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Criminal - [Ereri] por L_inverse

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos y todas! Me disculpo enormemente por el retraso en la entrega de este capítulo, así que las explicaciones las dejaré para el final.

¡Pero antes! Quiero dedicarle este capítulo a mi querida escritora Nezu, porque me ha sacado carcajadas con sus audios entre ayer y hoy, lo que me ha dado motivación para publicar este capítulo esta noche.

¡Disfruten! 

 

— Era esperable que esto pasara. —

Annie fue la primera que rompió el silencio tras la declaración de Eren comunicando el hecho de que las familias más influyentes de Stohess habían comenzado a mover sus hilos en el mercado negro para dar con el ladrón.

Como siempre, estaban reunidos en la casa de Reiner, en ese viejo sótano que, por más que costara creerlo, estaba bastante limpio, incluso considerando que había un montón de material de ensamblaje que debía ser para el equipo de maniobras y sus propios proyectos en la universidad.

Una tensión casi palpable reinaba entre ellos al comprender que los sicarios y detectives privados que manejaba la élite no iban a temer en investigar a otros ricos, políticos, empresarios y mercaderes, cosa que la policía tenía prácticamente prohibido hacer en estas circunstancias y, probablemente, razón por la cual Levi jamás había echado andar una investigación a Eren, sabiendo que era el hijo de Grisha Jaeger y si se enteraba este o alguna otra figura de esa índole, podría tener serias represalias contra el detective y el cuartel central.

Pero Levi ya no era el policía a cargo del caso del Espectro. Le había conversado que no hubo una declaración oficial sobre el tema para no generar controversia en la prensa y no darles material a otros criminales de enterarse de que el mejor detective de Stohess estaba dejando un caso por primera vez en toda su carrera; y, bueno, no cualquier caso.

Sin embargo, el azabache le había comentado que varias importantes figuras de autoridad se habían enterado del suceso y estuvo sometido a algunas reuniones desagradables donde le espetaban sobre esta decisión y las difíciles semanas que estaba viviendo bajo constantes discusiones con los dirigentes del cuartel; no obstante, Levi le había asegurado que, dentro de los márgenes legales de la institución, él único que podía influir en las asignaciones de los casos era Erwin y este se había encargado de dejar claro que no quería trabajar con Levi en un caso con el cual no estaba comprometido y del que ya había tenido discusiones antes con sus jefes.

Si bien Eren estaba muy feliz tras volver a encontrarse con Levi y retomar su relación, esta situación todavía le dolía bastante, pues entendía todos los problemas que debió desencadenar el hecho de que el detective dejara el caso del Espectro y lo hacía sentirse culpable por, de nuevo, provocarle tantos problemas; aunque fue el mismo detective quien intentó convencerlo de que esa decisión no tenía que ver con su relación en sí, sino que era para poder ayudarle a sus compañeros con otras responsabilidades.

Así que, tras un par de minutos más discutiendo del tema, lo había dejado pasar. Iba a confiar en el criterio de Levi, así que él tenía que hacer su propia parte del trato.

— Creo que ya es momento de entrar a la fase final. — declaró el moreno, mostrándose completamente serio y determinado, volviendo a cortar el silencio impuesto en el sótano. — Ya fuimos tras Tybur y todo salió bastante bien. Así que debemos arriesgarnos a ir tras otro pez gordo. — sobre la mesa, había cuatro expedientes con potenciales víctimas que Annie había armado para discutir sobre el próximo atraco.

La chica se había tomado bastante tiempo en armar esos perfiles, ya que cada vez las medidas de seguridad que estaban adoptando las víctimas eran más sofisticadas y requería que invirtiera tiempo y recursos en hacerlo; de hecho, desde hace dos meses que estaba siendo ayudada por Bertolt en el asunto, puesto que — entre Reiner y él — había sido el más alto quien era más versado en temas informáticos.

— Es fácil decirlo así. — comenzó a decir Mikasa, quien parecía bastante preocupada con el asunto de los sicarios y detectives privados. — No quiero que te enfrentes a un imprevisto como la alarma de Merey o cosas peores. — su mirada azulina se clavó en él, manifestando la angustia que le generaba pensar que el moreno fuera atrapado.

— Además, si están contratando a más mercenarios del mercado negro, debemos asumir que muchos estén vigilando sus mansiones para cuidarlos en caso de que se presente el Espectro. — mencionó Armin, también dirigiendo sus ojos azules hacia Eren. — Hay que pensar esto con más calma. —

— Ackerman generó un gran problema para nosotros al dejar el caso. — habló Reiner por primera vez, haciendo que el moreno mirara en su dirección. — Los millonarios comenzaron a moverse cuando él renunció a la investigación y, sabiendo que el mejor detective de Stohess ya no está interesado en merodear a los ricos, estos sicarios tendrán más movilidad que nunca en la ciudad. —

— Sabíamos que tener a Ackerman como una variable más en esta ecuación sería un problema. — Annie no se molestó en mirarlo, sino que simplemente se cruzó de brazos y clavó su vista en los papeles sobre la mesa. — Pero también sabíamos que, tarde o temprano, y ante los inútiles intentos de la policía por atrapar al Espectro, la élite sacaría sus propios recursos para detener los robos. —

— Si lo piensan detenidamente, lo más seguro es que ya sepan qué está pasando detrás de los atracos. Por eso la imperante necesidad de contratar investigadores privados. — las palabras de Armin hicieron que todos se pusieran mucho más nerviosos, incluido Eren. — Ahora, tenemos dos opciones. — siguió diciendo el rubio, tratando de adoptar una postura menos intimidada ante el escenario que tenían frente a ellos. — Realizar el siguiente atraco con la mayor rapidez que podamos, eligiendo una de las víctimas más importantes. Esto tiene un problema, y es que Eren podría enfrentarse a algún imprevisto con más probabilidades que antes; sin embargo, la otra opción es tomarnos el tiempo que sea necesario para disminuir las probabilidades de fallo del atraco, pero dándole más tiempo también a la élite de armarse con buenos mercenarios que busquen al Espectro. —

— Dicho de esa manera… ninguna opción parece buena. — habló el más alto, atrayendo las miradas de todos hacia él. — No podemos permitirles tanto tiempo de investigación. — comenzó a explicarse Bertolt. — Estoy de acuerdo con que debemos pasar a la etapa final. Mientras más dilatemos esto, le daremos mucho más tiempo a los detectives privados para recopilar información y dar con algún sospechoso. Debemos arriesgarnos. — ahora, la mirada del chico pasó a estar fija en Eren, quien contuvo el escalofrío al caer en cuenta de que, tal como dijo Levi, todo se estaba volviendo muy peligroso.

— Querrás decir, que Eren se arriesgue. — espetó Mikasa, completamente molesta. — Si pasa algo durante el atraco, será Eren quien sea atrapado. —

— Se te olvida que Eren estará portando el equipo de maniobras, que, hasta ahora, ha sido un proyecto oculto por la empresa que nos quitó la patente. — inquirió Reiner. — Si atrapan a Eren con el equipo, vendrán después por Bertolt y por mí como personas de interés, al ser los creadores de dicho artefacto. —

— No me atraparán. — estableció el moreno, con más determinación de la que esperó. — Ustedes encárguense de reducir las posibilidades de que surja un imprevisto durante el atraco. Yo me encargaré de que salga bien una vez esté en la escena del crimen. —

— Eren. —

— Lo sé, Mikasa. — la frenó de inmediato, entendiendo la preocupación que estaba sintiendo, porque incluso Annie y Armin lo estaban mirando llenos de dudas. — Pero sabíamos que, llegados a este punto, las cosas se complicarían. Así que todos tenemos que estar dispuestos a correr riesgos. — Eren tomó aire por unos segundos para luego añadir —: Confíen en mí. No dejaré que me atrapen. —

— Si el suicida está de acuerdo, entonces nos pondremos en marcha para efectuar el atraco lo antes posible. — dijo Reiner, todavía manteniéndose un poco tenso, pero también más decidido a seguir con el asunto. El apodo de “suicida” por el que lo había llamado le hizo fruncir el ceño, sólo porque a Reiner le gustaba decirle así al ser demasiado arriesgado con sus decisiones, incluso al involucrarse con un policía siendo el ladrón de Stohess. — Sólo nos queda elegir la víctima. —

En ese momento, la mirada verdeazulada de Eren se dirigió hacia uno de los expedientes, luciendo endemoniadamente tentador al saber todo lo que podrían lograr si el atraco se realizaba de manera expedita; sin embargo, esa víctima era demasiado peligrosa. Llevar a cabo el robo con éxito no significaba que no hubiese represalias tras él.

Sintió que Armin estaba observándolo fijamente, así que alzó la vista para conectar con los ojos azules de su mejor amigo, quién también parecía estar inclinando su opinión hacia el mismo millonario que él.

— ¿Estás seguro? — fue lo único que preguntó, robándose las miradas del resto de los presentes, quienes no comprendían todavía de qué hablaban los dos amigos. — Eren… —

— Tiene que ser él. — dijo el moreno, decidido y asustado, demasiado asustado para su gusto. — Piénsalo, si logramos efectuar correctamente el atraco, estaríamos a un paso de lograr nuestro objetivo. Estoy seguro de que él nos dará lo que necesitamos. —

— Oigan, ustedes dos… — llamó el rubio fornido que ese sentaba frente a Eren. — ¿Ya decidieron a quién apuntaremos en esta ocasión? —

Nuevamente, su mirada se cruzó con la de Armin, sabiendo que su amigo entendía la importancia que era seleccionar a esa víctima; pero también comprendía que su amigo quería estar seguro de tomar esa decisión, y de todas las posibles repercusiones que podría atraerle a Eren.

— Ya está decidido. — dijo, finalmente, Armin, tras recibir el asentimiento por parte del moreno de ojos verdes. — A trabajar entonces. —

 

~*~~~*~~~*~

 

Levi no pudo evitar soltar una audible maldición cuando sintió el golpe de un cuerpo chocar de frente consigo, haciendo que su teléfono estuviera a punto de caer de sus manos y golpeándose la nariz con la correa de la mochila del estúpido mocoso que lo había abrazado de improviso al verlo.

— Maldición, Eren. — le soltó, apartándolo de golpe mientras él se reía a carcajadas.

— La última vez criticaste mi patético abrazo, así que ahora lo compenso. — respondió él cuando sus miradas se encontraron, mostrando sus preciosos ojos verdes brillar como nunca ante el sol del mediodía. El azabache, por su parte, se sobó disimuladamente su nariz tras haber sido golpeada en ese ridículo intento de abrazo.

Había ido a buscar al moreno ese viernes y llevaba esperando un par de minutos que él saliera de clases para poder tener un rato juntos esa tarde; sin embargo, el muy bruto había llegado hasta él sin aviso mientras el azabache se encontraba apoyado en el capó del vehículo del cuartel, respondiendo las consultas por mensajes que le mandaban desde el trabajo, lanzándose a rodearlo con sus brazos ridículamente largos y sofocándolo en medio del estacionamiento, ante las miradas atentas del resto de los universitarios.

— ¿Qué pasó con esa mierda de controlarte en público? — espetó el detective, volviendo ligeramente a la calma al estar, por fin, con el chico tras un par de días de no poder verse, ya que este tenía que entregar unos trabajos y postulaciones para los internados del próximo semestre.

— Pero sí me controlé. — dijo él de vuelta, acercándose un paso más hacia el azabache, logrando que este alzara la barbilla para poder verlo mejor. — Si fuera por mí, te habría acorralado contra el auto y besado sin reparos. — explicó con total inocencia, como si sus palabras no implicaran un contacto más íntimo y desvergonzado entre ellos.

— Como si tuvieses la fuerza para acorralarme contra el auto. —

No sabía si era por esas casi cinco semanas que estuvieron distanciados o por el hecho de asumir que, por fin, eran algo así como una pareja, pero ya no le daba tanta vergüenza los comentarios de Eren — «tanta» era una palabra clave para describirlo, porque debía admitir que le subió un poco la sangre al rostro de sólo imaginar la escena que describió el más joven — esto le permitía tener más claridad mental para responder sus comentarios subidos de tono.

— ¿Quieres que lo pongamos a prueba ahora? — de acuerdo, su sugerencia desbarató sus argumentos anteriores respecto a la vergüenza que le provocaban las palabras y acciones del moreno, crispando sus nervios y teniendo que disimular el sonrojo de sus mejillas.

— Tch. Vámonos de una vez. — fue lo único que pudo decir mientras se alejaba del campo hipnótico de Eren y abría la puerta del conductor del vehículo que había sacado del cuartel. De hecho, estaba considerando seriamente la idea de comprarse su propio automóvil, uno que no fuera tan grande y llamativo como ese.

El chico soltó una carcajada y le dio la vuelta al auto para subirse en el asiento del copiloto, mientras Levi se ponía el cinturón de seguridad y encendía el motor. Cuando el moreno se instaló, se puso en marcha en dirección a la casa de este.

— ¿Cómo es que te dejan escaparte del trabajo? — preguntó Eren, mirándolo atentamente mientras Levi conducía.

— Porque, a diferencia de ti, yo cumplo con mis responsabilidades con tiempo si es que tengo pensado tomarme una tarde libre. —

— ¿De qué me estás acusando, Ackerman? — el mocoso usó ese típico tono de voz acusatorio que pretendía mostrarse ofendido, ante lo cual el detective simplemente puso los ojos en blanco y siguió con su labor al volante.

— De que te falta disciplina. — respondió el detective.

— Podrías disciplinarme… — el tono lascivo de Eren volvió a avergonzarlo un poco, teniendo que lanzar un sutil gruñido para evitar que se le notara.

— Estás de muy buen humor hoy. — mencionó, intentando desviar el tema. Al parecer, el chico se dio cuenta de sus intenciones y soltó otra de esas carcajadas que tanto había extrañado, para luego responder.

— ¡Claro que estoy de buen humor! Es nuestra primera tarde juntos desde que volvimos a hablar. Han pasado tres días y, sobre todo, es viernes, así que tenemos toda la tarde y noche para nosotros. —

No pudo evitar sonreír un poco ante sus palabras, porque lo cierto es que él también se sentía emocionado de estar con Eren nuevamente.

Ese día que habían conversado las cosas terminaron en un parque cerca de la casa del chico y se pusieron a hablar de todas las anécdotas y sucesos que no pudieron contarse mientras estaban distanciados; por supuesto que Eren no había tenido reparos en tomar su mano mientras conversaban sentados en el césped y, sin dudas, a Levi no le había molestado en absoluto.

Había extrañado la sensación de tener las manos del mocoso entre las suyas, esa calidez y suavidad que presentaban, contrario a las del detective que parecían siempre estar a una temperatura ligeramente más baja que el chico y, por lo demás, sus manos tenían una aspereza propia de alguien que había estado en bastantes peleas y sometido a rigurosos entrenamientos como policía.

Durante los días posteriores, Levi se vio envuelto en una serie de reuniones de trabajo, algunas relacionadas con el Espectro y otras respecto a los nuevos casos de los que se había hecho cargo; al menos, estaba avanzando bastante en algunos, pero todavía lejos de resolverlos. Por su parte, el moreno tenía varios pendientes de la universidad, así que habían coordinado para tomarse la tarde del viernes y tener, algo así, como su primera cita, aunque Levi se había negado a llamarlo así en voz alta, puesto que, en estricto rigor, todavía no le ponían nombre a su relación.

De acuerdo, ese era otro aspecto en el que el azabache se sentía completamente ignorante en cuanto a relaciones y es que no sabía si por el simple hecho de compartir sentimientos, esto los hacia novios o si debían pasar por otras etapas antes de preguntarse mutuamente si querían definir su relación de esa forma, con exclusividad o que fuese una relación abierta; sencillamente, no lo comprendía.

Pero tampoco importaba mucho, por el momento. Pues, al parecer, Eren se sentía feliz con tan solo estar con él, si de hecho tampoco se había referido a ellos como novios en ninguna de las conversaciones que mantuvieron tras el martes recién pasado.

— En primer lugar… — se apresuró a decir, evitando darle más vueltas a ese ridículo asunto. Eren, a su lado, soltó un suspiro exasperado, como si esperara que él comenzara a decir eso. — No es nuestra primera tarde juntos, ya que estuvimos toda la tarde del martes en el parque. — sintió la mirada del mocoso clavada en él y casi podía jurar que estaba enarcando una ceja y mirándolo con ese gesto burlón tan propio de él. — En segundo lugar, nunca dije que me iba a quedar toda la noche. —

— ¿Por qué intentas sabotear mi felicidad? — le dijo el chico con ese dramatismo característico de él. — Ya no tienes que ocultar que estás enamorado de mí, Levi. Puedes dejarte llevar por mis encantos. — el detective sintió que su estómago se contraía por las mil mariposas que revoloteaban dentro de él al saberse correspondido por el moreno; y es que hace mucho no se sentía de esa forma, de hecho, creyó nunca sentirse de la misma forma en que se sentía con Eren. — Además…. — enfatizó, logrando que Levi le diera un corto vistazo antes de volver su atención a la ruta. — Podría llegar a convencerte de quedarte. — Levi le dedicó una mirada de advertencia.

— Un paso a la vez. — señaló. Y no era la primera vez que le decía eso.

Para el azabache, todo esto de tener una relación de pareja con Eren se sentía demasiado irreal, casi vertiginoso en algunos momentos cuando él mostraba ese desplante; y es que, en estricto rigor, Levi jamás había tenido una pareja seria en toda su vida. Sus relaciones no habían sido más allá de un par de coqueteos, encuentros íntimos y salidas esporádicas.

Sin embargo, con el mocoso todo funcionaba distinto. Parecía saber todo con respecto a una relación entre ambos y Levi se sentía ligeramente abrumado por la incertidumbre de qué estaba bien entre ellos o no; por lo mismo, se hallaba pensando demasiado las situaciones, como cuando Eren hablaba de sus sentimientos de manera tan abierta, así como también cuando se había acercado a él para besarlo al despedirse el martes recién pasado.

Era extraño admitirlo, pero se sentía más nervioso ahora que se habían decidido a darse una oportunidad, que antes cuando eran simplemente amigos.

Tras un par de comentarios más discutiendo qué iban a almorzar ese día y decidiendo si cocinaban o mejor pedían comida a domicilio, llegaron hasta el departamento del mocoso luego de haberse estacionado en el espacio reservado para las visitas y subir los pisos correspondientes hasta llegar al pent house.

Venían formulando un silencio extraño entre ellos… ¿es que Eren también se sentía nervioso con la situación? ¿qué mierda les pasaba? ¿No se supone que todo sería más natural entre ellos luego de decidirse a tener una relación?

Una vez que entraron al departamento, Levi se dirigió hasta el lavaplatos para limpiar sus manos mientras Eren dejaba sobre la isleta su mochila con los pesados libros de la universidad; en eso, logra captar la mirada del chico, quién se mostró vacilante por unos instantes hasta finalmente decidirse a acercarse hasta Levi y quedar junto a él.

— ¿Está todo bien? — le preguntó con cariño, mostrando una sonrisa para transmitirle la confianza de verbalizar aquello que lo inquietaba. — Pareces… incómodo. — señaló el chico, haciendo una mueca que mostraba su confusión.

— Estoy bien. — dijo el azabache con brusquedad debido a su imperante necesidad de responder pronto.

— Hey, escucha. — el mocoso tomó las manos del hombre y soltó un pequeño suspiro antes de proseguir. — No quiero que te sientas incómodo ni nada. Sólo pasaremos la tarde como solíamos hacerlo, quizá logre convencerte de probar otro juego de mesa o, no lo sé, podríamos ir al cine más tarde. — comenzó a decir, acariciando el dorso de la mano del policía con sus suaves dedos, dejando a Levi bajo su encantamiento. — Dijimos que haríamos que esto resultara y jamás haría algo que te incomodara ni nada por el estilo. Iremos lento, al paso que tú dictes. — la seriedad de sus palabras hizo que el detective se sonrojara un poco, feliz de que él entendiera cómo se sentía. — Lo siento si a veces me emociono un poco y me pongo más osado. Trataré de controlarme. —

— Tch, controlarte y una mierda. Nunca lo has hecho, nunca has tenido reparos para salir con tus abrazos o frases desvergonzadas. — le espetó, haciendo que el chico se encogiera de hombros con culpabilidad. — Pero fueron esas cosas las que hicieron que comenzaras a gustarme, después de todo… No quiero que las cambies. — admitió, tragándose su vergüenza para elevar una de sus manos y acariciar los cabellos de la nuca del moreno, disminuyendo la distancia entre ambos. — No sé llevar una relación, mocoso. — confesó cuando el otro se abrazó a la cintura del más bajo y, ante esto, le regaló una sonrisa dulce, llena de cariño y comprensión.

— Yo tampoco. — confesó él con una carcajada, haciendo que Levi enarcara una ceja, incrédulo.

No le creía para nada el cuento de no haber tenido pareja anteriormente. El mocoso era todo sonrisas y encantos, debió haber dejado falto de aire a tantas chicas como chicos desde la secundaria hasta la universidad, por lo que era ridículo que el joven moreno jamás hubiera estado en una relación.

Sin embargo, un rápido pensamiento lo abordó inmediatamente y es que Eren estaba comprometido con Historia a ojos de todo público. Este simple hecho lo llevó a pensar que, posiblemente, sus supuestos pretendientes quedaran al margen al no querer involucrarse con alguien comprometido… Pero otro pensamiento más tentador se alojó en la mente del detective, considerando que el mocoso había mencionado su enamoramiento adolescente por Levi y cómo no había dejado de pensar en él durante todos esos años hasta, finalmente, conocerse esos primeros días de enero.

No sabía qué creer.

— ¿Qué está pasando por esa mente tan prodigiosa? — se atrevió a preguntar el chiquillo, acariciando levemente sus pómulos para llamar su atención, todavía manteniendo esos orbes color esmeralda sobre el detective.

— Nunca lo he preguntado, pero asumía que habías tenido parejas anteriormente. — soltó de golpe, desconociéndose ante la prisa que tuvo por salir de sus dudas. Eren abrió sus ojos con impresión y dibujó un gesto de total confusión por sus palabras; luego, llevó su mano hasta su propia barbilla, aquella que se mostraba perfectamente afeitada ese día, adoptando una actitud pensativa.

— ¿Quieres tener la conversación de los ex’s? — cuestionó enarcando una ceja.

— Tch, no. No me interesa con quién estuviste antes. — le respondió con sinceridad. Levi no se consideraba una persona celosa, tampoco le importaba si Eren había estado con chicas o chicos en el pasado; sólo le había dado curiosidad su comentario sobre no saber llevar una relación. Y es que se trataba de Eren, del mocoso con intentos de galán y elocuencia para hablar, obteniendo lo que quería con tan sólo dibujar esa jodida y seductora sonrisa ladina, justo la que ahora le estaba dedicando.

— Está bien, Levi. No me molesta admitir que he tenido muy poca experiencia en relaciones. Sólo he conocido gente con la que he mantenido encuentros esporádicos o gustos mediocres… Supongo que estaba esperando que llegara el indicado. — dijo esto último con el dramatismo que lo asociaba a su gusto por las novelas románticas. El detective puso los ojos en blanco.

— Deja el drama, Jaeger. Y mejor pensemos qué haremos para el almuerzo. — el chico frente a él se rio abiertamente.

— No te pongas nervioso. Ya sabes que me has gustado desde los quince, capitán. — Eren le guiñó un ojo y, por alguna razón, le llevó a recordar sus primeros encuentros, donde le había llamado mucho la atención que el moreno le dijera ese sobrenombre.

No lo había pensado hasta ahora, pero Levi se dio cuenta de que usaba este apodo porque, en el tiempo que supuestamente Eren lo había conocido, cuando ocurrió el incidente del ladrón en la clínica, Levi era capitán de policía en el cuartel central y sus subordinados le llamaban de esa manera con mucho respeto; seguramente el mocoso se había quedado con ese título en su mente adolescente ya que, incluso tras habiendo ascendido a detective, le tomó bastantes años que los oficiales de menor rango le dejaran de decir “capitán”.

Soltó un suspiro exasperado y no pudo evitar sonreír. Eren era tan impresionante que le costaba creer que fuera real. Le fascinaba de manera indescriptibles por todas las peculiares características de su personalidad, en particular, ese lado detallista que manifestaba en cosas pequeñas, como reconocer sus gustos, notar su nerviosismo o incomodidad o decir pequeñas cosas aludiendo a otras más importantes, como ese sobrenombre que, irremediablemente, ahora lo llevaba a pensar en ese hecho que había cambiado su vida y que le permitió, a final de cuentas, conocer al joven que estaba frente a él.

— Sabes que ya no soy capitán de la policía, ¿no? — le dijo con calma a lo que el otro se encogió de hombros simplemente.

— Yo todavía veo al precioso policía de ojos grises del que me enamoré en mi adolescencia. Así como también veo al maravilloso hombre que me salvó en un edificio en ruinas y cuidó de mí una noche de lluvia. — sus palabras dulces despertaron a las mariposas en su estómago que había logrado dormir los últimos minutos. — Y veo a la persona que me ha hecho infinitamente feliz desde que me dio la oportunidad de conocernos mutuamente. — Eren tomó la mano contraria y besó los nudillos del detective, todavía mirándolo atentamente. — Eres muchas cosas, Levi. Pero, ahora, eres la persona con la que quiero estar. — el chico sonrió anchamente hacia el detective, contagiándolo de esa felicidad instantáneamente.

— Supongo que también comenzaste a gustarme por ese dramatismo tuyo. — comentó, acariciando los cabellos del chico con suavidad, enterrando un poco sus dedos en esa espesa cabellera castaña.

— Admítelo, te encanta que sea dramático. — dijo el moreno entre risitas y dejándose consentir por la caricia del hombre.

— Me encantas, Eren. — corrigió el detective, avergonzado a más no poder, pero totalmente sincero y sin siquiera sentirse sonrojado por ello; de hecho, se mostró serio ante sus palabras con la intención de verse más firme sobre sus sentimientos por el chico que ahora, increíblemente, había estallado en rubor.

— Demonios, Levi. No estaba preparado para eso. — dijo él, tapando su rostro con la mano y así evitar que le viera en esa faceta tan avergonzada. — No quita que me haya hecho feliz escucharlo, por cierto. Deberás acostumbrarme a escuchar tus cumplidos. — mencionó con un tono lascivo, aunque aún estaba fuertemente sonrojado y sus ojos verdes resplandecían de emoción.

— Yo que tú no me acostumbro. — terminó diciendo Levi con un suspiro, procediendo a apartarse.

— Oh, claro, esto sí lo esperaba. — comentó el joven con gesto ofendido, aunque parecía más divertido por la situación de lo que pretendió. — También confieso que me gusta el Levi aguafiestas y gruñón. — mencionó caminando hasta el refrigerador para comenzar a ver qué podían preparar de almuerzo.

Levi comenzaba a sentir que su nerviosismo iba a pasando a segundo plano, casi mitigándose mientras comenzaba a discutir con Eren sobre su malhumor y lo que deberían comer para el almuerzo.

Se odiaba continuamente por pensar mucho las cosas y es que, cuando se trataba del chiquillo, no quería hacer las cosas mal. Ya lo había hecho durante los primeros meses de su relación en donde tomó decisiones irresponsables que involucraron a sus compañeros de trabajo, su propio puesto en la policía y también su indecisión respecto a su sentir por el moreno; ahora que ya estaba intentando poner en orden sus prioridades y asumir lo inevitable respecto al tema de su protección sobre Eren y el asunto del Espectro, lo único que le quedaba era ser simplemente Levi con él.

Por supuesto que esto le estaba aterrando más de lo que quería admitir, de la misma forma en que le parecía emocionante y tentador… sobre todo si se trataba de ese chico de preciosos ojos verdes que no había dejado de sonreír en su dirección.

 

~*~~~*~~~*~

 

Jamás imaginó lo que ocurriría esa tarde; de hecho, nunca pensó que podría estar en una situación así, ni siquiera cuando fantaseaba con tener una relación con Levi y cómo se desarrollaría esta; imaginaba que no cambiaría mucho de su interacción los meses previos a esa separación abrupta, es decir, verse en sus ratos libres, organizar sus tiempos para pasar las tardes haciendo planes y, por supuesto, añadiendo comportamientos propios de una pareja ¿no? tener sus momentos más íntimos en donde no tendría que contener los deseos de besarlo, abrazarlo, tomar su mano y decirle con sinceridad lo que sentía por él.

Con seguridad, podía decir que tanto él como Levi no sabían cómo llevar el hecho de que, finalmente, estaban juntos. Es decir, habían pasado por tanto que en algún momento de su vida se vio soberanamente imposible, casi descartando esa idea; por lo mismo, había notado el nerviosismo de Levi durante su encuentro, así como él también se había encontrado a sí mismo rehuyendo de su mirada, avergonzado como un adolescente con su primer amor.

Pero es que Levi era su primer amor. Jamás había tenido sentimientos tan intensos como los que albergaba por el detective. Si bien en un comienzo su sentir respecto al policía había sido algo así como una admiración y atracción por su forma de ser — y, evidentemente, por todo su atractivo como hombre — este sentimiento fue mutando una vez que descubrió la perfección en lo imperfecto que era Levi.

Porque Levi tenía un montón de virtudes sumamente destacables que lo hacían un maravilloso detective, un fantástico amigo y hermano, así como también una excelente persona; pero… Levi no era perfecto. Tenía un humor de mierda que le costaba controlar muchas veces, también solía tratarse de una manera ridículamente lapidaria cuando las cosas no salían bien o al notar que había situaciones que no podía controlar; además, le costaba verbalizar sus emociones, así como no le gustaba mostrarse vulnerable ante el resto de las personas.

Y eso lo lleva a ese momento. A ese idílico momento en el que el azabache se mostraba de lo más vulnerable ante él, en una situación un tanto impensada pues llevaba más de media hora durmiendo sobre su hombro, tras haber caído en el sueño mientras veían una película sentados en el amplio sillón de Eren.

Ese día habían cocinado juntos algo ligero, ya que el día estaba bastante caluroso y a ninguno le apetecía estar con el horno encendido o las ollas al fuego preparando algo elaborado; tras comer, el ambiente se aligeró bastante entre ellos mientras bromeaban en su intento de lavar los platillos y los implementos utilizados de manera coordinada, pues, según Levi, Eren era demasiado malo enjuagando la loza, dejando rastros de detergente en ella y poniéndola toda desorganizada en el espacio designado para que se secara.

Pronto, decidieron salir a dar un paseo, aprovechando de comprar un helado en una tienda que hacía helados artesanales cerca de la casa del moreno, por lo que dieron una caminata hasta llegar al parque donde habían estado el martes recién pasado. Fue un momento tranquilo y agradable, sentados en una banca admirando los árboles que ahora tenían su follaje en variados tonos verdes y algunos adornados por las flores primaverales, mientras el viento revoloteaba sutilmente sus cabellos y calmaba un poco el calor que se sentía.

Cuando los anaranjados colores del atardecer empezaron a mezclarse con el verde de las hojas y el viento se mostró más violento entre ellos, emprendieron el viaje de regreso a la casa del chico, caminando a la par, con sus manos rozándose descaradamente y sin tener la opción de ser tomadas entre sí — pues ya habían conversado que no sería bien visto siendo que todavía estaba el tema de su compromiso con Historia, por lo que Levi había manifestado su inquietud de estarle causando malos ratos a la rubia por el temperamento de su padre —; así que, una vez de vuelta en su departamento y con Eren negándose a dejar ir al detective, le sugirió que se acomodaran en el sillón y vieran una de las tantas películas que tenían a medias, ya que el azabache solía aburrirse en medio de ellas o pasaba alguna situación que las dejaba en pausa hasta nuevo aviso.

Se sintió divinamente feliz de que Levi no se negara a ninguno de sus planes durante todo el día, tampoco se mostró arisco o incómodo, sino que podía ver lo mucho que estaba disfrutando de esos momentos de relajo entre ellos, acompañándose entre sonrisas y miradas cómplices y algún beso fugaz que Eren no pudo evitar robarle al más bajo.

Pero no consideró que Levi era un hombre bastante ocupado, siempre teniendo un montón de trabajo encima y cuyas jornadas laborales a veces eran tan extensas que casi se podía decir que vivía en su oficina; todo esto implicaba que, tras llegar el fin de semana, el agotamiento de todos los días previos le caía encima y, ciertamente, después de haber estado relajado toda la tarde y caminando por el vecindario en su compañía, era de esperarse que su cuerpo se rindiera y sucumbiera al sueño.

Eren sonrió. No podía evitarlo. Saber que Levi bajaba lo suficiente su guardia para permitirse relajarse y caer dormido junto a él como si nada, era signo de la confianza que le tenía, ya que estaba absolutamente seguro que jamás se permitía estos gestos con el resto de las personas; así que se había quedado quieto junto a él, observando parte de su perfil desde el ángulo en el que estaba, notando que la arruga de su entrecejo se había atenuado lo suficiente para mostrarse como un pequeño surco que ya debía estar prácticamente tatuado en su hermoso rostro; y, aunque sintió enormes deseos de pasar su mano por aquella arruga e intentar suavizarla aún más con una gentil caricia, se abstuvo completamente, negándose a perder ese momento y de interrumpir el descanso del mayor.

Sin embargo, una respiración más honda del azabache lo hizo volcar su atención nuevamente hacia él — que se había desviado cuando optó por ver el canal de noticias mientras esperaba que Levi despertara por su cuenta — sólo para sentirlo acomodarse ligeramente contra su hombro y abrir sus ojos pausadamente, pestañando con rapidez para adaptarse a la luz que proyectaba la televisión en aquella habitación a oscuras, debido a que la noche ya estaba cayendo sobre Stohess y Eren, en su intento de no despertar al mayor, no se había levantado para encender la luz de la sala.

Unos segundos le tomó al hombre para alzar su vista hacia a Eren y volver a erguirse para quedar sentado junto a él, aclarándose la garganta mientras pasaba la mano por su cabello en un gesto cansado; sin embargo, eso no evitó que el moreno notara que las mejillas del detective estaban ligeramente sonrojadas.

— ¿Cuánto tiempo me dormí? — preguntó, mirando por los ventanales la manera en que las luces de los rascacielos y faroles de las calles trataban de imponerse ante la inevitable oscuridad de la noche.

— Cerca de cuarenta minutos. — respondió el chico, sonriendo hacia él.

— Lo siento, estaba un poco cansado. —

— No te disculpes. Lo entiendo a la perfección… — empezó a decir, pasando su brazo por detrás del respaldo del sillón para quedar más cerca de Levi. — Debo admitir que me encantó que te permitieras descansar un poco en mi presencia. —

— Sí, nunca lo había hecho, honestamente. — confesó con tanta sinceridad que hasta el mismo Levi pareció asombrarse de sus acciones. Luego, volvió a aclararse la garganta al notar que su voz sonaba todavía ronca. — De nuevo no terminamos la película. — mencionó, mirando hacia la televisión. El chico soltó una carcajada simplemente.

— Asumo que nunca lo haremos. Deberíamos probar con otra, quizá alguna que te guste más. — sugirió él.

Entonces, Levi volteó su rostro para mirarlo con aquellas esferas azules resplandeciendo en la oscuridad de la sala; una media sonrisa endulzó sus facciones y Eren la imitó, sintiéndose absolutamente cómodo en esa situación, sin tensión entre ambos ni ningún rastro del nerviosismo que habían presentado durante las primeras horas de la tarde.

Así, con la confianza de que no molestaría a Levi con sus acciones, se acercó más a él y lo acunó contra su pecho, abrazándose a él con delicadeza, sintiendo la calidez del cuerpo contrario y los brazos de Levi rodeando su cintura, estrechándolo también contra sí.

Qué maravillosa sensación, había pensado Eren en ese momento. No podía siquiera describir lo feliz que se sentía, era una experiencia completamente nueva, como si aquellas emociones y sentimientos que estaban creciendo en su pecho al sentir el calor de Levi contra él, fuesen un tanto mágicos.

— Me encantó este día. — murmuró en el hombro del detective. — Soy demasiado feliz, Levi. — no tenía las palabras, porque «feliz» no bastaba para describir el sentimiento que estaba gobernándolo.

— A mí también me gustó esta cita, mocoso. — respondió, logrando con su comentario que el moreno se apartara un poco de él para poder observarlo.

— ¿Cita? ¿Es en serio? — preguntó con emoción, pues él no había querido llamarla como tal, no sabiendo si esto pondría más nervioso al azabache. Desde que se conocieron y habían comenzado a tener encuentros, Eren solía molestar al detective con que algunos de ellos eran citas, pero sabía que ninguna de esas lo fue realmente para Levi. Ahora, que él le diera ese nombre a su salida, le parecía de lo más fascinante.

— ¿No lo fue? — preguntó de vuelta, enarcando una ceja ante la confusión del más joven.

— Sí, o sea, al menos… — Eren simplemente se carcajeó brevemente ante su perplejidad y luego volvió a mirar a Levi, sintiéndose estúpidamente enamorado de él. — Nuestra primera cita. — dijo finalmente, sin poder creer lo que decía.

— Quién lo diría. — bromeó el mayor, volviendo a hacer reír al chico. — Había extrañado pasar tiempo así contigo, Eren. Sin lugar a duda, lo extrañé. —

El corazón del joven se encogió ante esta confesión, pues, en estricto rigor, Levi jamás había verbalizado esas palabras para él, aunque lo hubiese dejado implícito en sus conversaciones. Pero, tras todo lo vivido en esas semanas separados, saber que Levi lo había pensado de igual manera, que había añorado su compañía tanto como lo había hecho el universitario, le hacía sentirse profundamente querido.

— Yo también te extrañé. — admitió, con su voz quebrándose a mitad de su oración ante el inminente llanto de emoción que estaba por manifestarse.

— Te diría que no llores, pero sé que es inútil. — la carcajada de Levi le fue contagiosa, pero eso no evitó que unas finas lágrimas de deslizaran caprichosas por sus mejillas, siendo detenidas por los dedos del detective, que habían acunado dulcemente el rostro del universitario y se había acercado a él para besar sus labios.

Los besos de Levi parecían cambiar de sabor cada vez que los volvía a probar, de la misma manera que le eran sumamente familiares y propios de él; y es que no se podía acostumbrar, se habían besado muy pocas veces durante lo poco que llevaban en ese intento de relación y Eren todavía se sorprendía de la suavidad con la que su boca se movía sobre la suya, de esa timidez que no pretendía desaparecer pese a que, en esta ocasión, había sido Levi quién había tomado la iniciativa de besarlo.

Cálido y dulce. Esa era la manera que tenía para describir el beso que Levi le regalaba, con movimientos sutiles y delicados; su alma vibraba en emoción y alegría cuando caía en cuenta de que esto era real, que Levi y él se estaban dando una oportunidad, que los azares del destino les habían permitido a ambos corresponder sus sentimientos; que él tenía la maravillosa oportunidad de ser el hombro en el que Levi se relajara y durmiera profundamente, así como también en quién pudiera confiar para apoyarlo en las situaciones más difíciles y angustiantes; de la misma forma, ser aquel con quién podría mostrarse vulnerable y dejar ver esas sonrisas serenas y miradas de agua clara, ser quién podía besar y ser besado por él.

Ahora, tenía la oportunidad de ser eso y mucho más. Ser todo lo que quería ser para Levi, para ambos.

Resultaría. Ya no tenía dudas de ello.

 

 

Notas finales:

 

Hasta aquí llega el capítulo, espero que les haya gustado mucho.

¡Me salió arcoíris de la boca cuando redactaba esto! Jajaja Tiene mucho fluff esta entrega, incluso cuando decidí mostrar lo que está pasando con el Espectro al inicio del capítulo.

Sobre el nerviosismo de ambos al volver a encontrarse, lo consideré algo muy propio de ellos, donde siempre recalco que las cosas entre los dos no son simples ni fáciles. Y es que cuando se comienza a salir con alguien, al principio todo es descubrimiento, todo es nerviosismo y pasos en falso que van dando lugar a más confianza para dejarse llevar, sobre todo para alguien como Levi que piensa demasiado antes de actuar.

¡Y sobre la escena de Levi dormido! No sé, siempre he pensado en Levi como un gatito y en Eren como un cachorro jaja De esta forma, tengo la impresión de que los gatos tienen una personalidad más arisca, independiente y sumamente desconfiada, hasta que deciden bajar su guardia y dejarse querer, acostándose en nuestros regazos o pidiendo una caricia entre ronroneos; y, bueno, para aquellos que son amantes de los gatos como yo, saben que es un honor cuando un minino se recuesta sobre nosotros, es como si hubiésemos sido elegidos por una divinidad jajaja Por eso quise describir esa escena, a un Levi mostrando su vulnerabilidad poco a poco ante quien quiere.

Respecto a la demora, nuevamente reitero mis disculpas. Confieso que estoy pasando por un estado emocional complejo, que me tiene alejada de las cosas que más me gustan, como escribir. Y he sentido un montón de inseguridades respecto a mis historias; pero, como lo he dicho antes, mi intención no es irme a hiatus xd 

¡Ahora sí! Paso a la última parte de estos extras y es agradecer infinito su apoyo a esta historia. Me encantan, lo juro <3

¡Cuídense mucho! Les mando un abrazo.


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