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¡CAMBIARÉ EL DESTINO DEL VILLANO! por ami4alice

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Notas del capitulo:

¡Vengo de nuevo con otro capítulo!

Espero les guste.

Y antes de comenzar a leerle, les dedico un corazón a Edmary y lolitasherry 

(^u^)~ ¡Gracias por leer la historia! <3

 

El momento de la verdad había llegado.

Aquello que muy en el fondo de su corazón no quería que sucediera paso. La llegada de Carol se dio tal cual como recordaba en la novela. El evento principal de la primera versión de la novela era el festival por la paz que llevaban a cabo todos los reinos, en esa ocasión le tocaba al reino Perk ser el anfitrión, mismo reino en donde residía la familia Araki, en realidad, ese reino dependía mucho de la familia Araki aunque no lo dijeran en voz alta, posiblemente se debía a eso que su familia hacia lo que le viniera en gana en aquel lugar. Con un rey tan incompetente, no sería extraño que las familias tomaran ventaja.

Como estaba pautado en la novela, como rey de uno de los reinados que formaba parte del imperio, Mahiru fue invitado al evento, el no asistir daba mala fama al rey y su pueblo, por eso es que ninguno faltaba a aquella importante celebración. Hikari sabía que Mahiru asistiría, porque así se describió en la novela, aunque la diferencia es que en esta ocasión Mahiru no iría solo a tan importante suceso, esta vez iría acompañado. Desde que tenía presente el hecho de que pronto se encontrarían con Carol, la protagonista, no había podido dejar de pensar en que pronto su historia tendría un final.

El haber aceptado los sentimientos que tenía por Mahiru, no significaba que iba a cambiar con su pensamiento inicial, más bien, por eso mismo es que ahora creía con más afinco que Mahiru debía irse con Carol. Él no tenía nada que aportarle, una persona sin una historia detallada, que se supone debió morir, no podía darle nada a Mahiru y su reino. Lo que Hikari no se daba cuenta es que en realidad, le había dado mucho más de lo que Mahiru y el pueblo podían pedir. Ese cariño que le tenían no partía de la nada, estaba allí porque se construyó a través del esfuerzo.

Ni siquiera oportunidad de disfrutar de la belleza del reino de Perk pudo tener debido a lo que rondaba en su cabeza desde aquel día que acepto sus sentimientos. Quería a Mahiru y por eso deseaba lo mejor para este, lo que seguía sin darse cuenta es que el sentimiento era completamente mutuo, pero como siempre, ninguno de los dos se había sentado a hablar directamente sobre el asunto, solo suponían cosas que en su mayoría terminaban siendo erradas. Mahiru se había dado cuenta de lo disperso que se encontraba el otro, por eso tomó su mano.

-¿Estas bien?

Miró a Mahiru, luego a sus manos, el reflejo de siempre era entrelazar sus dedos. Hikari estaba muy acostumbrado a ese calor.

-Solo…Solo estoy un poco nervioso.

Mintió, pero no se atrevía a decirle la verdad a Mahiru. Suspiro un poco, antes de inclinarse para dejar descansado su cabeza en el hombro de Mahiru, hacer eso se había vuelto una costumbre.

-Todo estará bien, no dejaré ir tu mano en ningún momento.

Y precisamente eso es lo que más temía Hikari. Mahiru tenía que sostener la mano de Carol, no la de él y Hikari sentía que cuando el momento llegara, perdería más de lo que su mente podría procesar.

-Gracias.

Fue lo único que se atrevía a decir en ese tipo de situaciones.

Aunque Mahiru quería preguntar, quería saber lo que pasaba por la mente de su esposo, no se atrevía a hacerlo, por miedo a lo que pudiera descubrir. Nunca antes había experimentado un miedo tan grande como el que sentía cada vez que trataba de descubrir lo que sentía Hikari. Ambos estaban construyendo una pared la cual no se iban a atrever derrumbar. Al final llegaron al lugar donde descansarían, al ser un rey, por supuesto que obtuvo una habitación en el palacio, después de allí, todo transcurrió con normalidad hasta la noche en que se dio la fiesta de inauguración.

Debido a que Hikari quería acabar con todo eso, fue que no se dio cuenta que habían llegado antes de lo que la novela describió. Tampoco se esperó recibir semejante entrada, todas las miradas se posaron sobre ellos cuando fue anunciada su llegada. Podía reconocer que miraran a Mahiru, después de todo llevaba un traje que resaltaba su belleza, pero que ambos fuesen el centro de atención le hizo sentir de cierta forma incómodo. Al momento en que llegaron al final de esas escaleras por las que bajaron, Hikari llevo su mirada a Mahiru, se suponía que en ese preciso instante debía cruzar miradas con Carol.

Mahiru no miró a ningún otro lado que no fuese el lugar donde él se encontraba parado. Algo dentro de Hikari se removió al momento en que se dio cuenta que tenía toda la atención de Mahiru, aunque se supone debía mirar a Carol, le hacía sentir bien saber que era importante para el otro chico. Aunque seguían siendo el centro de atención, eso paso a segundo plano, porque como acostumbraban, ambos se encontraron en su propio mundo, en su reino la mayoría de personas estaba acostumbrada a verlos así, en su propia burbuja donde solo ellos importaban.

-¡Tu…!

Hikari se sobresaltó al oír eso, creyendo que se trataba de Carol, pero solo fue Harusaku.

-Ha sido un tiempo hermano.

No pudo evitar mostrar esa sonrisa de superioridad. Seguramente se estaban torciendo sus entrañas al notar que lo que creyeron sucedería no se dio, él no fue asesinado por Mahiru, más bien se encontraba ahí como un digno gobernante a su lado. Por supuesto que eso irritaría a su querido hermano mayor.

-¡Tu…!

Hikari sabía que Harusaku se estaba conteniendo el insulto debido a que estaban en público. Debido a que se concentró en su hermano, no llegó a darse cuenta sino hasta que fue tarde de la presencia de la chica. Ver allí a Carol tan hermosa y elegante, hizo que algo dentro de él se quebrara, muy en el fondo de su corazón, rezaba porque la chica nunca apareciera, pero no podía detener lo inevitable. Lo más probable es que ahora el corazón de Mahiru fuese robado por tan increíble chica que se encontraba parada frente a él. No pudo soportar la idea y antes de darse cuenta soltó la mano de Mahiru, saliendo huyendo de ese lugar.

No quería verlo, no deseaba aceptarlo, ver a Mahiru ser tomado por alguien más es lo peor que podía presenciar. No supo cuánto corrió, solo lo hizo para alejarse de aquello de lo que no podría escapar. Solo se detuvo cuando sintió una mano detenerlo, al girarse pudo encontrarse con los ojos oscuros de Mahiru, lo había seguido. En vez de quedarse con Carol y aumentar su afecto, lo había seguido a él, se notaba por lo agitado que se encontraba y la expresión que le mostraba.

-¿Qué ha sucedido?

No se le ocurrió una excusa, ya que no deseaba darla.

-Yo… -dijo desviando la mirada -. Solo me he sentido algo mal, por eso me he ido… Pero tú puedes volver, sería malo que un rey deje la fiesta temprano.

Hikari trato de que Mahiru lo soltara, pero este lo único que hizo fue reforzar el agarre, antes de usarlo de apoyó para atraer a su compañero hacia su cuerpo, dándole un abrazo.

-Nada será más importante que tú.

Una parte se sentía dichosa y otra culpable.

Ambas debatían en su interior, entrando en conflicto, terminando por ganar aquella parte de él que admitía el afecto que tenía hacía ese chico. Correspondió al abrazo, quedándose un rato entre aquellos brazos que le sostenían con firmeza. Duraron así un rato, hasta que Hikari se separó un poco para poder mirar directamente a esos ojos que había aprendido a amar.

-Yo… ¡Quiero ser tuyo!

Nada más fue dicho, eso bastaba para que el otro entendiera lo que quería.

Mahiru se separó solo un poco, lo suficiente para tomar esos labios antes de comenzar a caminar en dirección a la habitación. Al momento en que entraban en aquel cuarto, la decencia se perdía por completo y ambos se dejaban dominar por el deseo. El placer dominaba sus cuerpos y a través de las acciones dejaban palpado lo que su corazón anhelaba con fuerza.

Ambos se entregaban por completo a su compañero.

.

.

.

Hikari se despertó cuando el sol de la mañana dio contra su cara.

Luego de haber abandonado la fiesta, estuvieran toda la noche en aquella habitación donde se entregaron una y otra vez, las marcas sobre su cuerpo señalaban lo sucedido. Hikari se levantó de la cama, para cerrar mejor las cortinas que colaban la luz, lo hizo principalmente porque pudo notar a Mahiru aun dormido, no quería que algo interrumpiera su sueño. Él tenía muchas cosas las cuales pensar, por eso mismo se vistió y decidió dar un paseo para despejar su mente un poco.

El siguiente evento no se daría sino hasta el día siguiente, así que en ese podía descansar con tranquilidad, luego de ese evento, venía el de la caza, que se trataba del principal de toda esa festividad. Aunque Hikari no se encontraba pensando en el cronograma que tendría que seguir debido a ser el consorte real, tenía mejores cosas en que pensar que el ser sociable. Caminó por aquellos pasillos, los cuales se encontraban desolados, quizás uno que otro sirviente, al parecer todavía seguía siendo temprano.

Estaba haciendo algo de frío, porque podía observar su propio aliento, realmente que esa caminata estaba siendo bastante relajante, por lo menos eso fue al principio, pero cuando sus ojos pudieron encontrarse con un adorno extravagante, toda la calma se perdió de golpe. Delante de él a solo unos pasos, pudo presenciar a la heroína de esa historial, tan elegante y hermosa como la novela la describió, con un brillo que hacía que no pudieran apartar la mirada de ella.

Carol con elegancia se acercó a él e hizo su respectiva reverencia.

-Un placer saludarlo… -dijo la chica con una pausa -. Al usurpador.

Aquello hizo que un frío recorriera su cuerpo, porque le recordó que precisamente eso es lo que estaba siendo en la historia. Él no debía estar ahí, no podía desear tal cosa… Su lugar siempre sería permanecer en las sombras. No podía evitar sentirse de esa forma debido al conflicto que batallaba en su interior. Retrocedió un paso como respuesta a aquel saludo.

» ¿Acaso sucede algo malo?

Ver la expresión tierna de Carol solo lo hacía sentir mal, porque aun a pesar de ser él un usurpador, la chica lo trataba amablemente.

-No…No es nada, no te preocupes.

-Es bueno oír eso.

La sincera sonrisa de Carol lo ponía nervioso.

Que se le quedara mirando solo le hizo sentir mal, como si le estuviera juzgando con sus inocentes ojos, no podía soportar que esos ojos color miel lo miraran directamente. A diferencia de una belleza como Carol, inocente y querida por todos, él no llenaba esos zapatos y sentía  como si la mirada ajena se lo estuviera recordando.

» ¿De verdad se encuentra bien?

Tensó sus hombros al oír el dulce tono de voz de Carol, no podía evitar sentir como dagas atravesaban su pecho cada vez que la oía preocuparse. Hikari retrocedió, pero no pudo escapar en esta ocasión, para cuando se vino a dar cuenta, Carol se encontraba cerca de él, sosteniendo sus hombros. Su expresión mostraba preocupación lo cual hacía sentir más culpable a Hikari.

» Aunque un usurpador como tu debería solo desaparecer.

Antes había creído que fue su imaginación el que Carol le llamara de esa forma, pero cuando estuvo cerca de él, escuchó aquel comentario mal intencionado. Hikari estaba sorprendido del hecho de que Carol le estuviera diciendo eso, fue algo bueno que no pudiera ver su rostro. Sin poder evitarlo, apartó a la chica quizás con demasiada fuerza, porque cayó al suelo.

-Ah…yo…

-¡Que cruel! –se quejó Carol con un sollozo -. Yo solo intentaba ser amable.

La cosa comenzó a empeorar cuando notó que estaban siendo observados por un par de sirvientes. A ojos ajenos, se veía como si él hubiese empujado a la chica que solo trataba de ser amable con él, quizás la cosa era así, pero Hikari sentía una ligera diferencia. No supo qué hacer, más aun cuando unos sirvientes saltaron a auxiliar a la pobre de Carol, allí estaba, el efecto Carol. Hikari sabía que nadie podía resistirse a auxiliar a una pobre chica, así que sin importar lo que hiciera, todos lo verían como el malo de la historia.

Más que los sirvientes que le dedicaron una mala mirada por tratar mal a una pobre joven, Hikari pensó en la posibilidad de que la persona que llegara a verlo como el malo fuese Mahiru. Si Mahiru llegaba a señalarlo a él o dudar de lo que le dijera, no creía poder soportarlo. Con eso se daba cuenta el valor que tomaba en su interior Mahiru, este se había convertido en alguien importante, al punto en que se convirtió en su propia debilidad. Carol se marchó junto con los otros sirvientes que la ayudaron, quedando Hikari solo en el pasillo, por lo menos eso fue lo que creyó.

-Pobre Hikari.

La oscuridad que estaba tomando control de su cuerpo se volvió más palpable con la presencia de su padre.

-¿Qué…?

Se iba a quejar y apartar a su padre quien le había rodeado con sus brazos, pero el siguiente comentario de su padre hizo que no lo alejara.

-Te has vuelto débil –señaló -. Si hubiese sabido que te volverías patético al irte, jamás fuese permitido que te alejaran de mí.

¿Débil? ¿Se había vuelto débil?

Él no lo creía así. Sin necesidad de que lo dijera en voz alta, su padre parecía leer lo que estaba cruzando su mente. Se inclinó hacia él un poco más para darle una respuesta.

» Que te preocupes porque alguien más te pueda odiar… Eso te hace débil.

Desde que Hikari recordaba, todo lo que planificaba estaba fríamente calculado, impidiéndole el paso a cualquier sentimiento que pudiera sentir, entonces… ¿En qué punto dejó de pensar de esa manera?

» Te fuiste de mi lado y ahora has mostrado debilidad…

Sintió la mano de su padre en su mentón, sosteniéndolo con firmeza.

» Déjame hacerte recordar que este mundo es un infierno.

No escuchó más nada luego de eso y simplemente siguió a su padre, aunque más bien el mayor lo arrastró a un cierto lugar. Después de eso no fue consciente de nada. Su mente había llegado a su límite de lo que podía soportar, muchas cosas chocaron causando un desastre en su interior.

Tanta belleza había hecho que olvidara lo roto que en realidad estaba.

.

.

.

La expresión que tenía en ese momento Mahiru mostraba su enojo.

No podía creer lo que estaba escuchando en ese preciso momento. Hikari no solo se había perdido por un día entero, haciendo que tuviera que asistir solo al segundo evento de esa celebración, sino que le soltaba algo como aquello. Tenía que respirar hondo para poder tratar de entender el motivo por el que el otro le estaba diciendo eso. Además, en aquel evento al que tuvo que asistir sola, estuvo una mujer molesta que todo el tiempo trato de tomarle del brazo o llamar su atención, interrumpiendo cada una de las pocas conversaciones que tuvo.

-Por favor repite lo que acabas de decir.

Quiso certificar lo que había escuchado, porque no se lo creía. Hikari tomó la taza de té que sostenía, para darle un sorbo a esta.

-Nuestro trato ha llegado a su fin, así que quiero el divorcio.

Ahí estaba de nuevo, aquello que no podía creer, aunque el asunto se debía más a que no deseaba creerlo. Hikari no le estaba diciendo ese tipo de cosas después de todo lo que habían vivido. Recordaba que acordaron estar casados solo dos años, pero llego a pensar que esa cláusula quedaría anulada luego de que ambos decidieron cruzar ese límite que estaba presente entre ambos.

-Recuerdo eso, pero yo creí…

Trato de buscar una respuesta, pero el otro no lo miraba.

-Yo, finalmente he obtenido lo que quería, así que no tiene sentido continuar con esta falsa.

Se sentía herido de que Hikari llamara a lo que había entre los dos una falsa, los sentimientos que tenía definitivamente no se trataban de una simple ilusión, él los podían sentir y creyó que el otro también.

-¿Una falsa?

-Sí –dijo en tono seco -. Yo solo me case contigo para escapar de mi familia, he logrado mi objetivo, ahora lo que queda es divorciarme de ti para poder ser libre.

Hikari trato de mostrarse lo más sereno que pudo, más aun cuando escuchó como el otro golpeo la mesa con brusquedad, casi rompiendo la taza que sostenía.

-¿Libre? Así que todo este tiempo he sido unos grilletes para ti…

Aunque quiso sonar enojado, se encontraba más dolido, Hikari no fue el único que convirtió al otro en su propia debilidad. Hikari de verdad que estaba poniendo de todas sus fuerzas para no alterarse en ese preciso momento, porque lo que más quería al ver la expresión de Mahiru era lanzarse a sus brazos.

-Sí, por eso te pido que firmes los papeles del divorcio.

-¡Hikari!

Al momento en que Mahiru se acercó a Hikari para poder tener una explicación, este se apartó sin siquiera permitirle algo más, con esa reacción hizo retroceder a Mahiru. En todos esos años que estuvieron juntos, Hikari jamás retrocedió a algo que hiciera Mahiru, por muy enojado e irritado que pudiera estar. Mahiru no supo qué fue lo que le impacto más, si la reacción ajena o haber notado un par de vendajes ocultos entre su ropa. Él no le había hecho nada a Hikari, entonces… ¿Por qué tenía vendas?

Mahiru volvió a golpear la mesa, pero esta vez con su puño cerrado.

» Si crees que dejaré que te largues tan fácil estas equivocado –comento Mahiru -. Tendrás que matarme para obtener el divorcio.

Hikari se sorprendió por las palabras ajenas.

-¡¿Qué demonios?! ¿¡Qué te cuesta firma un simple papel!?

Él estaba haciendo todo eso por su bien, entonces… ¿Por qué reaccionaba de esa forma?

-¡No es un simple papel!

-¡Claro que sí!

Por lo menos de eso se trataba de convencer Hikari.

-Entonces demuéstralo… -dijo Mahiru en tono bajo -. Demuestra que es un simple papel.

No llegó a entender las palabras ajenas hasta que fue tomado de la muñeca y arrastrado hasta la cama. Cuando fue tirado sobre esta y Mahiru estuvo encima, no pudo evitar pasar saliva, sabía que no iba a poder resistirse si Mahiru hacia algo como eso y no deseaba que se diera cuenta sobre los moretones en su cuerpo.

» Resístete entonces.

No tuvo momento para quejarse, porque Mahiru atrapó sus labios.

Sentir el toque ajeno evidentemente provocaría una reacción, porque por mucho que tratara de convencerse de lo contrario, su cuerpo le pertenecía por completo a Mahiru. Su reacción natural iba a ser corresponder a aquel gesto llevando sus manos a su compañero, dándole el permiso para poder continuar. Tuvo que poner toda su voluntad para no hacerlo.

-Es solo un papel.

Fue lo que Hikari dijo al momento en que el beso terminó.

Hikari pudo apreciar la sonrisa de Mahiru, pero esta no denotaba felicidad, podía apreciar con aquella expresión lo mucho que estaba lastimando al otro hombre. Tuvo que morder su labio para impedir que se dejara llevar por el impulso, no podía permitirse retroceder a esas alturas.

-Entiendo –dijo con una pausa para separarse -. Dame un tiempo para pensarlo.

Mahiru no agrego más nada y terminó dejando la habitación, quedándose completamente solo. No se movió de su lugar, solo se quedó allí sentado mirando la puerta por la que se marchó Mahiru.

-Es solo un papel, es solo un papel… -repitió varias veces hasta que la vista se le nublo y un par de lágrimas se le escaparon -. ¡No es solo un papel!

Hikari llevó ambas manos a su rostro para cubrirlo un poco al momento en que dejó escapar la verdad que talaba en su corazón. Había mentido por completo, para él su matrimonio no significaba solo un papel.

» ¡Yo te amo! ¡Te adoro! ¡Te amo tanto que me quemo por dentro!

Palabras que finalmente se atrevía a decir en voz alta y que sentía desde hace muchísimo tiempo atrás. Él amaba a Mahiru y a esas alturas ya no podía negarlo, por eso mismo es que quería que él fuese feliz y al no pertenecer a la novela, él mejor que nadie sabía que su felicidad solo podía estar con Carol.

Por mucho que lo destrozara por dentro, tenía que apartarse del camino.

.

.

.

Después de dejar la habitación, Mahiru camino por los pasillos por un rato.

No le dirigió la palabra a nadie, ni les prestó atención, sentía que si lo hacía, solo arremetería contra ellos. La verdad es que no deseaba un problema innecesario, más del que ya tenía encima con el hecho de que su esposo le estuviera pidiendo el divorcio. Aunque eso le preocupaba, se encontraba más enfrascado en el motivo del por qué Hikari llevaban vendas, eso solo le hacía pensar que alguien lo golpeo y eso le enojaba porque no había podido proteger a la persona que más le importaba.

Se encontraba irritado al punto de que quería arrancarle todas las extremidades a la persona que se atrevió a golpear a Hikari. Por eso mismo no quería hablar con nadie, aun así, terminó chocando con alguien, cuando se vino a dar cuenta, su irritación incremento, porque se trataba de esa chica molesta de antes. Carol se mostraba emocionada al encontrarse con Mahiru y aunque espero que este la ayudara a levantarse, no lo hizo, Carol decidió no prestar atención a ese hecho y se levantó por su cuenta.

-Es un honor poder encontrarlo.

La mujer soltó al hacer la reverencia. Mahiru solo quería largarse de ahí.

Sin dar una respuesta se giró dispuesto a irse de aquel lugar, pero antes de poder hacerlo, fue detenido por la chica quien lo tomó del brazo. Le aterraba el hecho de que sus encuentros con aquella chica se estaban dando demasiado. ¿Por qué parecía que se la encontraba a cada lado que iba?

Se soltó del agarre de un solo manotazo.

-Disculpe, pero estoy ocupado.

-¡Si...! –inició la chica para tener su atención -. Si tiene algún problema, puedo ayudarle. Por lo menos puedo escucharlo.

Se mostró dulce y encantadora, teniendo una sonrisa en su rostro. Eso solo tuvo el efecto contrario, Mahiru sintió asco de la amabilidad ajena, tal vez porque había visto un verdadero gesto de bondad es que repudiaba aquel, porque algo dentro de él le gritaba que todo eso apestaba a falsedad. Mahiru se cruzó de brazos, con su porte elegante.

-Gracias… -dijo ilusionando a la chica -. Pero no necesito de su ayuda.

El tono frío que uso al decir aquello, hizo que la chica tensara sus hombros. Ciertamente Mahiru había dejado de actuar de forma tirana, pero no por eso significaba que el hombre dejase de ser cruel. Vio a la chica bajar la mirada y creyó que había entendido, así inició su partida.

-Todo es su culpa…

Mahiru se detuvo cuando escuchó un murmuro de parte de la chica.

» ¡Todo es su culpa! –dijo más alto mirando a Mahiru -. Mahiru debe amarme es a mí… ¡Yo soy la que te dará verdadera felicidad!

A ojos de Mahiru, aquella chica estaba loca, le faltaba un tornillo, por eso mismo es que decidió ignorar por completo lo que estaba gritando. No agrego más nada y se largó de aquel sitió, dejando abandonada a la joven. Le podía interesar poco lo que quisiera aquella desconocida, él solo tenía cabeza para preocuparse por una sola persona, aun cuando esta parecía no querer permanecer a su lado.

La otra persona que interrumpió su paseo para despejar su mente fue Harusaku.

-Parece que las cosas no van bien.

Mahiru se detuvo de golpe ante semejante comentario, encontrándose con la mirada del hermano mayor de su esposo. No pudo evitar fruncir el ceño al verlo, ese chico desde el primer momento le desagrado.

-¿Acaso es de su interés lo que pase en mi vida?

El tono de ironía se podía sentir en la distancia.

-Que salgas a la defensiva solo demuestra que si tienes dificultades.

Harusaku se cruzó de brazos, con ese aire prepotente. Mahiru tuvo ganas de golpearlo, pero se contuvo por el bien de su esposo y reputación, Hikari le había dicho en más de una ocasión que no podía descontrolarse todo el tiempo, que por el bien de su pueblo tenía que pensar con la mente en frío.

-Agradezco su interés, pero no es necesario.

Trato de sonar lo más amable posible.

Al no tener una respuesta inmediata, había tomado la decisión de continuar con lo suyo, pero antes de poder partir, fue detenido por la mano en el hombro del otro chico.

-Es mejor que te cuides, sobre todo de las mentiras de Hikari.

Cuando terminó de decir lo que quiso, Harusaku se fue sin agregar más nada. Mahiru se quedó ahí parado sin creerse lo que acababa de escuchar. Todos parecían dar a entender como si Hikari fuese el malo de la historia y Mahiru trataba de comprender el motivo de que las cosas se estuvieran torciendo de tal manera. No negaba que el chico tenía su lado cruel, pero él mejor que nadie sabía que Hikari tendía a ser amable con aquellos a los que le tendía su mano. A pesar de haber sido malo con los sirvientes, ese escenario jamás se volvió a repetir, en realidad Hikari cuidaba muy bien a las personas que tomaba bajo su ala.

Estaba confundido y se preguntaba si debido a todo eso es que Hikari quería apartarse de su lado. ¿Lo estaba haciendo por su bien? Porque Mahiru también era consciente de que Hikari solo hacia cosas exageradas cuando se quedaba sin opciones para escoger, teniendo que tomar las peores. Si Hikari se estaba apartando porque creía que eso estaba siendo lo mejor, entonces a él no le quedaba más opción que demostrarle lo contrario, no dejaría que Hikari se fuese de su lado.

Porque lo amaba, desde hace mucho tiempo que lo hacía.

Ese hombre lo traía loco, lo suficiente para cometer cualquier locura.

Notas finales:

¡Espero lo hayan disfrutado!

En el siguiente capítulo se hablara un poco sobre Harusaku... 

¿Qué sucedera? ¡Esperen el siguiente capítulo! <3

Nos vemos~ 


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