Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Doce Perdidos (MiloXCamus Yaoi Lemon) CaMilo por AMMU TEIKOKU YUDAINA

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola mis hermosos terrones de azúcar, estoy aquí por que... "Redoble de tambores por favor" Hoy es el cumpleaños de un terrón de azúcar, así que obvio el regalo viene, hoy... Logre salir temprano. Jajajajaja tan temprano como es estar desde las 9 de la mañana hasta las siete de la tarde, con dos horas de descanso, en donde debía ir de compras... Comer y volver, pero al menos fuimos todos los que sufrimos ese destino Jajjajaja

Sin mas...

Feliciten a mi terrón de azúcar Sofia14Sandoval, esta cumpliendo años y obvio aquí esta tu regalito, espero que lo disfrutes y obviamente lo debes compartir con los demás terrones, pero... Es dedicado pata ti. 

No le importo estar en el salón de clases, cosa extraña, ya que quienes lo han conocido desde hace años, reconocían que no era alguien de llamar la atención a voluntad.

Pero todos mirándolo, con caras de descontento, sorpresa y molestia.

-Milo… Para de gritar- Aioria ya estaba demasiado apenado por el comportamiento de su mejor amigo, pero no va estar aguantándolo más, pasando a su asiento y agradeciendo que el profesor aun no llegara.

-Aioria… No puede ser que no los reconozcas- Señala con sus brazos extendidos a los mencionados en cuestión, esbozando una gran sonrisa –Esta Mu, Alde, Shaka y mi cubito- Estos no comprendían el hecho de que este digiera sus nombres y menos con esa enorme sonrisa, como si todos fueran grandes amigos.

Más los demás compañeros, al escuchar como el peli cerúleo, habla del peliaguamarino, comenzaron las burlas, los cuales parecen captar que este recién llegado, está burlándose, por la confesión que se le había hecho.

Obviamente el afectado, solo desvía su mirada bajando el rostro, cubriéndose con sus brazos sobre la mesa, para dejar escapar algunas lágrimas, sintiéndose tan idiota por haberse atrevido hacer algo así delante de todos.

Sin embargo, había pensado que era lo correcto, quería demostrarle sus sentimientos a Milo, pero este solo fue cruel, rechazando su afecto de forma sincera, pero dañándolo en el proceso.

Esas palabras usadas, aún resuenan en su mente, esos ojos azul verdoso que lo miraron con cierto odio y rencor en la confesión, no los hace desaparecer de sus recuerdos.

Milo quedándose aun sin comprender la situación, pero imagino de inmediato que alguien podría ayudarlo en esta catástrofe, siempre ha sabido que Mu, como lo recuerda, siendo el caballero dorado de Aries y alguien muy calmado, sensato, capaz de escucharte y entenderte.

Se le ocurrió la brillante idea de solo fijar su vista en él, para hacer un movimiento que pensaría no arriesgado, claro… En otro momento así seria.

-¡¡¡MU!!!- Lo llamo, acercándose hacia su asiento para darle un fuerte abrazo, aun estando el pelilla sentado, con una cara de pocos amigos -¡¡¡TÚ ERES MUY SENSIBLE Y BUENO!!! ¡¡¡¿VERDAD QUE TU SI SABES QUE ESTÁ PASANDO?!!!- Sonríe, jugando su única oportunidad de comprender este nuevo mundo, dimensión, alter ego, Meta mundo.

De pasar a las burlas, todos de repente se quedan mudos, hasta temblando se podía decir, los ojos más aterrados que pudieran proyectar.

De seguro están pensando que Milo debió volverse loco, hasta un suicida por atreverse a tocar al pelilila, cuando es algo que nadie hace, por una simple razón.

-Mi… Mi… Lo- El castaño, lo llama con cierta duda, negando con su cabeza, la idiotez que su amigo ha cometido.

-Aioria, todo estará bien, con Mu de nuestro…- No logra completar la frase, pues un fuerte golpe en su estómago recibe, suficiente para que se despegue del dueño de ese ataque, y sentir que el aire lo abandona.

El ceño fruncido del pelilila, mirándolo con tanto enojo y molestia, no le dedico ni una sola palabra, solo siguió en su asiento ignorándolo.

Dando a entender que no es alguien de razones o paciencia, sino una persona que si la fastidias por mínimo que sea, responde de forma violenta.

-Pe… Ro…- Se intenta levantar, dándose cuenta que su cuerpo ya no es tan resistente como recordaba, le seguía extrañando tanto esto, toca su estómago, con un ojo cerrado por el dolor, apretando sus dientes por la coraje –Mu… ¿Por qué… Actúas así?-

El mencionado lo mira, solo demostrándole enojo, por su simple presencia.

Aioria ve esta esta terquedad en el peli cerúleo, reconoce que si Mu se llegara a levantar, solo se ocasionaría una pelea a puño limpio y teme que Milo no lo soporte o reciba un golpe en la cabeza y quede más tonto de lo que parece estar.

Por lo que cree mejor, es ir por el terco amigo suyo antes de que pierda más neuronas.

-Bien Milo, vamos a sentarnos- Lo toma del cuello del uniforme.

-¡¡¡NO!!!- Otra vez está hartándose de que sus “Conocidos” no lo reconozcan, y estén actuando de forma tan extraña, simplemente no es posible -¡¡¡POR ATENA!!! ¡¡¡¿QUÉ LES PASA A TODOS USTEDES?!!!- En su desesperación, por no comprender nada, incluso sintiendo un temor en su interior, pero es más grande su enojo, quiere entender un mundo al que parece no pertenece.

-Lo mismo podríamos decirte- Un rubio, le sonríe de forma bastante burlesca, ya que le parece gracioso, como el pelilila le planto un gran golpe –Hoy no actúas como tú, en la normalidad claro-

Escucha la voz y el tono de quien habla, mirando atento, pero su expresión de desesperación cambia a una de miedo.

-Shaka… ¿Me está haciendo una broma?- Mira al castaño, intentando encontrar respuestas.

Un suspiro cansado sale de este, ahora si arrastrándolo a su asiento -¿Qué esperas del payaso de la clase?-

Es oficial para Milo, se ha vuelto loco… Se dejó llevar y obligado a sentarse de mala gana, bajo las miradas de sus compañeros, algunos pensando que de verdad está mal de la cabeza, otros riéndose por sus tonterías, pero todos esos rostros le dan igual a este joven de quince años, solo le interesa los que conoce.

Los mira, que ellos no le prestan mucha atención.

Sus labios apenas susurran unas pequeñas palabras, mientras baja la cabeza, mirando a su mesa, apoyándose con el brazo, para dejar escapar unas lágrimas de angustia.

-¿Por qué todos actúan tan raro?- Siente miedo, eso es lo que su corazón le dicta, algo debe andar muy mal, no puede creer que todos olvidaran su deber, su forma de ser, actitudes y aptitudes, pero sobre todo… Que todos olvidaran quienes eran o sus amistades.

El único que parecía ser su amigo y que obviamente no le cree, es quien antes era el caballero dorado de Leo, mas ahora es como un completó extraño salvo por la apariencia física.

Debía contenerse como se lo prometió, para que en el receso ser escuchado, mas era difícil concentrarse en clases sobre historia mundial, realmente no recuerda mucho de esos temas, sus conocimientos giran alrededor de Grecia y todo lo referente sobre la misma, su Diosa, cosmos, lo que alguna vez fue importante y ahora solo es conocimiento basura, al parecer de lo que se da cuenta.

Las clases le dan la oportunidad de ver como todos se comportan.

Aioria parece ser bastante tímido en cuestión de participaciones, pero tiene las respuestas correctas.

Mu ni siquiera lo intenta, pareciera solo estar allí sentado, observando al frente con una cara de seriedad absoluta, casi de aburrimiento, anotando cuando debe.

Alde, prefiere estar distrayéndose en su celular, dándole igual las clases, obviamente el profesor le regaña, más el latino el responde de forma muy grosera, ganándose una ida con el director que poco le importa, incluso arrastrando la mochila con burla y azotando al puerta al salir.

Shaka, haciendo chistes de mal gusto, respondiendo cualquier cosa, obviamente errónea, queriendo llamar la atención, pero se calmaba un poco si ya le llaman la atención, tampoco quería meterse en tantos problemas.

Y su amado cubito, que aún no le cabe en la cabeza, como fue capa de rechazarlo, intenta sonreír para cuando otros compañeros le hablan, que no fueran los mencionados o él mismo, y nota que se le dificulta comprender las clases, incluso cuando se le pidió leer en voz alta, se notaba como si no supiera hacerlo de forma correcta, trabándose, no respetando las comas o puntos finales.

-Esto tiene que ser obra de Hades o… De otro Dios- Se dice a sí mismo, mientras mira su propio cuaderno, en donde solo anota los nombres de sus supuestos compañeros de armas, dibujándoles en cada nombre un signo de interrogación, como si no pudiera creer que son ellos.

Así como Milo nota tan extraños a los que conoce, igualmente los maestros lo ven tan cambiado.

Las preguntas que se les hacen, no da una respuesta concreta o congruente, notándose nervioso, o lanzando una risita de la misma índole.

Incluso una profesora le propuso ir a la enfermería a descansar, ya que no es el comportamiento típico del peli cerúleo.

Lo cual le llama la atención a Milo y le da más preguntas, para la hora del receso, pedir respuestas.

Y así fue, el tiempo transcurre, sonando la campaña que indica el almuerzo, a su vez la mitad del horario escolar.

Más para este no significa nada esa campana que había estado escuchando cada hora, pero Aioria obviamente la reconoce.

-Milo… ¿No tienes hambre?- Le cuestiona acercándose al pupitre de este.

-¿Ya es el receso?- Le pregunta confundido.

-Sí, es la campana de este… Vamos primero por algo para…- No lo dejo terminar, sí que es costumbre por aquí hacer esto, mientras es tomado por la muñeca.

-¡¡¡¿AHORA SI RESPONDERÁS MIS PREGUNTAS?!!!- Grita de nuevo desde su asiento, tan fuerte que todos se giran para verlos.

Ya ha sido suficiente para el castaño, no le gusta ser visto tanto tiempo y tantas veces al día, solo asiente con la cabeza.

-Entonces, siéntate y escúchame- Piensa que sería justamente allí la conversación tan deseada.

-Vamos a la azotea- Le dice con voz baja, sintiéndose cada vez más apenado, por los ojos puestos en ambos, además quiere evitar que se hagan la idea equivocada, ya que por la manera de comportarse del peli cerúleo, parecen dar a entender que son muy íntimos y si lo son, pero… No por sentimientos más allá de amistad.

-Pero… Aioria, debemos estar todos, siento que…-

-Vamos o te quedas sin hablar sobre tu famosa Diosa, los caballeros… Y guerras- Camina hacia la puerta, para de esta forma salir y lograr tener una conversación que de seguro sacara de quicio al castaño.

Pero no incumplirá su promesa, ya otros le han fallado, no hará lo mismo con el único que se quedó a su lado, aun teniendo problemas le dio la oportunidad de ser escuchado.

---Azotea---

Estando ambos jóvenes en dicho lugar, aunque el castaño si decidió ir por algo de comer a la cafetería, y le consiguió comida al peli cerúleo pues parece que se le olvido que tiene su almuerzo en la mochila, pero este tema es mucho más importante que alimentarse de forma correcta.

Apenas si terminaron de comer, o mejor dicho Aioria, Milo comienza el ataque.

-Como te decía… Nosotros entrenamos en Grecia, justamente en el santuario, vivíamos felices y tranquilos, volviéndonos dignos caballeros dorados para defender a la Diosa Atena, la cual reencarno en Saori Kido, pero cuando eso sucedió, Saga asesino al patriarca Shion, lo que provoco que tu hermano fuera tachado de traidor, Shura lo acabo, dejando a esa bebe con un sujeto que trece años después sabemos lo ocurrido, Mu se fue a Jamir, es el reparador de armaduras, mi cubito entreno a dos niños, para volverlos caballeros de bronce, Hyoga e Isaac…- toma un poco de aire para continuar -Después volvieron para derrocar a Saga y limpiar el nombre de Aioros, con la ayuda de Seiya, Shiryu, Shun, Hyoga e Ikki, que de hecho iba a ser tu alumno, pero luego paso lo de Poseidón y tú te pusiste de terco para ir a luchar, pero Mu te detuvo, es la voz de la razón y yo también los calme, la rubia de pueblo es callado no hace chiste y Alde se porta bien…-

Tiene que parar, pues hablar y hablar sin tomar aire suficiente, necesita sacar todo de una vez, y acto seguido cuando, se siente mejor para continuar.

Ante los ojos expectantes y muy asustados del castaño.

-Yo creo que fue algo de parte de Hades, pero… Cuando despertamos en Asgard estaban los bronces combatiendo… Y Poseidón les envió nuestras armaduras…- Niega con la cabeza -¿Las armaduras guardan nuestras memorias? Pero… Esto…- Enojado golpea el suelo -¡¡¡ES RIDÍCULO!!! ¡¡¡NOSOTROS ESTAMOS EN EL MISMO SALÓN Y NO NOS RECONOCEMOS!!! ¡¡¡¿QUÉ NOS PASÓ?!!!- Alza sus brazos para intensificar su fastidio, incluso no espera respuesta alguna.

-Bueno… Muchas cosas pasaron cuando teníamos siete años…- Suspira bajando la mirada, demostrando que el breve recuerdo le ocasiona tanto dolor.

-¡¡¡TENÍAMOS SIETE AÑOS CUANDO PASO LO DE LA USURPACIÓN DEL PATRIARCA Y LO DE AIOROS!!!- Sonríe, creyendo que posiblemente está recordando algo Aioria.

Suspira cansado, había escuchado todo, pero le parece lo más rebuscado y lo más idiota del mundo, simplemente no lo puede creer.

-Milo…- Le habla molesto, pues el tema con su hermano, le es muy difícil de procesar, pues está atravesando algo complicado desde esa edad –Esos nombres que has dicho… Son de todos los que tú conoces y… Ayer estuvimos patinando por las cercanías del antiguo templo de los Dioses que mencionas- Le señala con la mano extendida.

-¿Estuvimos en el santuario ayer?- Sorprendido, se levanta de inmediato, creyendo que podría ser una excelente pista por donde comenzar, para encontrar la verdad, una solución a este horrible caos.

-No un santuario…- Niega con la cabeza, y ojos cerrados –Solo fuimos a patinar al parque que está cerca de la zona de los templos, ya sabes… Esos que son para los turistas- Le contesta un poco más tranquilo –Cuando regresábamos, tropezaste con una roca y caíste a las faldas de una de esas construcciones- Rasca su cabeza, como si hubiera olvidado algo importante de mencionar, pero alza sus hombros para restarle importancia –Creo que te debiste golpear la cabeza y creaste este mundo fantástico en tu mente-

Creyendo que con esto, sería suficiente para hacer recapacitar a Milo, y de paso decirle que es buena idea ir a un médico para que lo revise.

Pero nunca esperaría la siguiente reacción.

-¡¡¡ESO DEBE SER NUESTRA DIOSA ATENA!!!- Sonríe ilusionado -¡¡¡ALLÍ DEBE ESTAR LA RESPUESTA!!!- Asiente creyendo que encuentro la forma de volver todo a la normalidad -¡¡¡LLÉVAME AHORA MISMO!!!- De nuevo a tirarlo del brazo, para dirigirse ha dicho lugar.

Ya este comportamiento está cansando al castaño, no arruinara su asistencia perfecta por el peli cerúleo, se queda parado, haciendo toda la fuerza posible.

-¡¡¡MILO!!! ¡¡¡AUN TENEMOS MÁS CLASES, NO PODEMOS FALTAR!!!- Le grita enojado.

-¡¡¡PERO ESTO ES MUCHO MÁS IMPORTANTE!!!- Lo suelta, para encararlo bastante molesto -¡¡¡¿QUÉ HAREMOS SI HADES, POSEIDÓN O…. NO SE ARES, ZEUS ATACAN Y NOSOTROS SIN ARMADURAS?!!!-

Fastidiado por escuchar la historia de nuevo -¡¡¡¿DE NUEVO CON ESO DE LOS DIOSES?!!!- SE AGARRA LA CABEZA POR EL FASTIDIO -¡¡¡¿DESDE CUÁNDO CREES EN LOS DIOSES?!!! ¡¡¡DEJASTE DE CREER EN ELLOS DESDE QUE TENÍAS SIETE!!!- Fue prudente en no mencionar el verdadero motivo por el cual dejo de lado a las deidades como base de fe, pero si necesitaba decírselo.

-No…- Niega con la cabeza –¡¡¡YA TE DIJE QUE YO CREO EN NUESTRA DIOSA ATENA!!!- Responde algo molesto, pero desconcertado… Parece que entiende perfectamente lo que está ocurriendo ahora.

Asiente para sí mismo, asustado, ya no le quedan más expresión o sentimientos, que esos.

-Aioria…- Llamándolo algo bajo.

-¿Qué quieres ahora? Supuesto caballero de…- No sabe cómo concluir su sarcasmo, pues no recuerda cómo se llamó en la mañana.

-Dime… Yo… ¿No me comportaba de esta forma ayer?- Comienza a pensar en esto nuevamente, más en la primera no le dio mucha importancia.

-No- Niega con la cabeza y los ojos cerrados.

Se le acerca, para invadir su espacio persona –Dime…- Baja la mirada, angustiado y pasando saliva -¿Cómo era yo antes?- Suplica con la mirada, necesita una respuesta para entender su entorno y el por qué todos lo ven como un bicho raro.

Esa mirada suplicante, no es nueva para él… La ha notado, visto con anterioridad, lo que hace pensar que este Milo extrañó que ve ante sus ojos es el mismo de ayer, y le está diciendo la verdad… Pero es demasiado rebuscado para su gusto.

-Milo…- Lo sujeta de los hombros, bastante preocupado -¿De verdad… No recuerdas como eras ayer?- Hace muecas de descontentó, pero con preocupación genuina.

-Aioria… De verdad…- Niega con la cabeza –No se… Que es este lugar, no reconozco al hombre qué dice ser mi padre- Sonríe, dejando escapar algunas lágrimas, tocándose la cabeza –Solo… Sé que este no es el mundo al que pertenecemos o ha cambiado…-

Los ojos verdes y grandes del castaño, se clavan en el peli cerúleo, consternado por las lágrimas que caen por esas mejillas, sintiéndose mal por su amigo, no sabe cómo ayudarlo, si lo que dice es verdad…

Sería demasiado loco, incluso… Imposible por la obra de la ciencia, pero…

¿Y que si la ciencia no tiene nada que ver?

Mientras esos dos amigos tienen una charla privada en la azotea.

No se percatan que un par de ojos violetas, muy tristes, pero que tiene un pequeño toque de ilusión, que no logra arrancarse, observa con devoción al peli cerúleo.

Dándose cuenta cada vez que su amor será imposible.

-¿Por qué creí que me correspondería?- Dedica estas palabras, dejando escapar sus lágrimas, ese dolor solo consigue hacerlo sentir menos de lo que siempre ha creído.

-¿Sigues amando a ese idiota?- Un chico de la misma edad, cabellos rojizos y que sostiene entre sus dedos un cigarro.

-No es tan fácil… Dejar de amar a alguien- Alza su vista, para seguir observando en el anonimato al peli cerúleo, que solo ocasiona romper su corazón al verlo tan cerca del castaño –Más… Cuando has estado enamorado desde niño…-

-Camus, ya lo intentaste todo- Lo mira dejando escapar una exhalación de ese humor cancerígeno –Simplemente él no te merece, dale vuelta a la página- Pueden sonar duras y crueles sus palabras, pero en cierta forma son sinceras y para el propio bien del peliaguamarino.

-No puedo… Surt… Amo con todo mi corazón a Milo…- Su voz se ha quebrado, sosteniéndose de esa pared que lo logra cubrir, temblando por la punzada en su ser –Aunque él… No me quiera de esa forma… No puedo arrancarme lo que siento… Lo he intentado…- Sus lágrimas caen sin permiso, ni perdón, total… Esta delante de su único amigo en toda esta escuela, no lo juzgaría.

Después de todo el pelirrojo, ya lo consoló en el día de su confesión, apoyándolo mucho, por eso está enojado contra el peli cerúleo, ya ha limpiado mucho dolor de Camus, ya no quiere seguir haciéndolo, odia verlo tan mal.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Yo aquí, algo cansada... Pero dispuesta a publicar algo para mis terrones de azúcar. 

La verdad esto muy agradecida que no tuve que salir tan tarde, pero su cubrir algunas horas, ja, al menos... No fue hasta las diez...

ajajajajaja en fin mis pequeños terrones de azúcar, ahora deben felicitar a mi terrón de azúcar cumpleaños Sofia14Sandoval, pues hoy esta de manteles largos. 

Ahora si a cantar la canción oficial de la familia terrón de azúcar. 

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Sofia14Sandoval tu cumpleaños si que si.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Sofia14Sandoval tu cumpleaños si que si.

Ahora se dan cuenta que Camus es un medio acosador, Mu es un malhumorado, Alde es grosero, Aioria algo miedoso y nerd, Shaka divertido... Y Milo se vuelve loco... Jajajjaja

Pero... Al parecer se esta descubriendo mas a fondo lo que esta ocurriendo. 

Bueno mis terrones de azúcar, mucas gracias por leer mi fic, la verdad que esta historia es tan preciosa, la verdad me gusta y se que a ustedes mis terrones les agrada el CaMilo. 

Jajajjajaja La verdad a mi igual me gusta mucho también, y vamos a disfrutarlo siempre, hasta que algún día llegué hasta el final.

Pero mientras estaremos juntos por mucho mas tiempo.

Los mega quiero mis terrones de azúcar. 

Por favor feliciten a mi terrón de azúcar que esta de cumpleaños. 

Cuídense mucho, no se expongan mas de la cuenta, aliméntense sanamente. 

Los mega quiero.

Ammu se va.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).