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Experimento fallido||ChanSoo por anchoaPark

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-Madre, podrías contarme nuevamente la historia- KyungSoo miro con ojos de súplica a su bella madre, esta solo negó burlona.


-Enserio te gusta esa historia, bien- puso con calma un pequeño libro a su costado y se relajó en el sillón de cuero. KyungSoo se sentó en el suelo como si fuera un niño pequeño apoyando su mentón en sus rodillas.


- Se dice que al final del bosque un portal se abre a las personas elegidas, cuando esto sucede puedes entrar en un mundo de fantasía. Las máquinas tienen vida y son igual a los humanos, pero viven en tristeza y soledad, solo los humanos elegidos pueden entrar, pero ninguna máquina ha podido salir. - como toda una profesional comenzó a mover sus manos, alzando su voz para darle más énfasis a la historia


– estas máquinas son hermosas, es imposible para los humanos no sentirse embelesados por tanta majestuosidad. Pero las máquinas son tan frías que al ver a cualquier intruso no pueden evitar apuntar directamente a tú corazón apoderándose de él... ¿será cierto?, máquinas bellas que asesinan humanos...- soltó su madre.


-No creo eso sea cierto, los humanos somos más terribles que cualquier otra especie. Además, si son tan terribles ¿Por qué nació la historia? - pregunto algo inquieto.


-De nuevo no me has dejado terminar- suspiro sonoramente haciendo avergonzarlo – Al menos ese era el rumor que inundaba los oídos de los pobladores de hace muchos años, pero un hombre evito el temor y se aventuró en el frondoso bosque. Los demás del pueblo estaban preparados para preparar su funeral, pero aquel sujeto volvió en la tarde. Hizo de esta su rutina, ya era normal que el hombre desapareciera por horas... al cabo de unos días de hacer esto volvió a su casa, pero no estaba solo. Una hermosa máquina lo acompañaba, la máquina tenía una marca en su muñeca... al principio era temida pero luego se dieron cuenta de lo gentil que podía ser... Ese hombre aventurero le entrego todo a su bella máquina... pero la máquina enfermó. A los pocos meses falleció, el hombre entro en una terrible depresión su corazón estaba marchito y decidió crear esta historia para que ningún hombre sacara a una máquina del bosque.... Pues esto sería su muerte. -


KyungSoo se quedó pensativo, era la primera vez en todos estos años que su madre no le contaba la misma historia, bueno no era como el la recordaba. Antes siempre terminaba con un final feliz, tampoco era un hombre quien entraba al bosque y mucho menos la máquina moría.... Miró serio a su madre.


-Hijo mío... no quiero que eso suceda- su cuerpo se tensó – las madres lo sabemos todo- fue lo último que escucho luego de perderse en sus pensamientos. No supo cómo, solo que estaba en su habitación mirando las estrellas.


-Debe existir una forma de sacarlo.... Sin que él muera- mordió sus uñas, costumbre que tenía cuando estaba nervioso- apoderarse de tú corazón... - no lo entendía del todo, debía de haber un truco en todo esto. Además, varias veces sus amigos habían entrado al bosque y nadie había visto algo extraño, ¿Cómo es que el encontró a ese chico a tan solo unos metros?... el chico.


Despeino su corto cabello, recordando su promesa. Debía encontrar primero un nombre que darle ¿cómo un ser tan hermoso podía no tener un nombre?, no le parecía justo llamarlo como un simple número. No, ese chico era especial.


-Es especial- Sonrío algo avergonzado- ¿Por qué me interesa tanto? – se preguntó en voz alta, como si de esa manera fuera a encontrar respuesta.


Saco su celular y busco por horas, "¿Qué nombre puede tener una persona que sea realmente bella?" es la pregunta que había puesto en el navegador.


-Este... es perfecto- grito, luego rápidamente se recostó en la cama.


Un nuevo día de mierda, bueno eso sería lo que normalmente el pensaría, pero esa mañana estaba realmente animado, tomo sus cosas las puso en su mochila negra. Se despidió de su madre y pudo oír un "Que te vaya bien en la universidad", ja al diablo esa porquería el volvería al bosque.


Se escabullo por la ciudad, debía tomar un bus algo viejo para llegar hasta el lugar. No le importo el largo trayecto, pago rápidamente y prácticamente corrió hacia el bosque. Siguió el mismo camino de ayer, solo que esta vez lo hacía con la esperanza de volver a ver a ese joven alto de cabello rojo.


-Experimento sesenta y uno, las indicaciones son claras. - sus bellos de los brazos se erizaron temió por su vida y procuro esconderse tras un árbol se asomó un poco, vio a unos hombres mayores sin expresión en el rostro luego pudo ver la espalda del joven de cabellos rojos, sonrió avergonzado al encontrarse a sí mismo tan embobado por la forma de la espalda del más alto.


-De todas maneras...- el hombre río sonoramente, no entendía el contexto, pero sintió su rostro arder de rabia al ver como escupió al alto de cabellos rojos. Los hombres subieron a un carro militar y se fueron. Respiro por unos segundos para luego caminar hacia la cerca.


-Hola...- dijo tímido, el chico de cabello rojo aún seguía dándole la espalda


– Umm.... ¿Te olvidaste de mí? – pregunto, sintiéndose algo adolorido. Vio un movimiento de negación rápido de la cabeza del más alto. – Entonces... podrías al menos mirarme, me siento extraño hablándole a tu espalda – sonrió un poco.


Pudo notar la duda en los movimientos del joven, aún mantenía su sonrisa, pero esta desapareció al ver el rostro del joven. Sus ojos se hicieron más grandes si era posible, y una mueca de preocupación adorno su rostro.


- ¿Qué te paso? - ahora ambas manos se apoyaban en la cerca, sin importarle mucho si se hacía daño. El chico de cabello rojo, solo negó. Las frías manos del joven alto rozaron sus nudillos con extremada delicadeza, el entendió lo que intentaba decirle.


- Enserio, ¿te preocupas por mí? No me hará daño, pero... yo – sintió un nudo formarse en su garganta, sentía la necesidad de romper esa maldita cerca y abrazar al de cabellos rojos.


Las frías manos del más alto apretaban levemente sus dedos, lo miro nuevamente. El hermoso joven tenía golpes en su rostro, y una especie de bozal de perro estaba sujeto con barras de metal que atravesaban sus mejillas, no era imposible adivinar que, aunque el alto se esforzara era imposible pronunciar palabra alguna.


Quería tocar gentilmente al alto, acunarlo entre sus manos y decirle que el dolor desaparecería. El color morado y rojo resaltaba de las heridas del alto, se veía hinchado y en mal estado. Esa mañana quiso ir muy bien preparado así que tenía desde alicates para cortar la cerca hasta un kit de primeros auxilios, agradeció mentalmente a los dioses.


-Quédate quieto, eso se ve algo mal...- El chico alto se tensó y dio un paso hacia atrás- no me malentiendas, me refiero a que puedes coger una infección- Sabía que era imposible solo sacar al alto y llevarlo a su casa, antes debía descubrir cómo evitar su muerte al dejar ese extraño lugar


-Solo cortare un poco para que mis manos logren llegar al otro lado- el alto asintió.


Tomo sus herramientas y corto unos trozos de la cerca, lo suficientemente grandes para poder tocar el rostro del más alto y lo suficientemente pequeñas como para que esos animales no sospecharan de su presencia.


Limpio sus manos con un poco de alcohol y saco unas gasas, también tomo unas pinzas y aerosoles que sabía que aceleraban la cicatrización. Acerco sus manos y vio el rostro del alto.


-Confía en mí, es para evitar que duela aún más- dio su mejor sonrisa para tranquilizarlo, el alto asintió y se inclinó un poco para que facilitar su tarea.


-Esos sujetos... ¿se enteraron que vine? - el alto negó con su cabeza – Te quiero preguntar tantas cosas, pero por el momento... solo quiero que dejes de sentir dolor- lo miro fijamente mientras limpiaba sus heridas y ponía algo de antibiótico. No sabía cómo, pero al ver esos brillantes y hermosos ojos pudo jurar escuchar un "gracias".


Guardo cualquier tipo de evidencia en su mochila y volvió a meter sus manos por el orificio entre la cerca, el alto se dejó acariciar el rostro, el cabello, el cuello. Los ojos del alto se cerraron, era como un cachorro, un enorme cachorro. Sonrió con algo de dolor en su pecho.


-ChanYeol... ese será tu nombre- el alto abrió sus ojos, vio un enorme brillo en estos, las enormes manos del alto tocaron con suavidad sus muñecas. – Es un nombre hermoso, para alguien hermoso como tú-


KyungSoo no lo sabía, no se había dado cuenta que algo tan simple en sus palabras podría generar que el frío cuerpo del alto comenzara a desbordar calor, no solo le había dado un nombre también le había dicho que era "alguien". El alto ahora llamado ChanYeol se encontraba en las nubes, dejándose acariciar por el bajo.


-ChanYeol... la verdad estoy algo cansado de esta posición- Confesó avergonzado, estaba parado de puntas para igualar un poco el esfuerzo del alto. Alejo sus manos y pudo notar una mirada de reprocha del alto.


Se sentó algo cansado en el frondoso césped, nuevamente huso sus herramientas para abrirse paso por la maldita cerca. ChanYeol lo entendió de inmediato imitando su postura esta vez era el quien paso sus manos. KyungSoo observo unos segundos sus dedos, viendo otros tatuajes decorando sus varoniles manos, eran más números. Intento no preguntar sobre eso y acerco su rostro.


ChanYeol se sorprendió al ver las intenciones del bajo. KyungSoo se río por lo bajo –Esta bien, puedes tocar mi rostro. Estaríamos a mano, yo toque el tuyo.... Ahora puedes tocar el mío- se sonrojo sutilmente.


Las manos se movieron lentamente por su rostro, llegando a su clavícula y dibujando lo que parecían ser más números en sus mejillas. Cerro los ojos para demostrarle que no sentía miedo, que confiaba plenamente en él, que no lo juzgaría. Pudo sentir como esos dedos se paseaban con temor por sus labios, no pudo evitar sonreír.


-Me haces cosquillas ChanYeol- sus manos se acercaron a las del alto y dio un rápido beso en la palma de la mano del contrario – Yo.... Siento que te conozco de toda la vida ¿no es curioso? - abrió sus ojos viendo el brillo de los ojos del alto.


-mmm- un murmuro ahogado se escapó de la boca del alto, KyungSoo maldijo ese maldito bozal, pues le había gustado lo ronca que era su voz. Si el mismo fuera un poco más valiente mataría a quienes le hicieron daño, pero no podía. Era solo un estudiante promedio de la universidad.


-Está bien, no debes decir nada. Sé que me quieres agradecer. Pero, yo soy el que debe decir gracias- su rostro se acercó más y sus manos apretaron las muñecas del alto- Gracias por darle sentido a mi vida, encontré la razón del porque nací...- Si, la había encontrado. Tenía que encontrar la manera de salvar a ChanYeol.

Notas finales:

Gracias por leer


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