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Quiero estar contigo por Macarena-chan

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Capítulo 2

Unexpected

“Dos camionetas negras frenaron de golpe al encontrarse en la casa de la familia Takahashi, Takahiro que estaba comiendo se levantó de la mesa al escuchar tal ruido, había estado con gran intranquilidad desde que Misaki le pidió que no lo siguiera el día de su boda, al abrir la puerta se encontró con Ruruka bajando de una camioneta y yendo hacia él con la mirada llorosa.

—Ruruka, ¿Que paso? —Fue rodeado por los brazos del pelirosa. — ¿Dónde está Misaki? —Su corazón dio un vuelco, comenzó a sentir miedo y no sabía por qué.

Asami bajó con dificultad de una de las camionetas, se notaba muy mal herido, con lentitud llegó hacia él.

—Asami… ¿Que está pasando? ¿Misaki...?

—Misaki, el...—Takahiro vio cómo la mirada brillosa de Asami se conectaba con la suya, empezó a negar con la cabeza, si se refería a lo que estaba imaginando…

—No...no es cierto. —Ruruka lo abrazo más fuerte mientras hipaba. —¿Q-Qué...? —Por el terror de tan siquiera imaginarse lo que venía empezó a balbucear. —¿Cómo?

—A Misaki lo mataron por su culpa. —Dijo Ruruka con la voz llorosa, Manami que iba llegando se tapo la boca con su mano al escuchar tan repentina noticia, Takahiro empezó a negar repetidas veces mientras se separaba del abrazo.

Se quedo mirando el piso por varios segundos, no podía ni quería procesar la noticia.

—Takahiro…—Asami quiso tocarle el hombro, pero Takahiro no se lo permitió.

—Fuera de mi vista… ¡Largo! —Asami dio un paso hacia atrás. —No debí permitir a mi hermano a estar como alguien como tú. —Asami apretó su mandíbula. Eres un maldito cáncer. —Dijo entre dientes. —Maldigo el día en que te enamoraste de mi hermano. —Asami ni siquiera trato de defenderse. —¡¡Lárgate de aquí!!

Asami camino lento hacia una de las camionetas para después uno de sus guarda espaldas lo ayudara a subir, fue cuando Takahiro se quebró, cayo de rodillas al suelo mientras lo golpeaba con sus manos en puños.

—¡¡No!! —Su grito había sido tan gutural que se había lastimado la garganta. — ¡Ahh! ¡¡NO!! —Sus lamentaciones se rompían con su llanto, Manami y Ruruka se hincaron con él para abrazarlo. —¡¡MI HERMANITO!!

Escucharon entre ecos como otros autos frenaban de golpe y alguien salía de ellos, Akihiko corrió hacia ellos para de inmediato abrazarlo, Mizuki ayudo a levantarse a Manami para después abrazarla. Akihiko sintió como su hombro y parte de su ropa de mojaba por las lágrimas, él tampoco se contuvo al llorar, Mikhail y Haruhiko comenzaron a hacer llamadas.

Takahiro tenia un mar de emociones en su interior, exigió que se le contara la verdad y como habían pasado las cosas, tenia las manos llenas de heridas al enterarse que su hermano había sido victima de las circunstancias, lo peor fue que no podía darle un adiós a su cuerpo por cómo había muerto, eso solo había hecho que aumentara su resentimiento por Asami.

A las pocas horas sus conocidos se estaban reuniendo en su casa, agradecía que sus amigos se encargaran de todo lo que se requería para un funeral, no tenia ni siquiera cabeza para eso. Había sentido enojo al ver tantas flores en lo que seria la tumba de Misaki, sabia que Asami las había mandado a poner ahí, como si eso fuera a regresarle a su hermanito, solo permitió que estuviera en la ceremonia de entierro porque había gente y no quería hacer un escándalo.

Pocos días después Kirishima se había reunido con él en lugar de Asami para darle la llave de el departamento donde se estaba quedando Misaki, ahí se encontraban todas sus pertenencias y le llevo los papeles del banco donde Misaki depositaba todo su dinero, el castaño no había sido tonto y lo había dejado a él como principal y único beneficiario.”

Trago el nudo en su garganta ante tal recuerdo, habían pasado tres meses desde la partida de Misaki pero se sentía como si hubiese sido ayer, estaba sentado en un parque cerca de su trabajo, era hora de comer y él había aprovechado para tomar un poco de aire fresco.

—Hola Takahiro. —Ruruka que pasaba por ahí se detuvo al ver a su nuevo amigo. —¿No deberías estar trabajando?

—Es mi hora de comida. —Le sonrió con amabilidad, le dio un leve golpecito a la banca para que se sentara a su lado.

—Gracias. —Dijo al tomar un pedazo de fruta que le ofrecía Takahiro para después sentarse.

—¿Qué haces por aquí?

—A es que estoy comprando algunas cosas para llevarme a Paris. —Le mostro sus bolsas que llevaba. —Dulces, ramen…

—Oh cierto, que te vas mañana. —Ruruka le dio un golpecito en su hombro.

—Tonto, si bien que te dije ayer que me voy la próxima semana.

—Ja, ja, ja, lo sé, solo bromeaba, por cierto. —Tomo un sorbo de agua. —Deberías ir en la tarde a mi casa, Manami y yo queremos tomarnos unas cervezas contigo antes de que te vayas.

—Si, en la tarde me les uno…—Vio como Takahiro hacia una mueca de desagrado mientras veía al frente y regresaba su vista a sus bolsas. —¿Los hombres de Asami te están cuidando verdad?

—Si, no se para que manda a vigilarnos a mi familia y a mí.

—Bueno Mizuki me dijo que Kirishima le dijo. —Ambos se rieron ante lo gracioso que se escuchaba. —Que Asami siente el deber de protegerlos después de lo que le paso a Misaki, se siente culpable…

—Si tanto es culpa debería matarse o que se yo, lo que menos quiero es saber de él.

—Si, te apoyo con eso… ¿Y siempre te andan “cuidando”? —Hizo comillas con sus dedos.

—No, solo cuando es mi hora de comida, o sea, en este justo momento y cuando termino de trabajar, pero siempre los pierdo al llegar a la esquina de mi calle, de ahí en fuera no hay otro momento del día en que me molesten.

—Agg que incómodo. —Agarro otro pedazo de fruta de su plato.

—Ni te imaginas cuánto. —Ambos se quedaron callados, su amistad era de esas que no importara de cuanto durara el silencio, era simplemente cómodo, Takahiro se extraño al ver al secretario de su jefe ir hacia ellos.

—Puedo sentarme aquí. —Dijo mientras sostenía un tipo de lonchera, al sentarse saco su comida. — Ruruka y Takahiro se voltearon a ver con extrañeza. —¿El hombre junto a usted es su amigo señor Takahiro? —Dijo sin dejar de sacar sus alimentos, los mencionados juntaron sus cejas al no entender.

—S-Si…uno de mis grandes amigos. —Ruruka le hizo un corazón con los dedos.

—Entonces le sugiero que ambos vayan a la oficina del jefe, recibimos una llamada, se requiere de su presencia ipso facto en otro país. —Ruruka lo miro con sorpresa. —No puedo decirle los detalles, suba ya a su oficina.

Ruruka y Takahiro se levantaron de la banca y fueron al edificio donde laboraba el segundo.

—¿Qué está pasando? —Ambos entraron por las dos puertas de cristal.

—No tengo ni idea, nuestro jefe rara vez llama los empleados a su oficina, siempre es recursos humanos quien se encarga de los empleados. —Ambos subieron al elevador, estaba solo.

—¿Y para que me quiere? —Takahiro volteo a verlo con cara de “Si supiera te lo diría” —Sonó extraño lo que comento el tipo de irse a otro país.

—Si, es lo único extraño. —Dijo sarcásticamente.

Se quedaron en silencio ante el nerviosismo que empezaba a surgir en su sistema, era una situación fuera de lo común. Al llegar al piso indicado su jefe los esperaba a fuera de la oficina.

—Tienes una llamada Takahiro. —Señalo con la mirada su oficina, estaba sentado en donde trabajaba su asistente, la situación se había puesto algo tensa cuando se negó a llamar a Takahiro para mandarlo a una de esas industrias y sugerir otro empleado mas competente, nada mas de acordarse de cómo lo habían amenazado le daban escalofríos. —Solo te digo que no involucres a mi empresa en cual sea de las mierdas que estés metido con la empresa JUPITER. —Ruruka se sorprendió al escuchar ese nombre, mientras que Takahiro no entendía nada.

Entro a la oficina de su jefe junto con Ruruka, ambos vieron la bocina del teléfono descolgada junto a un correo en la computadora de escritorio, Tragando el nudo en su garganta puso la bocina en su oreja, Ruruka se pego a la misma para escuchar.

—¿Q-Quien habla?

—¿Es usted el señor Takahiro Takahashi? —Escucharon la voz de una mujer, ambos voltearon a verse inseguros.

—Si, lo soy. —Trato de sonar seguro pues sentía sus piernas temblar de miedo ante la sorpresa de lo desconocido.

—Reciba un cordial saludo de la empresa JUPITER, le llamo porque estamos interesados en trabajar con usted, por tan buen desempeño en la empresa donde actualmente labora. —A los dos le pareció una respuesta bastante bien elaborada, como si estuviera leyéndola. —En el correo abierto que esta en la computadora. —Ruruka le señalo lo que decía a Takahiro. —Esta la razón del porque estamos tan interesados además junto el código de sus boletos de avión y demás datos del destino, es urgente que se presente en la cede principal de nuestra empresa, debe traer a otra persona si gusta para que se sienta más seguro.

—¿Cómo sé que este no es un tipo de extorción? Esto es muy extraño señorita.

—Solo me dijeron que es por una cuestión de la cual Asami Ryuichi no se debe de enterar. —Ruruka para este punto se estaba comiendo las uñas. —Cuando llegue al país destino unas personas los estarán esperando, no haga un escándalo de esto y su esposa junto con su hijo estarán bien, como ultimo no haga un drama de esto si no quiere que las cosas se pongan peor. — La llamada finalizo.

—…

—Mierda.

—¿Q-Qué acaba de pasar…? —Dijo pasmado.

—No, no esto esta de la mierda. —Ruruka sin importarle se sentó en el escritorio.

—Si Asami me metió en una de sus estupideces…

—No, espera, la mujer dijo era algo que a él no le incumbía.

—Entonces… ¡Mi familia está en putas riesgo y todo por culpa de ese cabrón! —Camino de un lado a otro con sus manos en la cadera.

—¿Y si le dices a Akihiko? Puede que conozca a personas que te puedan ayudar…o a Mikhail y Kirishima que tienen “ese” tipo de experiencia.

—Literal esa mujer dijo que no hiciera esto más grande.

—¿Y si es una guerra de mafias?

—Gracias por ponerme más nervioso eh.

—Lo siento.

Takahiro se detuvo, vio lo que decía el correo, lo único que contenía era los pasajes de avión y una etiqueta donde pedían que borrara el correo junto a la papelería. Mando a imprimir los boletos para después hacer lo que decía.

—¿Puedes quedarte con Manami y mi hijo? —Le una ultima revisada a la papelería, cerciorándose que todo había sido borrado.

—No me digas que te vas a ir solo a este lugar. —Le reclamo mientras leía lo recién impreso.

—Es algo que grita Asami donde quiera que lo mires, ese idiota no merece que mas gente se embarre en sus mierdas, así que si, iré yo solo. —Se quito su corbata, sentía que se asfixiaba. —Le dirás a Manami que tuve que salir de improvisto a otra ciudad o no se que mierda le inventes y que regresare en tres días.

—Aja ¿Y si ya no regresas? —Se cruzo de brazos.

—Tratare de negociar con esa gente que ellos estén a salvo, con eso me iré en paz.

—Iré contigo. — Dijo de repente.

—No. —Sentencio firme.

—No seria buen amigo si te dejo hacer algo estúpido a ti solo, además dijeron que fueras acompañado, así que vamos. —Se bajo del escritorio. —Que el vuelo sale a las 7 de la noche. —Amarro su rosado cabello en un chongo alto, sentía que le estorbaba en todos lados, Takahiro cerro sus ojos resignado.

—Puede que para esta hora mañana estemos ya muertos.

—Al menos moriré con mis raíces recién retocadas de rosa. —Dijo mientras se tocaba su cabello, Takahiro negó. Ambos salieron de la oficina decididos a enfrentar lo que fuera que este sucediendo.

—Espero que mañana ni te atrevas a poner un pie en este edificio. —Espeto su ahora ex jefe.

—Ni quien quisiera estar en su cochina empresa. —Ruruka le enseño el dedo medio mientras Takahiro simplemente lo ignoraba.

Tomaron el elevador para después salir a la calle, miraron disimuladamente a los lados de la avenida, al parecer los hombres de Asami ya no estaban, al parecer eran nuevos porque no sabían perderse entre la gente, por eso en el parque ambos se habían percatado de ellos. Ambos tomaron el transporte para ir a la casa de Takahiro

Al llegar notaron que Manami y Mahiro se encontraban en el patio jugando, a Takahiro le desconcertó que su esposa no se sorprendiera de su presencia tan temprano.

—Me alegro de que ya estén aquí. —Abrazo a su marido con una sonrisa para hacer lo mismo con Ruruka. —Vamos a dentro. —Cargo a Mahiro para entrar a casa a lo que ambos hicieron lo mismo.

—Cariño ¿Qué sucede?

—Mahiro, ¿Por qué no vas a jugar con tus juguetes al pasillo? —Manami acaricio los cabellos de su hijo.

—Si mami. —Mahiro tomo unos juguetes y se fue.

—Vienen por la llamada ¿No es así? —Cambio su semblante feliz por uno preocupado

—¿Como te enteraste Manami? —Takahiro tomo sus manos para darles un beso.

—En la mañana recibí una llamada con instrucciones, quieren que vayas a un lugar, me dijo una…

—¿Mujer? —A completo Ruruka.

—Si, me dijo, que prepara unas maletas con artículos de limpieza personal y algunas mudas de ropa para dos personas. —Se hizo a un lado para que ambos vieran las maletas. — ¿Qué es lo que está pasando?

—Estamos igual que tú, Takahiro recibió una extraña llamada en la oficina, le dijeron que tiene que salir esta misma noche del país. —Manami empezó a llorar.

—Tengo miedo, no quiero que te vayas, pero me dijeron que Mahiro podría…—Se cubrió la boca para callar su sollozo.

—Lo sé, lo sé, no te preocupes. —Takahiro beso la frente de su esposa. —Todo estará bien con nuestro hijo, te lo prometo. —Ambos se abrazaron para tranquilizar al otro, Ruruka se perdió en sus pensamientos.

Escucharon que tocaron la puerta de la entrada, los tres sintieron un calor sofocante en su estómago, temieron lo peor. Ruruka se levanto para tomar a Manami de los brazos y ponerlo atrás de él, fue Takahiro quien fue a abrir la puerta.

—¡A-Akihiko! —Se tranquilizo al ver a su amigo y no a otra persona, Manami y Ruruka suspiraron para quitar el estrés que la situación les generaba.

—Hola Takahiro. —El mencionado lo abrazo con efusividad pues no sabia si esa era la ultima vez que lo vería.

—Por favor. —Se hizo a un lado. —Pasa. —Manami lo saludo con alegría pues su presencia le quitaba ese aire sombrío que de un momento a otro cubrió a su hogar.

— Hola. —Ruruka hizo una seña de amor y paz como saludo para Akihiko.

— Ah...buenas tardes Ruruka, que sorpresa encontrarte aquí.

— Estaba despidiéndome. —Volteo a ver a Takahiro y a Manami, ninguno de los tres le dirían que estaban en una situación bastante tensa para ellos, tenían que fingir que esa misma noche Ruruka se iría a Paris por si alguien preguntaba por el en los próximos días.

— ¿Por qué? Mizuki y Takaba han preguntado por ti.

— ¡¿Takaba ya despertó?! Nadie me aviso. —Se cruzo de brazos con un fingido puchero.

—Lo siento por eso, es que Mizuki nos explicó que estabas muy ocupado con algo de una beca...

—Ah sí, he estado ocupado haciendo mis diseños para presentarlos allá.

—¿En dónde?

—En Paris, tal vez hasta tenga oportunidad de tener mi propia marca. —Casi grito de la emoción, pero se contuvo. —Por eso me estaba despidiendo de Takahiro, es que después de lo que paso...su familia y yo nos apoyamos uno en el otro.

Pasaron el resto de la tarde platicando, más bien Takahiro pensaba que era el ultimo regaño que le podía dar a su amigo por andar en una relación secreta con Misaki así que lo hizo lo más intenso que pudo y Ruruka estaba disfrutando a lo que podía ser su ultimo como dicen “chisme”.

El tiempo se les había ido volando por lo que Ruruka viendo el reloj se alarmo que faltaran dos horas para que su vuelo saliera, el boleto tenia una hora en específico y tenían que respetarlo.

— No quisiera interrumpir, pero mi vuelo sale en DOS horas. —Esperaba que Takahiro y Manami entendieran que ya no quedaba mucho tiempo. — Y no quiero que me coma el tiempo. —Dejo su taza de té en la mesa, todos se levantaron para despedirlo, Takahiro lo abrazo.

— Por favor avísame cuando estés allá para saber que llegaste bien…Si me retraso compras otros dos boletos para el mismo destino, espérame en el aeropuerto. —Susurro lo ultimo bastante bajito para que Akihiko no escuchara.

— Claro que sí, les aviso cualquier cosa. —Manami también lo abrazo, cuando se despidió de Akihiko lo vio serio. —Cuando sea la boda me avisas para darme un tiempo y venir para acá, quiero ayudarles en todo lo que pueda. —Akihiko sonrió ante el autoinvitado de su boda que aún no pasaba y que aún no pedía.

— Por supuesto, de todos modos, no dejes de comunicarte, tienes el número de Takaba. —Los cuatro salieron a la calle, Ruruka se llevo las maletas para que Takahiro no batallara con ellas y llegara rápido al aeropuerto.

— Claro, con permiso, nos vemos. —Se despidió con una mano al tiempo que un taxi se paraba en frente y el chofer salía para meter sus maletas, se metieron a la casa cuando el taxi desapareció de la calle.

Takahiro quiso disfrutar otro rato junto a su esposa, su amigo y su hijo, no sabía cuándo volvería a verlos o si sería la última vez. Por buena suerte o mala su amigo se fue más pronto que tarde de su casa.

— Nos vemos. —Lo despidió con un gesto de su mano, esperaron a que su auto arrancara para meterse a su casa. —Mahiro no vuelvas a hacer eso por favor. —Minami sonrió ante el regaño, pues su hijo le había pegado al peliplateado con un juguete para después dejar que las lagrimas cayeran por sus mejillas, ante esto Takahiro los abrazo con fuerza.

—Quisiera tener más tiempo con ustedes.

—Yo también quería pasar tiempo contigo, pero ya no lo hay. —Takahiro limpio con amor sus lágrimas.

—Te juro que si salgo de esta nos iremos a un lugar muy bonito para pasear. —Pego su frente con la contraria. —Te amo mi vida.

—Y nosotros a ti. —Takahiro beso la frente de su hijo para después besar con gran pasión a su esposa, al separarse le dio un rápido beso en los labios y salió de la casa, Minami al cerrarse la puerta cayo de rodillas junto con Mahiro, lo abrazaba con fuerza como si fuera un salvavidas esperando tranquilizarse.

Takahiro iba caminando por su calle cuando vio a los hombres de Asami en una de las esquinas, rápido se agacho para esconderse atrás de uno de los autos de los vecinos.

—Mierda. —Volteo a todos lados tratando de encontrar una salida, tal vez si entraba a los jardines de una vecina saldría a la venida principal.

Con cautela gateo para entrar al jardín de su atención, se espino en el camino con unos arbustos, pero no le tomo importancia. Al estar adentro se robo una sudadera con gorro que encontró colgada en uno de los lazos, se sentía como uno de esos adolescentes que se metían a escondidas a las casas de sus novias, pero por mala suerte ya no tenia la agilidad de uno por lo que le costo brincarse de una pared a otra.

—Debo hacer ejercicio…—Dijo al lastimarse sus rodillas al bajar de la pared.

La gente de la avenida principal lo quedo viendo raro, pero seguían su camino, el se acomodo mejor la capucha de la sudadera para ocultar su rostro, estaba ya acostumbrado a usar trajes por lo que se encontraba incomodo con esa vestimenta. Le tomo algo de tiempo detener un taxi per por fin lo había conseguido.

—Al aeropuerto por favor. —Le dijo al conductor.

Había recibido un mensaje de Ruruka, estaba a fuera del aeropuerto esperándolo en una tienda de conveniencia, pues tenia miedo de entrar solo al aeropuerto, incluso le había mandado la ubicación.

Al llegar a la tienda encontró a Ruruka detrás de un estante comiéndose un chocolate.

—¿Qué estás haciendo? —Ruruka brinco al escuchar su voz.

—Mierda, me asustaste.

—Lo siento, vámonos que con trabajos vamos a llegar a la puerta de abordaje.

—Si. —Lo vio de arriba para abajo. —Esta genial tu vestimenta de contrabando, te ves raro, pero bien.

—Vámonos ya. —Jalo una de las maletas.

—Perdón, pero cuando estoy nervioso me pongo a hablar como idiota y da hambre. —Tomo la otra maleta.

—¿En serio? —Ni cuenta me di.

Ruruka se había arruinado las uñas por tanto que las había mordido, Takahiro iba mirando hacia todos los lados de la calle para cruzar, era de un solo sentido, pero nunca faltaba el loco que conducía en sentido contrario.

— Pareces un loco viendo hacia todos lados. —Takahiro se detuvo pues el semáforo cambió, ambos esperaron para pasar al otro lado de la calle donde se encontraba el aeropuerto. —Si queremos que esto funcione y salga como ella lo pidió debemos parecer lo más despreocupados posibles.

—Mira que la situación no es la mejor para estar tranquilos. —Ruruka se iba comiendo su quinto chocolate. —Espero morirme en una posición sexy…

—Ya cállate Ruruka. —Takahiro lo agarro de su hombro para cruzar.

Tuvieron que correr pues faltaban minutos para el avión despegara, habían dejado sus maletas en la banda por eso se habían tardado. Llegaron a sus asientos en primera clase, al sentarse dejaron sacar un suspiro de estrés, Ruruka estaba diciendo bastantes estupideces producto del azúcar en su cuerpo junto con el miedo, pero eso hacía que Takahiro se distrajera por unos segundos.

—¿Cómo se tacha la equis? ... ¡Cierto! con razón decía que se me olvidaba algo. —La gente de los otros asientos lo quedo viendo mal por el escándalo que iba haciendo.

—¿Que pasa Ruruka? —Takahiro volteo a verlo con desgana, Ruruka se acercó a su oído para que nadie mas escuchara,

—La empresa JUPITER es del sujeto que te contaron que se había llevado a Misaki. —Takahiro se volteo hacia él.

—¡Y por qué no me habías dicho! —Se escucho en comunidad un “Shhh” a lo que Takahiro se avergonzó.

—Lo siento, no me acordaba y menos con los nervios que me cargo.

—¿Para qué nos querrá? ¿No se supone que esta muerto? —Susurro lo último.

—Si, se mató, y se acabó de rematar con la…—Hizo un gesto con su mano para simular una explosión.

—¿Entonces? —Ruruka alzo sus hombros.

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