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Camus De Acuario por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Mis terrones de azúcar aquí publicando un nuevo capitulo... Jajajajaja principalmente para el cumpleaños de nuestro buen y hermoso cubito jajajaja, que claro que le debía su regalo por su cumpleaños.

Sin mas disfruten un poco, y la verdad...

Yo ya había leído ese fragmento... Jajajaja digamos que ya lo había visto en si en otro lado, así que cuando lo volví a ver, recuerde perfectamente ese instante al volverlo a ver y dije, a si tengo un borrador de cuando Camus se presento como abuelito a la pequeña Natassia.

Jajajajajajajaa.

Disfrútenlo mucho, por que sin duda Camusito se merecía ser feliz. 

En un ambiente algo frío…

Una pequeña casa, junta a más de su misma sencillez, pero no por eso denotan carencias.

Las calles en este momento de la noche, están aún concurridas, aunque afuera esté amenazando el clima helado con que pueda caer una tormenta u otra tempestead.

En aquel hogar…

Un joven hombre de cabellos rubios hasta los hombros tal vez un poco por debajo de estos, su mirada azul brillante, admira una pequeña foto que lleva entre sus toscas manos…

Sentado en una silla de color negro, delante de una mesa de madera, con un fino mantel puesto sobre la misma, para darle un toque más hogareño.

Lanza ligeros suspiros, y sus ojos enmarcan tristeza constante, nostalgia demasiado dolorosa para poder contener en un solo corazón, pero lo está intentando.

Aquel momento, esa fecha tan cercana, ese instante le es completamente difícil de olvidar…

La época donde el frío se mantiene… En que los acuarios se abren paso en la vida, personas con ese signo zodiacal nacen… Y representan esa constelación.

Es difícil explicar con certeza su sentir… Es una enorme mezcla de emociones encontradas…

Sus lágrimas no se dan permiso de salir, su ceño fruncido, parece hipnotizado por la foto delante, que no se ha dado cuenta de un pequeño detalle.

Unos ojos grandes y grises observan al hombre tan distraído por aquella imagen.

-¿Papá?- Habla alguien con una tono tan suave y dulce… Propio de una pequeña niña curiosa.

Esa voz saca al rubio de su trance, para alzar la cabeza, y girarse a la pequeña, dedicándole una sonrisa cálida, sin dejar de expresar una profunda tristeza en sus ojos.

-¿Qué pasa Natassia?- Le pregunta rápidamente, pues el llamado le pareció tan repentino.

Sin embargo no espero lo siguiente para nada… Aunque la foto la bajara levemente por mera inercia sobre la mesa.

Esa niña de cabellos azulados, puestos en dos largas coletas se acerca hacia donde un santo de bronce se encuentra, aunque ella no lo sepa.

Su curiosidad también va hacia ese pedazo de papel de fotocopia que produce la tristeza en el hombre que la ha criado y amado como si fuera su hija de sangre.

-Papá, ¿Quiénes son ellos?- Su duda va directamente al momento de apreciar ligeramente tres siluetas en esa foto.

Aunque no sabía, no dudaba en preguntarle por uno, pues parece conocerlo ella misma, pero si por dos que la menor no conoce y posiblemente jamás lo haga.

Era de esperarse seguramente.

La pequeña tendía a ser muy curiosa cuando lo desea, asimilo que debía tratarse de algo importante por el grado de interés que su padre muestra ante ese pedazo de papel.

Sonríe levemente, admirando la inocencia de su hija, lanza un suspiro discreto, pues… Debía ser entre honesto y aun ocultar parte de su vida…

Jamás le había contado que era un caballero de bronce, ni la historia de como fue encontrada, o cualquier cosa relacionada al santuario…

Pero… Esta parte, este pequeño fragmento de memoria podía ser compartido con ella después de todo… Quienes están en esa foto, son también parte de su familia.

Sin pensarlo dos veces, sujeta a la niña de no más de ocho años, la sienta en sus piernas, para mostrarle la foto en su totalidad…

Señalando con un dedo a una persona de cabellos verdes cortos y una sonrisa infantil -El es Isaac… Se podría decir que es mi hermano…- Su voz por un instante pareciera que se fuera a quebrar, pero aguanta todo lo necesario por que eso no ocurra.

-¿Isaac?- Ella repite el nombre, bastante curiosa por este hecho.

-Si, él y yo vivimos juntos en Siberia por un tiempo, hasta que cumplí los catorce años… Fuimos más que amigos, hermanos…- No se sabe si esa explicación es para su pequeña niña, o para si mismo al momento de recordarlo.

-Hace frío allá ¿Cierto?- No deja de ver esa foto con esos preciosos ojos grises que pose, como si analizará cada parte de esa imagen.

-Mucho más de lo que hace aquí- Responde son una gran sonrisa, pues esas palabras lo teletrasportan a esa época de entrenamiento agotador y una vida donde solo se necesitaba poco para ser feliz.

-Este eres tú papá- Señala ahora con su dedito al pequeño niño rubio a un lado del peli verde, que igual dedica una enorme sonrisa.

Debe ser una de las sonrisas más sinceras que este joven hombre dio en su vida.

Asiente por las palabras de la menor -Así es, en esa foto tenía ocho años… Tú misma edad- Es curioso estar compartiendo esta pequeña información con la niña sobre su regazo que lo escucha con suma atención, y sigue apreciando todo el contenido de la foto.

Esos ojos tan bellamente misteriosos, se quedan clavados en la tercera figura que aparece allí, es mas grande que las dos diminutas, y de igual forma ese peliaguamarino sonriente, dándoles un abrazo a ambos niños, con solo tocar sus hombros exteriores para darles confort.

Aquello llamó mucho la atención de la niña, ladeando su cabeza, preguntándose internamente quién es ese hombre tan feliz.

-Él…- Señala con su delgado dedo, justamente a la dirección de quien se ve más grande en esa imagen -¿Quién es?- Su mirada ahora se dirige directamente hacia su padre, girándose ligeramente para verlo, esperando la respuesta.

La pregunta obviamente no sorprende al rubio, la esperaba, aunque ahora mismo su silenció se prolonga y bueno… Pues…

¿Cómo podía llamar a alguien tan especial e importante para él?

Solo existe una palabra para ese hombre, que solo puede ahora sonreír en los recuerdos de su mente como en la foto sujetada.

Su corazón se acelera, es difícil negar lo que alguna vez representó para él… Fue, es y siempre será parte de su familia, como Isaac lo fue y como Natassia lo es ahora.

Sonríe, con una mueca de ligera amargura, pero… No deja que los recuerdos empañen sus ojos azules como el cielo.

-Él es… Camus… Mi padre…- Tuvo que hablar de esa forma entrecortando las palabras, para que él sentimiento de nostalgia no se apodere de él tan rápido.

La mirada de aquella niña de genuina curiosidad… Mucho más de lo que alguna vez llegó a sentir hasta el momento.

Su pequeña y fina voz se dejó escuchar, al instante que no pudo evitar pronunciar lo siguiente -Camus-

---Unas Horas Después (Cerca de la media noche)---

El joven rubio, se había quedado sentado en aquella silla, dormido sobre la mesa, su cabeza y brazos descansando en esta, aun sujetando la foto con fuerza, para que su mayor tesoro en este mundo de los recuerdos no se le escapé.

Su ropa es bastante ligera a comparación con las prendas de su pequeña o de las personas allá afuera, después de todo esta tan acostumbrado al frío que no le afecta…

Además la chimenea que tiene, aun sigue dejando que la calidez de los últimos pedazos de madera quemándose se desprenda.

De sus ojos caen pequeñas gotas heladas de sal, casi como los mares fríos donde solía nadar de niño…

Los recuerdos de ese tiempo deben estar asaltándolo en sus sueños tan hermosos como dolorosos.

Estar dormido, y pensar en lo que su corazón anhelaría volver a sentir…

Que todos estuvieran juntos… Los tres, o mejor dicho los cuatro o cinco…

Sus sueños pueden ir de cuando era un niño, justo cuando le presentaron a su hermano de corazón y a su padre… A la pequeña niña que ahora tiene… Claro que su madre también esta en esa ecuación…

Revoltijo de emociones, sensaciones que no lo dejan tranquilo ni en sus sueños…

Si rostro se contrae, frunciendo el ceño… Respirando profundamente, y más gotas escapan de sus ojos…

Debe recordar los instantes en que le arrebataron a su familia…

Cruel mente que hace sufrir a sus propios dueños… Es difícil admitir que somos nosotros nuestros peores enemigos…

Pero aún con el sufrimiento de su rostro…

Algo curioso comienza suceder, algunos pequeños y muy diminutos copos de nueve a su alrededor…

No, no es su cosmos mostrándose físicamente, si no… El de alguien más…

Que no dudo ni un segundo para acariciar esa mejilla… Y limpiarla de las lágrimas que han caído, aunque es difícil hacerlo… Pues su cuerpo “Físico” es inestable en estos casos… Pero aún así intenta tocar al rubio dormido…

-Hyoga- Su voz conocida por quien duerme, admirando al joven hombre dormido, dedicándole una sonrisa igual a la que tenía cuando aquella foto fue tomada.

Es curioso, cuando los Dioses llegan a ser “Benevolentes” y otorgan un permiso especial a quienes… Ya no están en este plano terrenal…

Por lo cual… Aunque su cosmos sea sentido, sabe que esa persona, la cual está contemplando… La que alguna vez fue uno de sus preciados discípulos… Jamás podra verlo… No del todo…

Pero aún así, no cuenta con quién alguien más pueda apreciarlo.

-Tú eres…- El murmullo de una infante, se escucha a las espalda de aquel hombre, que pareciera estar portando su inigualable armadura de la constelación de acuario… Sus cabellos aguamarinos sueltos y tan hermosos, como sus ojos violetas… Que se sorprende levemente por escuchar esa vocecita.

Girándose lentamente, y así admirar a esa pequeña… Que no tuvo que tardar tanto en saber quien es… Pues en aquella sala, se pueden apreciar algunas fotos, donde Hyoga la cargaba, ambos sonreían, en una se imitaba la misma pose de esa foto que el rubio tiene entre sus manos.

Aquella mirada gélida que siempre dedicaba a los demás… Con ella no sería así de rudo, al contrario… Se suavizo enormemente su gesto al tenerla de frente.

-Hola- Es lo único que se le ocurre en ese momento decir… Aunque ya no exista físicamente en esta tierra, es difícil dejar su naturaleza humana y su personalidad algo retraída y reservada.

-Tú… Eres… El padre de mi papá…- Recuerda lo que el rubio le contó hace unas horas… Sorprendiéndose de aquellas anécdotas que el hombre pudo compartirle…

Escuchar esas palabras de aquella pequeña niña, estremecen el alma de ese hombre…

Impresionándolo de primera instancia, sus ojos violetas, sus cejas tan curiosas denotan un sentimiento extraño… Pero demasiado cálido y hermoso que en su pecho comienza a sentirse de una forma que ni él mismo esperaba.

Una sonrisa dedica a la niña, para inclinarse ante ella… Y estar a su mismo nivel, muy cerca.

-¿El padre de tu papá?- Pregunta curioso, aunque entiende a qué se refiera, quiere saber más.

-Si, eso fue lo que me contó… Tú eres Camus, su papá… Me habló de ti, cuando vivieron en Siberia, que los cuidaste mucho a él y a su hermano Isaac… Pero…- Su narración se detuvo en seco al momento de recordar él por qué este hombre jamás los había visitado -Me dijo que vivías en un lugar muy lejano, que por eso no habías venido nunca a visitarnos…-

La expresión del anterior dorado de acuario… Se estremece ciertamente, entendiendo a que se refiere la pequeña…

Puede se aun difícil para ella tratar con el concepto de la muerte, Hyoga quiere evitarle aún esas explicaciones que pueden confundir a todo niño…

Después de todo, el rubio debió aprenderlo de forma rápida… Con el fallecimiento de su madre a una muy temprana edad…

No supo que decirle o responder, no era tan bueno con las palabras… Sabe que siempre le fue difícil expresar sentimientos de cualquier manera… Y aquí esta él… Delante de una niña que sin duda es parte de su familia al ser hija de él único aprendiz que le sobrevive…

-Has venido a vernos… Por que mañana es tu cumpleaños ¿Cierto?- Su curiosidad y la manera en que ella ve las cosas, son encarnaciones de la inocencia misma.

¿Cómo le puede explicar que solo ha venido por que el sentimiento de tristeza tan profundo de Hyoga lo ha traído en cierta forma de su “Descanso”?

También está el hecho de su cumpleaños acercándose… De que los recuerdos se disparen tan rápido por esa fecha, puede estar relacionado…

En si es algo que no puede explicarle a una pequeña niña… Que lo mira sorprendida y con una sonrisa tímida pero alegre.

-Puede ser- Es lo que responde el peliaguamarino, para sujetarla de los hombros con cuidado, la siente como si fuera tan frágil la pequeña, le dedica una sonrisa, lo transporta a la época en donde Hyoga e Isaac eran de esa misma edad…

-Tienes bonito cabello, me gustan tus cejas- La niña no se limita al mencionar aquellas cosas que le llaman la atención del adulto delante.

Le conmueve tanto el hecho de estar delante de una inocente sonrisa nuevamente, y más por saber… Que está pequeña, es alguien de otra generación… Que su discípulo la ha criado… Igual como él alguna vez lo hizo…

Que Hyoga lo llamará papá aun le da vueltas en su mente, pero no le molesta, al contraído le es demasiado halagador… Y correcto… Que le gustaría que así fueran de verdad las cosas.

Pero…

¿Quién dice que no pueden ser así?

-¿Cómo te llamas?- Esa curiosidad es contagiada al adulto y le provoca hablar más con esa pequeña.

-Me llamo Natassia- Sonríe con más entusiasmo y extiende su mano en señal de saludo.

-Natassia…- Murmura el nombre, para recordar de donde lo conoce… Es el mismo que poseía la madre de Hyoga.

No lo piensa más para sujetar la pequeña mano, y aunque deba hacer un esfuerzo grande para sentir el plano terrenal… Lo hace.

Así como con Hyoga, ese tacto es cálido y familiar.

-Natassia, me gustaría que me llamaras abuelo- Revela sus verdaderos sentimientos, ese deseo que se generó en el instante que conoció a la pequeña… Como si en automático ya la amara, por ser hija de su discípulo… Querer protegerla y cuidarla, como cuando él lo hizo con quien considera como hijo.

-Abuelo…- Cierra sus ojos, para dedicarle aún más sonrisas, y sus manos ya ambas atrapadas por el adulto, se siente con una enorme emoción, y como si se tratarse de un fuerte impulso de su corazón y cuerpo, se abraza del peliaguamarino con fuerza.

Por una pizca de segundo, esa pequeña fracción que se vuelve única… El lograr sentir un abrazo de un ser inocente… Que esta conectado a él por su querido hijo… Es algo que lo embarga de emociones difíciles de contener…

Aunque sea un último esfuerzo en este tiempo tan fugaz que se le ha permitido el volver a este mundo… Por la razón que sea… Por el capricho de quién sea… Esta feliz… Que sus lágrimas de alegría no se contienen…

Abraza a esa niña… Que sin conocerlo realmente solo por las pequeñas y hermosas historias que Hyoga le compartió de su infancia, siente que conoce a ese hombre tan amable a como ella le pareció…

Es fascinante y muy doloroso ver como todo ha avanzado aunque tú ya no estés…

Se supone que así es la vida… Aquellos que amaste y te amaron de diferentes formas, se quedan en el mundo… Algunos pasan el legado que dejaste… Llevándolo con orgullo, independientemente si comparten sangre o no… Eso realmente no interesa… Por que si se ha dejado huella en las personas de una forma positiva, y te recuerda con tanto cariño… Significa que jamás habrás muerto por completo, por que te siguen recordando.

Seguirán sintiendo como si estuvieras con ellos…

Y más en una fecha tan importante como es… Y fue… El día que naciste.

---A la Mañana Siguiente---

Los tenues rayos del sol se cuelan por la ventana que justamente y bastante curioso, llegan hasta el dormido rostro de Hyoga que al sentirlos, comienzan a perturbarlo sin tregua…

Entre abre sus ojos con lentitud, se da cuenta que unos pequeños copos de nieve aun están rodeándolo, reconociendo por breves momentos ese cosmos que los debió proyectar.

-Maestro… Padre…- Por su mente adormilada solo logra pronunciar aquellas palabras, mientras se levanta de golpe de aquella silla… Intentando alcanzar los pequeños copos que de repente desaparecen….

Cómo si se hubiera tratado de un sueño o ilusión aquello.

Los ojos azul cielo se fijan en la ventana de donde puede ver la nieve acumulada… Al aparecer anoche nevó… Pero eso no es lo importante.

En su corazón aún siente esa sensación tan extraño…

-¿Fue un sueño?- Se pregunta para si mismo… Mientras toca su mejilla que aún permanecía ligeramente fría, pero tan confortable… Reconociendo de dónde siempre venía ese toque helado siempre tan reconfortable.

Pero su motivo de búsqueda se ve interrumpido, cuando… Su pequeña niña, que la había ido a recortar la noche anterior en su cama, arropándola muy bien para que no pasara frío por la noche, se encuentra ahora dormida en uno de los sofás de la modesta sala.

Algo que lo deja tan sorprendido… Pero más… El hecho de que este muy bien cubierta por una pequeña mantita que sabe que le pertenece a ella, pero… ¿Por que la tiene ahora…? Si esa estaba en el ropero, en un punto muy alto.

Tantas dudas que al parecer no tienen respuesta, pero es necesario saber por qué ella duerme aquí en primer lugar.

Se acerca a ella… Inclinándose a su nivel poniéndose de rodilla… Para suavemente irla moviendo y llamándola.

-Natassia, ¿Qué estas haciendo aquí?- Habla con ternura a su hija… Mo viéndola delicadamente con ese cariño paternal que tiene por ella.

Suerte efecto su llamado, la peli azul claro se despierta, abriendo sus ojitos suavemente, moviéndose levemente, para estirarse…

-Papá… Hola…- Una pequeña sonrisa se dibuja en sus labios para mirar al rubio.

-¿Por qué estas durmiendo aquí?- Le pregunta ahora más cercano a ella, para ayudarla a incorporarse levemente, aún estando él de rodillas

-El abuelo Camus…- Se talla el ojo derecho con el dorso de este mismo lado para despertarse mejor -Vino a vernos anoche- Revela esto, sin ningún temor o miedo, sólo con la inocencia de sus palabras, para mirar el rostro de total sorpresa del rubio.

-¿Qué?- Su rostro se descompone por la sorpresa, intentando procesar y relacionar esas palabras con lo que logró sentir al despertar.

-El abuelo Camus, vino… Y me contó mucho de usted… Del tío Isaac y de otras personas…- Alza sus manitas emocionada por narrarle ahora ella historias que el no logró presenciar -Vestía una armadura dorada, se veía súper genial- El entusiasmo infantil de esa niña es genuino…

Aquellas cosas que le ha dicho a su padre, lo han dejado impactado al rubio… Cosas que no le dijo, que ella no podría saber sola…

Y la pequeña capa de una ligera escarcha que se derrite al contacto, que admiro en el cabello de su hija.

¿Acaso significa que… Él estuvo aquí?

Pero ¿Cómo?

¿Cómo es eso posible? Si él… Él está muerto…

-Oh, papá… El abuelo quiere que sepas algo- La niña no se ha percatado del impacto de sus palabras en el rostro del adulto, que sólo la aprecia con una mirada tan sorprendida y muy triste.

-Dice que te quiere mucho, que está orgullos de ti, y que… Eres su digno sucesor…- Lo último ella lo recuerda levemente, en aquella despedida que tuvieron, en donde el de ojos violetas le dejó ver su tristeza y alegría en forma de lágrimas, y escarcha preciosa.

No pudo más… Hyoga terminó quebrándose, abrazando con fuerza a su hija, para derramar un sin fin de lágrimas.

-¿Papá?- Se siente confundida por esta reacción, al parecer su inocencia la hace pensar que esto es muy extraño cuando no debería serlo, el haber hablado con su abuelo.

-Entonces… Es verdad, él… Mi padre… Mi papá… Camus… Estuvo aquí…- Murmura contra el abrazo que le da a ese diminuto cuerpo, para estrecharla hacia él, dejando que las lágrimas se escapen de sus ojos.

Natassia no dijo más, entendió que en este momento el mayor necesita hacer esto, llorar y abrazarla… Corresponde a su acción, sonriendo y dejando que ahora sea ella quien seque sus lágrimas… Igual como seco las de su abuelo.

Es algo curioso, una escena agridulce… De un suceso tan fugaz, que se presencio… No pudo verlo, aquel quién lo conoció, pero si alguien que debía conocerlo…

Una personita que se volvió el legado de él, como de quien veía como un hijo… Aquella criatura inocente y frágil le regalo el conocimiento de saber que la vida de su discípulo está bien… Que aun lo recuerda y lo sigue extrañando…

Aprovecho el momento para dejar un mensaje de lo que Hyoga sigue representando para él… Lo que siempre será ante Camus…

Ese discípulo, ese niño que vio crecer y convertirse en caballero, a quien le hizo mal en un punto para volverlo más fuerte… Aun lo recuerda con tanto amor y cariño que cree no merecer, pero… No puede hacer más… Solo dejar preciosas palabras que aún que no pudiera ser tramitadas por él mismo, lo serán por la voz de Natassia, hacia este adulto Hyoga.

Este día, jamás podría pasar como cualquiera, no mientras viva Hyoga y sus sentimientos, como su respeto, y sea transmitido a su próxima generación… A su niña, que sin duda recuerda con alegría ese breve momento en que conoció a su abuelo.

El día que nació Camus, será el recuerdo permanente que alguna vez existió, pero… No solo de esa forma sino con el rubio que abraza a esa niña peli azul claro… Derramando lágrimas y reviviendo esos tiernos recuerdos cuando aún tenía a su maestro.

Dolor, amargura, tristeza, nostalgia, calidez, amor paternal, alegrías, risas, como lágrimas… Todo se une en el día... En que recuerdas a una persona que ya no esta, pero representó tanto en tu vida…

Que difícilmente será olvidada.

Mientras el recuerdo de quienes se fueron permanezca en tu corazón, siguiera contigo hasta el día en que tú te unas a ellos y formes parte de un recuerdo fugaz.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quién me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Jajajajajaja yo ahora ando contra reloj, pero lo intentare publicar este y lo que sigue de una forma rápido y concisa.

Espero que estén disfrutando estos regalos, que aun faltan un momento y bueno... 

Pues darle, mínimo cada sábado tendrán algunas cositas indas que leer. 

Y vamos a cantarle la canción oficial de la familia terrón de azúcar a Camusito bebe.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Camus, tu cumpleaños si que si.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Camus, tu cumpleaños si que si.

Por cierto terrones de azúcar, feliciten a otro terrón de azúcar, aunque... El regalo se lo daré mas adelante. 

DannaL1342, al fin llegamos a tu día de cumpleaños, jajaja recuerdo que te confundí antes con otro terrón, lo siento, pero ya se que te daré de regalo.

Sin mas espero, y te cantare la canción oficial de la familia terrón de azúcar. 

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades DannaL1342, tu cumpleaños si que si.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades DannaL1342, tu cumpleaños si que si.

Espero que comas mucho pastel y mas adelante te daré tu pequeño presente. 

Paso a despedirme, aun falta otro regalo para un terrón y ya termino, jjajaj si que me he tardado tanto, pero ya mero terminamos.

Gracias por leerme, por estar acompañándome en todo momento y divertirse conmigo, son los mejores terrones de azúcar.

Los mega quiero.

Por favor cuídense mucho, hagan caso a las medidas de higiene y no se expongan de mas

Ammu se va.


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