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Chismógrafo por Lenora Pentaghast

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Notas del capitulo:

Segundo y último capítulo, iba a ser un oneshot pero estaba muy largo :P

Espero les guste.

Sentado en el escritorio de su habitación Snape suspiró, aquél había sido un día largo y agotador, los de primero siempre le producían dolores de cabeza porque sus conocimientos eran prácticamente inexistentes y ninguno parecía tener la disciplina para ser un pocionista, cada año un nuevo grupo de alumnos llegaba a su aula, y así conforme los iba conociendo casi podía ir escribiendo Troll en sus labores y exámenes.


Ya había revisado todos los catastróficos deberes de los chicos de primero cuando miró de soslayo la libreta, entonces una idea iluminó su mente, ¿cómo había sido tan ciego como para no notar los cambios en los estudiantes aquellos días?


Cogió tintero y pluma y comenzó a escribir.


“Hola, soy P.M.”


La página se tragó la tinta respondiendo.


“Hola P.M.


Los señores Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta, los proveedores de entretenimiento y distracción para los traviesos se enorgullecen en presentar el Chismógrafo de Hogwarts”


Desde luego, era ese absurdo cachivache que los merodeadores habían inventado hacía tantos años atrás, ahora comprendía bastantes de las cosas que habían acontecido en los últimos días, así como porqué era Potter quien lo tenía, seguro su padre, o el idiota de su padrino se lo habían legado igual que la capa de invisibilidad.


Sabía cómo funcionaba porque en sus años de escuela había visto la libreta pasar de mano en mano por la escuela, sin embargo, por obvias razones jamás llegó a él para responder, el odio entre los merodeadores y él era bien sabido por todo mundo así que no tuvo ni quiso la oportunidad.


Bajó la mirada hacia las páginas, el mensaje había desaparecido para dejar una sola palabra.


“¿Juegas?”


Siquiera considerarlo era una tontería, cerró la libreta apartándola de la vista y decidió ir a recostarse a la cama, por la mañana la entregaría a la directora McGonagall.


Sonrió con malicia, con ésa evidencia podía quitarle tantos puntos a Gryffindor que pasarían generaciones antes de que pudiesen siquiera aspirar a la Copa de las Casas.


Aunque, pensó después, para que su fabuloso plan funcionase era imperativo que Potter hubiese sido tan torpe como para delatar que era él el propietario de la libreta, pero, si Draco o algunos Slytherin la habían contestado, y McGonagall podía descifrar quienes eran, eso metería en problemas a su propia casa.


Se levantó nuevamente recogiendo la libreta y volvió a la cama con tintero y pluma, con la primera pregunta supo quién era cada quien, al parecer los estudiantes de antaño y los actuales no eran precisamente creativos.


1. ¿Cómo quieres que te llamemos?


Cornamenta (el idiota de Potter)


Lunático (Lupin)


Canuto (el idiota de Black)


Colagusano (ese insufrible traidor miserable de Pettigrew)


Avanzó por los nombres hasta donde calculó comenzaba la generación actual.


Nutria (Granger)


Terrier (Weasley)


Ridgeback (demonios, Draco)


¿Y dónde estaba Potter? Tuvo que pasar al menos otra página para encontrar el apodo que sospechó era el suyo


Fawkes


Bien, plan descartado, a su pesar iba a tener que dejarlo correr, ya que delatar a Potter implicaría problemas para los Slytherin, entre los nombre con facilidad podía encontrar a muchos Gryffindor, pero también estaban Malfoy, Crabbe, Goyle, Flint, Nott, y la lista seguía.


Frustrado por haber fallado se entretuvo leyendo algunas de las preguntas, algunas eran obvias, como que el mayor miedo de Longbottom era él, solo había que ver como el chico se ponía como pergamino en blanco cuando le llamaba para pasar lista.


Potter le tenía miedo a los dragones (¿había alguien que no?), Weasley a las arañas…


Bufó, ¿cómo es que aquello les resultaba tan entretenido?, después de la pregunta 50 la página se tornó roja con un aviso que indicaba que no podría leer a menos que respondiera a las preguntas, bien, ya había llegado a ese punto y si sus sospechas eran correctas iba a tener que participar.


51. ¿Qué prefieres, hombres, mujeres, ambos?


Fawkes: Hombres


Snape miró la palabra, por tanto tiempo que si alguien lo hubiese visto podría haber pensado que se encontraba en una lengua muerta, aquello le había sorprendido, no podía negarlo. Había visto a Potter con la chica Weasley, e incluso una vez los había atrapado en el baño de prefectos no precisamente conversando.


P.M: Hombres


52. ¿Eres virgen?


Fawkes: Sí


¿Sí? Bueno, segundo hallazgo de la noche.


P.M: No


53. ¿Con quién te gustaría acostarte?


Ridgeback: Potter


Por Morgana, ¿cómo podía Draco querer intimidad con Potter? Eran enemigos jurados, tanto como James y él habían sido de jóvenes, aunque las circunstancias entre Malfoy y Potter eran muy diferentes,  se detuvo en ese pensamiento, si, se habían odiado, pero también admitía que antes de que las cosas se fueran al infierno con Lily había pensado que el maldito era muy atractivo.


Fawkes: Severus Snape


La pluma se resbaló de su mano y pensó que aun pese a los años los merodeadores seguían burlándose de él, porque simplemente  no había posibilidad de que Potter quisiera algo con él.


Bien, dos podían jugar a lo mismo, se estiró para recoger la pluma y con trazos irritados garabateó.


P.M: Harry Potter


Siguió respondiendo las preguntas.


60. Describe tu mayor fantasía sexual.


Fawkes: …


Snape leyó con atención lo descrito por el chico, extrañado por sentir aquella extraña mezcla de excitación y curiosidad.


Al terminar de leer, comprendió lo que desde hacía días los profesores estaban reportado, y develando las razones por las que las aulas de castigo habían estado extrañamente llenas.


 


 


Harry se asomó por la esquina del pasillo, vacío, solo un par de velas alumbraban el frío corredor, caminó despacio, tratando de hacer el menor ruido posible y cuidando que la capa de invisibilidad no se atorase con nada.


- Alohomora… - susurró, suplicando que el pestillo no hiciera mucho ruido al abrirse.


Bien, primera parte lista pensó mientras cerraba la puerta y se hincaba en el suelo del aula de pociones, aquella era una pésima idea, si Filch o peor aún Snape lo encontraban vagando a media noche por los pasillos, e irrumpiendo en un salón lo castigarían hasta que terminasen sus días en Hogwarts.


Pero tenía que encontrar aquella libreta y estaba seguro, o casi seguro, de que se había revuelto con sus cosas cuando habían caminado hacia la clase horas atrás.


- ¿Dónde está….? – susurró frustrado después de algunos minutos de búsqueda infructuosa, ¿y si Snape la había encontrado? No…las consecuencias podrían ser horribles.


- ¿Busca algo señor Potter?


Cuando escuchó la voz de Snape su corazón prácticamente se detuvo, volteó en todas direcciones hasta que lo encontró sentado sobre el escritorio al frente, Harry no se movió, abrazó la capa de invisibilidad rogando a todos los dioses que no pudiese verlo.


- Sabe – continuó sin mirar a algún punto en particular, sabía que Harry estaba ahí, aunque no podía verlo – pensé que ya habíamos superado la cleptomanía Potter, si lo que busca son ingredientes de mi reserva personal sepa que el gabinete es imposible de abrir.


Harry apretó los puños, ¡no era un ladrón! ¡había sido Barty Crouch Jr, ¿por qué lo culpaba todavía?!, inhaló profundamente tratando de tranquilizarse, lo estaba provocando para que se delatara.


- O – continuó serenamente – quizá sea esto lo que busca.


“Ay Merlín…” pensó mientras veía como levantaba la libreta, lo suficiente para que sin importar donde se encontrase pudiese verla.


- Es un artículo interesante – abrió la libreta avanzando por las páginas – escuche esto.


53. ¿Con quién te gustaría acostarte?


Quaffle: Con Draco Malfoy, me encantaría hacerlo con él en la biblioteca y que la bibliotecaria cuervo pueda descubrirnos lo haría aún más excitante, creo que la sección de Herbolaria estaría perfecta, nadie entra ahí más que Longbottom, lo haríamos en la alfombra, o quizá contra la ventana, aunque, si no se puede también los baños de prefectos podrían funcionar.


Harry se quedó paralizado, ¿no había sido justo eso lo que había pasado cuando encontró la libreta? No, solo era una coincidencia. No había forma de que…


- Ah, aquí hay algo que quizá le suene familiar…


Fawkes: Mi deseo sería…


- ¡Basta! – gritó Harry saliendo de su escondite – por favor, no lo lea.


Snape levantó la mirada victorioso, sabía cómo funcionaba el cerebro de Potter y que tarde o temprano regresaría sobre sus pasos para tratar de recuperar la libreta, lo haría confesar así tuviese que usar Veritaserum, el castigo sería ejemplar, ya podía saborearlo.


Harry se quedó de pie entre los escritorios, con la capa de invisibilidad echa una maraña entre sus manos, la varita baja y la mirada atormentada, aquella reacción no era lo que Snape esperaba, y la sensación de triunfo estalló como una burbuja.


- ¿Lo…leyó? – preguntó Harry, sintiendo como las palabras se atoraban en su garganta.


Snape asintió, una súbita ira encendiendo su mirada, se bajó del escritorio con la libreta abierta en la página que había escrito Harry y caminó directo hacia él.


- Sé que piensa que es como su padre, siempre burlándose de los demás, rebajándolos, humillándolos – levantó la libreta – y que quizá esto sería una buena broma, que los demás aplaudirían su gracia.


Harry no dijo una palabra, bajó la mirada aguantando el embate de Snape.


- Di algo Potter – dijo el mayor encajando el lomo de la libreta en la barbilla de Harry, obligándolo a levantar la vista hacia él.


- No es… - tragó saliva – no es una broma.


Snape retrocedió como si lo hubiesen golpeado, Harry le aguantó la mirada, incluso el muy descarado había tenido el atrevimiento de sonrojarse.


- No es una broma profesor Snape – dijo reuniendo toda la valentía posible – y sabe que la libreta no acepta mentiras, usted realmente me….me gusta.


Los dos se quedaron en silencio por un rato, Harry habría tenido tiempo de sobra para escabullirse pero sus pies simplemente se habían quedado clavados al suelo, Snape por su parte caminó de un lado a otro como una fiera enjaulada, alternando la mirada entre el joven y la libreta en sus manos.


- Potter – dijo después de un rato, al hacerlo Harry casi levitó del susto – ¿esto es lo que deseas?


El pulso de Harry se aceleró.


- Si…


Esa sola palabra pareció apretar un botón de encendido en el cerebro de Snape, un deseo oscuro y lejano trepó por su cuerpo, hacía años que no tenía un amante, pero lo bien aprendido…no se olvida. Se acercó a Harry, obligándolo sin palabras a retroceder hasta el escritorio.


- Ultima oportunidad para arrepentirse Potter, sin represalias – susurró en su oído.


Harry bajó la mirada, gesto que hizo al hombre retirarse, liberándolo de la prisión que había formado con sus brazos y el escritorio, por alguna razón aquello le dolía, y la sensación de humillación sufrida años atrás le golpeó con fuerza.


- Largo – dijo dándole la espalda – no mencionaremos lo sucedido, y llévese esa endemoniada libreta, si vuelvo a verla iremos directamente con McGonagall.


Silencio…


- Profesor…


Snape se volvió, listo para cruciar a ese mocoso terco y soberbio, pero la idea se apagó cuando vio que se quitaba lentamente la túnica.


- No quiero marcharme – respondió con una sonrisa leve y nerviosa.


El cuerpo y el cerebro de Snape se desconectaron, se acercó a Harry inclinándose un poco para besarlo, cuando un gemido suave brotó de sus labios y las manos de Harry recorrieron su cuerpo acariciándolo por la cintura dejó de pensar en los “y que tal si”, no importaba si aquello era una broma retorcida, deseaba a aquél chico, no tenía sentido negarlo.


De alguna manera Harry terminó sentado en el escritorio, con las piernas enredadas en la cadera del mayor, subió sus manos acariciándolo, aprendiendo sus formas y contornos, deslizó sus dedos por los largos mechones de cabello oscuro, de una suavidad inesperada y un aroma que le recordó a la primera poción de Amortentia que olió.


Harry era inexperto, Snape podía saberlo no solo por lo que había leído, sino por el temblor en las manos del chico al desabrochar los botones de su camisa, la mirada buscando aprobación para desvestirle, incluso los primeros y tímidos besos donde su lengua parecía apenas atreverse a salir para encontrarse con la suya.


Severus se deshizo del resto de su ropa, y jaló a Harry sobre el escritorio, rozando sus caderas, haciéndole sentir lo mucho que deseaba aquello, el chico jadeó con sorpresa, con anhelo. Severus barrió el contenido del escritorio con un brazo empujándolo con suavidad.


- Recuéstate.


Harry obedeció, contemplando maravillado aunque nervioso como el hombre le quitaba la ropa, regalándole caricias furtivas pero expertas que hacían que sus latidos se desbocaran.


- Profesor… - jadeó al sentirse tan expuesto, sus manos automáticamente viajaron a su miembro, cubriéndolo.


- ¿Pena, Potter? – preguntó el hombre con una risa que a Harry le sonó tremendamente sensual, con los ojos cerrados asintió con tanta fuerza que se golpeó contra la mesa del escritorio.


Severus tomó la mano de Harry, llevándola a su propio cuerpo, haciéndole sentir lo excitado que él también estaba, cuando los dedos del joven se cerraron alrededor de aquella tibia firmeza los dos gimieron.


Snape volvió a besarlo, esta vez sin miedos ni remordimientos, quedaba claro que se deseaban, y se lo iba a demostrar. Bajó por su cuerpo, besando, mordiendo y probando cada espacio de piel que encontraba en su camino, se detuvo en el ombligo, y finalmente bajó hasta los muslos, acariciando la suave piel con su mejilla.


Una corriente de anticipación corrió por la columna de Harry, Snape no haría “eso” ¿o sí? con un poco de esfuerzo ladeó el rostro, justo para mirar como en cámara lenta los labios del hombre separarse para tomarlo en su boca, casi gritó al sentir la calidez y humedad de su boca, la forma en que comenzaba un ligero vaivén tragándolo de la punta hasta la base.


- Merlín bendito…. – gimió, sujetándose con fuerza a la esquina del escritorio.


Sentía el orgasmo trepando por su cuerpo, espasmos involuntarios recorriéndolo de forma casi eléctrica, aparte de la caricia sobre su sexo, Harry podía sentir los dedos del mayor penetrándolo con suavidad, la sensación había sido muy rara incluso incómoda, pero las caricias prodigadas a su cuerpo le habían calmado al punto que la combinación de los movimientos de la mano de Snape y sus labios y lengua lo tenían al borde del orgasmo.


- P-profesor….pare….por favor pare – suplicó.


Gimió con más fuerza sintiendo que se mareaba, aquello era demasiado, aquél hombre era pasión en estado puro, y lo estaba consumiendo, el sonido de succión, los dedos moviéndose en su entrada, simplemente era demasiado.


Trató de cortar la caricia, de alejarse, pero Severus lo sujetó con fuerza contra el escritorio, dejando que Harry se vaciara en su boca.


- Yo… - dijo tratando de recuperar el aliento – perdone…


Abrir los ojos implicó un esfuerzo monumental, Snape le dedicó una mirada febril y sensual mientras abría la boca para dejar que todo aquello que había salido de su cuerpo cayera sobre su mano, y de ahí a su largo y erecto miembro, aquella escena hizo que Harry sintiera una nueva erección creciendo.


Con un movimiento, brusco pero erótico como el infierno, Snape hizo girar a Harry para tenderlo boca abajo en el escritorio, sus piernas colgaron por la esquina pero el mayor lo sujetó por las caderas manteniéndolo estable mientras su trasero quedaba perfectamente expuesto.


Harry sintió como lo penetraba de nuevo con los dedos, aunque aún no terminaba de acostumbrarse a la sensación ya no le resultaba molesto, quiso acompañar el movimiento de su mano, pero en la posición en la que estaba resultaba imposible moverse,


Snape se acercó a él, frotando con sensualidad su miembro erecto contra su entrada, podía sentir la húmeda y firme longitud contra su trasero, pulsante, expectante.


- Tienes que darme permiso… - murmuró el hombre en su oído – no quiero lastimarte.


Harry miró a Snape sobre el hombro, perdiéndose por un instante en aquella mirada oscura.


- Sí.


Cuando el sexo de Snape se apretó contra su entrada, pese a la preparación previa, Harry supo que iba a dolerle, mucho, pero estaba preparado para asumir las consecuencias, aquello era todo lo que había deseado para su primera vez.


Cerró los ojos, sintiendo como centímetro a tortuoso centímetro su cuerpo recibía a su amante, las lágrimas no tardaron en hacer aparición, corriendo por sus mejillas mientras trataba de no gritar por la dolorosa invasión.


- Aun puedo detenerme – jadeó Snape en su cuello, una sola vez en su vida había sido pasivo y sabía lo doloroso que podía ser, no quería que Harry recordara de esa forma su primera vez.


Harry negó con la cabeza sin mirarlo, no quería que viera sus lágrimas, respiró profundo, hizo acopio de toda su voluntad y se apoyó en el escritorio empujando la cadera hacia atrás, sintiendo como el mayor se enterraba completamente en él.


Snape gimió con fuerza, clavando las uñas en la blanca piel del trasero de Harry, respirando erráticamente contra su espalda comenzó a moverse con suavidad, dejando que se acostumbrara a su forma, a su tamaño.


Con las primeras embestidas, largas, lentas y profundas Severus preparó el camino para lo que vendría, Harry se entregó completamente, acompañando el ritmo que el hombre imponía, disfrutando de los jadeos y los gemidos que sabía que trataba de contener, no era del tipo suave y romántico pero esperaba lo estuviese disfrutando tanto como él.


Cuando las penetraciones se tornaron rápidas y erráticas supo que estaba a punto de correrse, demasiado pronto quizá, pero años habían pasado desde la última vez que había tenido sexo, y aquél chiquillo ojiverde había resultado mucho más apasionado y excitante de lo que podría haber calculado.


- Profesor… - gimió Harry con fuerza, el hombre adivinó que se encontraba al borde del orgasmo de nuevo, disminuyó la velocidad pero cada penetración se tornó más intensa, más profunda, cuando escuchó el grito extasiado de Potter supo que había rozado el punto perfecto, lo hizo de nuevo, arrancándole una combinación ensordecedora de gemidos y jadeos.


- Córrete para mí – susurró en su oído – hazlo…Harry


Escuchar su nombre fue demasiado, Harry sintió como el orgasmo estallaba con fuerza haciéndolo derramarse contra el escritorio, Snape ni siquiera había tenido que tocarlo, se dejó ir, sintiendo a los pocos segundos que el mayor también se corría en su interior, podía sentir el miembro de Snape dentro suyo, pulsando, perdiendo su firmeza para finalmente deslizarse fuera de su cuerpo.


Severus tuvo que sujetarse al escritorio, aquello había sido demasiado, pero no demostraría lo mucho que Potter le afectaba, jadeó con suavidad, forzando a sus pulmones a hacer su maldito trabajo antes de incorporarse.


Con cuidado lo soltó, haciéndolo girarse para quedar sentado sobre el escritorio, Harry aun jadeaba, pero mantenía la mirada baja, lo más probable es que el chico se arrepintiera, y eso, aunque ni cruciado lo admitiría, le dolió.


- Será mejor que se vista Potter, esto quedará en estricto secreto, y le recomiendo, que por una vez no confíe en artilugios del pasado, a menos que esté dispuesto a pagar las consecuencias.


- Si señor – murmuró Harry bajando de un salto del escritorio, aunque al hacerlo sus piernas flaquearon, sin embargo el golpe nunca llegó, el cuerpo del mayor lo sostuvo con cuidado pero firme.


Harry alzó la mirada, Snape estaba tan cerca que su nariz le rozaba la mejilla.


- Sé que es egoísta pedir algo más pero – Severus vio como el rostro del chico se sonrojaba violentamente – ¿podría besarme de nuevo?


El hombre no respondió, simplemente se inclinó unos centímetros para besar de nuevo a Harry, que suspiró mientras el hombre lo besaba con calma, saboreando sus labios y acariciando su lengua con la suya.


- Gracias – suspiró Harry entre besos – por cumplir mi fantasía.


Snape no respondió, simplemente se había quedado sin palabras, y aunque la culpa empezaba a corroerle las entrañas trató de no prestarle atención, asintió, separándose de Harry lentamente hasta que se aseguró que el chico podía mantenerse en pie.


- Venga, será mejor que se dé un baño.


Alucinado por la repentina propuesta Harry siguió al hombre hasta una de las paredes del aula de pociones, el profesor murmuró algo y la pared deslizó hacia atrás y a la izquierda, revelando las habitaciones del hombre.


Harry entró tras Snape, tratando de no salivar al ver el perfecto trasero del mayor, el recuerdo de lo que acababa de pasar entre ellos le hizo sonrojarse nuevamente.


- Por aquí – dijo señalando una pequeña puerta que guiaba a un baño, el mobiliario tanto en la habitación principal, como en el baño, era poco, sobrio pero con cierta elegancia, justo como Snape.


El baño fue rápido, y Harry no pudo evitar pensar en lo mucho que le habría gustado dormir en brazos del hombre después de eso, pero no ocurrió, de alguna forma la ropa de Harry estaba doblada pulcramente sobre un pequeño mueble, por lo que no tuvo más remedio que vestirse y prepararse para que Snape lo echara de una patada de su habitación y probablemente de su vida.


- Profesor – dijo mientras se anudaba las agujetas - ¿cómo…supo que la libreta era mía?


- La libreta no es propiamente suya Potter, su padre y sus infames amigos la crearon para Hogwarts, pero, así como el mapa del merodeador, esta libreta – dijo alcanzándola del buró cercano – puede ocasionar bastantes problemas.


Al notar la cara de confusión de Harry, Snape bufó hastiado.


-Piense Potter, ¿cuántos alumnos han estado en detención últimamente y por qué?


Harry hizo memoria, y tuvo que conceder razón a Snape, últimamente había escuchado de muchos alumnos que habían sido descubiertos in fraganti en situaciones bastante comprometedoras, pero ¿cómo una simple libreta podría ser la causante? Pensó en Draco con aquel chico…como se apellidara, lo que había pasado en la biblioteca y lo escrito en el chismógrafo era sorprendentemente exacto.


Al ver que Harry empezaba a atar los cabos sueltos Snape decidió darle un empujón.


- Aquí – dijo agitando la libreta – se usan pseudónimos, pero la realidad es que son bastante obvios si se piensa con detenimiento un instante, entonces…. si piensa en aquellas páginas rojas.


- Entonces, usted supo que Fawkes era yo...


Snape asintió con suavidad, y acto seguido la lanzó a las manos de Harry.


- Puede llevársela Potter, pero si vuelvo a verla rondando por los pasillos, o peor aún en mi aula, la llevaré al despacho de la directora y héroe de guerra o no, será expulsado por atentar contra las leyes de moralidad de Hogwarts. Así mismo, no creo necesario decirle que lo acontecido esta noche debe permanecer en secreto.


Decepcionado Harry apretó la libreta contra su pecho, asintió y dando media vuelta salió de la habitación, escuchando como la pared se deslizaba a su posición original. Abatido corrió de regreso a la sala común, sin preocuparse siquiera por cubrirse con la capa, o cuidar que Filch no rondase los pasillos.


Dentro se derrumbó en su cama, conjuró un hechizo de insonorización y dejó que por fin las lágrimas que pugnaban por salir corrieran libres, se sentía como un idiota, pero ¿qué esperaba? ¿que Snape le jurara amor eterno? ¿que a partir de ese momento compartirían algo? 


No, para el hombre aquello no había sido más que un polvo, una oportunidad de follar a Harry Potter, una terrible idea lo asaltó, ¿y si solo lo había hecho como venganza?


“Por favor que no sea cierto” rogó mientras pasaba las páginas, revisó los nombres, justo debajo del suyo P.M., claro, Príncipe Mestizo.


51. ¿Qué prefieres, hombres, mujeres, ambos?


Fawkes: Hombres


P.M.: Hombres


52. ¿Eres virgen?


Fawkes: Sí


P.M.: No


53. ¿Con quién te gustaría acostarte?


Fawkes: Severus Snape


P.M.: Harry Potter


Harry sintió que su corazón daba un vuelco, la libreta no habría aceptado una mentira, por lo cual….Snape no se había burlado de él, no había sido una estúpida y cruel venganza.


Pero, pensó con cierta tristeza, el hecho de que Snape quisiera acostarse con él no implicaba nada más, y el hombre había sido tajante en que no se repetiría.


Sin embargo, la magia de aquella libreta les había unido una vez, y al menos ahora sabía que Snape sentía algo aunque fuera pequeño por él, con renovada esperanza pasó las páginas hasta encontrar la pregunta.


60. Describe tu mayor fantasía sexual.


Leyó lo que Severus había escrito, y su mente puso imágenes a las palabras, se sentía excitado y cierta parte al sur reclamaba su atención.


Entonces lo entendió todo, Severus le deseaba y por eso le había devuelto la libreta, no pudo evitar sonreír al imaginarse de nuevo en los brazos del profesor, regresó las páginas releyendo la fantasía de Snape, no sabía cuándo iba a suceder, pero iba a estar preparado.


No había sido demasiado extenso pero la mención de “encuentros furtivos en la sala de los menesteres” hacía a su imaginación volar.


Después de todo Snape había dicho que lo que había pasado tenía que mantenerse en secreto, no que no se repetiría


Con ese pensamiento y una sonrisa en los labios Harry se quedó profundamente dormido.


 


 


 


C H I S M Ó G R A F O


- F   I   N -

Notas finales:

Y eso fue todo, saludos :D

Espero volver pronto ;)


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