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Criminal - [Ereri] por L_inverse

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Notas del capitulo:

¡Hola! No se esperaban una actualización tan pronto, ¿verdad? (Esto sólo habla de que soy pésima para seguir calendarios de publicaciones).

Les dejo este capítulo y conversamos al final de este.

¡Disfruten!

Capítulo 32. Cadenas de culpas

 

Levi se encontraba en el mismo sillón en donde alguna vez le había revelado a su hermano que Eren era el Espectro; de hecho, Farlan también se encontraba en la misma posición, mirándolo con escrutinio para intentar adelantarse a cualquier cosa que el detective quisiera contarle de manera tan repentina, sobre todo considerando que era viernes y usualmente se iba a pasar tiempo con el moreno.

La diferencia estaba en que — en esta ocasión — no había unas botellas de cerveza entre ambos para amenizar el ambiente, ni tampoco estaba ahí con la excusa de querer pasar tiempo con él. Ahora estaba mirando atentamente la alfombra que estaba bajo sus zapatos, incapaz de levantar la vista hacia su hermano debido a la vergüenza que le abordaba.

Por mucho que había intentado convencer a Eren de que debía dejar pasar aquel asunto, lo cierto es que ni él mismo se sentía capaz de hacerlo; pero su madurez le daba a entender que no solucionaría nada arremetiendo contra Rod Reiss, sino que debía sanar otras heridas: la de sus víctimas.

—    Comienzas a inquietarme, Levi. — avisó su hermano después de un buen rato en silencio.

Para su alivio — y desilusión por igual — los chicos no se encontraban en casa, sino que habían ido de fiesta con algunos compañeros del instituto. Esto era algo que le alegraba, ya que no habían presentado síntomas de traumas tras lo ocurrido y habían logrado seguir con sus vidas de adolescentes de manera normal, con el apoyo psicológico que le aportaban desde el Servicio de Menores y también todo el cariño que Farlan les brindaba en la seguridad de ese hogar.

Miró a su hermano, cuyo semblante lucía cada vez más cansado y — por qué no — más viejo de lo que se suponía que era. Tal vez Levi también se veía de esa manera ese día, con el semblante cargado de emociones entre la tristeza, la culpa y la rabia que debían acentuar sus ojeras y su palidez característica; sin embargo, Farlan, incluso con aquel agotamiento que demostraba su rostro alargado, todavía intentaba regalarle una sonrisa comprensiva, de esas que lo invitaban a hablar de cualquier cosa.

—    Tengo algo que confesarte… — murmuró, tan bajo que se reprochó mentalmente por ser un cobarde en esa situación. Notó la forma en que su hermano se acomodaba en el sillón junto a él, para adoptar una actitud de escucha más atenta.

—    Te escucho. —

—    Es respecto al accidente de los chicos. — directo y fuerte. Las palabras salieron como vómito cuando expulsó el aire de sus pulmones y se esforzó por esquivar la mirada agua marina de su hermano; pero, de todas formas, logró percibir un cambio en su actitud. Algo que podía definirse como «ponerse la defensiva». — El ataque a los chicos… fue una suerte de mensaje para mí por haber dejado el caso del Espectro. —

Sin darse cuenta, el detective aguantó la respiración unos segundos, hasta por fin decidirse a enfrentar la mirada del dueño de casa y su mejor amigo en el mundo.

Cuando lo hizo, Levi pudo reconocer en Farlan las emociones que también había visto en los ojos verdes de Eren esa tarde: incredulidad, horror, ira, vergüenza… dolor. Sintió náuseas de sólo pensar que todo el miedo y sufrimiento que sufrieron Sasha, Jean y Connie había sido por culpa de sus decisiones.

Y no hablaba sólo por dejar el caso del Espectro, sino en todas aquellas que lo llevaron a estar en esa encrucijada, a tener que elegir entre proteger a Eren o cumplir con sus deberes como policía; había lastimado a muchas personas en el proceso, algunas de esas personas ni siquiera sabían que estaban siendo víctimas de un mal juego de decisiones que lo llevó a relacionarse con el ladrón de Stohess.

Pero, aun así, no se arrepentía.

Para nada se arrepentía.

Lo único que sentía era no haber sido más maduro emocionalmente para darse cuenta de sus sentimientos por Eren y tratar de arreglar el asunto antes de que todo se descontrolara.

—    ¿Quién fue? —

La voz de su hermano rompió un gélido silencio entre ellos, uno que nunca habían vivido en todos los años que llevaban conociéndose y siendo parte de la vida del otro. El tono que usaba Farlan era más duro, más autoritario… algo que Levi podía describir como un león protegiendo a sus crías.

Pero Levi dudó.

Dudó en decir el nombre de la aberrante persona responsable de lo sucedido; dudó porque — de cierta forma — se sentía responsable también; pero no quería que Farlan lo odiara, no quería perderlo… no quería perder a su familia por culpa de sus malas decisiones.

—    Levi… — la urgencia en el tono de Farlan lo llevó a tragar fuerte antes de volver su mirada hacia la de su hermano y decir el nombre de la persona que encendía la llama de la ira en su corazón.

—    Rod Reiss. —

Nuevamente hubo silencio entre ellos; sin embargo, no hubo quietud.

Farlan se puso de pie de un salto, agarrando sus cabellos con fuerza en un intento de contener sus emociones; apretaba la mandíbula mientras daba círculos en la sala, lanzando respiraciones agitadas, evidenciando el caos mental que debía estar sufriendo con dicha información.

Levi, en cambio, se quedó en el mismo lugar, siguiendo con sus ojos grises el errático movimiento de su hermano en aquella sala repleta de recuerdos.

—    ¿Cuándo lo supiste? — preguntó casi como un gruñido. Todavía no le dirigía la mirada, se había quedado de pie, dándole la espalda al detective.

—    Hoy. — respondió, tratando de guardar la calma y que su tono no mostrara el miedo que surgía en sus entrañas.

Porque Farlan estaba en todo su derecho de estar enojado con él, por no haber sido cuidadoso con sus pasos mientras se enredaba con el Espectro.

—    ¿Cómo lo supiste? — entendía lo que hacía Farlan. Trataba de encaminar sus emociones para no desbordarlas, para guardar la calma y mantener aquella faceta intachable que se obligaba a mostrar como administrador de ese hogar de menores… Pero podía notar la tensión de sus hombros, incluso cuando sólo podía ver su espalda.

—    Él mismo me lo refregó en la cara. — no había nada que ocultar de esa historia y estaba dispuesto a responder cada una de las dudas que su hermano tuviera respecto al asunto… hasta que ya no tuviera más que preguntar y quedara únicamente la sensación de no saber qué hacer con toda la información.

—    ¿Por qué? —

—    Quiere que vuelva al caso. —

—    ¿Y qué le dijiste? — Levi soltó un suspiro resignado mientras sostenía el puente de su nariz con fuerza, en un gesto muy propio de él. En estricto rigor, no le había dado una respuesta al mercader… y eso lo enfurecía.

—    Casi lo mato a golpes… De no ser por Erwin o Hange probablemente ahora estaría en prisión. —

Tras unos segundos, su hermano finalmente volteó a verlo y nuevamente la culpa tomó protagonismo en Levi, al contemplar cómo su hermano parecía perder esa máscara de serenidad y templanza para mostrar ese dolor que le había provocado saber que no había podido proteger a los chicos… sus chicos.

—    Lo siento mucho, Farlan. — fue lo único que salió de su boca. Cualquier otra reacción o palabra murió entre sus dientes. 

—    Realmente no sé qué pensar, Levi. — dijo su hermano, volviendo a sentarse en el sillón junto a él. — Estoy… indignado por lo ocurrido. Siento mucha rabia… — su hermano seguía intentando controlar sus emociones, pero parecía que en cualquier momento explotaría.

—    Dime qué puedo hacer. —

—    No se trata de algo que puedas o no hacer. Lo sabes. — ahí estaba, una pisca de su ira desbordándose en sus palabras. — ¿Cómo estaremos seguros de ahora en adelante? —

—    Erwin puso todo a disposición para tener patrullaje tanto aquí, en tu trabajo, en el instituto y donde sea que vayan. Contarán con resguardo policial las veinticuatro horas del día y estaremos muy atentos a los movimientos de los matones del mercado negro. —

—    Demonios, no es suficiente. — mencionó Farlan y Levi sabía que no lo era. Nada sería suficiente cuando se trataba de cuidar el bienestar de los chicos… y tampoco nada podía hacer para curar esa herida que ya había provocado.

De nuevo, el silencio los golpeó con una brutalidad que se sentía dolorosa. Levi podía haberse preparado todo el día para esta conversación, tal vez por semanas o años… pero jamás estaría listo. Porque él comprendía que, lamentablemente, no había mucho por hacer. Salvo prevenir que esta situación se repitiese en el futuro.

—    Haré investigaciones sobre quienes pudieron llevar a cabo el ataque. No prometo nada, pero es lo menos que puedo hacer. — su voz sonó débil, y es que estaba asustado de lo que sucedería.

¿Le pediría Farlan que se le alejara de ellos un tiempo? ¿Cómo encajaría Eren en la vida de su familia tras aquel accidente, cuando estaba — de cierta forma — involucrado en este?

—    Bien… — murmuró su hermano, largando un suspiro exasperado. — Sé que no es tu culpa, Levi. Fui yo quien te animó a renunciar al caso, pero… — Farlan dudó y bajó su mirada para evitar topársela con la del policía. — Estoy un poco molesto contigo por no prever que esto pasaría… Fuiste irresponsable con el tema del Espectro y de Eren… —

—    Lo sé. — admitió. — Por lo mismo, estoy aquí dispuesto a hacer lo que sea necesario para brindar más seguridad a ti y a los chicos de ahora en adelante. —

—    Lo aprecio mucho, hermano. — dijo Farlan, curvando una sonrisa que no parecía tan alegre como lo quisiera. — No es que te culpe, es que… no sé cómo dirigir esta rabia y dolor que siento. — el suspiro del rubio resonó entre las paredes como si pudiese ser ese grito interno que se reprimía. — Lo único que me ha importado desde la muerte de Kenny es que los chicos estén bien. Que tengan las mismas oportunidades que cualquier otro adolescente, independiente de nuestra situación económica o familiar. —

Levi sintió un nudo en su garganta cuando la voz de su hermano se quebró. A veces lo olvidaba, porque Farlan era excelente con los chicos, un muy buen trabajador y dueño de casa — además de ser un excelente amigo—; pero su hermano venía de una familia llena de maltratos y violencia, su propio padre lo golpeaba y le escupía ridiculeces que deberían ser un crimen decírselas a un niño de siete años.

En aquella casa de acogida — junto a Kenny y la compañía de otros menores —Farlan conoció lo que era el cuidado y el cariño, entendió cuáles eran los deberes y derechos de los niños y que su situación familiar anterior no estaba bien, no era normal; por este motivo, se esforzaba por que Jean, Connie y Sasha disfrutaran cada uno de sus procesos en la escuela y no tuvieran que preocuparse por la economía de la casa o labores que no les competían.

Que ellos salieran lastimados de esa forma, sobre todo cuando fue premeditado y por una estupidez como la venganza, rompía todo el entorno seguro que se había esforzado por construir para ellos.

—    Comprendo que el mundo de afuera es despiadado y sin sentido. Hemos vivido en él. — al decir esto, su hermano lo miró fijamente. — Sólo quiero posponer el hecho de que ellos se enfrenten de nuevo a este mundo tan terrible. Este mundo que los dejó viviendo aquí y no tener una familia normal.

—    Lamento no haber previsto que esto sucedería, Farlan. — Levi se forzó a tragar el nudo que sentía en su garganta y siguió hablando. — Cuando te vuelves un policía o un detective, y te enfrentas a criminales muy peligrosos, corres el riesgo de que ellos busquen amenazar a tus seres queridos, y creí haberlo tenido muy claro en toda mi carrera... No sé cómo pude pensar que la élite me dejaría marcharme del caso como si nada. —

—    A veces nuestros mejores intentos resultan en un desastre, ¿no? — la carcajada sutil que dejó salir Farlan le dio un respiro al detective, volviendo a enfocar su vista en su hermano quien esbozaba una media sonrisa, aún demasiado entristecida, pero ya más parecida a la serenidad propia que tenía su mejor amigo.

—    De verdad, lo siento mucho. — le dijo con toda la sinceridad que podía desbordar su corazón.

—    No puedo culparte. — su hermano había recuperado su tono usual de voz. — Si tuviese que culpar a alguien, partiría por los matones que golpearon a los chicos; pero ellos culparían al contrato con Rod Reiss; este, a su vez, te culparía a ti por dejar el caso y tu culparías al Espectro por ocasionar este problema… — Levi sintió su corazón estrujarse de pensar en ello. — Al final, es una cadena infinita de culpas que no tendría fin, porque no puedo cambiar el hecho de que hayan agredido a los chicos; pero sí podemos tomar otras medidas de ahora en adelante, para prevenir que ellos u otras personas salgan lastimados. —

El detective se permitió respirar otra vez al presenciar la madurez de su hermano, con una mejor reacción de la que él tuvo y de la que intentó mostrarle a Eren. Farlan era… impresionante.

—    Haces un gran trabajo con esos chicos. —

Al decir aquello, miró a su hermano fijamente, curvando una sonrisa de manera involuntaria al ver unos retazos de Kenny en él; tal vez la forma en la que enfrentaban la vida era distinta y sus carácteres eran muy opuestos, pero — definitivamente — Farlan había adquirido toda la bondad de Kenny y la madurez para enfrentar situaciones terribles.

No podría pensar en una mejor persona para hacerse cargo de esa casa, ni siquiera él mismo tenía la madurez emocional para haberla sostenido como lo hacía su hermano. No por nada era tan querido por esos mocosos adolescentes y sabía cómo encaminarlos a un mejor futuro, abriéndoles un poco el camino en aquel mundo lleno de obstáculos — sobre todo para personas como ellos — y permitiéndoles avanzar con la mayor ayuda que podría brindarles.

Farlan era un gran padre, pese a nunca haber tenido uno; pese a nunca haber tenido un hijo si quiera.

—    ¿Y ahora te das cuentas? — el comentario sarcástico de su hermano le hizo lanzar una carcajada, sintiéndose nuevamente envuelto por la calidez de su mejor amigo.

—    Que no se te suba a la cabeza eso de que eres un buen padre. — el rubio se rio y miró al azabache con cariño.

—    No hay nada que disculpar, Levi. No sigas torturándote con esto, ¿de acuerdo? —

—    Todavía tengo que hablar con los chicos. — mencionó, volviendo a sentir un ápice de angustia al pensar en la idea de que ellos lo odiaran por lo sucedido.

—    Yo hablaré con ellos… tú puedes llevarlos a comer algo después de ir a ver a Isabel mañana. — sugirió Farlan.

—    Me dejarán en la bancarrota. — otra vez, su hermano se largó a reír, porque si algo les encantaba a esos mocosos, era la comida.

—    Bueno, es viernes… ¿quieres salir a tomar algo? —

En ese momento, Levi recordó que todavía tenía pendiente una conversación importante, pero, esta vez, con Eren.

Se sintió levemente contrariado, hasta que su hermano se puso de pie y le dio unas palmadas en el hombro, para luego agregar —: Tranquilo, mañana nos veremos. Ve con tu novio. —

—    ¿No te molesta? —

—    Sé que los viernes son de citas para ustedes. No quiero interponerme en ello. Además, mañana me invitarás a comer ¿no? —

—    No dijiste nada de que irías también. —

—    Debes aprender a leer la letra chica de los contratos, Levi. Nunca dije que no iría con ustedes. — ante el comentario de su hermano, el azabache volvió a sonreír y se puso de pie.

Esta vez — como pocas veces se había dado en su vida — estiró los brazos y le dio un abrazo a su hermano, de esos que este le daba cuando necesitaba un poco de apoyo emocional para enfrentar situaciones difíciles.

Pero más que eso, era un abrazo para manifestar lo agradecido que estaba con él. Por su comprensión y cariño incondicional, por su sabiduría y madurez para enfrentar la situación… y por simplemente ser su familia.

 

~*~~~*~~~*~

 

Para Eren, estar con Levi siempre había sido un desafío.

No porque la convivencia en sí era complicada entre ellos — bueno, no tan complicada — sino porque, en situaciones como esas, se daba cuenta de la madurez que le faltaba para enfrentar cierto tipo de situaciones y ser un apoyo para el azabache.

Esa diferencia de edad se marcaba mucho cuando se trataba de cosas prácticas en la vida, cosas que sólo la experiencia podía otorgarte y, por qué no decirlo, Levi había vivido suficientes experiencias en su vida como para saber sobrellevar un montón de situaciones, o al menos tener un buen juicio de ellas.

Pero Eren no.

Por lo mismo, ahora mientras estaban sentados el uno junto al otro en el sillón de su departamento, sólo había podido sujetar firmemente la mano de su pareja para hacerle ver que estaba ahí, para lo que sea que tuviese que decir, para lo que sea que necesitara desahogar o preguntar.

Estaba ahí.

—    ¿Quieres hablarme de cómo te fue con Farlan? — se atrevió finalmente a preguntar.

El detective había llegado hace pocos minutos a su departamento y traía un semblante sumamente agotado y… vulnerable.

No pudo evitar recordar ese terrible día en que le dijo que ya no quería que se siguieran viendo, que ya no podía llevar esa doble vida de policía y amante; ese día en que Levi había sufrido un colapso y Eren no pudo evitarlo.

Se habían abrazado por largos minutos bajo el marco de la puerta de entrada. Eren había mimado a Levi con caricias en su cabellera azabache y un par de besos en su frente cada tanto, dejando que fuera el detective quien decidiera cuándo ya tenía las fuerzas suficientes para separarse y entrar a la casa del chico.

Este había preparado té para ambos y lo dejó sobre la mesita de centro mientras se sentaba a su lado.

Pero Levi — pese a lo amante que era del té — no había bebido una sola gota de aquella bebida, sino que simplemente se acercó al moreno y tomó su mano, entrelazando sus dedos mientras su hombro se apoyaba en el chico.

—    Farlan es sensacional. — murmuró Levi. El joven lo miró atentamente y vio en el rostro de su pareja una sutil sonrisa. — Mañana les debo una cena. — añadió.

—    Tu cuenta bancaria sufrirá un vacío irreparable. — bromeó el chico, recibiendo una carcajada por parte del azabache.

Entonces, la mirada de Levi se encuentra con la de Eren y la sonrisa del mayor se ensancha, mientras sus ojos se vuelven más cálidos y su semblante se dulcificaba.

Conocer todas las variadas facetas que tenía Levi le hacía sentir sumamente especial. Que este dejara ver sus lados más vulnerables y cariñosos, incluso sus lados llenos de culpa y frustración… cada cosa que aprendía sobre Levi le hacía sentir su cariño y lo colmaba de felicidad.

El detective se estiró y pronto procedió a besarse con él. Un beso suave y tranquilo, un beso con sabor a alivio de saberse juntos y en apoyo mutuo; pero también, un beso que venía con un regusto a tristeza e incertidumbre.

Cuando finalmente se separaron, Eren besó la mejilla de Levi y permitió que este se acomodara en su pecho, abrazándose en silencio por unos instantes más.

—    Eren, debo decirte algo. — murmuró el detective, recargando aún su mejilla sobre el chico. Este dejó un beso entre sus cabellos, reforzando el abrazo que ejercía alrededor de sus hombros.

—    Adelante. —

—    Hace un tiempo… le confesé a Farlan que eras el Espectro. —

Aquella información lo tomó por completo desprevenido. Tal vez por ese motivo no pudo controlar la tensión que agobió a su cuerpo y que — por supuesto— Levi notó de inmediato al estar recargado en él.

El detective se irguió para mirarlo, luciendo serio en su expresión; pero Eren sentía un vacío extraño en su cuerpo, que estaba lejos de comprender.

—    Cuando nos separamos… Estuve muy mal pensando una y otra vez en alguna salida a todo esto. — Levi siguió hablando y Eren le siguió prestando atención, esperando que en algún momento su mente reaccionara. — Decirle a Farlan fue un acto desesperado y que me produjo mucho alivio. Necesitaba saber la perspectiva de alguien ajeno a la situación para saber si estaba bien o no lo que hacía. Y Farlan siempre ha sido la persona a la que recurro en esos casos. —

Los ojos del azabache no se desviaron en ningún momento durante su explicación. Seguía mirando al moreno intensamente, para trasmitirle la sinceridad de sus palabras y explicarse lo mejor posible.

O quizá, era porque intentaba leer las emociones de las que Eren se sentía completamente desconectado en ese momento.

—    ¿Estás molesto? —

¿Lo estaba?

Una parte de sí mismo parecía gritarle que sí; que Levi había prometido no decirle a nadie su identidad como el ladrón de Stohess, incluso antes de comenzar a tener intenciones de ser algo más que simples conocidos.

Pero — por otra parte — Eren entendía a Levi. Comprendía esa necesidad de que las ideas salieran de su cabeza y botarlas frente a alguien para ver si esta persona le hallaba más sentido o podía ver algo que él no.

Él tenía Armin, Annie y Mikasa, quienes conocían su identidad como el Espectro y también sabían de su relación con Levi, incluso estaban en conocimiento de que el detective estaba al tanto de alter ego; y frente a ellos, Eren pudo contarles toda la verdad y pedir su consuelo y apoyo, incluso algún consejo… algo; lo que fuese para volver a estar con el detective.

Esta parte de sí comenzó a opacar fuertemente a la molestia que le generaba que Levi haya roto su promesa. Lo entendía porque… de cierta forma le hacía feliz saber que el azabache había estado buscando cualquier forma de estar juntos de nuevo.

—    No lo estoy. — admitió finalmente, con un suspiro. Estiró su mano para acariciar la mejilla de Levi y le sonrió. — Entiendo tus motivos. —

—    ¿Estás seguro? —

—    Confío en ti, Levi. Y si decidiste que mencionarle a Farlan lo del Espectro estaba bien, entonces no tengo quejas. — aseguró — También conozco a tu hermano, y estoy seguro de que no revelará mi identidad. —

—    No lo hará. — dijo Levi con firmeza, totalmente convencido de ello. Eren simplemente soltó una carcajada. — Siento haber roto la promesa que te hice. Entiendo lo delicado que es el hecho de que más personas conozcan tu secreto… por eso—

—    Levi, tranquilo. Está bien. — Eren se sentía completamente dichoso al notar la manera en que el detective quería hacer las cosas bien, quería mostrarle lo importante que era cuidarlo. — Te agradezco que me lo hayas contado. —

—    No quiero secretos contigo, Eren. — mencionó el azabache, todavía sujetando la mano del chico.

—     Lo sé. Por eso también me siento feliz de que le hayas mencionado a tus amigos que estamos saliendo… supongo que también a tu familia. — dijo el moreno.

—    Sí, Farlan lo sabe y… bueno, los mocosos esos también. — el chico no pudo evitar reír, porque Levi estaba extremadamente relajado junto a él, acariciando su mano distraídamente y sintiendo de cerca su aroma y calor.

—    Yo pondría un cartel que se viera en toda la ciudad si tú me dejaras. — comentó, provocando que Levi pusiera los ojos en blanco y se inclinara a darle un corto beso antes de acomodarse en el sillón nuevamente y beber del té que el chico había preparado.

Eren se sonrojó un poco y observó al azabache terminarse la taza en unos segundos, puesto que ya estaba prácticamente frío el té.

En seguida, acarició lentamente su espalda para llamar su atención y la mirada azul grisácea de Levi lo cautivó por completo.

A veces mirar a Levi y encontrarlo tratándose de una forma tan íntima y cariñosa, le parecía sumamente nuevo — pese a que ya llevaban varias semanas saliendo —, como si no pudiese olvidar que, al principio de su relación, su ceño fruncido se marcaba con frecuencia y debía juntar todo el valor del mundo para si quiera darle un abrazo entre bromas.

¡Y ahora podía hasta besarlo! 

Sonrió. Sonrió como sólo Levi sabía hacerlo sonreír; como si fuese una reacción ante su rostro y sus ojos claros.

—    ¿Pasa algo? — preguntó el detective, acercándose más a él.

—    Le gritaría a todo el mundo lo feliz que me haces. — comentó, haciendo que Levi negara en señal de rendición, mientras Eren dejaba una corta caricia en su mejilla. —Lo digo en serio. Me haces muy feliz. —

—    ¿Pese a todo? — esta vez, fue el chico quién negó por la ironía, pensando que durante esa misma tarde, él había hecho una pregunta similar.

Y es que — literalmente — pese a todo lo que los rodeaba, los problemas con el Espectro, Historia y su familia, ellos seguían luchando por estar juntos.

Y, dios, estaba resultando maravilloso.

Justo en ese momento una idea se le vino a la cabeza y los nervios aparecieron en su estómago cuando percibió que Levi había notado su cambio de actitud.

El detective lo escrutó con su ceja enarcada y Eren se acomodó para quedar frente a él, tomando sus manos para luego dejar un par de besos en sus nudillos y añadir—: El próximo viernes… iremos a ver a Isabel. —

Notas finales:

¡Uf! Aquí termina el capítulo. Espero que les haya gustado.

Lo primero que quería comentarles es que esta entrega es más cortita porque  en un principio estaba pensada para ser parte del capítulo anterior y/o del siguiente. Pero tanto el Capítulo 31 y 33 salieron más largos de lo esperado, por lo que finalmente me decidí a separarlos para no agobiarles. 

Lo segundo es que, no sé si a ustedes les gustó, pero yo quedé muy satisfecha con la escena de Farlan y Levi y cómo trataron el tema del accidente de Jean, Sasha y Connie. Disfruté un montón redactándola y dándole vida a los diálogos entre ellos, tratando de serle fiel a la personalidad que he creado para ellos en esta historia; también me gustó la escena de Eren y Levi — que tenía guardadita hace tiempo sobre cómo y cuándo Levi le contara a Eren que había roto su promesa sobre guardar el secreto del Espectro —. Espero les haya gustado mucho, insisto. 

Lo tercero ya es una mala noticia — sorry —.  Como este capítulo en realidad es como un Capítulo 31 parte 2, lo subí antes ya que estaba editado y listo para que ustedes lo disfrutaran; sin embargo, el Capítulo 33 — spoiler: se llama Aproximaciones (por ahora) — probablemente demore cerca de dos semanas en estar listo. No quiero asustarles, pero tengo el susurro de un hiatus en mi nuca que me quita el sueño y me exaspera. 

Lo cuarto es una buena noticia — yeei —. ¡Y es que Criminal ya tiene cerca de 20k lecturas en esta plataforma! No se imaginan lo feliz que estoy. Todavía recuerdo esos días en los que nadie leía la historia — porque, obvio, nadie me conocía — y yo escribía y escribía capítulos para demostrar que valía la pena que leyeran — espero que lo valga, disculpen por tan poco —. Así que es un honor para mí recibir sus lecturas y comentarios. Siempre los leo y termino como tonta sonriéndole al celular xd 

Ya, no les distraigo más. Espero que se encuentren muy bien y que se estén cuidando adecuadamente — tanto en salud física como mental —. Y también recordarles que estoy aquí,  que cuentan con mi apoyo para cualquier cosa que quieran decirme — con respeto, por supuesto —. Incluso soy buena en matemáticas por si alguien necesita ayuda jiji. Pueden seguirme en mi cuenta — abandonada y solitaria — de instagram y hablarme por ahí si les es más cómodo. (Pueden encontrar el enlace en mi perfil)

¡Les mando un abrazo gigante y mucho ánimo!

¡Nos estamos leyendo!

 


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