Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Vomitando flores sobre tu piel [Reed900] por Angelkitx

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

...

No era la primera vez que le pasaba y Gavin sabía que no sería la última. Pero para su suerte, era poco constante; por el momento solo eran pequeños pétalos que dé en vez en cuando se escapaban de sus pulmones. Si estos ya estaban considerablemente dañados por su adicción a la nicotina, el hecho que creciera raíces dentro de estos no estaba siendo del todo agradable. Intento entonces, encontrar patrones, acciones que causaran esto, esta vez, sospecho que la voz preocupada de Nines lo hubiera provocado.

«—Lo prometiste», resonó por la cabeza del detective. 

Él jamás cumplía nada de lo que proponía, ni siquiera su intento de cambiar para llamar la atención de Nines. Se vio tan estúpido queriendo verse genial en frente de él, porque siempre se las arreglaba para cagarla y RK900 terminaba burlándose de él.

Apoyo su frente contra el espejo, mirando de cerca la cicatriz de su nariz y cualquier otra marca que él consideraba imperfecciones. Podría sonar tonto que un adulto prestara atención a eso, pero Gavin no era un gran ejemplo de uno. Tras su fachada de tipo duro y malherido, era un humano más. Sintiente como todo en el universo y ¿Qué si era inestable emocionalmente?, después de todo, la adultez no te traía estabilidad asegurada. Pero no era excusa y Gavin lo sabía. Estaba muerto por dentro, motivado a seguir por su ambición al trabajo y sus gatos, usando como soporte el café, los cigarrillos y el alcohol después de un día largo. Y actualmente -por más que intentara evitarlo- encontró en Nines un motivo para seguir.

Pero el androide lo hacia todo tan complicado...

Él también estaba adaptándose a sus nuevas emociones. Imagina, si es complicado para Gavin que ya lleva más de treinta años intentando comprenderlos lo que debe ser para este androide desviado. Y él... parecía experimentar cada nueva sensación con Gavin. Su primera película, su primera discusión, su primer beso. Si, mierda, su primer beso. Accidental, por supuesto. Reed se sintió tan mal después de eso que paso varias semanas tomando una distancia considerable de Nines y checando constantemente que sus zapatillas tuvieran los cordones bien atados. No es que no lo haya sintiera mágico, que su corazón no haya querido que ese momento fuera eterno y quedaran ahí en ese instante, o que le haya disgustado. Pero Gavin... sintió como si hubiera arrebatado algo importante que no le correspondía. Reed hubiera preferido morir antes de tropezar sobre él, chocando sus labios contra el androide, tomando algo que no merecía. Y en verdad, no le disgusto la sensación como el pensó que lo haría y eso era lo peor, porque su amor por Nines florecía cada vez más -literalmente- dentro de su pecho.

Después de aquel beso, Gavin comenzó a toser pétalos hermosos y brillantes.

Era una enfermedad extraña, no le ocurría a todo el mundo y Gavin era uno de los pocos en Detroit en tenerla. No había mucha información, es más, corría el rumor que solo era ficción, una metáfora para referirse a un amor no correspondido, algo... tierno. Pero no, si sintieran lo que él, descubrirían que no tiene nada de tierno vomitar flores y tener el corazón roto.

Gavin no podía borrar lo que era y, sobre todo, no podía eliminar sus sentimientos por él. Bueno, en realidad sí, con una cirugía de millones. Que claramente no podía pagar con el sueldo de detective, pero si con el dinero acumulado de su medio hermano que no dudaría en hacerle un favorcito a su querido "Gavy". Podría, entonces, extraerse esa "infección". Pero más que el no poder, Gavin no quería eso. No quería qué cualquier sentimiento fuera extraído como un maldito efecto secundario. 

Y si no quería olvidarlo, iba a morir recordando eso que Nines planto en él.

— Gavin... abre — cierta seriedad estaba en su tono preocupado. Se mantenía derecho, dando suaves golpes a la puerta —. ¡Gavin!

Gavin suspiro, tirando los pétalos al inodoro y limpio la sangre que se deslizaba por su barbilla. Se sacudió por si algún pétalo había quedado atrapado dentro de su remera y deslizo su cabello hacia atrás. Abrió la puerta y choco contra Nines.

— Puto gigante de acero. 

Nines ignoro el comentario y apoyo su mano sobre la mejilla de Gavin, haciendo que este retrocediera por el contacto — Gav — nombro suavemente, su LED continuaba rodando en rojo y amarillo —, ¿No vas a decirme que te está pasando? — inclino la cabeza —. Vas a obligarme a tomar medidas que no te van a gustar.

— ¡Ni mierdas! no te atrevas a escanearme o esas cosas de robot que puedes hacer. Tú... también lo prometiste.

El androide deslizo su dedo sobre la sangre que Gavin había olvidado de limpiar y se lo llevo a la boca.

— Mierda Nines no- ¡Puto asco! — Gavin bufó, sintiéndose asqueado y extrañamente excitado por la acción del contrario. 

Empujo a RK900, en vano.

— Debes ir al médico Gavin. No es normal que vomites sangre, incluso es más extraño que mi sistema no pueda analizarlo, pero todo indica que...

— Corta esa mierda. No me pasa nada, estoy perfectamente — salió del baño, chocando a propósito contra el hombro de Nines.

Pánico, eso estaba sintiendo.

¿Desde cuándo RK900 sabia lo de la sangre? No, ¿Sabia lo de los pétalos?

— Detente Gavin — Nines gimió —. Esto es serio Gavin, la sangre, tu pérdida de peso... ¿Crees que no me di cuenta? —  sonaba indignado, hizo una mueca de preocupación. Gavin noto que las manos del androide temblaban.

«Solo le haces daño».

— Mierda, joder. Calma — se detuvo al sentir la necesidad de abrazarlo, apretando sus uñas contra la palma —, estoy bien, no te preocupes ¿Sí? — aseguró —. No vayas a sobre cargarte pensando idioteces, todavía te queda algo de tiempo soportándome, así que no te montes una puta película. 

«No esta preocupado por ti realmente».

— ¿A qué te refieres con algo de tiempo?

«Eres una misión para él».

— Bien. Mira, respira o simúlalo, pero hazlo — pellizco su labio inferior con sus dientes preocupado, ignorando su mente tomo la mano de Nines y lo llevo a su pecho — ¿Ves? Sigo vivo, Nines, esta mierda parece jodida, pero aún anda. 

El androide parecía estar al punto de llorar, haciendo que Gavin se asuste. Mierda, ahora se sentía peor y el constante dolor en su pecho aumentaba. Y lo hizo más aun cuando Nines sin previo aviso lo envolvió en sus brazos, en lo que podría llamarse un torpe abrazo. Gavin dejo sus manos sobre el pecho del contrario para evitar que profundizara el abrazo, él también tembló un poco.

— Bien bebé grande, es hora que regreses a tu departamento — sintió su corazón estrujarse, quería que se quedase, pero, solo aumentaría el amor que tiene por él y solo quería detener ese latir que no paraba de sonar —. Mañana... mañana iré al jodido médico para hacerme un control y esas idioteces — mintió.

— Voy con vos-

— ¡No! — respondió interrumpiendo a Nines —, mierda no... — murmuro.

— Estoy preocupado, déjame quedarme  ¿Sí? solo- por esta noche — se acercó, pero Gavin dio un paso atrás, rechazando el afecto del androide. 

— No Nines, solo — suspiro cruzándose de brazos —... solo déjame solo, vete, no te necesito aquí. 

— Pero tu- — intentó decir. 

— ¡Vete a la mierda, pedazo de plástico! — gritó con fuerza, rebotando la palabra por las paredes. 

Esa mirada de dolor en el rostro de Nines, era la que lo lastimaba y más sabiendo que él era el causante. El androide acomodo su postura y en silencio, salió del departamento, dedicándole una última mirada. 

Quizás espero mucho de una persona como Gavin...

— Buenas noches detective.

Y se fue.

Gavin se refregó la cara con sus manos, frunció su ceño, insultándose internamente por la idiotez que había cometido. Si. No se merecía a Nines, para nada. Entonces... ¿Por qué? Si él ya lo tenía asumido desde hace tanto tiempo: ¿Por qué dolía tanto?

El detective sintió su pecho apretar como nunca antes, se contrajo en sí mismo ante el dolor y cayó al suelo. Tosió  y tosió, llenando el suelo de pétalos y sangre que iluminaban con tonos azules el departamento. Tuvo que llevar su mano a su boca por instinto cuando un repentino punzar se adueñó de su garganta, sentía que no podía respirar. Sus gatos lo miraron asustados, sin entender que le ocurría, en intentos de animarlo se refregaban contra él. Pero Gavin sentía que estaba muriendo y se esforzó para poder expulsar eso que le impedía respirar y entonces, sobre su mano, una pequeña flor en perfecto estado brillaba en su palma. Su piel se erizo por completo.

Si, definitivamente estaba jodido.

...

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).