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¡CAMBIARÉ EL DESTINO DEL VILLANO! por ami4alice

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Notas del capitulo:

Bueno gente, me emocioné. Así que les traído los dos últimos capítulos de esta historia.

Posdata: No puedo leer los últimos 3 reviews porque borre esos capítulos para acomodar el error que surgió. Si fuiste comentaste en esos capitulos antes de ser borrado y no es mucha molestía... ¡Por favor vuelve a comentarlo! <3

Justo cuando le iba a decir a Mahiru que lo amaba, todo se lleno de oscuridad y cuando volvió a abrir los ojos se encontraba mirando el techo de lo que parecía un hospital. Se movió para darse cuenta que se encontraba conectado a un par de aparatos que le llevo un tiempo darse cuenta que se trataba de un respiradero y cosa similares. ¿Por qué se encontraba allí? ¿Por qué justo en ese momento tenía que regresar?

Muchas cosas invadieron su mente, pero la que más le afecto fue ser consciente de que no podría volver a ver a Mahiru. Cuando finalmente encontraba un lugar al cual permanecer, todo se veía arruinado de nuevo, tal parecía que él no iba a poder encontrar su propia felicidad sin importar lo que se esforzara. Se incorporó, sintiendo como si hace mucho tiempo no se hubiese movido, aunque tampoco se sentía tan entumecido.

De repente la puerta de la habitación fue abierta y Hikari pudo ver a su vecina.

La mujer al verlo sentado y despierto, dejó caer la bolsa que traía consigo, antes de girarse y llamar al médico. De inmediato enfermeras con el doctor invadieron su habitación, haciéndole un chequeo rápido de su estado actual. Hikari presencio todo eso como si se tratara de alguien más.

-¿Se encuentra bien?

Escuchó preguntar a su vecina al médico.

-Todo parece estar en buen estado, igual le haremos un chequeo completo antes de poder darle el alta –comento antes de mirar a Hikari -. Dime, ¿qué es lo último que recuerdas?

Hikari inclinó su cabeza un poco confundido.

-Bueno, que ayudaba a una chica y luego un auto se atrevesaba… Lo siento todo es confudo.

-Entiendo… ¿Sabes que fecha nos encontramos?

-¿Eh? ¿2019?

Ante su respuesta, todos parecieron sobresaltarse. El médico suspiro, antes de acercarle el formulario que había estado llenando, al principio no entendió el motivo de hacerlo, por lo menos hasta que miró el renglón de la fecha. Ahí escrito a mano estaba marcado el año de 2021, o sea, habían pasado dos años de aquel entonces.

-Has durado dos años en coma Hikari –soltó su vecina -. No sabía realmente qué hacer si no despertabas…

Se notaba que la mujer estaba preocupada y no es de menos si estuvo pendiente de él durante esos años que estuvo en coma.

-Bien, esperaremos a mañana en la mañana para hacerle un chequeo, pero todo se encuentra bien, solo tiene que lentamente ir adaptándose.

El médico dio su indicación, levantándose del lugar donde estaba sentado, dándole el formulario a una de las enfermeras y retirándose del cuarto, las enfermeras hicieron lo mismo luego de terminar su trabajo. La que se sentó a su lado fue la vecina, quien parecía aliviada, a pesar de verla allí, Hikari aun no podía terminar de procesar todo lo que sucedía. ¿Acaso todo lo que vivió con Mahiru fue un sueño?

-¿Cómo te sientes?

La dulce voz de su vecina llegó a sus oídos, pero aun seguía sumido en sus pensamientos, no podía creerlo, en realidad no podía aceptar que todo lo que vivió fue un sueño demasiado realista. Si fuese así, entonces no le habrían dolido las heridas y demás cosas, pero viendo que se encontraba en ese cuarto de hospital, se preguntaba sobre ello.

-No lo sé… -soltó llevando sus manos a su rostro -. No entiendo nada.

Tal cual como acostumbraba, su vecina se inclinó hacia él y acarició un poco su cabeza, eso le hacia sentir reconfortante y lo calmaba bastante. Su vecina había sido para él un sustituto de madre, por eso mismo es que le tenía tanto cariño, la mujer también lo trataba como su hijo, así que en realidad el sentimiento era mutuo.

-Todo esta bien Hikari.

Y con esas simples palabras, lograba quitarle parte del peso que llevaba encima, su vecina siempre supo cómo consolarlo.

Sin poder evitarlo, Hikari tomó la mano que acariciaba su cabeza entre las suyas y apego su mejilla a aquella calida y suave mano. Aunque agradecía poder volver a ver a su vecina, deseaba haberse quedado en aquel lugar junto a Mahiru, pero se daba cuenta que se trataba de un sueño que no se haría realidad sin importar cuánto lo pidiera a los dioses. Se esforzaría todo el tiempo por recordar a la primera persona que llegó a amar desde el fondo de su corazón. Su vecina se levantó de su asiento y le regalo un abrazo.

» Las cosas mejoraran, no pierdas la fe.

Asintió con la cabeza, correspondiendo por primera vez en lo que conocía  su vecina a su abrazo. Nunca se sintió con la confianza de regresarle el cariño que siempre le dio, pero ahora si, gracias a todo lo que vivió junto a Mahiru, sentía que podía regresar el amor que le daban. Duraron un largo rato abrazados sin decir nada, por lo menos hasta que su vecina lo apartó, señalando que era momento de descansar, así que lo mando a dormir, él no puso demasiada resistencia a obedecerla.

Por esa noche dormiría sin pensar en nada.

.

.

.

Tuvo que estar intenado en el hospital por toda una semana, debido a todos los exámenes que tuvo que realizarse para certificar que todo en él se encontraba en buen estado. Luego de tanto tiempo, su cuerpo se había logrado recuperar de lo sucedido hace dos años atrás, aunque le tocó usar una silla de rueda los primeros días, ya que no estaba acostumbrado a caminar, su vecina también tuvo que ayudarlo para un par de cosas más. Moverse no se le dificultaba, sino que lo cansaba mucho, la falta de ejercicio durante esos dos años estaba pasando factura, pero sacado eso, se encuentra en perfecta condiciones.

-¡Hi-ka-ri! ¡He traido gelatina!

Como una buena madre, su vecina estuvo todo el tiempo con él.

A veces se preguntaba si esa mujer trabajaba, ya que todo el tiempo se encontraba en su habitación de hospital, trayéndole comida, libros para leer, entre otras cosas. Hikari agradeció cada uno de sus gestos, porque sentía que ella le estaba tratando de decir a través de sus gestos que se encontraba ahí para él y que seguiría siendo así durante muchos años. Una mujer encantadora, si no fuese por la diferencia de edad y de que su corazón ya tenía dueño, estaba completamente seguro que se habría enamorado de ella, porque a pesar de encontrarse en sus cincuenta años, se veía bastante conservada.

-Si me miras tanto, es incomodo.

Hikari hizo un puchero, debido a que su vecina llevaba rato solo mirándolo con una boba sonrisa.

-¿Eh? ¿Por qué?

El ligero cambio de su relación se notaba en el hecho de que Hikari ya no se apartaba cuando la mujer quería expresarle su cariño, pero comenzó a aprovecharse de eso. Sin dudar su vecina pico con un dedo su mejilla, viendo como a Hikari se le veían las mejillas como un hámster cuando comía.

-No me dejas comer…

-¡No lo puedo evitar! Te vez adorable.

La sinceridad de la mujer le avergonzaba un poco.

-Hm…

Aunque no le diera una respuesta, su vecina estaba consciente de que se encontraba apenado, porque dejó de mirarla. La mujer dejó de molestarlo y se sentó correctamente en su silla.

-¡Ah, cierto! –soltó de pronto su vecina -. Dentro de un par de días me visitara mi sobrino.

A Hikari casi se le cae un pedazo de gelatina al escuchar aquello.

-¿¡Tenías un sobrino!?

No pudo evitar exagerar su sorpresa, él siempre creyó que su vecina vivía en soledad, aunque luego de pensarlo un poco, no era posible tener ese tipo de personalidad agradable habiendo sido criada en un lugar sin amor.

-Que grosero… -se quejó con un puchero -. En realidad tengo tres.

-¡¿Tres?! Eso si que es una sorpresa…

-Sí, sí. Una linda niña de mi hermana menor y dos varones de mi hermana mayor.

-¿Eres la hija del medio?

-Sí, sí –su vecina dejó escapar una risa -. La próxima ven conmigo y te los presentare a todos.

Se sintió un poco contrariado de oír eso, pero no por ello se sintió menos feliz, la verdad es que todo el tiempo la persona que él considero como su familia fue esa mujer.

-Supongo que estará bien…

-¿Qué? ¿Qué? ¡¿Has aceptado?! ¡Sin necesidad de que te insista! ¡Mi bebé ha crecido!

Su vecina exageraba todo, pero oírla solo le causaba vergüenza, no se podía creer que una mujer mayor pudiera actuar de una forma tan infantil, a veces se preguntaba quién de los dos era el adulto de la relación.

-Ya, ya. ¡Está bien!

Hikari soltó aquello esperando detener a la mujer, puesto que lo estaba molestando por haber aceptado. Al terminar de comerse la gelatina, la mujer tomó todo y se levantó para dejarlo en la papelera. Se sentó de nuevo para ver a Hikari fijamente un poco, sus ojos negros estaban fijos en él.

-Por cierto… -dijo en tono suave -. No te lo he dicho porque no sabía cómo hacerlo, pero… El año siguiente de que paso tu accidente, tu padre fue arrestado, ahora debe estar en prisión…Tú ¿quieres ir a visitarlo?

Aquello en serio le sorprendió, pero no contesto de inmediato sino que se quedo un rato pensando sobre la pregunta que le había hecho. Una parte de él estaba contenta porque su padre fuese a prisión, luego de lo que hizo es lo mínimo que se merecía, pero no podía odiarlo por completo aun a pesar del infierno de vida que le hizo pasar. Pensando en profundidad, gracias a eso es que tuvo la fuerza para poder sobrevivir en aquel sueño que tuvo mientras permaneció en coma, así que de cierta forma le estaba agradecido.

-No –dijo a la mujer -. Él me ha dejado claro que no me ve como su hijo y yo tampoco como mi padre… Somos dos completos extraños que estuvieron compartiendo el mismo espacio.

No le dolía decir ese tipo de cosas, porque se trataba de la verdad. Todo el tiempo que estuvieron juntos ninguno de los dos se veía como familia, siempre se trataron como completos extraños, así que en realidad no tenía nada que devolverle a ese hombre. Estaba agradecido porque le dio la vida, pero a parte de eso, no deseaba nada de él. Su vecina sonrió, parecía satisfecha y alegre.

-¿Cuándo el pequeño bebé creció tanto?

-Bueno… -dijo avergonzado de que le revolviera el cabello -. Crecer y madurar son cosas inevitables.

La mujer rió un poco junto a Hikari, antes de apartar su mano.

-Entonces supongo que podemos hablar sobre lo que harás a partir de ahora…

Ella tenía razón, había muchas cosas las cuales decidir en cuanto a su vida.

El tiempo seguiría avanzando sin importar lo mucho que quisiera volver a aquel lugar y mientras más pasaban las horas, se alejaba de su mente esa posibilidad de volver. Lo curioso es que desde que despertó como aquel Hikari, él nunca tuvo el deseo de volver. Inconscientemente había decidido vivir en ese lugar, tal vez por eso terminó volviendo.

Los azares del destino eran demasiado confusos.

.

.

.

Los días pasaron y pronto se le permitió tener su alta. Dentro de dos días podía salir del hospital.

-¡Hikari! –su vecina saludaba como siempre -. Alguien ha venido a verte.

-¿Alguien?

Que recordaba no tenía una relación cercana con alguien más que esa mujer que todo el tiempo lo estuvo acompañado, así que la miró con confusión. Su vecina se apartó un poco para dejar ver a una chica posiblemente cercano a su edad. La miró un poco, antes de que luego de un rato pudiera ubicarla. ¡Se trataba de la chica que escribió la novela!

-Lamento haber venido sin invitación… -indicó la chica desde la puerta -. Pero había algo que tenía que decirte ahora que despertaste…

La chica jugo con sus dedos en gesto de timidez, se veía completamente diferente a aquella noche en que se conocieron. Luego de un rato donde solo estuvo en silencio, la chica hizo una reverencia.

» ¡Yo en verdad lo lamento mucho! Por mi culpa sucedió todo esto…

Al verla, Hikari se pregunto por cuánto tiempo la chica se estuvo torturando por lo que paso ese día en que se volvió loca, aun tenía en su costado la cicatriz de la apuñalada que le dio, pero no podía resentir a esa chica. Ella fue otra victima en la historia.

-Ah… Bueno… Eso…

-Te viste involucrado y sufriste por todo lo que hice… -comento la chica levantándose  -. Yo he estado reflexionando sobre todo lo que sucedió esa noche… Y estoy agradecido contigo.

-¿Agradecida?

La chica asintió con la cabeza.

-Ese día, tu me salvaste, porque lo hiciste puedo estar parada frente a ti…

-Ella es la que ha pagado tu estadia en el hospital.

-¿Qué?

Hasta ahora se daba cuenta de ese hecho sobre los gastos del hospital, había creído que los costeo su vecina, pero al oírla decir eso y ver la reacción de la chica pudo darse cuenta de toda la verdad. Todo ese tiempo que estuvo en coma la chica pago sus gastos de hospital, seguramente le había sido difícil, pero suponía que fue su forma de recompensar lo que hizo. Suspiro un poco antes de mirar a la chica.

-¡Ah! No es necesario que me lo devuelvas, es lo mínimo que pude hacer luego de lo que hice… -dijo ella y Hikari no insistió -. Yo solo vine a agradecerte… Por ese día.

-Esta bien, entonces quedamos a mano de lo de ese día.

La chica se sobresalto cuando Hikari dirigió su mano en su dirección, pero al darse cuenta que solo deseaba estrecharla, correspondió al gesto.

-¡Sí!

Los tres hablaron por un largo rato, hasta que llegó la noche y Hikari se quedó dormido. Al momento en que salieron del cuarto para dejar descansar al otro chico, el ambiente entre las dos mujeres cambió un poco.

-Realmente eres problemática, hermana fuego.

La chica detuvo su partida para girarse a ver a la mayor.

-No creo que tanto como tu, hermana luz.

La vecina se encogio de hombros ante aquellas palabras, mirando la puerta de la habitación donde se encontraba Hikari.

-Bueno, no lo puedo evitar… -dijo la vecina -. Más aun cuando fue la hermana oscuridad quien me lo pidió.

-Siempre has sido débil ante la hermana oscuridad… A veces la tratas como si fuese la menor, cuando son de la misma edad.

La mayor dejó escapar una risa

-Para mi todas las hermanas son importantes, pero no negaré que ella es especial… -indicó encogiéndose de hombros -. Soy débil ante ella y a las personas que la aceptan abiertamente.

-Bueno, para los humanos es difícil aceptar la oscuridad…

Ambas se quedaron en silencio por un momento.

-Antes de que te vayas –dijo la vecina -. No tomes ventaja de lo sucedido.

La autora rió un poco.

-Imposible, ese chico me ha dado una nueva historia para escribir…

-¡Tu…!

La vecina no le quedo de otra que suspirar al oír las palabras de la otra chica, quien se marchó entre risas. Al momento en que se separaron seguramente volverían a ser las humanas en las que reencarnaron en esa ocasión. Porque cada uno de los espiritus despertaba sus recuerdos a una cierta edad, pero no todo el tiempo eran conscientes de ello, solo en ciertos casos, por ejemplo, en ese momento que se encontraban a solas.

Por favor protege a mi hermano

Las últimas palabras que escuchó de una niña la cual dentro de poco despertaría como el espíritu que era. Al oírla, simplemente no pudo evitar cumplir con el capricho de su hermana más cercana, porque la luz y la oscuridad son un reflejo identico.

Sin saberlo, Natyh había renacido en la hermana pequeña de Hikari.

.

.

.

Finalmente el día en que le dieron el alta llego.

Se encontraban recogiendo todas las cosas en las maletas para poder bajar hacia el taxi que los llevaría de regreso a casa. Hikari había acordado con su vecina que se quedaría con ella por los momentos, mientras se encontraba en el proceso de rehacer su vida. La única condición que puso la mujer es que iban a ser tres y no dos, porque su sobrino se quedaría también por un tiempo, aun a esas alturas seguía sin conocer a aquel sobrino.

-¿Tienes todo listo?

-Sí, ya todo esta dentro de las maletas.

-Bien, iré a ver al doctor, ya regreso.

La mujer salió de la habitación y Hikari dejó escapar un suspiro, de verdad que se comportaba como una madre, aun cuando él ya era mayor de edad. Terminó de acomodar todo, ya podía dejar ese lugar con tranquilidad y no necesitaba de una silla de ruedas para poder caminar con normalidad. Suspiro al ver esa habitación, ya comenzaba a aceptar que tendría que enfrentarse a su nueva realidad, aunque no podía evitar pensar en lo que vivió luego del accidente. Hikari agitó su cabeza, tenía que dejar ir esos pensamientos.

Repentinamente la puerta se abrió con brusquedad.

-¡Oye tía! ¿Cuánto me harás esperar?

Hikari dejó caer las cobijas que tenía en sus manos cuando pudo detallar a la persona quien entro en la habitación. No lo podía creer, duro unos minutos completamente quieto donde lo único que hizo fue detallarlo, el otro pareció también encontrarse en shock.

-¡Mahiru! Esa no es la forma de actuar en un hospital.

Su vecina hacia acto de presencia, golpeando en la cabeza al otro chico, quien dio un paso adentro del cuarto.

-Disculpe señora, aun hay unos detalles…

Una enfermera se dirigía a su vecina.

-Ah si, un momento… -indicó para mirar a Hikari -. Hikari, él es mi sobrino, por favor llévense bien.

Al terminar de decir eso, los volvió a dejar solos. Hikari siguió mirándolo un largo rato, preguntándose si aquello se trataba de una simple casualidad, pero no obtuvo una respuesta, aunque sus emociones lo invadieran de golpe y antes de darse cuenta, las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas. No podía creer que de cierta forma delante de él se encontrara Mahiru, tal cual como lo recordaba, con su cabello y ojos negros.

-¡Yo también…! ¡Yo también te amo mucho!

Antes de darse cuenta, dejaba escapar aquello.

Lo que estuvo tanto tiempo guardando y no pudo decir correctamente antes de regresar, salió de golpe en ese instante en que sus ojos se encontraron. El otro no reaccionó de inmediato, pero al poco tiempo pudo sentir como tomaba su mano y sonreía, tal cual como Hikari lo recordaba.

-Me hiciste esperar bastante para oírlo.

Escuchar aquello solo causo que las lagrimas continuaran escapando por sus mejillas, solo logro calmarse debido a que Mahiru lo acerco a su cuerpo, mientras sostenía su mano. Esa calidez que sentía era la misma que en su sueño, jamás podría confundir la presencia de Mahiru con alguien más. No entendía lo que estaba pasando tampoco quería hacerlo, lo único en lo que quería concentrarse es en que de nuevo se encontró con Mahiru.

-Realmente, realmente te amo mucho…

No pudo evitar repetirlo, porque sintió que tenía que hacerlo.

Se separaron un poco y Hikari sintió la mano ajena en su mejilla, para cuando lo miró, el otro había apegado sus frentes un poco. Ese momento le hacía sentir verdadera nostalgia.

-Sí, yo también te amo.

Y terminaron de sellar su amor con un beso.

Porque el final de una historia podría ser en realidad el principio de otra.

Notas finales:

¡Cielos! Estoy llorando... ustedes no saben lo mucho que disfrute escribiendo esta historia... <3

El siguiente será el final <3


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