TRINIDAD
La Liga de la Justicia es el Clan más grande y uno de los más poderosos que se haya formado. Alfas, betas y omegas han creado un sólido lazo de fraternidad y pertenencia que les permite luchar fieramente por la Justicia y la Verdad.
Dentro de esta gran familia a su vez, se vinculan grupos pequeños que a través de sus líderes se teje la poderosa red, entre ese subgrupo de líderes de manadas destacan los Siete grandes. Los Siete miembros fundadores fueron los primeros en unir fuerzas por el bienestar de la Tierra. El pensamiento inmediato es que ellos forman una fuerte manada, y siempre es causa de asombro saber que tres imponentes Alfas son los que dirigen la Liga compartiendo armoniosamente su poder, la gran llamada Trinidad.
Wonder Woman es el orgullo de las hembras, sin importar casta, ella demuestra que la belleza, la sabiduría y el poder pueden estar perfectamente combinados en una mujer. Las Alfas aspiran a ser como la Amazona y los omegas suspiran enamorados platónicamente. Su reluciente armadura, su espada y su lazo dorado atraen las miradas donde quiera que vaya. Wonder woman es la única de la Trinidad que no esconde su feromona y permite ser olfateada a la distancia. Diana es seguridad, te mira sin intimidarte porque solo quiere asegurarse que su manada esté a salvo. La Alfa es la más fiera protectora de omegas y criaturas vulnerables, pero al mismo tiempo, la más brutal luchadora que hace honor a su título de Princesa Guerrera Amazona.
Batman es la contraparte de Diana, si la hembra es estabilidad y seguridad, Batman es el macho de poder y miedo. Su sola presencia hace temblar a los más aguerridos, sobretodo cuando se atreven a pisar su territorio fieramente protegido; Gotham. Gotham es el reino donde una manada joven, madura y aprende los pasos de su mentor para que poco a poco se unan a él en la vigilia nocturna de la Tierra. Mantener la mirada sin que escalofríos recorran el cuerpo es el desafío pocos pueden hacer, no puedes olerlo porque él diluye su feromona pero es en el lenguaje corporal el indicio indiscutible de su casta. El vigilante posee una de las mentes Alfa más agudas y calculadoras que exista, no hay enigma imposible de resolver ni ser invicto que no pueda ser derrotado. Él parece mirar a través de todas las máscaras y saquear tus secretos más profundos, que se llevará para sus propios fines. El ejemplo claro de que un humano puede estar en el nivel de los dioses.
Superman no es un dios ni un humano, pero cuando lo ves, crees que fue creado por deidades. El último kriptoniano en nacer, su poder es incalculable y cada vez pareciera aumentar. Te paraliza con su figura, especialmente cuando permanece levitando en su imponente pose mientras su capa roja ondea elegantemente. La voz hipnotizante siempre tiene las palabras adecuadas en el momento preciso y aunque puede mover planetas con sus manos, prefiere agotar los recursos verbales antes que usar su poder. Él es la inspiración de todos; posee un nivel de control, poder y una sonrisa tranquilizadora que resulta envidiable.
Los miembros más jóvenes hacen reverencia al trío majestuoso cuando se deslizan por los pasillos de la Atalaya, con su simple presencia toda disputa y jugueteo queda silenciado. Todos los aprendices desean ser invitados a sus misiones porque resulta excitante verlos en acción, enfrentándose a los más temidos enemigos y tomando la victoria.
Como los Alfas del Clan, se mueven en agrupación, coordinando a los miembros y compartiendo una fuerte empatía. No se toma decisión alguna en la Liga si los tres alfas no han intercambiado opiniones y llegado a un consenso. Batman es táctico, Diana práctica y Superman quiere salvarlos a todos, no son pocas las ocasiones de verlos discutir acaloradamente, e incluso en esos tensos momentos, resulta fascinante contemplar el despliegue de sus castas. La más apaciguadora y sutil es la del kriptoniano, queriendo deshacer las luchas de poder aunque a veces la ira alfa estuviera dirigida a él.
Las misiones "suicidas" de Superman suelen ser el foco de atención, los fundadores concuerdan con Batman y Wonderwoman para dejar al Alfa kriptoniano detrás del frente porque en palabras simples es "la artillería pesada", el arma secreta que será empleada solamente si la situación es crítica y nadie podría discutirlo, la Liga quería proteger al alfa más poderoso de la Tierra incluso de sí mismo.
Así que el día en que murió Superman, fue un duro golpe no solo para el mundo y la Liga de la Justicia, nadie hubiera esperado experimentar la feromona alfa de Diana llena de dolor... lloraba en silencio acariciando con una profunda estima el ataúd simbólico duramente el funeral. El mensaje de despedida no lo dijo ella ni tampoco Batman -quién no asistió ni al acto público ni al privado-. Los alfas restantes se desconectaron del Clan.
La Liga continuó luchando, honrando el Legado de Superman pero era un secreto a voces que los otros dos alfas estaban destrozados; Diana estaba cada vez más alejada y triste pasando su tiempo en las habitaciones que pertenecieron alguna vez a Superman y un Batman más violento centró su energía en Gotham, delegando la toma de decisiones del Clan a los demás integrantes de la Liga. No lo dijeron explícitamente, sin embargo, ellos no estaban bien para continuar, se forzaban pero la chispa de vida parecía no existir en ellos.
No llevaban el luto como el resto de los miembros fundadores, no se veía como la pérdida de un valioso miembro de manada ni estimado colega... ellos lucían como solo un Alfa se ve cuando ha perdido... a su omega.
Las murmuraciones incrementaron cuantos más síntomas quedaban a la percepción y la pregunta más importante resonaba en el Clan; ¿Superman fue omega? No había respuesta, el Hombre de Acero no estaba más.
Superman volvió de la muerte en el momento más inesperado, al final de la pelea, los otros dos alfas lo sostuvieron con fuerzas sin permitir que el resto se acercara para darle al bienvenida, los ahuyentaron con la feromona posesiva. Diana finalmente lo abrazó y desapareció en los cielos llevándoselo sin decir nada, Batman ya no estaba cuando los miembros del Clan intentaron pedir una explicación.
Días después, Wonder woman informó de una reunión en la Atalaya a la que todos debían acudir. La Trinidad fue la última en llegar, la sorpresa y el escándalo estallaron en cuanto Superman apareció en el campo de visión. Mientras caminaba al centro de la sala de conferencias, era notable un cambio en él, lucía con naturalidad marcas de mordidas en su cuello. ¿Un Alfa sumiso o un Omega oculto?
Diana y Batman andaban como escudos, moviéndose en una formación protectora, sobre todo cuando el Clan comenzó a cazar cada bocanada de dulce perfume y cambiando las miradas de admiración por adoración hacia las "nuevas" formas de su cuerpo. Superman estaba más atractivo, curvilíneo y... "entrañable".
Kal-El era el omega de la Trinidad, la manada líder formada por la Amazona y el Vigilante. Durante el discurso, se dijo que siempre fue omega, Su omega. Por cuestiones de seguridad dejaron que las personas llegaran a sus propias conclusiones hasta ese día, no más secreto para el Clan.
Las protestas de ira y enardecidas injurias fueron silenciadas cuando Superman se alejó de sus compañeros y tomó la palabra, pidiendo disculpas liberó su cálida feromona para ser olfateada. Entonces, los escépticos y los de sentimientos traicionados conectaron las ideas, a pesar del matiz alfa que lo acompañaba era distinguible su segundo género; Un omega, fértil y poderoso.
Al Clan no se le hizo extraño que Superman fuese la estrella dorada que guiaba en la Liga, aun cuando no había confirmado su casta, y la razón por la cual dos imponentes alfas convivían en perfecto equilibrio sin rivalidades, los omegas unían manadas.
Las mordidas en el cuello fueron el mensaje directo para hacer consciente a los miembros del Clan que Superman estaba vinculado y no disponible para ninguna propuesta. Se reafirmó el libre albedrío omega, pero el resto de Alfas no podrían hacer ofrendas, invadir espacio personal ni intentar cortejarlo, además de amenazar con las consecuencias de no respetarlo como miembro fundador. La consternación se desdibujó con el pasar del tiempo, entre intercambios de argumentos sobre la nueva información y las tiernas olas de olor que Clark liberaba cuando veía que los ánimos se encendían. La Trinidad recordó que cada miembro era libre de marcharse de la Liga si no le parecía las reglas del Clan y ninguno desertó.
FIN.