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¿Quién es el padre de Camus? por PrincessIce

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– Escucha Krest, las tomografías que se le hicieron a tu hijo nos muestra una lesión de consideración – Lugonis mostró las imágenes del estudio los cuales no tenían muy buenas noticias del estado de salud del hijo de su amigo.

 

– Hakurei… el se hará cargo de la cirugía, necesitamos realizarla con urgencia– continúa explicando Lugonis ante el shock que experimentaba Krest al escuchar el parte médico.

 

– Confía en mí, jamás pondría en peligro la vida de ese pequeño– se acerca el neurólogo para apretar el hombro de Krest.

 

– Entiendo – tomó aire tratando de mantener la calma – quiero estar en la cirugía… hace rato mi hijo entró en paro – de nuevo las lágrimas se desbordaron de los ojos del francés – ¡Soy cardiólogo y no me dejaste ni meter las manos!– 

 

– ¡Oye oye! – Lugonis se levantó de su lugar y se agachó frente a Krest. – Por lo mismo, podías perder la concentración por la desesperación de perder a tu hijo… ¿no lo trajimos de vuelta? ¿Ah?– secó las lágrimas de su gran amigo – Hakurei va dar todo en sus manos para que Degel se recupere ¿verdad cielo?– el mayor afirmó ante la pregunta de Lugonis.

 

– Florecita, si promete guardar la calma lo dejaré entrar a mi quirófano –  Hakurei trata de ser más flexible, por ética no se le permitía intervenir en cirugías de familiares, pero él mismo sentía que si su adorado Shion estuviera en el lugar de Degel pediría estar cerca aunque sea para mirar. – En mi pueblo dicen que los enanos dan suerte, así la operación será todo un éxito… bueno voy a buscar a mi equipo mientras el pequeñín firma la autorización– Hakurei no espera ni un segundo más en el consultorio, por su comentario podría irse encima esas dos fieritas, así que lo mejor era huír para salir con vida.

 

Los labios de Krest se deformaron al escuchar la estúpida broma de Harukei – De verdad Lugo, no se como puedes andar con ese viejo idiota – secó sus lágrimas rápido y buscó en su bolsillo el bolígrafo para firmar la autorización.

 

– Habla bajito, no tienen porqué enterarse la bola de chismosos del hospital, que Hakurei y yo tenemos sexo… ni se lo ha dicho a Shion–  explica Lugonis el porque prefería discreción en el asunto.

 

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– Hakurei, ¿Cuánto más debemos esperar?– miraba a su hijo en la cama postrado sin novedad alguna. – Yo entiendo que no va a soldar de un día para otro la fractura del cráneo ¿pero por qué aun no despierta? – se llevó las manos a los cabellos – Ya son dos semanas, se me ha hecho eterno… mis vacaciones se están agotando y no quiero dejarlo solo e irme a trabajar como si nada –

 

– Amigo, tenía obstruida la arteria y bombeamos para sacarle los coágulos, no se trata solo de la fractura, tienes que armarte de paciencia y esperar a que su cuerpo asimile esto – miró la tabla de observaciones del expediente de Degel – Está estable,  lo vamos a sacar de terapia intensiva y esperar a que su cerebro reaccione y despierte del coma –

 

Krest lo escuchó no muy convencido – Ya se, puede despertar mañana, en una semana, en un mes… tengo miedo que tarde años o nunca pueda verme y decirme papá te amo – Hakurei lo detuvo, su amigo solo estaba martirizandose.

 

– El tiempo que sea necesario lo vamos a esperar ¿que no?... y sobre regresar al trabajo, Degel está como en casa, es parte de la familia de este hospital, todos te ayudaremos a cuidar de él , no descuides tampoco a aquellos que están esperando por ti, para que los sanes, y por otro lado estás tú, debes estar mentalmente sano porque eres el pilar de Degel, si tu estás mal, se lo vas a transmitir a él, creo que deberías ir a platicar un poco con Thanatos– esperaba Hakurei que el bajito no lo tomara a mal.

 

– ¡Aquí está !– grito por el pasillo Kardia corriendo con el corazón desbocado –¿Se me ha escondido todos estos días?– se acercó coquetamente a Krest – le gusta jugar con mi pobre corazón… lo olvidaba, usted ya me lo ha toqueteado desde hace mucho– 

 

– Muchacho quien te escuche pensará que tu maestro es todo un acosador – se burla Hakurei al ver el rostro de jitomate de Krest.

 

– Te voy a reprobar otra vez – le da un pisotón a Kardia – mejor me devuelves ese corazón sano que te di y te devuelvo el tuyo defectuoso… mocoso insolente –

 

– ¡Doctor Haku! Es muy perverso su pensamiento… yo solo hablaba de esto – se abre la camisa y muestra una cicatriz de su pecho.

 

Kardia es un recien egresado en medicina que se encontraba hace apenas un mes realizando su permanencia para poder graduarse de cardiología, especialidad que decidió estudiar por la gran admiración a Krest… el médico que salvó su vida hace años cuando apenas era un chiquillo. Admiración que muchos traducen a enamoramiento del muchacho por el mayor, que si bien Krest estaba muy bien conservado, no aparentaba sus ya pasados 45 años de edad.

 

– Doctor Krest… supe lo de su hijo, espero que se recupere pronto – Kardia como pocas veces se torna serio para desearle sus mejores deseos.

 

– Te agradezco Kardia, por cierto, mañana regreso al consultorio y te repetiré la evaluación – suspiró tratando de animarse más.

 

– Y lo dejaré anonadado con mis precisos conocimientos… soy todo un experto – besó la mano de su maestro arrancando un nuevo sonrojo. 

 

– Deja tus payasadas, vete a ligar a las enfermeras… yo podría ser tu padre – le da un manotazo a su alumno.

 

– Oiga solo quiero ser gentil y caballeroso… además a mi me gusta un chico que conocí en la librería de enfrente, así que no se haga ilusiones eeh, es muy atractivo y no me importaría que me doble la edad… obvio en otras circunstancias donde no estuviera ese lindo chico aquí – señala el centro de su pecho.

 

– Okey… bueno continua tu camino, anda vete por su chico de la librería – sutilmente Krest lo corre de esos pasillos .

 

– Seguro que solo existe en su imaginación – susurra cuando Kardia empieza a avanzar.

 

– ¡Lo escuché! ¡Está hiriendo mis sentimientos!– responde de manera escandalosa.



– Dios mio, no se que haré con ese tonto...– Vuelve a susurrar – Sí si como sea, adios Kardia… ¡Mañana a las 7 en punto o comienzo a bajar tus notas!– amenaza por último Krest para ya quitarse de encima las impertinencias de su discípulo. 

 

– Vaya, vaya, creo que llegó el alumno estrella a levantarte el ánimo, no lo niegues – aparece detrás Lugonis divertido del espectáculo de Kardia y Krest.

 

Su amigo solo le sonrió y negó con un suave movimiento de su rostro.





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