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Quiero estar contigo por Macarena-chan

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Capítulo 1


Awakening


Al oír la camioneta de su madre estacionarse en frente de la puerta principal se removió inquieto de los brazos de la niñera que había contratado su padre y se fue corriendo lo más rápido que le dieron sus cortas piernas, para cualquiera sería una escena bastante tierna, era como un oso bebé caminando en sus dos patas, pero para su niñera era una escena bastante triste, pues sabía por qué el niño bajo su cuidado reaccionaba así. Sus pequeños piecitos subían con dificultad y a la vez con rapidez las escaleras de su casa, sus manitas apenas y alcanzaban para ayudarle a subir el barandal de madera.


Al llegar a su cuarto cerró la puerta de inmediato al estar adentro, cargo con algo de dificultad un gran oso de peluche y lo puso en frente de la puerta, ya quería que llegara su padre, se sentía incomodo cuando su madre era quien llegaba primero a su casa, acomodo el gran moño rojo que portaba el oso y fue hacia su caja de juguetes, los acomodaría de tal forma que cuando su padre entrara a su cuarto los encontrara en fila y comenzaran a jugar, sabía que cuando el sol pintaba el cielo de naranja su padre estaba a punto de llegar.


Un trueno lo hizo brincar de susto, corrió hacia su ventana parándose de puntitas, dejo ver su sonrisa con apenas algunos dientes recién salidos lo feliz que lo ponía la lluvia caer, se emocionaba mucho porque cuando había sol y lluvia al mismo tiempo podía apreciar los bonitos colores del arcoíris que surcaban el cielo después de la tormenta.


 


Dos adultos jóvenes llamaban la atención de quienes pasaban a su lado por ser tan agraciados, pues ambos portaban un amable, delicado y atractivo rostro, iban caminando con tranquilidad por aquella concurrida plaza comercial, atrás de ellos iba un guardaespaldas cargando algunas pocas bolsas, ellos se habían ofrecido a ayudarle pero él no había querido, para eso y más lo habían contratado, aparte que el estado de uno de los dos no le permitía cargar pesado…aun que el contenido de las bolsas no llegaba a pesar ni un kilo, pero, no quería arriesgarse. Entraron a una tienda en específico, comprarían ropa, pero no para ellos, sino para quien vendría en camino en unos cuantos meses.


 


El transcurso de sus vidas se había vuelto tranquilo, unos llegaban a su hogar después del trabajo para ser abrazados con amor por los brazos de sus hijos, otros se habían convertido en grandes amigos, amistades que nunca imaginaron tener ahora las tenían, unos habían roto lazos con personas que no aparentaban lo que parecían o simplemente ya no tenían nada que ver más que con trabajo o negocios, cada persona se iba uniendo con otra de su misma gracia, otras apenas y se podían ver en cada reunión familiar o en los lugares en que coincidían, algunos estaban mas ocupados en su vida social o profesional que convivir con sus hijos, no se preocupaban pues sabían que alguien en sus casa los cuidaría y ya después tendrían tiempo de sobra para sus primogénitos. Un matrimonio estaba tambaleando por la cuerda floja.


 


La vista era simplemente maravillosa, el cielo azul parecía que se expandía al infinito, las nubes de varios tamaños se apreciaban tan blancas que reflejaban la luz del sol dándole un toque mágico al lugar, no había ni un solo atisbo de contaminación. El pasto era del verde mas brillante y vivo que jamás se pudiera imaginar, parecía un lugar mágico.


El pintoresco pueblo estaba habitado por amigables y campiranas personas, parecía algún cuento de hadas por el estilo algo medieval que tenía, era un día muy soleado, pero a pesar de ello se sentía algo fresco el viento por las montañas llenas de nieve que los rodeaban.


Unos miles de kilómetros más alejada se encontraba una mansión rodeada de miles de hectáreas de árboles, varias cabelleras largas y cortas de tonalidad rubia pertenecientes a la misma familia vagaban por la gran mansión haciendo diferentes actividades, algunos en su estudio, otros en la sala de estar tomando algo de té u otros simplemente cabalgando por los a los rededores apreciando la magnífica vista del lugar, se sentía una basta sensación de serenidad.


En una habitación apartada dos pupilas dilatadas aparecieron después de abrir los ojos entre varios parpadeos, apretaba y relajaba sus parpados haciendo que se aglomeraran algunas lágrimas, gracias a la lubricación sus ojos comenzaban a arder, no era por la cantidad de luz que se expandía por la habitación pues era mínima al ser de mañana, sino por la cantidad de semanas incluso unos pocos meses que habían permanecidos cerrados sus ojos.


Tenia su rostro algo demacrado, las ojeras y el poco color en sus labios eran signos de que todo su tiempo lejos del exterior y la falta de alimentación normal que una persona sana tendría.


Cuando sus ojos dejaron de arder, empezó a inspeccionar cada rincón de la habitación con lentitud movía de un lado a otro sus ojos, sentía bastante adormecido su cuerpo, por lo que no intento moverse, la decoración y los detalles le eran desconocidos, el estilo era parecido al victoriano pero algo más moderno, no parecía ser un hospital, sin embargo, había aparatos que median todos sus signos vitales, alzo como pudo su mano dominante, viendo que tenia una aguja de suero unida a él, suspiro con cansancio, no sabia porque, pero estaba bastante agotado, al cerrar los ojos le lloraron de nuevo por mantenerlos abiertos tanto tiempo.


Sentía un extraño e incómodo cosquilleo en el área que une su garganta con su nariz, al tocar su cara sintió que tenia un tipo de catéter por la nariz, al tragar saliva pudo sentirlo por su garganta, se trataba de una sonda nasogástrica, al seguir tocando su rostro descubrió una venda que abarcaba de la comisura de su labio hasta debajo de su pómulo derecho. Apretó las cejas con bastante extrañeza, movió los labios tratando de mojarlos con la poca saliva que comenzaba a producir por el movimiento de su boca.


Se sentía bastante mareado, como si despertara de una larga y descuidada borrachera con una golpiza incluida. Descubrió su mano no dominante con vendajes hasta la mitad de su brazo, al voltear la cara se descubrió solo.


Puso especial atención en una pintura que estaba colgada en la pared de alado, podía apreciarla perfectamente por la cálida luz que entraba a través de las cortinas que se encontraban a su izquierda, la pintura estaba representando a un lugar lleno de rosas blancas.


Rosas, un jardín lleno de rosas…fue entonces cuando recordó todo de una sola vez, jadeo de estupor por todo lo que le había sucedido, sus pulmones se quedaron momentáneamente sin aire, comenzó a hiperventilarse, el secuestro, los golpes, sangre, sus hijos…


—¡¡No!!—Sus cuerdas vocales al estar tanto tiempo en desusó hicieron que su grito saliera débil de sonido. —¡¡AAHH!!


Un grito desgarrador y lastimero salió por su garganta, había sentido una dolorosa punzada en su cabeza, su garganta también se había lastimado por lo que llevó su mano dominante a esta zona, al tratar siquiera de levantarse unas vendas en su abdomen bastante ajustadas le impidieron un movimiento más libre, sentía algo de escozor en la parte más baja de su abdomen, específicamente en su pelvis por lo que de inmediato, y bastante aterrado por lo desconocido, llevo sus manos a su vientre, no sabia lo que le había sucedido a su cuerpo, pero no trato levantarse de nuevo, por alguna razón intuía que tenía ese vendaje, se quitó las sabanas, al tocarse su cuerpo descubrió que tenía una bata que apenas y lo cubría, comprobó el movimiento de los dedos de sus pies, los sentía algo adormilados pero al menos los podía mover, se le hizo extraño que la pierna derecha estuviera vendada de los tobillos hasta su ingle.


Al tratar de tocar el suero, sintió en su mano vendada bastante ardor, hizo una mueca, no recordaba cómo había llegado ahí, por el temor a lo desconocido comenzó a respirar frenético. El movimiento acelerado de su respiración hizo que la venda que rodeaba su abdomen se comenzara a llenar de sangre.  


Algo tenía en claro, no volvería a perder a un hijo, con fuerza se levanto de la mullida cama, se tuvo que agarrar de las sabanas para poder darse impulso.


—¡Aaahh! —Jadeo con dolor por el gran esfuerzo que estaba haciendo su frágil cuerpo.


Al poner un pie derecho en el piso sintió un dolor insoportable en su rodilla que recorrió toda su pierna, tanto que tuvo que apretar sus dientes para aguantar el dolor, incluso comenzó a sudar, con dificultad también movió su pierna izquierda para pararse.


—¡Maldita mierda! —Siseo de dolor, apretó las sabanas por esto, espero unos minutos a que pasara el punzante malestar, saco fuerza de donde pudo y se levantó, sus piernas temblaron junto con todo su cuerpo, no pudo soportar su peso, dejo salir un jadeo de dolor al caerse en el duro y frio suelo.


—Ay…ah. —Con su mano vendada se cubrió el vientre, respiraba entrecortadamente como si hubiera corrido un maratón de varios kilómetros, cerro lo ojos con fuerza mientras trataba de levantarse, pero al tratar de apoyarse en su rodilla el dolor hacia que se volviera a mantener en el suelo, le frustraba estar tan débil, agotado y con bastante dolor.


Como pudo y después de varios intentos que duraron minutos se sostuvo del tripie que mantenía el suero a una determinada altura, con dificultad dio un paso recargándose del tripie, dio un pequeño brinco para que el dolor de su rodilla no fuera tanto. Al tener su mano vendada en su vientre la sangre comenzaba a traspasar cada vez más.


—A-Ayuda. —Dijo tan fuerte como le permitió su voz ronca. —Ayuda por favor. —Se acercaba con pasitos a la puerta. —Ayúdenme. —Se comenzó a sentir adormilado y con nauseas, signos claros que estaba a nada de desmayarse.


Su corazón latía frenético, con un poco más de velocidad empezó a llegar a la puerta, si la abría y se desmayaba al menos alguien lo vería cuando pasara. Estaba a un metro de llegar cuando se abrió, al levantar la mirada se impresiono de ver a la persona delante de él.


—Deberías estar acostado. —Dijo con tono de sorpresa, pero de inmediato se puso serio.


—T-Tu…estas muerto. —En sus ojos se podía leer el terror que sentía, poco a poco se iba sumiendo en la inconciencia, la persona delante de él se acercó para ayudarlo. —¡No me toques! ¡Aléjate de mí! —El dolor, el cansancio junto con el shock hicieron mella en él, mentalmente y físicamente ya no pudo resistir que se terminó desmayando.


—Mierda. —Lo alcanzo a sostener, se acomodo y lo cargo para ponerlo de nuevo en la cama, de inmediato los doctores que venían junto a el atendieron al chico, su asistente se acercó al rubio. —Seguramente me confundió con mi hermano. —Puso sus manos en sus caderas.


—¿Señor? —La asistente espero con paciencia y seriedad a que su jefe dejara de pensar en el próximo movimiento que haría pese a la situación que acababa de pasar.


—Siempre levantando tus mierdas…—Susurro para si mismo con el ceño fruncido, se masajeo el cuello mientras dejaba salir un suspiro. —Es ahora o nunca…En mi archivero hay un folder con sus iniciales. —Señalo con su cabeza al muchacho inconsciente, la mujer con aspecto calculador asintió. —En la sección donde dice familiares solo hay un pariente consanguíneo directo, están todos sus datos ahí, quiero que lo llames y le digas que venga a este país lo mas pronto posible, el y otra persona de total confianza pueden venir para que se sienta seguro, no quiero tener problemas legales por algo que no me corresponde.


—¿Qué le digo si me pregunta el para que el viaje de improvisto? —La asistente sin dejar de verlo anotaba en su Tablet con un lapicero electrónico.


—Arréglalo con la empresa donde trabaja, le dirás a su jefe directo que es un viaje de negocios y que lo necesitamos lo más pronto posible, si es necesario un incentivo se lo das, porque si le decimos la verdad no nos va a creer. —La chica asintió y salió de la habitación, el ruido de sus tacones altos hacía eco en la estancia, llego hasta el despacho de su jefe que era el principal y fue al archivero en específico que le había dicho.


Con sus pulcras uñas empezó a buscar el folder, tan eficiente como era lo encontró en poco tiempo, empezó a buscar la sección señalando con su dedo hasta que encontró todos los datos que su jefe le había dicho, señalo el número para no perderlo, tomo el teléfono inalámbrico y comenzó a llamar, se tardó unos segundos al ser una llamada internacional.


—¿Hola? —La asistente al escuchar la voz del otro lado trato de hacer sonar su voz un poco más amable.


—Buenos días, hablo por parte de la empresa JUPITER, le llamo porque estamos interesados en trabajar con uno de sus empleados por tan buen desempeño en su empresa, en un correo que le enviare en unos minutos estará la razón por qué estamos tan interesados, es urgente a que se presente al país en donde se encuentra nuestra sede principal. —La persona al otro lado se quedó algo asombrada.


—¿De qué persona se trata señorita?


—De Takahiro Takahashi por supuesto.


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Notas finales:

Ya saben en que grupo de facebook encontrarme ;)


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