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¡CAMBIARÉ EL DESTINO DEL VILLANO! por ami4alice

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Notas del capitulo:

Adivinen quién trae dos capítulos seguidos... ¡Esta servidora! 

Espero lo disfruten.

Después de aquella reunión secreta entre Carol y el tío de Mahiru, la chica se pudo en marcha para llevar a cabo su plan de salvar a Mahiru de las garras de aquel vil ser que le había quitado todo lo que le pertenecía. Así, Carol empezó a acosar a Mahiru en varias ocasiones y con ayuda del tío del otro chico, lograba colarse en el palacio, aunque todo terminaba cuando unos guardas la despachaban, pero la chica siguió volviendo sin detenerse. Estaba decidida a que recuperaría a Mahiru y salvar a todos como la heroína que ella se supone debía ser. En su cabeza todo ese mundo de fantasía cuadraba perfectamente haciéndolo el mejor plan.

De nuevo ese día había entrado al palacio y mientras caminaba por aquellos pasillos buscaba a Mahiru, por suerte en ningún momento llegó a cruzarse con el villano. Cuando pensaba en eso, se auto confirmaba a ella que aquello era la bendición de los espíritus, ella seguía siendo la única capaz de satisfacer el amor de todos los demás. En una de esas mientras iba caminando logro divisar a Mahiru, no dudando en ir detrás de él como ya repetidas veces lo había hecho.

-¡Mahiro…!

La chica dejó escapar aquello con un tono meloso.

Sin importar lo que hiciera, Mahiru tenía la misma reacción de apartarse cuando la chica trataba de agarrar su brazo. Estaba cansado de tener que constantemente sacar del palacio a esa molesta chica que estaba comenzando a irritarlo, si no fuese porque no deseaba caer en viejas costumbres, ya hubiese arremetido contra ella.

-Te lo he repetido una y otra vez, deja de aparecer. No sé quién eres y tampoco me interesa.

Carol atribuía ese tipo de respuesta de parte del chico a que aún se encontraba bajo el hechizo de aquel despreciable hombre.

-Está bien… Sé que solo estas actuando frío debido a que estas en un hechizo, pero sin importar lo que pase, yo seguiré amándote.

La chica soltó sus palabras con orgullo. Mahiru solo suspiro con pesadez, pensando en una manera pacífica para sacar de su vida a aquella molesta chica. Mientras pensaba y caminaba para alejarse de la chica, se encontraron en mitad del camino a la princesa, tal parecía que iba a tener su hora del té.

» ¡Princesa!

Carol no dudo en ir a donde la pequeña para abrazarse a ella, pero esta tuvo la misma reacción que su hermano de apartarse. No entendía el motivo de que aquella chica la tratara tan familiarmente si no se conocían. Las dos mujeres cruzaron miradas, antes de que Carol dejara escapar una leve risa, llevando una mano a la cabeza de la princesa y dando leves palmadas.

» Comprendo, no tienes que ser tímida… Yo aceptaré tu amor con gusto.

Sin importar lo que los demás hacían, Carol se inventaba excusas para justificar que la trataran de manera fría. La princesa miró completamente confundida la acción ajena, antes de dirigir su mirada a su hermano mayor.

-Hermano –la princesa se apartó para ir junto a su hermano -. ¿Tienes mucho trabajo?

-Bueno, más o menos, ¿por qué?

-Oh… Que mal, pensaba invitarte a tener una merienda conmigo… pero no deseo importunar en tu trabajo.

Carol se dio cuenta que los otros dos comenzaron a conversar, ignorándola por completo, como si ella no estuviera junto a ellos. Eso le enojo, pero respiro hondo para no perder los estribos, tenía que concentrarse en su objetivo. Caminó hacia los otros dos, metiéndose en medio como estaba acostumbrada a esas alturas.

-¡Deberías tomar un descanso Mahiru! –comento Carol -. Seguramente el trabajo puede esperar, nada le pasara al pueblo por no atender tus deberes por un día.

Mahiru frunció el ceño, se notaba bastante molesto, pero apaciguó su expresión. Esa molesta chica desconocía lo que antes sucedió, que por descuidar su trabajo su pueblo había estado sufriendo, él se prometió no repetir lo mismo, por eso se esforzaba tanto en el trabajo, pero una extraña no podría saber sobre ello.

-Yo… -dijo para mirar a su hermana -. Lo siento Luly, será en otra ocasión.

-¡No puede ser! –la que contesto fue Carol -. Bueno, supongo que nos tocara solo a nosotras divertirnos.

La princesa miró a Carol confundida, ella no recordaba haber invitado a su merienda a esa extraña. Más incómoda se sintió cuando la joven la abrazó como si fuesen amigas de toda la vida, para la princesa que sufrió hace un par de años de acoso, lo que estaba haciendo Carol le traía malos recuerdos, porque de cierta forma la princesa terminó por tener miedo de los desconocidos. Tristemente, Mahiru tomó esa oportunidad para poder irse a terminar su trabajo, el cual se había visto interrumpido por las repentinas apariciones de la chica.

-B-bueno… ¿Seguimos con la merienda?

Antes de irse, Luly pudo ver como su hermano se disculpaba y con un gesto le suplicaba que mantuviera ocupada a la molestia. Lo que la princesa no se espero es que Carol la dejara por completo de lado, en realidad, casi se cae al suelo, fue gracias a la mesa que no terminó en el suelo. Carol recordaba que la princesa moría, así que en su retorcida mente, no tenía sentido ganarse a una persona que iba a morir pronto, lo que Carol no recordaba es que ese suceso se debió dar en el pasado y no en el tiempo actual.

» ¿Q-qué?

Aquello le sorprendió. Al ver la clase de reacción que tuvo la chica, Carol se acercó a ella, al ser más alta, por supuesto que terminó intimidando a la princesa, porque le recordaba a aquella sirvienta que le hizo la vida imposible, ya que también la miró de esa misma forma que la estaba viendo la desconocida.

-Lo siento, pero no tiene sentido ganarme a alguien que morirá pronto.

-¿Qué? ¡Yo no…!

Al momento en que trato de defenderse, la princesa recibió una fuerte cachetada que la dejó fuera de base. Desde que había despertado con ayuda de Hikari, nadie se había atrevido a lastimarla así como esa chica lo estaba haciendo, tal vez eso le hizo olvidar lo cruel que podía ser el mundo.

-Por favor cállate… Eres molesta.

Luly miraba a Carol sin creerse lo que estaba escuchando y con una mano en la mejilla afectada.

Por mucho que su hermano le pidió mantenerla ocupada, Luly se sintió aliviada de que se largara luego de decir todo lo que quiso, lo menos que deseaba es estar al lado de esa clase de persona. Ni siquiera porque se trataba de la hermana pequeña del chico al que andaba molestando con su acoso la había tratado bien, tal parecía que esa mujer no entendía un punto tan importante como ese.

-¡Princesa!

Una sirvienta regresaba con un carrito de aperitivos, notando el estado de la princesa. Se acercó a ella para poder apreciar que tenía una de sus mejillas rojas, de inmediato la ayudo a sentarse.

» Iré por el médico…

-No –dijo deteniendo la partida de la sirvienta -. Estaré bien, no puedo seguir siendo una molestia para todo, además, esto no es nada.

La sirvienta se estremeció al ver la manera en que estaba reaccionando esa joven. Asintió con la cabeza, antes de tomar una de sus manos luego de haberse arrodillado.

-Entonces, como mínimo permítame tratarla.

La princesa asintió con la cabeza a la petición de la sirvienta. Desde que esa mujer se había vuelto la sirvienta personal de la princesa, le había tomado cariño y confianza, la mujer se lo gano a través de sus acciones. Esa sirvienta velaba todo el tiempo por el bienestar de la princesa sin importar lo que tuviera que enfrentarse y no es extraño, si se trataba de una ex mercenaria quién no pudo evitar volverse devota a esa hermosa dama. A ojos de la sirvienta, la princesa sería su única señora a la que serviría.

Por otra parte, Carol siguió su camino por los pasillos, pero se detuvo de golpe y se ocultó en una de las columnas cuando escuchó una voz familiar. No muy lejos de donde ella se encontraba oculta pudo presenciar a sus primas, quienes descansaban en una banca, acompañadas de unos chicos los cuales no conocía para nada. Al que sí llego a reconocer fue a Hikari, quien llego a los minutos al grupo que ella observaba.

-¡Hikari!

Saludaban las chicas animadas.

-Hola a las dos... ¿Cómo han estado? ¿Han estado cómodas?

Carol se quedó un minuto paralizada, porque no entendía lo que estaba pasando en aquel pequeño grupo.

-Sí, muchas gracias por permitirnos quedarnos en el palacio.

Jessy fue la que agradeció, siendo apoyada por Minsy. Carol no podía creer lo que escuchaba, mientras ella tenía que quedarse en una pocilga, las otras dos disfrutaban de los lujos del palacio. En serio que esas chicas estaban comenzando a forma parte de las personas que más despreciaba, porque tal parecía que también buscaban quitarle aquello que solo podía tener ella.

-¿Lograron comunicarse con su familia?

-De hecho de eso estábamos hablando –dijo Louis -. Sobre que sus familias le han dado una respuesta.

-Ellos esperan nuestro regreso, pero…

Las chicas se quedaron un momento en silencio.

-¿Pero qué?

Hikari preguntó mirando a las chicas, ambas se miraron un momento, esta vez fue Minsy la que contesto.

-A pesar de todo… No quisiéramos irnos sin Carol…

Entendía los sentimientos de las chicas, así que solo suspiro, esperando que todo saliera bien para ellas.

-Comprendo, espero que todo se pueda dar como ustedes desean.

Carol decidió dejar de escuchar aquella ridícula conversación, principalmente porque en su cabeza aquello lo veía como si sus primas se hubiesen aliado con el enemigo. Todo el tiempo supuso que ellas no serían buenas, pero jamás creyó que de verdad se fuesen a poner del lado equivocado. Las cosas no se quedarían así, ella se los haría entender por las malas, cuando liberara a todos de ese hechizo y se dieran cuenta que solo a ella podía amar y prestar atención.

La chica estaba decidida a cumplir con eso.

.

.

.

Todo parecía ir bien aparentemente.

Su relación con Mahiru había dado un paso más hacia adelante, de manera lenta estaban avanzando, pero lo estaban haciendo y podía sentirse satisfecho por como andaban las cosas en ese preciso momento. Tal vez sentirse así le hizo relajarse, bajando un poco la guardia y es que Hikari tenía el presentimiento de que Carol no iba a lograr afectarle demasiado, ya que solo se trataba de una chica. Nadie la apoyaba y aunque le daba un poco de lastima, fue ella misma la quien provoco que las cosas se dieran de esa forma. Ella había alejado a todos con su comportamiento.

-No te distraigas de lo importante.

Al escuchar eso se giró, sintiendo la mano de su esposo antes de que le robara un beso. Hikari se avergonzó por el atrevimiento del otro, pero no lo apartó ni un poco.

-Eres un tramposo.

-A estas alturas deberías estar consciente de ese hecho.

Hikari le pegó en la cara a sus esposo con los papeles que tenía en su mano, aunque más que pegar, lo que hizo fue acercarle los documentos. Ciertamente con el tiempo Hikari se había dado cuenta de que ese hombre era un tramposo para ciertas cosas, por ejemplo, hacerle pagar por haberle pedido el divorcio hace tiempo atrás.

-Será mejor regresar al trabajo.

Mahiru hizo una expresión de cansancio, llevaba un buen tiempo encerrado, tanto que a Hikari le había tocado tener que visitarlo en su despacho para tener sus meriendas, últimamente se veían solo en las noches cuando se iban a dormir. Hikari llegó a darse cuenta que Mahiru estaba cansado por el exceso de trabajo que tenía, así que se acercó más a este que estaba sentado a su lado y se recostó un poco de su cuerpo.

» Si terminas tu trabajo a tiempo… Puedo darte una recompensa.

-¿Una recompensa?

Mahiru tomaba la mano ajena, que también busco la otra para entrelazarse.

-Sí, sí, una recompensa.

Hikari uso el mismo tono en que el otro pronunció aquella palabra, viendo como el otro besaba su mano, luego paso a sus labios, terminando por separarse debido a que se levantó del asiento para ir al escritorio.

-Espero que estés preparado para cumplir con tu palabra…

No pudo evitar dejar escapar una risa ante la “amenaza” de parte de su esposo al decir aquello. Decidió hacerle esperar por una respuesta, inclinándose a tomar la taza del té que se encontraba servido.

-Ya vere…

El sonido que produjo la taza al caerse hizo que Mahiru se volteara, dándose cuenta de un hecho que le causo un cierto pavor. Hikari había desaparecido de la nada, sin siquiera esperárselo. Hace un momento estuvo ahí sentado, pero cuando Mahiru se acercó al sofá, solo pudo ver la taza tirada al haber sido soltada de una gran altura.

-¡Guardias!

Sin dudarlo salió de su despacho, no dudando en iniciar la búsqueda de su esposo.

Por otro lado, Hikari se preguntaba el motivo de que pudiera ver el azul del cielo, que él recordaba se encontraba en el despacho junto a Mahiru, pero repentinamente sintió una agitación y para cuando se vino a dar cuenta, estaba mirando el cielo azul encima de él.

-¿Excelencia?

Hikari se giró para ver a una de las chicas del pueblo.

-¿En qué momento ha llegado?

Un hombre que acompañaba a la mujer pregunto aquello, ni él mismo tenia una respuesta sobre ello.

-La verdad… No lo sé.

Todos lo miraron confundidos, aun así, Hikari no tenía una respuesta para lo que acababa de suceder. De pronto se teletransportó a otro sitio sin siquiera darse cuenta, mientras trataba de hallar una respuesta, una idea le vino a su cabeza… ¿Y si ese suceso fue causado por la misma novela que trataba de volver a la historia original?

Aquel pensamiento le aterro, porque significaba algo que él no quería enfrentarse. Si él estaba desapareciendo debido a que era una alteración de la novela original, eso solo podía significarse una cosa, que si continuaba así, iba a desaparecer por completo. Luego de que finalmente aceptó todo lo que estaba pasando y fue egoísta al quedarse con Mahiru, pasaba ese tipo de cosas que le recordaba que el mundo en realidad era despiadado. Después de tanto  tiempo y que llegara a pasar eso, provocaba que Hikari no pudiera evitar sentirse resentido con el destino.

-Hikari…

En su camino de regreso, escuchó la voz de Natyh, hace un buen tiempo que no conversaba con la chica. Aunque continuaba siendo una niña, se veía con más edad que al comienzo.

-¿Me vienes a decir lo obvio?

La chica tensó sus hombros.

-No, no es eso…

-¿Entonces…?

Natyh guardo silencio. A pesar de que ella era un espíritu que debía ser lo suficientemente poderoso para proteger a sus bendecidos, nuevamente recordaba lo impotente que en realidad estaba siendo. Podía sentir algo extraño que amenazaba a Hikari, pero no reconocía de lo que se trataba ni podía conocer su origen. Eso le frustraba enormemente.

-Lo siento…

Hikari dejó escapar un suspiro.

Al no obtener algo claro de parte de Natyh, solo supuso lo peor. Lo triste es que en realidad Hikari se equivocaba, aquello no se debió a los deseos de los espíritus o la novela misma, sino a un tercero terrenal. Sus pensamientos no pudieron evitar volverse más lúgubres cuando ese tipo de situaciones se repitieron, causando que la mente de Hikari comenzara a volverse un completo desastre, tenía que conseguir una forma de evitar que siguieran pasando esas cosas, porque él se decidió a no dejar a Mahiru. Sin importar lo que tuviera que hacer, no permitiría que otros decidieran su destino.

Él había decidido quedarse con Mahiru y eso es lo que haría.

.

.

.

Después de un tiempo, sus desapariciones se hicieron menos constantes y en el fondo estuvo agradecido de que eso sucediera. Le parecía grandemente incomodo desaparecer y sentarse a esperar en qué clase de lugar volvería a aparecer. Su cabeza estaba a punto de explotar por aquella situación, lo peor de todo es que estaba preocupando a las personas que le importaban. No quería que otros anduvieran preocupados por él, así que tenía que conseguir una solución, pero él no sabía exactamente cómo enfrentarse al destino mismo.

Mientras iba caminando, se detuvo al momento en que su mirada se encontró con el tío de Mahiru. Ese hombre era uno de los pocos de los familiares que le quedaban a Mahiru que lo ayudaba con el trabajo y otras cosas. Verlo allí le recordó que aún seguía desconociendo la identidad del verdadero villano en la vida de Mahiru. Todos parecían sospechosos y a la vez tan inocentes, además, uno tras otro, se habían atravesado otras cosas a las que le tuvo que prestar atención, haciendo que dejara de lado ese asunto importante.

-¿Todo está bien?

El hombre pregunto rascando su feo bigote.

-Sí… No pasa nada.

-Pues no parece que sea así… ¿Quieres que llame a Mahiru?

Hikari negó, no deseaba importunar más de los que ya lo había hecho antes con sus desapariciones repentinas. Suspiro un poco sin poder evitarlo, las cosas estaban marchando bien, entonces… ¿Por qué de nuevo tocaban los problemas su puerta?

» De verdad no lo veo bien, eso seguramente alterara a mi sobrino, así que… ¿Qué le parece si le invito un té para relajarse?

-¿Un té?

-Sí, mi sirviente ha traído un té de otro reino que dicen sirve para el estrés… Luego de beberlo seguro se sentirá relajado.

La verdad es que Hikari pensó que si lo rechazaba estaría siendo grosero, ya que en realidad el hombre no le había hecho nada para que él lo odiara. Volvió a suspiro un poco antes de asentir con la cabeza.

-Creo que tomaré su palabra y averiguaré si ese té es de verdad relajante.

-¡Excelente! Entonces vayamos a mi despacho para beberlo.

Luego de esas palabras, ambos se dirigieron al despacho de aquel hombre. A comparación con el de Mahiru, se veía más pequeño y tenía más estanterías con diferentes libros. Se sentó en el sofá donde el hombre le indico mientras servía el té. Le pareció extraño que solo estuvieran ellos dos, pero decidió no prestarle atención a ese hecho o a las advertencias que parecía decirle su cuerpo, pero Hikari no se daba cuenta de ello.

» Verá lo mucho que le ayudara –dijo dejando una bandeja con el juego de té y unos aperitivos -. También le ofrezco algo delicioso para acompañar con el té… Seguro le encantaran.

Hikari asintió con la cabeza viendo como el hombre mayor servía el té y colocaba la taza delante de él, además de un plato con adorno y un par de galletas. Primero tomó una de las galletas, mordiéndolas, parecía que todo estaba marchando normal en ese punto.

-Ciertamente saben deliciosas.

-Me alegro que le guste –dijo el mayor solo mirando como el otro comía -. Acompáñelas con té para que libere la tensión.

Asintió con su cabeza, tomando el té, pero antes de beberlo lo soplo un poco ya que estaba algo caliente, cuando sintió que se encontraba a buena temperatura, bebió de este. Dejó escapar un largo suspiro cuando terminó de beber el té, pasando a darle otra mordida a la galleta, así continuó hasta que acabo con las galletas, dejando solo un poco de té en su taza.

-De verdad que es agradable beber este té, hace que comience a sentirme relajado.

-Eso es bueno.

-Sí… Yo…

No pudo pensar lo que estaba por decir, ya que repentinamente sintió que todo a su alrededor se veía borroso. Hikari no tuvo oportunidad de analizar lo que estaba pasando, cuando comenzó a irse de medio lado y dejar caer la taza de té que sostenía entre sus manos. El tío de Mahiru miró todo lo sucedido, mientras peinaba uno de los lados de su bigote. Hikari terminó cayendo sobre el sofá completamente inconsciente, quedando la taza tirada y un poco de té regado en el suelo.

-Ciertamente por separado no hacen nada… pero la mezcla de ambos sirve como somnífero y uno eficiente.

El hombre del bigote sonrió satisfecho, levantándose de su asiento. Cuando llegó al sofá donde se encontraba dormido Hikari, su fiel lacayo apareció entre los estantes. El mayor llevó una mano al más joven, apartando un par de sus mechones para poder ver esa cara inconsciente.

» Realmente quiero disfrutar de la expresión de mi sobrino cuando no aparezca de nuevo… Aunque tristemente no podré –dijo para girarse a su lacayo -. Llévatelo a ese lugar y recuerda, que nadie te vea.

-Entendido.

El sirviente asintió luego de haber hecho una reverencia, acercándose a donde se encontraban los otros dos y tomar al chico inconsciente entre sus brazos para llevárselo por un pasadizo secreto. El tío de Mahiru por su parte se quedó a limpiar la escena del crimen, para que no pudieran asociarlo con la desaparición del consorte real. Lo que el hombre no se esperaba es de que había sido descubierto por alguien. Minsy que de casualidad vio a Hikari y decidió seguirlo, llegó a observar todo lo que pasó en ese lugar. Pensó en ir a decirle a alguien, pero sentía que perdería la pista del lugar a donde llevarian a Hikari, así que en vez de decirle a alguien, decidió seguir al lacayo que se llevó a Hikari.

Sin que alguien lo notara, la historia comenzaba a acercarse a su clímax.

Notas finales:

¡Oh no! El tío de Mahiru ha secuestrado a Hikari... ¿Ahora qué sucederá?

Les informó también que con este capítulo, quedan solo 5 para terminar la historia.. ¡La cuenta regresiva ha iniciado!


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