pero sutilmente sonrojado.

– Bueno, Levi, tal vez Eren quiera llevarte al balcón para que estén más tranquilos. – el comentario de Annie, junto a su mirada provocadora, hizo que Eren se quisiera morir de la vergüenza y fuera incapaz de mirar a Levi, sabiendo que este tendría su mirada más asesina fija en él. – ¿Qué pasó con tu buen humor, Eren? – cuestionó la rubia con esa sorna tan propia de ella cuando se trataba de aplastar su dignidad.

– Levi. – comenzó a decir el chico, volteándose a ver de frente al azabache, quien seguía completamente avergonzado por los comentarios de sus amigos, disfrazando su sentir con su usual semblante cabreado y acentuando la arruga en su ceño fruncido. – Lo siento, pero has sido traído hasta aquí para ser usado como objeto de burla hacia mí. – le dijo con dramatismo, sintiendo de inmediato cómo le jalaba un mechón de cabello con un poco de fuerza desmedida cuando el detective se puse de pie.

– Defiéndete solo, Jaeger. Yo puedo irme de aquí, pero ellos seguirán molestándote de igual forma. – comentó el azabache, robándole unas risas tanto a Historia como a Armin.

– Bueno, dejemos en paz un poco a la pareja. – interrumpió el rubio anfitrión. – ¿Qué quieren beber? Levi trajo unas cervezas muy buenas. – señaló con entusiasmo.

Mikasa e Historia se apresuraron en ayudar a su mejor amigo, mientras que Annie se acercaba hasta Ymir y se dedicaba a conversar con ella. Por lo tanto, ante la distracción del resto de los presentes, Eren se atrevió a tomar la mano de Levi para llamar su atención, cosa que logró al instante y se sintió complacido de ser observado por sus ojos grises y admirar ese tono rosado en sus pómulos que ya no podía disimularse con tanta facilidad.

No esperaba que todo lo referente a su cumpleaños ese año cambiara de manera tan drástica y, con total seguridad, podía decir que este era el mejor cumpleaños de su vida; estaba agradecido de sobremanera con cada una de las personas que, en ese instante, rondaban por el humilde apartamento de su mejor amigo, intentando darle unas horas de compañía, risas, tragos y buena comida.

– Tú no dejas de sorprenderme. – le murmuró a Levi, parándose frente a él y dándole la espalda al resto del salón para tener más privacidad, aprovechando que, con su altura, podía también cubrir al detective.

– Si te soy sincero, anoche me decidí finalmente a venir. No sabía si era buena idea… – confesó, sin despejar su vista del más alto.

– Fue una excelente idea. – le respondió él, ensanchado su sonrisa y conteniendo las ganas de besarlo en ese mismo momento.

– Todavía no estoy tan seguro. – espetó, mostrándose molesto, probablemente por los comentarios de sus amigos.

– Bueno, si te sirve algo… el balcón es bastante privado y podríamos… –

– Cierra la maldita boca, mocoso de mierda. – lo interrumpió, empujándolo de forma sutil para ganar distancia entre ellos.

– Oh, me encanta que me digas así. – siguió molestándolo, incapaz de ocultar su felicidad por este tan bonito regalo de sus amigos y del mismo Levi, quién seguramente había tenido extensos debates mentales sobre presentarse en este lugar a conocer a sus amigos.

– ¡Hey, Jaeger! Deja de intentar coger con tu novio y ayúdanos a servir. –

Eren juró que moriría de vergüenza si no fuera porque Levi era quién estaba a punto de salir corriendo de ese lugar, así que se abstuvo de cualquier muestra de afecto – que, por cierto, se moría por hacer – y se fue a ayudar a sus amigos a traer los vasos y variedades de bebestibles para continuar con la celebración.

No se había sentido así de feliz en meses, quizá años. Todo en esa semana estaba resultando extrañamente bien que casi pensaba que era un sueño o, lisa y llanamente, se había vuelto completamente loco y comenzaba a alucinar con que Levi conversara con Annie y recibiera la atención constante de Historia.

Miró a cada una de las personas que estaban en esa sala, conversando como si nada mientras se repartían los vasos con bebestibles y comenzaban a comer de lo que había servido sobre la mesa de centro; fue en ese instante en que se sintió menos ajeno al concepto de familia, pues ese lugar estaba lleno de personas que lo querían, así como él también los quería a ellos.

Y ahora, tras compartir un instante efímero de miradas con Levi y una sonrisa disimulada, se sintió completamente agradecido de tenerlos en su vida.

 

~*~~~*~~~*~

 

La celebración había seguido su curso de manera mucho más natural y espontánea de lo que se esperó; de hecho, después de un par de minutos dejaron de intentar avergonzar a Eren sobre su relación con el detective y permitieron también el espacio suficiente para conversar con Historia sobre Ymir y conocer a la pareja de una de sus preciadas amigas.

Levi se sentía extrañamente cómodo entre tanto mocoso; al principio, la mirada recelosa tanto de Annie y de Mikasa – sobre todo de la última, porque todavía no tenía el tiempo de ser interrogado por la azabache – lo habían puesto levemente nervioso, ya que sus comentarios ácidos y llenos de cuestionamientos sobre la relación que mantenía con el moreno le daban una sensación realmente extraña; no podía explicarlo con exactitud, pero era como si hubiese cierto tipo de tensión entre ellas debido a la presencia del policía.

Sin embargo, quién no había tenido reparos en hacerle preguntas directas y conversar animadamente con él había sido Historia, quien se sentó cómodamente a su lado y siempre buscaba sacarle alguna palabra, intentando introducirlo en la conversación a la que muchas veces no le podía agarrar el hilo, pues se dejaban llevar por su amistad y ese lazo tan cálido que parecían tener entre ellos, hablando de anécdotas antiguas y bromeando con chistes internos que, evidentemente, Levi no entendía.

En cierto punto, la mano de Eren había buscado la suya, sujetándola suave y casi casualmente sobre la tela del sillón. Si no fuese por la débil caricia que su pulgar dibujaba sobre el dorso de la pálida mano del mayor, Levi habría supuesto que, efectivamente, este era un gesto totalmente inconsciente, pero era la manera que tenía el mocoso de darle confianza y hacerle saber que estaba pendiente de él.

Tras estar riendo y conversando durante casi dos horas, el detective notó que los amigos de Eren comenzaban a ser víctimas del alcohol, elevando sus tonos de voz y cambiando sus risas a estridentes carcajadas entre brindis y comentarios subidos de tono; al menos, se había dado cuenta de que el mocoso encajaba perfectamente en ese ambiente, pues era muy usual en él tener ese tipo de intervenciones.

– Levi. – la vocecita de Historia en medio de las risas del resto llamó su atención, sobre todo porque la rubia se había inclinado más hacia él, hablándole casi en un susurro secreto. – ¿Podemos hablar un momento en privado? – le preguntó manteniendo su volumen de voz y mostrando una sonrisa amable que intentaba brindarle confianza. Levi enarcó una ceja y asintió cortamente, para luego seguir a la rubia hacia la cocina, dejando atrás las voces del resto. Antes de adentrarse a la habitación, el detective le dio una corta mirada a Eren que le hacía un gesto de total desconcierto por su actuar.

– ¿Está todo bien? – preguntó el mayor, tratando de no mostrar la incomodidad que le estaba generando hablar con la rubia solos en medio de la cocina de Armin y Annie.

– Sí, disculpa si te incomodé. Puedo llamarte Levi, ¿verdad? – preguntó ella con inocencia, a lo que el azabache simplemente asintió. – Gracias. Es que… quería conversar contigo sobre algo delicado. –

– Déjame adivinar. Es sobre tu compromiso con Eren. – dijo rápidamente el mayor, mientras se recargaba débilmente sobre la encimera y cruzaba sus brazos sobre el pecho, adivinando cuáles eran las intenciones de la chica.

– Un brillante detective. – comentó ella con una carcajada. – Escucha, no te lo tomes a mal, pero Eren y yo tenemos mucha confianza entre nosotros y él… suele contarme muchas cosas. – comenzó a decir de forma vacilante, revolviendo un poco el estómago de Levi. – Entre ellas, me comentó lo que ocurrió el miércoles en la noche, cuando fuiste a visitarlo por su cumpleaños. – señaló, esta vez más firme.

– Historia, sé que están comprometidos… - trató de explicarse Levi, entendiendo que la chica necesitaba una explicación de su comportamiento, sobre todo si Eren le había confesado todo lo ocurrido esa noche en su departamento; sin embargo, la risa de ella estalló en la cocina, sorprendiéndolo totalmente.

– Tranquilo, no vengo a hacer de novia celosa. – se apresuró a decir ella con total tranquilidad. – De hecho, quiero pedirte disculpas. –

– ¿Por qué? – cuestionó el detective, todavía confundido por este extraño dialogo con la hija de Rod Reiss.

– Bueno, entiendo que el tema de mi compromiso con Eren ha causado problemas entre ustedes. Si bien puede que no sea el tema más importante que impide su relación, sí es un factor bastante considerable, sobre todo porque Eren me confesó que mi padre fue a amenazarte. – las palabras de la chica sonaban cada vez más serias, aunque su semblante parecía entristecerse a medida que hablaba. – Por eso, quiero explicarte el verdadero motivo que me mantiene todavía comprometida con Eren. –

– No hace falta, Historia. – trató de decir el hombre, un poco nervioso por la situación. En seguida, ella negó con paciencia, pidiéndole silenciosamente que la escuchara.

– Es necesario, Levi. Estoy segura de que Eren ha respetado mi petición de no contarle a nadie sobre esto y es por esta razón, considerando lo que está pasando entre ustedes y la actitud que está teniendo mi padre frente a ello, que he comenzado a tomar decisiones importantes sobre mi compromiso con Eren. – explicó ella. – Eren es mi mejor amigo, nos conocemos desde niños y siempre ha sido particularmente comprensivo y amable conmigo. Por eso, cuando nuestros padres hablaron de un compromiso de matrimonio entre nosotros, cuando él tenía apenas quince y yo trece años, no pensé que fuera algo tan descabellado, después de todo, lo quería mucho y todavía no comprendía del todo lo que era el amor ni nada de eso. – los recuerdos que le compartía Historia tenían un gusto nostálgico y dulce, que Levi sintió demasiado personal para que los estuviera compartiendo a él, con quien apenas se conocía. – El punto es que, cuando conocí a Ymir, supe que Eren era solamente un amigo y no tenía un interés romántico por él. Así que seguir con el compromiso no tenía ningún sentido ¿no? – la risa de Historia era completamente falsa, porque, de hecho, sus ojos parecían a punto de soltar lágrimas. – Fue en ese tiempo en que Eren estuvo saliendo con un muchacho del instituto y mi padre casi se vuelve loco. No sólo porque estaba faltando el respeto al compromiso que teníamos, sino porque Eren era… –

– Gay. – comprendió finalmente el detective, recibiendo el asentimiento por parte de la chica que confirmaba sus hipótesis. – Tu padre es homofóbico. Por eso aún no puedes decirle que estás saliendo con otra chica y usas el compromiso con Eren para mantenerlo distraído de tu relación secreta. – la rubia hizo una pequeña mueca, casi avisándole al detective que iba a ponerse a llorar. Levi no tuvo el tiempo para hacer nada, pues las gruesas lágrimas salieron de los ojos azules de ella y se deslizaron por sus mejillas.

– Siento mucho estar haciéndole esto a Eren. – sollozó ella. El detective le acercó una servilleta que estaba sobre la encimera para que secara sus lágrimas. – No tenía idea hasta dónde sería capaz de llegar mi padre con todo esto del compromiso. Si incluso amenazó al papá de Eren con destruir su reputación si no controlaba a su hijo y… todo esto estalló la noche del cumpleaños de Eren, cuando él no apareció y se esparció el rumor de que se había fugado contigo. – explicó, secándose las lágrimas que seguían cayendo incontrolables, como un río de aguas turbulentas.

– No es tu culpa. Tu padre es un imbécil. – soltó con más rabia de la que pretendió, pero ella se lo tomó bien, liberando una pequeña risita que hizo que sus mejillas se sonrojaran.

– A veces, lo es. – secundó. – Lo siento mucho, Levi. No quería que él te hiciera pasar un mal momento. –

– Insisto, no es tu culpa. – trató de calmarla, también intentando serenarse él. Tanto Historia como Eren estaban sometidos a las voluntades detestables de sus progenitores y, en su inocente intento de ser aceptados y queridos por ellos, acataban sus órdenes dolorosamente.

– Traer a Ymir hoy y presentársela a mis amigos ha sido el primer paso de muchos en mi camino por sincerarme, por dejar de aparentar ser la chica que mi padre cree que soy. – siguió diciendo ella, esta vez con más determinación. – No me avergüenzo de mi relación con Ymir. La amo con todo mi corazón, quiero un futuro con ella y es por esta razón que debo dejar de lastimar a la gente que más quiero sólo por intentar complacer a mi padre. Y con eso me refiero a, finalmente, liberar a Eren y a su familia de este compromiso. – la determinación de la rubia era intachable, tanto así que le inspiró un poco de orgullo cuando la vio con esa idea tan firme. – Sin embargo, Levi… – cuando dijo su nombre con suavidad, el detective se sintió intranquilo. – Quiero pedirte un poco de paciencia. No podré decirle a mi padre de la noche a la mañana todo esto. –

– Tómate tu tiempo. – estableció él con total seguridad. Comprendía su situación y jamás la presionaría para contarle a su padre sobre su relación con Ymir, de la misma forma que nunca presionaría a Eren para terminar su compromiso con Historia, sabiendo todo lo que ella estaba pasando.

– Muchas gracias por entender, Levi. – le dijo ella, ensanchando su cálida sonrisa. De pronto, se acerca más a él y rodea la cintura del azabache sin permiso, abrazándolo suavemente. – Ahora entiendo por qué Eren está tan enamorado de ti. – su comentario hizo que se sonrojara inmediatamente, sobre todo de pensar que el jodido mocoso andaba ventilando cosas sobre sus encuentros, en especial el de su cumpleaños. La rubia se separó en breves instantes, mostrando nuevamente esos ánimos con los que estaba más familiarizado en ella.

– Tch, el descaro es demasiado común en ustedes. – la risa de ella volvió a llenar la estancia y Levi tuvo que admitir que se contagió de su alegría, logrando dibujar una pequeña sonrisa en dirección a la chica.

En eso, el llamado a la puerta de la cocina logra captar la atención de ambos, sólo para ver que esta se abría lentamente, dejando en evidencia al alto moreno de ojos verdes que se asomaba con timidez por la pequeña apertura.

– Lo siento, no quiero interrumpir. – comenzó a decir, mostrando un sutil sonrojo en sus mejillas y un tono vacilante. – Sólo quería saber si estaba todo bien. –

– Qué celoso eres, Jaeger. – comentó Historia, poniendo sus manos en su estrecha cintura mientras usaba un tono lleno de burla. – No le estoy haciendo nada a tu novio, si eso te preocupa. –

– Eres peligrosa, así que venía a asegurarme de que no estuvieras torturando a Levi para sacarle información. –

– Oh, ¿crees que me dejaría torturar fácilmente, mocoso? – esta vez, fue el turno del azabache para bromear con el más alto, quien solamente rodó los ojos y entró completamente a la cocina.

– Perdón por preocuparme. – respondió con sarcasmo, haciendo que el detective soltara una carcajada por su dramatismo.

– Los dejaré solos un momento. – dijo finalmente la rubia, volteándose para guiñarle un ojo a Levi antes de abandonar la cocina y cerrar la puerta, dándoles un poco de privacidad.

Cuando el policía miró a Eren, este traía una mueca afligida y llena de dudas, casi intentando disculparse por algo. Levi estaba seguro de que el moreno temía que Historia le hubiese soltado algo bochornoso o, tal vez, lo hubiera agobiado con preguntas que podían ser privadas entre ambos; sin embargo, pese a su actitud cohibida, el chico se acercó a él lentamente, hasta quedar lo suficientemente cerca para tomar las manos del mayor e inclinar su rostro sobre él, provocando que el azabache alzara la barbilla para sostenerle la mirada.

– Lamento si te has sentido incómodo o algo así. Mis amigos a veces son… –

– Entrometidos, descarados e infantiles. – completó el detective, torciendo una sonrisa en dirección al mocoso. – Pero son increíblemente divertidos y amables cuando se lo proponen. –

– ¿Eso significa que lo estás pasando bien? – quiso saber.

– Sorprendentemente, sí. – admitió él con un suspiro. – ¿Qué me dices de ti? ¿Disfrutas de tu última celebración de cumpleaños? –

– El mejor regalo fue que vinieras. – dijo él con total confianza. – Gracias por hacerlo. –

– Tú accediste a ir a la fiesta de Hange cuando apenas nos conocíamos. – recordó Levi, permitiendo que el chico se acercara un poco más a él, todavía sonriéndole con cariño. – Tenía que darles una oportunidad a tus amigos. –

– También disfruté mucho esa velada donde Hange. – dijo él, ahora enarcando una ceja, torciendo su sonrisa para transformar su semblante cálido por uno más provocador. – Hay una parte de esa noche que todavía me quita el sueño. –

– No me digas. – soltó el detective con ironía, sabiendo a qué se refería el chico. Intentó no mostrarse nervioso, pero cuando la mano de Eren se elevó para acariciar su pálida mejilla, no pudo evitar temblar un poco, dejándose hipnotizar por esas preciosas esmeraldas que brillaban con… deseo.

– ¿Sabes? Técnicamente, esta es como una extensión de mi cumpleaños. – empezó a decir, sólo para que Levi notara que el chico había bajado un poco su rostro, acercándolo al del detective de manera casi imperceptible. – Así que todavía puedo ser consentido en algunos aspectos. –

– Eren. – trató de decir, siento interrumpido por el dedo índice del mocoso, que se había posicionado sobre sus labios para detener su nervioso intento de frenarlo.

– Déjame disfrutar un poco, prometo no hacer nada que te incomode. – dijo él, mirándolo fijamente, con un tono suplicante. El pulgar del chico acarició los labios del mayor y, sin poder evitarlo, Levi suspiró contra sus largos dedos, sintiendo que su cuerpo temblaba cuando Eren lo rodeó desde la cintura con su mano libre y él se permitió afirmarse de la sudadera negra que traía ese día el mocoso. – Dije que te esperaría y lo haré. – siguió diciendo con suavidad. Levi se percató de que el chico se relamía los labios y él tuvo que hacer lo mismo, involuntariamente.

– Esto está muy lejos de "ser paciente". – mencionó en voz baja sin darse cuenta de que se había estirado un poco para rozar los labios del mocoso al hablar.

– Es tu culpa por ser tan irresistible. – Eren bajó su mano para atrapar a Levi desde la cintura, atrayéndolo hacia él con necesidad. – ¿Podemos, tal vez, dejarnos llevar algunas veces mientras "espero"? – preguntó con culpabilidad, dibujando una sonrisa que se le antojó ridículamente sensual al policía.

– Deja de seducirme, mocoso de mierda. – espetó el mayor, tratando de enfriar su cabeza, bajando su mirada hacia el pecho del chico y poniendo sus manos en los hombros de él para ganar un poco más de espacio. – No quiero simplemente dejarme llevar y olvidarme de todo. No está bien. No estará bien cuando todos los problemas entre nosotros salgan a la luz… – trató de explicarse, molesto por no poder simplemente besar al chico del que estaba enamorado.

– Lo siento, Levi. – dijo entonces el mocoso, ahora con un tono arrepentido. Todavía lo sujetaba de la cintura, pero había soltado un poco un agarre. – Tienes toda la razón. – enseguida, besó la frente del mayor para luego apoyar su propia frente sobre la contraria, permaneciendo muy cerca del azabache. Este suspiró y se abrazó al cuerpo del mocoso, reposando su mejilla en el pecho de él y escuchando los latidos acelerados de su corazón; eso le hizo soltar una carcajada, porque, detrás de ese joven seductor, había un chiquillo que se sentía totalmente nervioso de intentar besarlo. Eren lo acunó con ternura, balanceándose débilmente mientras disfrutaban de ese gesto que nunca habían compartido de esa forma tan íntima y acogedora. – ¿Qué tal un trato? – soltó de pronto el chiquillo.

– Tus tratos nos tienen en esta situación, Eren. – le recordó el azabache, demasiado cómodo entre los brazos del mocoso como para separarse. El otro simplemente rio y apretó aún más a Levi contra su cuerpo.

– Estoy seguro de que este trato te gustará. – mencionó al oído del mayor.

– Suéltalo de una vez. – le reclamó, un poco molesto por dejarse influenciar tanto por el chico.

– Regálame una tarde en donde dejemos todos esos problemas de lado… y pensemos solamente en nosotros. – estableció finalmente, a lo que Levi tuvo que separarse del chico levemente para poder mirarlo a los ojos.

– No es tan simple, Eren. Que nos olvidemos por una tarde de nuestros problemas, no significa que estos dejen de existir. – indicó con seriedad, demasiado tentado por la idea de dejarse llevar, aunque fuesen unas pocas horas, por esa oferta del chiquillo y disfrutar su compañía como dos personas que se saben correspondidas.

– Lo sé. Pero, al menos, tendremos unos momentos maravillosos que nos servirán para seguir luchando por intentar que esto funcione. – la sonrisa del moreno no tenía segundas intenciones, mostrándose absolutamente sincero y convencido de su idea; ante esto, y como siempre, el azabache terminó soltando un suspiro agotado.

– Está bien. – accedió, logrando que el chico ampliara su sonrisa aún más. – ¿El próximo sábado? – preguntó con nerviosismo, no sabiendo si era demasiado pronto o si lo hacía ver ansioso por este evento.

Sin embargo, la expresión de Eren fue lejos lo que él esperó. Su rostro se puso un poco más serio y, de hecho, se separó ligeramente de Levi, reusándose a mirarlo directamente por unos instantes mientras su cuerpo se tensaba bajo los brazos del mayor, que todavía lo abrazaban débilmente.

El azabache no comprendía lo que estaba sucediendo, pero tampoco tuvo tanto tiempo de analizarlo, pues el chico había recuperado rápidamente su actitud anterior y volvió a sonreírle con calidez; aunque, en esta ocasión, esa sonrisa era inequívocamente falsa.

– El sábado está bien. – decretó con calma tras aclararse la garganta. – ¿Puedo elegir el lugar de nuestra escapada? – preguntó, ahora avivando ese brillo en su mirada que lo hacía ver más joven de lo que era.

– No lo sé… – respondió con dudas. Darle tantas libertades al moreno no siempre era una buena idea.

– Vamos. No planearé nada extraño. – intentó convencer él, robándose otro suspiro exasperado del mayor, junto a una mirada rendida.

– Tú ganas. – aceptó finalmente, llevando su mano hasta los cabellos del moreno para acariciar esas hebras castañas suavemente, como si fuese un cachorro.

– Es una cita. – estableció el mocoso, mirándolo con tal profundidad que Levi sabía que se había vuelto a sonrojar; y, aun así, no despegó su vista de los hermosos orbes verdes del moreno, que se veía excesivamente atractivo cuando ponía ese gesto encantador y travieso.

Algo había quedado molestándolo tras ver ese pequeño cambio de actitud de Eren y quiso asociarlo al hecho de que en una semana las cosas podrían cambiar y Levi se pudiera arrepentir de esa salida; o tal vez porque el chico tuviese pendientes en la universidad que todavía no avanzaba.

Quería creer que era eso y nada más...

 

~*~~~*~~~*~

 

Eren se había quedado a ayudarle tanto a Armin como Annie a limpiar el departamento junto a Mikasa, una vez que Levi, Historia e Ymir se retiraron.

El chico había querido marcharse cuando lo había hecho el detective, pensando en que podía tener la oportunidad de acompañarlo hasta su casa y – tal vez – extender un poco más rato juntos, ahora más tranquilos y lejos de las miradas atentas de sus amigos; sin embargo, Levi se había ido cerca de las once de la noche, indicándole que se quedara a celebrar con el resto y no se preocupara por él.

Lo cierto es que el azabache había roto todas las dudas y malas excusas que él había tenido para no querer invitarlo a la fiesta, pues se había llevado bastante bien con Historia e Ymir, incluso con Annie, con quién terminó charlando a base de maldiciones y palabrotas que era muy típico de ellos.

Pero, sin lugar a duda, no era solamente obra del detective; sus amigos habían hecho un gran esfuerzo en permitirle tener a Levi junto a él durante esa pequeña fiesta de cumpleaños, considerando lo que pensaban de su relación y el asunto del Espectro.

– Oigan. – comenzó a decir Eren cuando había terminado de barrer la sala y el resto estaba dando vueltas entre el comedor y la cocina buscando dejar impecable el lugar. Sus amigos lo miraron sorprendidos por ese llamado que parecía un poco demandante. – Quería agradecerles por lo que hicieron. – dijo con una pequeña sonrisa, agachando un poco la cabeza al saberse culpable por esa disyuntiva constante que tenían sobre el detective. – Sé lo que implicaba dejar entrar a Levi a sus vidas. –

– Bueno, no puedo decir que no lo discutimos. – mencionó Annie cruzándose de brazos. – Pero ya sabes cómo es Armin, siempre termina convenciéndonos. – añadió encogiéndose de hombros brevemente.

– Lo cierto es que es usual en nosotros intentar separar nuestro rol en el caso del Espectro de nuestra vida personal. Y Armin nos hizo notar que, si nos mostrábamos lo más sinceros posibles con el policía, él no sospecharía de nosotros. – Mikasa todavía parecía recelosa respecto a Levi y el moreno tuvo que admitir que se sentía realmente feliz de que no se mostrara completamente arisca en su interacción con él durante la fiesta.

– Sabemos lo importante que es para ti que te apoyemos en tus decisiones, Eren. Y creímos que también era importante saber, por nuestra cuenta, lo que ocurre con Levi. – añadió Armin, manteniendo una actitud tranquila y una sonrisa complaciente. – Por eso lo invitamos. Para verlo relacionarse contigo y corroborar que, efectivamente, no está sólo usándote, sino que… también te quiere. –

– Y, demonios, cuánto te quiere ese hombre. – soltó Annie un poco cabreada. – Parecía que se derretía cuando te largabas a reír. –

– Annie. – se quejó el moreno, avergonzado por esas palabras al darse cuenta de que sus amigos estuvieron toda la velada analizando su interacción con Levi.

– ¿Qué? No te hagas el avergonzado, que eras tú el que miraba al policía como si fuese carne fresca. – replicó la rubia enarcando una ceja. Eren miró con vergüenza a Armin y Mikasa, ambos parecían nerviosos por las palabras de Annie, pero, al parecer, coincidían con ella.

– Es verdad, Eren. – añadió el rubio, dibujando un gesto burlón en su rostro. – En algún momento, estaba casi seguro de que te lanzarías sobre él. – las risas de Mikasa y Annie lo hicieron sonrojar todavía más. – Pero también es cierto que Levi no es cómo lo esperábamos. – las palabras de su mejor amigo llamaron su atención. – Se nota que está muy encariñado contigo. El mismo hecho de que haya accedido a venir a una fiesta sin conocernos previamente, sabiendo de antemano que sería fuertemente juzgado por nosotros, me asegura de que él no busca hacerte daño, sino que quiere ser parte de tu vida, de la forma que tú se lo permitas. –

– Supongo que sí. – pensar en eso, sólo le traía felicidad; sobre todo si comprendía que no era sólo una ilusión suya el hecho de que Levi lo quisiera, sino que sus amigos también podían notarlo.

– No entiendo todavía en qué tipo de relación están. – comentó la azabache con curiosidad. – Parecían bastantes… cariñosos. – cuando ella lo miró enarcando una ceja y torciendo una sonrisa, Eren lanzó una carcajada avergonzada.

– Bueno, todavía sólo somos amigos. – les dijo rascándose la nuca. – Pero… lo cierto es que, bueno, el miércoles hablamos y, no lo sé… – los balbuceos del chico hicieron que Annie chasquera la lengua, impaciente por su explicación.

– Dilo de una vez, ¿te acostaste con él o no? Es lo único que se me ocurre para que andes en modo felicidad. – Armin miró a su novia sonrojado y luego a Eren, con incredulidad.

– ¿Es en serio? – se apresuró a preguntarle. Eren golpeó su propia frente en un gesto exasperado.

– No, Annie. No me acosté con él. – su cara se sentía demasiado caliente debido a la vergüenza. – Le confesé mis sentimientos y él… me correspondió. – admitió, ahora con más firmeza.

– Era obvio. – soltó la rubia. – Pero ¿qué pasa con todo este asunto del policía y el ladrón? ¿No se complica más su relación con esto de sus sentimientos amorosos? –

– Sí. Lo cierto es que Levi me pidió un tiempo para analizar la situación, porque todavía el tema del Espectro impide que nos llevemos como dos personas normales. – tras confesar eso, Eren sintió que se le revolvía el estómago. – Por eso todavía estamos en un limbo en cuanto a nuestra relación. –

– Concuerdo con que es complicado. – su mejor amigo se acercó y le puso una mano en el hombro para transmitirle apoyo. – Sabías que lo sería. –

– Sí, pero no imaginé que todo sería tan difícil. – admitió, ahora decayendo en su ánimo.

– Bueno, al menos, noté que el enano ese se está esforzando contigo. Supongo que pasó la primera prueba. – mencionó Mikasa, mirando a Annie, quien sólo puso los ojos en blanco.

– Apenas. – añadió, robándole una carcajada a la otra chica. – Porque no sé qué dirá tu novio después del atraco que planeamos para este jueves. –

Las palabras de la rubia tensaron el ambiente de tal forma que, incluso, se sintió sutilmente frío. Ella había tocado un punto importante porque, siendo honesto, después del último atraco del Espectro y esas dos semanas completas en que Levi decidió apartarse al darse cuenta de lo que complicado que era pretender ser sólo dos personas normales y no un ladrón y un detective, no habían realizado otro robo; esto, nuevamente, supuso una oportunidad de estrechar su lazo con el azabache y hacerlo olvidar al ladrón.

Pero, otra vez, nada era tan simple entre ellos. Si hasta hace pocas horas, cuando quisieron concretar una primera cita oficial y el detective le había sugerido el próximo sábado, Eren había sentido que la realidad lo había alcanzado sólo para bofetearlo con fuerza, recordándole que, antes de salir con Levi, tendría que realizar un robo y todo lo que eso significaba para la policía desataría otra situación que pusiera aprueba su frágil relación.

– Porque… sigue en pie lo del jueves ¿no, Eren? – la inquisitiva pregunta de Annie, junto a las miradas preocupadas de Armin y Mikasa, hicieron surgir una ansiedad creciente en su pecho.

"Se supone que seguiré el plan y nada podría hacer que me detuviera, ni siquiera Levi… ¿verdad?"

 

Notas finales:

¡Hasta aquí llega el capítulo! Espero que les haya gustado mucho!

Me costó un montón dejar de escribir, porque estaba entretenida pensando cómo sería esa fiesta con tanto veinteañero torturando al detective, y encima que todos tuvieran un humor como el de Eren y soltaran comentarios subidos de tono. Así que dejaré a su imaginación cómo el alcohol debió provocar algunos comentarios lascivos entre ellos (:

Por otro lado, se explica finalmente por qué Historia todavía sigue con la farsa del compromiso y apareció la querida Ymir! Así como también es la pequeña rubia quién le cuenta a Levi sobre la verdad sobre su impedimento para hablar con Rod. Me imagino lo difícil que debe ser para ella confesar su relación con una chica a su padre, con el antecedente de que su progenitor había despreciado a Eren tras saber que era gay.

¡Oh! Y también quería mostrarles una escenita entre Eren y Levi! Espero les haya gustado, aunque los deje ahí sin concretar nada.

Spoiler: Se viene un nuevo atraco del Espectro. ¿Levi volverá a caer en lo mismo que la vez anterior? ¿La relación entre ellos podrá seguir avanzando? ¿Saldrá bien este atraco? – ¿será el fin del hombre araña? Sueno así xd jajaja perdón –

Por último, y no menos importante, quería agradecerles por sus comentarios y su lectura! En serio me hacen muy feliz cada vez que me doy cuenta de mi historia es leída por más personas (: De verdad, muchas gracias por todo esto.

Bueno, no tengo mucho más que agregar. Como siempre, cuídense mucho y que tengan una muy buena semana (:
¡Nos estamos leyendo!


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