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REPARO por Tamiipeque

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Notas del fanfic:

Algunos capítulos pueden contener abuso y lemon. Avisaré cuando suceda. 

Los personajes y lugares de este fic no me pertenecen, son propiedad de JK Rowling y Haruichi Furudate

Las parejas principales serán: DaiSuga, SakuSuga, KageHina, Tssukiyama, Bokuaka, Iwaoi, KuroKen. Hasta ahorita son las que tengo pensadas.

La casa de los Sugawara siempre había sido fría y tétrica, pero esa noche había algo distinto en el ambiente, algo mucho mas tenebroso.

Las cosas no andaba bien y Koshi lo sabia. Lo supo desde la cena, donde su madre se notaba tensa y pensativa. Lo supo desde que su padre lo envió a dormir a su habitación temprano, sin ninguna explicación aparente, amenazándolo con no salir de ahí o ya se las vería. Lo supo, porque desde hace una hora, la casa se había quedado en completo silencio y no paraba de tener escalofríos... "mal presentimiento" le llamarían algunos.

Se levantó de la cama y caminó hacia la puerta. Él no era ningún cobarde y sinceramente, prefería soportar el regaño de sus padres a continuar con esa horrible sensación que se arremolinaba en su pecho por no saber lo que sucedía.

Afuera los truenos se hacían cada vez mas ruidosos, el adivino del clima había pronosticado para esa noche tormentas eléctricas y no se había equivocado ni una vez.

Bajó con cautela las escaleras. Había dejado sus zapatos en la habitación para ser lo menos ruidoso posible, pero llevaba en su mano bien sujeta la varita de cerezo y pelo de unicornio que lo había elegido. Llegó hasta la sala y volteó a todos lados, esperando encontrar algo inusual que explicara sus presentimientos, pero nada... dos elfos domésticos dormitaban en el suelo, cerca de la chimenea como lo hacían siempre, con varias marcas de quemaduras y azotes por todo el cuerpo, señal de castigos que su padre les imponía. Suga apretó los puños, a veces odiaba ser parte de su familia, pero tampoco es como si pudiera hacer algo, sólo le quedaba ser un muy buen estudiante, para en cuanto terminara la escuela, huir de aquel sitio.

Revisó un poco la planta baja de la casa, pero cuando estaba a punto de regresar a su habitación y reprocharse mentalmente el ser un paranoico, unos susurros provenientes del estudio de su padre, se escucharon. Empuñó su varita y caminó con cuidado hasta la puerta de aquel sitio, que estaba entreabierta y dejaba ver una tenue luz blanca.

- ¡¿Acaso te estás negando, Sugawara?! - Habló una voz pastosa y grave que le heló la sangre a Koshi.

- N-no es así, mi señor - tartamudeó la voz de su padre, Koshi se acercó un poco mas a la puerta. Estaba intrigado. Su padre siempre había sido un hombre imponente que causaba terror, el oírlo ahora titubear, era simplemente imposible. - Solo me pregunto si realmente es el momento ideal para recuperar sus poderes y...

- ¡¿Me estás cuestionando?!

- No mi señor, no - intervino la voz de su madre, en un tono suplicante - Pero debemos tomar en cuenta que la varita que selló sus poderes se encuentra en Hogwarts y es el lugar más seguro que existe, además está el ritual.

- ¿Ritual? - Habló otra voz aguda, que Koshi no logró identificar.

- Se dice que para recuperar los poderes de las tinieblas, se tiene que esperar a la séptima luna nueva del año y ofrecer un sacrificio. - habló otra voz que a Koshi se le hacía curiosamente familiar - El sacrificio será un mago especial, alguien que naciera con la marca de las estrellas en la espalda. - Hizo una pequeña pausa y después continuó - Luoler investigó y solo hay dos personas en el mundo que cumplen con dicha definición. Y curiosamente, ambas ingresarán a Hogwarts éste año.

Koshi se sobresaltó y dio un paso atrás. Él estudiaba ahí. La escuela se había convertido en su hogar y sus compañeros en su familia, que alguien hablara tranquilamente de matar a uno, le provocaba terror y nauseas. Además... ¿recuperar los poderes de quien? Aquello no pintaba para nada bien. Pero no había problema, mañana volvería al colegio, entonces buscaría la forma para hablar con el director y le contaría todo lo que había escuchado, él seguramente podría hacer algo y detenerlos.

- Parece que tenemos compañía - se escuchó la voz escalofriante de nuevo, y de pronto, la puerta del estudio se abrió estrepitosamente, dejando al descubierto a un chico peligris que miraba con sorpresa la escena ante sus ojos.

En aquella sala, había 7 personas reunidas. Sus padres lo miraban decepcionados, junto a otros dos hombres a los cuales no conocía, uno tenía grandes lentes y una sonrisa diabólica, el otro tenía una larga barba negra que le llegaba hasta los pies, ambos lo veían, como seguramente ve un León a una presa que está a punto de devorar.

Al lado derecho se encontraba una mujer de cabello rosa y mirada burlona, Koshi la reconoció de inmediato, aquella mujer salió hace una semana en el periódico: "La mujer que asesinó a 5 mil muggles, Rouena Chaik, escapó de Azkaban" decía el titular, y hasta ahora, no había noticias de su paradero.

En el centro, un joven pelinegro le sonreía. Koushi no pudo evitar apuntarle con su varita al verlo... ¿Qué demonios hacía Sakusa Kiyoomi ahí? ¿No estudiaba también en Hogwarts? ¡Por Merlín, había competido contra él en Quidditch! y ahora estaba planeando el asesinato de uno de sus compañeros.

- Veo que ustedes se conocen – habló la voz escalofriante desde un asiento en el centro. Suga giró su rostro hacia ese lugar y su piel se erizó.

Conocía al hombre que le hablaba, había visto su foto en la clase de "Historia de la magia" unas 300 veces "Sadayuki Mizoguchi"... Cada época tenía un mago con demasiado poder, un sujeto que se corrompía y llenaba al mundo de muerte y oscuridad, le llamaban "señor tenebroso". Y el hombre que tenía en frente, cumplía perfectamente con esa descripción.

- Si, nos conocemos. Él es el hijo de los Sugawara que entró a Hufflepuff, un desperdicio de sangre pura. – Sonrió altanero mientras se acercaba a Koshi, quien había comenzado a temblar - Suga-san, no esde buena educación apuntarle a tus compañeros de escuela con la varita, ¿o sí?- Sakusa sacó su varita mientras gritaba "expelliarmus"y desarmaba a su oponente.

- Diría que es un gusto, pero de cualquier forma, ahora que nos descubriste, tenemos que asesinarte - habló el señor tenebroso mientras sacaba su varita.

Suga perdió las fuerzas en sus piernas y se derrumbó de rodillas en el suelo. Su cerebro no podía procesar toda esa información: "Sadayuki Mizoguchi estaba vivo" Habían tenido cerca de 30 años de paz sin él, y de repente volvía, así de la nada. Volteó a ver a sus padres esperando una expresión de compasión al menos, pero nada. Parecían tan indiferentes como siempre. Cerró los ojos esperando la muerte pero, ésta nunca llegó.

- Sería un desperdicio matarle - habló Sakusa, acercándose a Koshi e inclinándose para quedar a su altura. - Suga siempre me ha parecido lindo - acarició con su mano la mejilla del peligris - tan puro, tan inmaculado. Yo me encargaré de que no hable...

- ¿Quién diría que Sakusa sería tan bueno? - Rio Sadayuki, haciendo que el resto también lo hiciera. - ¿Le quieres salvar la vida a tu amigo?

- ¿Amigo? - se burló el pelinegro mientras apuntaba con su varita al pecho de Suga - No se confunda, mi señor... yo solamente quiero una mascota. ¡Crucio! - Gritó y en ese momento Koshi solo sintió un dolor perforante tan fuerte, que le hizo perder la consciencia.

Notas finales:

 Me ayudaría mucho para continuar si me hicieran saber que les está gustando dejandome un pequeño comentario. 

Gracias por leer


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