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Unidad Antiterrorismo por Kunay_dlz

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Notas del fanfic:

Podría decirse que es una continuación de "What should I do...?" pero no es necesario leerlo.

 

Lo tenía iniciado y sinceramente no creo que tenga un final apropiado. Era una idea que tenía en mi cabeza y depende de la bendita inspiración se podría continuar con más capítulos de cualquier manera lo subiré como "Terminado".

 

Jueves, febrero 2121.

 
 
Unidad Antiterrorismo
 
 
 
 
Edward estaba distraído, los rumores en la estación sobre los sospechosos en la sala 3 más que todo sus descripciones le hacen recordar aquellos años con su hermano menor: cuando resultó ser más especial de lo que él y Eiri creían, cuando tuvieron que aclimatarse a un mundo totalmente loco pues no dejarían solo a su hermanito, le escucharon crecer en cartas y lo verificaban cada verano... también, su repentina partida hacia un lugar donde no le podían seguir todavía. 
 
Los dos cuerpos que revisó en la morgue no muestran causa anormal de muerte, simplemente es como si de un momento a otro se hubieran "apagado", es desconcertante y terriblemente familiar. Los reportes de otras ciudades con similitudes en sus hallazgos mortuorios tan solo le suman al estrés de saber que no es algo asilado y no podrá haber explicación alguna hasta que interfiera el gobierno.
 
El que hayan encontrado "testigos" con uno de esos cuerpos tampoco auguraba nada bueno a la presión arterial de Mustang, pronto llegarían la División Especial que tiene el gobierno británico en cada Consulado a "tomar cartas en el asunto" y pronto no se sabría nada más. Todo quedaría en secreto. Y aún más pronto, todo quedaría en el olvido. 
 
Como lo fue la muerte de su hermano menor en ese estúpido Torneo.    
 
Un portazo lo hizo salir de sus recuerdos, Mustang suele ir a esconderse al laboratorio como tantas otras veces lo ha hecho... aunque esta vez ya es la quinta ocasión en lo que va del día. Primero pausaba sus pasos, pasaba amabas manos sobre su cabellera negra y hacia un ligero tirón que hacían cerrar sus ojos aún más afilados, las llamas de coraje reflejadas en sus negros ojos lo hacían ver como alguien casi desquiciado a pesar de su fama de galán adonis en cada lugar que pisaba. Ahogó un suspiro el rubio, este sería uno de esos días tan malos que lo mejor sería regresar a su casa y esperar hasta el siguiente día.
 
--Oye Mustang, deja de usar mi laboratorio como excusa para no partirle la cara al Agente Especial... cualquiera que sea su nombre. --dijo al tiempo que dejaba de distraerse con el microscopio.
 
--Ackerman. Agente Especial Levi Ackerman de la Unidad Antiterrorismo Alas Blancas. --exageraba el tono de voz el recién llegado.
 
--No sabía que era tu mejor amigo. --interrumpía con sarcasmo el rubio. 
 
--El enano y su equipo van de ciudad en ciudad investigando células terroristas, contrarrestando ataques que podrían acabar con cientos de vidas lo más discreto posible evitando así que las masas se llenen de terror. --casi gritaba Mustang.
 
--No me decido si es envidia o respeto eso que resalta en tu voz. --dudaba el rubio, miró directamente a "su jefe" quien parecía como si le hubiera ofendido.
 
--Edward Elric, la escases de altura debe afectar tu cerebro si crees que YO tendría algo remotamente similar a "respeto o envidia" hacia ese enano prepotente que anda como perro de tras de rumores en callejones. --explotó Mustang señalando al rubio con advertencia.
 
--Por si no te has dado cuenta, bastardo, he crecido en este tiempo y solo me...
 
--Con que es este lugar al que huyes a llorar como niñita, Mustang. --dijo alguien entrando al laboratorio, definitivamente tenía presencia a pesar de su... --¿Y este enano? 
 
--¿Seguro no te mordiste la lengua? --dijo el...
 
--Maldito bastardo, --masculló mirando a su jefe para luego dirigirse hacia el recién llegado --Un gusto conocerlo Mister Pocket, espero que tenga éxito en su actual investigación, yo me tengo que ir, hora del almuerzo y esas cosas. 
 
Decía el rubio mientras se quitaba la bata y sus lentes de protección, guardaba algunos archivos y se ponía su abrigo. Ignoró por completo a su jefe 
(quien trataba de ocultar su risa tras su puño enguantado) y pasó de largo al Agente.
 
Ignoró los gritos que ya se alcanzaban a escuchar por el pasillo y maldiciendo su curiosidad fue directo hacia el tercer piso, donde llevan a los sospechosos a ser interrogados. No había nadie en los pasillos, era imposible escapar de este piso sin tener que pasar por las oficinas principales siempre llenas de policías y los cubículos de los detectives y parte del laboratorio; la sala 3 tampoco estaba custodiada, entró primero a la sala de observación, tras el cristal estaban los que su hermano menor llamaba "el trío dorado". 
 
--¿Quién eres tú? --dijo alguien a su espalda. Se volvió con destreza, era un joven alto, castaño y de ojos jade... tenía el mismo uniforme que el Agente Ackerman.
 
--Creí que no había nadie en este piso haciendo guardia, fue tonto de mi parte creer que dejarían solos a los sospechosos. --dijo el rubio --Soy Edward Elric, el Forense de la Unidad de Roy Mustang. --se presentó.
 
--Entiendo, supongo que ya conociste a otro miembro de mi Unidad. --comentó el castaño notando que el rubio miraba el logotipo de su uniforme --Eren Jaeger. --se presentaba el castaño.
 
--Sí conocí a alguien y a diferencia de él, en verdad eres muy agradable. --se quejaba el rubio.
 
--Mhm, diferente... ¿conociste al Agente Levi? --inquiría Eren.
 
--Tal vez, no le escuché presentarse aunque mi jefe dijo que era el líder de la Unidad Antiterrorista. --bufó Ed.
 
--Bueno, el cap-eh, Agente Levi, es algo especial. --ante la ceja levantada del rubio prosiguió --¿Me podrías decir dónde lo viste por última vez?
 
--Primer piso, laboratorio 2. --sonrió Ed.
 
Eren salió a prisa, Edward volvió a mirar por el cristal y tras un profundo suspiro se dirigió hacia donde estaban los tres chicos. Tocó la puerta dos veces y luego entró, sin duda el pelirrojo y la castaña no lo reconocieron, se colocaron frente al de lentes en un instante, como si lo estuvieran protegiendo. En cambio, al que protegían parecía haber visto un fantasma. Antes que dijeran algo, el de lentes habló.
 
--Elric. --apenas pronunció. Una sombra de dolor cubrió su rostro, no se atrevía a alzar la mirada, aún seguía con el fantasma del amable tejón que por su descuido llegó junto con él a una trampa.
 
--¿Lo conoces? --preguntó el pelirrojo sin dejar su pose de guardia.
 
--Elric... ¿conocías a Alphonse Elric? --inquiría la castaña.
 
--Era mi hermano menor. Y no me hagan más preguntas, díganme lo que hacen aquí o si hay alguien a quien pueda contactar para que venga por ustedes... los oficiales que han traído para cuestionarlos no son de los que aceptarán respuestas a medias. --decía Ed un tanto exasperado --Eviten nombres, incluidos los suyos, y sean rápidos. --susurró con una de sus manos cubriendo su rostro.
 
Trataron de hablar los tres al mismo tiempo, haciendo preguntas que el rubio no quería contestar, golpeó la única mesa que había en el cuarto haciendo callar a los chicos con el estruendo... se miraron entre ellos y el de lentes al fin habló.
 
--Mi mundo está en guerra, Quien-tú-sabes ha tomado el poder, sus lacayos están en todas partes y son los culpables de los eventos inexplicables que han estado sucediendo por varios lugares aunque son más frecuentes en Londres... tomaron la escuela, el director está muerto y me están buscando; cualquiera que me vea, que tenga alguna pista de mi paradero, tiene que avisarle a Quien-tú-sabes o llevarme directamente ante él.
 
--Estábamos por salir de una emboscada, entre ellos se mataron pero ya estábamos rodeados de mu... muchos policías por lo que no pudimos escapar. --explicaba la castaña --Y no podemos sol desaparecer de este lugar, no con la tecnología que hay.
 
Se les notaba tan tensos, un poco más y hasta sus mismas espaldas tronarían.
 
--¿Tienen un plan? --preguntó Ed, al ver sus rostros confundidos elaboró --¿Tienen un plan para derrotarlo?
 
--... eso creo. --respondió el de lentes.
 
--¿Eso crees? --repitió incrédulo el rubio.
 
--Eso creo, la última parada es Ho-la escuela, hacia allá nos dirigíamos cuando alguien nos atrapó y nos trajo aquí y es probable que ya le hayan avisado y si nos atrapa entonces... entonces... --decía con derrota el de lentes.
 
--Todo habrá terminado. --dijo la castaña.
 
El rubio siguió con su mirada baja, con una mano frente a su boca para que en el caso de cámaras o micrófonos no vieran sus labios o escucharan con claridad. En ocasiones como esas era que maldecía su curiosidad, su consciencia que suena como su hermanito y más que nada los recuerdos con Al, lo que le contaba sobre los chicos que tenía en frente y de la fe que tenía en que esos tres lograrían acabar con el malvado mago obscuro que amenazaba ese mundo lleno de magia.
 
Esperaba no arrepentirse.
 
--Por el momento no hay nadie en este piso, luego que me valla esperen 5 minutos y salen, vallan por el pasillo de la izquierda y al final tomen las escaleras hacia la azotea, verán una puerta cerrada y reforzada con madera, pasen por esa puerta y bajen por ese ducto. Sean cuidadosos. Si logran salir hasta el callejón, podrán irse, si los atrapan antes... no creo que pueda ayudarlos. --dijo para salir directo hasta el laboratorio, colocó un pequeño papel en la cerradura evitando así que cerrara por completo.
 
Fue directo hacia Mustang. Tenía que hablar con él, algo tendría que salir de su parte... apoyo o una celda es lo que obtendría de su parte. Podía verlo por la única ventanilla en una de las puertas.
 
--Oye bastardo... --iniciaba el rubio, fui interrumpido.
 
--Silencio Elric, ¿acaso es mucho pedir que te dirijas como se debe a un superior? --Ed se detuvo por completo, aún con la puerta detenida por su mano --El que te permita participar en mi equipo además de tus experimentos en el laboratorio no te da derecho de hablarme como si fuéramos iguales. --decía mordaz el detective.
 
--Experimentos... lo dices como si fuera muy divertido lo que hago aquí dentro. --no pudo evitar retarlo.
 
Así era el rubio, en lugar de dejarse llevar por la razón eran las emociones las que hacían hablar y a veces, era coraje lo que salía a flote.
 
--Claro que es divertido, cualquiera con un mínimo de entendimiento en química podría estar aquí, no son más que algunos sencillos pasos y puede que ayude a la investigación realmente importante. --decía con prepotencia.
 
--Si cualquiera puede estar en este laboratorio, ¿Por qué me tienes aquí? -- pidió entre dientes el rubio --¿Por mi cara bonita, tal vez? --retó.
 
--Obvio no. Hay una apuesta en la oficina de cuánto tiempo podrías aguantar este ritmo muy diferente al que estabas acostumbrado por tus estudios. Una semana más y me harás el ganador. --se jactaba Mustang.
 
--Genial. Por mi cuenta jamás te daría ese lujo. Renuncio. -- decretó Edward.
 
Entró por completo al laboratorio dirigiéndose al escritorio del fondo, tomó una bolsa plástica y comenzó a juntar algunas cosas: un termo de café bastante usado, una taza naranja, otro termo tipo taza con decoraciones de flores, un pisapapeles en forma de pokebola, cinco figuritas pegadas en el monitor de la computadora, una lámpara ultravioleta que le habían regalado como regalo de graduación el equipo de Mustang, un par de lentes de protección de colores que le regaló su mejor amigo y del cajón del fondo sacó una pequeña bolsa con un cepillo de dientes, pasta, un cepillo para su cabello, ligas y un pequeño bote con crema para peinar... en otro tiempo y situación se habría sentido avergonzado, pero no ahora.
 
--¿Qué? Deja de jugar, creí que eras más maduro que el resto de tu generación -- al fin logró hablar Mustang.
 
--No quiero volver a verte. --dijo Ed al pasar al lado de su "jefe".
 
Para tomar el elevador tuvo que pasar por los cubículos, el equipo de Mustang lo vio dirigirse al lado contrario del laboratorio y al notar la bolsa plástica fueron a su encuentro. Algunos preguntaban lo que estaba haciendo, otro se reía del contenido de la bolsa y la que en verdad lo detuvo luego de presionar el botón que llamaba el elevador fue que habló.
 
--Renuncié, espero que quien haya ganado la apuesta de mi permanencia en este lugar no comparta las ganancias con el Detective Mustang, como un favor. --al abrirse las puertas entró sin mirarlos ni una vez, presionó el botón de la planta baja y se cerraron las puertas, casi pudo jurar que escuchó la voz de Mustang gritando su nombre.
 
Mientras arreglaba bien lo de su renuncia con RH se comunicó con Eiri, su hermano mayor y le pidió que fuera a recogerlo. Aunque sonaba un poco molesto por haberle interrumpido una cita, ya lo compensaría. Como cada personal de ese edificio tenía una bolsa con ropa extra, desde un cambio básico hasta calzado, impermeables, abrigos y toallas, todo eso se guardaba en una bodega y no deseaba realizar más de un viaje al lugar. Tras una entrevista de renuncia y firmar el papel oficial salió por la parte del estacionamiento, ya estaba ahí su hermano quien tras apagar su cigarrillo le ayudó a subir sus cosas a la camioneta. 
 
Sin palabras llegaron al registro de salida, mientras a Eiri le entregaban su identificación él se quitaba el gafete que le daba pase automático a todo el edificio... se lo entregó al guardia junto con un par de boletos al cine, le dijo que conservara los boletos y que entregara el gafete a RH.   
 
Y se fue.
 
 
 
 
 
 
 
:::
 
Notas finales:

Gracias por leer.


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