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Plan de Verano: Helados, amor y matemáticas por StefyEskig

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Notas del fanfic:

YURI. Universo Alternativo. Todos los pjs son del anime Inuyasha y perteneces a Rumiko.

Un joven de largos y plateados cabellos se encontraba en la terraza del Instituto, sin quitarle la vista al campo de deportes. El edificio tenía dos pisos, por lo que desde esa distancia todos eran simples personitas que corrían en círculo. Sin embargo, había una sola persona a la que le importaba distinguir, y se negaba a perderla de vista. Estiraba, casi ansioso, las mangas de su camisa blanca condecorada con el logo de la academia: una estampa dorada con la figura de dos lobos. Sufría por la incomodidad de la corbata verde, que compartía color con su pantalón.

-¿Otra vez stalkeando a la nueva, Inuyasha?- Preguntó Kikyō a sus espaldas. Era una muchacha de largos y lisos cabellos. Ojos marrones profundos con rasgos tan afilados como los del resto de su rostro. –Deberías ir a hablarle de una vez, en lugar de saltarte las clases.- Continuó, mirándolo desafiante. Ella lucía una camisa con el mismo escudo académico que su acompañante, pero esta llevaba una falda color rojo: señal de que pertenecía a una institución superior.

-Está aquí hace 6 meses, deja de llamarla "la nueva". Se llama Kagome.- Contestó el peliplata, volteándose a ver a su amiga.-Y además, hoy ya es el último día antes de las vacaciones. No tiene sentido que le hable ahora.- Se reclinó sobre la baranda de la azotea y otra vez dirigió la vista al patio. – Digamos que no tiene la mejor impresión de mí…-

-Creo saber a qué te refieres.- Dijo la muchacha, asintiendo con la cabeza y endulzando su rostro. –Somos amigos desde que somos niños… y no es como que tu actitud haya cambiado mucho desde entonces.- Siguió, sin poder contener una pequeña risa al recordar sus travesuras.

-Oye, ya basta.- Se quejó el muchacho, ahora mirando a su amiga con una sonrisa. Se incorporó, poniendo las manos sobre la baranda, dirigiendo su cabeza hacia el frente.-Luego de estas vacaciones seré estudiante de preparatoria, ¡y definitivamente seré un hombre nuevo!- Exclamó con determinación, asintiendo con orgullo para sí mismo.

-Lamento desilusionarte; la mayoría de mis compañeros que eran inmaduros en la secundaria, lo siguen siendo ahora.- Dijo Kikyō , aun sonriendo y mirando a su amigo. –De todas formas, si tanto te gusta, supongo que se valora tu esfuerzo.- Continuó, apoyando su mano en el hombre del chico. – Aunque eres inmaduro e insoportable, cuando se te mete algo en la cabeza, no paras hasta conseguirlo; debo darte créditos por eso. – Y palmó un par de veces el hombro del muchacho.

Inuyasha le dedicó una sonrisa enternecida a Kikyō. Aunque ambos eran muy distintos, se las apañaron de maravilla para mantener una amistad por años. Durante la primaria, ambos se reunían en el patio de juegos y creaban los mejores planes para los recreos. Desde la rayuela comunitaria más grande, que ocupaba todo el patio, hasta bombas con mentoles y Coca-Cola en el baño. En la secundaria, Kikyō fue una alumna muchísimo más centrada, y como era de un curso superior, siempre le pasaba apuntes y tips a su amigo para que su paso por la academia se hiciese más ameno. Esto era lo mejor, ya que la muchacha realmente era dedicada. Dejando de lado su inteligencia nata, se encerraba por horas en su habitación estudiando y esforzándose para aparecer en las primeras posiciones de la tabla de notas. Y sí que lo logró. Durante tres años, osciló entre los mejores cinco promedios de toda la academia. Era un ejemplo a seguir para muchos alumnos. Hasta fue Presidente del Consejo Estudiantil, pero decidió retirarse por falta de tiempo. Sin embargo, su reputación seguía en lo más alto.

Por otra parte, desde que entró a la secundaria, la reputación de Inuyasha comenzó a hacerse más y más oscura. Él jamás había sido fan de los estudios, mas sí disfrutaba del deporte y de una buena competencia. Se pasaba el rato más fuera que dentro del aula. Potenciaba a más no poder su destreza física, y eso le valió un lugar entre los mejores deportistas de la academia quienes, para embarrarla más, resultaron tener fama de matones. Inuyasha, gracias a su fácil irritabilidad y poca presencia en el aula, se ganó la reputación de rebelde más rápido de lo esperado. Comenzaron a circular rumores sobre él: desde que fumaba en el baño, que espiaba a chicas en el cambiador, que salía a tomar con hombres mayores, incluso que supuestamente él solo había vencido a un grupo de matones de otra academia. Si bien algunos eran ciertos, la gran mayoría eran falsos. Sin embargo, el joven no tenía intención alguna de desmentirlos. Si no fuese por Kikyō y sus apuntes, quizás ya lo hubieran expulsado de la academia.

-Gracias, Kikyō.- Antes de que pudiese agregar ninguna otra palabra, el sonido de las campanas retumbó en los oídos de ambos.

-Tengo que irme, debo preparar las cosas para el curso de verano. – Dijo la pelinegra, dándole la espalda al patio. – ¿No bajas?

-Quizás luego… La clase de Kagome dura 10 minutos más.- Contestó con una sonrisa, mirando a su amiga, aunque todo su cuerpo indicaba que no veía la el momento de girarse para volver a divisar a la muchacha en el patio. – Suerte, Kikyō.-

-Suerte con tu chica.- Dicho esto, Kikyō levantó su mano en forma de saludo. Su amigo hizo lo mismo, pero algo sonrojado.


-Woah, Kagome, mira quienes están platicando allá arriba.- Dijo en voz baja una chica de cabello obscuro, corriendo al lado de su amiga. Ambas, al igual que toda la clase, lucían el uniforme deportivo: Un short verde y una remera blanca. Bastante básico y práctico. –Te lo perdiste, Taisho-san no te quitaba la vista de encima.-

Kagome levantó la vista, logrando divisar al muchacho peliplata de su curso, acompañado con la muchacha un año mayor. Para este punto, ya no le resultaba tan chocante verlos juntos; y lo que es peor, tampoco le extrañaba verlos juntos mientras la observaban a ella. Kagome se consideraba una chica bastante promedio: cabello azabache alborotado, cachetes rosáceos, ojos castaños claro y casi siempre luciendo una sonrisa. De todos modos, aún no comprendía por qué atraía tanto la atención del joven Taisho. Cuando ella llegó a la academia, apenas tuvo interacciones con el muchacho. Los rumores sobre él no tardaron en llegarle, y asumió que el dichoso "brabucón" veía en ella una presa fácil. Se negó a cambiar su actitud hacia él, esperando poder enfrentarlo en caso de cualquier arrebato. Sin embargo, eso nunca pasó. Él jamás tuvo otro intento de acercarse frontalmente, siempre se mantenía a raya junto con Kikyō, observándola.

-No me interesan los chicos como Inuyasha, Ayumi-chan.- Le contestó, aminorando el ritmo para poder tener una conversación más íntima.-Seguro estaba mirando por pervertido… Y siempre arrastra a la pobre de Kikyō-senpai con él.-Sentenció, tratando de no agitarse demasiado mientras corrían, aunque ya tenía ambas mejillas rojas. Por supuesto que ella conocía la reputación de Kikyō desde antes de entrar en la academia. La seguía por redes sociales y siempre que podía estaba al pendiente de sus actualizaciones. Le parecía una chica encantadora e inalcanzable. Desbordó de emoción cuando supo que iría a la academia a la que asistió su *influencer* favorita. Hasta fantaseó con cruzársela alguna vez y poder tener una conversación. Sin embargo, el tiempo pasó y aunque a veces recorrían los mismos pasillos, se encontraba demasiado tímida para saludarla. Finalmente se dio por vencida cuando vio su cercanía con el muchacho peliplata. Definitivamente haría mal trío. Además, se negaba a ser parte de su "sequito". En el pasado siempre fue humillada por su compañera de curso, Ayame, quien siempre la involucraba en chismes bizarros y le hacía pasar malos ratos. No quería, bajo ningún aspecto, volver a pasar por esas situaciones.

-¡No digas tonterías! Es obvio que le gustas.- Ayumi trataba de acercarse a su amiga, acelerando el paso y chocando sus hombros. Aunque obviamente fue un gesto amistoso, el impacto tomó por sorpresa a Kagome, haciéndola caer. -¡Ay Dios, Kagome, perdón!-

-Necesito…unos minutos… de… descanso…- Pidió la joven en el suelo con la respiración entrecortada. Sentándose y levantando la cabeza, miró al cielo agotada. Nop, Educación Física no era su fuerte.

Sin dejar que pase ni un minuto, una joven con un ágil correr se acercó al par. Tenía el cabello castaño atado en una coleta, algo de maquillaje y una sonrisa encantadora. Aunque ya llevaban varios minutos corriendo, se veía impecable; sin duda ella sí estaba en su salsa. Se acercó a Kagome, quien sonrió al verla.

-Ayumi-san, tu sigue y avísale a la profesora, por favor. Yo me haré cargo de nuestra debilucha.- Pidió, mientras se ponía frente de la muchacha en el suelo para ofrecerle una mano. Al ver como esta fruncía el ceño e inflaba los mofletes, le dedicó otra sonrisa. –Sabes que es broma.- Y extendió su mano, que fue tomada por su amiga.

Ayumi solo asintió con la cabeza. Sabía que esas dos se habían hecho mejores amigas casi tan pronto como Kagome entró en la academia, y se sentía tranquila dejándolas juntas. Esperaba ella llegar viva a la siguiente vuelta para comunicarle lo sucedido a la asesina, es decir, profesora. Pero es una asesina. ¡20 minutos corriendo, es un abuso!

-Gracias, Sango-chan.- Una vez incorporada, Kagome volvió a reposarse en el hombro de su amiga.-Necesito agua y una charla, urgente.- Demandó a su compañera, mirándola a los ojos.

-Tranquila vaquera.- Contestó la muchacha, mientras comenzaban a caminar. Una vez que llegaron a los bancos de los vestidores, Sango se apresuró a buscar dos botellas de agua y apenas volvió, tomó asiento junto con su amiga. -¿Qué sucedió? Dudo mucho que Ayumi-san te haya tacleado.-

-No, es que estaba distraída y cansada.- Empezó a contar Kagome, mientras hacía ademán para que su acompañante le diera una de las botellas.-Inuyasha y Kikyō-senpai estaban mirando desde la terraza.-

-¿No deberías sentirte halagada? Es más que obvio que le gustas a Inuyasha.- Al escuchar esto, Kagome solo se limitó a tomar un sorbo de agua, frunciendo el ceño.-Aunque debe ser una molestia, ¿verdad?- Sango logró entenderla casi al momento de conocerse, y el sentimiento fue mutuo. Ambas podían comunicarse solo con gestos, y para un par de adolescentes, eso era algo vital.

-No es eso, solo que…-Kagome se giró para ver de frente a Sango, quien la observaba con una sonrisa pícara pintada. –Espera, ¿a qué te refieres, Sango-chan?- Y por alguna razón, un sonrojo comenzaba a aparecer en sus mejillas, esta vez no por el cansancio.

-Debe ser una molestia que llames la atención de Inuyasha, pero no de quien verdaderamente te gusta.- Sango no podía borrar la sonrisa de su cara mientras ponía en evidencia a su amiga.

-¡¿Y… y quién crees que me gusta?!- Le preguntó Kagome a su amiga, realmente nerviosa. Sango, de forma juguetona, se acercó a su compañera y le susurró un nombre en el oído, haciendo que la cara de Kagome se vuelva del color de un tomate. Se levantó del banco, y aún sonrojada, frunció el ceño hacia su amiga. - ¡¿Qué cosas dices?!

Sango comenzó a reír descontroladamente. Las reacciones de su amiga realmente no tenían precio. Una vez que recobró en aire, se incorporó y se posicionó frente a Kagome, poniendo una mano en su hombro.

-Kagome-chan, somos mejores amigas… no tienes de que preocuparte.- Le sonrió comprensivamente, a la vez la otra volvía a su color normal.

-Lo sé… pero es demasiado pronto para decir que me gusta super seguro, de verdad… Es más como una especie de… ¿crush, algo platónico?-Contestó, mirando hacia un costado, tratando de evadir la mirada de su compañera; sin embargo, esta apretó un poco más su hombro, haciendo que ambas se mirasen a los ojos.

-Aún hay mucho tiempo por delante, ¡te estaré apoyando!-Dijo Sango con la mirada rebosada de emoción, sentía que era participe de un manga shōjo, o algo así. – ¿Podemos decir que tienes un crush oficialmente, entonces?-

-…puede ser.-Finalmente, Kagome se relajó un poco y dejó salir una pequeña risa. –No es justo, Sango-chan. Contigo no puedo mantener el misterio ni un poco.-Dicho esto, ambas comenzaron a reír, encaminándose hacia los casilleros en busca de su ropa.

-¿Qué puedo decir? Sango Holmes a tu servicio.-

-… Pero tu apellido es Himura.-

-¡No arruines la diversión, maldita inculta!- Ambas chicas no podían parar de reír. Cambiaron su atuendo de gimnasia al uniforme rutinario luego de ponerse algo de perfume y lavarse el rostro. –Y pensar que será el último día que llevaremos este uniforme.-

-Habla por ti, yo debo asistir al curso de verano, tengo que ponerme a estudiar matemática.- Contestó Kagome, mientras se acomodaba un poco más el lazo de su pecho.-Aunque sí tengo un sentimiento de nostalgia…-

-¡Kagome-chan!-Sango llamó la atención de su amiga. Tomó las manos de Kagome entre las suyas, otra vez se veía llena de emoción.- ¡Hagamos que nuestros años de preparatoria estén llenos de historias de amor, empezando por este verano!- Casi parecía que toda la habitación estaba repleta del aura entusiasmada de Sango, lo cual abrumaba un poco a Kagome, aunque no pudo evitar sonreír. –¡Te acercarás a tu crush, yo conseguiré al hombre de mis sueños, escribiremos un manga shōnen-ai y asistiremos a muchos eventos!- Los ojos de la joven irradiaban estrellitas.

-¡Claro! Hagamos que sean años llenos de amor, amistad y estudios.- Rió al ver cómo la luz de su amiga se opacaba un poco al escuchar la palabra "estudios".-Oye, a menos que tus "historias de amor" incluyan a chicos millonarios o robar un banco, hay que estudiar para entrar a una buena universidad.-

-…aguafiestas. Además, creí que tu querías hacerte cargo del templo de tu familia.-Argumentó Sango, inflando los cachetes como una niña pequeña. Secretamente le encantaba poder comportarse así entre amigas.

Kagome estaba a punto de contraatacar, pero el resto de las alumnas entró repentinamente a los vestidores, haciendo un ruidoso barullo. Ambas chicas decidieron tomar sus cosas y salir. Las clases ya habían terminado, y las muchachas se despidieron un con fuerte abrazo en la entrada del instituto.

¡Las vacaciones comenzaron!

Notas finales:

Mi primer fic en esta web, yaaay.

Desde ya, la pareja principal NO va a ser una de las más comunes (más allá de que una de mis OTP sí sea InuKag jajaja). Espero que sigan conmigo esta historia~.

Espero sus comentarios, los voy a apreciar muuuchísimo! Se aceptan críticas, tomatazos y abrazos, sobre todo.

Besitooos


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